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LAS RELIQUIAS DE SAN BENITO

San Benito y Santa Escolástica, juntos en vida y en muerte

Sobre las reliquias de San Benito de Nursia hay una discusión multisecular por su posesión
entre las Abadías benedictinas de Montecasino en Italia y Fleury en Francia. De igual manera,
paralelamente a las reliquias de San Benito, los restos de Santa Escolástica son reclamados por
Le Mans en Francia y la misma abadía de Montecasino. El presente artículo no pretende crear
controversia o emitir un juicio sobre la validez de estas reliquias, únicamente se quiere
presentar los hechos como se han dado en base a los diversos testimonios y también a los
huecos que en ellos hay. Los textos sobre las reliquias del Patriarca de los monjes y su hermana
son vastos, la controversia aún no termina y solo hasta que se retomen los estudios que a
mediados del siglo XX se hicieron sobre los restos que se presumen pertenecen a los dos
santos se podrá dar un resultado con rígor científico; el lector podrá aquí confrontar un
resumen de esta controversia.

La cuestión de la validez de reliquias antiguas, o al menos una aproximación a su autenticidad,


solo ha sido posible en tiempos modernos gracias a los aportes de ciencias médicas, forenses,
arqueología y otras ramas afines dependiendo el caso a ser estudiado. Es de desear que gran
parte de las reliquias veneradas en la cristiandad puedan pasar por un examen crítico si es que
en ellas hay un atisbo de duda. Los estudios realizados a los relicarios de San Lucas en Padua y
San Nicolás de Myra en Bari confirmaron las tradiciones de la veracidad de las reliquias, ambos
santos son muchos siglos anteriores a San Benito.

San Gregorio Magno en el 2º libro de los Diálogos, narra la vida de San Benito en base a sus
milagros y da las primeras pistas sobre las reliquias que aquí tratamos. Tres días después de un
último coloquio fraterno, San Benito vio el alma de su hermana Santa Escolástica volar al cielo
en forma de paloma blanca. Inmediatamente llamó a los monjes para que trasladaran el
cuerpo de la santa a Montecasino y fuera depositado en el mismo sepulcro que se había
preparado para el mismo. Así sucedió que ni siquiera la tumba pudo separar los cuerpos de
aquellos cuyo espíritu había sido siempre una sola cosa en el Señor (Dial. 2, 33). La santa al
parecer falleció el 10 de febrero del año 547.

Siguiendo la narración gregoriana San Benito murió poco después. La fecha del transitus Sancti
Benedicti es fijada el 21 de marzo de 547 y no parece ser arbitraria sino sustentada en una
tradición antigua ya que ordinariamente este día coincide con la cuaresma y si fuera inventada
se habría buscado un día fuera del rigor cuaresmal para celebrar una solemnidad. El patriarca
murió de pie, después de haber recibido la eucaristía, sostenido por sus hijos espirituales. Fue
sepultado en el oratorio de San Juan Bautista junto a su hermana Escolástica. San Gregorio
indica que en su tiempo el cuerpo del santo aún permanecía en Montecasino: Aquí…
resplandece por sus milagros hasta el día de hoy (Dial 2, 38).

Es todo lo que sabemos por parte de San Gregorio. La Abadía de Montecasino fue destruida
por los lombardos en el 584 y los monjes huyeron a Roma. Más de un siglo después los
religiosos regresaron reconstruir la casa madre, pero es casi seguro de que un pequeño grupo
de benedictinos se estableciera en los alrededores del cenobio, tal vez no permanentemente
pero si constante.
Tres hipótesis

Aquí es donde empieza la disputa, tres han sido las teorías sobre la posesión de las reliquias:

1) Hay un rapto total de las reliquias en el siglo VII por parte de los monjes franceses de
Fleury debido a la destrucción de Montecasino. San Benito permaneció en Fleury y el
cuerpo de Santa Escolástica fue llevada a Le Mans, hoy custodiado en la villa de
Juvigny.
2) La permanencia de los sepulcros y de las reliquias de los santos en Montecasino a
pesar de las diversas destrucciones del monasterio. Solo fueron cedidas algunas pocas
reliquias a diversas abadías benedictinas. El cuerpo no salió de Montecasino.
3) Se acepta la tesis del robo de los cuerpos de los santos y una restitución parcial de las
reliquias a su antiguo sepulcro; en los dos monasterios se conservan reliquias
verdaderas. También se puede aceptar que los franceses no se llevaron los cuerpos
completos.

La tercera hipótesis ha sido descartada desde hace tiempo en especial por los exámenes
hechos a las reliquias conservadas en las Abadías de Fleury y Montecassino y las adjudicadas a
Santa Escolástica veneradas en Juvigny. No pertenecen a dos cuerpos sino a cuatro. Entre los
que no conocen la tradición de las dos tesis se postula que ningún cuerpo es verdadero, que
muy probablemente los sepulcros fueron profanados o los santos no existieron. Esta opinión
no es aceptada por estudios serios que comprueban la historicidad del Patriarca y el hecho de
que hay solidas pruebas en las tesis de las reliquias que seriamente no pueden echarse por la
borda.

La hipótesis de Fleury

Quien investiga sobre las reliquias de San Benito inmediatamente encuentra a Fleury y no a
Montecasino como la Abadía poseedora de las reliquias. Textos antiguos, leyendas,
conmemoraciones litúrgicas y devoción benedictina tienen base en la teoría floriacense; en
internet la mayoría de las referencias da por hecho que el cuerpo de San Benito está en Fleury.
Esta hipótesis tiene muchas variantes en cuanto a las fechas, los hechos y los “milagros”
ocurridos durante la sustracción de los restos. Estas reliquias se encuentran en la cripta de la
Abadía románica, en el pilar central, con la sobriedad propia del medioevo monástico.

Se cuenta que el Abad de Fleury, Múmmolo, envió al monje Aigulfo para sustraer las reliquias
de San Benito en Italia, el Obispo de Le Mans envió también un grupo a Montecassino para
traer el cuerpo de Santa Escolástica. Las fechas varían: La tradicional de Fleury data la
traslación cerca del año 660, Mabillon menciona el año 653, Munding 672 y el grupo Stilting,
Chamard y otros la retrasan al 703. La intervención divina ayudo a la comitiva a encontrar las
reliquias entre los escombros de lo que fue el oratorio de San Juan Bautista. Los cuerpos
fueron llevados a Fleury y de allí, según una de las variantes, el cuerpo de Santa Escolástica se
trasladó a Le Mans. Otro de los testimonios mencionan que Santa Escolástica llego a Le Mans a
finales del siglo VIII, pues hay testimonios de que a mediados de este siglo los dos cuerpos se
encontraban en Fleury.
Los historiadores a pesar de dudar de varios puntos flacos en la tesis francesa consideran
cierto una traslación a Francia. La fecha de la traslación al parecer fue el 4 de diciembre ya que
en diversos calendarios conmemoraban en ese día la adventio corporis Sancti Benedicti
abbatis. Pero con el tiempo esta conmemoración dio paso a la fiesta del 11 de Julio la Traslatio
Sancti Benedicti, festividad que se extendió a toda la familia benedictina y que luego fue
llamada la Solemnidad de San Benito Abad. El papa Pablo VI eligió este día para celebrar a San
Benito como patrón de Europa independientemente del origen de la festividad como
conmemoración de la traslación de las reliquias. Por tanto se puede decir que hay argumentos
litúrgicos e históricos que comprueban una traslación y la veneración de supuestas reliquias de
San Benito al menos poco antes de los años 800. Esto no comprueba la veracidad de las
reliquias, incluso con la extensión de la fiesta del 11 de Julio a casi todos los monasterios, ya
que durante el medioevo hay diversas festividades locales de supuestos traslados y
conmemoraciones de santos que ni siquiera existieron. Fleury tiene muchos puntos flacos en
especial por que las historias de las traslatio tienen inconsistencia en cuestión de hechos,
“milagros” (que copia de los Diálogos gregorianos), el tiempo de que ocurrió el hecho y
separación de las reliquias de los dos santos hermanos.

Sobre Santa Escolástica se sabe que Riquilda, esposa de Carlos el Calvo, fundo un monasterio
en Juvigny en 874. Con cierta violencia logra que la iglesia de Le Mans cediera a la fundación
benedictina una parte de las reliquias allí conservadas. Según la tradición desde entonces, y a
pesar de la destrucción del monasterio, lo que se creen son los restos de Santa Escolástica
reposan en la iglesia de Juvigny-sur-Loison. El 8 de Junio se conmemora esta traslación.

La Abadía de Fleury fue fundada hacia el año 650 y estaba dedicado a San Pedro, fue siglos
después que tomo el nombre de Abadía de San Benito y el mismo Fleury cambio de nombre:
Saint-Benôit-sur-Loire. Los testimonios de las reliquias en esta abadía son constantes y
precisos a partir del siglo X. Incluso Santa Juana de Arco visito este lugar de devoción, una
placa conmemora esta visita. Durante la Revolución Francesa y posteriores conflictos en
Francia las reliquias se han escondido, tales movimientos están documentados. En el siglo XIX,
cuando la Abadía se encontraba casi abandonada los monjes de La-Pierre-que-vire, inspirados
por su fundador Dom Jean Baptiste Muard, quisieron establecerse en este monasterio no solo
por la historia milenaria de esta Abadía sino por la posesión del cuerpo de San Benito. Esto
prueba que aun en tiempos modernos Fleury estuvo relacionado con San Benito y sus
reliquias.

Desde 1952 la Abadia de Fleury , bajo el Abad Dom Maliano Desplanques, impulsó un estudio
de las reliquias conservadas en la cripta. Una comisión pluridisciplinar se dedicó a responder a
las preguntas en base al cuerpo que tenían como de San Benito. En 1953 se compararon los
huesos de Fleury con aquellos que se conservaban en otras Iglesias y se tenían como del santo.
En 1979, año jubilar benedictino, los resultados se publicaron.

El estudio dio como resultado encontrarse frente a un esqueleto incompleto, de un hombre de


alrededor de 75 años y vegetariano. Se confrontaron así mismo las reliquias atribuidas a Santa
Escolástica conservadas en Juvigny-sur-Loison, pertenecientes a una persona de sexo
femenino. Se descubrió que existe en el lote de hueso de Juvigny huesos pertenecientes al de
Fleury y viceversa, por lo que se dedujo que hubo un tiempo en que los cuerpos estuvieron
mezclados entre sí.

No se precisó la época en que vivieron los personajes pero si la posibilidad de que a fines del
siglo VII ya se tuvieran como reliquias. Por miedo a la pérdida de una parte de los huesos, no
se hizo la prueba del Carbono 14 porque implicaba una combustión y pérdida de los restos.
Los resultados de las reliquias no se oponían al relato de la traslación. Desde el punto de vista
histórico las reliquias si pudieron pertenecer a una persona del siglo VI, como lo es San Benito.

Aquí no termina la controversia. Montecasino también reclama la posesión del cuerpo e hizo
igualmente un estudio de las reliquias recobradas después del bombardeo de la Abadia Madre.

La tesis de Montecasino

Son pocas las referencias sobre la permanencia de las reliquias de San Benito en Montecasino,
la mayoría apuntan a Fleury. La hipótesis dice que después de la destrucción de Montecasino
por los lombardos los monjes se refugiaron en Roma; la casa madre resurge más de un siglo
después de su destrucción. Se presume que hubo monjes en las cercanías de las ruinas del
monasterio pero no de manera constante; no hay una certeza que avale una profanaron de las
tumbas de los monjes con la destrucción de los lombardos. Hacia el 717 el Monasterio fue
restaurado por Petronax noble de Brescia; desde entonces hay una tradición continua de la
presencia de las reliquias de San Benito y por ende las de Santa Escolástica, pero no una
autentificación debido a que se encontraban sepultadas por lo que a través de los siglos hay
testimonios de hallazgo del sepulcro, olvido y recuperación.

Una carta del año 750 atribuida al Papa San Zacarías I avala la tradición de Fleury y en ella se
pide a los monjes franceses restituyan el cuerpo de San Benito a los italianos. Hoy este
testimonio no se tiene como de prueba por varias incongruencias históricas pues
contemporáneamente a los hechos no hay otros testimonios que apoyen la tesis de Fleury.
Pedro Diácono, de Montecasino, a pesar de testificar una presencia de las reliquias de
Patriarca en Italia, da crédito a la historia de Fleury y a una restitución parcial de reliquias de
Francia. Sin duda la fama de la posesión de reliquias en Francia trascendió fronteras y Pedro
Diacono hace eco de esta historia.

Cerca del año 758 los monjes italianos cedieron reliquias de san Benito, un brazo, para el
monasterio de Bresia. Aun así queda el hueco entre los años 740 y 758 fecha en que
posiblemente, según la tesis de Fleury, se hizo una restitución parcial de las reliquias pero
estas no corresponden con las francesas.

Los estudios a las reliquias casinenses han sido los más criticados y esto no es en defensa de la
teoría de Fleury, la cual es descartada por la mayoría de los críticos. Estos estudios se hicieron
después de la destrucción de la Abadía.

La tesis casinense tiene puntos a favor pero también huecos que han sido señalados con
agudeza por los críticos, en especial por la falta de documentación o mención de la presencia
de los restos por mucho tiempo a pesar de los testimonios de Pedro Diácono, el celo de Abad
Didier de Montecasino (futuro Papa Beato Víctor III) por encontrar el sepulcro en 1066 y los
hallazgos hechos en los Siglos XV y XVI. Lo que si es cierto es que no hay evidencia histórica de
una restitución de reliquias desde Francia según lo pedía la supuesta carta del Papa San
Zacarías.

Despues de la “inventio” del Abad Didier siglos después sucedieron otros hallazgos. En 1487 se
menciona el sepulcro de San Benito, sin mencionar a Santa Escolástica salvo los relicarios
conservados en el tesoro; se supone que al mencionar el sepulcro de San Benito
indirectamente se le adjudica el mismo a Santa Escolástica.

En 1545 durante la remodelación de la Basílica de forma inesperada hubo otra inventio. En el


examen a las reliquias se mencionan los dos cráneos de los santos que fueron besados por una
concurrencia, los monjes presenciaron en las reliquias el fenómeno de la “sacra mana” (líquido
que sale del sepulcro de los santos). Esto ocurrió entre el 12 y 15 de marzo, días antes de la
fiesta del tránsito de San Benito. El sepulcro fue cerrado de nuevo.

En 1637 el Abad Caffarelli Simplicio hizo cambios nuevos en la iglesia y No se tocaron, nos
dicen, los huesos del santo patriarca por temor al castigo del cielo. Las reliquias de San
Carlomán, San Simplicio y San Constantino fueron llevados a la sacristía, se encontraron
delante de los de San Benito.

En 1659 bajo el Abad Della Noce se habla de nuevo de las reliquias para explicar que se había
roto accidentalmente uno de los cráneos. Las reliquias de los dos hermanos se encuentran en
un mismo lugar bajo una loza de mármol dentro de una urna. Estas fueron las reliquias que se
desenterraron en 1950 y que se remontan al menos, históricamente, al Abad Didier. Lo cierto
es que el culto a San Benito en Montecasino ya es mencionado en siglo VII como lo
demuestran las fiestas litúrgicas y la dedicación de un altar a San Benito el 3 de junio en el
oratorio de San Juan Bautista. Los cráneos no aparecieron, ni siquiera fragmentados, en la
inventio de 1950.

Durante la 2ª. Guerra Mundial la Abadía de Montecasino fue reducida a escombros por los
aliados ante la protesta del Papa y muchos países, pues este lugar era considerado la cuna de
Europa. Con anterioridad los monjes trasladaron la biblioteca, obras de arte, reliquias y
personas encubiertas a la ciudad de Roma. El abad fue el último en salir, aseguraba a los
aliados que el monasterio estaba vacío. El sepulcro de San Benito no se tocó pues, según la
tradición, había permanecido allí y por tanto esta vez no sería la excepción; el 15 de febrero
de 1944 Montecasino fue destruido innecesariamente por cuarta ocasión.

Un grupo de monjes acabada la guerra construyeron un pequeño edificio cerca de las ruinas
del monasterio. Sobre lo que fue la basílica barroca se erige una capilla se ladrillo en lo que
había sido el altar que resguardaba el sepulcro del santo fundador. El 1º de Agosto de 1950 el
obispo - abad de Montecasino Dom Ildefonso Rea OSB comenzó las excavaciones debajo del
altar. Se descubrió la placa de Giovanni Antonio Caraffa de 1482 bajo la cual encontraron una
urna de alabastro en la cual el Abad Angelo della Noce había colocado las reliquias en 1659. La
urna fue llevada a los edificios improvisados de la comunidad monástica.

Abierta la urna se encontró una inscripción que identificaba los huesos y cenizas de San Benito
y Santa Escolástica. Una comisión médica trabajo en la selección de huesos y su estudio. Se les
dio un tratamiento a fin de asegurar su conservación.
Las reliquias fueron devueltas al sepulcro el 1 de diciembre 1955 bajo el altar mayor de la
basílica aun en restauración. Europa exigió la restauración completa de la abadía destruida los
aliados.

El examen científico menciona que no se puede afirmar que las reliquias conservadas en
Francia pertenezcan a los mismos cuerpos ya que en Montecassino hay a dos esqueletos,
incompletos, uno femenino y otro masculino pero diferentes a los de Fleury. La comparación
con la reliquia, un brazo, atribuida a San Benito y conservada en Brecia desde la época de
Petronax concordó con el esqueleto masculino. Estas reliquias por tanto eran veneradas como
de San Benito antes del siglo XI cuando el Abad Didier, futuro Papa Beato Víctor III hizo uno de
los hallazgos en la basílica.

Situación actual de las reliquias

Actualmente las dos Abadías se disputan la gloria de tener el cuerpo de San Benito. A raíz de
los estudios hechos a los restos de ambos relicarios se disiparon algunas dudas; el debate aún
está abierto. En internet y en la bibliografía medieval, litúrgica e histórica se da por hecho la
traslación de las reliquias a Fleury; en la actualidad y debido a los estudios más recientes la
tesis francesa no tiene mucho apoyo.

En cambio las reliquias de Montecasino se tienen por auténticas incluso desde los años
anteriores a la guerra y posterior a esta en especial por el hecho de que se conservaran ilesas
después del bombardeo de la Abadía, cosa que muchos consideran un milagro. San Pío X en su
carta con motivo de la inauguración de la Cripta de Montecasino, al mejor estilo del arte de
Beuron, dijo: …va a abrirse de nuevo al culto del pueblo cristiano en el templo de aquella gran
Abadía de Montecasino, la espléndida cripta, en la que esperan su resurrección gloriosa los
restos mortales del Patriarca de los Monjes de Occidente, san Benito, y de santa Escolástica, su
hermana. Pío XII en Fulgens Radiator (1947) tenía por cierto que las reliquias auténticas se
encontraban en Montecasino: Casi nada quedó intacto (hablando de la destrucción del
monasterio), excepto el sagrado sepulcro donde piadosísimamente se conservan los restos del
Santo Patriarca. En ocasión de la restitución de las reliquias de los dos santos al sepulcro, un
gran concurso de abades de todo el mundo estuvo presente en la ceremonia, desde entonces
la tesis casinense es la más defendida.

Pablo VI al dedicar la Basílica de Montecasino en 1964, Juan Pablo II en 1979 y Benedicto XVI
en el 2009 veneraron el sepulcro con las reliquias dando por hecho que allí estaban San Benito
y Santa Escolástica.

Montecasino en su página web alega la posesión de las reliquias y desmiente la tesis de Fleury.
Abadía Francesa en su web hace eco de la tradición y de los estudios científicos del siglo XX
pero no menciona Montecasino. Las reliquias de Santa Escolástica llevadas a Le Mans hoy se
encuentran en la diminuta villa de Juvigny donde anualmente es centro de devoción pero no
hay mucha información fuera del examen que se les practico por la Abadía de Fleury. Es un
culto local.

Los hijos de San Benito tienen algo más que inciertas reliquias del Padre fundador: La Santa
Regla. En ella su espíritu y virtudes florecen y se trasmiten a través de los siglos. La gloria de los
benedictinos no se ostenta en los relicarios de Montecasino o Fleury sino en la fidelidad al
espíritu de su fundador, en el Ora et labora que lleva a la santidad con la sencillez del día a día.
Si en el futuro se determinan cuáles son las reliquias verdaderas de San Benito y Santa
Escolástica, o se desmienten las dos teorías, no cambiaría en nada el legado del Patrón de
Europa que supera en mucho a la posesión o no de sus huesos.

Video:

S.S. Benedicto XVI en Montecasino

http://www.youtube.com/watch?v=7SSPPhx729I

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