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Panfletos, Coplas-5
Panfletos, Coplas-5
COPLASY LIBELOSINJURIOSOS.
PALABRAS
SILENCIADAS
EN ELSIGLODE ORO
selecta, que es la propuesta de Fernando Serrano Mangas.15 Sin entrar ahora en otras
consideraciones sobre el titular de la conocida biblioteca o librería de Barcarrota, que
Francisco Rico atribuye a "un librero irresoluto e ignorante" mientras que Fernando
Serrano Mangas adjudica al médico criptojudío Francisco de Llerena, 10 que no tiene
sentido es negar, como sostiene este autor, la posibilidad de que el referido libelo se
vendiera en tiendas de libreros y menos aún que algo así hubiera podido ocurrir en el
municipio badajocense. El episodio de Membrilla demuestra precisamente su difusión y
lectura en ámbitos populares. Nótese al respecto que, junto al bachiller Alonso Sánchez,
algunas de las personas que escucharon la lectura pública del Alborayque, con "mucho
regocijo y risa", fueron el carpintero Esteban Sánchez, quien declaró que el panfleto
se leía en la zapatería de Pedro García con "mucho placer" y disfrute de quienes allí
estaban, y el herrero Pedro Durán, quien señaló a su vez que Alonso Hernández había
comprado el libro porque le resultaba muy apto "para folgar y regocijar leyéndolo".16
La distribución y lectura p~blica del citado libelo contra los conversos fue
examinada por el Consejo de Ordenes Militares tras la denuncia formulada por
algunos vecinos. En este caso, por su contenido, el opúsculo no resultaba tan ofensivo
como 10 eran las coplas, pasquines o libelos contrarios a la religión católica o a algunos
de sus misterios. Cuando esto acontecía la reacción y los procedimientos instruidos
fueron bastante más contundentes. Con el fin de aproximarnos al lenguaje y a los
argumentos esgrimidos en tales ocasiones para justificar la censura quiero volver
sobre el suceso acontecido en Granada en la semana santa de 1640. Se trata, claro
está, de la publicación la noche del jueves santo de un libelo que infamaba a la Virgen
y ensalzaba la ley de Moisés, colocado, además, en las casas del cabildo para que así
su significado transgresor, en el doble sentido ideológico y espacial, fuera mayor.17
Sabido es que inicialmente se imputó la autoría a los portugueses de la ciudad, 10 que
era tanto como decir a los judíos, como ha señalado Juan Ignacio Pulido, dado que
éstos habían llegado expulsados del reino vecino.18 Al final, no obstante, se averiguó
que el responsable había sido fray Francisco Alejandro, alias Francisco de la Cruz,
religioso lego de san Francisco y ermitaño del Triunfol9, quien alegó haberlo hecho
para que "la ciudad acabase la obra del Triunfo y se aumentase la devos:ión de la
Virgen".2o A su vez, la aparición del libelo supuso la inmediata movilización de la
Iglesia y de las élites urbanas con objeto de reparar la afrenta y de desagraviar a la
Virgen por medio de distintos festejos y celebraciones religiosas así como merced