Viaje realizado por: Al viajar a Etiopía esperas encontrar un país

José Martínez Hernández

José Fco. Gallardo Bernal moderno, acorde a la imagen que muestra de un
Carlos Sánchez Vázquez país en vías de desarrollo. Etiopía fue miembro de
Eduardo Ruiz Fernández,
Jorge Pérez Galván la Sociedad de Naciones, firmó la Declaración de
Maribel Ruiz Fernández, las Naciones Unidas en 1942, fundó la sede de la
Fernando Laguna Díaz
ONU en África, fue uno de los 51 miembros origi-

Abisinia
nales de las Naciones Unidas y es uno de los
Juan Carlos Gómez Isabel

Enero del 2007.

miembros fundadores de la UA (Unión Africana).
Existe un cortoducumental,
relizado por el autor de esta Al norte de este aparente “país moderno” se
memória, sobre las gentes y encuentran las montañas de Simien, ancladas en
lugares de las tierras altas de
Etiopía, la antigua Abisinia. el tiempo, como las gentes que la habitan. Éste es
un viaje al pasado, a los tiempos en que Etiopía se
R.media3D® 2008
http://www.stage6.com/user/Carlangas422/video/1523724/Abisinia-2007 conocía como el reino de...

Texto y Fotografía: www.rmedia3d.es

Carlos Sánchez Vázquez r.media3d@gmail.com
 Las montañas y la
gente de Simien
Etiopía es una nación que resur- Su principal río es el Nilo Azul
ge de sus cenizas continuamente. que nace en el lago Tana, el más
Azotada por las hambrunas, conse- grande de Etiopía, que a su vez reci-
cuencia de constantes guerras con be el agua de los ríos Reb y Gumara
Sudán, Somalia, Eritrea y finalmente y cubre cerca de 3.500km2.
su guerra civil. En el macizo de Abisinia se
Para colmo las sequías de 1983 y encuentran las montañas de Simen;
1994 dejaron tras de sí cientos de en ellas está el Parque Nacional de
miles de victimas, la mayoría niños. Simen, declarado Patrimonio de la
Todo esto te hace pensar en un Humanidad por la UNESCO en 1978.
país destruido y de gentes que ape- Dentro del parque se alza el Ras
nas sobreviven, pero muy lejos de Dashen (4.500m), el pico más alto
esto me encuentro un lugar que de Etiopía y el cuarto de África. Dos
rebosa vida y alegría. La dureza de lugares más a destacar por su belle-
los etíopes es ancestral, Etiopía es el za son el Lago Tana y las fuentes del
único país de África que no fue con- Nilo Azul, también en el macizo de
quistado por los europeos. Con una Abisinia.
identidad bien definida.
La gente vive el día a día marca-
do por el sol, sin horarios, sin otro
sonido que el viento y las canciones
de los niños pastores que este ulti-
mo dispersa por las montañas.
El 80% de las tierras de cultivo y
pastoreo de Etiopía se encuentran a
más de 3.000 metros de altitud. Estas
gentes conviven sin problemas con
geladas, leopardos, hienas, ibex, o el
lobo de Abisinia, como especies más
destacables. Próximo al trópico tiene
un clima monzonico, con lluvias que
van de Junio a Septiembre y debido
a es terreno tan montañoso y la gran
cantidad de agua recogida a lo largo
del tiempo a formado no menos de
15 lagos y 12 cuencas fluviales, por
ello es que a este país se le conoce
como “la fuente de África”.
Más del 80% de los 57 millones de habitantes de Etiopía viven en áreas rurales, y la
mayoría de estas personas se dedican al pastoreo y a la agricultura de subsistencia.
 Hoy no tengo clase,
ni colegio... ni futuro.
La mayoría de los niños a una
edad muy temprana tienen que ayu-
dar a sus padres con las labores del
campo, sobre todo se encargan del
pastoreo. Desde muy temprano, ya
lejos de los pueblos, podías ver
algún rebaño de cabras seguido por
varios niños. Para entretenerse en el
largo día tocan rudimentarias flautas
de cinco o seis agujeros.
Acompañados o solos cantan y a
veces bailan. Cuantas veces escucha-
bas a los crios mucho antes de ver-
los.
UNICEF cifra en 101 por cada
tas a los muchos niños que nos lo
pedían en los caminos. El director
nos agradeció nuestro gesto y ase-
guro que con ese dinero terminaría
las paredes del aula en construcción.
Nur, nuestro guía, nos contó que
sus padres pudieron enviarle a la
escuela y gracias a eso pudo con-
vertirse en guía al cavo de los años.
Para poder ir a la escuela caminaba
a diario decenas de kilómetros.
Semanas después tenemos noti-
cias de Nur por email. Nos cuenta
que después de dejarnos volvió a
salir a las montañas y en un acci-

1.000 niños varones que reciben
educación primaria, siendo menor
en niñas (86 entre 1.000). En las
montañas apenas existen escuelas y
las pocas que encuentras no pueden
acoger a todos los niños de un valle.
En la aldea de Mulit pudimos visitar
el interior de una escuela y de la
mano de su director conocimos las
instalaciones, que básicamente eran
tres aulas, un despacho y otra gran
aula en construcción. Estas tres aulas
eran diminutas (25 m2) y tenían que
acoger a mas de 80 alumnos cada
una. El suelo era de guijarros y las
paredes de adobe, lo mas sólido y
destacable era el techo de chapa.
Decidimos dejar una donación en
forma de euros, hasta ahora solo
habíamos podido repartir algunos
bolígrafos y hojas de nuestras libre-
Despues de visitarla nos “rascamos” el bolsillo y les dimos algunos euros, su director
nos agradecio el gesto y nos aseguro que con ese dinero terminarian los muros.
dente (no sabemos como) se a roto
la pierna. En el hospital de Gonder
le han atendido muy bien, previo
pago de 5.000 birr, pero le han
dicho que no volverá a caminar
bien. Ahora nos pide ayuda para
estudiar y buscarse otro empleo, ya
no volvera a las montañas.
Nur entra a formar parte de los
miles de Etíopes que no reciben nin-
guna ayuda estatal y han de buscar-
se por su cuenta una salida a sus
problemas. Ya de por sí es difícil
subsistir en este país pero una per-
sona con una discapacidad física lo
tiene aun mucho peor.
Intentaremos ayudarle económi-
camente pero ahora nuestro proble-
ma es como hacerle llegar el dinero
de una forma segura. La corrupción
es una lacra en Etiopía.
Niños de la montaña
El día que subimos a la cumbre
más alta de Etiopía (Ras Dashen
4.568) estuvimos acompañados en
su cumbre por dos niños y una niña.
Uno de ellos tocaba una flauta e
interpretaba canciones, entrecorta-
das por jadeantes aspiraciones. Para
mi el solo hecho de estar a esta altu-
ra hacia que mi corazón y pulmones
funcionaran como si mantuviera una
carrera corta durante todo el día. En
cambio estos niños apenas se les
notaba la respiración cuando nos
seguían camino de la cumbre.
Así se explica como etiopía es
conocida mundialmente por sus
corredores de fondo, desde niños ya
sea por tener que caminar grandes
distancias para ir a la esuela o estar
con el ganado a tan elevada altura
Más del 80% de los 57 millones de habitantes de Etiopía viven en áreas rurales, y la
mayoría de estas personas se dedican al pastoreo y a la agricultura de subsistencia.
han salido grandes corredores. Uno
de los más famosos fue Abebe
Bikila. En n 1953 ganó un cross cele-
brado en el ejército y en 1959 empe-
zó a entrenar bajo las órdenes del
sueco Olli Niskanen. fue selecciona-
do para correr la maratón en los
Juegos Olímpicos de Roma de 1960,
no solo gano si no que completó la
carrera en 2 h 15 min. 16.2 s, esta-
bleciendo de esa forma una nueva
plusmarca mundial. Esta marca la
logró corriendo descalzo, para
demostrar así la fuerza del pueblo
Etíope. Cuatro años después (Tokio
1964), operado de apendicitis seis
semanas antes de la maratón, volvió
a obtener la medalla de oro y nue-
vamente estableciendo una nueva
marca mundial: 2 h 12 min. 11.2 s.
 Foto mister, ¡foto!
Caminando por las montañas,
pocas veces puedes decir que estas
verdaderamente solo, siempre estas
en la mirada de algún niño, mujer o
cualquiera que este cerca, trabajan-
do la tierra o cuidando de algún
rebaño casi siempre. Los niños son
los que mas se interesan por los
inesperados visitantes que somos.
Hasta donde te alcanza la vista, y
en muchas ocasiones el oído, vienen
corriendo o te saludan. Llegan a
toda prisa sin apartar la vista desde
el primer instante en el que te vie-
ron, no quieren perderse ni un deta-
lle de lo extraños que les parece-
mos, supongo que para ellos, y en
especial a los niños, somos algo “de
otro planeta” con nuestras ropas de
extraños colores y tejidos, hablando
un idioma desconocido y sobre todo
a los mas pequeños les impresiona
el color de nuestra piel. En mas de
una ocasión algún “enano” huyó
despavorido al intentar acercarnos a
saludarle.
Nadie duda en tenderte la mano
para saludarte, ni mujeres ni niños,
incluso intentan hablar contigo, solo
le puedes devolver una sonrisa que
siempre es respondida de igual
manera.
Cuando muestras la cámara de
fotos y haces un gesto pidiendo per-
miso enseguida yerguen el cuerpo y
se preparan a posar, encantados de
ser protagonistas por un momento.
Sin ningún temor y sin pedir nada a
cambio posan y los mas pequeños
piden hasta la saciedad que les foto-
grafíes, una y otra vez. Al mostrarles
la fotografía tomada, en la pantalla
de la cámara digital, fotografiados y
espectadores se arremolinaban para
ver la imagen comentándola entre
ellos, riendo y mirando atónitos la
pantalla. Pero algo que me sorpren-
dió fue la pasividad con la que algu-
nos veían su imagen reflejada en el
visor digital de la cámara y apenas
mostraban interés. Esto me sucedió
en muchas ocasiones y no le preste
mayor importancia hasta que un día
encontré la respuesta. Dos niños
abandonaron momentáneamente su
rebaño de cabras y corrieron ladera
abajo hasta llegar al camino, al pasar
junto a ellos me pare a beber agua y
darles la mano, me señalaron la
cámara y les fotografié, después le
mostré a uno de ellos su imagen en
la pantalla y la apenas la miro, su
amigo también miraba la pantalla y
al señalarle la pantalla y después
repetir el gesto hacia el éste se aba-
lanzó a volver a mirar la pantalla,
pero esta vez con un desmesurado
interés. Me di cuenta de que algunas
personas no reconocían su propia
imagen hasta que algún amigo se lo
decía. Hasta ese momento no fui
consciente del remoto lugar al que
habíamos llegado, donde la gente
no usan o no conocen los espejos.
Algo parecido sucedía cuando
filmabas y mostrabas el resultado,
sobre todo los pequeños se queda-
ban perplejos de verse junto a sus
amigos en la pequeña pantalla,
escuchando sus propias voces.
En estas remotas montañas pue-
des caminar durante ocho días sin
ver un cable eléctrico, solo las privi-
legiadas localidades por las que pasa
la carretera general disponen de ten-
dido eléctrico, pero eso es en el
valle. La televisión es algo fuera del
alcance de la gente que habita arri-
ba en la montaña y solo los que
bajan a vender o comprar a alguna
localidad con carretera han podido
ver alguna vez la “tele”. Claro esta
que los niños de la montaña han
oído hablar de este aparato que ade-
más de contener dentro personas
emiten sonidos, por eso ahora
entiendo la reacción de los niños al
verse en la pequeña pantalla de la
videocámara. Se sienten verdaderos
protagonistas, como las historias que
les cuentan los mayores de los per-
sonajes que aparecen en la “tele”.
 La reina de Saba
y el rey Salomón
Cuenta la leyenda que en tiem-
pos de Salomón, la Reina de Saba
visitó Jerusalén atraída por las histo-
rias que le cantaban los comercian-
tes que venían de Jerusalén. Según
la leyenda la reina de Saba estuvo
siempre atendida por Salomón y
este al ver que Llegaba la hora de su
partida consiguió arrancarle una
promesa: que en el caso de que se
llevase consigo algún bien preciado
del reino, consentiría a cambio yacer
con él una sola noche. Salomón
ofreció a su invitada una cena de
exquisitos manjares. En la noche la
reina tuvo que beber agua para cal-
mar la sed. Rota la promesa, la reina
de Saba cumplió y de aquella unión
nacería después en Etiopía un varón
llamado Menelik. El príncipe creció
y quiso conocer a su padre, empren-
diendo un largo viaje que le llevo a
Jerusalén. No se sabe muy bien
como fue pero de regreso Menelik
se llevó consigo el Arca que conte-
nía las dos tablas (los
Mandamientos) que, según la Biblia,
fueron escritas por Dios mismo y
entregadas a Moisés en el Monte
Sinaí; la vara florida de Aarón; y un
vaso de maná.
Enviada a el monasterio de Tana
Cherkos, permaneció durante 800
años. Posteriormente el rey Ezana
de Etiopía decidió cambiar la ubica-
ción del arca y la traslado a Axum,
siendo guardada en la Iglesia de
En una de las islas del lago Tana un sacerdote nos muestra antiguos trípticos con pintu-
ras religiosas y crucifijos. Por tan solo 10 Birr puedes contemplar estas reliquias mien-
tras los monjes recitan textos de la biblia en lengua Amarico.
Nuestra Señora de Sión. Según los
etíopes, es el lugar en donde hasta
hoy en día aún permanece y es cui-
dada por un sacerdote. Nadie a
podido corroborar esta historia, pero
el caso es que los etíopes creen fiel-
mente en esta historia y todas las
iglesias de etiopía guardan en su
interior una replica del arca.
Leyendas a parte es una realidad
el legado cultural y religioso que se
a mantenido sin cambios desde los
primeros tiempos del cristianismo en
etiopía. Una visita a los monasterios
del lago Tana nos transporta al pasa-
do y fácilmente podemos imaginar
como eran las primeras ceremonias
hechas en estos templos.
En todos ellos se pueden ver
bellísimas pinturas murales de corte
bizantino. En algunos se guardan
viejos códices, crónicas reales, trípti-
cos con pinturas religiosas, crucifijos
y coronas de antiguos emperadores.
En uno de estos monasterios se tie-
nen prohibida la entrada a las muje-
res y curiosamente existe otra comu-
nidad con tan sólo dos monjas, en la
que quienes tienen prohibida la
entrada son los hombres.
La visita a las islas se realiza en
pequeñas lanchas que parten del
embarcadero de Bahar Dhar y si lo
negocias antes a la vuelta pueden
llevarte a ver hipopótamos salvajes,
cerca del nacimiento del Nilo azul.
 Lo que la guía no cuenta
En otra ocasión, de regreso a la
capital Addis Abeba, viajaba en
“minibús” colectivo, una Nissan
Vanette llena de remiendos y solda-
duras por todas partes. Cubría el tra-
yecto Bahar Dar-Addis Abeba y por
200 birr llegaría en unas 8 horas a la
capital, eso me aseguro conductor
cuando “apalabre” el precio del
pasaje el día anterior. La realidad fue
otra y después de tres reventones,
una llanda rota y finalmente cambiar
de “minibús” llegamos a la capital en
dieciséis horas, eso sí ¡sanos y a
salvo!. Por el camino conté cuatro
camiones volcados, cinco autobuses
averiados, tres “minibús” también
averiados, algún tanque calcinado,
consecuencia de la guerra civil por
la que paso el país en 1998, restos
de la cola de un helicóptero de com-
bate y un burro desbocado, claro
está seguido de su dueña, gritando y
arrojando piedras al pobre animal.
Eso fue lo mas reseñable de un ago-
tador viaje por la única y principal
carretera semi asfaltada que conecta
el norte con la capital. Pero en este
trayecto conocí a Sikur, un simpático
tipo que de una manera muy educa-
da se dirigió a nosotros con acento...
¡cubano!, “hablan ustedes muy bien
el español”.
Era el año 1978. Etiopía luchaba
contra Somalia, que reclamaba más
de 300.000 km2 de suelo Etíope en la
región del Ogadén. Las fuerzas soma-
líes, armadas con la ayuda de distin-
tos países árabes, habían comenzado
al guerra. El régimen de Fidel Castro
decidió enviar a casi 17.000 soldados
cubanos a Etiopía. A las pocas sema-
nas Etiopía se proclamó vencedora
de la contienda.
Poco después, el Gobierno cuba-
no y el Gobierno Etíope acordaron
trasladar a miles de niños etíopes
huérfanos de combatientes hasta
Cuba para que pudieran estudiar,
Sikur fue uno de ellos y después de
pasar unos años regreso a Etiopía
como administrativo y hablando un
perfecto español. Ahora es una per-
sona con un buen empleo en Addis y
se dedica a la compraventa de casas.
Nos contó su historia y conver-
samos casi todo el camino hasta la
capital. Nos hablo de muchas cosas
que no venían en nuestra flamante
guía Lonely Planet, como las cos-
tumbres de la gente de la montaña
y sobre todo de lo que piensan los
etíopes de los occidentales. En las
obligadas paradas que hicimos para
reparar los reventones conversamos
a la sombra de alguna acacia y al
poco ya teníamos formado un corro
de personas y como siempre inter-
cambiábamos sonrisas. La gente, al
ver que nuestro amigo Sikur habla-
ba con nosotros, le preguntaban y
cada vez que lo hacían el se iba
enojando más y más. Nos contó que
la gente se acercaba para hablar con
nosotros pero al no entender nues-
tro idioma le preguntaban a él sobre
nosotros. Al poco se canso y les
“invito” a que se marcharan, le diji-
mos que no nos molestaban en
absoluto, que no lo hiciera por
nosotros. Pero les echó, el se sentía
con el derecho de poder pedirles
que se fueran y ellos con la obliga-
ción de hacer caso a un hombre que
podía entender a los extranjeros. En
Etiopía se hablan mas de 80 len-
guas, siendo el Amharico el idioma
oficial. Segun un informe de la ONU, la esperanza de vida
también nos interesamos por del etiope es de 45 años. 16 de cada 100 niños
temas como el desarrollo del país y la mueren antes de los 5 años.
política actual, Sikur a salvo de oídos
indiscretos gracias a su perfecto cas-
tellano, nos contó abiertamente su
opinión. Según él los etíopes están
muy arraigados a la religión y fieles a
la iglesia, una iglesia que no quiere
cambios por temor a que la gente
olvide su compromiso diario con
Dios. Eso hace que los campesinos
rechacen la ayuda y las nuevas ini-
ciativas como cambios de cultivo o
empleo de maquinaría agrícola.
Según Sikur el etiope no cree en el
ahorro y si el año se da bien gasta lo
que gana, sin pensar en invertirlo en
próximos años.
 Somalies, Sudaneses y
Eritreos contra Etiopes
“La mayoría de los países de la
UE recomiendan no viajar a la
zona de TIGRAY, zona AFAR ni a
ERITREA. Dentro de las zonas desa-
consejadas se encuentran 2 de los
destinos turísticos más comunes : la
ciudad histórica de AXUM y las
montañas de SIMIEN. La visita a las
ciudades históricas del norte no
reviste peligro por el momento, si
bien es preferible evitar LALIBELA
por su proximidad con la zona de
combate (160 Km.)”
Este tipo de recomendaciones
son las que te encuentras en muchas
webs sobre viajes a Etiopía. Ya de
vuelta en casa, recordando y sabore-
ando las muchas experiencias que
me a regalado este país, tachando de
exageradas estas recomendaciones al
Un “Mauser” de 1943 (arriba) y un “Kalashnikov” (derecha). En la guerra entre Etiopía y
Eritrea (1998/2000) Rusia suministró artilleria y helicopteros de combate a Etiopía y a
Eritrea aviones de combate. Ambas partes tuvieron un embargo de armas impuesto el 17
de mayo de 2000 (resolución 1298 de la ONU), pero que se levantó un año después
Sobre las contiendas con países
fronterizos como Sudan, Eritrea y
Somalia sabemos que en parte son
territoriales y religiosas, aunque el
60% del país profesa la religión islá-
mica actualmente la oficial y desde el
siglo IV es la católica Ortodoxa y
Copta. Sikur nos contó que estas gue-
rras tienen otro trasfondo y es por
culpa del Nilo Azul. Este río, afluente
del Nilo, nace en las montañas etío-
pes y llega a Sudán donde se une con
el Nilo Blanco que a su vez dará sus
aguas al Nilo propiamente dicho. El
95% de la población egipcia vive
directa o indirectamente del Nilo.
Egipto y sus vecinos han firmado un
tratado, el Acuerdo de 1959 sobre las
Aguas del Nilo firmado por Sudán y
haber encontrado gentes maravillosas
con la única preocupación que la de
atender sus campos y rebaños. Pero
desgraciadamente en ocasiones si
son fundados estos temores, acabo
saber que se a resuelto satisfactoria-
mente el secuestro de cinco extranje-
ros en el norte, muy cerca de las
montañas de Simien.
La enquistada situación fronteriza
con Eritrea es el único problema que
puedes encontrar en el norte del
país, eso si descartamos como pro-
blema la posibilidad de encontrarte
carreteras cortadas, falta de combusti-
ble o lugares sin electricidad. Si para
ti encontrarte con esto no es un pro-
blema, si no una manera diferente de
afrontar un gran viaje, estás prepara-
do para conocer el antiguo reino de
Abisinia.
Egipto, basado a su vez en un pacto
de las potencias coloniales de la
región en 1929. Etiopía ni siquiera
aparecía mencionada.
Si Etiopía consigue una estabili-
dad económica lo primero que hará
Serra aprovechar mejor las aguas del
Nilo Azul. Ante ese temor, ya en los
años sesenta, Egipto amenazó a
Etiopía de que toda presa construida
sería arrasada por su fuerza militar.
Nunca lo hizo pero Egipto, abierta-
mente, suministra armamento y
apoyo a todos los países que rodean
a etiopía. Usando como excusa la
eterna lucha entre musulmanes y
cristianos no deja que etiopía pueda lle-
var acabo sus proyectos para mejorar
su regadío y suministro potable.