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Ésta era la situación cuando el padre de Adso lo sacó del monasterio para conocer
las maravillas de Italia y ver la coronación del emperador en Roma. Pero se entretuvo
y Adso tuvo una vida libre y desordenada, asta que decidieron que acompañara a fray
Guillermo de Baskerville en una misión. Se convirtió en su discípulo.
Guillrmo era muy particular. Gran genio, cita mucho a Roger Bacon, a quien aprecia
mucho.
CUARTO DÍA:COMPLETAS
Adso encuentra a Salvatore, que le dice que va a hacer un hechizo para que una
chica se enamore de él.
QUINTO DÍA:PRIMA
Adso ve a Bernardo despidiéndose de Malquías, que luego se aleja del lugar. Adso
sigue a Bernardo por la niebla y ve que hojeaba unos folios. Después entró en el
edificio. Dentro estaban las dos legaciones reunidas, y la sesión empezó con Abbone
resumiendo los hechos más recientes (capítulo de Perusa, concilio de Vienne, cuando
el papa arrancó la decretal de las puertas de la iglesia mayor de Aviñón y corrigió
varios puntos, cuando se condenaron definitivamente las tesis del capítulo de Perusa).
Entonces recordó la invitación del papa a Michele para que se reuniera con él, pero
tuvieron que ir Giovanni Fidanza y fray Modesto Custodio de Perusa, porque estaba
enfermo, pero se dijo que estaba manteniendo contactos con Ludovico de Baviera.
entonces Ubertino resumió los puntos capitales de las ideas que la orden
franciscana ya había hecho definitivamente suyas.
Por el lado contrario se levantó Jean d’Anneaux, y dijo que la tesis de Ubertino le
parecían reñidas. Entonces se puso en pie fray Girolamo, obispo de Caffa, que
empezó a argumentar confusamente. Pero la argumentación en contra que expuso
Giovanni Dalbena fue aún más defectuosa, y a partir de entonces empieza una
discusión que va alzando el tono cada vez más, hasta perder del todo la cordialidad, y
pasar a decirse de todo, menos halagos. Sólo permanecieron en su sitio Guillermo y
Bernardo Gui.
Nicola les muestra algunas reliquias que están guardadas en la abadía, y después
Guillermo decide volver al scriptorium para ver otra vez los libros de Venancio.
Sube por una escalera estrecha hasta la cocina del Edificio, pero además de olla,
había fuelles y martillos, y los novicios saltaban para atrapar a los pollos (era un
infierno o un paraíso concebido por Salvatore). Había enanitos con una cabeza en
forma de cacerola, que lo obligaron a entrar.
Entra en una sala adornada para una fiesta. En el centro de la mesa estaba el Abad,
y junto a él estaba Jorge, y también el cillerero, que leía un libro en forma de
escorpión. A cada frase, Jorge reía dando puñetazos.
A una señal del Abad entró una procesión de muchachas. La primera era “la de
Adso”, y tenía una copa de oro con un ungüento mortal robado a Severino. Supo
incluso cómo se llamaban.
El Abad hizo otra señal y entro otra procesión de personajes sagrados. En medio del
grupo estaba sentado en el trono “Nuestro Señor” y al mismo tiempo Adán, y tenía una
copa llena de sangre de cerdo.
A una tercera señal del Abad, muchos personajes santos además de otros de la
Abadía (como Malaquías, Venancio...), se pusieron a poner la mesa, y cada uno traía
una comida.
El Abad, ya borracho, les hace cambiar la ropa que llevaban por una mejor.
Todos estaban borrachos, y Jesús tenía todos los dedos negros y repartía folios de
un libro diciendo cogedlos y comedlos. Dulcino se echaba a llorar e iba a apoyar su
cabeza en el hombro de Bernardo Gui, y lo llamaba papa angélico.
Se abrieron las bóvedas del Edificio y Roger Bacon descendió en una máquina
voladora. Salomé danzó con sus 7 velos, y cada vez que caía uno tocaba una de las 7
trompetas.
Entonces el Abad montó en cólera, porque nadie le había regalado nada, entonces
todos empezaron a rivalizar en ofrecerle regalos, pero aquél se puso a gritar que
querían distraerlo para robar el tesoro, y que había desaparecido un libro preciosísimo.
Encontraron un gallo negro a la muchacha, y la llamaron bruja y todos se arrojaron
sobre ella para castigarla.
Ya no se veía a los personajes del banquete, todos estaban en la cripta, cada uno
momificado en su propio residuo. Por todas partes se invitaba a morir, y Ubertino le
dijo que lo que antes triunfaba en su locura ahora estaba castigado.
De golpe entró Salvatore y le gritó idiota, y la cripta se iluminó de rojo y otra vez era
la cocina, era el interior de un vientre, y en el centro había una bestia negra que cogía
a los que estaban a su alrededor, y no era más que Salvatore.
Otra vez salían los comensales, que cantaban que todo empezaba de nuevo, y le
agradecían al Abad por la fiesta, y montados en caballos que arrojaban azufre por la
nariz, entraron los fraticelli, llevando bolsas de oro colgadas de la cintura. Entró el
papa Juan quejándose de la confusión, pero todos se burlaban de él, y salieron los
cerdos a buscar trufas en el bosque.
Entonces Adso ve a Guillermo en un rincón, venía del laberinto y cogía un imán.
Entonces se despierta.