La primera condición de la corrección con ecualizador es el conocimiento
preciso de las frecuencias que se desean retocar. Un ecualizador constituye un auxiliar práctico pero bastante complejo en su correcta utilización. Este es el motivo por el cual en la mayoría de los casos un ajuste hecho a oído puede llegar a ser decepcionante. Con objeto de que el ecualizador rinda al máximo se deberán de efectuar con anterioridad una serie de mediciones preliminares, exactas y minuciosas.
Para el caso de la corrección acústica de salas de auditorios se pueden
presentar varia soluciones. Aunque el proceso de conjunto es siempre el mismo, en la práctica se pueden utilizar diferentes elementos auxiliares como: analizador de espectro, sonómetro, audífonos y grabaciones de prueba. Para el caso de tratamiento instrumental lo ideal es conocer de la manera más precisa el rango de frecuencias en que el instrumento a tratar se desarrolla.