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Parashá # 10 | MiKets | Al final

Aliyá # 1 | Génesis 41:1-14

Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos
los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero
no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón. (Gén. 41:8 LBLA)

¿Cómo podía el faraón saber cuál era la


interpretación correcta?
El Eterno habla al espíritu del hombre. Cuando uno está despierto, el
alma está muy activa al recibir toda la información que le llega desde los
cinco sentidos del cuerpo. Sin embargo, el hombre fue creado también
con cinco sentidos en su espíritu para percibir las cosas que hay en el
mundo invisible como los cinco sentidos del cuerpo perciben las cosas
que hay en el mundo visible.

No obstante, después de la entrada del pecado y la muerte en el ser


humano su percepción para los impulsos y mensajes del espíritu ha
disminuido considerablemente. El hombre tiene problemas para recibir
las cosas del mundo espiritual. Normalmente su alma está ocupada con
las cosas del mundo visible. Ahora, el mundo espiritual está
transmitiendo mensajes todo el tiempo y el que es sensible en su
espíritu los podrá notar y recibir en su alma.

Se puede comparar esto con las transmisiones de mensajes por las ondas
de radio que hay en la atmósfera. Si lográramos escuchar todo lo que se
está transmitiendo al mismo tiempo sería un caos de voces,
instrumentos, cantos y otros sonidos transmitidos en todos los idiomas
del mundo. Hay mensajes todo el tiempo en el aire. Sin embargo, sólo se
pueden percibir al tener una receptora de radio. Una radio bien
calibrada puede recibir muchos de los mensajes que hay en el aire.

Así es con el hombre. Cuando está despierto su mente está calibrado


para recibir la información del mundo visible, pero cuando duerme el
alma ya no está recibiendo tanta información del mundo físico porque
los cinco sentidos están muy poco activos. De esa manera el alma se
queda más libre para escuchar los mensajes espirituales. Por eso el
Eterno envía sus mensajes muchas veces durante la noche, porque es
cuando el hombre está más perceptible para ellos.

La mayoría de nuestros sueños son el producto del trabajo del cerebro al


revisar toda la información, los impactos y las impresiones emocionales
que hemos obtenido en nuestro estado despierto. El sueño es necesario
para que el cerebro tenga tiempo para poner en orden y tratar la
información de manera adecuada. El que no duerme durante mucho
tiempo se queda loco y al final se muere.

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Los egipcios consideraban los sueños como algo muy importante y
daban mucho énfasis a su interpretación. Cuando el faraón tuvo sus
dos sueños, entendió que no eran normales. Le daban un impacto
muy fuerte en su interior y se afanaba para saber qué significaban
esos sueños.

Cuando sus adivinos daban cada uno su interpretación, él no se


quedó satisfecho con ellas. Está escrito que no pudieron interpretar
los suelos a faraón. Esto quiere decir que sí daban interpretaciones,
pero ninguna podía satisfacer al faraón. ¿Por qué? Porque cuando el
Eterno da un mensaje codificado en el mundo fantasioso de los
sueños, hay un espíritu detrás del mensaje. Si uno intenta
interpretar el sueño, necesita conectar con ese espíritu para que el
corazón del que ha soñado sienta que hay una conexión entre el
sueño y la interpretación.

Además los detalles de los sueños tienen que coincidir de manera


obvia a la interpretación. Por esto el faraón no quedó satisfecho con
ninguna de las interpretaciones de sus adivinos que habían sacado
de sus propios corazones y no del Espíritu que le había enviado los
sueños.

No creas que todos los sueños que tengas o que te impactes son del
Cielo. Pero sí hay muchos de los sueños que sí son mensajes del
Eterno. Personalmente uso tres reglas para saber si un sueño es del
Eterno o de mi propia fantasía.

Primero, debe permanecer. Está escrito que la Palabra del Eterno


permanece para siempre. Esto significa que si un sueño es del
Eterno se queda en la mente para mucho tiempo, no sólo unos días.
En tal caso es posible que venga del cielo.

En segundo lugar debe estar de acuerdo con el mensaje de las


Escrituras. Muchos sueños revelan lo que el hombre siente en su
interior. En los sueños salen temores, aspiraciones, emociones
fuertes tanto positivas como negativas, situaciones que uno ha
vivido o que no quiere vivir etc. Pero si un sueño viene del Eterno
tiene que estar en línea con la moral y el mensaje de las Escrituras.

En tercer lugar el sueño debe estar en línea con lo que el Eterno ha


puesto en mi espíritu. Como toda profecía dada a una persona tiene
que confirmar algo que el Eterno ya ha puesto en su interior, así es
con los sueños. Deben confirmar las cosas que están en mi espíritu.

Como el Eterno había hablado al espíritu del faraón, sus sueños


reflejaban esa verdad. Por eso rechazó toda interpretación que no
estaba de acuerdo a lo que tenía en su interior.

Que el Eterno nos ayude a no tomar en serio los sueños que no son
de él pero tomar muy en serio los sueños que sí vienen de él. Que
nos dé sabiduría para no creer en todo tipo de interpretación sino
sólo la que sea de acuerdo con el propósito del Eterno con el sueño.

Shavua Tov,
http://www.messianictorah.org
KETRIEL

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