Está en la página 1de 120

Robert Stobaugh y Thomas Yergin

LA CRISIS DE LA ENERGÍA

William Irwin Thompson


INDICIOS DE UN FUTURO VIABLE

Walter H. Capps
EL LEGADO DE THOMAS MERTON

Alan Brien
EL HOMBRE DE LA MASCARA IRÓNICA

Irving Kristol y Arthur Schlesinger hijo


¿VAN LOS EUA HACIA LA DERECHA?

Leonard Sussman
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

James Alan McPherson


PRODUCTO DE LA CULTURA, NO DE LA
RAZA

James Lincoln Collier


¿ES JAZZ LA MÚSICA DE JARRETT?

LIBROS DE:

Stephen Jay Gould, Clarence Brown,


Christopher Jencks, Herbert Franklin,
Joyce Carol Oates, Robie Macauley y John
Pfeiffer
FACETAS es una publicación
trimestral de crítica y análisis
de temas intelectuales y
culturales de interés actual en
los Estados Unidos. Las
opiniones expresadas en sus
páginas son las de los
autores y no necesariamente
reflejan el punto de vista o la
política del gobierno
estadounidense.

El material tomado de otras


publicaciones no puede
reproducirse sin permiso.
Toda solicitud de
reproducción deberá enviarse
directamente a las fuentes
citadas o al Agregado
de Prensa, Embajada de
los Estados Unidos.

Director Invitado:
Stephen Espié
Director Adjunto:
Geoffrey Gould
Director de Arte:
Gary Soderstrom
Asistente Editorial:
Iris L. Nelson
Compiladora Gráfica:
Martha Humenik

Oficina Editorial:
International Communication Agency
United States of America
1776 Pennsylvania Avenue, N.W.
Washington, D.C. 20547

Redacción en Español:
Angel Carlos González Ruiz
Margarita Montero de Gesundheit
Manlio Fabio Fonseca Sánchez
Ramón Saavedra
FACETAS
1979

Vol. 12, Núm.3

Por Robert Stobaugh 3 Conciliación con la Crisis de Energéticos


y Daniel Yergin

Por William Irwin 18 Indicios de un Futuro Viable


Thompson

Por Walter H. Capps 28 La Religión en los EUA:


El Legado de Thomas Merton

Por Howard Nemerov 36 El Avioncito (Poema)

Por Alan Brien 37 El Hombre de la Máscara Irónica: S. J. Perelman

Por Irving Kristol 45 ¿Van los EUA hacia la Derecha?


y Arthur Schlesinger hijo (Conversación)

Por Robert Penn Warren 60 Buscador de la Verdad (Poema)

Por Leonard Sussman 62 Los Medios de Comunicación: Oportunidades


y Amenazas

Por James Alan 71 El Norteamericano: Producto de la Cultura,


McPherson No de la Raza

Por John Updike 81 Ohio (Poema)

Por James Lincoln Collier 82 ¿Es Jazz la Música de Keith Jarrett?

LIBROS

Por Stephen Jay Gould 92 Meditaciones sobre Biología

Por Clarence Brown 96 Cartas de Amor y Odio

Por Christopher Jencks 100 ¿Cuan Nuevo es el Nuevo Conservadurismo?

Por Herbert Franklin 104 Un Filósofo con Lodo en los Zapatos

Por Joyce Carol Oates 106 Un Arte Humano y Audaz

Por Robie Macauley 110 Lo Blanco, lo Negro y Todo lo Demás

Por John Pfeiffer 112 La Naturaleza: Conservadora Radical

1
NOTA AL LECTOR

E n este número James Alan McPherson, el escritor negro ganador


del premio Pulitzer, habla de la complejidad de los Estados Uni-
dos, de cómo intentó él "experimentar su diversidad, conocer a
diversos tipos de estadounidenses. . . y tratar de sintetizar todo esto". Es
la ' 'síntesis" que Facetas ha procurado realizar a través de los años (tanto
en las ideas como en las personas). En las páginas siguientes, la compleji-
dad de los Estados Unidos es descrita por un grupo diferente de nortea-
mericanos célebres (que colaboran como autores o son mencionados por
éstos), incluidos Arthur Schlesinger hijo, Irving Kristol, Robert Penn
Warren, John Updike, Thomas Merton, S. J. Perelman, Keith Jarrett,
Joyce Carol Oates, Lewis Mumford, Edmund Wilson, Vladimir Nabokov
y Gregory Bateson.
El artículo de más actualidad en este número se refiere a la crisis de los
energéticos y fue escrito por Robert Stobaugh y Daniel Yergin. En años
recientes, muchas soluciones a la crisis han sido propuestas por científi-
cos, economistas, políticos y hombres de negocios, así como por proyec-
tos de investigación como el que se llevó a cabo hace poco en la Universi-
dad Harvard y que se resume en nuestro primer artículo. El proyecto de
Harvard sostiene que los Estados Unidos deben abocarse con vigor a la
energía solar y la conservación.
Muchos ambientalistas consideran que el uso cada día mayor del Sol
como fuente de energía obligará a los estadounidenses a tomar medidas
para conservar ésta, pues la de origen solar se adecúa tan admirablemente
a la pequeña "tecnología apropiada", que engendrará un nuevo estilo de
vida basado en la conservación de la energía. En su carácter de precur-
sores, millares de ambientalistas han fundado comunidades rurales para
demostrar lo que puede hacerse con el Sol. Una de las más famosas
es Lindisfarne, que se describe en la página 18. Como muchas de esas
nuevas comunidades, Lindisfarne acusa la influencia del renacimiento
religioso que ha tenido lugar en los Estados Unidos, el cual se analiza
en el ensayo de Walter Capps que aparece en la página 28. De este modo
los tres primeros artículos, en conjunto, esbozan una de las formas en
que los norteamericanos están fusionando las nuevas ideas sobre la ener-
gía con las nuevas inquietudes acerca de la vida espiritual.
Sin embargo, como señalan Stobaugh y Yergin, no es preciso tener
inclinaciones pastoriles, románticas o espirituales para creer en la energía
solar. Uno de los principales consultores del mundo en el renglón de la
energía es el físico Amory Lo vins, quien ha presentado algunos de los
más sesudos argumentos económicos en favor de la energía solar. Lovins
también sabe ser elocuente, como en el último párrafo de su libro Soft
Energy Paths (Sendas de energía blanda): "La luz solar no deja la Tierra
despojada, sino que la reserva, la renueva. Hace a la gente inalterable,
jovial, incluso iluminada. Sobre todo, respeta los límites que siempre nos
impone el vivir en un pequeño planeta: la delicada fragilidad de la vida, la
imperfección de las sociedades humanas, la flaqueza de los designios del
hombre. Todavía podemos optar por vivir con ligereza, con luz".

S.E.
CONCILIACIÓN CON LA CRISIS
DE ENERGÉTICOS
Por Robert Stobaugh y Daniel Yergin

Hace un año Facetas analizó algunas de las comple-


jidades de "El dilema de la energía" en una sección
especial de artículos (Vol. 11, No. 3). Desde enton-
ces, el futuro de la energía nuclear en los Estados
Unidos ha quedado cubierto por una nube más os-
cura que nunca. Desde entonces, más y más exper-
tos—incluidos nuestros autores;—han pugnado por
que se dé mayor énfasis a las tecnologías energéticas
"blandas" como la solar y la de biomasa en lugar de
las "duras" como la hulla, el petróleo y la energía
nuclear.
El siguiente artículo refleja las conclusiones de Robert Stobaugh
un voluminoso estudio realizado a lo largo de seis
años y que constituye un libro ampliamente comen- Daniel Yergin
tado, cuyos autores son Robert Stobaugh y Daniel
Yergin, Energy Future: Report of the Energy Proj-
ect at the Harvard Business School (El futuro de la
energía: informe sobre el programa de energéticos
en la Escuela Harvard de Administración de Empre-
sas), editado por Random House, Nueva York, en
1979. Robert Stobaugh, profesor de administración
de negocios en la Escuela Harvard de Administra-
ción de Empresas dirigió el programa. Daniel Yer-
gin, catedrático en la Escuela de Gobierno Kennedy
de la Universidad Harvard, es también director del
Seminario Internacional sobre Energía del Centro de Asuntos Internacionales.

l segundo impacto petrolero comenzó casi cinco años después del

E primero. Esta vez las piezas del rompecabezas están dispuestas de


manera bastante diferente, pero las dos principales son las mismas.
La revuelta en Irán ha dado por resultado la interrupción del abastecimiento
y una pérdida para la producción mundial que ya es tan cuantiosa como la
que significó el embargo de 1973; el difícil mercado petrolero mundial que se
había vaticinado para mediados de los ochentas o más, ya se nos vino
encima. Y, como resultado directo, las naciones de la Organización de Paí-
ses Exportadores de Petróleo (ΟΡΕΡ) siguen aumentando los precios.
Dentro de los Estados Unidos, este segundo impacto ha terminado con la
tendencia a aseverar que la crisis energética era cosa del pasado y a descar-
tar la posibilidad de un segundo impacto, proyectando imágenes de un mer-
Reproducido con permiso especial de ía revista Foreign Affairs, primavera de 1979. Copyright ® 1979. por el Council on
Foreign Relations.

3
FACETAS

cado mundial inundado de petróleo. En particular, pone de relieve el conti-


nuo aumento de las importaciones petroleras estadounidenses, de 25 por
ciento de consumo en 1971 al nivel actual de cerca de nueve millones de
barriles diarios (mb/d), que representan casi la mitad del consumo petrolero
de los EUA.
Otras naciones han observado con consternación este aumento, ya que
con él se acentúan tendencias que representan amenazas fundamentales
para su bienestar. Este segundo impacto petrolero, combinado con la depre-
ciación del dólar, ha puesto nuevamente de manifiesto la urgente necesidad
de reducir la considerable dependencia del petróleo extranjero. Pero la per-
cepción del peligro difícilmente implica un consenso sobre cómo hacerlo.
Dos Romanticismos en Competencia
La intensidad del debate va más allá del interés propio. Hay romanticis-
mos poderosos que compiten. De un lado se encuentran los que tienen una
visión de la vida nacional descentralizada en muchas esferas mediante el
mecanismo de la crisis de energéticos, hasta el punto en que se convierte en
una sociedad pastoril postindustrial. [Ver el siguiente artículo, "Indicios de
un futuro viable", página 18.] Otra clase de romanticismo ha sido aún más
poderoso, el que podría llamarse romanticismo industrial, la creencia de que
la producción convencional puede ser por sí misma una salvación, de que es
posible regresar a una era de tasas de producción siempre en aumento.
Ambas clases de romanticismo oscurecen la comprensión de otra solución
que supla la importación de petróleo. Lo que hace falta es una investigación
pragmática del potencial de las diversas opciones. Dicha empresa pragmá-
tica, que examina completamente cada fuente de energía, lleva a conclusio-
nes que resultan bastante contrarias al credo de los románticos industriales.
Es decir, las fuentes convencionales—petróleo y gas natural, hulla y energía
nuclear nacionales—no ofrecen una opción frente a las crecientes importa-
ciones petroleras. Eso no quiere decir que los Estados Unidos deban seguir
sujetos a las enormes importaciones de crudo, ya que existen opciones
genuinas (esfuerzos para la conservación y, con el tiempo, la energía solar).
En contra del romanticismo de los partidarios de la vida pastoril industrial,
la amplia difusión de estos esfuerzos y fuentes difícilmente revolucionará
nuestro orden social, aunque sí facilitará la transición del petróleo importado
a otra solución más viable. Con todo, si se les da una oportunidad razonable,
son la opción frente a una dependencia cuyos peligros han vuelto a señalarse
con fuerza.
Empecemos por examinar brevemente cuan precario es el abastecimiento
de petróleo extranjero, y los costos económicos y de otra índole que implica
la creciente dependencia.
Si el petróleo se distribuyera equitativamente en todo el mundo, los pro-
blemas serían mucho menores. Pero la OPEP domina el mercado petrolero
internacional. La perspectiva de precios de petróleo cada vez más altos es
ahora prácticamente una certeza. Más aún, la fuerte dependencia de los
Conciliación con la Crisis de Energéticos

abastecimientos extranjeros de crudo hace que el mundo occidental esté


sujeto a muchas incertidumbres políticas y económicas.
Si se mira hacia el futuro, y se supone que el nivel de las importaciones
petroleras de los EUA aumentará gradualmente a 14 mb/d para fines de los
ochentas, la situación de los precios se vuelve tan incierta que resulta muy
difícil de cuantificar. Sin embargo, tan sólo en el área de los costos directos,
dos conclusiones parecen evidentes. En primer lugar, cualquier aumento en
las importaciones estadounidenses de crudo irá acompañado de un incre-
mento en los niveles de importación de los demás países industrializados
importantes. Por razones que son en parte políticas, en parte sicológicas, y
en parte económicas, los niveles de importación de los Estados Unidos
afectan directamente las importaciones de los demás países industrializados,
según lo ha indicado un reciente estudio realizado por la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Y, en segundo lugar, al aumentar así la demanda de petróleo, las presiones
sobre los países productores significarán aumentos de precios muy por en-
cima de los que tendrían lugar de otra manera. Si se da por sentado que
según las presentes tendencias a largo plazo, los precios "normalmente"
aumentarían sólo a tasas que avanzaran al ritmo de la inflación, entonces
una conjetura aproximada sería que los aumentos "anormales" del precio
real relacionados con un nivel de 14 mb/d en la importación estadounidense
de crudo excederían dichas tasas tal vez en 30 o 40 por ciento para fines de
los años ochenta.
El resultado, aplicado a un nivel de importación que aumentaría de 9 mb/d
a 14 mb/d para fines de la década de 1980, produciría en los Estados Unidos
costos adicionales de unos 60.000 millones de dólares por año (en dólares de
1978) a fines de los ochentas (el equivalente de 30-35 dólares por barril por
cada uno de los cinco mb/d importados adicionalmente).
Por último, a estos costos directos e indirectos deben añadirse graves
riesgos sociales y políticos. El impacto sobre la inflación podría convertir el
problema en algo casi inmanejable sin medidas rigurosas. Y, como a menudo
se ha señalado, las continuas y elevadas importaciones estadounidenses de
petróleo representan una importante contribución a las tensiones políticas
entre las democracias industriales.
En Busca de Nuevas Fuentes de Energía
En suma, los Estados Unidos confrontan la necesidad de realizar un es-
fuerzo mucho más significativo. ¿Dónde pueden encontrar las fuentes de
energía para detener el crecimiento de las importaciones petroleras, y cuál
debería ser el énfasis de ese nuevo programa energético?
Los seis años de investigación que precedieron al informe sobre energía
de la Escuela Harvard de Administración de Empresas nos llevan a la con-
clusión de que no existe una solución nacional al problema de las crecientes
importaciones estadounidenses de crudo; no hay posibilidades de que la
producción de los pozos petroleros estadounidenses puedan reducir la bre-
FACETAS

cha de nueve millones de barriles diarios que existe entre lo que los EUA
producen y lo que consumen. De hecho, se requerirá que el precio del crudo
sea más alto para mantener la producción a los niveles actuales. En lo que al
gas natural se refiere, los 566.300 millones de metros cúbicos (mmc) de gas
que los estadounidenses consumieron en 1978—el equivalente a nueve mi-
llones de barriles de petróleo por día—representaron aproximadamente un
cuarto de la energía usada en el país. A diferencia del petróleo, el gas natural
ha seguido siendo en su mayor parte un combustible producido en la nación,
ya que sólo se ha importado cinco por ciento. Pero en años recientes, a pesar
de que los precios del gas nuevo han subido sorprendentemente y de que se
ha aumentado su exploración y explotación, la tasa de descubrimiento de
reservas adicionales de gas natural dentro de los Estados Unidos ha sido tan
sólo de aproximadamente 283.000 mmc. En 1978 se estimó que las reservas
confirmadas de gas, que empezaron a disminuir en 1967 y que en la próxima
década bajaron en 30 por ciento, alcanzarían sólo para 10 años a la tasa
actual de consumo de 566.300 mmc por año. De ese modo las incertidumbres
que rodean a los niveles factibles de producción de gas natural en los próxi-
mos ocho a 10 años son mayores que en el caso del crudo. Si bien son
concebibles niveles más altos, creemos que sería muy importante planear
que la producción de gas natural exceda el nivel actual, el equivalente a
nueve mb/d de petróleo. En efecto, será un gran desafío el encontrar sufi-
cientes nuevas reservas para mantener la producción a los niveles actuales.
En tanto que el petróleo y el gas natural nacionales están restringidos por
la geología, las otras dos fuentes internas convencionales—hulla y energía
nuclear—están limitadas por problemas políticos. El conflicto político ha
estado relacionado con los efectos secundarios que implican la disponibili-
dad y utilización de estas fuentes de energía, es decir, las externalidades, o
costos, que indirectamente tienen que soportar los miembros de la sociedad
en general, en lugar de que sean pagados directamente en efectivo por los
consumidores de energía. En la actualidad la hulla es la más importante de
las dos, ya que aporta 18 por ciento de la energía de los EUA, o el equiva-
lente a siete mb/d de petróleo. En 1977, el pronóstico oficial de energía
demandaba un aumento en el abastecimiento de hulla entre 1976 y 1985, el
cual suministraría el equivalente a 6,5 mb/d de petróleo adicionales. Según
se nos recuerda frecuentemente, la hulla es el combustible fósil más abun-
dante en los EUA, ya que abarca, según algunos cálculos, 90 por ciento del
total de reservas de energía en los Estados Unidos. Los cálculos razonables
acerca de las reservas recobrables varían ampliamente (de 150 a 440.000
millones de toneladas). Sin embargo, incluso considerando los cálculos más
bajos, las reservas podrían asegurar suministros de hulla suficientes para un
siglo por lo menos a altas tasas de consumo.
Los Estados Unidos poseen la hulla. Pero su propia abundancia ha enga-
ñado a la gente, ya que la existencia de enormes reservas no significa que los
EUA estarán automáticamente en condiciones de invertir el largo descenso
de la participación de la hulla en la energía estadounidense. Lo más probable
Conciliación con la Crisis de Energéticos

es que habrá un lento aumento de producción y consumo, pero difícilmente


el requerido para proporcionar una solución al urgente problema de la im-
portación de crudo.
A fin de cuentas, nuestra mejor opinión es que resulta improbable que la
producción de hulla aumente entre 1976 y 1985 en una cantidad mayor a
la del equivalente en petróleo de tres millones de barriles diarios, en vez de
6.500.000 barriles por día como lo predijo el pronóstico oficial de energía
para fines de los años ochenta. Para entonces estimamos que la hulla podría
suministrar cuatro mb/d más que en la actualidad, comparado con los cinco
mb/d adicionales proyectados en el "programa convencional" que aparece
en el cuadro de la página 11. Podría argüirse que estos son cálculos "estáti-
cos". Empero, si se examina sólo la cantidad de inversión requerida en
todas las etapas del sistema—minas, ferrocarriles y centrales de energía—es
preciso concluir cuan improbable es que ocurra un aumento sustancial de
hulla en este lapso de tiempo. Y la clase de ajustes requeridos en nuestra
sociedad es en efecto grande en cualquier caso.
La respuesta de todas las naciones industriales ante las consecuencias
inmediatas del embargo fue renovar el compromiso con la energía nuclear.
En 1974 el Proyecto Independencia, de los EUA, declaraba que cerca del 40
por ciento de la electricidad de la nación podía ser generado por energía
atómica para fines de el decenio de 1980.
Las proyecciones de energía nuclear en términos de lo técnicamente posi-
ble eran una cosa, pero la realidad—lo que estaba relacionado con cuestio-
nes de seguridad, reajustes en los costos, y problemas de proliferación de
armas—transformaron la toma de decisiones en asuntos nucleares de una
cuestión estrictamente tecnológica en un problema político importante. Los
interminables litigios y audiencias y las ruidosas manifestaciones dieron por
resultado una demora tras otra. La consecuencia ha sido una paralización
continua.
Es verdad que la energía nuclear, con una capacidad actual de 50 gigava-
tios (GW), genera en el presente aproximadamente 12 por ciento de la
electricidad de la nación (suministra, en el cuadro total de energía, el equiva-
lente a 1,25 mb/d de petróleo). Y las instalaciones para producir otros 145
GW se encuentran ya sea en la etapa avanzada de planificación, están por
producirse, o en construcción. Si todas estas instalaciones se construyen
según el programa o con muy poco retraso, los Estados Unidos contarán con
un total de aproximadamente 195 GW de capacidad nuclear en funciona-
miento para principios de los noventas, lo que quizá generaría un cuarto o
más de la electricidad de la nación.

Polémica sobre la Energía Nuclear

Pero incluso este modesto crecimiento no puede considerarse de ninguna


manera como algo seguro. La polémica respecto a la energía nuclear abarca
una serie de costos externos aún más controvertidos que los de la hulla. Los
FACETAS

Colectores solares y generador eólico en lo alto de un edificio en la ciudad de Nueva York.

defensores de la energía nuclear, que aseguran que mayor perfecciona-


miento nuclear es esencial para el bienestar de la nación, han perdido te-
rreno en un debate que se hace cada vez más extenso. Las dudas suscitadas
respecto a la seguridad han demorado la terminación y han forzado a que se
tomen precauciones de seguridad adicionales, lo que contribuyó a que los
costos aumentaran rápida y descontroladamente dando por resultado una
segunda controversia importante: ¿Cuesta más, lo mismo, o menos generar
electricidad de la energía nuclear que de la hulla? Ya es bastante difícil
contestar esta pregunta cuando sólo se consideran los costos directos que
recaen en la empresa de servicios públicos; pero es prácticamente imposi-
ble responderla cuando se intenta medir los costos externos relativos de la
energía nuclear y de la hulla.
En vista de las dificultades a que en la actualidad se enfrenta la energía
nuclear en los EUA, lo mejor que se puede esperar para los próximos 12
años es que la energía nuclear aporte el equivalente de 1.500.000 barriles dia-
rios de petróleo además del 1.250.000 barriles diarios que suministra en la
8
Conciliación con la Crisis de Energéticos

actualidad. Para alcanzar dicho nivel de producción será necesario que toda
la capacidad nuclear que ahora existe entre en operación continua, que se
completen y pongan en operación todas las nuevas instalaciones que en la
actualidad se encuentran en construcción o a punto de ser producidas.

Perspectiva Gris

Esa es sin duda una perspectiva bastante gris. En efecto, consideramos


que el panorama nuclear es muy incierto y creemos que la energía generada
por medios nucleares podría efectivamente sufrir un deterioro absoluto en
un lapso de 10 años.
Esta conclusión pesimista para fines de la década de 1980 no significa ni
por un momento que los Estados Unidos no deban aumentar sus esfuerzos
tanto para remover los actuales obstáculos técnicos que impiden ampliar el
uso de los reactores de agua ligera existentes como para diseñar mejores for-
mas de producción de energía nuclear. Es posible encontrar respuestas a los
riesgos de proliferación de armas que implican los actuales diseños de los re-
actores reproductores, y en el lapso de 15 a 25 años, la energía de fusión
puede llegar a dar resultado, al menos en forma experimental. Pero para el
resto de este siglo sería del todo imprudente contar con que la energía nu-
clear ayudará en forma importante a resolver el problema de reducir la de-
pendencia del petróleo importado.

Un Giro hacia el Sol

Excepto por quienes creen en un mundo electrificado mediante la energía


de fusión, existe un acuerdo general respecto a que a la larga tendrá que
realizarse una transición del petróleo, gas, hulla y uranio a lo que se deno-
mina energía solar. El término "solar" abarca fuentes muy diversas que
tienen en común el hecho de ser renovables, depender en último término del
Sol y, en el caso de los materiales inflamables, haber empezado a existir
"recientemente" en la Tierra, en el último siglo más o menos (en contraste
con los combustibles fósiles).
En el presente todas las formas de energía solar aportan únicamente el
equivalente de un millón de barriles diarios de petróleo en el balance energé-
tico de los EUA (y esto sólo si se incluye bajo este encabezamiento a la
energía hidroeléctrica). En el pronóstico convencional para fines de los años
80, se predice que esta cantidad únicamente se duplicará, alcanzando un
nivel de dos mb/d.
Las cantidades asignadas por el gobierno a la investigación y perfeccio-
namiento de la energía solar han aumentado considerablemente, así como la
atención y el esfuerzo de las compañías particulares. Pero una porción de-
masiado grande del programa de investigación actual está dirigida hacia la
"energía solar en gran escala" (proyectos costosos y de alta tecnología que
emulan a los programas espaciales y nucleares). Hay dos ejemplos notables.
FACETAS

Uno es la "torre de energía", que usará hectáreas de espejos para enfocar la


luz a fin de calentar agua hasta el punto de ebullición; ésta representa un
quinto del presupuesto gubernamental para investigación y desarrollo solar.
El otro es un satélite en órbita, que dirigiría la energía solar hacia la Tierra.
En tanto que las diversas formas de energía solar en gran escala difieren
entre sí en muchos aspectos, tienen en común ciertas características impor-
tantes: su viabilidad práctica es altamente incierta; es probable que resulten
muy caros, siendo sólo especulativos los actuales cálculos respecto a su
costo; y es muy posible que deban resolver graves problemas ambientales.
En contraste con los programas de la "energía solar en gran escala", se
encuentran los que corresponden a la misma en "pequeña escala": formas
descentralizadas de energía renovable que pueden aportar una contribución
considerable en este siglo. Los principales de éstos son los relacionados con
la calefacción de espacios y agua, y el consumo de "biomasa"—materia
orgánica, principalmente de las plantas—para todo tipo de combustión.

Concentración de los Rayos Solares

En términos de una contribución cuantitativa, la calefacción solar de es-


pacios y agua puede tener el mayor efecto, al menos en la próxima década,
por medio de los llamados sistemas activos que comprenden piezas mecáni-
cas movibles. En la actualidad la forma más común es el tablero solar,
diseñado para captar y concentrar los rayos solares, calentar aire, agua o
algún otro fluido que circula por conductos, y conducir el calor hacia donde
se necesita.
El potencial para la calefacción solar activa es extenso porque resulta
adecuada para la mayoría de los nuevos edificios residenciales y comerciales
y aproximadamente para un tercio de los 55 millones de viviendas que exis-
ten en el país. Anteriormente se pensó que la calefacción solar pasiva tarda-
ría décadas en ejercer un efecto importante—habría que diseñar edificios
que aprovecharan el medio—debido a la lentitud con que se multiplican los
mencionados edificios. Pero la evidencia reciente indica que la calefacción
solar pasiva también puede ser retroadaptada en forma eficaz a las estructu-
ras existentes, en una escala considerable y en mucho menos tiempo.
En 1975, sólo cabía especular acerca de las posibilidades de crear una
industria de calefacción solar en los Estados Unidos. Hoy es una industria
vibrante y en crecimiento. Las ventas, incluyendo instalación, aumentaron
10 veces en tres años, de 25 millones de dólares en 1975 a 260 millones de
dólares en 1977. La evolución de la industria y el potencial del mercado
permiten que exista cada vez más optimismo respecto a la energía solar.
La otra principal fuente renovable a corto plazo es la biomasa: materia
orgánica de plantas y animales. La biomasa puede ser quemada o convertida
en combustible gaseoso o líquido. Biomasa significa, por ejemplo, que los
desechos municipales sólidos pueden ser convertidos, de un grave problema
de eliminación, en una importante fuente de energía que rivalizaría con la
10
Conciliación con la Crisis de Energéticos

actual contribución de la energía nuclear. Pero la fuente principal de energía


de biomasa a corto plazo sería probablemente la madera, los desechos fores-
tales y otros derivados de las plantas. Dicho potencial puede ser aumentado
mediante la producción de cultivos energéticos de rápido crecimiento. Que-
mando desechos forestales y madera podría obtenerse el equivalente a tres
mb/d de petróleo, sin depender de complicadas técnicas de administración
forestal y de nuevas especies de árboles; pero un alto nivel de esa índole
tardaría años, tal vez décadas.
Resumiendo hasta aquí nuestro argumento, es desoladora la perspectiva
de aumentar en forma importante el suministro nacional de energía prove-
niente de las cuatro fuentes tradicionales: petróleo, gas, hulla y energía
nuclear. Hoy en día, la producción estadounidense a partir de estas cuatro
fuentes representa el equivalente de 27 millones de barriles diarios de cru-
do. (Ver el siguiente cuadro). Quizá en un período de 10 años más o menos,
esos 27 mb/d podrían aumentar a 32 mb/d, y ser complementados con cuatro
mb/d adicionales provenientes de fuentes relacionadas con el Sol. Pero du-
rante ese período, según los actuales pronósticos de la Secretaría de Energía
de los EUA, las necesidades de consumo podrían aumentar al equivalente de
51 mb/d de petróleo para fines de los ochentas, incluso según la hipótesis

SUMINISTRO DE ENERGÍA DE LOS EUA


PROGRAMA EQUILIBRADO PARA FINES D E LOS AÑOS 80
(en equivalente de millones de barriles de petróleo)

Real Pronóstico Programa


1977 Estándar Equilibrado
Fines de Fines de
los Años 80 los Años 80

Nacional (salvo exportaciones)


Petróleo 10 10 10
Gas natural 9 9 9
Hulla 7 12 11
Nuclear 1 3 2
Subtotal, "tradicional" 27 34 32
Solar, incluso hidroeléctrica 1 2 4
TOTAL NACIONAL 28 36 36
Importaciones
Petróleo 9 14 9
Gas * 1 1
Subtotal 9 15 10
TOTAL 37 51 46
Conservación adicional 0 3 8
GRAN TOTAL 37 54 54
FUENTE PARA LA TERCERA COLUMNA: Cálculos del autor sara el Programa Equilibrado.
"Ligeramente menos de 0,5 mb/d

11
FACETAS

de esa secretaría de que para entonces habremos logrado un ahorro, gracias


a medidas de conservación adicionales a las vigentes a principios de 1978,
que según los cálculos representan el equivalente a tres mb/d de crudo.

Necesidad de Ahorrar Energía

En la actualidad, los estadounidenses tienen conciencia del ahorro hasta


un punto que se hubiera considerado imposible hace una década. Muchos
norteamericanos se percatan de que en el presente los Estados Unidos usan
mayor cantidad de energía per cápita y por unidad de PNB que otras nacio-
nes industriales avanzadas con un nivel de vida igualmente alto. En algu-
nos aspectos se ha progresado en forma notable: el mayor rendimiento de los
nuevos automóviles en kilómetros por litro de gasolina—que ahora se ha
previsto que aumentará hasta un promedio de 11,69 kilómetros por litro para
1985—puede ahorrar dos mb/d para fines de los ochentas, comparado con lo
que serían los niveles de consumo si el rendimiento de los nuevos automóvi-
les se hubiera conservado en los niveles anteriores a 1974. Pero ya que los
automóviles seguirán siendo importantes en la vida estadounidense, es ne-
cesario que se impongan normas de rendimiento posteriores a 1985, las
cuales permitirán a los constructores de automóviles encontrar formas flexi-
bles de alcanzar una meta más alta, tal vez de 21,25 kilómetros por litro.
En la industria estadounidense, sigue siendo muy amplia la escala para
alcanzar mayores ahorros de energía: desde mejor administración interna
hasta la recuperación de calor y materiales de desperdicio, además de impor-
tantes innovaciones tecnológicas. En suma, según un estudio reciente, tal
vez sea posible reducir en más de un tercio el uso de energía industrial en
formas económicamente justificables mediante métodos de conservación
conocidos, sin recurrir a descubrimientos sensacionales. Hay muchas razo-
nes que explican el ritmo relativamente lento del ahorro de energéticos en
la industria. Uno es la confusión respecto a los precios de éstos y el otro la
incertidumbre sobre si existe un problema de energéticos. Muchas empre-
sas han descubierto que los precios de los energéticos no afectan la partici-
pación en el mercado o el margen de utilidades ya que pueden trasmitirse
al consumidor.
En el sector de la construcción existe un amplio potencial para la conser-
vación. Casi 40 por ciento del consumo estadounidense de energía se debe a
la calefacción de espacios, agua caliente, aire acondicionado e iluminación
de hogares, estructuras comerciales y fábricas. La verdadera oportunidad en
el sector de la construcción es la "retroadaptación" (o sea los cambios de
equipo y estructuras que "sellan" los edificios, es decir, mejoran el rendi-
miento térmico y del sistema eléctrico). Las posibilidades son considerables.
Por ejemplo la empresa IBM, que en 1973 empezó a reducir en 10 por ciento
el consumo de energía en 34 emplazamientos importantes en todo el país, se
sorprendió al descubrir que en efecto redujo su consumo de energía en 39
por ciento para 1977. No se requirió de "nada muy técnico o profundo".

12
Conciliación con la Crisis de Energéticos

Calefacción de Espacios en Residencias

La experiencia del mundo real demuestra que también es posible lograr


ahorros importantes en el sector residencial. Los estudios realizados en
todo el país indican que es muy factible lograr reducciones de 25 a 50 por
ciento en el uso de energía en las viviendas de los EUA. Un estudio de una
ciudad en Nueva Jersey, realizado durante cinco años, demostró que era
posible obtener una reducción de 67 por ciento en el consumo anual de la
energía utilizada para calefacción de espacios, con un conjunto de medidas
relativamente sencillo.
Todo esto sugiere un vasto mundo de posibilidades. En los Estados Uni-
dos se está llevando a cabo la retroadaptación, pero a un ritmo mucho más
lento de lo posible o deseable.
El análisis de este sector demuestra la amplia flexibilidad posible para el
uso de la energía en los EUA. Su alcance fue subrayado en un informe
reciente presentado por un grupo de expertos sobre el futuro de la energía,
reunidos por la Academia Nacional de Ciencias, el cual analizó cuatro posi-
bles situaciones construidas cuidadosamente sobre la futura demanda de
energéticos en los Estados Unidos. Los resultados fueron extraordinarios:
que en el año 2010 en los EUA "se podrían suministrar habitat, transporte y
otras comodidades bastante similares a las de hoy" usando el doble de
energía de la que se consume hoy, o en otra posibilidad, usando casi 20 por
ciento menos de la que se utiliza en la actualidad. Y dicho ahorro supone
que continúe el desarrollo económico y demográfico. La conclusión es "que
existe mucho más flexibilidad hacia la reducción de la demanda de energía
de lo que se creyó en el pasado".
Entonces, ¿cuánto podría reducir un esfuerzo realmente intensivo de con-
servación el nivel vaticinado de demanda de energía en los Estados Unidos
para fines de los años 80, que asciende aproximadamente al equivalente de
51 millones de barriles diarios de petróleo? Nuestra conjetura es que podría
dar por resultado un ahorro equivalente a alrededor de ocho millones de
barriles diarios de petróleo.
Confiamos que tal ahorro adicional en el consumo de energía en los Esta-
dos Unidos puede lograrse sin afectar los niveles de crecimiento económico
pronosticados. Se acumulan indicios que sugieren con insistencia que la
conservación de energía es en sí una forma de inversión productiva ya que
reditúa cambios reales mucho más rápidos y considerables, en el balance
energético de la nación, que casi cualquier otra inversión en materia de
producción de energía. Además, de hecho puede estimular el empleo, la
innovación y el crecimiento económico sobre bases firmes.
Pero recuperar la "energía de conservación" no es tan sencillo como
puede parecer. Por desgracia, es una fuente difusa y no posee un grupo de
votantes tan definido como el petróleo, el gas y la energía nuclear. Su defen-
sor debe ser la política pública y se necesitarán muchas estrategias dife-
rentes. Si pudiéramos contar con varias décadas, entonces el mercado por sí
FACETAS

solo, a través de aumentos graduales de precios, sería suficiente. Pero tales


décadas no están a nuestra disposición. Para que la conservación haga la
contribución debida en el lapso de tiempo adecuado, debe existir la combi-
nación precisa de señales, de precio, regulación, incentivos e información.
Sólo así los actos de conservación pueden convertirse en algo tan económi-
camente atractivo para quienes adoptan las políticas como lo son para la
sociedad en general.
El cuadro que aparece en la página 11 muestra los resultados del progra-
ma equilibrado que, en nuestra opinión, debería seguirse para satisfacer
los requerimientos de energía de los Estados Unidos a fines de la década
de 1980 sin aumentar la cantidad de petróleo que importamos. Este no es un
programa de "esto o aquello". Por el contrario, da por sentado que se
realizarán todos los esfuerzos razonables a fin de aumentar el suministro
nacional de combustibles convencionales, incluyendo:

1. Alquiler de propiedades petroleras y de gas ubicadas mar adentro, bajo


estrictas reglamentaciones ambientales, y de manera que se promueva la
producción rápida.
2. Liberación de controles al petróleo y gas recién encontrados, y al
petróleo obtenido por medio de métodos mejorados de recuperación para
producir el crudo restante después que se han usado los métodos normales
de recuperación.
3. Asistencia gubernamental para tecnologías capaces de proporcionar
nuevos suministros (tales como gasificación y licuefacción de la hulla y
extracción de petróleo de esquisto);
4. Un empeño importante del gobierno tendente a encontrar un método
aceptable para eliminar el combustible utilizado en los reactores nucleares.

A menos que se sigan medidas como éstas, habrá poco o ningún aumento
por sobre el equivalente de 27 millones de barriles darios de petróleo prove-
niente de las cuatro fuentes tradicionales. En efecto podría haber un des-
censo absoluto, lo cual haría quizá de los Estados Unidos un país mucho
más dependiente del petróleo importado de lo que indican los pronósticos
periódicos. Pero ya sea que las cuatro fuentes nacionales aumenten un poco,
permanezcan constantes o disminuyan, la clara disyuntiva para los EUA es
la misma: mayor dependencia del petróleo importado, o una transición a un
sistema de energía más equilibrado en el cual la conservación y la energía
solar desempeñen papeles importantes.

Desventajas de la Conservación y la Energía Solar

En este punto, el lector atento puede estar molesto por lo que parece ser
una paradoja en nuestro razonamiento. Por una parte decimos que la con-
servación y la energía solar son los sustitutos más efectivos del petróleo
importado. Sin embargo, por la otra, la intención de nuestro argumento es

14
Conciliación con la Crisis de Energéticos

señalar que ellas tienen el menor ímpetu y el apoyo más débil. ¿Acaso no
socavan nuestro argumento las dificultades que se oponen a la conservación
y la energía solar?
La respuesta radica en aclarar las desventajas bajo las cuales funcionan la
conservación y la energía solar. Para empezar, compiten contra la fuerza de
la costumbre, las conocidas normas de producción de energía que se identi-
fican con el gran período de crecimiento económico de la posguerra. En
segundo lugar, en la actualidad la energía solar y la conservación no pueden
competir equitativamente en el mercado con el petróleo importado y otras
fuentes tradicionales. Los subsidios provocados por los controles de precios
que alientan a los consumidores a usar petróleo, gas y electricidad ascienden
a miles de millones de dólares al año. En tercer lugar, la conservación y la
energía solar carecen del grupo de votantes con que cuentan las fuentes
convencionales. Ha empezado a formarse un grupo de votantes que están a
favor de la energía solar, pero todavía es pequeño y a menudo se pasa por
alto por considerársele un elemento marginal.
En cuarto lugar, por lo general las fuentes convencionales de energía
dependen de la producción centralizada a cargo de empresas altamente
competentes. En el pasado resultó mucho más fácil generar electricidad en
una central de energía y luego distribuirla a la población por medio de
cables. Las grandes empresas seguirán desempeñando un papel importante
en la producción de energía. Pero la energía solar y la conservación implican
dosis mucho mayores de decisiones y actividades en el lugar donde se va a
utilizar la energía.

¿Incentivos o Amenazas?

La respuesta a los problemas planteados por la energía no es crear un


sistema cada vez más reglamentado. Pero para que el mercado pueda resol-
ver dichos problemas hay que corregir sus distorsiones de manera que todas
las fuentes de energía, incluso la solar y la conservación, puedan competir
por igual. Sin una transición hacia un programa de energéticos más equili-
brado, en los años siguientes el propio sistema de mercado estará inevita-
blemente cada vez más restringido por la regulación y la desorganización.
Aunque tanto los incentivos como las sanciones tienen, aplicación en esto,
debería darse énfasis a los incentivos. Estos producen mejores políticas y un
cambio más aceptable que las amenazas.
El último punto es crucial, ya que un programa políticamente aceptable
que puede contribuir en forma importante a solucionar el problema de la
energía es preferible a otro que en teoría puede resolverlo por completo,
pero que no tiene probabilidad de ser adoptado.
No afirmamos saber el nivel de subsidio exacto y apropiado para la ener-
gía solar y la conservación. El que los verdaderos costos del petróleo impor-
tado sean potencialmente por lo menos el triple de su actual precio en el
mercado de los EUA sugiere un subsidio de compensación de dos tercios del
FACETAS

costo de poner en práctica la conservación y la energía solar. Empero, no


recomendamos un subsidio tan cuantioso, ya que reconocemos que nues-
tros cálculos son sólo aproximaciones imperfectas. Más aún, pensamos que
subsidios algo menores probablemente serían suficientes para alentar un au-
mento considerable en la inversión en conservación y energía solar. Sugeri-
mos, como guías aproximadas, subsidios de 40 a 50 por ciento para la con-
servación y de hasta 60 por ciento para la energía solar, justificando el que
este último sea más alto en vista de la necesidad—y valor para la socie-
dad—de alentar la difusión de tecnología que ahora no se usa mucho.

Mercado Libre para Petróleo y Gas

¿No hablamos acaso de gran cantidad de dinero? ¿Cómo pagamos un


programa de esa índole, especialmente en un momento en que reducir el
presupuesto se ha convertido en una preocupación en Washington? La ma-
yoría de los funcionarios ejecutivos de la industria del petróleo y gas com-
prenden que es inevitable que se imponga un "impuesto inesperado" sobre
una parte de las utilidades que resultaron al ser levantados los reglamentos al
petróleo menos reciente. Nosotros propondríamos que el impuesto inespe-
rado se asignara específicamente al financiamiento—principalmente por
medio de créditos fiscales, pero también de concesiones y préstamos—de la
conservación y la energía solar, los dos sustitutos más prometedores del
petróleo. Y así como el impuesto inesperado puede desaparecer por sí
mismo a medida que nos acercamos a un mercado libre para el petróleo y
el gas nacionales, así es probable que estos créditos desaparezcan por sí
mismos en un período de 10 años (característica importante ya que con fre-
cuencia en el pasado ha sido difícil detener programas una vez que se han
iniciado). De esta manera nuestra propuesta respondería a dos de los pro-
blemas más urgentes en la política del gobierno de los EUA en materia de
energéticos: el estímulo a la conservación y la energía solar, y la necesidad
de que gradualmente se liberen los precios del petróleo en su totalidad.
En su forma actual, el sistema de regulación de precios del petróleo es
sumamente irracional. Y, si nuestro análisis acerca del impacto de importa-
ciones petroleras más bien cuantiosas que pequeñas es correcto, entonces
un sistema estadounidense irracional de precios podría ser una de las princi-
pales causas de que en los años venideros los precios del crudo sean mucho
más altos, con todas las consecuencias que eso traería para las economías
occidentales. No tiene sentido que los Estados Unidos estén tan integrados
en el mercado mundial del petróleo—siendo con mucho el mayor consumi-
dor del crudo de la OPEP—y sin embargo posean un sistema de precios
aislado del mercado.
Nuestra propuesta respondería a otra necesidad, una necesidad política, si
es que la nación ha de resolver algún día sus problemas de energéticos. Sería
provechoso para llenar el vacío entre las partes litigantes en el desagrada-
ble debate estadounidense sobre la energía. Los diversos grupos de inte-

16
Conciliación con la Crisis de Energéticos

res—productores de petróleo y gas, defensores de la conservación y la ener-


gía solar, incluso ambientalistas y defensores del consumidor—son aliados
secretos, aunque, para quitarle importancia al asunto, por ninguna razón
reconocerían esta verdad. Los productores de petróleo y gas están conven-
cidos de que necesitan precios más altos a fin de mantener la producción.
Los defensores de la conservación y la energía solar deberían reconocer que
necesitan precios más altos para hacer que sus programas sean más atrac-
tivos. Los defensores del consumidor requieren precios más altos ahora a
fin de ayudar a proteger al público contra las alzas pavorosas que podrían
sobrevenir si la OPEP aumenta continuamente los precios. No es tan sólo
retórica, sino una necesidad absoluta, el encontrar las maneras de hacer que
esta alianza sea clara para los diversos participantes. Nuestra propuesta re-
concilia sus intereses.
En resumen, el gobierno debe dirigir. Pero liderazgo gubernamental no
significa administración en manos del gobierno. Al contrario, significa co-
rregir los defectos del mercado de manera que se creen más empleos y más
oportunidades de negocios, tanto para las grandes compañías como para las
empresas pequeñas y nuevas interesadas en la conservación y la energía
solar.
El programa equilibrado que sugerimos parece más políticamente factible
que otras propuestas que se han presentado. El asunto puede expresarse así:
nuestra producción convencional de energía—petróleo, gas, hulla, nu-
clear—puede considerarse como un sector productivo que ya ha sido bien
explorado. Estamos a favor de que se continúe y aumente la producción en
ese terreno. Ningún lector debe interpretar mal nuestro compromiso en este
aspecto. Pero, en lo que se refiere a la distribución de recursos y del es-
fuerzo que deberá realizarse para alcanzar más aumentos importantes de
energía, la evidencia indica fuertemente que se serviría mejor a la nación si
se concentrara su "empeño" exploratorio y de desarrollo en el área alta-
mente prometedora, pero aún en su mayor parte no comprobada, de la
conservación y la energía solar.
Lo que aquí proponemos representará el comienzo de una transición ob-
jetiva de los Estados Unidos que los alejará de la siempre creciente y cada
vez más peligrosa dependencia del petróleo extranjero. Ninguna otra na-
ción ejerce una influencia tan grande en todo el sistema energético interna-
cional. Es tiempo de que los Estados Unidos lleguen a una conciliación con
las realidades del problema de la energía, no con romanticismo sino en for-
ma pragmática y razonable; y no por altruismo sino por las razones más
apremiantes del interés propio.
INDICIOS DE UN FUTURO VIABLE
Por William Irwin Thompson

En el artículo anterior se mencionó un romanticis-


mo que hoy en día prevalece en los Estados Unidos
(la creencia en una vida nacional tan descentraliza-
da que da lugar a una "sociedad postindustrial pas-
toril")· Esos partidarios de lo "pastoril" fueron
inicialmente una pequeñísima minoría vanguardis-
ta, pero su número e influencia han aumentado en
los últimos años. Al practicar un nuevo estilo de vida
basado en "tecnología apropiada" y pequeña, han
fundado muchas comunidades experimentales como
proyectos piloto para "vivir con ligereza sobre la
tierra". Entre éstos, uno de los más famosos es
Lindisfarne (llamado así para recordar un encla-
ve monástico que mantuvo encendida una llama
de fe y conocimiento durante el Oscurantismo en
Europa). Lindisfarne fue establecido hace un dece-
nio por un grupo de estadounidenses destacados per-
tenecientes a distintas profesiones. Encabezados por el historiador William Irwin
Thompson (autor del artículo que aquí se inicia), los fundadores de Lindisfarne incluían
al biólogo Jonas Salk, al antropólogo Gregory Bateson, al físico Fritjof Capra, al finado
economista E. F. Schumacher—autor de Small is Beautiful (Lo pequeño es hermoso)—y
al astronauta Russell Schweikart. Los pobladores de Lindisfarne aprovechan el Sol y la
biomasa para dotar de energía a su comunidad. Son los precursores de una nueva
"cultura planetaria" (una forma de vida que, ellos piensan, dará indicios de un futuro
viable para toda la humanidad). Igual que muchas nuevas comunidades semejantes en los
Estados Unidos, Lindisfarne también se dedica a renovar los valores espirituales en lo que
considera una edad de materialismo.
Antes de dedicar todo su tiempo a Lindisfarne, William Irwin Thompson enseñaba
historia en la Universidad Cornell y fue profesor de humanidades en el Instituto Tecnoló-
gico de Massachusetts. Ha escrito varios libros y artículos sobre este movimiento en
general y sobre Lindisfarne en particular. El siguiente artículo se ha condensado de la
revista Quest.

a mitología subyacente en la ciudad industrial y postindustrial es

L .muy antigua y sólo ahora empieza a desintegrarse. De hecho, es un


.Jmodo de vivir la cultura humana que se remonta hasta la revolución
urbana de Mesopotamia. Al examinar el surgimiento de las ciudades en la
antigua Sumeria y considerar la idea de civilización, se observa en este
precedente un cambio notable en la totalidad de la visión cultural del tiempo
y el espacio.
Copyright ε por la Ambassador International Cultural Foundation.
Reproducido de la revista Quest con autorización especial.

18
En las sociedades cazadoras y recolectoras, la gente vivía en lo que llaman
los antropólogos "la ronda estacional". La tribu está cuidadosamente adap-
tada a la naturaleza; se desplaza en el espacio conforme al fluir del tiempo:
cuando el salmón abunda, acude al río; cuando es menester recogerla hierba
silvestre, el grupo se moviliza otra vez. Circula a través del espacio con el
ritmo anual de las estaciones. El círculo no se rompe en una línea: la tribu no
permanece en un solo lugar alterando la naturaleza para ajustaría a las nece-
sidades del asentamiento humano.
Al domesticar plantas y animales, dirigir el cauce de ríos y restructurar la
sociedad para permanecer en un lugar, el hombre urbano ha sustituido el
movimiento circular de la ronda estacional por el confinamiento de una vida
encerrada en un círculo cuyo radio determina la distancia entre el centro y la
periferia.
La estructura básica de la civilización es una tensión dialéctica entre
centro y periferia. En lo referente a la red de energía que sustenta a un
asentamiento nucleario, los recursos vienen de la periferia y son controlados
en el centro, ya sea que la energía consista en el agua que fluye desde las
fuentes delNilo o el Tigris, o bien en el petróleo que llega de Alaska. La élite
del centro posee el dominio de los misterios de la información que le permite
controlar, manipular y encauzar los recursos, pues posee la escritura, ya sea
ésta cuneiforme sobre tablillas de piedra para registrar la cantidad de grano
recibida por el granero del templo, o la geometría de los levantamientos
topográficos que señalan el área inundada por el Nilo. Lo que hace posible
que la ciudad exista es su capacidad de acumular enormes cantidades de
información carente de integración personal. En la cultura verbal de la tribu,
el conocimiento está integrado en la vida misma del grupo: no existen "da-
tos" sino experiencias y rituales. Sólo cuando decidimos escribir en tablillas
de piedra y formamos cuerpos de escribanos empezamos a tener datos:
tantas tinajas de grano, tantas redomas de vino. El conocimiento se divorcia
de la mente y el cuerpo y se almacena en una institución.
El paisaje de la ciudad es una exaltación del poder: sus monumentos
preconizan a los reyes, sus obeliscos conmemoran victorias militares. La
ciudad desintegra la comunidad tribal y permite el surgimiento del ego indi-
vidual. En mi opinión, ahora este ego se ha desbocado y encuentra expre-
sión en una cultura y una economía con las que amenaza destruir el planeta.
Como quiera que miremos la cultura postindustrial (por la red de energéti-
cos que la sostiene, por las mayores marcas alcanzadas o bien por sus
sistemas de información), podremos percibir que ha llegado a su límite. La
carrera hacia el final de una era ha alcanzado ya posiblemente una masa y
velocidad demasiado críticas en los centros urbanos más adictos a la ener-
gía. Es poco probable que éstos sean capaces de cambiar el rumbo antes que
el sistema completo del que dependen se agote.
Sin embargo, en minúsculos bastiones—en Vermont, Nueva Zelandia,
Escocia y la isla Prince Edward del Canadá—hay indicios de que algo nuevo
se despierta y que anuncia una nueva constelación de arquetipos, una mito-
FACETAS

logia que hace posible para nosotros un futuro viable. Eso significa el inicio
de un viraje de la cultura postindustrial a la que he denominado cultura
"metaindustrial" (de la palabra griega correspondiente a "más allá").

La Cultura Metaindustrial

Se trata de un viraje de las economías de escala, que usan el capital


intensivamente, a economías que empleen la mano de obra en forma inten-
siva según modalidades regionales de producción descentralizada. Si los
recursos son escasos y si todo metal es precioso, entonces los productos
deben ser de muy alta calidad. El mundo de la obsolescencia prefabricada
tendrá que ceder el paso a una economía en la cual una sierra eléctrica será
construida en el taller de un gremio de artesanos para que dure 100 años.
Para producir semejante herramienta no necesitaremos un ejército de prole-
tarios industriales, sino un taller de artesanos contemplativos que trabajen
con el cuidado propio del Zen.
También es un viraje hacia la edificación de la comunidad, no de la familia
como núcleo que es la unidad básica de consumo; una transición hacia los
métodos cooperativos de producción y distribución de alimentos; un cambio
para dar carácter colectivo a las herramientas y tecnologías necesarias para
una economía local. Quizá pronto careceremos del cepillo dental motorizado
y el cuchillo eléctrico, pero tendremos al alcance de la mano los instrumen-
tos para construir una cultura rica.

Horizontes de Viento y Sol

En el renglón de la energía, esta cultura metaindustrial empieza a descar-


tar los combustibles fósiles para optar por el fluir del viento y el Sol, flujo
cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna. La cultura
de los combustibles fósiles se nutre literalmente del pasado, de los dinosau-
rios del mundo. En cambio la cultura de la energía solar se alimenta de luz.
El cambio del mundo subterráneo de la mina de hulla y el pozo petrolífero a
horizontes abiertos de viento y Sol implica un viraje en la arquitectura del
inconsciente colectivo.
Antes de mirar más de cerca y en forma más analítica la mitología de este
futuro, por ahora en embrión, debo mencionar una visión antagónica que
ciertos "futurólogos" promueven. Este grupo, personificado en Hermán
Kahn, rehusa imaginar todo lo que no sea una expansión cada vez mayor del
actual sistema industrial del mundo. En la medida que incluyen la energía
solar en sus cálculos, por ejemplo, sólo aciertan a concebir costosos colecto-
res solares en el espacio, inmensas granjas heliotécnicas en Nuevo México o
un secuestro prometeico del poder del Sol en la fusión termonuclear.
La ciencia de la futurología no existe. Hablar de futuro es sencillamente
discutir las inferencias del presente cuando todos los demás ven hacia el
presente pero mirando el pasado. Mirar el presente y reseñar lo que uno ve
20
Indicios de un Futuro Viable

no es un ejercicio de profeta, sino sencillamente mirar, sentir, pensar y


meditar. Estas cuatro actividades se conjugan en la unidad de la intuición.
Por esa intuición discrepo de la tendencia múltiple que, según Hermán
Kahn, nos lleva hacia un siglo XXI en que 20.000 millones de humanoïdes
consumirán alegremente 20.000 dólares anuales cada uno.

Fuerzas que Transforman la Cultura Contemporánea

Cuatro fuerzas arquetípicas trabajan hoy en la transformación de la cul-


tura contemporánea. Una de ellas, la planetización de las naciones, fue
observada por vez primera por el filósofo francés Teilhard de Chardin en la
década de 1940. En su ensayo sobre la bomba atómica, Chardin señaló que
cuanto mayor sea el número de naciones que construyen armas para mante-
nerse separadas y conservar su independencia soberana, tanto más se verán
forzadas, por su propio armamento, a reunirse en un nuevo sistema interna-
cional, un sistema planetario.
La segunda fuerza social que está en juego es la descentralización de las
ciudades. El moderno flujo de información a través de satélites y medios de
comunicación electrónicos significa el final de la ciudad, tal como la hemos
conocido en la historia de la civilización urbana. La polaridad entre centro y
periferia puede quedar superada en una nueva cultura que nos reintegre a la
naturaleza (no a lo que Karl Marx llamó "la necedad de la vida rural" sino a
la aldea metaindustrial). Al igual que la biosfera, los océanos o un supercon-
ductor, la cultura se está configurando como un complejo fluido eléctrico
circulante, un cristal líquido. Según el proceso que el filósofo británico
Alfred North Whitehead llamó "la compresiva unificación del espacio",
cada punto se involucra con todos los demás y una comunidad diminuta
puede ser tan importante para la evolución cultural como un gigantesco
Londres o Nueva York. De nuevo el centro está en todas partes y no hay
élite alguna que lo domine en forma exclusiva.
La tercera fuerza social que está actuando es la miniaturizacion de la
tecnología. Considero que este cambio en cuanto a la escala del hombre
frente a la máquina tiene profundas consecuencias para la evolución cultu-
ral. Si las máquinas se empequeñecen y podemos volver a escuchar los
árboles, la relación entre cultura y naturaleza cambia radicalmente. La mi-
niaturizacion de la tecnología nos permite reducir el impacto de la industria-
lización sobre la biosfera. En un viraje de la máquina a la información, de las
economías de escala con uso intensivo del capital a formas comunales de
producción regional, de valores de consumidor a valores contemplativos, se
reduce el desajuste entre industria y naturaleza y las compulsiones neuróti-
cas de la sociedad moderna se alivian. Lo contrario de miniaturizacion es el
crecimiento exponencial, la burocracia y la absorción de los seres humanos
por la tecnología en una cultura mecanizada en forma tan total que todas las
cosas naturales lleguen a verse como extraños atavismos de una evolución
inconclusa.
FACETAS

La cuarta fuerza social es la interiorización de la conciencia. El adveni-


miento del mundo industrial moderno ha significado un cambio de la orien-
tación introspectiva del cristianismo medieval a una expansividad centrífuga
cuyo epítome son la exploración del espacio y la proyección de colonias
extraterrestres. Estos expansionistas piensan que la siguiente frontera con-
tiene la solución para todas las desilusiones que produjo la última. Sentimos
que este es el principio del fin de esta accidentada tendencia expansiva.
La interiorización de la conciencia implica un cambio en materia de valo-
res por el cual empezamos a buscar la fuente del bien vivir en el interior y ya
no en el exterior. El planeta, no la nación, se convierte en el entorno simbó-
lico inmediato. Pero la experiencia planetaria se vive a través de la aldea
metaindustrial. La orientación fundamental de esos aldeanos planetarios no
es industrial y de consumo, sino contemplativa.
Si bien la aldea metaindustrial es la expresión de esas fuerzas arquetípi-
cas, no es un camino inevitable sino una elección libre. A cada una de las
cuatro fuerzas sociales se opone otra fuerza igual y contraria. Si no logramos
la planetización de las naciones, estaremos incitando a la guerra termonu-
clear. Si no conseguimos la descentralización de las ciudades, condenare-
mos a Londres, París, Nueva York y Calcuta a un destino similar. Si no
alcanzamos la miniaturización de la tecnología, experimentaremos la ab-
sorción del hombre por ésta bajo el poder de autoritarias élites burocráticas
y científicas. Y si no tenemos éxito en nuestro empeño de lograr la interio-
rización de la conciencia en nuestra cultura, seguiremos proyectando al ex-
terior nuestra enfermedad al desquiciar la biosfera con letales desechos
industriales y nucleares.
Lo significativo de los incipientes experimentos metaindustriales es que
representan una elección que se hace cuando aún hay tiempo. Pero creo
que en el futuro inmediato el desencadenamiento de los sucesos hará de
esa elección el único camino factible.
Podemos apreciar cuan antinatural es la civilización postindustrial si repa-
samos algunas estadísticas históricas. En 1800, el 93 por ciento de la pobla-
ción estadounidense vivía en zonas rurales; todavía en 1880, dos tercios de
dicha población vivía en el campo. Pero hacia 1950, aproximadamente el 60
por ciento de la gente vivía en ciudades, un desplazamiento espectacular del
campo a la ciudad. Pues bien, si una cultura puede movilizarse en una
dirección, también puede hacerlo en sentido opuesto. Creo que para el año
2000 la mitad de nuestra población vivirá en áreas rurales. Veo el regreso al
campo como la creación de una nueva cultura metaindustrial y no como una
regresión a la sociedad agraria preindustrial.

Emigración de las Ciudades

Entre 1900 y 1972 la población de los Estados Unidos sufrió un cambio, de


la producción agrícola e industrial al renglón servicios, y precisamente este
cambio, apoyado por inyecciones masivas de petróleo, es la esencia de la
22
Indicios de un Futuro Viable

civilización postindustrial. En los EUA, la profesión que más personas ejer-


cen es el magisterio; por tanto, es válido afirmar que aquí vivimos en un
mundo de información, no de granjas o fábricas.
Estoy suponiendo que para el año 2000 la descentralización electrónica de
la información y la miniaturización de la tecnología permitirán que la gente
salga de las grandes ciudades para ir a vivir a las zonas rurales. Quiero
suponer que la confección de herramientas pequeñas y eficientes permitirá a
las comunidades producir artículos y servicios en pequeños talleres y ya no
en grandes fábricas. También he supuesto que conforme los seres humanos
salgan de las ciudades para vivir entre árboles, la conciencia individual
experimentará un profundo animismo. Si queremos ser más poéticos que
demográficos, podemos definir la cultura metaindustrial como aquella en
que los árboles, la sangre misma de la biosfera, se recuentan en el censo de
los miembros de la comunidad.
La evolución se produce en pequeñas poblaciones o demes en que una
mutación ha tenido lugar. La aldea metaindustrial es justamente uno de esos
demes de la evolución; es un conglomerado donde las cuatro fuerzas cultura-
les arquetípicas se expresan cabalmente. En ella se conjugan también las
cuatro economías clásicas de la historia humana—de la caza y la recolección,
la agricultura, la industria y la cibernética—en un solo déme. Recapitulare-
mos nuestras posiciones a través de la historia, reuniremos todas las anti-
guas economías y luego haremos girar la espiral en una nueva dirección.
La economía de la caza y la recolección se refleja de manera interesante
en la investigación que realiza el Instituto de la Nueva Alquimia, con sede en
Woods Hole, Massachusetts. La obra precursora de esos científicos puede
interpretarse como un experimento tendente a crear una base alimentaria y
energética para un conglomerado tribal de personas que viven en condicio-
nes de aislamiento. En esta modalidad de caza y recolección en nuestros
tiempos se incluye el aprovechamiento del viento y el Sol. La Nueva Alqui-
mia no es una estrategia civilizada; no logrará alimentar a las multitudinarias
masas urbanas, pero señala el rumbo a los asentamientos pequeños.

Horticultura Ecológicamente Avanzada

La economía agrícola de la aldea metaindustrial se centrará en la horti-


cultura orgánica y en la sustitución de la agroindustria de combustibles fó-
siles por los ciclos naturales de la cadena alimentaria. Puesto que el viraje
de la horticultura a la labranza de tierras con el arado desplazó a la mujer de
la producción de alimentos, el retorno a una horticultura ecológicamente
avanzada permitirá que la mujer asuma de nuevo un papel importante en la
economía de la aldea y así zanjará las artificiosas divisiones sexuales tan
características de la sociedad industrial.
El tercer tipo de economía de la comunidad será la industrial y aquí
discrepo de muchos críticos de la cultura contemporánea. Las nuevas co-
munidades no serán anti-industriales y ludíticas: habrá en ellas industria y
FACETAS

tecnología, pero su escala se reducirá adecuadamente cuando algunos grane-


ros se adapten como taller. La aldea podrá producir también bicicletas, ropa
e instrumentos bien confeccionados y durables. En un retorno al misterio de
las asociaciones artesanales, ciertas comunidades se concentrarán en de-
terminados oficios e industrias. Cualquiera que sea la industria elegida, la
operación se realizará en pequeña escala, en armonía con el ecosistema de
la región y atenderá más al mercado local que al internacional.

La Comunidad como EscueL· Superior

La cuarta economía de la comunidad será la cibernética. El rasgo caracte-


rístico de una economía postindustrial es la importancia que concede a la
investigación, al desarrollo y a la educación. Puesto que la aldea entera
constituirá una comunidad contemplativa, educacional, la aventura del des-
pertar de la conciencia será más fundamental para la vida que las pautas de
consumo. Todos los miembros de la comunidad participarán en un método
educativo experimental, desde la cuna hasta la tumba. Y en las diversas
etapas de la vida, la comunidad entera funcionará como una escuela en la
24
Indicios de un Futuro Viable

que niños y adultos trabajarán juntos en horticultura, construcción, artesa-


nía, y estudiarán todas las ramas del conocimiento.
Esas comunidades educacionales ya existen en formas más tradicionales,
como A uro ville en la India. Una versión exclusivamente celta de ese tipo de
comunidad puede encontrarse en la Escuela Superior Cluny Hill (Findhorn,
Escocia). Las actividades que aquí se realizan en materia de artes interpre-
tativas o artesanía y en las fabulosas huertas comunales atraen a visitantes
de todo el mundo. En la escuela misma, dedicada a restaurar el concepto de
alimento como algo sagrado, vislumbramos el rosto de un futuro en que
todas las instituciones de la comunidad participan estrechamente en el mi-
crocosmo ecológico que las sustenta.

La Comunidad como Microcosmo

La importancia de miniaturizar las cuatro economías clásicas dentro de un


solo déme radica en que tal síntesis permite contemplar la historia humana
en una nueva forma, con lo cual es posible que una nueva conciencia colec-
tiva domine el conjunto. La evolución cultural, consciente de sí misma,
sigue su marcha hacia otro nivel de conciencia. Las cuatro economías exis-
ten en el planeta y éste, desde un punto de vista evolucionarlo, constituye un
solo déme. Al hacer de la comunidad un microcosmo del déme planetario, la
propia comunidad se convierte en un objeto de contemplación que permite
descubrir los procesos universales de la evolución y la transformación.

Cómo "Cultivar" una Casa

Una transformación de la conciencia ahora empieza a manifestarse en el


ámbito de la arquitectura teórica. Puesto que la arquitectura es el incons-
ciente colectivo que se hace visible, el arquitecto mismo no siempre com-
prende cabalmente las consecuencias culturales de su propia obra. Lo que
empieza a suceder en arquitectura y reviste interés para los historiadores de
la cultura como yo, es el cambio de las construcciones postindustriales del
estilo Bauhaus International a la arquitectura simbiótica. La nueva forma no
es la exaltación del dominio sobre nuevos materiales, como ocurrió con el
aluminio y el cristal, sino la celebración de la cooperación con los ecosiste-
mas, como en el caso del Arca de la Nueva Alquimia en la isla Prince
Edward, Canadá, diseñada por Solsearch. En la estructura "Biocasa", to-
davía teórica, de Day Charoudhi y Sean Wellesley-Miller, se intenta crear
una casa que sea "la domesticación de un ecosistema". Ha cambiado la
relación habitual entre cultura y naturaleza pues el arquitecto no se limita a
plantar una casa sobre el suelo. En vez de ello, según la usanza de la antigua
ciencia de la geomancia o Sheng-fui, estudia el terreno durante todo un año,
el flujo estacional de sus sutiles energías, su flora y fauna y después, lenta-
mente, hace que la casa vaya creciendo del mismo modo que se cultiva un
jardín.
FACETAS

La Tierra como Célula Viva

En climas septentrionales, el afán de la arquitectura ha sido cerrar el paso


a la naturaleza tapiándole todas las entradas. Pero en la nueva arquitectura
se registra una transición de la tapia hermética a una membrana permeable a
la luz. La estructura está encerrada en una membrana; ésta contiene un gel
aislante que permite el paso de la luz y almacena el calor. A través de esta
membrana, como sucede con la de una célula viva, puede pasar información.
Pero únicamente la información que respeta la integridad de la célula viva o
de la casa viviente. Se nos ha enseñado a ver toda la Tierra como una sola
célula viva y ahora las ramificaciones de esta conciencia biológica se expre-
san en arquitectura.
En la comunidad que pusimos en marcha en Lindisfarne, el proyecto en
que estoy más íntimamente comprometido, tratamos de apartarnos de la
mentalidad del crecimiento y desarrollo al ponernos a trabajar con recursos
viejos y usados. Nos propusimos comprobar lo que podía hacerse con horti-
cultura intensiva en un terreno de 4,5 hectáreas. En Fishcove, Long Island,
en el estado de Nueva York, localizamos una posada antigua, construida
durante la Depresión y que se había dejado deteriorar desde entonces.
Cuando la finca sirvió como posada, 2,02 hectáreas de terreno se usaban
para practicar golf y comer carne al aire libre; ahora en ese terreno se
encuentra la huerta de legumbres, un pequeño plantío de frutales y una
cancha de volibol. En lo futuro pensamos construir una casa de meditación,
un invernadero, un gallinero, un corral para cabras y un pequeño estudio
para artesanías. El huerto será ampliado; introduciremos colmenas y exca-
varemos un pequeño estanque para criar peces. Lindisfarne no es una aldea
metaindustrial con todo lo que el término implica, pero constituye un pe-
queño avance, como un pequeño fortín en el camino hacia esa meta.
Estos pasos en dirección de la comunidad metaindustrial no son la solu-
ción frente al apocalipsis. Las bombas, desechos nucleares y contaminación
del aire pueden nulificarlos con facilidad. No son una escapatoria de cosa
alguna sino un paso hacia algo: una opción para suplir la civilización postin-
dustrial. Suponemos que el próximo cuarto de siglo nos traerá una reducción
del consumo y tiempos difíciles en que las comunidades basadas en la pro-
tección y la participación serán algo más que fantasías de jipis. Si estamos
equivocados, los contaminantes atmosféricos y los desechos nucleares ha-
brán destruido la vida sobre la Tierra para los próximos 25.000 años.

Matrimonio de la Naturaleza y la Cultura

La esencia de la evolución es afrontar riesgos. Algunas personas prefieren


arriesgar la evolución cultural apostando a la energía nuclear. Otros prefie-
ren arriesgar su propia forma de vida. En 1984 estaremos en la bifurcación
del camino. Entonces todos podrán ver con claridad la elección que habrá de
hacerse. Un camino llevará a la energía nuclear, la explotación de minas a

26
Indicios de un Futuro Viable

cielo abierto y a gobiernos autoritarios capaces de asegurar los fondos de


pensión de los trabajadores y proteger a la sociedad contra la revolución y el
terrorismo. El otro camino conducirá a un despertar religioso en el plano de
las grandes religiones universales que han dejado huella en la evolución
histórica de la humanidad. Esta ruta tendrá como característica un cambio
de la mente y el corazón, un matrimonio de la naturaleza y la cultura, un
nuevo tipo de comunidad que exprese la índole sagrada de la Tierra.
La aldea metaindustrial, el déme que consigue miniaturizar las cuatro
economías clásicas, no existe todavía. La comunidad Findhorn está traba-
jando en lo referente a la conciencia espiritual de grupo y la horticultura,
pero no en materia de ciencia. La Nueva Alquimia trabaja en la ciencia pero
no es una comunidad. Lindisfarne trabaja en los aspectos filosóficos y edu-
cativos, pero no tiene ni la magnitud y los recursos de Findhorn ni la ciencia
y la tecnología apropiada de Nueva Alquimia. Lo que se requiere para
consolidar la aldea metaindustrial es una comunidad en la cual se conjunten
todos los logros de Findhorn, la Nueva Alquimia y Lindisfarne.
Desde el punto de vista de la objetividad económica, muchos de estos
proyectos no cuentan con el dinero para la hipoteca del terreno o con los
materiales de construcción o con los alimentos que necesitan los trabajado-
res de la comunidad. Sin embargo, siguen avanzando. El aplazar un pro-
yecto hasta que se tengan en el banco los recursos suficientes sólo afirma la
realidad de los bancos. La espera nulifica la energía que puede magnetizar
los recursos para que entren en el campo eléctrico de nuestra propia activi-
dad. El primer paso para crear una nueva economía adecuada a un nuevo
mundo consiste en dar el primer paso.
LA RELIGION EN LOS EUA:
EL LEGADO DE THOMAS MERTON
Por Walter H. Capps

En el artículo anterior se describió una de el monje católico estadounidense que en


las muchas nuevas comunidades estado- 1948 adquirió fama mundial como autor
unidenses que, según palabras del autor, cuando su autobiografía The Seven Storey
"busca un despertar religioso en el plano Mountain (La montaña de siete pisos) fue
de las grandes religiones universales que un éxito de librería. Merton se alzó gra-
han dejado huella en la historia de la hu- dualmente como una de las figuras intelec-
manidad". El estilo de vida y el espíritu tuales más importantes de la filosofía cris-
de esas comunidades se han visto fuerte- tiana y la religión comparada (y como
mente influidos por una nueva tendencia apóstol destacado en las disciplinas espiri-
que se advierte en la sociedad estadouni- tuales clásicas de la oración y la medita-
dense desde hace una década aproxima- ción). Resulta significativo que durante
damente: el renacimiento de la religión, sus últimos años haya llegado a ser uno
especialmente en sus aspectos contempla- de los principales intérpretes de las reli-
tivo y meditativo. Los expertos han men- giones asiáticas ante el mundo occidental.
cionado muchas causas de esta revolución Walter H. Capps es profesor de religión
espiritual en los Estados Unidos, inclu- y director del Instituto de Estudios Reli-
yendo la influencia de las religiones asiáti- giosos en la Universidad de California.
cas como el budismo, el hinduismo y el También es socio del Centro para el Estu-
taoísmo. En el artículo siguiente, el pro- dio de las Instituciones Democráticas
fesor Capps expone una "causa" de este (CEID). El siguiente artículo ha sido re-
renacimiento religioso: Thomas Merton, sumido de The Center Magazine.

an pasado más de 10 años desde la muerte del monje trapense, teó-

H logo y autor norteamericano Thomas Merton. En diciembre de 1968,


cuando Merton murió en Bangkok a la edad de 53 años, nadie podía
haber imaginado que la década siguiente presenciaría la resurrección de una
nueva era contemplativa en materia religiosa dentro de los Estados Unidos.
En los círculos religiosos estadounidenses el principal empeño antes de
1968, cuando menos entre los cristianos y especialmente entre los protestan-
tes, había sido la revisión del "evangelio social" (acerca de la necesidad de
establecer el reino de Dios sobre la Tierra). El mundo católico vivía la
impresión reciente del Concilio Vaticano II. Había una creciente inclinación
hacia el cambio y la experimentación (en lugar de la simple aceptación de la
doctrina). La música barroca para órgano era sustituida por el rasgueo sin-
copado de guitarras españolas. Sacerdotes y monjas, a veces en forma con-
junta, dejaban las órdenes religiosas y solicitaban la dispensa de sus votos.
£
Reproducido de The Center Magazine. Copyright 1979, The Fund for the Republic, Inc.

28
Thomas Merton

29
FACETAS

Algunos teólogos aconsejaban a sus oyentes y lectores que "apoyaran la


inquietud social y política dondequiera que la encontraran' '.
En diciembre de 1968, en un suave lomerío cercano a los muros de la
capilla de la Abadía Getsemaní, cerca de Louisville, Kentucky, una comu-
nidad de monjes trapenses se reunió para dar sepultura al cuerpo de Thomas
Merton ("el Padre Louie", como lo llamaban). Dos meses antes, éste había
ido al Asia para participar en algunas conferencias acerca de la renovación
religiosa. Fue allá para aprender de los monjes asiáticos pues en esos asun-
tos, como él había dicho, éstos llevaban la delantera a sus homólogos del
mundo occidental. Cuando su avión partió del aeropuerto de San Francisco,
el 15 de octubre de 1968, él escribió en su diario, publicado después como
The Asian Journal of Thomas Merton (Diario asiático de Thomas Merton):
"Me dirijo a casa, a la casa donde nunca he estado en este cuerpo". Decía
que "iba por fin en camino después de años de esperar, vacilar y dar ro-
deos". Después hacía el siguiente voto: "Que no regrese sin haber puesto en
claro el gran asunto".
Antes de su partida de San Francisco, Thomas Merton había venido al
CEID en Santa Bárbara, California, donde ofreció una conferencia sobre el
tema "el monje como marginado". En ella él se identificaba con los que se
encuentran en los confines de la sociedad (poetas, estudiantes, jipis) y que
son quienes plantean las preguntas críticas. Destacó la necesidad de crear
una conciencia universal. "No vamos a resolver los problemas sociales de la
comunidad", dijo Merton en el CEID, "a menos que los resolvamos en
términos universales".
Posteriormente, después de pasar algunos días de retiro en el Monasterio
Redwoods en el norte de California, partió hacia la India, el Tibet, Sri Lanka
y Tailandia. En Bangkok, el 10 de diciembre de 1968, después de una confe-
rencia en la que ahondó en las observaciones que hizo meses antes en el
CEID, Merton se electrocutó accidentalmente en su cuarto de hotel.

El Regreso a la Religión Contemplativa

La importancia de la vida de Thomas Merton se reconoció de inmediato.


Más que ningún otro individuo, él había colaborado para dar una base de
autoevaluación a la vida monástica cristiana contemporánea. El creó una
tesis para interpretar y en consecuencia defender la vocación monástica en
términos más amplios que la referencia al individuo. Escribió libros acerca
de la utilidad del llamado monástico. El sabía cómo y de qué manera esa
forma de vida satisfacía las necesidades del mundo moderno. El podía defi-
nir el sentido monástico de las cosas en función de un contexto más amplio
que incluía la sensibilidad al cambio social, la consonancia con los mundos
del arte y la literatura, y una aguda conciencia de las repercusiones prácticas
de las orientaciones políticas. El estaba en comunicación con esos mundos,
además de aquéllos en que los monjes exigen un acceso disciplinado (cuando
no exclusivo).

30
El Legado de Thomas Merton

En 1968 se sabía todo esto acerca de Thomas Merton. Atrajo a gran


número de lectores desde la publicación de su autobiografía, The Seven
Storey Mountain, 20 años antes. Pero lo que no se sabía ni podía saberse era
la notable similitud entre sus intereses (y los temas que él esclareció) y las
marcadas tendencias del clima religioso estadounidense que han adquirido
notoriedad en los 11 años posteriores a su muerte. Ese período se ha carac-
terizado por el retorno a la religión contemplativa. Anteriormente, la ten-
dencia dominante en los Estados Unidos consistía en interpretar la religión
sobre todo en términos socio-políticos; considerarla como una fuerza trans-
formadora y regeneradora dentro de una sociedad que experimentaba pro-
fundos cambios sociales y políticos. Pero la nueva era exigía una renovación
de las disciplinas tradicionales del espíritu, incluidas la oración y la medita-
ción, y las ha amalgamado en una forma de abordar y enfocar la vida misma.

¿Acción vs. Contemplación?

Desde ciertos puntos de vista, el cambio parece un viraje completo. Pero a


menos que nuestro afán de deslindar los conceptos sea radical, debemos
tener en mente que Merton entendió lo monástico como un instrumento de
reforma social. También es evidente que se negó a confrontar a la acción y la
contemplación como actitudes en pugna. Reconoció que ambas tienen gran-
des puntos de coincidencia, similitudes sutiles, y que se complementan en
forma persistente y necesaria. En su opinión, la contemplación se expresa a
través de la acción, y la acción siempre se nutre, orienta y enriquece me-
diante la contemplación.
La fuerza con que emergió la nueva era de la religión estadounidense se
debe en parte a la influencia catalizadora de Merton. Es significativo que él
nunca se haya propuesto actuar como reformador religioso ni como revolu-
cionario social. Su propósito era vivir como un monje. Y al final de su vida
buscaba una soledad mayor aún de la que antes había conocido. Pensaba
retirarse a Alaska. Cavilaba sobre la posibilidad de establecer algo remoto
en el Monasterio Redwoods, al norte de California. No mostraba interés
alguno en posibilidades programáticas adicionales. Es indudable que desde
el interior del monasterio trabajaba para propiciar el cambio. El Vaticano lo
alentó a dedicarse a esa tarea y a interpretar la forma monástica de vida
religiosa para las personas que están fuera de los conventos. En estos empe-
ños encontró lectores y cronistas interesados. Su trabajo interpretativo era
convincente.

El Trabajo Cultural Primario de Erikson

Es posible que estemos demasiado cerca de la situación, incluso hoy, para


comprender en qué forma lo que estaba destinado a re vitalizar el monasterio
desde el interior trascendió y se convirtió en la base de un espectacular
cambio general en las actitudes y aspiraciones religiosas. El aspecto más
FACETAS

importante es todavía más difícil de discernir: ¿cómo fue que un punto de


vista religioso—muy monástico en su origen y orientación—se tornó atrac-
tivo para las personas que no pertenecen formalmente a ninguna religión en
particular?
La categoría interpretativa "trabajo cultural" del sicólogo Erik Erikson
nos viene a la mente. Thomas Merton estaba dedicado a trabajo cultural
primario. El ayudó a esbozar una orientación ante la vida con la que muchas
otras personas podían identificarse. Estas, a su vez, lo consideraron un
precursor en un empeño en que ellas mismas también participaban. El aclaró
y amplió ese esfuerzo. No se trata sencillamente de que Merton haya reco-
nocido la nueva circunstancia cuando ésta se presentó: también ayudó a que
cristalizara.
En opinión de Erikson, el trabajo cultural primario es apropiado cuando la
ideología imperante ya no funciona en forma efectiva o cuando pierde su
resonancia. Mientras el trabajo reconstructivo no se realiza, la gente en-
cuentra dificultades para establecer las relaciones apropiadas. Al buscar una
base para comprenderse a sí mismo y su lugar, el trabajador cultural actúa
también como representante. Otros llegan a aceptar las correspondencias
que él reconstruye y la resonancia que restablece. Como Thomas Merton era
un hombre de sensibilidad intuitiva y capacidad creadora insólitas, sus es-
fuerzos tuvieron aplicación más extensiva y mayores ramificaciones sociales
y culturales.
Thomas Merton introdujo un punto de vista que, entre otras cosas, se
enfocó menos en la religión como instrumento de reforma política y social, y
más en la religión como medio de conciencia interior y autodescubrimiento
sicológico. Merton se preocupaba por la definición del ego y aseguraba que
la vida monástica brindaba una "diferente forma de ser". Estaba fascinado
por la crítica social marxista y por la religión budista, en su empeño de
comprender la naturaleza del ser humano.

Más Allá de la Sombra y el Disfraz

Todo esto estaba detrás del deseo de Merton de visitar Asia. En las
frecuentes declaraciones de su Journal queda implícito que en Asia encontró
lo que había estado buscando. La más notable de esas declaraciones es la
observación que hizo después de contemplar las tallas budistas en madera de
Polonnaruwa en Sri Lanka:

Al mirar estas figuras sentí de repente—casi con violencia—que lograba


sacudirme la visión habitual y semianquilosada de las cosas, y que una
diafanidad interna, una claridad que parecía explotar de las rocas mis-
mas, se hacía evidente y obvia. . . La esencia de todo esto es que no
existe acertijo, ni problema, ni "misterio" alguno en realidad. Todos los
problemas se resuelven y todas las cosas se aclaran sencillamente porque
lo que importa está claro. La roca, toda la materia, toda la vida. . . todo
es vacío y todo es compasión.

32
El Legado de Thomas Merton

-&-.*—
V É ^ / : ^ ' *^f"* ' ·&
Contemplando estas esculturas de Buda en Polonnaruwa. Sri Lanka, Merton tuvo "una sensación de belleza
y validez espiritual en consonancia con una iluminación estética".

Luego sobreviene una exclamación:

No sé si alguna vez en mi vida he experimentado tal sensación de belleza


y validez espiritual en consonancia con una iluminación estética. Sin
duda mi peregrinación por Asia se ha aclarado y purificado por sí misma.
Es decir, que sé y que he visto lo que oscuramente buscaba. No sé qué
será el resto, pero he visto y he penetrado la superficie para llegar más
allá de la sombra y el disfraz. . . Eso lo dice todo; nada necesita. Y
porque nada necesita puede permitirse permanecer silente, inadvertido,
ignoto.

Esto describe la visión más profunda que él buscaba, la base que compar-
ten las diversas tradiciones religiosas, así como sus convicciones sobre la
necesidad de una conciencia universal.

33
FACETAS

Es comprensible que exista un intento de encontrar otras opciones socia-


les, culturales y religiosas; pero ¿por qué había de llegar a ser atractiva,
fuera del monasterio, una perspectiva fundamentalmente monástica? ¿Y por
qué estos cambios habían de reencauzar la atención hacia una visión medie-
val del mundo, propia del siglo XII? ¿Por qué podían encontrar resonancia
los puntos de vista de los monjes en un mundo cansado y escéptico respecto
a que se conciba la vida humana como una serie de problemas por resolver?

Influencia de las Religiones Asiáticas

La vida monástica siempre ha participado en la difusión de la cultura. Los


monjes fueron los agentes más activos en la adaptación del mundo de la
antigüedad clásica a la forma medieval. Hoy en día la transferencia no se
realiza de la Grecia clásica y de Roma a la Europa medieval, sino entre las
culturas oriental y occidental. Casi todos los monasterios de Occidente han
recibido la influencia de las religiones asiáticas. La religión que se practica
en los conventos se nutre de la fuerza de las concepciones asiáticas. De esta
manera los monjes, igual que antes, participan en la selección de las corrien-
tes significativas transculturales. Su papel es de ujieres y de agentes del
cambio. Acometen esta tarea con el sentido de responsabilidad que han
perfeccionado tras largos siglos de disciplinas espirituales.
Pero esta vez las líneas de trasmisión se han vuelto extraordinariamente
complejas. No es sencillamente que el Oriente se encuentre con Occidente y
el Occidente se reúna con Oriente. Se trata también de que al conjuntarse
Oriente y Occidente, éste aprende a enfrentarse a sí mismo, por así decirlo,
desde el punto de vista oriental. Todo esto sucede con la clara conciencia de
los hallazgos de la sicología profunda y en un mundo donde el sicoanálisis ha
sido aceptado como experiencia compartida.
En la tradición contemplativa, ha sido primordial la identificación de las
etapas de plegaria interior y de los momentos y períodos distintivos en la
vida del alma. Las obras de Teresa de Avila y de Juan de la Cruz son
ejemplos vividos de esta sensibilidad. Empeños de este tipo han encontrado
respaldo bíblico en declaraciones como: " E n la casa de mi Padre hay mu-
chas estancias" (o bien, en otras versiones, "mansiones"). Actualmente
algunas de esas mismas distinciones se correlacionan con una concepción
del alma que embellece la imagen de la casa y con frecuencia emplea las
imágenes de CG. Jung en su obra Aportaciones a la sicología analítica.
Jung escribe:

Tenemos que describir y explicar un edificio cuyo piso superior fue


construido en el siglo XIX; la planta baja data del siglo XVI, y un examen
cuidadoso de la manipostería nos revela que se trata de la reconstrucción
de una torre habitable del siglo XI. En el sótano descubrimos muros de
cimentación romanos; debajo de éste hay una caverna terraplenada en
cuyo piso encontramos herramientas de piedra, y en el subsuelo vesti-
gios de fauna glacial. Tal sería la imagen de nuestra estructura mental.

34
El Legado de Thomas Merton

Oriente se encuentra con Occidente, Occidente se reúne con Oriente. La


memoria colectiva trabaja en ambas partes y la conciencia arquetípica se
sondea mediante los mitos, sueños y rituales.

Sensibilidades Ecológicas

Por si esto no fuera suficiente, recientemente se ha añadido una nueva


dimensión: se afirma en forma sutil, pero cada vez más insistente, que la
base para que estos cuidadosos cambios puedan introducirse es que se reins-
taure un punto de vista monástico del siglo XII. Tal reinstauración es nece-
saria no por razones teológicas sino por los dictados de la propia naturaleza
de las cosas. Los vínculos entre conocimiento y amor son más estrechos de
lo que el mundo moderno supone. Para saber realmente, es preciso com-
prender nuestra afinidad con el objeto de nuestro estudio. Esta actitud coin-
cide con algunos sentimientos actuales en materia de ecología y medio am-
biente. Se opone a algunos requisitos y promesas del método científico. Y
esta actitud ha surgido después que algunas afirmaciones teóricas de la
ilustración—y los supuestos en que dichas afirmaciones se basaban—han
resultado deficientes.
FACETAS

EL AVIONCITO

Por Howard Nemerov

El avioncito que en la noche, nube y lluvia se abre paso


No está solo ni extraviado en el profundo
Océano invertido del aire, pues un trazo
Invisible le imparte inteligencia,
Las agujas de cruce le mantienen el rumbo,
Las voces amigas que dictan cifras en neutral discurso
Convierten su ceguera en ciega obediencia,
de mano en mano se pasan la estafeta de su destino
En las etapas del viaje, señalando la altitud y el curso
Hasta que al fin lo hacen entrar por el embudo
Y bajar sobre faros, en el haz que se angosta,
Confiado totalmente a la prudencia ajena,
Porque salir de la nube puede ser
Retornar a este mundo y renacer
En el valle de la casa derruida, la fúlgida senda.

Reproducido de The Atlantic Monthly. Copyright® 1979 por The Atlantic Monthly Company

36
EL HOMBRE DE LA MASCARA IRÓNICA
S. J. PERELMAN
Por Alan Brien

Salvo para los lectores de la revista The traducir). Para los lectores que deseen co-
New Yorker, donde han aparecido sus en- .nocer a este humorista altamente original,
sayos humorísticos durante decenios, Sid- diremos que algunos de sus más famosos
ney Joseph Perelman es una de las figuras libros de ensayos son The Road to Miltown
menos conocidas de la literatura estadou- (El camino de Miltown) de 1957, The Most
nidense. En este artículo Alan Brien, en of S. J. Perelman (Lo máximo de S. J.
un estilo que parodia el de Perelman, des- Perelman) de 1958 y The Rising Gorge (El
cribe al hombre y su obra. El autor señala barranco que surge) de 1961.
que S. J. Perelman creó un nuevo género Alan Brien es crítico cinematográfico
literario en sus ensayos surrealistas donde del Sunday Times de Londres y escribe en
se funden Twain, Hazlitt, Joyce y Proust la revista Punch. También ha escrito en el
con la jerga neoyorquina, modismos étni- New Statesman, el Spectator, el New York
cos, jerigonza culterana y multitud de vo- Times y otras publicaciones. Brien afirma
ces y acentos. Por supuesto, Perelman es que sus pasatiempos son "leer, escribir,
aún menos conocido fuera de los Estados comer, caminar, hablar y dormir en las
Unidos (en parte porque su prosa, rica y bibliotecas".
compleja, es prácticamente imposible de

i los hermanos Marx nunca hubieran existido, habría sido necesario

S inventarlos, y el único hombre que en realidad pudo haberlo hecho,


prácticamente lo hizo. El es, como todo el mundo alfabetizado lo sabe,
S.J. Perelman (a los 75 años sigue siendo uno de los humoristas satíricos
mejor pagados, más respetados y más intelectualmente implacables). En
los años 30, cuando se hizo famoso, se le clasificó entre los que cultivaban
lo que entonces se conocía como "comedia screwball" (loca), expresión
que conserva su vigencia si la aceptamos como vocablo híbrido que se for-
mó quizá por la fusión de las palabras "thumbscrew" (torniquete) y ' 'jaibol' '.
Y es que, en su mejor momento, su ingenio encarna esa mezcla de tortura e
intoxicación que encontramos también en su autor favorito, James Joyce.
S.J. (Sidney Joseph) Perelman escribió las dos mejores películas de los
hermanos Marx: Monkey Business (Tonterías) de 1931 y Horsefeathers
(Plumaje de caballo) de 1932. También fue autor de La vuelta al mundo en 80
días, de Mike Todd, por la cual ganó el premio al mejor escritor cinemato-
gráfico de 1956. Colaboró en una comedia musical con Ogden Nash, One
Touch of Venus (Toque de Venus). Pero sus mejores logros son la palabra
Reproducido de Quest. Copyright® 1978 Ambassador International Cultural Foundation. Reproducido del número de Quest
correspondiente a noviembre de 1978 con permiso especial.

37
FACETAS

I •

impresa en cerca de una docena de libros escritos en un lapso de casi 50


años, sobre todo sus dos colecciones clásicas de punzante prosa: Keep it
Crisp (Manténgase fresco) y Crazy Like a Fox (Más loco que una cabra).

Tras el Disfraz de Perelman

Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los escritores veteranos, no es


fácil convencerlo de que hable acerca de sus obras, al menos en plan serio y
sin petulancia. Cuando lo conocí, hace más de un cuarto de siglo, se alojaba
de modo inverosímil en el hotel Brown de Londres, afelpado a la usanza del
Viejo Mundo, pues estaba filmando exteriores con Mike Todd. "¿Todd?",
me dijo preparando una pulla que en esa época yo no podía publicar. "Es
uno de los más grandes artistas del mundo en materia de estafas. No le
suelto una página del guión mientras no recibo la paga en la otra mano". Me
habían enviado a entrevistarlo y simuló sorprenderse de que yo lo hubiera
reconocido bajo lo que llamó, en forma característica, su "disfraz". En mi
crónica enumeré sus rasgos: "Es un personaje menudo, encorvado y melan-

38
El Hombre de la Máscara Irónica

cólico, con el aspecto de quien ha pasado infinidad de noches encerrado en


las criptas de la biblioteca del Museo Británico. Su rostro tiene la forma y la
textura de una pera loca de gimnasio, y sus espejuelos elípticos le imparten
una expresión sincera con ojos saltones". Cuando leyó esta descripción no
precisamente halagadora, comentó: "Interesante. Yo habría dicho, y en
realidad he dicho, que 'debajo de una frente más o menos como la del
hombre de las cavernas, se distingue un par de diminutos ojos de cerdo que
se iluminan alternativamente de codicia y concupiscencia' ".

El Gusto de Autodenigrarse

En forma similar, cuando reparé en su calzado inglés hecho a mano, atado


a una oreja lateral, y la chaqueta campirana abierta, de paño bicolor, que
entonces gustaba de lucir, agregó: "Olvidó decir que esto es lo que me da
esa singular apariencia de escorzo, como de un chimpancé en acecho". El
"disfraz" al que se refiere en su gusto casi obsesivo por autodenigrarse, no

Los hermanos Marx—Zeppo. Groucho, Chico y Harpo—en su filme Cocos, de 1929.

39
FACETAS

es tanto material sino de temperamento. Tanto tiempo ha usado su máscara


irónica que, como el casco del buzo, ya le resulta más fácil dejársela puesta
que quitársela.
La última vez que nos encontramos me disponía a salir de una fiesta
londinense a hora avanzada, exhausto y muñéndome por ir a dormir. El
seguía al pie del cañón, tranquilo e incansable. Comenté que ese día él lucía
más joven que cuando tenía 52 años. Su rostro se iluminó. " E s el último
sonrojo de la desilusión", explicó. "Ya sabes, es lo que siempre dicen
cuando alguien muere: 'Pero si hablé con él la semana pasada y se veía muy
bien. . .' " Después se escabulló con esa cautela de complicidad ligera-
mente cómica que sus amigos observan en él desde hace mucho tiempo y,
según siempre he pensado, lo asemeja al asesino de una farsa de Feydeau
que coloca una bomba bajo la almohada de un enemigo dormido, pero no
sabe a ciencia cierta cómo salir del dormitorio.
Esa imagen también es aplicable a sus anárquicos ensayos que suelen
tener el propósito de pulverizar a los manipuladores comerciales moder-
nos—redactores publicitarios, traficantes de rumores de moda, aduladores
de relaciones públicas, ejecutivos del cine, mercenarios de revistas sensa-
cionalistas, falsarios de la alta sociedad, periodistas de sandeces—a los que
contempla con una especie de fascinación horrorizada.

Insultos Barrocos y Retruécanos

Sospecho que Perelman lamenta a veces que los hermanos Marx hayan
proporcionado a los medios de comunicación la fórmula más sencilla para re-
conocer su estilo. (Cuando se le preguntó si pensaba volver a escribir para
el trío, respondió: "Preferiría que me condenaran a galeras de por vida".)
Pero me parece que de algún modo, en cierto momento, en determinado
lugar, Groucho y Perelman dejaron uno en el otro una impresión indeleble.
Hasta su muerte, Groucho conservó un sello perelmánico en su modo de
hablar (por ejemplo, el estereotipo vuelto de revés, el insulto barroco, el
retruécano, la bella metáfora suscitada con rudeza, la parodia literaria).
Cuanto T. S. Eliot quedó fascinado como mandarín por el parloteo vulgar de
Groucho, admirablemente documentado en The Groucho Letters (Las car-
tas de Groucho), a quien realmente admiraba era a Perelman, aunque, a mi
entender, Eliot nunca había oído su nombre.

Groucho como Parapeto

Es posible que Groucho haya servido de desahogo para las frustraciones


de Perelman como escritor de guiones para Hollywood en los años 30 y 40.
No se necesita mucha imaginación para formarse una idea de lo que habrá
sufrido Perelman, con su gusto literario remilgado, al tener que idear argu-
mentos para Jeanette MacDonald (a quien llamaba "la mariposa de hierro")
y Nelson Eddy ("el capón canoro"). "Eramos el regimiento de mercenarios

40
El Hombre de la Máscara Irónica

más metalizado e impúdico desde los hessianos", comentó un día, "en una
ocupación que, como la cría de cerdos, hace mordaz el vocabulario, pero
ayuda poco a mejorar el estilo". Cierto futuro doctor en filosofía, que ahora
se especializa en hollywoodología y esquí acuático, podría incluso redactar
una tesis sobre Groucho como parapeto de Perelman, como su vocero, su
alter ego inferior, su ensoñación y su pesadilla (la figura pública que habría
querido ser, pero en la que también temía llegar a convertirse). Pero esto es
perderse en especulaciones dignas de desatar las más cáusticas exploracio-
nes del propio Perelman.
En una ocasión logré persuadir a Perelman de que me hiciera un recuento
de su vida profesional al lado de esos hermanos Karamazov de la edad del
jazz. "Harpo era buena persona", admitió. "Después de todo, si no se me
ocurría ningún papel para él, lo colocaba en el camino de alguna rubia.
"Chico era más difícil. Estaba convencido de que el argumentista era él.
Nada habría podido disuadirlo de que la divina inspiración le había sido
concedida al nacer.
"Groucho era el verdadero problema. Lo vi como un payaso verbal con
resonancias literarias. Al besar a Margaret Dumont debía exclamar: 'Adiós
mi florecita montañesa, mi regimiento parte al amanecer'.
" '¿Qué es eso del regimiento?', preguntó. 'Es una parodia de La viuda
alegre', repuse. Y él se preocupó por la complejidad del texto como un
escolástico medieval.
" '¿Cómo puede reír la gente de un chiste sobre algo que nunca ha oído?',
reprochó".

Restallar la Frase como un Látigo

Casi todos los humoristas profesionales tienen el furtivo temor de caer en


la seriedad, como si les preocupara sucumbir a una solemnidad incurable que
les quitara para siempre la gracia. Sin embargo, Perelman acusa esta ansie-
dad en un grado excepcional, como puede comprobar fácilmente cualquie-
ra que lea con atención sus libros. El autor no tiene problema con las co-
sas que aborrece. Hasta en sus crónicas más vivaces, más accesibles a las
mayorías y menos rigurosas en lo intelectual, como sus libros sobre viajes, él
puede restallar la frase como un látigo. Los títulos de sus capítulos destru-
yen y hieren, como su célebre síntesis de una estadía en el extranjero: "No
quema el calor, sino la codicia acalorada". Pero cuando visita lugares que
ama, sus palabras se tornan vacilantes y casi se sonrojan. Por ejemplo una
nota brillante acerca de Bangkok va precedida de un anuncio en tono de
disculpa: "Me propongo ser agresivamente meloso al respecto en el más
cursi estilo de los anuncios de viajes. . . "
Pese a todo, lo mejor de S. J. Perelman prevalece y así seguirá ocurriendo
mucho después que sus imitadores caigan en el olvido pues, en el fondo,
siempre ha sido profundamente serio. Cuando los escolares que aún no han
nacido estudien la lengua angloamericana, quizá encontrarán en él a su pri-
FACETAS

mer maestro, al que con seguridad fundió la herencia de Twain y de Hazlitt.


Sus profesores podrán señalarles la facilidad de su escala de referencias
pues Perelman arranca una carcajada mientras se nutre de citas subterráneas
de Shakespeare y Joyce, Proust y Yeats, al tiempo que exhibe un dominio
magistral de la jerga de Broadway, modismos étnicos, el habla de los nego-
cios y la jerigonza cultural. Entre todos los humoristas modernos, con las
posibles excepciones de Ring Lardner y Damon Runyon, Perelman es el úni-
co que puede jactarse (aunque nunca lo hará, así que déjenme hacerlo por
él) de haber inventado un género literario nuevo, completamente original.

Surrealismo de Libre Asociación de Ideas

Sin embargo, a diferencia de Rünyon y Lardner, cuyas invenciones eran


personales y adecuadas sólo a ellos mismos, la corriente de conciencia de
Perelman lo coloca en la categoría del primer poeta que escribió un soneto.
Por ejemplo, entre sus obras de los años 30 hay una, titulada Scénario
(Escenario), donde la ficción y la realidad se mezclan de un modo caracterís-
tico que nunca antes se había intentado en el periodismo. El resultado fue
devastador, divertido, salvaje, surrealista y terapéutico. Para quienes pien-
sen que S. J. Perelman no es más que Groucho Marx con instrucción uni-
versitaria, presentamos este fragmento:

Cansada, Roy, estoy cansada, te lo aseguro. Cansada de la lluvia, del


eterno oleaje de los rompientes en esa laguna, del brillo del arrecife en
esa eternidad allí delante. ¡CHRISTIAN!, rió ella desdeñosamente, lle-
nándose su voluptuoso cuello con un sollozo ascendente al encarar a
Davidson como un animal herido. Me sacaste de Papeete, pero me iré
a Thursday Island con mi banjo en las rodillas. Sí, sí, ¿y qué? Hicimos
CUATRO películas como esa el año pasado. ¡Oh, Sr. Biberman, déme
una oportunidad! es sólo un flashback para establecer que ella es una
mujer con pasado. ¡Te pago 1.600 por semana para que me salgas con el
argumento de Love's Counterfeiters (Falsificadores del amor) que hizo
Selig en 1912! . . .
Cuando los altos navios sacudieron su plumaje y fueron de Salem a
Hong Kong a traer té. Suelte la insignia del Black Ball, Sr. Exhibidor,
hay música dulce en esa vieja caja registradora. Una doble basura en
cada periódico de la ciudad y un dibujo demoledor del mejor artista que
tenemos, si me lo permite. Lleva a los niños a ese drama colosal, honda-
mente humano, del amor de un muchacho por su perro. Este es mi
pabellón de caza; nos detendremos aquí para que seques tus cosas. Pero,
claro que está bien cara mía, soy lo bastante viejo para ser tu padre.

Ninguna de las semblanzas de Perelman ha penetrado su disfraz. Con una


cortés evasión o gentil hipérbole, embauca a quienes invaden su integridad
territorial. Igual que en las notas que escribe para las solapas de sus libros,
se autorretrata como ridiculamente imperfecto ("Antes de hacer a S. J.
Perelman rompieron el molde") o idealizado hasta lo imposible ("Tras una
fachada tan inescrutable como la de un gatito maltes, mora uno de los
El Hombre de la Máscara Irónica

personajes proteicos de nuestra época, llamado por muchos un moderno


Leonardo").
A veces ha proporcionado bibliografías falsas que lo acreditan como autor
de varias novelas como Jo Bracegirdle's Ordeal (La ordalía de Juanita Bra-
gas) y The Splendid Sinners (Los pecadores espléndidos); varios volúmenes
de ensayos, entre otros Winnowings (Tamo), An Anatomy of Gluttony (Ana-
tomía de la glotonería) y Turns With a Stomach (Vuelcos con un estómago);
tres piezas dramáticas: Musclebound (Músculo duro), Philipa Steps Out
(Philipa se divierte) y Are You There, Whimperisl (¿Estás allí, Gemiditos?);
además de un par de guiones cinematográficos: She Married Her Double (Se
casó con su doble) y He Married Himself (Se casó consigo mismo). En una
ocasión dio esta información: "Entre sus muchos libros destacan Filaments
(Filamentos), en verso; The Wind in the Pillows (Viento en las almohadas),
ensayos nocturnos; Sonya, Girl of Limberlost (Sonya, la chica anquilosada),
de tema médico; y Bei Mir Bist Du Sean, travieso cuento del renacimiento
céltico".

También Enmascara a sus Amigos

Cuando Perelman escribe acerca de sus amigos, suele hilar en torno de


ellos una red protectora similar de extravagancia ingeniosa y algo desespe-
rada. Hace poco escribió la introducción para un álbum de caricaturas de Al
Hirschfeld, su amigo íntimo de muchos años, su compañero de más de un
viaje alrededor del mundo e ilustrador de varias colecciones de obras
de Perelman. Sin embargo, ¿qué nos dice la citada introducción acerca de
Hirschfeld como hombre o al menos como artista? Casi todo ese caudal
de palabras es un animado disparate, como: "Hirschfeld gusta de vestirse
como Madame Ernestine Schumann-Heink con un vestido de baile color ver-
de mar, adornado con un encaje Alençon y tres sartas de perlas sobre el cor-
piño, el cual expande retacándolo de papel de seda". Si semejante invención
proviniera de cualquier otra máquina de escribir, seguramente estropearía la
amistad y sólo haría las delicias de los abogados especialistas en demandas
por difamación. Algunos pasajes de ese escrito se aproximan incluso al terre-
no del galimatías: "Alegre como anguila aunque solemne como buho; agudo
como mostaza pero romo como azadón; más rápido que la luz y más lento
que un pelma; a.la vez elevado como una cometa, derecho como trípode,
gordo como tocino y delgado como listón, este es un hombre tan vivaracho
como un grillo aunque tonto como un buey, un sujeto con quien cualquiera
quisiera estar en una isla desierta, pero a quien rehuyen como la peste".

Por qué Escribe

Yo habría dicho que la posibilidad de conocer al verdadero Perelman,


quienquiera que él fuese, era remota. Pero durante nuestra última entrevista
en aquella fiesta londinense, después de 22 años de afectuosa camaradería,
FACETAS

repentinamente abrió la puerta, al menos una pequeña rendija. Estábamos


sentados en un rincón y le pregunté ociosamente: "¿Por qué escribes?",
esperando como respuesta su acostumbrada cantaleta de burla fina. Sin
embargo, me contestó: "¿Recuerdas las cuatro razones de George Orwell
para ser escritor?"
Sin esperar respuesta prosiguió: "La segunda es el entusiasmo estético.
La tercera es el impulso histórico. La cuarta son los fines políticos. Pero la
primera es la que me indujo. Orwell la llama 'puro egotismo', y menciona el
deseo de resarcirse de los insultos y desaires sufridos en la infancia. Esa es
exactamente la razón que me impulsa a escribir".
Sus años de escritor cinematográfico están bien documentados en la co-
lección de sus obras, aunque la cólera se ha diluido en la tranquilidad actual
y se ha erizado de ingenio. En cuanto llegó como neoyorquino, en la revisa
The New Yorker, pronto se convirtió en el sumo sacerdote—o quizá el
perpetuo estudiante rabínico—del ingenio metropolitano; el humorista de
humoristas emulado, de hecho plagiado, por ambiciosos artesanos de la
prosa cómica en todo el mundo.

Oigo la Hierba Crecer

Hasta hace pocos años se retiraba a recargar sus baterías en su granja,


cerca de Erwinna, en Bucks County, Pennsylvania. En forma sardónica ha
descrito el dinero y esfuerzo que invirtió en este barril sin fondo como si
hubiese tratado de erigir un Taj Mahal yanqui. Al trasponer el umbral,
acostumbraba advertir a sus visitantes: "Los diamantes arman gran escán-
dalo con vuestras pisadas". Sin embargo, en momentos más tranquilos,
atisbando en derredor como si temiera ser oído diciendo un comentario
obsceno, confesaba que algo en él lo inducía a "oír la hierba crecer". Ahora
ha vendido la granja y el producto son unos ahorrillos para una vejez siem-
pre en retirada.
Actualmente vive en Manhattan, en el piso 16 del hotel Gramercy e ini-
cia sus labores diarias hacia las 11 de la mañana. "Hace mucho decidí que,
pasara lo que pasara, yo no sería un viejo pobre. Mientras pueda escri-
bir, nunca lo seré".
¿VAN LOS EUA HACIA LA DERECHA?
Conversación
con Irving Kristol y Arthur Schlesinger hijo

Varios comentaristas políticos han sostenido que la


mayoría de las naciones occidentales de hoy pare-
cen inclinarse políticamente a la derecha. En los Es-
tados Unidos, un grupo de destacados intelectuales
norteamericanos llamados neoconservadores, que
en su mayoría pertenecieron a la izquierda o al cen-
tro en su juventud, está proporcionando el cimiento
filosófico para el nuevo movimiento de derecha (ver
reseña de libros en la página 100). Uno de los miem-
bros más influyentes de este grupo es Irving Kristol,
cuyos artículos para revista figuran entre las expre-
siones más sustanciosas y autorizadas del pensa-
miento neoconservador. Con la idea de discutir el Irving Kristol
tema "¿van los EUA hacia la derecha?", dos direc-
Arthur Schlesinger hijo
tivos de la revista Public Opinion, Ben Wattenberg
y David Gergen, reunieron a Kristol con un emi-
nente liberal, el historiador Arthur Schlesinger hijo.
Su conversación fue publicada en Public Opinion,
de donde reproducimos la condensación siguiente.
Irving Kristol es profesor de valores urbanos en
la Universidad Nueva York y tiene una columna fija
en el Wall Street Journal. Fundó la revista Encounter
(con Stephen Spender) y ha sido director adminis-
trativo de Commentary. Ahora dirige (con Nathan
Glazer) la revista The Public Interest. Entre sus li-
bros se cuentan On the Démocratie Idea in America
(Del concepto de democracia en los EUA) de 1972;
The American Commonwealth (La riqueza común norteamericana) de 1976; y Two
Cheers for Capitalism (Dos hurras por el capitalismo) de 1978.
Arthur Schlesinger hijo es profesor de historia en la Universidad Ciudad de Nueva
York. Ha escrito muchos libros, incluidos The Age of Jackson (La era de Jackson) de
1945 y The Coming ofthe New Deal (Advenimiento del Nuevo Trato) de 1958. De 1961 a
1963 fue asesor especial del Presidente John F. Kennedy; su crónica de la presidencia de
Kennedy, A Thousand Days (Los mil días), ganó el premio Pulitzer de biografía y el
Premio Nacional del Libro. Su obra más reciente es Robert Kennedy and His Times
(Robert Kennedy y su época) de 1979.

Wattenberg: Schlesinger, quizá podrías empezar por describir el estado de


ánimo del público tal como lo ves hoy en día. ¿ Va el país hacia la derecha
como tantos comentaristas piensan?
D
Copyright 1978 por el American Enterprise Institute for Public Policy Research.

45
FACETAS

Schlesinger: Reexaminemos este siglo. Los dos primeros decenios fueron de


gran actividad. Tuvimos el período del Partido Progresista, la Primera Gue-
rra Mundial y mandatarios exigentes como Theodore Roosevelt y Woodrow
Wilson. Ya en 1920 nos sentíamos exhaustos. Vino luego una década de
"vida latente en la normalidad", un período de indiferencia hacia los asuntos
públicos, de "privatización", narcisismo o lo que fuese.
Entonces sobrevinieron la Depresión, el Nuevo Trato, la Segunda Guerra
Mundial, el Trato Justo, el comienzo de la guerra fría y la Guerra de Corea.
Esto nos produjo, para los años 50, un nuevo estado de agotamiento nacio-
nal y un nuevo período de pasividad y resignación. Después llegaron Ken-
nedy y Johnson, la Nueva Frontera y la Gran Sociedad, se produjo la
revolución racial; estalló la guerra más impopular en la historia de los EUA;
hubo agitación en las universidades y la alienación de la juventud; sobrevino
Watergate y casi fue demandado un presidente. Así fue como volvió a sen-
tirse exhausta la nación (y aquí nos encontramos ahora).
Durante esos períodos de hibernación suceden dos cosas importantes.
Primera, nuestra energía nacional se regenera; las baterías se recargan. Se-
gunda, los problemas que no reciben atención durante el período de pasivi-
dad empiezan a acumularse, se agudizan y resulta imposible manejarlos. En
un punto determinado la represa se rompe y entramos en un nuevo período
de activismo. Calculo que algún día, en los ochentas, la represa se derrum-
bará otra vez. Entonces advertiremos que la única forma de hacer frente a
muchos de esos problemas es a través del gobierno y así entraremos en otra
era de gobierno afirmativo.
Debemos observar que cada una de estas oscilaciones desemboca en un
nivel mayor de confianza en el gobierno positivo. Aun en nuestra depresión
vigente podemos comprobar que la mayoría es partidaria de los controles
de salarios y precios, de limitar las utilidades empresariales, del servicio de
salud a cargo del gobierno y así sucesivamente.

Wattenberg: Profesor Kristol, me pareció escuchar hace un momento que


el conservadurismo estadounidense es aburrido, narcisista, agotado, can-
sado y pasivo. ¿Así juzgas lo que ocurre en el país y es ésa la índole del
pensamiento conservador?

Schlesinger: Permítanme aclarar que no me referí al pensamiento conserva-


dor, sino a las épocas conservadoras. Estas son producto de la fatiga. El
pensamiento conservador puede ser a menudo el producto del esfuerzo.

Kristol: Gracias, Arthur. Creo que hay una doble dificultad en esa pre-
gunta. Una es el supuesto de que, en lo que a opinión se refiere, hay una
comunidad política llamada los EUA. Creo que en realidad hay varias co-
munidades políticas. La estructura de la opinión, como ustedes saben segu-
ramente, puede describirse con mayor precisión en términos de geología.
Existen distintos estratos de opinión y a veces—como sucedió en los años

46
¿Van los EU A hacia la Derecha? (Conversación)

60—esos estratos se mueven simultáneamente en direcciones muy diversas,


lo cual produce toda clase de cargas y tensiones. En épocas de inmovilidad
es muy difícil predecir el punto en que acabarán por asentarse todos esos
estratos. Pero creo que lo más importante es observar que los términos
izquierda y derecha, si bien tienen sentido, sólo presentan una imagen bidi-
mensional de la opinión.
En el mundo real de tres dimensiones, la gente va hacia la izquierda, hacia
la derecha, hacia arriba y abajo, hacia adelante o atrás y, en consecuencia,
puede desplazarse en varias formas a la vez. En ciertas cuestiones socia-
les—como el aborto—es difícil definir el significado político de varios cam-
bios de actitud. Lo mismo puede decirse de la beneficencia pública. Según
han evolucionado los acontecimientos—y creo que este es el problema del
liberalismo actual en los EUA—la previsión social ha llegado a cumplir sus
propósitos en gran medida y, en conjunto, la gente no se muestra muy
descontenta. Pero sin duda hay menos satisfacción popular en lo referente a
la ampliación de la beneficencia que surgió de la Gran Sociedad. Si decimos
que las actitudes frente a la previsión social definen la posición liberal o
conservadora, podemos obtener resultados contradictorios.
Mi opinión es que la mayoría de los estadounidenses desean una benefi-
cencia pública de tipo conservador. Quieren extraer algunos programas del
Estado benefactor que han surgido en los últimos 40 años—principalmente
los programas de seguridad como el Seguro Social, el seguro de desempleo y
otros por el estilo—para volverlos parte integrante del sistema estadouni-
dense. Están menos bien dispuestos hacia otros aspectos de la beneficencia
pública. Bajo estas luces creo que podemos explicar gran parte de los impul-
sos contradictorios que parecen estar enjuego en este país.
En cuanto al último punto que mencionó, creo que incuestionablemente
la energía intelectual se ha alejado del centro liberal: se ha desplazado a la
izquierda. Muchos jóvenes universitarios están realizando gran cantidad de
actividades que consideran estimulantes y hemos de reconocer que la pers-
pectiva radical resulta atractiva para los jóvenes pensadores. Es increíble,
pero el marxismo ha tenido un renacimiento en el ambiente académico du-
rante los pasados siete u ocho años. Simultáneamente hay un movimiento
que se puede describir con justicia como de derecha. Si observamos a los
destacados periodistas jóvenes que han surgido, comprobaremos que tien-
den a ser conservadores, hay pocos radicales y no muchos liberales.
En consecuencia, mi opinión es que la agenda liberal, tal como fue cuando
Arthur y yo éramos jóvenes, se ha consumado y ahora estamos en una era
posliberal.

Schlesinger: No comparto la idea de que la agenda liberal esté consumada.


Creo que en los ochentas veremos una reanimación del liberalismo en el
sentido de un gobierno afirmativo.
Uno de los problemas no resueltos de la agenda liberal es el control de la
inflación. No acierto a comprender por qué se considera a la inflación como
FACETAS

un asunto de conservadores. Si hay algo que afecte a los votantes liberales


tradicionales es precisamente la inflación. Esta es más severa para los po-
bres y los pensionados. Los ricos encuentran la forma de adaptarse a ella.
Los hombres de negocios la aprovechan para lucrar.

Kristol: No creo que sea posible incluir la inflación en la agenda liberal, sal-
vo en el grado que la respuesta liberal sea imponer los controles obligatorios
de salarios y precios, lo cual, pronostico, sería su reacción. Y eso no dará
resultado.

Gergen: ¿Consideran también que se avecinan nuevos controles de salarios


y precios, Sr. Schlesinger?

Schlesinger: Sí, pero éstos sí darían resultado. Lo dieron incluso con Nixon,
cuando fueron administrados por gente que no creía en ellos.

Kristol: La gente siempre cree en lo que tiene que administrar. Yo no consi-


dero que los controles sirvan. Funcionan temporalmente pero sólo encajo-
nan las alzas de precios. En algún momento los controles se retiran y los
precios se disparan.
Aquí los liberales tienen un problema que, en teoría, deberían ser capaces
de resolver y quizá lo logren, pero no es fácil: es decir, que cuando se
establece un gobierno activo, éste siempre tiende a volverse demasiado
activo y a gastar más de lo que debiera. Para financiar esos gastos imprime
dinero. Empero, para controlar la inflación es preciso que el gobierno esté
dispuesto a practicar la moderación.

Schlesinger: Yo admitiría que hace falta mucho más discernimiento en la


aplicación del gobierno afirmativo y creo que los liberales están muy cons-
cientes de ello. En realidad muchos argumentos en favor de la descentraliza-
ción y demás han provenido de fuentes liberales tanto como de las conser-
vadoras o, mejor dicho, aún más que de estas últimas.

Kristol: Si lo pensamos honradamente, Arthur, creo que precisa reconocer


que la teoría económica liberal fue la causa de la inflación. Los economistas
conservadores llevan 30 años afirmando que esa teoría conducirá a la infla-
ción. Si repasamos las reseñas que se hicieron cuando se publicó el libro de
John Maynard Keynes, comprobaremos que la opinión unánime de los eco-
nomistas tradicionales fue que se trataba de una receta para la inflación, lo
cual resultó ser verdad.

Schlesinger: No hay pruebas de que la reducción del gasto gubernamental o


de la tasa de aumento monetario, o incluso del empleo, ejerza un efecto
decisivo sobre la inflación. Hemos adquirido una notable capacidad para
sostener altos niveles de inflación y desempleo simultáneamente.

48
¿Van los EUA hacia la Derecha? (Conversación)

Wattenberg: Permítanme regresar a la pregunta inicial. En este país mu-


chos asuntos se han juzgado tradicional y típicamente como representativos
de la izquierda o la derecha (las cuestiones culturales, de la defensa, de la
economía, etcétera). En lo referente a esos asuntos, ¿está hoy el país más
inclinado "a la derecha" que hace dos o cinco o diez años?

Schlesinger: Yo abordaría en primer término las cuestiones sociales. Resulta


evidente que el país es hoy más tolerante que hace 10, 20, 40 o más años,
pero eso no parece ser un asunto de política. Sé que hay quienes atribuyen
un tremendo impacto político a las cuestiones sociales, pero nunca he com-
partido esa opinión.
El gasto para defensa sólo muy recientemente se ha convertido en asunto
de liberales-conservadores. En mi juventud, cuando Franklin D. Roosevelt
era presidente, y aun después, siempre que había motivos de peso para
asignar un presupuesto cuantioso a la defensa, los liberales solían respaldar
con decisión los gastos militares. Yo siempre estuve en favor de un presu-
puesto fuerte para la defensa. Pero en los últimos años ha cambiado el
carácter de la amenaza del exterior y por ello, en mi opinión, el problema del
gasto para la defensa se ha modificado. No creo que dicho gasto, en sí
mismo, sea un asunto que provoque el reflejo condicionado liberal-
conservador.
Hoy en día, la diferencia básica entre liberales y conservadores es la de
gobierno afirmativo versus gobierno negativo.

Kristol: Considero que la política estadounidense se ha desplazado funda-


mentalmente hacia la derecha desde 1970. La elección de Nixon en 1972 por
fuerte mayoría fue un síntoma muy claro. Desde entonces he visto conti-
nuamente síntomas de que el pueblo estadounidense—incluso quiero em-
plear la expresión de Arthur—desea un gobierno menos activo. Considera
FACETAS

que la mayoría de las actividades gubernamentales resultan irritantes y no


muy productivas.
Tal vez esto sea sólo un ciclo. El impulso liberal de nuestra sociedad no
desaparece, ni tampoco el conservador. Discurren en fases cíclicas y, en mi
opinión, lo que ha ocurrido con la política norteamericana es que muchos
políticos que tradicionalmente habían sido liberales se han vuelto más con-
servadores. No es que los conservadores hayan sido empujados al poder;
eso no ha ocurrido en la mayoría de los casos. Pero observando a los políti-
cos liberales elegidos en los seis últimos años, es indudable que en asuntos
fiscales tradicionales, gastos de beneficencia pública o incluso en actitudes
hacia el seguro nacional de salud, ahora son más conservadores de lo que
habrían sido ellos mismos, o sus antecesores, hace seis u ocho años.

Gergen: ¿Aceptarías la tesis que Schlesinger apuntó, acerca de que los


períodos de inmovilidad han sido aquellos en que nos hemos sentido depri-
midos? Me refiero a los años 50 en particular.

Kristol: ¡Oh, no! Los cincuentas fueron una época muy grata.

Schlesinger: Yo mencioné una depresión política. N o me refería a la depre-


sión intelectual puesto que los períodos de actividad son fruto de pensamien-
tos concebidos en los períodos de inactividad: el Nuevo Trato se gestó en los
años 20; los sesentas surgieron de lo que mucha gente pensó en los años 50.

Gergen: Puede afirmarse, y muchos historiadores lo han hecho, que el de-


cenio de 1950 fue uno de los períodos más felices que registra la historia
norteamericana.

Kristol: Creo que Arthur llama depresión política al período en que el go-
bierno no se muestra particularmente activo. La verdad es que en los cin-
cuentas el pueblo norteamericano estaba muy satisfecho de un gobierno que
no era muy activo.

Schlesinger: Lo que no hicimos en materia de justicia racial, deterioro ur-


bano, energía y protección ambiental redundó en muchos problemas para los
años 60.

Kristol: Ese es un espejismo liberal. Es cierto que en períodos de relativa


inactividad política—llamémosla estabilidad política—los problemas se
acumulan. ¡Y claro que los problemas se acumulan! Así es la vida. Los
problemas se acumulan siempre; también en los períodos de actividad gu-
bernamental, lo cual explica los períodos siguientes de estabilidad política.
Desde luego que si en los cincuentas el gobierno hubiera tomado ciertas
medidas acerca del ambiente, nos habríamos ahorrado quizá muchas de las
extravagancias del actual movimiento ambiental, pero en aquel decenio na-

50
¿ Van los EU A hacia la Derecha? (Conversación)

die le pedía al gobierno que hiciera gran cosa en favor del ambiente. Eso no
era problema. Si lo hubiera sido, el proceso político seguramente habría
actuado en consonancia.

Wattenberg: Permítanme poner algo en claro. ¿Concuerdan ambos en que


la política estadounidense se mueve en forma cíclica y ahora estamos en la
fase que corresponde a la derecha?

Schlesinger: Sí, al quietismo.

Kristol: Yo diría que hemos entrado a un período en que la gente valora la


estabilidad por encima de todo (la estabilidad del dólar, la política, la eco-
nómica y la de los asuntos internacionales).

Schlesinger: Espero que Irving no desee insinuar que en otras épocas la


gente valora la inestabilidad.

Kristol: Algunas personas sí. A eso le llaman cambio social.

Schlesinger: La vida no es estable, especialmente en una sociedad de alta


tecnología. La vida exige adaptación a un ambiente que cambia sin cesar.
La inestabilidad impone la necesidad de que haya períodos de activismo.

Wattenberg: Si estamos en la fase derechista del ciclo, ¿es por la idea de


que el liberalismo reciente ha fracasado? ¿O el ciclo transcurre por su
propio impulso?

Schlesinger: Emerson dijo una vez: "Al analizar la historia no conviene


profundizar demasiado porque con frecuencia las causas son muy superficia-
les". Hoy en día la gente está cansada. Los acontecimientos la han dejado
exhausta. Ansia sosiego y reposo. Hay quienes lo interpretan con rebusca-
miento, afirmando que eso implica el fracaso del liberalismo y cosas por el
estilo, pero la explicación más sencilla es la correcta.

Kristol: Pueden decir que es el fracaso del liberalismo o bien que es su éxito
(puesto que en su mayor parte la agenda liberal tradicional se ha puesto en
ejecución).
Pero algo muy importante le ha ocurrido también al liberalismo. Cuando
concluyeron las agendas liberales de los años 30, 40 y 50, una nueva empezó
a surgir y parte del liberalismo norteamericano se inclinó hacia la izquierda.
Es decir, empezó a aproximarse gradualmente a lo que en Europa se deno-
mina democracia social.

Wattenberg: Hemos llegado al momento en que tenemos que afrontar la


cuestión de las etiquetas: lo que antes significaban y lo que ahora implican.
FACETAS

"Hay muchas personas, en especial las


llamadas liberales, que pertenecen a
esta Nueva Clase, que piensan que la
principal necesidad política es la redis-
tribución sobre bases morales".

-Kristol

Arthur, dijiste que los liberales solían creer en una posición fuerte en cuanto
a la defensa de los EU A. Ese es el liberalismo de mis años formativos. Los
liberales solían pensar que establecer cuotas (para incluir a las minorías)
era algo absurdo. La política liberal en materia de economía siempre estuvo
en favor de la industria y las chimeneas, algo que ahora los ambientalistas
liberales—parte importante de la firme alianza liberal de hoy—sin duda
encuentran censurable. Si alguien, como yo, cree en aquella vieja trilogía
liberal, recibe el epíteto de conservador, neoconservador o neoliberal, pero
no se le considera liberal. Entonces, ¿es que han cambiado las condiciones
para modificar el liberalismo o han cambiado los liberales?

Schlesinger: Todo depende del nivel de que se trate. Has mencionado el


nivel programático y evidentemente los programas no son absolutos. Los
programas existen dentro de un contexto. Han sido confeccionados para
cumplir ciertos propósitos. Y la cuestión es si los programas que los liberales
consideraban idóneos hace 30 años para lograr sus propósitos pueden servir
hoy en día para ese mismo fin. Nada es sagrado en materia de programas.

Kristol: Pero en el liberalismo estadounidense se están produciendo ciertos


cambios fundamentales. Uno de ellos es que la clase a la que dicho libera-
lismo pretendía ayudar en los años 30, 40 y 50 era la clase trabajadora. En
cambio ahora está mucho menos preocupado por los trabajadores que por la
clase que podríamos situar debajo de la clase trabajadora. Además se ocupa
de ciertos problemas generales—digamos acerca del medio ambiente—que
no se circunscribe a ninguna clase social.
Eso me lleva al segundo punto importante: la actitud frente al desarrollo
económico. Los liberales, movidos por su filosofía económica keynesiana,
podrían decir: "Nosotros podemos producir un mejor desarrollo económico
que los conservadores". Y en realidad por algún tiempo parecía que tenían
razón y lo demostraron. Es discutible que el progreso económico que produ-
jeron haya sido el resultado de las políticas keynesianas. Pero el liberalismo
de nuevo cuño es indiferente, acaso hostil, hacia el desarrollo económico.
Aquí los aspectos culturales revisten importancia. Al examinar varias mani-

52
¿Van los EVA hacia la Derecha? (Conversación)

festaciones de la Nueva Izquierda—el libro de Schumacher [Small is Beau-


tiful (Lo pequeño es hermoso) del economista. E. F. Schumacher], todos los
demás libros que provienen de California y exaltan las bellezas de la vida
pastoril, el movimiento ambientalista extremo (fuertemente representado en
esta administración) y los "naderistas" en general—se percibe una descon-
fianza básica hacia el crecimiento económico.

Schlesinger: Yo calificaría a Schumacher de conservador y considero que


todo el movimiento "lo pequeño es hermoso" es conservador, no liberal.
Eso revela una vez más las dificultades de la terminología.

Kristol: La cuestión es entonces la siguiente: ¿dónde es conveniente fijar los


límites del crecimiento gubernamental? Este es un ejercicio que practica la
gente y que ha llegado a convertirse en una cuestión conservadora-liberal en
este país. Hoy en día muchos consideramos que es necesario empezar a
examinar este asunto con toda seriedad; que deseamos marcar algunos lími-
tes al crecimiento del gobierno. Pero el comportamiento de la burocracia
gubernamental, el de los tribunales de justicia y, en forma intermitente, el
del Congreso, nos hace pensar que no existe límite alguno en el futuro
próximo.

Schlesinger: Considero que todo el mundo encuentra objeciones que oponer


a las burocracias que le importunan. A los conservadores no les molestan en
lo absoluto las burocracias que están a su servicio. En este asunto, creo que
todo depende de quién es el dueño del buey sacrificado.

Kristol: Sí, pero llega un momento en que la burocracia se expande tanto y


la intervención del Estado se vuelve tan persistente y amplia que el buey de
todos acaba por ser sacrificado. En ese momento—y si ese momento no ha
llegado ya, creo que está bastante próximo—la gente dirá "¡ya basta!"

Schlesinger: ¡Oh, no! Ese momento está muy lejano.

"Debo confesar cierto escepticismo so-


bre la existencia de la Nueva Clase. Re-
cuerdo el viejo proverbio chino: 'Hay
mucho ruido en las escaleras, pero na-
die entra en el salón' ".

-Schlesinger

53
FACETAS

Wattenberg: Ese es realmente el asunto: ¿ha llegado el gobierno al punto en


que, como tú dices, Irving, perjudica a todos? ¿O estamos muy lejos de ese
punto como afirmas tú, Arthur?

Schlesinger: Considero que, en ciertos sectores, el gobierno ha ido dema-


siado lejos y es un fastidio. Pero, en términos generales, en este siglo la
expansión gubernamental ha incrementado considerablemente la libertad y
el bienestar personal.

Wattenberg: El economista Arthur Okun me dijo hace poco, y estuve de


acuerdo con él, que quizá la principal tarea de cualquiera que se considere
un buen liberal hoy en día debiera ser luchar por la abolición de los malos
programas y por que los buenos funcionen con más eficiencia; el caso es
que no podremos llegara los años 80 a menos que enderecemos este enredo.

Schlesinger: Estoy de acuerdo.

Kristol: En cierto sentido es lamentable que no tengamos partido socialista


en este país; creo que entonces se establecería una política mucho más
racional. Si observamos los gobiernos de Europa, especialmente los que son
socialistas, veremos que los miembros de la Nueva Clase—ambientalistas
extremos y otros movimientos—son socialistas. Si tuviéramos partido socia-
lista, todos ellos estarían en él y eso en algunos aspectos sería muy conve-
niente porque creo que entonces serían más razonables.
Pero cuando los verdaderos socialistas tratan de llevar a cabo su agenda
dentro de un marco liberal tradicional—y pienso que eso es lo que sucede
actualmente dentro de la política liberal en los Estados Unidos—el resultado
son decisiones gubernamentales realmente destructivas. Hay decisiones que
nadie podría defender sobre las bases liberales tradicionales, como el regla-
mento de la Secretaría de Salubridad, Educación y Previsión Social (SEPS)
según el cual no sólo hay que enviar igual número de animadores a los juegos
atléticos de hombres y de mujeres, sino que dichos animadores deben gritar
con igual fuerza en ambos. Ese es un reglamento auténtico de la SEPS.
Traten de imaginar quién ideó eso y por qué. Arthur, por tu experiencia
universitaria conoces gran parte de los reglamentos verdaderamente absur-
dos que se han impuesto a nuestra economía y a nuestra sociedad. Ahora
bien, como no creo que sean tontos quienes promueven esos reglamentos ni
que tengan verdadera fe en un mundo absurdo, sólo puedo suponer que esto
es parte de una estrategia general tendente a hacer participar cada vez más al
gobierno en la vida social y económica del país.

Schlesinger: N o lo creo ni por un momento. Tal vez sea el sueño de algunos,


pero pienso que nunca debemos menospreciar el poder de la insensatez en
los asuntos humanos, Irving.
Debo confesar cierto escepticismo—y aquí discrepo no sólo de Irving sino

54
¿Van los EUA hacia la Derecha? (Conversación)

también de mi querido amigo Ken Galbraith—sobre la existencia de la


"Nueva Clase". La Nueva Clase ha sido anunciada desde siempre. Veblen
escribió sobre el soviet de ingenieros, y mucho antes que Veblen, hombres
como Saint-Simon y Comte ya escribían acerca de eso. Recuerdo el viejo
proverbio chino: "Hay mucho ruido en las escaleras, pero nadie entra en el
salón". Demos una mirada a los trabajadores profesionales, técnicos y ad-
ministrativos; en su mayoría votaron por Nixon en 1972. No creo que tengan
en común ninguna política ni que compartan una sicología.

Kristol: Bien, la naturaleza de la Nueva Clase es también asunto de contro-


versia. Si tuviéramos que hacer a un lado a quienes trabajan en el sector
privado y sólo hubiéramos de contar a los trabajadores del gobierno o del
sector no lucrativo, incluidas las universidades, entonces obtendríamos un
resultado diferente. Y no creo que esas personas sean insensatas. Las co-
nozco, y tú también las conoces.

Schlesinger: No, no lo son, pero están preocupadas por sus empleos y hacen
lo que piensan que requieren éstos. Resulta difícil suponer que en esto puede
haber algún tipo de conspiración.

Wattenberg: Quizá no una conspiración pero sí una ideología. ¿No es pre-


cisamente eso lo que está en marcha?

Schlesinger: Propagar un reglamento como el que mencionó Irving acerca de


los animadores deportivos no es una forma verosímil de ayudar a la causa
del gobierno grande. Por lo tanto, para mí es sólo insensatez.

Kristol: La idea en que esas personas creen realmente es "mientras peor


sea, tanto mejor" (al menos en lo que a desarrollo económico se refiere).
Aquí entra en juego una dialéctica sencilla. En el grado en que haya creci-
miento económico, la presión de la redistribución disminuye pues, según se
espera que acontezca, el desarrollo económico permite que todos mejoren
su respectiva situación. Cuando el desarrollo económico se frustra, la pre-
sión de la redistribución aumenta. En esta sociedad hay muchas personas,
en especial las llamadas liberales, que pertenecen a esta Nueva Clase, que
piensan que la principal necesidad política es la redistribución sobre bases
morales y que si para lograr ésta es preciso frustrar el desarrollo económico,
ése es el camino a seguir.

Schlesinger: Me parece una forma extravagante e indebida de identificar una


conspiración. No creo que eso guarde mucha relación con el mundo de la
política. Nadie tendrá éxito si hace un llamamiento político sobre esa base.

Kristol: Es que ellos no lo hacen sobre esa base, sino sobre otras. No quiero
emplear la palabra "conspiración" ; acepto pues el término "ideología". Esa
FACETAS

es la agenda que está claramente implícita en todas sus actividades. Y puesto


que ellos no son tontos ni insensatos, creo que conocen esa agenda.

Gergen: ¿Han sido tan sobrecargados los términos liberalismo y conserva-


durismo hoy en día que han perdido buena parte de su significado?

Schlesinger: Probablemente así ha sido siempre. No sé si se ganaría algo al


abolirlos.

Kristol: No podemos abolirlos y en realidad sí tienen sentido. Surgieron de


la Revolución Francesa. Son esencialmente términos del siglo XIX.

Schlesinger: Por supuesto, liberalismo tiene en Europa un significado muy


diferente que aquí, donde por lo general implica un partido liberal y anticle-
rical que favorece el mercado libre y que. . .

Kristol: Eso significaba también aquí durante casi todo el siglo XIX, pero
ahora ha cambiado. Sin embargo hay una importante distinción entre iz-
quierda y derecha, y las categorías dentro de éstas, que corresponde a
nuestra propia concepción de lo que es políticamente posible. En realidad
a eso se reduce la cuestión. La razón de que la Revolución Francesa sea la
línea divisoria para todas las ideologías políticas modernas es que dejó esta-
blecido el desafío: ¿cuáles cree usted que son los límites de la política? Si
uno es de izquierda, piensa que tales límites son infinitos o, cuando menos,
muy, muy amplios. Si se es de derecha, se tiende a creer que los límites de la
política son más bien estrechos.

Schlesinger: ¿Qué quieres decir con "los límites de la política"?

Kristol: Me refiero al grado de felicidad y progreso humano que se pueden


conseguir mediante la acción política.

Schlesinger: Bien, en ese caso yo sería conservador porque creo que la


política tiene límites muy patentes.

Wattenberg: No obstante, opinas que debiéramos tener un nuevo espasmo


de actividad en los ochentas.

Schlesinger: Sí, en lo referente a programas y políticas. Pero creo en los


límites de la sabiduría y en la fragilidad del empeño humano.

Kristol: Después de todo, los conservadores no se oponen a la política; ni


siquiera objetan el cambio. Los conservadores piensan que el cambio debe
responder a las presiones modificadoras que ya existen en la sociedad.

56
¿ Van los EU A hacia la Derecha? (Conversación)

Schlesinger: Estamos confrontando ahora la dificultad de distinguir entre


intelectuales conservadores y conservadores prácticos. En su mayor parte,
el conservadurismo de la política estadounidense ha sido irreflexivo. De
hecho, su pensamiento depende cada vez más de gente formada en otra
tradición.

Kristol: Sí, creo que eso es cierto. Vamos a modificar esa situación. Pero
pienso que la actitud hacia el mercado se deriva en forma considerable de la
actitud que se tenga ante los límites de la política. Es decir, que si se pre-
sume que dichos límites son relativamente estrechos se adopta, ab initio,
una actitud más indulgente hacia el mercado y se afirma que el gobierno
probablemente no puede tener un mejor desempeño, o sea que la suposición
es que el gobierno no puede ir mejor. De eso no se deduce que el mercado
siempre pueda marchar mejor. Pero la suposición previa es que la actividad
económica probablemente estaría mejor si la guiara el mercado y no el
gobierno.
Esa es la presuposición conservadora original.

Schlesinger: Yo estoy en favor de que el mercado haga todo lo que esté a su


alcance. No sé quién desea abolir el mercado. Incluso en los países socialis-
tas tratan de servirse del mercado. Pero hay algunos problemas que eviden-
temente el mercado no puede resolver y esos son precisamente los que
requieren el concurso del gobierno. Como lo demostró la Gran Depresión, el
mercado no puede resolver los problemas del desempleo.

Kristol: Bien, eso es ahora objeto de debate, pero la cuestión es realmente la


presuposición.

Gergen: Ambos parecen afirmar que estamos en un período de inactividad y


que el péndulo retornará en su oscilación natural durante los años 80. Pero
¿es inevitable? ¿Es posible que en ese período el sector privado, que repre-
senta la opción que los conservadores alentarían, logre ejercer el liderazgo
para resolver algunos de los problemas que acaso nos aguardan y así nos
evite el retorno a otro período de activismo gubernamental, ampliando nue-
vamente el Estado de previsión social?

Schlesinger: Nada es inevitable y si el sector privado consigue demostrar


que es capaz de resolver los problemas de inflación, desempleo, injusticia
racial, protección al ambiente y todos los demás, no tendremos que recurrir
de nuevo al gobierno. El hecho es sencillamente que en los anteriores perío-
dos de quietismo el sector privado no ha logrado resolver éstos u otros
problemas similares de interés público. En consecuencia, cuando la gente se
harta de esos problemas, recurre al gobierno. Y, como dice Irving, eso
genera sus propios problemas. Pero así es como eso funciona.
FACETAS

Kristol: No es razonable y creo que es una forma de demagogia política


pedir al sector privado que resuelva el problema de la inflación. La inflación
es creada por el gobierno. Solamente el gobierno puede resolver el problema
de la inflación.

Schlesinger: El sector privado contribuye al problema de la inflación. Ese es


otro tema.

Kristol: Bien, todo el mundo contribuye al problema de la inflación, pero el


gobierno es quien la hace posible.

Schlesinger: Los precios administrados contribuyen.

Kristol: No, créeme; eso no tiene mucha importancia económica, Arthur.


Pero ¿qué se espera del sector privado? En verdad el sector privado sólo ha
ofrecido dos cosas. Una es gran cantidad de libertad personal y la otra es el
crecimiento económico. Ahora bien, el desarrollo económico a la larga
puede resolver multitud de problemas. Ya he vivido el suficiente tiempo
para percatarme de que dicho crecimiento ha resuelto muchos problemas
que eran muy comunes en los decenios de 1930 y 1940.
Parafraseando de nuevo a John F. Kennedy, la marea alta eleva a todos
los barcos. Si se alcanza un desarrollo económico satisfactorio durante
cierto tiempo, surgen milagros. La primera obra de teatro que presencié en
Broadway fue Tobacco Road (Camino del tabaco) y recuerdo que exclamé:
"¡Dios mío, qué gente! ¿Qué vamos a hacer con ellos?" Bien, no sé qué fue
de esa gente, pero en lo que toca al crecimiento económico, parece que se
esfumaron.
También podemos recordar algo de la literatura sociológica de los años 30.
En todas las ciudades y poblados de los Estados Unidos de aquella época
estaba "el otro lado de las vías". El ferrocarril dividía socialmente las ciu-
dades y poblados estadounidenses. Bien, ¿qué pasó con el otro lado de las
vías? Los habitantes de esas zonas parecían no tener esperanza, pero el
desarrollo económico ha ayudado a que las vías desaparezcan en casi todas
partes.

Wattenberg: ¿Quieres decir que la experiencia norteamericana bajo el go-


bierno liberal ha sido de éxito?

Kristol: Oh, creo que sí; así es. (Si empleamos el término "liberal" en refe-
rencia con todas las administraciones.)

Schlesinger: El liberalismo ha sido víctima de su propio éxito.

Kristol: En cierto modo sí.

58
¿Van los EU A hacia la Derecha? (Conversación)

Gergen: ¿Distingue el público de hoy entre el éxito del liberalismo y los ex-
cesos del liberalismo? Por otra parte el público apoya la previsión social en
la medida que ésta ha tenido éxito—la Seguridad Social y demás-^-pero la
gente no está dispuesta a pagar por lo que considera los excesos del libera-
lismo. ¿No es eso lo que estamos presenciando?

Kristol: Creo que sí.

Schlesinger: Eso es parte del ritmo del proceso democrático. Pero hay pro-
blemas más profundos que no creo probable que el mercado o el sector
privado puedan resolver. Esos problemas se agudizarán. En los ochentas
nos movilizaremos otra vez.

Gergen: ¿También tú consideras que eso se avecina, Irving?

Kristol: Yo no sé realmente lo que se avecina. Puedo aceptar que es eso. O


bien que veo venir lo opuesto. En verdad no tengo idea.

Wattenberg: Esa es una buena observación para terminar.

59
BUSCADOR DE LA VERDAD, MEDIO DESNUDO,
DE NOCHE, CORRIENDO POR LA PLAYA AL
SUR DE SAN FRANCISCO
Por Robert Penn Warren

Asciendo en la oscuridad. Por la esclusa de arena desciendo


Hacia la playa, desde las dunas. Corro descalzo sobre
Arena henchida de humedad y herida de estrellas. Sin aliento
Aunque ahora la marea que cambia, lanza espuma salobre

Contra mi pecho que, desnudo, hiende la oscuridad. Mientras a mi diestra


En palizadas de rompientes olas blancas resurgen y cubren la vastedad
En busca de drama y distancia deslunadas. Pero hallar respuesta
Es imposible ahora. ¿Huir de qué? ¿Hacia qué? Y en esta soledad.

Ya muy lejos, el resplandor de la ciudad de los hombres se desvanece


Y al frente, en la oscuridad, la resaca blanca y la arena oscura celebran sus
esponsales
Y hacia el Pacífico, a leguas de distancia, la niebla amenazante crece
Mientras corro, rostro en alto, y brillan aún sobre mi cabeza las estrellas
nocturnales

Antes de diluirse en la penumbra; aunque ésta es, presiento,


Lo que nos aguarda—después que la historia, la lógica, la filosofía, los bellos
Ritmos de versos que conmueven el corazón, y algún fragmento
De la vieja sabiduría, como botellas rotas, te lancen en las sombras sus destellos.

¿En qué mundo había vivido? Poesía, orgasmo, chiste:


Y el chiste, el mayor sobre mí, un riente abatimiento
Y tú, corazón pudiste hablar de una verdad, más no lo hiciste—
Como un suspiro crepuscular de alas sin sombra en el viento.

Sueñas que en algún lado, de algún modo, abrazar te es dable


Al mundo en plenitud y, como Jacob, al fin sentir
El abrazo despiadado de esa gracia inexpresable
Que no tiene verdad que expresar sobre pasado ni porvenir.

Pero sólo es la insistencia de la vida, diurna o nocturna,


Mientras luchan las constelaciones o un pajarillo lanza
Su nota, o el hielo cruje azul en la luz hiperbórea de la noche taciturna
O el maniático se lamenta de lo que nunca a recordar alcanza.

60
Así, con los pulmones en llamas y arena entre los dedos de los pies,
Mientras el resplandor de la ciudad se desvanece y casi se llega a apagar,
Y el agobio de respirar y la arena es cuanto se sabe después
Sobre la verdad que anhela un hombre, o de la que escapa, en su necesidad de
realizar

¿Qué?—Sobre la playa caigo de bruces cerca del mar de espuma rasante


Que de vez en cuando roza una de mis manos a su paso agitado,
Como tratando de confortar, aunque se sabe ignorante
Igual que yo y quizá igualmente atolondrado.

De modo que contemplo las estrellas, cierro los ojos y la oreja aplico ufano
Sobre la arena fría como cemento, para captar ansioso
No sólo el crepitar de guijarros y el susurro del mar cercano
Sino la gimiente profundidad donde la luz encuentra el reposo.

Y, más profundo que el océano, o que la corteza terrestre que el frío agrieta,
Más allá del sarmiento sedoso, de la roca que contra rocas llora
Allá, en la oscuridad más honda y la lascivia visceral del planeta
¿Escucho el crujir gimiente de la agitación del magma que aflora?

¿Ninguna palabra? ¿Ningún signo? Oh, ¿existe un tiempo y algún confín—


Cima de hielo o lejanía calcinada—donde el corazón logrará
Abrirse como un ojo? Pero el sueño ha sellado mi rostro al fin
Y la última espuma se retira deslizándose de mi mano. Se secará,

Mientras la niebla, estrella por estrella, clama imperialmente por la noche.


¿Cuánto falta para que el alba ilumine la cima de una duna o dore las piedras de
la playa dura?
Me levanto. Me pongo de pie pensando, bien, soy un soberano fantoche,
Y después dudo si años después volveré a desUzarme bajo las estrellas, sobre
huesos tambaleantes de noche oscura.
Reproducido de The Atlantic Monthly. Copyright © 1978 por Robert Penn Warren.

61
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:
OPORTUNIDADES Y AMENAZAS
Por Leonard Sussman

La influencia de los medios de comunicación masi-


va ha crecido en igual medida que la severidad de
sus críticos. En los Estados Unidos, las quejas con-
tra dichos medios se enfocan en la creciente concen-
tración de poder en manos de relativamente pocos
dueños de periódicos, radiodifusoras y canales de
televisión. En el plano mundial, algunos países en
desarrollo afirman que la información trasmitida
por las agencias noticiosas occidentales acerca de
sus respectivas regiones es prejuiciosa, incompleta
y a menudo inexacta.
El autor considera que gran parte de las críticas
que hace el Tercer Mundo son válidas, pero que el
problema no se resolverá restringiendo el libre flujo
de la información, tal como recomiendan algunos
dirigentes de las naciones en desarrollo. El sostiene
que la respuesta consiste en ampliar y diversificar
el libre flujo de ideas e información.
Leonard Sussman, ex periodista de prensa y radio, es ahora director ejecutivo de
la Casa de la Libertad, institución "dedicada a fortalecer las instituciones democrá-
ticas", y dirige la revista de esa institución Freedom at Issue. Es miembro del consejo
administrativo del Comité Mundial para la Libertad de Prensa y del Consejo Inter-
nacional para la Libertad de la Universidad. Su artículo se ha condensado de The
Annals of the American Academy of Political and Social Science.

a era actual de medios masivos y comunicación casi instantánea em-

L ,pezó a mediados del siglo XIX con el fonógrafo y el teléfono. Un


Λ admirable siglo después, los medios dinámicos—la prensa de alta
velocidad, el radio de transistores, el enlace de computadora, el satélite de
comunicaciones y combinaciones de estas y otras tecnologías—han incre-
mentado gradualmente las oportunidades para que el mundo entero com-
parta noticias e información. Esos medios de comunicación, por los mismos
procesos, han aumentado los peligros potenciales para el ciudadano como
individuo. Independientemente de cuan espectaculares y útiles puedan ser
las tecnologías más recientes que están al servicio de dichos medios, cuanto
más "masivas" se tornen, tanto menor será el número de comunicadores
capaces de controlar lo que van a ver u oír multitud de receptores.
La rapidez con que crece el poder de los medios de comunicación ha
c
Copyright 1979 por The American Academy of Political and Social Science.

62
suscitado controversias complejas que van en aumento, sobre todo en los
foros internacionales donde funcionan los servicios de noticias mundiales.
En algunos países, especialmente los que están en desarrollo y contienen las
tres cuartas partes de la población mundial, es relativamente escaso el flujo
de noticias tanto en el interior como a través de las fronteras. En contraste,
los países industrialmente desarrollados hablan de una sobrecarga de infor-
mación. Las computadoras de la Associated Press en Nueva York procesan
15.000 palabras por minuto. La información avanza tan de prisa que sólo
otras computadoras pueden seleccionar y redistribuir el material. Sin em-
bargo, los voceros del Tercer Mundo sostienen que es exigua la cantidad de
noticias e información, sobre su propio desarrollo social y económico, que
llega al primer o tercer mundo.

El Papel de los Medios de Comunicación

Los Estados Unidos tienen un papel singular en la confrontación de estas


cuestiones. Sostienen una red de relaciones diplomáticas regulares más
vasta que ninguna otra nación y el mayor sistema mundial privado para la
trasmisión de noticias. Por ello, no sólo deben conocer las consecuencias de
seguridad, políticas y económicas de sus políticas nacionales, sino también
la dimensión humana que se refleja en el poder creciente de sus medios
noticiosos masivos. Este poder dimana del papel de los medios de comuni-
cación social. Estos llevan noticias de cambio en las esferas política, social,
económica y cultural, así como nuevas concepciones de ideas antiguas y
futuras en esos y otros ámbitos. El cambio es siempre una mercancía peli-
grosa: amenaza el statu quo. Además, los medios de comunicación masiva
sirven de movilizadores no gubernamentales del pensamiento social, en las
sociedades libres, y ayudan a que la gente participe en el proceso político.
En los países gobernados por una élite autoritaria, los medios de comunica-
ción están destinados especialmente a encauzar la opinión en favor de la
movilización política y social del gobierno. El impacto de los medios masi-
vos en cualquier sociedad es penetrante.

Medios de Comunicación versus Gobierno

En los países con alto nivel de derechos políticos y libertades civiles para
sus ciudadanos, la magnitud misma de los medios noticiosos parece poner en
manos de relativamente pocas personas la tarea de difundir la información.
En los Estados Unidos (220 millones de habitantes) 8.342 radiodifusoras
atienden a 425 millones de receptores de radio, y 983 canales de televisión
trasmiten para 129 millones de televisores. En los centros urbanos,
61.500.000 lectores compran 1.764 periódicos diarios. Otras 10.000 publica-
ciones semanales atienden a millones de suscriptores rurales y 10.500.000
personas adquieren las tres revistas semanarias nacionales de noticias.
Se confiere poder a cada uno de esos portadores de noticias. La influencia

63
FACETAS

de los editores de un semanario (circulación 650) de una población pequeña


en el centro de Vermont sólo se ve superada por la del más elevado funcio-
nario elegido, el regente de la ciudad. En realidad, así como el Washington
Post ha hecho críticas de todos los presidentes de los EUA, la pugna que
existe en la pequeña población de Vermont entre la prensa y el regente de la
ciudad proporciona el equilibrio de poder previsto por la Constitución de los
Estados Unidos. Siempre que se les ha permitido funcionar libres del control
gubernamental, los medios noticiosos tienden a impugnar el poder concen-
trado en el gobierno.

Encuestas de la Casa de la Libertad

El grado de independencia del canal informativo es así la mejor medida de


la libertad que se concede a la ciudadanía de un país. La encuesta compara-
tiva de libertad realizada por la Casa de la Libertad examina, a lo largo del
año, el nivel de los derechos políticos y las libertades civiles en todos los
países y dependencias. Ha detectado una estrecha relación entre las liberta-
des civiles apoyadas por la prensa y la radio-teledifusión independientes y la
existencia de un sistema político que responde a la voluntad popular.
El poder de los medios noticiosos ha aumentado por la creciente variedad
y volumen de la información trasmitida. El significativo incremento en la
rapidez con que se trasmiten las noticias ha fortalecido más ese poder. El
acceso oportuno a la información precisa suele proporcionar una valiosa
ventaja que afecta los intereses de seguridad, políticos o económicos de un
grupo o nación.

Concentración de la Propiedad

El reconocimiento de que el poder político y económico puede alcanzarse


a través de la propiedad o el control de los medios noticiosos provoca la
concentración consecuente de la administración de los mismos en socieda-
des libres, parcialmente libres y carentes de libertad. En las sociedades
libres hay una tendencia persistente por la cual las cadenas de periódicos se
expanden. En los Estados Unidos, 200 diarios pertenecen ahora a seis gru-
pos periodísticos. Pese a los esfuerzos de la Comisión Federal de Comunica-
ciones por limitar la concentración de la propiedad en el ramo de radio y
televisión, los programas noticiosos de las principales cadenas de televisión
y radio tienden a influir incluso en las estaciones afiliadas de propiedad
independiente.
En sí mismo, el hecho de que se concentre la administración de los medios
de comunicación masiva no ha inhibido la capacidad de elección de los
ciudadanos estadounidenses. En los últimos años ha disminuido el número
de diarios grandes en las ciudades estadounidenses. Sin embargo, se han
fundado muchos periódicos y servicios subsidiarios de noticias, de carácter
vecinal, suburbano, de política exterior y sobre otras especialidades. En las
64
Los Medios de Comunicación: Oportunidades y Amenazas

principales ciudades, las radiodifusoras de oposición atacan continuamente


las opiniones dominantes en política, economía y cuestiones sociales, y los
defensores del consumidor impugnan a través de todos los medios de comu-
nicación las pretensiones de los anuncios comerciales.
Según sus propios recuentos, 10 periódicos estadounidenses de "contra-
cultura" suman un total de 400.000 a 500.000 suscriptores. La radio y la
televisión educativas se hacen cargo de los programas que los canales co-
merciales rechazan por el temor de no lograr atraer con ellos un público
numeroso. Los espectadores y radioescuchas que consideran demasiado
escasas las noticias que reciben de las estaciones difusoras pueden recurrir
fácilmente a los periódicos especializados. Las revistas semanales de noti-
cias y las publicaciones periódicas de comentarios sobre crítica social pro-
porcionan otras alternativas.

Competencia Entre los Medios de Comunicación

Un público que ha aprendido a ser escéptico hacia todas las instituciones


sociales tiende a apoyar cualquier impugnación contra el statu quo. En
consecuencia, el cargo que una pequeña publicación lanza contra un servicio
de noticias grande merece la atención de quienes configuran la opinión esta-
dounidense y también la de muchos integrantes del público en general.
Diariamente la Associated Press (AP) y la United Press International
(UPI) compiten nacional e internacionalmente para proporcionar el servicio
de noticias más completo posible. Cualquier omisión de un acontecimiento
importante o una relación incompleta en algún servicio es detectada de
inmediato por periodistas y radio o teledifusores. La competencia ha subsis-
tido entre los medios de comunicación estadounidenses.
En más de dos tercios de los países del mundo, sin embargo, hay una
competencia escasa o nula entre los medios de comunicación. En las nacio-
nes privadas de libertad o incluso en las parcialmente libres, una gran diver-
sidad de restricciones se oponen tanto al corresponsal extranjero como al
periodista nacional (ya sea que esté empleado en forma gubernamental o
comercial). Los periodistas o sus medios de comunicación con frecuencia
son supeditados a autorizaciones; a menudo los reporteros son hostilizados,
sometidos ajuicio, encarcelados (o algo peor). A los editores que caen en
desgracia se les niega el papel para imprimir o se les retiran los anuncios.
Los medios de comunicación (mediante impresos o trasmisiones de radio o
televisión) controlados por el gobierno, limitan fácilmente las noticias mun-
diales que llegan y las noticias nacionales que salen. La mayoría de los
países del Tercer Mundo tienen agencias nacionales de noticias dirigidas por
el gobierno. Aproximadamente 48 de ellas están vinculadas, a su vez, al
Consorcio de Agencias de Prensa de los Países no Alineados. El consorcio
retrasmite, sin correcciones, la información que, en el estilo de comunica-
dos, proporcionan las diversas agencias noticiosas gubernamentales. Los
corresponsales de Occidente son excluidos de algunos países en desarrollo y
FACETAS

El ATS 6 es uno de los muchos satélites estadounidenses de comunicación que retrasmiten señales de televisión.

66
Los Medios de Comunicación: Oportunidades y Amenazas

los periodistas extranjeros encuentran severas restricciones cuando tratan


de tener acceso a los servicios de noticias en muchas otras naciones del se-
gundo y tercer mundos.

Periodismo Libre en el Tercer Mundo

Sin embargo, debe señalarse que en algunos países del Tercer Mundo hay
periodistas libres y que en ciertas partes del mundo desarrollado existen
medios de comunicación fuertemente reprimidos y carentes de libertad. En
cualquier lugar las restricciones impuestas a la prensa, ya sean sutiles u
obvias, son un indicador de la libertad general que prevalece en un país. En
la actualidad la Encuesta Comparativa de la Casa de la Libertad enumera 64
naciones privadas de libertad, 47 parcialmente libres y 44 libres (28 por
ciento de los países).
Sin embargo, incluso en algunos países "parcialmente libres" hay oportu-
nidades para que el creciente poder de los medios de comunicación masiva
ofrezca información que sea más completa en vez de concretarse a ser un
instrumento de movilización política.
Sin embargo, es probable que a la larga los países del Tercer Mundo que
evolucionan en forma no ideológica, liberalicen sustancialmente sus siste-
mas periodísticos. De hecho ya están avanzando en esa dirección. Esta
evolución puede dar por resultado un periodismo nacional que estimule cada
vez más la expresión de puntos de vista diferentes y de un cuestionamiento
de la política. Un periodismo semejante puede apoyar imaginativamente el
desarrollo social y económico con mucha mayor eficiencia que un sistema de
información severamente controlado que se enfoque de modo absoluto al
desarrollo económico. Debiéramos estimular a los gobiernos moderados del
Tercer Mundo para que liberalicen sus políticas hacia sus propios medios de
comunicación (incluso en el caso de que los propios gobiernos controlen y
dirijan dichos medios como propietarios). Algunos países en desarrollo cu-
yos periódicos y radiodifusoras están bajo control gubernamental han alige-
rado lentamente las restricciones que imponen a sus periodistas, permitién-
doles mayor libertad para obtener y difundir más noticias según su propia
responsabilidad profesional.

En Busca de un Modelo Periodístico

Tiene cierta validez la afirmación de que un país preindustrial débil no


puede hacer frente a una prensa opositora como la que investigó el asunto
Watergate en los Estados Unidos. El factor importante es la norma nacional
o internacional de periodismo que se tome por modelo. ¿Cuál es pues el
derecho humano fundamental: el acceso del individuo a diversas opiniones y
la capacidad individual para expresar las suyas más allá del ámbito de la
conversación personal, o el derecho de la colectividad para determinar,
teniendo como criterio el provecho de la sociedad, qué es lo que el individuo
FACETAS

debe ver, oír, y qué puede permitírsele que comunique? Esos enfoques
diametralmente opuestos se debaten intensivamente en los foros internacio-
nales. Es probable que esos debates prosigan durante un decenio más en la
UNESCO y en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Un grupo de naciones, que representa orientaciones políticas tanto de iz-
quierda como de derecha, controla en forma estricta sus agencias noticio-
sas nacionales, a veces para que se enfoquen hacia las necesidades del
desarrollo del país, otras para evitar la disidencia o bien con ambos propó-
sitos. Esos regímenes sostienen que los servicios transnacionales de noticias
(AP y UPI, Reuters de Gran Bretaña y Agence France-Presse de Francia)
deberían ser sometidos a leyes nacionales y a un acuerdo internacional.

Dependencia de las Agencias Occidentales

Otro grupo de naciones, estados moderados del Tercer Mundo (incluidos


algunos libres y parcialmente libres en lo político), demanda también un
mejoramiento saludable en el flujo mundial de noticias. Sin embargo, esas
naciones consideran que sus medios de comunicación todavía son depen-
dientes de servicios noticiosos extranjeros cuando se trata de información
acerca de otros países en desarrollo o de noticias sobre el Occidente y el
Oriente. El costo, siempre en aumento, del periodismo internacional tiende
a reducir las posibilidades de que los países en desarrollo edifiquen el sis-
tema de noticias que ellos desean. La adhesión estricta a sistemas noticiosos
nacionales rígidamente controlados, dentro del Tercer Mundo, reduce aún
más el valor internacional de tales sistemas. Ningún gobierno confía verda-
deramente en la agencia noticiosa de otro (a despecho de lo amigables que se
muestren exteriormente los dos). Por eso, incluso las naciones que critican
acremente los medios de comunicación occidentales compran los reportajes
diarios de éstos para difundirlos en su territorio (dándolos a conocer al
pueblo en versiones corregidas). Además, con frecuencia esos países com-
pran las noticias no gubernamentales de Occidente en lugar de sostener ope-
raciones de inteligencia, mucho más costosas, en esas naciones.
En esta coyuntura de las controversias acerca de los medios de comu-
nicación, reviste vital importancia que se sostenga el apoyo internacional
al modelo periodístico que sea capaz de ofrecer diversas noticias y opi-
niones, y que no preste respaldo filosófico al control gubernamental de la
búsqueda y difusión de noticias nacionales e internacionales. Cualquier mo-
delo de aceptación universal debe favorecer el derecho del individuo a estar
enterado y a expresar sus opiniones. El derecho del lector o del oyente a
expresar sus respuestas a través del mismo vehículo de comunicación debe
ser defendido por periodistas responsables y no por los dictados del go-
bierno. En consecuencia, ningún nuevo modelo debe erigirse únicamente
sobre el derecho de la colectividad a controlar el flujo de noticias.
Para obtener el apoyo internacional al libre flujo de la información como
norma universal, será preciso que los gobiernos y los periodistas occidenta-

68
Los Medios de Comunicación: Oportunidades y Amenazas

les reconozcan la validez de algunas observaciones de los críticos modera-


dos del Tercer Mundo. De hecho debe haber un mayor equilibrio en lo que
se publica y difunde acerca del Tercer Mundo. El periodismo occidental
pasa por alto con demasiada frecuencia las tendencias más importantes que
surgen en los países en desarrollo: su lucha diaria por satisfacer necesidades
básicas (alimento, morada, educación) y sus constantes combates contra las
fuerzas de la enfermedad, el clima y la pobreza que a menudo resultan
abrumadoras. Un periodismo orientado hacia la novedad y el cambio en-
cuentra poco de esto en los viejos males sociales y humanos, o incluso en las
tendencias a largo plazo, apenas visibles. Sin embargo, pocas causas ponen
a prueba el ingenio del periodista en mayor grado o pueden ser más dignas de
su esfuerzo. Hasta se podría pensar en un nuevo premio Pulitzer para el
reportaje que describa mejor la confrontación de la gente con una tendencia
vital a largo plazo.

Una Agencia Multinacional de Noticias

Se han presentado varias oportunidades para semejantes reportajes. La


Fundación Periodística de Asia (FPA), precursora de la compilación de
noticias en los años 60, ha empezado a dar nueva vida a este concepto. La
FPA descubrió que el "periodismo para el desarrollo" había sido explotado
por los gobiernos deseosos de vincular todas las noticias (incluso los reporta-
jes científicos, agrícolas e industriales) a los intereses particulares del régi-
men en el poder. En este contexto, Roger Tatarian propuso la creación de
una Agencia Multinacional de Noticias (AMN) en la conferencia de 1977 en
Nueva York y en la de El Cairo en 1978 de la Escuela Fletcher de Derecho y
Diplomacia. (Tatarian, ex director en jefe de UPI, es ahora profesor de
periodismo en la Universidad Estatal de California y asesor de la UNESCO
en materia de flujo internacional de noticias.) Esta agencia trasmitiría ar-
tículos extensos, escritos por profesionales, acerca de los temas sociales
y económicos que más frecuentemente buscan los países en desarrollo. La
AMN habría de ser organizada, financiada y administrada por un consor-
cio periodístico del Tercer Mundo y de Occidente. Un miembro del perso-
nal de planta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha
propuesto un plan más detallado. Según este plan, se formaría un grupo
especializado en temas del Tercer Mundo que se concentraría en las noti-
cias referentes a los procesos humanos que se evidencian en el mundo en
desarrollo (y no solamente en las noticias "duras" que se refieren a golpes
de estado, desastres y trivialidades).
La ayuda occidental a los medios de comunicación masiva del Tercer
Mundo resulta esencial. También lo es la buena disposición de los regímenes
de los países en desarrollo. Es ilustrativo el caso de una nación del Tercer
Mundo—llamémosla país X—que recientemente anunció que los periodistas
de sus publicaciones propiedad del gobierno gozarían de libertad en lo suce-
sivo, para buscar y publicar noticias e incluso para criticar al gobierno. El
FACETAS

periódico más importante del país X empleó de inmediato su nueva libertad


para escribir con toda franqueza acerca de los periodistas que "habían
caído" por "apegarse a la verdad y buscar el bien del público". El periódico
decía: ' ' Sólo la sociedad en general puede determinar el grado de libertad de
su prensa. Una sociedad como la nuestra no puede aspirar a que su prensa
sea capaz de luchar sola por la libertad. No son sólo los miembros de la
prensa los que han sido liberados de una especie de servidumbre. . . Es
toda la sociedad la que ha sido invitada a conducirse en la forma que puede
hacer de la libertad de prensa algo posible y apegado a la realidad".

Información Incompleta del Tercer Mundo

Tales acontecimientos no debieran pasar inadvertidos en los países desa-


rrollados. Los periódicos y las estaciones de radio y televisión deberían
preparar a su público para que apeteciera y recibiera información más obje-
tiva acerca de los dos tercios de la población mundial de los que tan poco se
habla. Los servicios mundiales de noticias están conscientes de esta más
vasta dimensión en la información. En realidad ya manejan ahora un gran
volumen de ese tipo de información en sus cables diarios. Los directores de
publicaciones locales de Occidente (y también del Tercer Mundo) cancelan
de ordinario gran cantidad de noticias internacionales para incluir en su lugar
noticias nacionales o, en el mejor de los casos, de países vecinos. Hasta que
el público de todo el mundo desee saber más, en escala mundial, las noticias
del Tercer Mundo recibirán escasa difusión.
Mientras tanto el periodista libre, dondequiera que trabaje, debe ser ayu-
dado en este período en que las voces que piden un nuevo modelo de perio-
dismo están llegando a un máximo. El nuevo modelo que con frecuencia
recibe el nombre de "el nuevo orden mundial de la información" es lo que
buscan los controladores de noticias y los regímenes moderados que aspiran
a un mejoramiento razonable de la extensión de las noticias que acerca de
sus respectivos países circulan en Occidente. Otras naciones pretenden ex-
plotar todas las censuras que se hacen al· periodismo occidental para sacar
algún provecho en materia ideológica ellas mismas. Para encarar el desafío,
los gobiernos occidentales debieran poner a disposición de los medios de
comunicación masiva de los países del Tercer Mundo una parte del tiempo
disponible en sus trasmisiones, sus computadoras y satélites. Los gobiernos
del Occidente deberían ayudar también a sus periodistas independientes
para que éstos eviten mayores restricciones en otros países. Por su parte, los
periodistas occidentales deberían ampliar sus actuales programas para ca-
pacitar a periodistas del Tercer Mundo, redoblar sus esfuerzos para que
la tecnología se comparta, presionar para que se reduzcan los costos de la
trasmisión de noticias y—lo más importante—para contribuir a que la gente
de todas las naciones desee recibir más noticias sobre sucesos mundiales.
EL NORTEAMERICANO: PRODUCTO
DE LA CULTURA, NO DE LA RAZA
Por James Alan McPherson

Para la mayoría de los norteamericanos, los dere-


chos humanos, tanto en el mundo como en los EUA,
constituyen una preocupación. En los Estados Uni-
dos, los negros han luchado por la igualdad racial
desde que la Declaración de Independencia de su
nación estableció que todos los hombres fueron crea-
dos iguales. La lucha no ha sido siempre fácil. Se
han obtenido muchas victorias en las últimas déca-
das, pero nadie podría decir que el país ha resuelto
completamente sus problemas raciales. Las victorias
y los problemas suelen ser descritos con intensidad
por los escritores norteamericanos negros, entre los
que destaca por su elocuencia James Alan McPher-
son, cuyo último libro, Elbow Room (Un espacio
suficiente), obtuvo el premio Pulitzer de novela en
1978 (ver reseña en la página 110). En el siguiente
artículo, McPherson habla sobre el pasado, el pre-
sente y el futuro. Examina los pensamientos, las actitudes y los sentimientos que dieron
lugar a muchos de los cuentos de su colección premiada. Pero éste no es en realidad
un artículo sobre su libro. Es un artículo sobre los Estados Unidos.

n 1974, durante los últimos meses de la Administración Nixon, viví

E en San Francisco, California. La razón pública por la que dejé el


Este y me fui allá era que mi esposa había ingresado en la Escuela
de Enfermería del Centro Médico de San Francisco, pero la razón privada
por la que me fui era que San Francisco sería un buen lugar para trabajar y
para caminar. En realidad, San Francisco no fue un lugar tan agradable
durante ese tiempo. Vivíamos en una sección de la ciudad llamada Sunset
District, pero llovía casi todos los días. Hacia mediados de año, Patricia
Hearst ayudó a robar un banco que estaba a pocas cuadras de nuestro
apartamento, y un sicópata llamado "el asesino cebra" tenía aterrorizada la
ciudad. Periódicamente, los agentes de la Oficina Federal de Investigaciones
llegaban a mi casa con fotografías de los sospechosos del robo bancario.
Acudieron varias veces, hasta que empecé a darme cuenta de que estaban un
poco intrigados porque, de todas las personas que vivían en ese barrio de la
clase trabajadora, yo era el único que me quedaba en casa todos los días.
D
Reproducido de The Atlantic Monthly. Copyright 1978 por The Atlantic Monthly Company.
FACETAS

Nunca me interrogaron al respecto, y yo nunca me ofrecía a explicarles que


trataba de conservar la cordura trabajando muy duro en un libro sobre la
relación entre el folclor y la tecnología en los Estados Unidos del siglo XIX.
Hacia fines del mismo año, un amigo llegó del Este para dictar una confe-
rencia en Sacramento. Fui hasta allá en mi auto para reunirme con él, y
después lo conduje de regreso a San Francisco. Se trataba de un negro, un
hombre ya maduro a quien respeto mucho, pero durante nuestro viaje nos
enfrascamos en una discusión. Su principal preocupación era la recesión,
pero finalmente su interés se centró en la gente de mi edad y nuestros
fracasos. La lista de estos últimos era interminable, y los enumeró uno por
uno. Mientras viajábamos en medio de un atardecer triste y lluvioso, me
dijo: "Cuando el humo se disipe y empieces a contar, apuesto a que no
hallarás un número tan elevado de negros que sean médicos, abogados,
contadores, ingenieros, dentistas. . ." La lista continuó. Protestó un poco
más, y dijo: "Los blancos son muy generosos. Cuando empiezan algo suelen
terminarlo. Pero después de todo este caos, imagina lo enojados y cansados
que deben de estar. Allá por los cincuentas, cuando este asunto empezó, de-
ben de haber sabido que cualquier cosa podía suceder. Seguramente dijeron:
'Bien, más vale que nos enfrentemos al hecho y lo aceptemos. Aquí vienen
los negritos' ". Durante los 18 meses que pasé en San Francisco, ésta fue la
única entrevista personal que realmente me irritó.

El Aprovechamiento de las Nuevas Oportunidades

En los últimos años me he dado cuenta de que mi amigo a quien ahora


respeto todavía más, hablaba desde el punto de vista del táctico. Contem-
plaba la situación en términos estrictamente prácticos: se había establecido
el compromiso de redéfinir el concepto de democracia en este país, se ha-
bían proporcionado ciertas oportunidades, y las personas como él estaban
atentas al uso que se daría a tales oportunidades y a la libertad que entraña-
ban. Desde su punto de vista, se trataba sencillamente de cumplir una obli-
gación contractual: aprovechar al máximo las oportunidades educacionales
ofrecidas para alcanzar una posición de clase media en una de las profesio-
nes. Pero desde mi punto de vista, que nunca compartí con él, no era tan
sencillo. Tal vez se debiera a las diferencias en nuestras generaciones y
experiencias; o quizás a que cada generación nueva, de negros por lo menos,
tiene que redefinirse aun cuando trate de aprovechar las oportunidades nue-
vas, de explorar la nueva libertad. Sólo puedo hablar por mí. Empero,
quizás al tratar de preservar la singularidad de mi experiencia, como intenté
hacerlo en Elbow Room, pueda empezar a aclarar las cosas para mi amigo,
para mí mismo y por consideración a las propias cosas. . .
En 1954, cuando la Corte Suprema de los EUA falló en el caso Brown
versus la Junta de Educación (que puso fin a la segregación racial en las
escuelas públicas), yo tenía 11 años. Vivía en una comunidad negra de clase
baja en Savannah, Georgia; asistía a escuelas públicas segregadas y no tenía
72
El Norteamericano: Producto de la Cultura, No de la Raza

relación social con los blancos. No recuerdo haber considerado este último
hecho como desventaja, pero sí sé que desde el principio se me acostumbró
a pensar que no debía relacionarme socialmente con los blancos. En nuestra
ciudad se esperaba que los niños negros de clase media aspiraran a ciertas
ocupaciones tradicionales; de los hijos de los pobres se esperaba que no
causaran demasiados problemas.
En aquellos días había una distinción social, muy sutil pero real, basada en
tonos de color, y recuerdo la tensión adicional en la que vivían los pobres de
piel muy oscura. Pero también había mucho optimismo, compartido en to-
dos los niveles de la comunidad negra. Además de cierta reverencia por las
buenas intenciones del gobierno federal, había una creencia en la idea de
progreso, fomentada, según creo ahora, por la determinación de la gente
mayor de no trasmitir a la siguiente generación demasiados relatos sobre el
conflicto racial, ni sobre sus propias frustraciones y fracasos. Sometían a
censura muchas cosas. Era como si hubieran establecido convenios básicos
y obligatorios consigo mismos, o con sus antepasados, en el sentido de que
por la consideración que representaba su silencio sobre ciertos temas, espe-
raban recibir de la Providencia o de un munificente gobierno federal, algún
servicio o remuneración futura, cuya forma quedaría a criterio de los benefi-
ciarios de su silencio. Los abogados llamarían a esto un contrato con condi-
ción precedente. Y tal vez porque nos dijeron menos de lo que sabían,
muchos de nosotros estuvimos menos informados de lo que hubiéramos
podido estar. Por otra parte, debido a este mismo silencio, muchos de noso-
tros nos vimos lo suficientemente libres de la influencia de relatos negativos
para correr riesgos, ser ridículos, y quizás incluso tratar de crear nuestros
propios relatos positivos a partir de lo que nos dejaba nuestra propia expe-
riencia. Aunque nuestro mundo era limitado, también era rico en posibilida-
des para el futuro.
Si tuviera que dar razón de mi vida desde la Savannah segregada hasta
este lugar y punto en el tiempo, probablemente tendría que decir que el
contrato no es una mala metáfora. Me viene a la memoria la observación de
Sir Henry Maine en el sentido de que la sociedad progresa de la condición al
contrato. Aunque él se refería al desarrollo del derecho común inglés, lo
contrario de su generalización es muy aplicable a mi situación: soy el benefi-
ciario de muchos contratos, la mayor parte de ellos entre el gobierno federal
y las instituciones de la sociedad, que tienen por objeto dar cierta condición
social a las personas como yo.

"Conquistamos, Retenemos, nos Arriesgamos, nos Aventuramos"

Recuerdo que en 1960, por ejemplo, algo llamado el Programa de Prés-


tamo Estudiantil de la Defensa Nacional entró en vigor, y descubrí que si
convenía en reembolsar un préstamo más un pequeño interés, el gobierno
federal respaldaría mi matrícula en una pequeña universidad negra en Geor-
gia. Cuando era estudiante de primer año en esa universidad, un desacuerdo
FACETAS

sobre una cláusula de antigüedad entre el Sindicato de Empleados y Canti-


neros de Hoteles y Restaurantes y la compañía Great Northern Railway, en
St. Paul, Minnesota, obligó a la gerencia a empezar a reclutar trabajadores
temporales para el verano. Antes de cumplir 19 años, me vi animado a dejar
una universidad negra segregada en el Sur para recorrer esa bellísima parte
del país que se extiende entre Chicago y el Pacífico noroccidental. En ese
año—1962—Seattle fue sede de la Feria Mundial, y ésta ofrecía un panorama
magníficamente diverso a los ojos de un joven. Casi todas las naciones de la
Tierra estaban representadas en alguna forma, y en el centro de la feria se
hallaba la Aguja Espacial. Recuerdo que el tema de la exposición de los
Estados Unidos estaba tomado de Leaves of Grass (Hojas de hierba), de
Whitman: "Al recorrer caminos desconocidos conquistamos, retenemos,
nos arriesgamos, nos aventuramos".
Cuando regresé al Sur, en medio de toda la actividad pro derechos civi-
les, vi un cartel donde se anunciaba un concurso literario patrocinado por
Reader's Digest y el Fondo Unido para Universidades Negras. Para entrar
en el concurso tuve que aprender a escribir y a mecanografiar. El primer
cuento que escribí (y mecanografié muy mal) se perdió; pero el segundo, es-
crito en 1965, aunque también estaba mal mecanografiado, fue escogido
como merecedor del primer premio por Edward Weeks y su personal de plan-
ta en The Atlantic Monthly. En ese mismo año se me presentó la oportuni-
dad de entrar en la Escuela Harvard de Derecho. Durante mi segundo año
en esa escuela, un individuo de tercer año llamado Dave Marston me ofreció,
por medio de un compañero texano, blanco y muy conservador, la oportu-
nidad de tomar su viejo empleo de conserje en uno de los edificios de apar-
tamentos de Cambridge. Allí tuve la soledad, y el estímulo, para empezar a
escribir en serio. Los servicios que presté en ese edificio fueron quizás el
mejor contrato que tuve.

Las Oportunidades Caían del Cielo

No he recordado todo lo anterior para .contar mis propias alabanzas o evo-


car la versión afro-norteamericana del mito de Horatio Alger. He menciona-
do estos hechos para indicar la naturaleza fortuita de los acontecimientos
durante ese período de 10 años. Soy el producto de un proceso contractual.
Para decirlo en forma sencilla, los sesentas fueron una época extravagante.
Las oportunidades parecían caer del cielo; y si se tenía suerte, si se estaba
en el lugar adecuado en el momento oportuno, ciertos beneficios contrac-
tuales llegaban en forma natural. Existía la garantía de cierta posición so-
cial si se llegaba a ser médico, abogado, dentista, contador o ingeniero. Lo-
grar estas cosas era fácil si se ponía el empeño suficiente.
Pero se pagó un precio muy alto. Me parece ahora, desde la perspectiva
que da la edad y la distancia, que ciertas fuerzas institucionales, al actuar
impersonalmente, juntaron a campesinos negros y aristócratas blancos, a
personas que operaban en el plano del intelecto y personas que valoraban la
74
El Norteamericano: Producto de la Cultura, No de la Raza

perspectiva popular. Había personas que se sentían asustadas,-amenazadas


e inferiores; había personas de piel clara que se llamaban a sí mismas "ne-
gros", y personas de piel oscura que recordaban cuando este término se
había usado despectivamente; había idealistas y oportunistas, gente que
parecía querer ser explotada y gente que se deleitaba explotándola. Las
viejas identidades se descartaron, necesariamente, pero no había muchas
nuevas y positivas que asumir. La gente con orígenes como los míos, los
originarios del Sur, aunque se sentían contentos con las nuevas oportunida-
des, trataban de encontrar un sentido a la creciente diversidad de las amista-
des, a su familiaridad cada vez mayor con las diversas esferas políticas del
país, a las diferencias obvias entre sus valores y los de sus padres. Efectiva-
mente estábamos llegando a ser médicos, abogados, dentistas, contadores e
ingenieros; pero al mismo tiempo, nuestras experiencias nos obligaban a
empezar a pensar en nosotros en formas nuevas y distintas. Nunca quisimos
ser "blancos", pero tampoco quisimos ser "negros". Y durante aquel pe-
ríodo existía la sensación de que podíamos ser lo que quisiéramos. Pero
descubrimos que a menos que formáramos parte de un grupo, adoptáramos
alguna ideología o aceptáramos cierta identidad provisional, no había pro-
ceso contractual alguno para definir y estabilizar lo que queríamos ser.
También descubrimos que éste era un problema individual, y que para afron-
tarlo teníamos que explotar nuestro interior.

Identidad como Escritor

Ahora quiero regresar a mi experiencia personal, a uno de los contra-


tos que me llevó de la Savannah segregada a la Feria Mundial en Seattle.
Había muchos aspectos de mis primeras experiencias que me gustaban y
que quería conservar, pese al hecho de que habían tenido lugar en un mar-
co de segregación; y había muchísimas cosas que me gustaban en la visión
de todas esas naciones que interactuaban en la Feria Mundial. Pero ambos
gustos parecían pertenecer a realidades distintas, representar dos visiones
diferentes del mundo. Asimismo había algunas cosas que me gustaban de
muchos de los camareros de vagón-comedor con quienes trabajé, y tam-
bién de personas como Dave Marston a quien conocí en la escuela de dere-
cho. A algunas de estas personas y sus valores se les llamaba "negros" y a
otros se les llamaba "blancos", y pronto aprendí que todos tendemos a le-
vantar un muro entre nosotros y las experiencias que difieren de las nues-
tras , asignando a estos términos una importancia mayor de la que deberían
tener. Además, me di cuenta de que el tratar de cultivar la amistad, por
ejemplo, de un texano blanco y políticamente conservador; de un compa-
ñero de clase de origen ítalo-escocés y con una ideología que oscilaba en-
tre el liberalismo y el radicalismo; de mis más antiguos amigos negros, e in-
cluso de los miembros de mi familia, introducía contradicciones sicológicas
que se volvían tensas y dolorosas conforme cambiaba el clima político. No
había contratos que ampararan estos sentimientos y relaciones amistosas,
FACETAS

y a fin de conservar a los amigos y mantener los sentimientos tuve que obli-
garme a encontrar una base que no fuera la racial para sintetizar estos apre-
mios contradictorios. Descubrí que tenía que encontrar, en primer lugar,
una identidad como escritor, y después tenía que expresar lo que sabía o
sentía de tal manera que pudiera construir un todo unitario a partir de una
experiencia necesariamente fragmentaria.
Durante mi estancia en San Francisco, vi en la imagen de la locomotora
norteamericana del siglo XIX un posible símbolo cultural que podía repre-
sentar mis orígenes populares y sus valores, así como los valores de toda la
gente a la que había visto en la Feria Mundial en Seattle. Durante ese mismo
tiempo, y en forma inconsciente, empecé a darme cuenta de que el lenguaje
estadounidense, en su flexibilidad y variedad idiomática, guardaba cierto
parecido con los sentimientos contradictorios que habían resultado de mi
experiencia. Tampoco en esta ocasión pude hallar garantía contractual al-
guna de que ésta sería la manera más apropiada y gratificante de integrar
tanto mi ser como mi experiencia. Ahora creo que no existen tales contratos.
Antes cité una generalización de Sir Henry Maine en el sentido de que la
sociedad humana consiste en un progreso de la condición al contrato. En
realidad, jamás he leído a Sir Henry Maine. Tomé su frase de un libro escrito
por un hombre llamado Henry Alien Moe; un gran libro llamado The Power
ofFreedom (El poder de la libertad). En ese libro, en un ensayo titulado "El
futuro de la educación humanística' ', Moe dice que ya es necesario dar otro
paso que trascienda el contrato, pero que nadie parece saber cuál debería ser

76
El Norteamericano : Producto de la Cultura, No de la Raza

ese paso. Ciertas tendencias sugieren que bien podría ser una' vuelta a la
condición. Pero si esto ocurre será una tragedia de enormes dimensiones,
porque casi todo el mundo espera que alguna nación, algún pueblo, esta-
blezca el modelo del siguiente paso. Y en cierta forma sentí, mientras escri-
bía los últimos cuentos de Elbow Room, que la condición precedente que
aquellos viejos habitantes de mi ciudad natal querían a cambio de su silencio
no era una condición de tipo convencional. Quiero creer que después de
haber aguardado tanto, después de haber visto tanto, deben de haber espe-
rado por lo menos algunos relatos nuevos que ya no tuvieran que someterse
a la censura para brotar de nuestra experiencia. Sentí que si de algo sirvió, la
larga experiencia de segregación podría considerarse como un período de
preparación para el siguiente paso. Los que somos negros y hemos tenido
que defender nuestra humanidad estamos obligados a seguir defendiéndola,
a niveles cada vez más altos; pero no de poder, que es una especie de trampa
trágica, sino a niveles más altos de conciencia.

Más Allá de la Identidad Racial

Todo esto lo digo en retrospectiva, y soy consciente de que racionalizo


muchos sentimientos complejos y contradictorios. Sin embargo, sí sé que
desde temprano, durante mi segundo año en la escuela de derecho, me
percaté de un modelo de identidad que podría ayudarme a trascender, al
menos en mi pensamiento, una identidad provisional o racial. En un curso
sobre el derecho constitucional estadounidense, impartido por Paul Freund,
empecé a jugar con la idea de que la Enmienda Catorce de la Constitución de
los EUA no era sólo un instrumento legislativo ideado para dar a los anti-
guos esclavos igualdad legal con respecto a los demás estadounidenses. Al
examinar la manera lenta pero constante en que las garantías básicas de la
Carta de Derechos de la Constitución habían sido incorporadas, mediante
interpretación judicial, en las cláusulas de esa enmienda, empecé a ver el
perfil de una nueva identidad.

Algo más Complejo que Negro y Blanco

El primer renglón de la Sección Primera de la Enmienda Catorce ofrece


una definición general de ciudadanía: ' 'Todas las personas nacidas o natura-
lizadas en los Estados Unidos y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de
los Estados Unidos. . ." Los derechos garantizados a tal ciudadano habían
recorrido todo el trayecto desde las provincias hasta la Feria Mundial: del
tanteo de los primeros rituales folclóricos anglosajones a los derechos de los
hombres libres establecidos por la Carta Magna de la Inglaterra medieval, a
su lenta incorporación en las primeras constituciones coloniales estadouni-
denses, y de estas constituciones (especialmente la Declaración de Derechos
de George Masón, en Virginia) en la Constitución de los EUA como sus 10
primeras enmiendas. En realidad, estos mismos derechos habían servido de
FACETAS

base para el acta constitutiva de las Naciones Unidas. Me percaté de que a


través de los usos proteicos de la Enmienda Catorce, en el desarrollo gradual
de los derechos básicos que debían ser protegidos por la autoridad federal,
se había iniciado el perfil de algo mucho más complejo que "negro" y
"blanco".
Habían de transcurrir muchos años antes de que fuera a la Biblioteca del
Congreso y leyera el alegato del abogado y novelista Albion W. Tourgée en
el famoso caso Plessy versus Ferguson. Presentado en 1896 ante la Corte
Suprema de los EUA, el alegato de Tourgée fue el primer intento efectivo de
infundir vida a la enmienda. Citaré aquí parte de su alegato, que es una
bellísima pieza literaria:

Esta disposición de la Sección Primera de la Enmienda Catorce crea una


ciudadanía estadounidense nueva que comprende derechos, privilegios e
inmunidades nuevos, derivables de una manera nueva, controlados por
una autoridad nueva, con un ámbito y alcance nuevos, y que dependen
de la autoridad nacional para su existencia misma y del poder nacional
para su preservación.

Aunque Albion Tourgée perdió el caso ante la Corte Suprema, su modelo


de ciudadanía—y no es racial—es aún la idea más radical que haya surgido
del derecho constitucional estadounidense. Proporcionó el perfil, el ropaje si
se quiere, de un nuevo nivel de condición. Creo que lo que propuso en 1896
fue que cada ciudadano de los Estados Unidos tratara de acercarse a los
ideales de la nación, se familiarizara por lo menos con toda su diversidad,
llevara dentro de sí la tendencia dominante de la cultura. Como estadouni-
dense, al tratar de llevar esta ropa sería una síntesis de alto y bajo, negro y
blanco, urbano y rural, provincial y universal. Si podía vivir con estas con-
tradicciones, sería sencillamente un norteamericano representativo.

Un Campo Minado de Ironías

Este es el modelo que me proponía·presentar en mi libro de cuentos.


Puede alcanzarse con o sin un matrimonio mixto, pero costará muchos
errores y mucho dolor. Es, finalmente, un producto de la cultura y no de la
raza. Y para alcanzarlo sería preciso estar consciente de la cultura de los
Estados Unidos y la complejidad de todos sus habitantes. Como traté de
señalar, esta perspectiva proporcionaría un campo minado de ironías deli-
ciosas. Por ejemplo, ¿qué razón hay para que los negros norteamericanos
criados en la cultura sureña no descubran que algunas de sus respuestas
están vinculadas a la música folclórica? ¿De qué otra forma, salvo en térmi-
nos de diversidad cultural, puedo explicar que mi amigo blanco de Boston
me enseñó mucho de lo que sé sobre la música negra norteamericana? ¿O
que el amigo blanco de Virginia, además de cultivar una estética propia a
la que llama "crackertude", conoce mejor el folclor negro norteamericano
que la mayoría de la gente de color? ¿O la posibilidad de que muchos negros

78
El Norteamericano: Producto de la Cultura, No de la Raza

de Los Angeles hayan estado tan influidos por el "sistema de estrellato" de


Hollywood en los cuarentas y cincuentas como lo estuvieron por la res-
puesta de la sociedad al color de su piel? Escribí sobre personas como éstas
enElbow Room porque me interesaban, y porque apoyan mi creencia de que
casi todos somos producto de influencias culturales mucho más complejas
de lo que suponemos.
Lo que acabo de decir tendrá poco sentido hasta que se afronten ciertas
contradicciones en los orígenes de la nación, y hasta que se permita que las
identidades personales participen de la complejidad de la historia del país,
así como de su cultura. Hace tres años, un comediante negro muy imagina-
tivo llamado Richard Pryor apareció brevemente en la televisión nacional
estadounidense, en su propio programa. Ofendió a tanta gente que el pro-
grama fue suprimido después de sólo unas semanas. Pero recuerdo un epi-
sodio que podría poner en relieve la confusión de mi propio grupo respecto a
su experiencia histórica. Se trataba de una parodia satírica sobre la popular
película para televisión Roots (Raíces), y Pryor representaba el papel de un
historiador tribal africano que vendía chucherías e historia improvisada a
turistas negros norteamericanos. Uno de éstos, un hombre de clase media,
se dirigió al historiador tribal y le dijo: "Quiero que me diga usted quién fue
mi tatarabuelo". El africano le entregó una fotografía. El negro norteameri-
cano la vio y exclamó: "¡Pero éste es un hombre blanco!" El historiador
tribal replicó: "Así es". Entonces el turista dijo: "Bien, quiero que me diga
de dónde soy". El historiador lo miró fijamente y respondió: "Es usted de
Cleveland, negrito". Creo que hice un gran esfuerzo en mi libro por decir lo
mismo, pero no sólo a la gente de color.

Una Dirección Nueva

Hoy en día no soy el abogado que mi amigo en San Francisco creía que
debería ser, pero éstas son las cosas que hubiera querido decirle aquella
noche lluviosa de 1974. Quizás expliquen la razón por la que tiene que
modificar las condiciones de mi aceptación del ofrecimiento de la sociedad.
Ahora soy un escritor, una persona que tiene que aprender a vivir con
contradicciones, frustraciones y dudas. Con todo, hay otra cita que me
sostiene, tomada de un libro titulado El sentido trágico de la vida, del
filósofo español Miguel de Unamuno. En un capítulo llamado "Don Quijote
hoy", Unamuno pregunta: "¿Cómo es que entre las palabras que los ingle-
ses han tomado de nuestra lengua se encuentra el vocablo desperado?' ' Y se
responde a sí mismo: "Es la desesperanza, y sólo la desesperanza, la que
engendra luego la esperanza heroica, la esperanza absurda, la esperanza
insensata".
Creo que los Estados Unidos son lo suficientemente complejos para indu-
cir ese tipo de desesperanza que engendra la esperanza heroica. Creo que si
se puede experimentar su diversidad, conocer a diversos tipos de estadouni-
dense, reír de su extravagancia, destilar sabiduría de sus tragedias y tratar de
FACETAS

sintetizar todo esto en el propio interior sin volverse loco, se habrá ganado
el derecho a llamarse "ciudadano de los Estados Unidos", aunque no se sea
abogado, médico, ingeniero o contador. Aunque sea el único logro, se ha-
brán aprendido algunos cuentos nuevos y, lo que es más importante, se
habrá iniciado ese avance necesario del contrato al siguiente paso, de la
provincia a la Feria Mundial, de una persona desesperanzada a un despe-
rado. En Elbow Room escribí sobre mis primeros pasos inciertos en esta
dirección porque me he beneficiado con todos los contratos, los he agotado
todos, y en la actualidad es la única dirección nueva que conozco.
OHIO (Poema)
Por John Updike

ι
Vagabundeando por Ohio,
saboreando a Mozart por la radio
(Concierto
Núm. 21 para piano, desgastado pero puro),
tras despertar cuando el alba
enlodaba un cielo lluvioso,
aprendí lo que es humano:
era humana la música,

era natural la estática


que empañaba los arpegios
con nubes de ira imbécil
que explotaban, ladraban, ciegas.
Las estrellas se posaron oblicuas en nuestros
pensamientos.
Así fue.

II

En justicia, empero, ese día—


cielo opaco, ráfagas de vara de oro,
campos secos, las praderas se insinuaban
al huracán;
el Sol colérico,
un rostro de almohadón al cual
un jirón travieso de cirrus
le había puesto bigotes—

al amanecer, lo recordé todo el día,


me estacioné bajo un puente
a revisar mis faros, y respiré
el verde secreto, la lluvia.
Cual martilleante melodía el camino vacío
rugió al oriente y poniente. Sin estática. Aire.

Reproducido de The American Scholar-


Copyright® 1979 por John Updike.

81
¿ES JAZZ LA MÚSICA DE
KEITH JARRETT?
Por James Lincoln Collier

El renombrado experto francés del jazz Charles De-


launey dijo una vez que "los límites entre el verdade-
ro jazz y el que no lo es suelen ser poco definidos".
Rara vez ha sido más marcada y controvertida esa
falta de definición que en la música modernista de
Keith Jarrett, el joven pianista y compositor esta-
dounidense a quien muchos críticos consideran una
de las figuras más importantes del jazz moderno.
¿Pero realmente es jazz? De no serlo, ¿qué es? En
este artículo, un estudioso del arte analiza al hombre
y su música, en la cual se notan la influencia de
Bartok y del bebop, de Debussy y de Miles Davis.
James Lincoln Collier es autor de The Making
ofjazz (Cómo se hace el jazz) y crítico de esta espe-
cialidad en The New York Times Magazine, de don-
de ha sido condensado este artículo.

l jazz ha producido sólo un puñado de nombres conocidos para el

E público en general. Louis Armstrong, Dave Brubeck, Benny Good-


man, Duke Ellington y Miles Davis se hicieron ricos y famosos y se
amoldaron al gusto popular para lograrlo.
Hoy ha surgido en la escena otra figura importante: un pianista de 33 años,
de hablar suave, llamado Keith Jarrett. Considerando su edad, Jarrett ha
pasado en el mundo del jazz un período relativamente largo. Empezó to-
cando en Boston hacia 1963 y tenía poco más de 20 años cuando ya alternaba
con las figuras más destacadas del jazz, entre ellas el baterista Art Blakey y
el trompetista Miles Davis. En 1974 ganó una modesta reputación entre los
aficionados al jazz, especialmente los jóvenes seguidores de la fusión jazz-
rock popularizada por Miles Davis. Sin embargo, en los últimos tres años
su ascenso ha sido vertiginoso. Uno de sus éxitos más importantes, "Con-
cierto en Colonia", grabado en vivo en Alemania, ha alcanzado ventas
mundiales próximas al medio millón de álbumes de dos discos, cantidad
asombrosa en el terreno del jazz donde una venta de 25.000 discos se consi-
dera satisfactoria. En sus conciertos se venden invariablemente todas las
localidades. A fines de 1978, la compañía de discos para la que él trabaja
lanzó al mercado un álbum de 10 discos, con valor de 75 dólares, que
B
Copyright 1979 por The New York Times Company. Reproducido con autorización.

82
contiene sus nuevas presentaciones en concierto (en el formato que suele
reservarse para Beethoven o Mozart).
Muchos críticos y aficionados niegan que la música que Jarrett toca sea
jazz, aunque algunos pasajes de la mayoría de sus discos merecerían tal
título. Por otra parte, algunas de sus grabaciones reciben comentarios de los
críticos de música clásica. Sin duda, este eclecticismo es la causa del as-
pecto más interesante en la carrera de Jarrett y que consiste en que sus
seguidores no son únicamente aficionados al jazz, sino que abarcan todo el
espectro de la música: clásica, pop, rock y folklórica.

Improvisación en Concierto

Jarrett improvisa cada uno de sus conciertos en su totalidad sin prepara-


ción alguna. Además, sus modales en el escenario son teatrales. Se tuerce y
contorsiona frente al piano, levantándose del banquillo, inclinándose hacia
adelante, reclinándose luego hacia atrás con los brazos extendidos ante el
teclado. Pero hay algo más que eso. El fenómeno Keith Jarrett atrae al
auditorio encarnando ideas del decenio de 1960 acerca de la importancia de
la espontaneidad y la libertad ("haz tu obra personal" y "deja que todo
brote de ti").
La actitud de Jarrett al abordar la improvisación en el jazz sin ideas
preconcebidas resulta única. Es indudable que el jazz constituye una música
improvisada, pero invariablemente la improvisación se produce dentro de
ciertos marcos: un compás definido, un sustrato armónico fijo, los conven-
cionalismos de un estilo determinado. Incluso el llamado "jazz libre" de los
años 60 solía desarrollarse dentro de cierto marco, aunque el único requisito
consistiera en que cada músico respondiera a lo que los demás ejecutaban.
Pero Jarrett, por tocar solo, no tiene idea de lo que va a interpretar cuando
coloca las manos sobre el teclado. "Trato de desconectar el proceso de
pensamiento. Quisiera olvidar incluso que tengo manos. Me gustaría sen-
tarme ante el piano como si nunca antes lo hubiera tocado".
Su método de composición es similar. En 1978 la compañía de discos
Deustsche Grammophon le comisionó una obra de índole no especificada.
Jarrett esperó varias semanas: "Después, una mañana me vi llevando lápi-
ces y papel pautado al granero donde suelo componer. Me senté allí con el
papel en blanco. No pensaba en la obra. Por último empecé a escribir. Ni
siquiera me percaté de que había tomado la pluma. Hasta el momento en que
escribí las primeras notas no sabía si compondría alguna vez esa sinfonía' '.

Una Casa Junto a un Arroyo en el Bosque

Por supuesto, la actitud de Jarrett ante la música se basa en una filosofía


personal. A primera vista parece tímido. Cuando llegó a ser rico, en vez de
irse al suntuoso Manhattan, compró una vieja casa colonial en el campo
de Nueva Jersey, donde pasa el mayor tiempo posible con su esposa Margot

83
FACETAS

y sus dos hijos pequeños. La casa está al final de una vereda en el bosque,
con un arroyo al frente. Tal vez algo torpemente, no se ha rodeado de con-
tadores y administradores de finanzas; al tratar de convencerse de que el
dinero no importa, maneja los negocios por sí mismo. Su apoderado, Brian
Carr, dice: "Keith no acepta que nadie lo dirija y no piensa sólo en el dine-
ro". Hace citas con las personas que le agradan y no las concerta con quie-
nes no le simpatizan". Paul Motian, baterista que ha trabajado con Jarrett
durante una década, declara: "El tiene su propia vida dentro de sí mis-
mo. Es tranquilo. Cuando nos reunimos hablamos de temas serios".
Sin embargo, detrás de esta amabilidad visible, tiene la sensación de ser
un artista importante. Aunque él lo negaría, es muy competitivo. No admite
influencia importante alguna y le resulta difícil elogiar a los pianistas compe-
tidores. Hablando de la técnica pianística del legendario Art Tatum, Jarrett
dice que no logra "captar ese aspecto increíblemente interesante en la forma
de tocar de Tatum". Dice que Bud Powell fue la influencia más subestimada
del jazz moderno, pero admite que él casi nunca lo escuchó. De Cecil
Taylor, pianista muy respetado del jazz vanguardista, comenta: "Para mí,
Cecil es muy importante como precursor, en cierta forma, pero no lo es en
cuanto a la producción resultante".
La idea de Jarrett de que él es importante y debe ser tratado como tal,
impregna su vida musical. Debido a que exige la atención total de su público,
prefiere no tocar en lugares grandes ni para auditorios que escuchan de pie y
se pueden desplazar de un lado a otro del salón, ni en conciertos al aire libre
donde el público lleva nenes, cestos y vino, para días de campo. Se ha
singularizado porque en ocasiones interrumpe un concierto para lanzar dia-
tribas a la poca calidad del piano. Actualmente a todos sus conciertos lleva
consigo a un experto en pianos que revisa el instrumento no sólo antes de la
función sino también en el intermedio. No accedió a tocar en un festival de
jazz Newport reciente porque no quiso compartir el escenario con otros
ejecutantes.
El sentido de su propia importancia se refleja en la actitud que adopta
hacia su obra sinfónica "El halcón celestial". La mayoría de los composito-
res jóvenes se consideran afortunados si su obra se ejecuta en cualquier
forma. Jarrett no opina así. Inicialmente, la pieza había sido programada
para que la ejecutara la Orquesta Sinfónica de Boston. Después de un en-
sayo, el proyecto se canceló. (Jarrett dice que no sabe lo que ocurrió. Ni la
sinfónica de Boston ni el director Seiji Ozawa hicieron comentarios.) En el
país hay muchas excelentes orquestas pequeñas que gustosamente tocarían
la pieza. Sin embargo, Jarrett insiste en que la obra debe ser ejecutada por
una orquesta importante o no ser interpretada en absoluto.

Familia de Músicos

Jarrett nació en Allentown, Pennsylvania en 1945, en un hogar de clase


media. Muchos de sus admiradores creen que es negro y en realidad Jarrett
84
Keith Jarren

85
FACETAS

alienta esa opinión. Su piel es oscura; luce un pequeño bigote y un peinado


"afro". En realidad es descendiente de escoceses-irlandeses y húngaros. Su
madre y su padre, vendedor de bienes raíces, se separaron cuando Keith
tenía 11 años. La madre crió sola a Keith y a cuatro hermanos menores. Los
cinco hijos son músicos y, según la Sra. Jarrett, tienen coeficientes de inteli-
gencia muy altos.
"Keith aprendió a hablar a los seis meses", afirma la Sra. Jarrett. "Te-
níamos un tocadiscos y cuando Keith tenía aproximadamente dos años, yo
lo hacía escuchar música sinfónica y le preguntaba: '¿Cómo suena eso?' En-
tonces Keith trataba de tocar lo mismo en el piano, trataba de imitar el soni-
do de pájaros o del rayo. Su oído era absoluto. Cuando cumplió tres años le
conseguí un maestro".
Jarrett estudió música formalmente y de modo más o menos continuo con
una serie de maestros. Uno de ellos le hizo concentrarse en Bartok cuya
obra se refleja en el estilo de Jarrett. También es significativo que haya
dejado de tomar clases hacia los 15 años, en parte por razones económicas, y
que nunca se haya concentrado en el estudio de los principales compositores
del siglo XX.
Las influencias musicales de Jarrett fueron casi enteramente música de
conciertos europea. Escuchó muy poco jazz en su infancia (y no mucha
música popular). Después de graduarse en secundaria fue a Boston, donde
asistió durante poco tiempo a la Escuela Superior de Música Berklee, desta-
cada escuela de jazz, y luego empezó a tocar en la ciudad, aceptando em-
pleos eventuales como músico dondequiera que los encontraba.

Logra Imponerse en Nueva York

Para esa época ya se había casado con la novia de su infancia, quien lo


estimuló a ir a la ciudad de Nueva York. Si la competencia entre los músi-
cos de jazz por encontrar trabajo es feroz incluso hoy, era aún peor en la
década de 1960 cuando el rock había puesto al jazz en retirada. Durante se-
manas Jarrett estuvo desempleado. Para empezar a darse a conocer, deci-
dió presentarse con regularidad en una serie de sesiones colectivas que se
celebran los lunes en Village Vanguard, uno de los clubes de jazz más an-
tiguos y respetados de la ciudad.
Después de algunas semanas, se pidió a Jarrett que cubriera los últimos
cinco minutos de una tanda, tiempo muy limitado para causar impresión.
Para empeorar las cosas no había contrabajista en el escenario, por lo cual
gran parte de la función rítmica recaería sobre el pianista. Jarrett decidió
tocar una voz que sustituyera al bajo, a la vez que proporcionaba el respaldo
rítmico que se espera normalmente del pianista. Esto no es de ningún modo
una hazaña para un músico coiisumado, pero a la mayoría de los jóvenes
pianistas de jazz no se les habría ocurrido intentarlo. Esa noche se encontra-
ban en el bar Tony Scott, un clarinetista respetable, y el baterista Art Bla-
key, destacada figura del jazz de aquel tiempo, quien apadrinó a innumera-
86
¿Es Jazz la Música de Keith Jarrett?

bles músicos jóvenes. Ambos músicos, después de escucharlo durante cinco


minutos, contrataron a Jarrett en el acto.
Jarrett trabajó con Blakey algunos meses; después con el saxofonista
Charles Lloyd y finalmente con Miles Davis. "Fue muy divertido", dice
Jarrett; "jamás ensayé con la banda; Miles me decía: 'preséntate y toca' y
yo así lo hacía".
Cuando Jarrett se separó de Davis, después de un par de años, ya era
un músico reconocido. Había trabajado esporádicamente con un trío que
incluía al contrabajista Charlie Haden y al baterista Paul Motian. Luego in-
corporó al saxofonista Dewey Redman y empezó a grabar y a viajar profu-
samente. Pero Jarrett no era todavía una estrella importante. La trans-
formación tuvo lugar en 1972 gracias a un productor de discos alemán de
nombre Manfred Eicher, con quien él ha establecido un lazo de simpatía.

Éxito en Europa

Los mercados más fuertes del jazz, fuera de los Estados Unidos, son el
Japón y Alemania. Mientras que en Londres hay sólo dos clubes importan-
tes de jazz y uno en París, los hay por decenas en Alemania. Hasta las
ciudades pequeñas tienen clubes de jazz. Hay muchas más radiotrasmisio-
nes de jazz en lugares como Baden-Baden y Stuttgart que en la ciudad de
Nueva York, y la mayor tienda de discos de jazz en el mundo, fuera del
Japón, se encuentra en Munich. La compañía de Manfred Eicher, ECM
Records, se ha significado por su honradez al tratar con los músicos y por su
decisión de llegar a verdaderos extremos con tal de lograr buen sonido. En
1972 el pianista Chick Corea le sugirió a Eicher hacer un disco junto con
Jarrett y dos contrabajistas. Jarrett dice: "Remití mi respuesta diciendo 'no,
pero grabaré un álbum como solista si a usted le interesa (un solo de
piano)' ".
Eicher aceptó la oferta y el resultado fue un disco titulado "Frente a ti",
que recibió al instante aclamaciones en Europa como algo nuevo y especial.
El público estadounidense no respondió con tanta rapidez, pero "Frente a
ti" fue seguido de un álbum de tres discos grabados en vivo en conciertos
celebrados en Bremen y Lausana, y este álbum desató el auge en los Estados
Unidos. "Conciertos para solista" fue considerado el mejor álbum de jazz
en 1974 por el grupo de críticos de jazz Down Beat International, quienes
también votaron por Jarrett como "el mejor pianista de jazz". Ulteriores
grabaciones, tanto en plan de solista como con el cuarteto, se convirtieron
en éxitos enormes y los honorarios del concertista Jarrett alcanzaron su
nivel actual.

Auditorios y Meditación

Hoy en día Jarrett trabaja casi exclusivamente como solista improvisador.


Puede ofrecer hasta 20 conciertos al año, quizá la mitad de ellos en el
FACETAS

extranjero, principalmente en Alemania y el Japón. Recientemente hizo una


gira de dos meses por Australia, el Japón y los Estados Unidos. Sus discos
se graban durante los conciertos en vivo. De ninguna manera están editados
y se presentan completos, aunque pueden requerirse ajustes en el sonido
mismo. (El álbum de 10 discos que cuesta 75 dólares y fue lanzado al mer-
cado a fines de 1978, se grabó en cinco pianos diferentes; Eicher manipuló
las cintas para que todo el álbum tuviera sonido uniforme.)
El proceso por el cual trabaja Jarrett es, como hemos visto, de carácter
místico. Para mayores detalles, él afirma:

Lo importante es no tener control consciente de lo que estoy haciendo.


No digo, por ejemplo: 'Muy bien, aquí un pedacito de funk en re bemol
haría un buen contraste', ni me pongo a pensar qué será lo que sigue.
Tengo una conciencia de la música y del auditorio, pero la cuestión es
dejar que llegue por sí misma. Si salgo al escenario con la actitud ade-
cuada, sin pensar, me convierto en un receptáculo y no en una máquina.
En ausencia de pensamiento, recibo una aportación increíble de cual-
quier cosa insignificante que suceda. Si alguien tose, sé si es una tos
nerviosa o si alguien está resfriado o si la tos provino de un niño o de un
adulto. Lo que hace el auditorio importa muchísimo.
He sido considerado (¿cuál es la palabra?) un artista típicamente sus-
ceptible. Es decir melindroso y gruñón. Pero la gente no entiende que
casi toco al auditorio en lugar del piano. Quiero decir, que el público
que se encuentra en el salón está vibrando. A veces los oyentes más
silenciosos pueden ser los más molestos porque uno percibe que perma-
necen quietos debido a que no sienten la seguridad de que debieran
ponerse cómodos.

Los procesos musicales de este tipo son difíciles de describir, pero se han
vuelto conocidos para muchas personas a través de la meditación y de otros
métodos tendentes a abandonar el control consciente de la mente. Aunque
no podría decirse que Jarrett es el único músico que se ha entregado a esas
prácticas, las ha llevado más lejos que la mayoría. Jarrett no sigue ninguna
escuela de pensamiento místico en particular, sus ideas son una recopilación
obtenida de diversas fuentes. Su madre se ha ocupado desde hace mucho
tiempo de ideas metafísicas y ha escrito sobre el tema. El propio Jarrett se
interesó durante un tiempo en el místico G.I. Gurdjieff y, más reciente-
mente, en el filósofo Jalil Gibran, quien tiene un número curiosamente
considerable de seguidores entre los músicos de jazz.

Definición del Estilo de Jarrett

¿Es Jarrett una figura de primer orden en el mundo musical o sólo se trata
de publicidad? Indudablemente tiene muchos seguidores—extraordinaria-
mente numerosos para un músico de su tipo—que no reclutó mediante un
remolino publicitario, sino que fueron atraídos hacia la música por sí misma.
Muchos de sus seguidores son realmente fanáticos y son capaces de viajar
centenares de kilómetros para asistir a sus conciertos. Entre ellos hay mu-
¿Es Jazz la Música de Keith Jarrett?

chos críticos y escritores especializados en música. Don Heckman, en High


Fidelity Magazine, ha dicho: "Creo que a la larga llegará a ser una de las
voces importantes de nuestros tiempos, independientemente de cómo clasi-
fique su propia música". El crítico John Rockwell, de The New York Times,
ha denominado a sus obras "enteramente únicas". El periódico inglés de
música Melody Maker lo llamó "uno de los improvisadores mejor dotados
de todos los tiempos".
¿Qué puede decirse de la música misma? Para empezar, el tipo de impro-
visación que Jarrett realiza no es ni remotamente tan difícil como piensan
sus admiradores. Muchos estudiantes talentosos de conservatorio pueden
hacerlo igual y con frecuencia concertistas famosos lo han hecho por diver-
tirse, imponiéndose el desafío de improvisar una pieza en el estilo de Brahms
o Mozart por ejemplo.
Pero eso no es lo importante: lo que cuenta es el contenido, no la forma
como se logra. Hay que admitir que Keith Jarrett posee una técnica sober-
bia. Muchos de sus oyentes han dicho con insistencia que algunos pasajes de
sus discos no pudieron haber sido grabados con sólo dos manos (pero sí lo
fueron). El público de jazz tiende a dejarse impresionar por la habilidad
técnica, porque muchos pianistas de este género de música tienen poca
preparación académica, pero hay testimonios ajenos al jazz en el sentido de
que él es en realidad un maravilloso técnico del piano. El director de un
conservatorio muy conocido dijo: "Estoy muy impresionado. El es merece-
dor de toda la atención que se le ha concedido. Todo lo que se realiza a un
alto nivel resulta difícil de lograr".

Debussy, Bartok y el Boogie-Woogie

Por supuesto, la técnica no es lo esencial en música. Una de las críticas


importantes que se han hecho a las improvisaciones de Jarrett es que se
derivan de fuentes conocidas. Su música está llena de fragmentos funk con-
vencionales, boogie-woogie ordinario y pasajes de formas populares toma-
das de todas partes. Se nos recuerda constantemente a los compositores
románticos del siglo XIX y poco después (por ejemplo, hay efectos debus-
sianos al estilo "Espejos" en el disco titulado "Arbour Zena", y muchas
alusiones a Bartok). En los pasajes más jazzísticos suena como Bill Evans, a
quien hoy se considera el padre de los pianistas contemporáneos de jazz.
Jarrett responde: "El jazz ha erigido esa necesidad de ser algo único. Eso es
egotismo. Por lo que a mí respecta, lo que menos debe uno tratar de ser es
original. Aunque su obra suene como otras 80.000, mientras no se ponga uno
a imitar, seguirá siendo música".
Una segunda crítica que se hace a Jarrett es que a su música le falta
arquitectura, o sea forma. En términos generales, los pasajes están ligados;
fluyen tersa y lógicamente uno detrás de otro. Sin embargo, no existe una
relación global de las partes con el todo. Las piezas no siguen una dirección
sistemática, sino que divagan a capricho de la imaginación de Jarrett.
FACETAS

"Si uno dice lo que realmente siente", asegura Jarrett, "no posee el tipo
de forma y arquitectura del que ellos hablan; y si uno idea la manera de
ejecutar algo que tenga forma y arquitectura, entonces para cuando lo hace
ya ha dejado de sentirlo".

Nieve que Cae y Fuego Trémulo

Jarrett concibe su música como nieve que cae, fuego trémulo, un torrente
que fluye: una variedad aleatoria dentro de un amplio movimiento funda-
mental. Sostiene que eso constituye la forma. El dice:, "Si miramos el uni-
verso, desde el primer momento encontramos que hay muy pocos motivos
que se repitan".
Una tercera crítica consiste en que, en el plano armónico, la música de
Jarrett pertenece predominantemente al siglo XIX; que sus obras son increí-
blemente anticuadas. Hay poco en ellas que no hubiera podido escribirse
antes de 1850, cuando menos en lo que se refiere a la armonía, y eso se debe
sin duda a que Jarrett interrumpió su educación musical antes de tener la
ocasión de paladear obras de compositores contemporáneos como George
Crumb, Karl-Heinz Stockhausen o incluso Arnold Schoenberg. Refirién-
dose a un concierto ofrecido en 1977, Gary Giddins, crítico de jazz de The
Village Voice, dice: "Mi entusiasmo se apagó por el incesante lirismo. . .
En la cuestión de la teatralidad de Jarrett se tiende a restar importancia a la
pregunta importante: ¿estamos experimentando una auténtica profundidad
de sentimiento o los adornos del sentimiento? ¿Qué tan sólido es el centro y
cuan resonantes las ideas que surgen de él?"
Muchos de los jóvenes que hoy en día están restructurando el jazz coinci-
den en que la falta de control consciente de Jarrett sobre su trabajo no es
conveniente para éste. Un músico de 24 años de edad ha dicho: "No hay
duda de que posee una técnica fenomenal en ambas manos y que sabe de
música, pero gran parte de lo que hace es presuntuoso. Me parece dema-
siada concesión a sí mismo ponerse a divagar de ese modo durante 20 minu-
tos sin parar".
En el fondo de estos asuntos persiste la pregunta formulada por la genera-
ción de los años 60: ¿basta dejarnos llevar por el sentimiento para "hacer
una obra personal"? En realidad la música y el sentimiento no son la misma
cosa. Si prescindimos del trenecito del boogie y los trinos ocasionales de
pájaros en las flautas, la música no tiene contenido literal. Es, más bien, una
expresión de relaciones pues no podría ser ninguna otra cosa. Una nota
aislada carece de sentido; éste se define por la situación de aquélla con
respecto a otras notas. ¿Es esta nota más aguda o más grave, más larga o
más corta que aquella otra? Y este tema ¿es una variación de aquel otro
o contrasta con él? ¿En qué forma se enlaza esta frase con otra para configu-
rar un elemento constructivo y cómo se unen estos elementos? Lo que nos
conmueve son esas relaciones, que expresan reunión, separación, tregua,
traición, tangencia, esponsales y otras cosas por el estilo. Como dice el
90
¿Es Jazz la Música de Keith Jarrett?

propio Jarrett: "Nada hay en la vida que no pueda asemejarse a las tensio-
nes, el volumen y el movimiento de la música".

Un Universo Aleatorio

El jazz siempre ha tenido sus elementos aleatorios. Incluso en los ordena-


dos ámbitos de los estilos Dixieland o de las grandes bandas hay muchas
notas y pasajes arbitrarios. Pero si dejamos que la música se vuelva dema-
siado arbitraria nos sentimos aburridos, inquietos, angustiados. Pocas per-
sonas pueden tolerar durante mucho tiempo un universo aleatorio. La obra
de muchos modernistas, por estar dedicada a "la expresión directa de sen-
timientos", tiene una clara tendencia a lo aleatorio. Hoy en día Keith Jarrett
es el mayor exponente del jazz en esa modalidad y la pregunta persiste:
¿cuál es el valor definitivo de sus obras? Si esa modalidad perdura, segu-
ramente Jarrett será considerado como una de las figuras precursoras en
el ámbito de la música contemporánea. Si, en cambio, resulta ser única-
mente una moda del momento actual, acaso será descartado en ei tamiz de
la historia. Ese es un asunto que a los auditorios del futuro les correspon-
derá decidir.
LIBROS

MEDITACIONES SOBRE BIOLOGÍA


Por Stephen Jay Gould

El crítico es profesor de biología, geo- continúa su defensa de antiguos valores,


logía e historia de la ciencia en la Uni- sirviéndose de metáforas sobre molécu-
versidad Harvard.
las, verrugas y nutrias.

The Medusa and the Snail: More Notes Rompecabezas Complicados


of a Bíology Watcher (La medusa y el
caracol: más apuntes de un biólogo). La romántica visión que el Dr. Tho-
Por el Dr. Lewis Thomas. New York: mas tiene de la "virtud" está arraigada
The Viking Press. 175 págs. en el concepto de armonía natural. Los
sistemas complejos, sean éstos cuerpos o
universos, funcionan sin contratiempos
l cuerpo humano—en algo que si no se les perturba (ya que sus piezas

E implica tanto riesgo como escla- encajan ceñidamente como en un com-


recimiento—ha sido fuente ine- plicado rompecabezas, y cada una tiene
vitable de analogías en nuestro esfuerzo su finalidad). Pero los sistemas comple-
por comprender sistemas más amplios. jos también son frágiles, y un microbio
Aún hablamos del "cuerpo político", y poderoso que se introduce en un lugar
no estamos tan lejos como quisiéramos puede producir un torrente de efectos
de las antiguas nociones del cuerpo hu- invalidantes.
mano como microcosmo, una "completa Nuestra vida, en ese estado abstracto
condensación de todo el universo (ma- desprovisto de perturbaciones, debería
crocosmo). . . un emblema y un jeroglí- desenvolverse de manera ideal. Por su-
fico vivientes de la eternidad y el puesto que moriríamos, ya que la muerte
tiempo" según palabras del místico ale- responde tanto a las necesidades de la
mán Jakob Boehme escritas en 1622. evolución como a la naturaleza del pro-
En particular, se puede disculpar a un toplasma. Pero deberíamos vivir sanos y
médico su afinidad con esta metáfora fuertes, tanto física como mentalmente,
venerable (especialmente a un médico hasta que llegara de pronto el momento
que escribe con elocuencia e imagina- de nuestra desaparición. Y cuando sea la
ción). Lewis Thomas, presidente del hora de partir, incluso el dolor puede su-
Centro Memorial Sloan-Kettering contra primirse mediante la secreción de endor-
el Cáncer, obtuvo el Premio Nacional del finas, calmantes naturales del cerebro
Libro por su anterior colección de medi- (ya que el dolor sólo es útil cuando nos
taciones inspiradas en temas biológicos, previene de peligros que pueden evi-
The Lives of a Cell (Las vidas de una tarse), "Cuando llega el momento deci-
célula). Este nuevo volumen, que con- sivo y no hay forma de retroceder, es
tiene 30 "apuntes más de un biólogo", posible suprimir el dolor y los mecanis-
mos para hacerlo son maravillosamente
Copyright © 1979 por The New York Times Company.
Reproducido con autorización. precisos y rápidos. Si me propusiera di-
92
señar un ecosistema en el cual las criatu- los ecosistemas y la evolución. El ma-
ras tuvieran que vivir unas a expensas de crocosmo está tan imbuido de un orden
otras y en el que morir fuera parte indis- evidente en intrincada interrelación que
pensable de la vida, no podría idear un no deberíamos excluir la antigua pa-
mecanismo mejor". labra "propósito", independientemente
de cuan naturales sean la congruencia y
Conjunto de Intromisiones la armonía. Puesto que la teoría de la
evolución no reconoce tal concepto, al
Pero no hemos vivido vidas tan pla- menos en forma explícita, todavía nos
centeras, al menos hasta ahora. Esto se queda por descubrir una gran verdad.
debe a que estamos rodeados de un con-
junto de "entrometidos", que son cau-
santes de la enfermedad de nuestro or-
ganismo y el desconcierto en nuestra
estructura social. Las causas invictas y
primordiales de la degeneración y muer-
te no reflejan el deterioro gradual y na-
tural de uii sistema complejo; tampoco
son los productos comunes de agentes
múltiples, dañinos o naturales, de nues-
tro medio. Son las respuestas de nuestro
cuerpo a intromisiones específicas que
perturban innecesariamente los sistemas
naturales. Las descubriremos y extirpa-
remos. " N o dudo que se descubrirán
docenas de influencias que pueden pro-
vocar cáncer. . . pero a fin de cuentas
sospecho que en el centro de las cosas Dr. Lewis Thomas
existe un solo interruptor que espera ser
descubierto. . . Los ataques apopléticos
"Aún no ha surgido un Darwin que tenga
y la demencia senil, el cáncer, y la artri-
en cuenta el orden y la coordinación del
tis no son aspectos naturales de la condi-
desarrollo evolutivo y la diferenciación
ción humana, y debemos deshacernos de
de todo el asombroso sistema, y mucho
dichos impedimentos lo más pronto po-
menos su supervivencia al parecer per-
sible". " L a enfermedad parece ser una
manente. Un problema interesante es el
violación a la naturaleza, un error craso.
siguiente: ¿Cómo es que los mecanismos
Debe existir una mejor solución".
que al parecer están gobernados comple-
tamente por el azar y lo fortuito engen-
¿Propósito en la Naturaleza? dran nuevas especies que encajan con
tanta exactitud y en forma tan precisa y
Esta visión del microcosmo—solaz útil como si fueran las células de un or-
maravilloso para nuestras esperanzas y ganismo? Este es un acertijo maravillo-
una estimulante defensa del estilo tradi- s o " . Por desgracia, también aquí entran
cional en la investigación médica—se en acción los entrometidos. " L o s seres
aplica con igual fuerza al macrocosmo de humanos pululan como abejas por do-
FACETAS

quier, lo cambian todo, se entrometen ral siga su curso; nocivo si se entro-


con las demás partes haciendo creer que mete). Así, para el Dr. Thomas es bueno
estamos al mando, arriesgando la sobre- curar las enfermedades porque se eli-
vivencia de la magnífica criatura total".
mina un freno al potencial del cuerpo
Aprecio la visión del Dr. Thomas, pero
pero la clonación es nociva porque frus-
no la puedo considerar como una voz de tra el mecanismo diversificador que la
la naturaleza, ni para el microcosmo naturaleza impone entre sus complejas
de nuestro cuerpo ni para el macrocos- criaturas. Comparto los sentimientos del
mo de los economistas y la evolución. Dr. Thomas, pero no puedo aceptar su
La naturaleza es mucho más complica- razonamiento fundamental. Tanto la
da y ambigua; nos desdeña, o al menos clonación como la curación de enferme-
permanece silenciosa ante nuestras me- dades son formas de intromisión. Pero
tódicas simplificaciones. deberían alentarse ciertas intromisiones
y suprimirse otras (y no creo que se
La vida humana en abstracto, al seguir
pueda exponer un criterio sencillo, natu-
su curso intrínseco, protegida de los en-
trometidos, no representa una naturalezaral e inequívoco para señalar la diferen-
"verdadera" liberada de los impedimen- cia entre unas y otras).
tos de nuestra existencia actual. Los De manera similar, en el macrocosmo
propios impedimentos son la naturaleza. no puedo imaginar los ecosistemas como
La interacción es una característica fun-
armonías intrínsecas, o la evolución
damental e irreductible de nuestro como un ejercicio de excelencia en la
mundo. No puedo creer que el envejeci- adaptación de criaturas cada vez más
miento debería producirse sin deterioro complejas. La avispa, que inyecta sus
del cuerpo ni que la muerte habría de ser
huevos en la carne viviente de una oruga
una transición repentina entre la robus-paralizada, y su prole que la devora en
tez y la nada. cuanto nace son criaturas de la natura-
No soy un predicador de la desespe- leza, tanto como las abejas que polinizan
ranza. No digo que las enfermedades que las flores o como el activo castor. La na-
aún existen no pueden curarse porque turaleza ni tiene dientes y garras rojas,
son parte de la naturaleza. El optimismocomo lo proclamara Tennyson y muchos
del Dr. Thomas puede ser justificado; enVictorianos esgrimieron como un lema de
realidad yo lo apoyo fervorosamente, Darwin, ni es un depósito de los valores
aunque con escepticismo. Pero sostengo de orden y armonía que deseamos culti-
var. El que la naturaleza pueda doble-
que al suprimir el flagelo de la enferme-
dad no estaríamos restaurando la natura-garse, como sucede a menudo, para apo-
leza sino entrometiéndonos con ella (y yar ambas visiones contradictorias nos
que una intromisión de esta índole debe debe enseñar dos cosas: primera, que
ser valorada y alentada). poseemos una capacidad asombrosa
para engañarnos al proyectar nuestras
Clonación y Curación esperanzas y temores hacia la naturaleza
y reinterpretarlas como un "hecho"; y
segunda, que la naturaleza es lo suficien-
No puedo aceptar el sencillo criterio
temente rica y múltiple como para apro-
del Dr. Thomas al juzgar nuestro efecto
bar (en parte) cualquier visión humana.
sobre la naturaleza (que es positivo si
restaura o permite que un proceso natu- La naturaleza es lo que es: amoral y

94
Meditaciones sobre Biología

persistente. Si Darwin tenía razón, está ración hacia la naturaleza, el antídoto


llena de criaturas que no siguen otro im- fundamental para la insesatez humana.
perativo que la lucha individual por re-
producirse con éxito. Pero también esta Formación de una Criatura
es otra imposición humana, aunque tal
vez resulte más adecuada, pues Darwin Sólo hay que leer su meditación más
transfirió la mano invisible de Adam corta y hermosa: "Sobre embriología".
Smith de la economía humana a la ecolo- Hagamos con ella un letrero del tamaño
gía natural: el orden y la armonía surgen de la pared y peguémoslo en algún lugar
como subproducto accidental de la acti- visible. Aquí el Dr. Thomas advierte el
vidad individual encaminada a satisfacer alboroto que causó la reciente creación
los intereses propios. del "nene de probeta" en Inglaterra; una
criatura que fue concebida en un reci-
Etica y Existencia piente de plástico y luego se implantó en
el útero de su madre, para nacer después
Repito que no soy predicador de la de- de una gestación normal. El Dr. Thomas
sesperanza cuando sostengo que no po- lo llama una modificación técnica muy
dremos encontrar en la naturaleza un secundaria de la auténtica maravilla: la
mensaje que no sea ambiguo respecto a formación de una criatura a partir de una
la forma correcta de dirigir nuestra vida. sola célula. ¿Cómo es que las células,
Será mejor—y más vivificante—que nos todas ellas con los mismos genes, saben
veamos forzados a definir por nosotros cómo convertirse en hígado, corazón, o
mismos el significado, y no que espere- pulmones? ¿Cómo es que el cerebro
mos descubrirlo pasivamente en la natu- forma su propia complejidad y capacidad
raleza. La ética y la realidad evoluciona- partiendo de una sola célula precursora?
ría de nuestra existencia no se mezclan ¿Qué dirige, con precisión tan infalible
muy bien. en la mayoría de los casos, la formación,
espaciamiento y clasificación de células
Empero no recuerdo ningún otro libro
y tejidos? El Dr. Thomas concluye:
que haya valorado tanto a pesar de sentir
"Nadie tiene la más remota idea de
un desacuerdo tan fundamental con su
cómo funciona esto, y nada puede ser
perspectiva intelectual. En las medita-
tan enigmático en la vida. Si alguien lo-
ciones del Dr. Thomas resplandecen dos
gra explicarlo mientras yo esté con vida,
características, ambas raras y dignas de
alquilaré un avión de los que escriben
ser atesoradas. Tiene una visión pro-
con humo en el cielo, tal vez toda una
pia—benévola y humana—y tales visio-
flota de ellos, y haré que escriban signos
nes escasean terriblemente en un mundo de admiración gigantescos, uno tras
intelectual de intensa especialización y otro, en todo el cielo, hasta que se me
cinismo. Lo que es más importante, acabe el dinero".
mantiene un constante sentido de admi-
CARTAS DE AMOR Y ODIO
Por Clarence Brown

Clarence Brown, profesor de literatura ted decir sencillamente yo, o si tiene


comparada en la Universidad Princeton, que enfatizarlo: en cuanto a mí, o por
es también director de caricaturas en
Saturday Review. Es autor de Man-
mi parte").
delstam (1973) y otros libros. Yo, por ejemplo, difícilmente puedo
creer que esta fascinante corresponden-
cia haya durado dos años, y mucho me-
The Nabokov-Wilson Letters 1940-1971 nos dos décadas (sólo cuatro cartas da-
(Correspondencia Nabokov-Wilson, tan de después de los cincuentas), ya que
1940-1971). Edición preparada por Si- rara vez se ha dado una crónica seme-
mon Karlinsky. Nueva York: Harper & jante de amor y odio. Pero además de
Row. 412 págs. perdurar, floreció, igual que sus enor-
memente dotados autores. Wilson creció
uando Vladimir Nabokov llegó a en importancia hasta convertirse prácti-

C los Estados Unidos en 1940, hu-


yendo de la Alemania de Hitler
como antes lo había hecho de la Rusia
camente en una universidad ambulante.
Dio a conocer a mi generación todas las
figuras importantes de la literatura mo-
de Lenin, era desconocido fuera del derna y el fue el hombre emblemático de
círculo de sus compañeros emigrados, las letras. Nabokov, incorregible en su
que lo conocían con el apelativo de manía de los retruécanos e imponiéndose
"Sirin". Tampoco Edmund Wilson era como estilista sobre una numerosa pro-
aún el personaje en que habría de con- genie, progresó en su nueva lengua
vertirse, pero era el famoso autor de desde el anonimato hasta la celebridad
Axel's Castle (El castillo de Axel), mundial como autor estadounidense.
de 1931 [guía magistral para conocer a En la medida en que Nabokov debió
escritores como James Joyce, Marcel esta espectacular segunda carrera a algo
Proust, W. Β. Yeats y Gertrude Stein] ajeno a su propio genio, la debió a Wil-
y director literario de The New Re­ son; nada podría ser más evidente al leer
public. En la primera de estas cartas, estas cartas. Wilson, quien aparente-
Nabokov escribe a Wilson proponién- mente lo aceptó como escritor impor-
dole que se conozcan. En la segunda, tante casi sin evidencia alguna, encon-
Wilson agradece al escritor ruso su pri- traba trabajo literario para Nabokov en
mera reseña en The New Republic, le todas partes. Estaba con frecuencia tan
reprocha el uso excesivo de retruéca- desprovisto de fondos como su amigo
nos ("a los que veo tiene cierta propen- ruso, pero nunca dejó de recomendarlo,
sión") y le indica que la expresión "yo, encontrar editores para sus libros, aseso-
por ejemplo" no corresponde precisa- rarlo sobre los contratos, buscar reseñas
mente al tono de la reseña ("Debe us- favorables para todo lo que escribía, por
Copyright © 1979 por Saturday Review Magazine Corporation. mucho que a él mismo no le gustara. Na-

96
bokov, a quien por naturaleza le costaba de menos cuando no las veo". No hay
trabajo expresar gratitud, reconoció toda nada que nos permita pensar que esto no
su vida la deuda que tenía con Wilson. fuera absolutamente cierto, y Bunny
Wilson correspondía cálidamente.
Amistad Familiar No se me ocurre ninguna otra explica-
ción, aparte de un perdurable apego
En su relación de amor y odio, el pri- emocional, al hecho de que volvieran a
mero es evidente incluso en medio de hablarse después de ciertos intercambios
disputas literarias verdaderamente san- epistolares. Nabokov era normalmente
guinarias. Parece haber sido totalmente tan quisquilloso como un samurai, pero
auténtico y, a juzgar por las últimas y soportó de Wilson las siguientes palabras
tristes cartas, sobrevivió incluso a la cri- (tomadas casi al azar): "Creo que algu-
sis que finalmente los silenció. Nabokov nos de los trucos que expones son DE
y Wilson, quienes se encontraban ya en INDECIBLE MAL GUSTO [mayúscu-
la segunda mitad de su vida, formaron un las del autor], pero supongo que es inútil
tipo de amistad que normalmente sólo es objetar". Y Wilson, a su vez, fue víctima
posible en la juventud, y es rara la carta de un lenguaje no menos provocativo.
que carece de alguna señal de afecto. No
sólo entre ellos había amistad, sino tam- Temas de Debate
bién entre sus familias. Abundan las re-
ferencias a cálidas y alegres reuniones Como lo indica ese último arranque en
durante fines de semana y ocasiones fes- tono de fastidio, cada uno llegó a com-
tivas. En 1948, "Volodya" escribió a prender a través de los años que era ' 'inú-
"Bunny": "Eres una de las pocas per- til" seguir discutiendo sobre determina-
sonas en el mundo a quienes echo mucho dos temas. Había por lo menos tres y,
FACETAS

aunque era en vano, los discutían en suave luz de la madrugada, confesara


forma incesante. saber muchas cosas pero no que la velo-
El primero es sumamente técnico. cidad de la luz es una constante.
Wilson, inspirado parcialmente por Na-
bokov, acometió la tarea de aprender Historia y Arte
ruso, una de las lenguas modernas más
difíciles. Y si se considera que lo hizo No hay una explicación tan precisa
casi sin ayuda y con los libros de texto para los otros dos temas sobre los que
relativamente rudimentarios de la época, ambos escritores nunca se pusieron de
su éxito fue asombroso, aunque menos acuerdo. El primero fue la historia rusa.
de lo que se había pensado hasta aho- Como prácticamente todo intelectual no
ra. Estas cartas están llenas de frases ruso, Wilson tenía una noción un tanto
en caracteres cirílicos, pero rara vez elemental de la cuestión: Hasta 1917,
son perfectas. Muy al principio, Wilson Rusia era un país de campesinos políti-
dice a Nabokov que la práctica métrica camente inerte regido por una monarquía
de Pushkin es, en comparación con la de despótica y una clase de terratenientes
Shakespeare, pedantemente regular y crueles y fatuos. Un genio político bon-
aburrida. Ya podemos imaginarnos a dadoso llamado Lenin los derrocó e ins-
Nabokov azorado ante esta muestra de tauró reformas democráticas, pero luego
inteligencia, ya que en realidad pocos un dictador desvirtuó la labor de éste e
escritores en el mundo se han acercado impuso una tiranía que resultó tan mala
siquiera al dominio que tenía Pushkin de como la anterior.
la musicalidad en el verso. Se colige que nada emponzoñó más la
La respuesta de Nabokov es prácti- vida de Nabokov que la ignorancia apa-
camente un tratado sobre la ciencia de la rentemente irreductible que se reflejaba
versificación rusa. Debe de haber sido en esta visión, misma que encontró en
labor de días, pues abarca nueve páginas todas partes en su nuevo país y a la que
de este libro y está llena de gráficas y alude incesantemente en casi todos sus
diagramas. Una paráfrasis aproximada escritos. Pero no pudo convencer ni si-
de la respuesta de Wilson sería así: "Sea quiera a su entrañable amigo de que el
como fuere, sigo pensando. . . " Sólo movimiento democrático había estado
después de años de debate intermitente y creciendo en Rusia desde mediados del
totalmente estéril sobre este tema, Wil- siglo XIX, había logrado en 1905 un par-
son se entera por fin de un pequeño dato lamento democráticamente electo, y ha-
sobre la lengua rusa que se le había esca- bía sido destruido en 1917.
pado de manera inexplicable: Ninguna Finalmente, Nabokov y Wilson esta-
palabra en ruso, por larga que sea, tiene ban en desacuerdo sobre un punto que,
más de un acento. Naturalmente, el ago- al contrario de los dos primeros, está
tador y exhaustivo intento de Nabokov abierto a cierta discusión: la cuestión de
por explicar las cosas se basaba en el si, al juzgar una obra de arte, deben to-
supuesto de que Wilson tenía conoci- marse en cuenta los orígenes sociales y
mientos básicos. Es como si Einstein se económicos del artista. Nabokov recha-
hubiera pasado la noche entera diser- zaba este criterio, en tanto que Wilson
tando sobre la relatividad con un colega consideraba que la opinión afirmativa
inexplicablemente torpe que, por fin, a la era evidente.

98
Cartas de Amor y Odio

Si aunamos a los anteriores obstáculos minación no sólo de.su carrera literaria


a la amistad la desaprobación por parte sino de su carrera total. Cualquiera que
de Wilson, de casi todas las obras impor- sea la opinión que se tenga de la traduc-
tantes de Nabokov, a las que condenaba ción (una mera fracción del total), los
francamente en estas cartas pero que cuatro volúmenes son una obra maestra
promovía lealmente por todos los medios del género que sólo puede llamarse "na-
a su alcance, convendremos en que su bokoviano". Wilson la atacó furiosa-
afecto mutuo debe haberse basado fir- mente, o así lo pensó, y esta vez en pú-
memente en motivos personales. blico. Nabokov, al prologar su réplica
Si bien se volvió imposible hablar so- letal con su acostumbrada expresión de
bre Lenin, Faulkner, Mann, Freud, Mal- gratitud hacia Wilson, procedió a destro-
raux y mucho más, quedaban ciertas di- zar a su ex mentor y todavía amigo. Sólo
versiones intelectuales apreciadas por puede especularse sobre qué demonio de
ambos: juegos de palabras, parodias del melancolía impulsó a Wilson, quien al-
estilo de Arthur Conan Doyle, el goce de guna vez balbuceó sus lecciones de ruso
las indecencias de Genêt y un entu- sobre las rodillas de Nabokov, a increpar
siasmo casi adolescente por poner a al maestro ante un gran auditorio y a en-
prueba recíprocamente su madurez lite- señar al escritor su idioma natal.
raria. Además, siempre contaban con Difícilmente podría haberse encon-
Pushkin. Este, según comenta Kar- trado un mejor editor; Simon Karlinsky
linsky, fue la figura que los mantuvo uni- se parece a Nabokov por su postura in-
dos. Sobre Pushkin (aparte de su mé- termedia entre la cultura rusa y la
trica) no podía haber discusión: Era anglo-estadounidense; así que sería de-
grandioso. masiado pedirle que fuera totalmente
imparcial. Pero lo es dentro de lo posi-
El Debate Final ble. Y pese a su intento de pasar inadver-
Pero fue Pushkin quien finalmente los tido, su espléndida introducción y sus
separó para siempre. La edición comen- indispensables notas lo convierten en
tada de Onegin que preparara Nabokov una valiosa tercera presencia en este li-
en 1964 siempre me ha parecido la cul- bro subyugante.

99
¿CUAN NUEVO ES EL NUEVO
CONSERVADURISMO?
Por Christopher Jencks

El autor de esta reseña es profesor de el gobierno poderoso una amenaza ma-


sociología en la Universidad Harvard y yor a la libertad y a la prosperidad que la
será profesor visitante de sociología en la
empresa privada poderosa, y por lo tanto
Universidad Northwestern en 1980. Su
libro más reciente es Who Gets Aheadl se alian con ésta en muchas cuestiones
(¿Quién prospera?). políticas y económicas.

Un Autor Ambivalente
The Neoconservatives: The Men Who are
Changing America's Politics (Los neo- Steinfels dice que estos conservadores
conservadores: los hombres que están
merecen la etiqueta "neo", no porque
cambiando la política de los EUA). Por
les haya llevado 20 años más que al con-
Peter Steinfels. Nueva York: Simon and
servador común llegar a sus actuales
Schuster. 335 págs.
convicciones políticas, sino porque su
versión del conservadurismo es funda-
^ éter Steinfels nos dice en su nue- mentalmente nueva. Hasta ahora, dice el

Γ " v o libro que el término "neocon- autor, los Estados Unidos han carecido
servadurismo" fue inventado alre- de una tradición intelectual conserva-
dedor de 1976. Describe a un pequeño dora, pero los neoconservadores final-
grupo de hombres, casi todos los cuales mente la están creando. Steinfels, direc-
crecieron en la ciudad de Nueva York tor ejecutivo de la revista Commonweal,
durante los años veinte y treinta, asistie- no es conservador; así que no extraña
ron al City College a fines de los treintas que se muestre ambivalente con respecto
o los cuarentas, jugaron a la política ra- a esta empresa. Por el lado positivo, re-
dical antes de graduarse y siguieron iden- conoce a los neoconservadores no sólo
tificándose con el ala liberal del Partido el mérito de hacer "análisis estimulantes
Demócrata hasta mediados de los sesen- de propuestas políticas específicas",
tas. Para 1970, estaban desilusionados ya sino también el de plantear "interrogan-
de las reformas liberales y consternados tes fundamentales que sus rivales han
por los excesos del radicalismo estudian- solido pasar por alto". Por el lado nega-
til. Hoy en día son claramente conserva- tivo, cree que el pensamiento neocon-
dores en el sentido temperamental de servador "justifica la política que, en
que pasan más tiempo defendiendo las caso de prevalecer, amenaza con atenuar
instituciones existentes que criticándo- y disminuir la promesa de la democracia
las. También son conservadores en el norteamericana". Su ambivalencia sobre
sentido político estricto de que ven en el tema produce un buen libro: crítico
pero cuidadoso, muy bien escrito aunque
Copyright ° 1979 por The New York Times Company.
Reproducido con autorización. temperado.
Una Creación del Periodismo expresión de valores políticos, sociales
y morales, y las revistas especializadas
Me parece que el error principal de prefieren artículos en que el autor no
Steinfels es que toma demasiado en serio manifieste sus valores. En segundo lu-
a las personas sobre las que escribe. El gar, la mejor literatura neoconservadora
neoconservadurismo es una creación del tiene una proporción extremadamente
periodismo de revista. Tal vez los neo- alta de generalizaciones en relación con
conservadores mejor conocidos sean el la evidencia que las respalda, y las pri-
Senador Daniel Patrick Moynihan, Ir- meras suelen ocupar más espacio que la
ving Kristol, Nathan Glazer, Norman segunda. Las revistas especializadas,
Podhoretz y Daniel Bell, aunque este úl- en su mayor parte, prefieren artículos
timo no acepta la etiqueta. Bell y Kristol con sólo una o dos generalizaciones,
fundaron la revista The Public Interest, apoyadas por páginas enteras de argu-
que Glazer y Kristol dirigen ahora. Pod- mentación y pruebas.
horetz es el director de la revista Com- Naturalmente, el neoconservadurismo
mentary, en la que antes trabajaban también ha producido sus libros. Por lo
Glazer y Kristol. Bell solía colaborar en común, se esperaría que un analista
la revista Fortune. El Senador Moynihan como Steinfels, que trata de describir las
es el único que no tiene revista propia. características principales del pensa-
Como escritores de revista, estos miento neoconservador, se basara fun-
hombres se cuentan entre los mejores. damentalmente en estos libros y no en
En efecto, creo que The Public Interest los artículos de revista para captar la
es la revista de circulación general más esencia de las ideas de las personas so-
invariablemente interesante de los Esta- bre las que escribe. Sin embargo, Stein-
dos Unidos. Pero sus artículos rara vez fels no da mayor importancia a los libros
tratan sus temas rigurosa o exhaustiva- de estos hombres. El pensamiento neo-
mente, y a menudo usan la evidencia de conservador parece ligado de manera
manera un tanto superficial. También es- fundamental al vehículo literario por el
tán llenos de adornos retóricos que in- que se le conoce mejor: el artículo de
cluso los autores saben que no resistirían revista. Cuando estos mismos hombres
un escrutinio minucioso. The Public In- escriben libros largos, su pensamiento se
terest no es peor a este respecto que sus vuelve más complicado y difícil de clasi-
competidoras liberales o radicales; en ficar. Esto explica por qué la esencia de
realidad me parece que es mejor. Pero las ideas neoconservadoras resulta tan
ninguna revista de circulación general de esquiva. En cierto sentido, no tiene
este tipo resulta muy buena cuando se "esencia", porque cuando sus principa-
busca en ella un punto de vista político les exponentes analizan cuidadosamente
amplio o sistemático. un asunto, sus ideas tienden más a diver-
gir que a converger.
Con excepción de Podhoretz, todos
los neoconservadores destacados han
ocupado puestos en universidades im- Cinco Creencias Básicas
portantes. Sin embargo, rara vez publi-
can en revistas especializadas. Las ra- Como resultado, Steinfels experi-
zones de esto son varias. En primer menta una gran dificultad para documen-
lugar, el neoconservadurismo es una tar su tesis de que el neoconservadu-

101
FACETAS

rismo realmente representa un viraje Mundial, pero desde luego no es pri-


nuevo en el pensamiento conservador vativa del neoconservadurismo. Dean
estadounidense. Su capítulo sobre "Lo Acheson y George F. Kennan eran del
que creen los neoconservadores" enu- mismo parecer. Con esto, la "sobrecar-
mera cinco proposiciones que en su opi- ga" gubernamental queda como el prin-
nión son esenciales en el pensamiento de cipal elemento de originalidad de los
éstos. En resumen, estas creencias bási- neoconservadores.
cas son: Naturalmente, la idea de que el go-
bierno no puede hacer todo lo que los
1. Una "crisis de autoridad" se ha liberales y los radicales sostienen que
apoderado de los EUA y de Occidente puede hacer, es también propia del con-
en general. "Las instituciones gobernan- servadurismo. Pero suele tomar la forma
tes han perdido su legitimidad; la con- de una advertencia contra excesos hipo-
fianza de las élites dirigentes se ha debili- téticos. Lo que hace distinto al neocon-
tado. La estabilidad social y el legado de servadurismo es su convicción de que el
la civilización liberal se encuentran ame- peligro ya no es hipotético. El gobierno
nazados en la actualidad". ya trató de hacer más de lo que puede
2. Esta crisis es cultural: "Se trata de y ya fracasó. Como los polluelos libera-
los valores, la moral y los modales". les han regresado al gallinero, nuestro
Aunque la crisis cultural afecta nuestras problema ya no solamente consiste en
instituciones sociales y económicas, los evitar que el gobierno siga creciendo,
neoconservadores en general creen que sino también en encontrar la manera de
éstas se han desempeñado bastante bien. gobernar a una sociedad en que aquél ha
3. El gobierno es víctima de una "so- perdido legitimidad.
brecarga". "Al tratar de abarcar dema-
siado, lógicamente ha fracasado y, por La "Nueva Clase"
ende, socavado su propia autoridad".
4. Ante esta crisis, "debe reafirmarse Steinfels identifica algunas de las ideas
la autoridad y protegerse al gobierno". claramente neoconservadoras. La más
5. "Un orden internacional precario importante es la noción de que una
requiere una sociedad estable y unificada "clase nueva" está configurando la polí-
a nivel nacional". Se necesita alertar a la tica estadounidense. No hay dos escrito-
gente contra la amenaza comunista y el res neoconservadores que estén de
rechazo de los valores liberales por parte acuerdo sobre quiénes son los miembros
del Tercer Mundo para generar una de esta nueva clase, pero todos lo que
"disciplina" nacional. usan el término lo hacen en forma peyo-
rativa. El Senador Moynihan fue el pri-
La primera, segunda y cuarta proposi- mero en hacerlo, y en mi opinión su for-
ciones constituyen nociones conserva- mulación es la única útil. En un artículo
doras perennes y firmes que han existido publicado en 1972 en The Public Inter-
durante generaciones enteras en el pen- est, observó que cuando los jóvenes
samiento conservador tanto estadouni- graduados universitarios apoyaron la
dense como europeo. La quinta es más expansión de los servicios sociales en
reciente en los Estados Unidos y data favor de quienes eran menos afortunados
apenas de finales de la Segunda Guerra que ellos, también estaban apoyando la
¿Cuan Nuevo es el Nuevo Conservadurismo?

creación de empleos interesantes para una fuerza importante en la vida nortea-


ellos mismos. Así pues, la "paradoja" de mericana, pero nadie ha combinado aún
los jóvenes privilegiados que apoyaban una definición rigurosa de sus miembros
reformas igualitarias era menos paradó- con pruebas de que éstos tienen opinio-
jica de lo que parecía. Es problemático nes políticas claras.
decidir si estos ambiciosos servidores
públicos deben ser calificados de "nueva Conservadores Nuevos y Viejos
clase", pero valió la pena ponderar la
idea, y el término ayudó a presentar el Aunque el libro de Steinfels es con-
argumento. cienzudo e inteligente, no termina por
Desde entonces, sin embargo, otros convencerme de que los hombres a quie-
neoconservadores han usado la supuesta nes él llama neoconservadores difieran
existencia de una "nueva clase" para de manera importante de otros conser-
explicar prácticamente todos los males vadores. Están comprometidos con las
de la humanidad. Algunos incluyen sólo instituciones políticas liberales, pero
a los intelectuales en su bestiario. Otros también lo han estado todos los conser-
culpan a todos aquellos cuyo trabajo se vadores estadounidenses desde 1789.
relaciona principalmente con las pala- Prefieren las soluciones de mercado a las
bras o las ideas: periodistas, científicos gubernamentales para la mayor parte de
sociales, ejecutivos de publicidad, maes- los problemas, pero en esto no difieren
tros, siquiatras e incluso clérigos. Otros de Milton Friedman ni de casi todos los
ven al enemigo en todos los que tienen demás economistas estadounidenses.
un empleo profesional o administrativo, Me parece que su originalidad no se de-
ya sea en el gobierno o en la empresa riva en realidad de lo reciente de su con-
privada, o en aquellos que tienen un versión. Habiendo pasado gran parte de
grado universitario. su vida adulta entre liberales y radicales,
A medida que se amplía la definición aún tienden a pensar y a escribir para
de la "nueva clase", su influencia polí- este público y no para los conservadores
tica pierde fuerza. Ninguno de estos gru- tradicionales. Debido a su experiencia
pos es nuevo, y no existe una razón ob- pasada, saben cómo cimbrar a este pú-
via por la que su política deba haber blico mejor que conservadores "anti-
cuados" como William F . Buckley. Este
cambiado en los últimos años. Se puede
hecho, y no las diferencias esenciales en-
alegar que estos grupos han crecido o
tre ellos y Buckley, es lo que hace de los
que se han vuelto más influyentes, pero
neoconservadores una fuerza nueva e
incluso esta afirmación requiere una cui-
importante en la vida estadounidense
dadosa evaluación de la evidencia. Los
contemporánea.
que trabajan con las ideas o las palabras
han existido en muchas épocas. La queja
de los neoconservadores en el sentido de Para mayor información sobre el mo-
que esta gente "arruina a los empresa- vimiento neoconservador en los Estados
rios" se parece enormemente a las ante- Unidos, léase "¿Van los EUA hacia la
derecha?", conversación entre Irving
riores quejas burguesas con respecto a la Kristol y Arthur Schlesinger hijo, en la
excesiva influencia del clero. Tal vez página 45.
haya una "nueva clase" que represente
UN FILOSOFO CON LODO EN LOS ZAPATOS
Por Herbert Franklin

El autor de la reseña es abogado en tiempo estuvo "inseguro. . . de si sería


Washington, D.C., especializado en de- sociólogo, dramaturgo, crítico o filósofo,
sarrollo urbano y de la vivienda.
hasta que encontré el abrigo de muchos
colores que en realidad me sentó bien".
My Works and Days: A Personal Chron- Dicho abrigo se exhibe en esta antolo-
icle (Mis obras y días: crónica personal). gía selecta de ensayos, cartas, crítica,
Por Lewis Mumford. Nueva York: Har- apuntes casuales, artículos, poesía, lite-
court Brace Jovanovich. 545 págs. ratura novelesca semiautobiográfica (en
su mayoría publicada con anterioridad).
/ / ~~e—"« 1 urbanista necesita la ayuda Tiene la intención de mostrar la trama
W-i del poeta", aconsejó el joven de 80 años de una extraordinaria vida
J À Lewis Mumford a Clarence y de revelara un hombre que, como él lo
Stein cuando éste planificaba la ciudad expresa, ha cultivado el conocimiento
jardín que llegó a ser Radburn, Nueva en general y se ha "especializado en el
Jersey. Ese consejo capta la esencia del arte de estar vivo". Desgraciadamente
papel insólito que Mumford desempeña esta no es una autobiografía. Eso falta
en las letras estadounidenses. aún. Mumford sólo aporta destellos inci-
Las enormes contribuciones de Mum- tantes de las experiencias de su vida: las
ford como escritor desafían el intento de cumbres y valles de un largo matrimo-
clasificarlas sencillamente. En efecto, nio, la tristeza por un hijo caído en la
en su libro más reciente nos enteramos guerra, las relaciones intelectuales y
de su continua incomodidad respecto al emocionales con hombres y mujeres del
mundo de las letras y los asuntos públi-
lugar especial pero algo ambiguo que
cos. Estos pedazos del abrigo son los
ocupa en el universo profesional. De jo-
que brindan los matices cálidos y bri-
ven, resentía que se lo clasificara bajo
llantes ante los cuales el material más
el "epíteto" de "sociólogo". Luego se
intelectualizado y menos autobiográfico
lo tildó de arquitecto y proyectista de
parece frío y descolorido.
ciudades, "e incluso—término erróneo
aunque no es un insulto terminante—de
urbanólogo". Con tono de aprobación, Ideas Esclarecedoras para Arquitectos
Mumford cita la observación que le hizo
tiempo atrás un amigo acerca de que He aquí un hombre que a la edad de 16
hacía bien en evitar especializarse en años empezó a escribir apuntes casuales
cualquier área para no terminar como para sí mismo a fin de captar ideas al
"jefe de una liga de ciudadanos progre- vuelo; para ello siempre tenía a la mano
sistas, excitando a la opinión pública un cuaderno de notas y un lápiz, tanto
para que se construya un nuevo sistema dentro como fuera de casa. Esta cos-
de drenaje". Dice que durante algún tumbre le permitió escribir en 1947
Copyright c 1979 por The Washington Post Company. Green Mentones (Verdes recuerdos), la
historia evocadora de su hijo Geddes, diano de la acción como para suponer
"tímido y orgulloso", muerto en com- que sus ideas han sido consideradas por
bate en la Segunda Guerra Mundial a la quienes toman las decisiones.
edad de 19 años. Los extractos de su Su oposición al culto de la tecnología,
obra, demasiado pocos, y otros pasajes su exhortación continua por preservar la
de un álbum familiar de apuntes, revelan proporción humana, su respeto a la tie-
el carácter de un padre y esposo cuyas rra, son ahora apremios más conscientes
percepciones poéticas han estimulado e entre los que proyectan asentamientos
informado durante generaciones a arqui- humanos. En este libro, sus advertencias
tectos y planificadores concienzudos. oportunas y atinadas sobre la interven-
Por ejemplo, el recuerdo de su hijo evoca ción en la Segunda Guerra Mundial y su
el papel de la cocina en la vida familiar: oposición igualmente pronta y franca a la
Guerra de Vietnam resuenan nueva-
La cocina siguió siendo el centro de mente con tonos imperiosos y claros.
nuestras actividades y afectos: En ver-
dad no se podía ir de una parte de la
casa a otra sin pasar por ella. Ningún Grave Advertencia
buen arquitecto pudo haber diseñado
tan mal el lugar; pero desde el punto de Debido a que no ha temido enfrentarse
vista familiar, ningún buen arquitecto a la realidad, Mumford advierte que a
habría podido tener suficiente imagina-
menudo lo desdeñan por considerarlo un
ción como para crear un disparate que
resultara tan feliz y estimulara tanto la profeta de la catástrofe. Con todo, él
sociabilidad. conserva un curioso tono de esperanza y
pesimismo. "Si las fuerzas que ahora
Sin embargo, los ojos que quizá se nos dominan continúan su curso ac-
humedezcan al leer los tiernos recuerdos tual", escribe (cursivas del autor), "de-
de familia, tal vez tengan que luchar por ben conducir a la desintegración de toda
mantenerse abiertos ante algunas de las la trama histórica, no sólo de esta o aque-
cartas y ensayos de este extenso volu- lla gran nación o imperio". Ante esta
men. Demasiadas de ellas se refieren a grave advertencia, tal vez nos reanime
temas y personas menos congruentes una carta que en 1924 escribiera Mum-
con los puntos fuertes de Mumford y los ford a su esposa Sophy, en la que adver-
intereses de su amplio público. tía: "tú sueles restar importancia a las
cosas y yo a darles énfasis". Cincuenta
Filósofo de la Planificación Urbana años después, dice a Sophy que moriría
feliz si en su tumba se grabara este epita-
Empero, el libro refleja el valor, la be- fio: "Este hombre fue un tonto absoluto.
nevolencia y el talento de un hombre que Ninguno de los desastres que predijo
ha participado en el "festín de la vida". ocurrieron j a m á s " . Debido a que a me-
Mumford es filósofo, pero un filósofo nudo la época se ha puesto a la par con la
con lodo en los zapatos. Ha dado un sig- sabiduría de Mumford, esperemos que
nificado y un contexto más elevados al en los años venideros podamos contar
trabajo, a menudo mundano, de proyec- con él para que nos aconseje, aunque se
tar y construir ciudades. Ha estado lo corra el riesgo de hacerlo quedar como
suficientemente cerca del mundo coti- un tonto.
UN ARTE HUMANO Y AUDAZ
Por Joyce Carol Oates

Joyce Carol Oates es una importante sin duda será citado durante muchos
novelista estadounidense, escritora de años como expresión clásica de la bio-
cuentos y crítica, y colabora con los di- grafía " n u e v a " . El delicioso ensayo de
rectores de la revista The New Republic.
Su novela más reciente es Son ofMorn- Justin Kaplan sobre "la identidad al des-
ing (Hijo de la mañana); su nueva co- nudo" nos ofrece más información sobre
lección de cuentos es All the Good Peo- Walt Whitman en 14 páginas de la que
pie Γ ve Left Behind (Toda la buena podría esperarse de un libro entero por
gente que he dejado atrás). un autor menos dotado. Y " L a biografía
como prisma de la historia" de Barbara
Tuchman, que pone fin al volumen, es al
Te Hing Lives: The Biographer's Art
mismo tiempo una declaración sobre los
(Relato de vidas: el arte del biógrafo).
múltiples usos de la biografía (al servicio
Ensayos de Leon Edel, Justin Kaplan,
del estudio histórico) y una crítica del
Alfred Kazin, Doris Kearns, Theodore
método biográfico contemporáneo.
Rosengarten, Barbara Tuchman y Geof-
frey Wolff. Compilado por Marc Pach-
ter. Washington: New Republic Books/ La Biografía: ¿De Mal Gusto?
National Portrait Gallery. Distribuido
por Simon & Schuster. 151 págs. " L a biografía", dijo el novelista britá-
nico del siglo XIX, George Eliot, es una
"enfermedad de la literatura inglesa".
s posible que la función de los W. H. Auden, el poeta y crítico británico

E libros mediocres sea complacer del siglo XX, afirmó que la biografía era
o, peor aún, confortar; y la de "siempre superflua" y "por lo general
los buenos, perturbar. Si eso es cierto, de mal gusto". (En lo referente a la au-
esta breve colección de ensayos sobre el tobiografía, escribió Auden: "Los con-
arte de la biografía es sin duda un libro fesores literarios son despreciables,
muy bueno. Tan compactos son los en- como mendigos que exhiben sus llagas
sayos de Edel, Kaplan, Kazin, Tuchman para obtener dinero, pero no tan viles
y uno o dos más, tan pletóricos de ideas, como los lectores que compran sus li-
hallazgos y matices, que cada uno podría bros".) Edel sostiene un punto de vista
muy bien haberse extendido mucho más. diferente. Este ganador del premio Pulit-
El ensayo de Edel en particular, " L a fi- zer y autor de una biografía en cinco vo-
gura en el tapete", lanza comentarios lúmenes del novelista estadounidense
provocativos—y provocadores—con ve- Henry James, sostiene que la biografía
locidad vertiginosa. Y aunque el ensayo que se ocupa de esencias, de la interpre-
es de sólo unas 13 páginas de extensión, tación artística de una serie de datos que
configuran al biografiado, es un arte tan
Copyright ° 1979 por The New York Times Company.
Reproducido con autorización. elevado y humano como la poesía o la
novela. Al juzgar una biografía, el crítico autor. Después de todo, un principio del
se ve obligado a considerar no sólo la pensamiento, al menos desde la época de
vida del personaje sino también la meto- Heráclito ("El vínculo invisible es más
dología del biógrafo: en suma, su arte. fuerte que el visible"; "La constitución
En términos de crítica, debería ser más real de las cosas tiende a ocultarse"), es
importante la forma en que se presenta que el significado yace bajo la superficie.
una vida que la clase de vida que haya Además, el prejuicio platónico (y freu-
sido. "Un biógrafo es un narrador", diano) lleva al investigador a conside-
afirma Edel, "que podrá no inventar sus rar que lo oculto, lo secreto, lo que yace
datos, pero que se permite imaginar su bajo la superficie, es generalmente sos-
forma". A final de cuentas, todo lo que pechoso y a menudo patológico. (De
es "objetivo" es visto a través de ojos modo que una "interpretación" típica-
particulares; todo lo que pertenece a la mente freudiana reduce la complejidad
"historia" está sujeto a una visión parti- de la vida de un artista a una fantasía
cular. Lo que Edel llama un "arte noble infantil reprimida y siempre de índole
y audaz" es quizás más difícil ahora pre- sexual.) Pero, ¿es inevitable que haya
cisamente porque el biógrafo tiene ante una disparidad entre el significado super-
sí, en nuestra era de archivos fecundos, ficial e "interno" que el biógrafo astuto
demasiado material. "No menosprecio deba descubrir? No rechazamos el mé-
los archivos", dice, "sólo gimo cuando todo de Edel debido a que su producto
veo uno". revela gran cuidado. Pero el método "si-
cológico" empleado por biógrafos me-
Henry James y Walt Whitman nos perspicaces puede darnos resultados
realmente muy curiosos.
Para dominar el montón de datos sin "La identidad al desnudo y otros pro-
orden ni concierto de que dispone el bió- blemas", de Justin Kaplan, examina la
grafo de nuestro tiempo, se debe buscar, importancia de un gesto ostensiblemen-
según Edel, la "evidencia sicológica" te sencillo—la adopción de un nombre
en la vida del sujeto: debe aprender- nuevo—por individuos tan diversos
se a interpretar "ciertas señales sicoló- como el Che Guevara, Henry David
gicas que nos permitan entender lo que Thoreau, Nathaniel Hawthorne, Willa
la gente dice realmente tras los gestos Cather, Mark Twain y, de manera espe-
aparentes". Sólo descubriendo el "mito cial, Walt Whitman (Walter Whitman
secreto" del personaje puede llegar a en- hasta los 36 años de edad). Ensayo ma-
tenderse su vida pública. (Edel examina ravilloso, "La identidad al desnudo"
brevemente a Hemingway y Thoreau en analiza la postura de Whitman: una irre-
este contexto.) Y sólo si se entiende la ductible salud mental en el contexto de
vida que late tras la imagen proyectada sus desgracias familiares y las populares
por el personaje, puede escribirse una seudociencias de mediados de la década
biografía significativa, tan triunfante en de 1800, la hidropatía y la frenología.
su logro creativo como cualquier obra (Whitman evidentemente tomó en serio
de ficción. la frenología; llevaba su "registro de
El tono de Edel es exuberante; su de- prominencias" personal y lo publicó en
claración es realmente un manifiesto, vi- tres ocasiones como documentación
gorizado por el elevado idealismo de su en respaldo de su poesía.)

107
FACETAS

Estilista Deliberado tencia humana". Kazin, a quien se ha


confundido de ordinario con observador
Nadie ha advertido que la fogosa con- o crítico social, surge en estas páginas
clusión de las memorias de Alfred Kazin, como un recopilador de remembranzas
New York Jew (Judío neoyorquino), se que nunca nos exige creer en los adornos
parece más bien a la conclusión de una externos de su "realidad", sino sola-
mente en su necesidad interna. "Cuando
típica novela de Bellow; quizás porque
llega el momento en que la experiencia
éste escribe "novela" y Kazin supues-
está suficientemente depurada. . . para
tamente no. Pero la pasión de Kazin por
escribir algo en particular, ya ha tenido
la autoinvención mediante el lenguaje
lugar tanto reordenamiento inconsciente
debió ser evidente mucho antes de su ex-
que incluso el deseo ingenuo de ser to-
plícita y valiente declaración en "El yo
talmente 'veraz' se desvanece ante la in-
como historia: reflexiones sobre la auto-
toxicación de los giros, estructuras y
biografía". Kazin es uno de los estilis-
formas". Así pues, ¿puede confiarse en
tas más ufanos de los EUA; toda su vida que el creador de "documentos perso-
ha llevado cuadernos de apuntes, valora- nales" diga la verdad? Claro que no. Ni
dos, no por sus "datos" sino por la "sor- debemos esperarlo. Escribir no es vivir,
presa" que le proporciona escribir para sino vivir de nuevo; y por medio de la
sí mismo. Cita a Gertrude Stein: "Es- creación deliberada de un mito priva-
cribo para mí y para extraños", y agrega do, el artista—autobiógrafo o novelis-
crípticamente: "Los extraños, querido ta—construye su propia salvación. Nos
lector, son una ocurrencia posterior". gustaría preguntarle a Kazin si el artista
también puede creer en su salvación;
Reordenamiento de la Experiencia pero quizá la pregunta resultara fuera
de lugar.
Los documentos autobiográficos, en- Naturalmente, la posición de Alfred
tre ellos los propios—A Walker in the Kazin es radical y provocaría la oposi-
City (Caminante en la ciudad), Starting ción de los que creen, como la mayoría
Out in the Thirties (El comienzo en de los historiadores, que el estilo en la
los treintas) y el reciente New York mitología personal debe subordinarse al
Jew—son nada menos que el medio de contenido. El conmovedor e introspec-
salvación personal, sostiene Kazin. El tivo ensayo de Doris Kearns sobre su
mismo cree haber sido "salvado por el experiencia como amiga y biógrafa de
lenguaje". Su idealismo es tal que aun Lyndon B. Johnson, hace hincapié en la
frente a una cultura contemporánea de vulnerabilidad del escritor (y del biogra-
incesante novedad, puede lograr cons- fiado) a las interpretaciones siempre
cientemente "un reordenamiento de la cambiantes del pasado. Cuando agoni-
experiencia" mediante un lenguaje que zaba, Johnson sintió una necesidad
tendrá permanencia. "Escribir", dice compulsiva de hablar con Doris Kearns
Kazin, "es en cierta forma romper el ci- sobre su vida. Ya no era la vida que le
clo, aparentemente automático, de vio- había descrito anteriormente. Así que
lencia, destructividad y deseo de muer- el biógrafo, dice Doris Kearns, "se da
te. . . situar en diferente perspectiva cuenta de que el pasado no es sencilla-
la aparente insignificancia de la exis- mente el pasado sino un prisma a tra-
Un Arte Humano y Audaz

vés del cual el personaje filtra su propia tórico.) En la medida en que la biografía
imagen cambiante". se usa para esclarecer la historia, "el vo-
yerismo no tiene cabida".
Compromiso Personal
Relato de una Buena Vida
La "historia oral" de un agricultor
arrendatario negro de Alabama, All Telling Lives, con todo lo fascinante
God's Dangers (Todos los peligros de que es, se antojará incompleta al lector
Dios), de Theodore Rosengarten, obtu- cuyo interés por la biografía sea serio.
vo el Premio Nacional del Libro (uno de Por ejemplo, si se hacen tantos comenta-
los más altos honores literarios de los rios despectivos sobre "los mamotretos
EU A). En su ensayo en Telling Lives de mil páginas" como la obra en dos vo-
examina con sinceridad su compromiso lúmenes de Joseph Blotner, William
personal con la familia de Ned Cobb. La Faulkner, ¿por qué no se invitó a dicho
"superioridad analítica" del trabajador autor a exponer su punto de vista? Esto
rural se desmoronó gradualmente con- habría resultado esclarecedor; habría
forme el autor se enfrascó en la vida de contribuido a nuestra comprensión del
su personaje, presentada a él (y a su gra- arte de la biografía. Además, nos hubiera
badora) tres mañanas a la semana du- gustado leer algo sobre Joseph Frank,
rante tres meses. El libro que resultó fue cuyo primer volumen de una biografía
el primer intento por parte de los "iletra- planeada en cuatro tomos sobre Dos-
dos" de comunicar al "mundo de los que toïevski, Seeds of Revolt (Semillas de
aprenden en los libros" la esencia de la rebelión), fue publicado recientemente,
vida de un agricultor. después de muchos años de trabajo. La
La más alejada de la posición de Kazin lista podría proseguir indefinidamente
es Barbara Tuchman, quien sostiene que para nosotros en una época de biografías
la biografía es más útil cuando incluye lo ambiciosas, aunque no siempre grandio-
universal en lo particular. Para un histo- sas. Y parece bastante cierto, como de-
riador o un biógrafo, ser "creativo" no clara Marc Pachter en su excelente pre-
significa, según Tuchman, inventar, sino facio, que ha tenido lugar un cambio en
dar al producto forma artística. El com- la literatura biográfica del siglo XX, en el
promiso personal es siempre con la au- que se delinea la "dinámica de la perso-
tenticidad objetiva, no con la visión pri- nalidad" así como el papel público de
vada. (En efecto, Tuchman es escéptica ésta. Conforme se erigen normas profe-
de las biografías contemporáneas que sionales, la tarea se torna más ardua.
exploran lo único o lo peculiar por el " N o dejamos establecido que quizá es
puro placer de hacerlo, y pasan por alto tan difícil escribir una buena vida como
el lugar del individuo en el escenario his- vivirla", dice Lytton Strachey.
LO BLANCO, LO NEGRO Y
TODO LO DEMÁS
Por Robie Macauley

Macauley, que fue director de Kenyon y las actitudes estereotipadas, los co-
Review de 1959 a 1966, es novelista y razones de sus personajes. "Margot"
crítico literario. Sus libros compren-
den The Disguises of Love (Los disfra-
(personaje de Hue and Cry), dice Mc-
ces del amor), novela de 1952; The End Pherson, "pudo haber sido blanca en lu-
of Pity (El fin de la compasión), cuen- gar de negra y el cuento hubiera sido
tos de 1957, y Techniques of Fiction igualmente real y triste". Esta es una
(Las técnicas de la novela), crítica de habilidad bastante rara en la literatura
1964.
norteamericana, donde incluso la per-
cepción más fina suele ser incapaz de
atravesar la invisible barrera del color.
Elbow Room (Un espacio suficiente).
Los escritores negros—con excepción
Libro de cuentos de James Alan Mc-
de Ralph Ellison—casi siempre ven a los
Pherson. Boston: Atlantic-Little, Brown.
personajes blancos como un conjunto de
242 págs.
rasgos externos; los escritores blancos,
quizás en forma más burda, han hecho
lo mismo con los negros.
on su primer libro de cuentos, Hue

C and Cry (Algazara), James Alan


McPherson estableció su punto
de vista como escritor y como negro,
Un Acto de Imaginación

En el cuento que da título al último


pero no como escritor negro. Se negó a
libro de McPherson, Elbow Room, Vir-
dejar que su literatura cayera en catego-
ginia es la esposa en un matrimonio
ría alguna, de color o étnica, señalando:
mixto que ha resultado ser una lucha de-
"Casualmente algunas personas son ne-
sastrosa por una especie de síntesis sico-
gras y otras son blancas; pero he tratado
lógica. Con amargo humor, dice: "Cuan-
de que el color de la mayoría de ellas
do los tiempos se vuelven difíciles,
quede muy en el tras fondo, donde estas
cualquiera puede pasar por blanco. Los
cosas deben estar". En ocasiones le re-
negritos han estado haciendo eso duran-
sultó imposible mantener este credo, so-
te siglos. . . Pero, ¿no hubiera sido in-
bre todo cuando un cuento exigía una
creíble ser un negrito que pudiera iden-
fuerte identiñcación con personajes ne-
tificarse con lo blanco, lo negro y todo
gros vigorosos, como en el excelente re-
lo demás del mundo por tener un yo tan
lato "Canción para solista: para Doc",
grande como el planeta?"
que reconstruye toda una vida de servi-
Estos yo, blancos o negros, requieren
cio de dos camareros de vagón-comedor,
un acto de imaginación que casi nunca se
un estudio de orgullo y agravio.
da en el mundo real; éste es uno de los
Sin embargo, la mayor parte de las
temas recurrentes de McPherson. En
veces pudo ver, bajo el color de la piel
e
"Una hogaza de pan", Harold Green es
Copyright 1977 por The New York Times Company.
Reproducido con autorización. un abarrotero blanco en un barrio negro;

110
Nelson Reed es el líder de una manifes- plata". Este último trata de un incidente
tación contra los precios excesivamente ocurrido en el centro de una ciudad: in-
altos de Green. Ambos guardan un cu- dividuos con capuchones negros intimi-
rioso parecido entre sí y cada uno, a su dan a un cantinero negro exigiéndole que
manera, es un hombre moral; no obs- les compre protección. Uno de los enca-
tante, como ninguno de los dos com- puchados es un supuesto pandillero; el
prende los problemas del otro, cada uno otro es un extorsionador con una habla
considera malvado al otro. Su drama se maravillosamente paródica: "Nuestra
desarrolla en una serie de ironías (dema- organización es un grupo legítimo, popu-
siado complejas para que puedan resu- lar, con una misión que cumplir. . . Te-
mirse en una reseña) y, a mi parecer, nemos la dinámica. Ustedes (la pandilla)
presenta una verdad simbólica que por tienen la mano de obra. Juntos podemos
arte de magia trasciende lo que por lo iniciar un proceso de nacionalización".
demás habría podido ser mera observa- Pero, al acercarse la crisis, hay un cam-
ción sociológica. bio sutil de sentimiento con respecto a la
En "Los problemas del arte", un abo- escena realista y—como suele suceder
gado blanco trata, con compasiva imagi- en la literatura de McPherson—intuimos
nación, de entender a su cliente negra y a tanto la realidad como la parábola. Y,
su testigo de descargo, en tanto que ellos por supuesto, la parábola es sobre el te-
imaginan que aquél está involucrado en rrorismo y las ilusiones de éste.
una complicidad para evadir la justicia. Un buen dominio del lenguaje y del
El abogado la declara inocente en su relato, la profundidad de sus personajes
pensamiento mientras ellos, con la y los valores humanitarios son algunas
misma bondad, lo declaran culpable. de las virtudes que James Alan McPher-
son demuestra en esta excelente colec-
Realidad y Parábola ción de cuentos.

Hay muchos cuentos buenos en Elbow


James Alan McPherson comenta Elbow
Room dedicados exclusivamente a expe- Room y otros temas en un artículo que
riencias negras. Entre los mejores están aparece en la página 71 de este núme-
"Historia de un muerto" (una comedia ro, " E l norteamericano: producto de
exuberante a pesar de su título), "Histo- la cultura, no de la raza".
ria de una cicatriz" y "La bala de
LA NATURALEZA:
CONSERVADORA RADICAL
Por John Pfeiffer

El autor de esta reseña ha escrito mu- sometido a una importante operación


chos libros y artículos que explican cues- quirúrgica, a la edad de 74 años, y se
tiones científicas al lector profano. Entre le informó que quizás "le queda poco
sus libros se cuentan The Human Brain
(El cerebro humano), de 1955, y The
tiempo".
Emergence of Man (El surgimiento del
hombre) de 1969. Unidad Subyacente en la Diversidad

Gregory Bateson está interesado so-


Mind and Nature: A Necessary Unity bre todo en la síntesis, en las unidades
(Mente y naturaleza: unidad necesaria). fundamentales y en las pautas que sus-
Por Gregory Bateson. Nueva York: E.P. tentan la aparente diversidad de las co-
Dutton. 238 págs. sas vivientes. "¿Qué secuencia enlaza al
cangrejo con la langosta, a la orquídea
ste libro es un testamento ex- con la prímula y a los cuatro conmigo?

E traordinario, un resumen realiza-


do por uno de los investigadores
más creativos de nuestros tiempos con
¿Y a mí con usted? ¿Y a nosotros seis
con la amiba en una dirección y con el
esquizofrénico regresivo por la otra?".
Ofrece un análisis de la evolución como
ideas aprendidas que se consideran dig-
la forma en que la naturaleza aprovecha
nas de trasmitirse. Hace más de una ge-
al máximo dos mundos para usar y ex-
neración, Gregory Bateson, antropólo-
plotar las fuerzas conservadoras, o sea la
go perteneciente a la Universidad de
tendencia obstinada a mantener las cosas
California y recientemente nombrado
como están, y las fuerzas que pugnan
miembro de su Junta de Rectores, fue
siempre por la inestabilidad y el cambio.
uno de los fundadores de la cibernética,
estudio de los mecanismos de control
de la conducta en los seres humanos y Conservadurismo Acendrado
las computadoras, así como en otras
máquinas perfeccionadas. En el distin- La persistencia e integridad de las es-
guido grupo se incluían Margaret Mead pecies implica la inercia evolucionaría en
(su ex esposa), los matemáticos Norbert escala masiva. Conforme se trasmiten
Wiener y John von Neumann y el neuro- características de generación en genera-
fisiólogo y filósofo Warren McCulloch. ción, las moléculas de la herencia deben
Bateson escribe con autoridad y cierta multiplicarse una y otra vez, tarea que se
urgencia, puesto que recientemente fue logra con precisión impresionante. Los
núcleos celulares pueden sintetizar suce-
Copyright ® 1979 por the New York Times Company.
Reproducido con autorización. sivamente un millón o más de dichas mo-

112
léculas, cada una formada por millones con la cultural. Considera que rigor e
de átomos que ocupan posiciones fijas imaginación, "los dos grandes antago-
en complicadas estructuras de doble es- nistas en el proceso mental", guardan
piral, y cada una es copia fiel de la ante- una vaga analogía con la multiplicación
rior. Esto es conservadurismo acen- fiel y la mutación respectivamente. El
drado y refleja el poder de las fuerzas rigor representa la inercia social, el con-
que favorecen el statu quo biológico. servadurismo y la tradición, todo el co-
Pero esto tarde o temprano falla porque nocimiento que el sistema establecido se
nada es perfecto, ni siquiera este proceso esfuerza por trasmitir intacto e inviola-
fantásticamente exacto. Hay inevitables do a las nuevas generaciones. La ima-
errores de multiplicación o mutaciones, ginación frustra constantemente a la tra-
fallas menores en las estructuras de los dición; esa es su función. La fuente de
genes duplicados y esto basta para expli- lo impredecible e inesperado, la imagi-
car la creciente variedad de las formas nación, tiene una cualidad fortuita re-
vivas. presentada por el aprendizaje, pero no
el de tipo rutinario (que sirve al siste-
Cooperación y Competencia ma establecido), sino el que viene a tra-
vés de destellos de percepción y por el
En el centro de todas las cosas la cien- cuestionamiento de las suposiciones y
cia supone el accidente (y algo más). Sin premisas convencionales. La evolución
un constante flujo de mutaciones, sin un cultural, como la variedad genética, de-
suministro de genes defectuosos produ- pende de la interacción de fuerzas an-
cidos al azar en el núcleo de las células tagónicas. Como afirma Bateson: " E l
reproductoras, no existiría la vida tal rigor por sí solo es muerte por parálisis,
como la conocemos. Pero la mutación no pero la imaginación aislada es locura".
basta por sí misma. " L o nuevo no puede
surgir sino del azar. Y extraer lo nuevo Simetría y Caos
de lo fortuito, si se manifiesta y cuando
se manifieste, requiere cierto tipo de me- De modo que, en último análisis, el
canismo selectivo". El ambiente, pro- origen de las nuevas ideas, como el de
ducto también de fuerzas fortuitas, lleva nuevas especies, entraña un misterio
a cabo la selección. Las mutaciones apa- fundamental. El elemento común, "la
recen fugazmente en lugares donde las pauta de interrelación", es un proceso
criaturas cooperan y compiten y del in- que parece contraponerse a la segunda
menso total sólo se elige una pequeña ley de la termodinámica, es decir, a la
fracción, la que muestra cambios que fa- noción de que a través de las edades
vorecen la supervivencia: un caparazón la materia tiende a desorganizarse cada
más grueso, un diente más afilado, un vez más hasta llegar al caos universal.
ojo más sensible al color y una memoria Pero la evolución se nutre y progresa a
con más capacidad de almacenamiento. expensas del caos y, de algún modo,
a partir de eventos aleatorios crea sis-
Rigor e Imaginación temas altamente organizados, viables y
simétricos. Cuando se trata de com-
Ampliando sus horizontes, Gregory prender éste, el más sutil de los proce-
Bateson compara la evolución genética sos, Mind and Nature considera no sólo

113
FACETAS

el poder de la ciencia sino también sus difiere fundamentalmente de. . . la toxi-


limitaciones. En realidad la ciencia no se comanía"), la tontería ("no forzosamen-
ocupa de la verdad. Avanza por medio te prerrequisito de la religión") y los mi-
de una especie de ficción metódica por lagros ("idea materialista sobre la forma
cuanto cada hipótesis es una sobresim- de escapar del propio materialismo").
plifícación deliberada, una declaración La situación actual del pensamiento
tentativa que se sostiene cierto tiempo académico es una de las principales pre-
y, tarde o temprano, se desecha a la luz ocupaciones del profesor Bateson. Pre-
de nuevas observaciones. senta un memorando que hizo circular
No cabe discutir sobre la fragilidad de entre sus colegas de la Universidad de
las hipótesis. Pero el profesor Bateson California a mediados del año pasado,
va más allá al sugerir que "la unidad úl- en el que explica sus razones para haber
tima es de naturaleza estética" e infiere afirmado en una junta del comité que la
que la sabiduría más profunda requiere educación moderna es un "fraude". En-
un acto de fe, exige dar un paso más y tre otras cosas, él tiene mucho que decir
trascender los datos reunidos por la sobre los efectos estupidizantes de pre-
"ciencia cuantitativa". Pero eso implica misas "antiestéticas" arcaicas y ob-
nuevos riesgos. Nuestros tiempos son soletas, y la necesidad de emplear más
propicios a toda clase de disciplinas in- imaginación en la enseñanza.
ciertas. Todo, desde la percepción extra-
La Danza de Siva
sensorial, la cirugía síquica, las naves de
los dioses y la proyección astral hasta los Lo que más destaca en este notable
monstruos míticos y un resurgimiento de libro son el valor y la hondura de la ex-
la astrología, indica que a menos que ploración intelectual. La comprensión
nuestros pasos guarden relación con la del universo no se facilita a medida que
realidad, pueden ocasionarnos proble- se aprende más y, por otra parte, la bús-
mas. Gregory Bateson está bien ente- queda de significado exige cada vez más
rado de tales celadas, pero puede ser mal inventiva y fe, así como descubrimien-
interpretado y prestar apoyo inadverti- tos. Para el profesor Bateson nada es
damente a los seudocientífícos. más emocionante que este desafío: "En
Mind and Nature combina la filosofía su perspectiva más amplia, la evolución
con una opinión crítica del panorama ac- es tan bella y ajena a los valores como la
tual. A esta disección del pensamiento danza de Siva, en la que toda belleza y
claro y el desordenado se incorporan co- fealdad, creación y destrucción, se ex-
mentarios sobre diversos temas, entre presan o sintetizan en un solo sendero
ellos la carrera armamentista ("que no complejo y simétrico".
a

1
CRÉDITOS: pág. 8. cortesía de Edward Pieratt: pág. 18, foto de Waring
Abbott; pág. 24, cortesía de EPA/Bíair Pittman; pág- 27, dibujo de Sandy
Hufíaker, ® 1968 National Review, Inc.; pág. 29, foto cortesía de John Howard
Griffin, ASMP; pág. 33, foto del Asían Journal of Thomas Merton. © 1973 por
The Trustées of the Merton Legacy Trust; reproducido con autorización de
New Directions Publishing Corporation; pág. 35. dibujo de LeRoy Clarke. ®
1974 por LeRoy Clarke y el Studio Museum, Harlem; pág. 38, foto de Jill
Krementz; pág. 39, foto cortesía de Cinemabilia, New York City; pág. 45
(inferior), foto de Frank Engüsh; págs. 49. 52 y 53. cortesía del American
Institute for Public Policy Research/Pernold; pág. 59. reproducido de The
Labyrinth por Saúl Steinberg, con autorización de Harper & Row Publishers,
Inc.;© 1954, 1955. 1956, 1957. 1958, 1959. 1960 por Saúl Steinberg; pág. 66,
cortesía de NASA; pág. 71, foto de Tania D'Avignon; pág. 76. foto de Margaret
Thomas; pág. 80. dibujo de Deborah Menzell; pág. 82. foto de Denise Rath-
bun; pág. 85, cortesía de ABC Impulse; pág. 91, reproducido de The Art of
Living porSaul Steinberg, con autorización de Harper & Row Publishers. Inc.;
© 1945, 1946. 1947. 1948, 1949 por Saúl Steinberg; pág. 93, foto de Bob
Isear; pág. 97, dibujo de Richard Anderson; pág. 99, dibujo de Sandy Huffa-
ker. © 1968 National Review. Inc.

También podría gustarte