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Ciclo Del Agua
Ciclo Del Agua
El agua es una sustancia líquida que se forma a partir de la unión de dos átomos de hidrógeno
y oxígeno, su fórmula es H2O y es una molécula muy estable. El agua es un recurso natural
muy especial y prioritario en la conservación de la tierra, sin ella sería imposible la
sobrevivencia de cualquier tipo de vida. El 70% de la superficie del planeta, se presenta en
forma de océanos, mares, ríos, lagos, lagunas y vertientes.
El agua es imprescindible para la mayoría de las funciones corporales de los seres humanos.
Éstos podría suprimir todos los alimentos durante semanas, pero morirían en cuestión de días
sin beber agua, más de la mitad del peso corporal del ser humano corresponde al agua.
El ser humano consume gran parte del agua en forma de bebida, pero casi todos los alimentos
contienen grandes cantidades agua, por ejemplo, las frutas y verduras llegan a contener hasta
un 90% y los productos más secos entre un 25 y un 50%. Además de esto, hay animales que,
como el pececillo de plata, no necesitan beber agua, ya que su metabolismo la puede producir
a partir de hidratos de carbono y oxígeno.
El ciclo hidrológico o como también es conocido ciclo del agua, es el que se encarga de
describir el continuo y cíclico movimiento del agua en el planeta. El agua puede cambiar y
presentarse en sus estados como son, líquido, hielo y vapor en varias etapas del ciclo, estos
cambios pueden ocurrir en muy poco tiempo o en muchos años. A pesar de que el equilibrio
del agua en el planeta se mantiene más o menos constante con el tiempo, las moléculas
individuales de agua pueden circular rápidamente. El sol es quien dirige este ciclo calentando
el agua de los océanos. Una parte de esta agua se evapora convertida en vapor de agua. El
hielo y la nieve se pueden evaporar convertido en vapor de agua.
El ciclo del agua se lleva a cabo de dos formas: interna y externa. El ciclo interno consiste en la
formación del agua de origen magmático mediante reacciones químicas, el agua que allí se
forma, puede salir a la superficie al momento en que los volcanes hacen erupción o a través de
aguas termales.
El ciclo externo por otro lado comienza con la evaporación del agua contenida en los
depósitos, como mares, ríos y muchos otros, también la transpiración de las plantas y la
sudoración en los animales, aportan agua que es evaporada y elevada a las nubes y que gracias
a las bajas temperaturas, se enfría y se condensa en la nubes transformándose en agua. Luego
las gotas producidas por la condensación se unen formando así nubes que por su tamaño y
peso termina cayendo a la superficie de la tierra, pudiendo ser de dos tipos sólida (granizo o
nieve, debido a las bajas temperaturas) o líquida. El agua al llegar a la superficie puede tener
varios destinos, unos de ellos es su utilización en los procesos orgánicos de los seres vivos, otra
parte es infiltrada a través de los poros de la tierra, colocandose en depósitos subterráneos y
por último gracias a la escorrentía que provoca que el agua se deslice a través de las distintas
superficies hasta llegar a los mares, lagos y ríos.
El agua de la Tierra (hidrosfera) se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los
continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una circulación continua, es decir, el ciclo
del agua o ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la
energía radiante del sol y por la fuerza de gravedad. El ciclo hidrológico comienza con la
evaporación del agua desde la superficie del océano. A medida que se eleva, el aire
humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es la condensación. Las gotas se juntan
y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la precipitación. Si en la atmósfera hace
mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más cálida, caerán gotas de lluvia.
Una parte del agua que llega a la superficie terrestre será aprovechada por los seres vivos; otra
escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno se le
conoce como escorrentía. Otro porcentaje del agua se filtrará a través del suelo, formando
capas de agua subterránea, conocidas como acuíferos. Este proceso es la percolación. Tarde o
temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la
evaporación.
El ciclo del agua es impulsado por la energía solar. El sol calienta la superficie del océano y
otras aguas superficiales, lo que evapora el agua líquida y sublima el hielo, convirtiéndolo
directamente de sólido a gas. Estos procesos impulsados por el sol mueven el agua hacia la
atmósfera en forma de vapor de agua.
Con el tiempo, el vapor de agua en la atmósfera se condensa en nubes y finalmente cae como
precipitación, en forma de lluvia o nieve. Cuando la precipitación llega a la superficie de la
tierra, tiene pocas opciones: puede evaporarse de nuevo, fluir sobre la superficie o percolarse,
filtrarse, en el suelo.
En general, el agua se mueve sobre la superficie de la tierra como escurrimiento solo cuando el
suelo está saturado con agua, cuando la lluvia es muy fuerte o cuando la superficie no puede
absorber mucha agua. Una superficie que no absorbe el agua podría ser la roca en un
ecosistema natural o el asfalto y el cemento en un ecosistema urbano o suburbano.
El agua se evapora de la superficie del océano y forma nubes por condensación. El agua en las
nubes cae como precipitación sobre la tierra o el mar. Las nubes que se forman sobre el mar
pueden moverse hacia la tierra. Cuando el agua cae sobre la tierra, puede fluir sobre su
superficie, infiltrarse —introducirse— en el suelo o percolarse a través de él, moviéndose hacia
abajo hasta convertirse en agua subterránea. El agua subterránea en los niveles superiores
puede fluir hacia los lagos, ríos u océanos. El agua más superficial puede ser absorbida por las
plantas y puede volver a la atmósfera mediante la transpiración de las hojas. El agua de
deshielo y la sublimación de la nieve y el hielo son otros procesos que contribuyen al ciclo del
agua.
El agua se evapora de la superficie del océano y forma nubes por condensación. El agua en las
nubes cae como precipitación sobre la tierra o el mar. Las nubes que se forman sobre el mar
pueden moverse hacia la tierra. Cuando el agua cae sobre la tierra, puede fluir sobre su
superficie, infiltrarse —introducirse— en el suelo o percolarse a través de él, moviéndose hacia
abajo hasta convertirse en agua subterránea. El agua subterránea en los niveles superiores
puede fluir hacia los lagos, ríos u océanos. El agua más superficial puede ser absorbida por las
plantas y puede volver a la atmósfera mediante la transpiración de las hojas. El agua de
deshielo y la sublimación de la nieve y el hielo son otros procesos que contribuyen al ciclo del
agua.
El agua en los niveles superiores del suelo puede ser absorbida por las raíces de las plantas.
Estas usan una parte del agua para su propio metabolismo y el agua que se encuentra sus
tejidos puede pasar al cuerpo de los animales cuando estos se comen a las plantas. Sin
embargo, la mayor parte del agua que entra en el cuerpo de una planta se pierde hacia la
atmósfera mediante un proceso llamado transpiración. En la transpiración, el agua entra a
través de las raíces, viaja hacia arriba por tubos vasculares formados por células muertas y se
evapora a través de poros llamados estomas, que se encuentran en las hojas.
Si el agua no es absorbida por las raíces de las plantas, puede percolarse hacia el subsuelo y el
lecho de roca, convirtiéndose en agua subterránea. El agua subterránea es la que se encuentra
en los poros entre las partículas de arena y grava o en las grietas de las rocas, y es un depósito
importante de agua dulce. El agua subterránea poco profunda fluye lentamente a través de los
poros y fisuras, y puede encontrar su camino hasta un arroyo o lago, donde se convierte
nuevamente en agua superficial.
Parte del agua subterránea se encuentra muy profundo en el lecho de roca y puede
permanecer ahí durante milenios. Estos depósitos de agua o acuíferos, generalmente se
explotan como fuente de agua potable o de riego mediante la excavación de pozos. Hoy en
día, muchos acuíferos están siendo utilizados más rápido de lo que pueden renovarse por la
filtración de agua superficial.
Estudios realizados permiten conocer que hacia la tierra se precipitan unos 40000 km3, lo que
origina las aguas superficiales (ríos, arroyos, lagos, etc.) y las aguas subterráneas, las que se
unen a la de los mares y océanos. Las aguas subterráneas tienen gran importancia, pues de
ellas se abastecen poco más del 30% de la población mundial. En algunas partes es la única
fuente de abasto de agua potable para el consumo humano. Sin embargo los problemas
climáticos ocasionan la distribución desigual de las precipitaciones, por lo que todas las
regiones no cuentan con la misma disponibilidad del preciado líquido.
Los problemas más agudos se encuentran en África y en el Asia occidental, pero la falta de
agua hoy es una limitación importante para el desarrollo de estos pueblos. El ciclo hidrológico
está muy relacionado con el sostenimiento de la vida en el planeta. Las aguas terrestres se
destinan a garantizar las necesidades del desarrollo social, como es el agua para el consumo
humano y animal, las destinadas a la producción de alimentos incluyendo la agricultura, para
los procesos industriales, etc. Cuando las condiciones no son favorables en este sentido,
surgen conflictos.
El agua en el planeta está presente en tres estados distintos, como lo son, el gaseoso, líquido y
sólido, pasando de uno a otro gracias a procesos como la evaporación del agua en la tierra, las
precipitaciones del agua contenida en la nubes entre otros, sin causar variaciones en la
cantidad total de agua contenida en el planta.
Muchos se han preguntado alguna vez por qué el ciclo del agua es tan importante. La
respuesta a esta interrogante es, que es un proceso fundamental para el mantenimiento de la
vida en la tierra, así como para el sustento óptimo de todos los ecosistemas terrestres. De la
misma manera, determina la variación del clima e interfiere con el nivel de los océanos, mares,
ríos y lagos.
Los seres humanos son responsables de preservar el correcto funcionamiento de este ciclo, ya
que fue precisamente la acción del hombre la que causó la contaminación de la biosfera y los
cambios climáticos, poniendo en riesgo la distribución de elementos líquidos y, por lo tanto, la
vida en la tierra.
Cada una de las etapas de este ciclo desarrolla beneficios para todos lo seres vivos, que
habitan el planeta tierra y entre ellos está: la regulación de la temperatura, la purificación de
agua en los manantiales, la hidratación o alimentación de las plantas y la reservas de agua
(H2O) en el planeta.
El ciclo del agua es importante por sí mismo y los patrones de circulación del agua y la
precipitación tienen grandes efectos en los ecosistemas de la tierra. Sin embargo, la lluvia y el
escurrimiento superficial también tienen una función en la circulación de varios elementos,
entre estos el carbono, el nitrógeno, el fósforo y el azufre. En particular, el escurrimiento
superficial ayuda a estos elementos a moverse de los ecosistemas terrestres a los acuáticos.
Fase 1: Evaporación
El ciclo del agua comienza con la evaporación. La evaporación ocurre cuando el sol calienta la
superficie de las aguas de los ríos, lagos, lagunas, mares y océanos. El agua, entonces, se
transforma en vapor y sube a la atmósfera, donde tendrá lugar la siguiente fase: la
condensación.
Fase 2: Condensación
La siguiente etapa del ciclo del agua es la condensación. Durante esta fase, el vapor de agua
que ha subido a la atmósfera gracias a la evaporación, se concentra en gotas que formarán
nubes y neblina. Una vez allí, el agua pasará a su estado líquido nuevamente, lo que nos lleva
al próximo paso: la precipitación.
Fase 3: Precipitación
La precipitación es el tercer paso en el ciclo del agua. Tiene lugar cuando el agua condensada
de la atmósfera desciende a la superficie en forma de pequeñas gotas.
En las regiones más frías del planeta, sin embargo, el agua pasa del estado líquido al sólido
(solidificación) y se precipita como nieve o granizo. Posteriormente, cuando se produce el
deshielo, el agua volverá la estado líquido en un proceso conocido como fusión.
Fase 4: Infiltración
La cuarta etapa del ciclo del agua es la infiltración. Se conoce como infiltración el proceso en el
cual el agua que ha caído en la superficie terrestre como consecuencia de las precipitaciones
penetra en el suelo. Una parte es aprovechada por la naturaleza y los seres vivos, mientras que
la otra se incorpora a las aguas subterráneas.
Fase 5: Escorrentía
La escorrentía es la etapa final del ciclo del agua. Esta fase comprende el desplazamiento del
agua a través de la superficie, gracias a los declives y accidentes del terreno, para entrar de
nuevo en los ríos, lagos, lagunas, mares y océanos, lo que constituye la vuelta al inicio del ciclo.
El ciclo del agua está formado por ocho fases o etapas las cuales serán detalladas e ilustradas a
continuación:
Evaporación
En esta fase el calor que irradia el sol calienta el agua de los mares, ríos, lagos y océanos y se
produce el fenómeno de evaporación. Es cuando el agua se transforma de estado líquido a
gaseoso y se traslada desde la superficie de la tierra hasta la atmósfera.
Condensación
La condensación del agua ocurre cuando ésta sube y se condensa, ocasionando la formación
de las nubes y neblina, ésta se conforma por gotas de agua muy diminutas.
Precipitación
Infiltración
En esta etapa, el agua llega al suelo, penetra en los poros y se convierte en agua subterránea.
La proporción de agua filtrada y agua que circula en la superficie, depende de la permeabilidad
del sustrato, la pendiente y gran parte del agua infiltrada regresa a la atmósfera a través de la
evaporación o incluso, a través de la transpiración de las plantas, que extraen esta agua con
raíces más o menos extensas y profundas.
Escorrentía
Es el nombre que reciben los diferentes medios por los que se traslada el agua por las
pendientes de las superficie terrestre en forma líquida. La escorrentía es el principal agente
geológico de erosión y transporte de sedimentos.
Circulación subterránea
Fusión
Se produce con el deshielo y en donde el agua cambia de estado sólido (nieve) a líquido.
Solidificación
El ciclo del agua, también denominado hidrológico, es el proceso de circulación del agua en la
hidrósfera, formada por todas las masas y corrientes de agua que tiene la tierra.
El agua de la tierra está distribuida en su mayor parte en océanos, mares, lagos, ríos y arroyos
y como agua subterránea. También hay una importante fracción de agua continental
acumulada como hielo sobre los glaciares ártico y antártico y un porcentaje menor en los
glaciares de montaña.
El agua se halla en la tierra en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Los océanos, ríos, nubes y
la lluvia están en permanente cambio. Así, el agua de la superficie se evapora, la que se
encuentra en las nubes precipita y esa lluvia se impregna por el suelo.
Durante todo el proceso, no varía la cantidad total de agua en el planeta. Esta circulación y
conservación de agua en la tierra es precisamente el ciclo hidrológico.
El ciclo del agua está dividido en dos fases o etapas, el ciclo interno y el ciclo externo.
Durante la fase interna, el agua de origen magmático, que se forma a partir de reacciones
químicas en el interior de la tierra, brota a través de volcanes y fuentes hidrotermales y se
fusiona con el agua externa.
El ciclo hidrológico se inicia con la evaporación del agua desde la superficie de los océanos. A
medida que se eleva, encuentra aire húmedo más frío y el vapor se transforma en agua. Esta
etapa es llamada condensación.
Posteriormente las gotas se unen y crean una nube para caer por su propio peso,
constituyendo la precipitación. En este paso, cuando en la atmósfera hace mucho frío, el agua
desciende como nieve o granizo; mientras que, si es más cálida, cae como gotas de lluvia.
En la etapa de la precipitación, una parte del agua que llega a la tierra es utilizada por los seres
vivos, en tanto que otra circula por la superficie terrestre hasta llegar al río, lago u océano. A
este hecho se lo denomina escorrentía.
Otra parte del agua se escurre a través del suelo conformando acuíferos o reservorios de agua
subterránea, llamados capas freáticas. Este proceso se llama infiltración.
Generalmente, desde la capa freática, el agua surge a la superficie, formando arroyos o ríos.
Un detalle para resaltar en el ciclo del agua es su labor en el transporte de sustancias ya que la
lluvia precipitada diluye y traslada sales hasta el mar, donde se concentran.
El ciclo del agua está en constante interacción con el ecosistema porque los seres vivos
dependen del agua para subsistir e influyen en el funcionamiento del mismo.
Por otro lado, el ciclo hidrológico depende de una atmósfera poco contaminada y de agua con
cierta pureza para efectuarse convencionalmente; pues de lo contrario el ciclo se obstaculiza
por la alteración en los lapsos de evaporación y condensación.
evaporacion
Un dato interesante es que los seres vivos, principalmente las plantas, aportan un diez por
ciento del agua que se agrega a la atmósfera. Así mismo, en el mismo nivel se sitúa la
sublimación, que es cuantitativamente mínima y que se produce en los hielos de los glaciares o
la banquisa.
Condensación
Este proceso se produce cuando el agua en forma de vapor asciende y se condensa en gotas
minúsculas de agua formando las nubes.
Precipitación
Se origina cuando las gotas de agua de las nubes se enfrían activándose la condensación.
Entonces, se fusionan las gotas de agua y crean gotas mayores que se precipitan a la tierra por
su mayor peso. Cuando la precipitación es sólida, se da en forma de nieve o granizo y cuando
es líquida, aparece la lluvia o llovizna.
Infiltración
infiltracion
Se genera cuando el agua que llega al suelo, a través de sus poros, pasa a ser subterránea. El
porcentaje de agua que penetra y la que circula en la superficie depende de la permeabilidad
de la tierra, del declive y de la cubierta vegetal.
Una fracción del agua infiltrada retorna a la atmósfera por evaporación y por la transpiración
de las plantas que la absorben a través de sus raíces profundas. Otra parte se añade a los
acuíferos.
Escorrentía
Este concepto hace referencia a los diferentes modos por los que el agua líquida se escurre por
la pendiente de la superficie del terreno. Este proceso se caracteriza porque en los climas
secos y desérticos, es el principal agente de erosión y de transporte de sedimentos.
Circulación subterránea
Fusión
Este cambio de estado del agua se origina cuando la nieve pasa de estado sólido a estado
líquido durante el deshielo.
Solidificación
granizo
Se observa cuando la temperatura decrece por debajo de cero grados Celsius en el interior de
una nube y el vapor de agua o el agua que la conforman se solidifican, descendiendo en forma
de nevisca o granizo.
La diferencia entre los dos conceptos radica en que la nieve es una consolidación del agua de
la nube a baja altura. A medida que se congela la humedad y las gotas de agua de la nube, se
crean copos de nieve. En cambio, el granizo se genera por la elevación acelerada de las gotas
de agua que integran una nube, lo que forma hielo, que se transforma en granizo y aumenta
de tamaño a medida que asciende.
Evaporación y transpiración
El agua puede pasar al aire de la atmósfera en estado gaseoso desde dos fuentes:
Corrientes de agua superficiales y espejos de agua: El agua en estado líquido en la naturaleza
siempre contiene múltiples sustancias tanto orgánicas como inorgánicas. Sin embargo, al
evaporarse, lo hace en forma de molécula pura. Por lo tanto, la evaporación es una forma
natural de purificación del agua.
Transpiración: Los seres vivos utilizan agua para llevar a cabo su metabolismo. Mientras que
muchas plantas pueden utilizar el agua salada, la mayor parte de los animales, incluido el ser
humano, consumen agua dulce, es decir, aquella que se encuentra en ríos y lagos. Esta agua es
expulsada por los organismos o bien en forma de desechos (la orina de los animales, que
vuelve a corrientes subterráneas o superficiales) o bien en forma de transpiración. Es decir que
los organismos expulsan agua a la atmósfera de diversas maneras:
Condensación
Precipitaciones
Las minúsculas gotas que forman las nubes requieren de un rango de temperatura y presión
específico para permanecer suspendidas en el aire, cuando disminuye la temperatura o la
presión, estas gotas minúsculas caen a la tierra en forma de:
Lluvia: Las gotas se unen formando otras gotas de mayor tamaño, visibles individualmente
Granizo: Las gotas se solidifican en grupos de mayor tamaño, formando bloques de hielo que
caen con mayor velocidad debido a su peso
Corrientes superficiales
Se denomina escorrentía a todas las formas en que el agua en estado líquido se desliza cuesta
abajo sobre la superficie de la tierra. Es decir que se refiere a arroyos y ríos.
La escorrentía es una fuerza que modifica el terreno al causar erosión. Por eso la mayor parte
de los ríos y arroyos, incluso los estacionales, tienen un cauce marcado en no sólo en la tierra
sino que también pueden erosionar superficies rígidas como la piedra.
Las corrientes superficiales también cumplen una función biológica, no sólo por albergar en su
interior a plantas y animales, sino también porque transportan sedimentos orgánicos que son
utilizados por diversos organismos como alimento o diseminación de su especie.
Por estas razones, es de importancia central para los ecosistemas que estas corrientes de agua
no sean contaminadas. Además, la escorrentía es agua dulce, es decir que si no está
contaminada es agua potable para el ser humano y otros animales.
Las acumulaciones de agua dulce en la superficie son ecosistemas donde conviven organismos
vegetales y animales. El agua dulce que contienen provienen de ríos, arroyos, fuentes
subterráneas y lluvia.
Pueden ser:
Lagos: Aunque sea imperceptible, los lagos tienen una corriente, ya que además de recibir
agua, tienen una desembocadura, formando pequeños arroyos o incluso ríos.
Hielo y nieve
Sin embargo, si una nube encuentra una temperatura menor a 0 grados estando a baja altura,
se forman copos de nieve, los cuales se acumulan sobre el suelo al caer. Para que la nieve o el
hielo se acumulen, la temperatura ambiente en el lugar donde cae también debe ser menor a
0 grados.
Infiltración
Diversos tipos de suelo son porosos, es decir que entre sus moléculas existen huecos por los
que puede pasar el agua. Cuanto más poroso sea el suelo, más agua se infiltrará, pasando a
capas subterráneas.
Otro factor que afecta la infiltración es la humedad del suelo: cuando el suelo está
completamente humedecido y no tiene capas subterráneas más porosas, el agua se acumula
en la superficie.
Almacenamiento subterráneo
Por debajo de la tierra existe una erosión de corrientes de agua similar a la que realiza la
escorrentía en la superficie. Se forman verdaderas corrientes subterráneas pero también
almacenamientos, bien por la humedad del sustrato, que puede ser aprovechado por las
plantas, o bien formando depósitos.
Los manantiales son la salida de las corrientes subterráneas a la superficie o a zonas cercanas a
la superficie, que pueden ser aprovechadas por los animales. Dado que esta agua ha sido
filtrada por las diversas capas de suelo, los manantiales pueden ser fuentes de agua potable.
Por otro lado, las corrientes subterráneas pueden desembocar en ríos, lagos o mares, sin
siquiera salir a la superficie.
Mares y océanos
Los mares y océanos son la mayor reserva de agua en el planeta, con aproximadamente un 97
% de la cantidad de agua mundial. Sin embargo, es importante señalar que esta agua no es
potable para el ser humano ya que se trata de agua salada.
Evaporación
El agua se evapora en la superficie oceánica, sobre la superficie terrestre y también por los
organismos, en el fenómeno de la transpiración en plantas y sudoración en animales.
Los seres vivos, especialmente las plantas, contribuyen con un 10% al agua que se incorpora a
la atmósfera. En el mismo capítulo podemos situar la sublimación, cuantitativamente muy
poco importante, que ocurre en la superficie helada de los glaciares o la banquisa.
Condensación
Precipitación
Cuando la condensación rebasa cierto valor y las partículas de agua en estado líquido o sólido
alcanzan el peso requerido para vencer la fuerza de resistencia del aire y de sus movimientos
verticales, éstas caen hacia la superficie terrestre atraídas por la fuerza de gravedad. A esta
agua, en estado líquido o sólido, que proveniente del vapor de agua condensado en la
atmósfera desciende hacia la superficie de la tierra, de las plantas, etcétera, es a lo que se
llama precipitaciones atmosféricas.
Las precipitaciones pueden ser sólidas y líquidas. Las precipitaciones sólidas son de varios
tipos: nieve, cellisca, escarcha y granizo. Las precipitaciones líquidas, que en general
denominamos lluvia, presentan varias subclasificaciones atendiendo a la intensidad, duración,
tamaño de la gota y velocidad de caída: precipitación pluvial o lluvia propiamente dicha,
aguacero y llovizna.
Procesos asociados
Evapotranspiración
El agua se evapora desde la superficie de los líquidos, del suelo, de las plantas y de otros
objetos. En la parte sólida de la Tierra, las principales fuentes evaporantes son la propia
superficie del suelo y la de las plantas. La transpiración es el proceso mediante el cual las
plantas evaporan por las estomas de las hojas, el agua que, procedente del suelo, absorben
por sus raíces.
En condiciones naturales es muy difícil separar el agua que se evapora desde la propia
superficie del suelo de la que se evapora por transpiración desde las plantas. Es más factible
evaluar el conjunto del agua evaporada tanto por evaporación desde la superficie suelo como
por el proceso transpiratorio de la vegetación existente en esa superficie. A este conjunto se le
da el nombre de evapotranspiración.
Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros y pasa a ser
subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula en superficie (escorrentía)
depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de la cobertura vegetal.
Parte del agua infiltrada vuelve a la atmósfera por evaporación o, más aún, por la transpiración
en las plantas, que la extraen con raíces más o menos extensas y profundas. Otra parte se
incorpora a los acuíferos, niveles que contienen agua estancada o circulante. Parte del agua
subterránea alcanza la superficie allí donde los acuíferos, por las circunstancias topográficas,
intersecan (es decir, cortan) la superficie del terreno.
Escorrentía
Este término se refiere a los diversos medios por los que el agua líquida se desliza cuesta abajo
por la superficie del terreno. En los climas no excepcionalmente secos, incluidos la mayoría de
los llamados desérticos, la escorrentía es el principal agente geológico de erosión y de
transporte de sedimentos.
Humedad
La humedad del aire se refiere a la cantidad de agua en estado de vapor que se encuentra
contenida en el mismo. La capacidad del aire para contener vapor de agua está en
dependencia de la temperatura. A mayor temperatura el aire tendrá una mayor capacidad
para contener vapor de agua. Esto se explica fácilmente por la simple razón de que al
aumentar la temperatura el aire se dilata, disminuye su densidad y sus moléculas se separan.
En un metro cúbico de aire a una temperatura alta existirán menos moléculas que en el mismo
volumen a una temperatura más baja. Debido a esto, a mayor e temperatura el aire podrá
contener mayor número de moléculas de vapor de agua por unidad de volumen que a
temperaturas más bajas.