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ANTONIO CASTILLO GÓMEZ

Al otro lado del océano, en la América hispana, los libelos infamantes también abundaron
en la primera mitad del siglo XVII. Muchos de ellos tuvieron que ver directamente con las
arbitrariedades cometidas por el tribunal inquisitorial, objeto, entre otros, de los publicados en
México, en 1602, por el corredor de comercio Cristóbal Liranw, con "notable daño y perjuizio a la
authoridad de este santo Tribunal y de sus ministros". 33Y en Puebla, ese mismo año, por Gabriel de
Arrieta" maestresala del Obispo, quien "con señales de grande regozijo andubo en la dicha s:iudad
de los Angeles publicando los dichos libelos por las plas:as y portales de mercaderes, ofres:iendo
traslados de ellos a todas las personas que se los pedían, diziéndoles que ya los inquisidores no
podían conos:er de las causas criminales de los familiares sino que las habían de remitir a la justicia
seglar";34o, en 1603, por el bachiller Gaspar de Contreras, racionero de la catedral, imputado
por "haber publicado s:iertos libelos infamatorios en forma de capítulos, dis:iendo haber venido
insertos en una Real <;édula, contra el santo Ofis:io de la Inquisición y sus ministroS".35
Pero la primera mitad del siglo XVII fue también un período singularmente agitado
en lo que afecta a la difusión de coplas y libelos relativos a la Inmaculada Concepción. La
controversia tuvo su origen en la segunda mitad del siglo XII cuando los clérigos de Lyon
decidieron instituir dicha fiesta el8 de diciembre, se fue arrastrando a lo largo de toda la Edad
Media y aún seguía abierta en el siglo XVI, entre otras razones porque los prelados reunidos
en el Concilio de Trento eludieron resolverla al ocuparse del pecado original (Sesión V, 17
de junio de 1546): "Declara, sin embargo, este mismo Santo Concilio que no es intención
suya comprender en este decreto, en que se trata del pecado original, a la bienaventurada e
inmaculada Virgen María, Madre de Dios, sino que han de observarse las constituciones del
Papa Sixto IV; de feliz recordación, bajo las penas en aquellas constituciones contenidas, que
el Concilio renueva". 36Aprovechando esta indefinición, en los años siguientes los partidarios
del misterio fueron ganando posiciones. De un lado consiguieron que el 12 de septiembre
de 1617 Pablo V les diera permiso para la exposición pública de sus ideas mientras que se lo
negaba a los maculistas. Y de otro, el decreto Sanctissimus, promulgado por Gregorio XV el
4 de junio de 1622, no sólo prohibía la defensa pública de las tesis de éstos sino que extendía
la interdicción al ámbito privado salvo que mediara autorización expresa de la Santa Sede,
lo que motivó el posterior permiso a los dominicos para que pudieran debatir entre ellos.
Por todo ello la polémica se mantuvo hasta que el8 de diciembre de 1661 el papa Alejandro
VII promulgó la bula Sollicitudo omnium ecclesiarum definiendo el verdadero sentido de la
palabra "concepcio" y prohibiendo cualquier duda o discusión pública sobre la materia.37
Mientras que las embajadas iban y venían a Roma, la situación que se vivió en numerosas
ciudades hispánicas, a ambos lados del Atlántico, fue especialmente convulsa pues ambos
sectores se emplearon en intensas campañas publicísticas. En Sevilla, por ejemplo, el principal
promotor de la causa inmaculista fue el arzobispo don Pedro de Castro y Qyiñones, a quien
se debe un Memorial sumario ... cercade las contradiciones que los religiosos de santo Domingo
han hecho a los que defienden y siguen la opinión pía (1615),38 publicado como respuesta a las

33 Archivo General de la Nación, México [AGN], Inquisición, vol. 267, exp. 14, fols. 63-69: 64r.
34 AGN,Inquisición, vol. 463, exp. 1, fols. 1-73: 25v.
35 AGN,Inquisición, vol. 255, exp. 7b,fols. 167-169: 168r.
36 E. DENZINGER, El magisterio de la Iglesia. Manual de símbolos, difiniciones y declaraciones de la
Iglesia en materia defi y costumbres. Versión directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno,
Barcelona, 1963, 3a reimpr., p. 277.
37 Sobre las gestiones que condujeron a esta decisión pontificia, véase C. MARÍA ABAD,"Preparando
la embajada concepcionista de 1656. Estudio sobre cartas inéditas a Felipe IV y a Alejandro VIII",
Miscelánea Comillas. Revista de Teologíay Ciencias Humanass, 20 (1953), pp. 25-63.
38 Memorial sumario de las veynte y quatro inftrmaciones que elArzobispo de Sevilla mandó hazer cerca
de las contradiciones que los religiososde santo Domingo han hecho a los que difienden y siguen la OPiniónpía
de que la Virgen N S.fue concebidasin pecado original, s.l, s.n., 1615. BNM, Mss. 9956 .

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