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DEBATE
"NUEVA CONSTITUCIÓN".
Asignatura
Taller de Debate
Docente
Fernanda Carrillo Suárez
Integrantes
Félix Martínez
Pedagogía en ciencias mención física
Eduardo Oñate
Biotecnología
TEMUCO-CHILE
2020
Introducción
Los movimientos sociales que exigen un cambio constitucional no son nuevos, pero
han sido cada vez más fructíferos durante la última década, considerando las
numerosas manifestaciones sociales que hemos vivido en este milenio, marcando
un hito la revolución pingüina del 2006. En las elecciones presidenciales del año
2013 el movimiento constituyente invitaba a marcar el voto con AC para hacer
presente la necesidad de una “asamblea constituyente”. Cada año el movimiento ha
cobrado más fuerza y ha generado cada vez más ruido en el mundo político.
Bajo una lógica neoliberal importada por los “Chicago Boys” la actual constitución
promueve la privatización de servicios esenciales. La Constitución asegura el
derecho de los privados a crear las AFP, obligando a todos los trabajadores a confiar
sus fondos de pensión a privados, sistema que ha demostrado ser incapaz de
asegurar pensiones dignas. Al igual que el derecho a un sistema de salud de calidad
el cual no se ve como un objetivo social del país, sino que se limita al “derecho a la
protección de la salud” y que promueve la privatización de esta. Así mismo sucede
con el derecho a la educación ya que es el Estado quien debe “fomentar el desarrollo
de la educación en todos sus niveles”, pero aquí también su prioridad es el fomento
de la educación privada: “La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir,
organizar y mantener establecimientos educacionales”. La educación está normada
por la Ley Orgánica Constitucional de muy difícil modificación, para asegurar ahí el
lucro en la educación y limitar el rol de la educación pública. No existe el derecho a
la vivienda, a diferencia de otras constituciones en el mundo. Existe el derecho de
propiedad sobre una vivienda, pero eso no nos protege de los abusos o
especulaciones de las inmobiliarias. La actual Constitución asegura el mercado del
agua, no el derecho al agua. No garantiza el agua para el consumo humano y
tampoco asegura el agua para todas las actividades económicas, sino que solo para
quienes pueden pagar los derechos de agua. La Constitución actual no reconoce ni
valora la diversidad cultural ni étnica de nuestro país. Una constitución escrita por
todos y para todos permitirá un país mas fraterno y menos polarizado.
Argumentos en contra
Una nueva constitución que tome en cuenta, no solo a los clásicos bandos que
vienen batallando desde el siglo pasado, sino que también a las nuevas
generaciones, las minorías, la diversidad cultural y las etnias presentes en nuestro
país, puede poner fin a la polarización política que nos asecha como un fantasma
dispuesto a irrumpir en nuestra vida cotidiana. Reforzará nuestro sentido de
identidad nacional, hará que todos se sientan parte del crecimiento del país
asegurando los derechos fundamentales que se necesitan y que representen a
todos los ciudadanos de Chile.