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Serenata Guayanesa

LEYENDA VIVA
Investigación y compilación: Alejandro Moreno
Fundación Editorial El perro y la rana, 2018 (digital)

Centro Simón Bolívar, Torre Norte, piso 21, El Silencio,


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Mónica Piscitelli

Ilustraciones
Henry Rojas

Edición
Alejandro Moreno

Correctores
Vanessa Chapman
Francesco Sarpi

Hecho el Depósito de Ley


Depósito legal: DC2018002101
ISBN: 978-980-14-4373-5

Esta licencia Creative Commons permite la redistribución


comercial y no comercial de la obra, siempre y cuando se haga
sin modificaciones y en su totalidad, con crédito al creador.
Serenata Guayanesa
LEYENDA VIVA
INVESTIGACIÓN Y COMPILACIÓN
ALEJANDRO MORENO
Tercos. No hay mayor terquedad que la de nosotros.
Tenemos 45 años y seguimos, somos los tercos de la música.
No importa lo que pase, nosotros seguimos adelante.
Es un amor profundo por la música venezolana.
Porque, si hubiéramos querido hacer otra cosa,
yo me hubiera dedicado básicamente a la Medicina;
Iván, a la Ingeniería; Mauricio, a la Sociología
y César, a la Odontología.
¡Pero esta terquedad no nos deja, chico!,
es una cosa que llevamos por dentro
y no hay forma, ¡y no queremos que se acabe!
Queremos que Dios nos dé la oportunidad
de poder continuar los años que se pueda continuar.
Eso es en una palabra Serenata Guayanesa: tercos.

MIGUEL ÁNGEL BOSCH


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Serenata Guayanesa
LOS AMIGOS DE VENEZUELA

Si hubiera un mito que explicara el nacimiento de Serenata Guayanesa, segura-


mente comenzaría así...

Hace mucho, mucho tiempo, cuando el Orinoco era un temblador


que jugaba con las estrellas y con los gallos de la sabana, cuatro hi-
jitos de ese temblador se convirtieron en gente. Y estos cuatro hijos,
de tanto amar la música, se convirtieron en una sola serenata que re-
sonaba en los tepuyes y en las quebradas. Y así como cuando la luna
toca cuatro y se emparranda de día con el cachicamo y la sapoara,
así se fueron emparrandando los cuatro carajitos, que se decía eran
hijos del temblador. Y de tanto cantar y tocar, las gentes les fueron
agarrando cariño y ya más nunca se fueron de nosotros. Y por eso,
cuando los cuatro hijos del temblador, que jugaban con las estrellas y
con los gallos de la sabana, llenan de música a Venezuela y al mundo
también es porque ese temblador, que jugaba con las estrellas y con
los gallos de la sabana, se convierte en melodía del pueblo, se con- 11
vierte en parranda y en amistad.
Cuando Serenata Guayanesa canta, Nada permanece, es cierto. Todo se
canta la Piedra del Medio, esa isla maci- hace polvo, todo se hace olvido y desier-
za que vigila a Ciudad Bolívar y a Sole- to en manos del tiempo que sedimenta
dad al mismo tiempo. También cantan lo que algún día fue. Pero estamos se-
Alejandro Vargas y Félix Mejías, toca el gurisísimos (exagerando los síes) de
maestro Lauro su guitarra, y el mazapán que esta Serenata que cumple 45 años
de La Pelusa se deshace en la boca de será luz musical, pajarito del sol alum-
los niños que juegan pelota en la bajada brando los caminos de la tradición y de
de Perro Seco. Esta Serenata amiga de la belleza, pero sobre todo de los cami-
todos ya llega a 45 años. Un pocotón de nos de esos años siendo los amigos de
años siendo amigos de un país que los Venezuela.
ha visto dedicar su vida a los niños, a la
música tradicional, pero sobre todo a la ORIGEN DE UNA PROEZA
esencia de esta Tierra de Gracia. Para Son las tres y quince de la tarde en
un país que siempre ha tenido una me- una Ciudad Bolívar que se derrite en la
moria un poco olvidadiza, valga decir lentitud del río. Una sombra de mangos
que estos cuatro carajitos de Serenata y mamones cerca de la plaza Miranda
han estado allí para decirnos lo que so- se roba las melodías. Quien de tarde en
mos, lo que fuimos y seremos. Cada vez tarde se regale un descanso a la orilla
que una canción de Serenata Guaya- de ese padre juguetón que llamamos
nesa resuena en algún rincón, cada vez Orinoco, sabe que a esa hora pesan
que la pulga y el piojo o el sapo soplan más las cosas. Sin embargo, un mu-
su melodía, por allí vibra también el chacho a quien no le pesa la muñeca de
alma de esta tierra. su mano derecha, busca arpegios en la

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boca sonora de un cuatro. Su hermano serenata. Que ninguna noche se ponga
menor lo acompaña con otro cuatro y a llorar porque en su balcón no se es-
dos amigos más ensanchan la música: cucharon los arpegios serenateros que
un aguinaldo se desparrama también arrullan sin sombra y sin polvo. Que to-
río abajo. La música para ellos es un das las luces del mundo se encierren
pacto para mostrar todo el caudal de en la melodía de una dulce serenata
sensibilidad y emoción que puede des- de provincia. Que todas las voces re-
prenderse de cuatro voces y algunos suenen en la humildad y el candor que
instrumentos. sube por la ventana y se hace amor en
A las ocho de la noche ya el sereno cuatro voces serenateras.
que viene del río ha refrescado el corre- Tres días después, un sancocho a
dor de la casa y, cómo no, también lo orilla del río es el abreboca de una nue-
refresca la cerveza que ya a esa hora va parranda, que es como decir una
está fría. Necesario es que la música vieja parranda, un bochinche de siem-
sea la protagonista, no hay problema pre. Toda parranda es una continua-
para ello. Una parranda pide abrirse ción de la primera palmada y la primera
paso en el bullicio de Ciudad Bolívar y risa, del primer trago de ron melódico
se le concede el permiso. La bullanga y cómplice. En esa parranda viven to-
de la casa, dulce y picarona, recuerda das las parrandas. La energía que surte
que estamos en diciembre y que pron- de algarabía la próxima reunión. Así, de
to será otro año, por lo cual hay que parranda en parranda, fue cociéndose
apurar el paso para que ese nuevo ciclo a fuego lento una Serenata Guayanesa
no nos agarre desprevenidos. que más nunca se detuvo. Una melodía
Las noches son de serenatearles a que se escurriría en el imaginario musi-
las muchachas y a las no tan mucha- cal venezolano.
chas. Serenatearle al llanto de la luna, Muchos destinos y muchas lunas 13
serenatearles a las mariposas y a los abren caminos desde la música, que
murciélagos, que nadie se quede sin su es lo mismo que decir desde el sentir
de los corazones. Una melodía que se transcurrir del país. Uno debe siempre
haga mujer en la voz del pueblo nece- mirar atrás y vibrar con lo que ha que-
sariamente será una puerta para ver dado a la vera del camino.
nuestra alma. Esa alma que requiere de Cuando nació Serenata Guayanesa,
cosas sencillas y tiernas para mante- nació también un sentir, una manera de
nerse viva. No es verdad que las almas decirle al país que la sensibilidad es una
viven por siempre. Sí mueren las almas, forma de hacer Patria (tal vez una au-
si las matamos de olvido y alienación. téntica y perdurable) y de involucrarse
Y eso es contra lo que ha luchado nues- con todo lo que vibre en clave de músi-
tra Serenata Guayanesa durante todo ca y parranda. Irrumpiría Serenata con
este tiempo, al mantener viva nuestra sus voces, con sus cuatros y su tambor
alma venezolana, gracias a su tesón, a para decirnos que esta casa bonita y
su ternura y a su valentía. Los mucha- grande que llamamos Venezuela tiene
chos de Serenata han sido una cande- a unos hijos dispuestos a recorrerla.
lita dulce en medio de la oscurana que No por casualidad ha sido precisa-
muchas veces amenaza, pero que no mente de Ciudad Bolívar de donde han
hay que dejarla que nos eche vaina con venido estos cuatro muchachos, de esa
su sombra y su ignorancia. tierra bendita, crisol de maravillas. Tierra
donde entromparon aventureros, intran-
SERENATA GUAYANESA: quilos y serenos inmigrantes de lumino-
LOS MUCHACHOS DEL ORINOCO sa estirpe. De ese caldo prodigioso nació
Las buenas historias siempre vale una tradición musical de la cual vienen,
la pena recontarlas, en sentido no solo por ejemplo, el gran Antonio Lauro, el ju-
de volver a narrarlas, sino en el de ha- glar de Ciudad Bolívar Alejandro Vargas,
14 cer un imprescindible inventario de lo el ocurrente Félix Mejía y todo un largo
vivido, de lo soñado, de lo aprendido. linaje de serenateros y noctámbulos de
Un recorrido vital que no es más que el la melodía que hicieron de la antigua
Angostura un lugar privilegiado para la han enseñado tantas cosas. Una peda-
música. Bueno, de allí viene Serenata gogía del alma que con los serenatos
Guayanesa. se ha regado por toda esta geografía
Ahí va entonces este libro para ce- hecha de matas de mango, flores, gua-
lebrar: para celebrarlos y celebrarnos. rapo, arepa y bochinche bonito. Ojalá
Aquí está un poquito de esa esencia ve- por mucho tiempo más sigamos te-
nezolanisísima (volvamos a exagerar niendo con nosotros a estos buenmo-
los síes), porque si algo podemos cali- zos de la vida que llamamos Serenata
ficar como venezolanísimo a es defini- Guayanesa. Muchachos, Venezuela en-
tivamente a estos cuatro muchachotes tera los abraza y celebra con ustedes
que con su música y su ternura nos estos 45 años.

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Miguel Ángel y Mauricio
llegan con César e Iván,
de la música el volcán,
y es el momento propicio
para que demos inicio
a esta celebración
que nos llena de emoción,
de emoción venezolana
canta el gallo en la mañana,
canta con gran devoción.

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Serenata para una niña
y el diente roto de su hermano
ESMERALDA TORRES

EN VIENTO DE AGUA NO HAY NAVIDAD SIN los escenarios donde recuerdo haber-
SERENATA GUAYANESA los oído en mi infancia y adolescencia.
En mi casa, la Navidad comienza el Habrá un viaje final, en el cauce del
5 de noviembre, fecha del cumpleaños río padre, junto a las boras lilas magní-
de José, mi compañero de vida. Se ficas que habitan la Laguna del Medio.
arranca la celebración oyendo aguinal- Y en ese viaje, la voz de Iván Pérez
dos y elaborando las primeras halla- Rossi y los otros serán el fondo musi-
cas del año. Se preparan y se disfrutan cal para una despedida. Agradecida
bajo el amparo de las voces de ese estaré por siempre por habernos da-
grupo amoroso que tanto le ha dado a do tanto a los guayaneses y a los ha-
este país. Si alguna grandeza tenemos bitantes de esta Patria que es mejor
como pueblo los venezolanos, esta también por ellos.
radica, principalmente, en nuestros
músicos y en nuestros poetas. Y en LO QUE YO CREO QUE OCURRIÓ
eso Serenata Guayanesa ha dictado Considerando que yo nací en el año
cátedra. Nadie nos representa mejor y 1967 y que Serenata Guayanesa na-
no es simple orgullo por mi gentilicio. ció en 1971, puedo afirmar que en
Tengo la seguridad de no exagerar. Y verdad nacimos juntos, la noche en
ese malecón, a orillas del Orinoco, lo la que por primera vez los escuché 19
sabe: la Concha Acústica, el Museo cantar en el Museo Jesús Soto, en
Jesús Soto, la Plaza Bolívar y todos un concierto con Morella Muñoz y la
gente de la Cuerda de Carmito: David y cuando le pregunté a mi madre (ya tie-
Cheo Hurtado como músicos y María ne 84 años) para refrescar lo que ocu-
Esther como solista. Por los años se- rrió esa noche me dijo: “¡Muchacha,
tenta, mi mamá trabajaba como secre- y cómo me voy a acordar de eso que
taria en la Casa de la Cultura de Ciudad ocurrió hace tanto tiempo!”.
Bolívar, que dirigía la poetisa Mimina Pero de verdad verdad, lo que quiero
Rodríguez. Mi mamá tenía que ir al con- decir con esto es que, para mí, Serenata
cierto porque era parte de su trabajo Guayanesa existió desde siempre.
y, para no dejarnos solos en casa, nos
llevó a mi hermano y a mí. Nosotros LO QUE SÍ OCURRIÓ
vivíamos en el barrio La Shell, a orillas Un mediodía, mi hermano llegó de
de la Laguna del Medio, y como era la escuela Juan Bautista Farreras con
relativamente cerca, nos fuimos cami- un diente menos. Había tenido una pe-
nando hasta el Museo. Recuerdo a las lea con Ricardito, un niño vecino, a la
mujeres vestidas con aquellos trajes salida de clases y en una caída, poco
largos de muselina, llamados maxis, y digna supongo, estrelló uno de los dos
a los hombres trajeados con sus paltós incisivos contra el pavimento. Perder
y camisas almidonadas. Era una gran su sonrisa perfecta le costó menos
noche, una gran gala, y todos sacaron que enfrentar a mamá y fue esa su
a pasear sus mejores pintas. Algunas primera lucha cuerpo a cuerpo con
mujeres con pelucas y una que otra la vida. Luego del almuerzo se fueron
20 con guantes y mitones. Confiemos en rumbo al odontólogo a reparar la pe-
que todo esto ocurrió así, porque yo no lea con el asfalto victorioso. Vale decir
invento; está en mi memoria; además que Ricardito siguió siendo el mejor
amigo de mi hermano. Me quedé en en el malecón del Paseo Orinoco, en
casa, esperando el regreso de un her- una Feria de la Sapoara. No partía tan
mano ahora defectuoso, quien de allí sola entonces: el Orinoco a la espal-
en adelante siempre sonrió con los da y una canción como bastimento
labios apretados. Semanas después no son poca cosa. Otra vez Serenata
recuperó lo que le faltaba a su diente, Guayanesa para acompañar el miedo
con un implante realizado por un ilus- y alentar el ánimo. A lo mejor mi madre
tre músico que además era odontó- se quedó tarareando: y se fue ocultan-
logo: César Pérez Rossi. Entonces, do, y se fue marchando, luego desa-
Serenata Guayanesa se convirtió, para pareció, pasaron los años y el arcano
mi hermano y el resto de la familia que tiempo la alejó de mí, por eso en mis
éramos, en reparadora de sueños y sueños cuando la recuerdo, triste voy
sonrisas en más de un sentido. al malecón…
En el año 1990 tuve mi primera hija,
VIAJERA DEL RÍO Albania, y de la mano de un amigo,
En marzo del año 1986, me tocó cru- quien después fue su padrino, entró
zar el puente Angostura en una unidad junto a un móvil de colores que cons-
de Expresos La Guayanesa, rumbo a truyó para ella, un cassette de Sere-
cursar estudios en la UDO de Cumaná. nata Guayanesa, como regalo para
Recuerdo el viaje como si fuera hoy. la recién nacida. Esa música arrulla-
Para espantar el miedo mientras cru- ba sus sueños en las siestas, y luego
zaba el puente, tarareaba esa canción fue el fondo musical con el que se 21
emblemática que había conocido can- recibían a los invitados en las fiestas
tada por Iván, en una interpretación de cumpleaños. Por siempre en mi
casa, en los cumpleaños de adultos este país. Si alguna grandeza tenemos
y niñas, se ha cantado la versión que como pueblo los venezolanos, esta ra-
popularizó Serenata Guayanesa del dica, principalmente, en nuestros mú-
“Cumpleaños venezolano”. Con el bo- sicos y en nuestros poetas. Y en eso
chinche que tal canción provoca. Serenata Guayanesa ha dictado cáte-
En el 2000 nació Manuela, mi otra dra. Nadie nos representa mejor y no
hija, y de la mano de su madrina en- es simple orgullo por mi gentilicio. Ten-
tró, ahora en un CD, la versión magis- go la seguridad de no exagerar. Y ese
tral que hizo Serenata Guayanesa de malecón, a orillas del Orinoco lo sabe,
Manuelita vivía en Pehuajó. Otra vez la Concha Acústica, el Museo Jesús
las mismas voces alegrando la vida Soto, la Plaza Bolívar y todos los esce-
de la familia. narios donde recuerdo haberlos oído
en mi infancia y adolescencia.
EN VIENTO DE AGUA NO HAY NAVIDAD Habrá un viaje final, en el cauce
SIN SERENATA GUAYANESA del río padre, junto a las boras lilas
En mi casa la Navidad comienza el magníficas que habitan la Laguna
5 de noviembre, fecha de cumpleaños del Medio. Y en ese viaje la voz de
de José, mi compañero de vida. Se Iván Pérez Rossi y los otros será el
arranca la celebración oyendo aguinal- fondo musical para una despedida.
dos y elaborando las primeras halla- Agradecida estaré por siempre, por
22 cas del año. Se preparan y se disfrutan habernos dado tanto a los guayane-
bajo el amparo de las voces de ese ses y a los habitantes de esta patria
grupo amoroso que tanto le ha dado a que es mejor también por ellos.
23
24
Serenata Guayanesa
cumple sus cuarenta y cinco,
ya me los cumple de un brinco
y para nadie es sorpresa
que esta fantástica empresa,
que este grupo juguetón,
con todita la razón
sea luz de mi Venezuela,
de la música una escuela
y del país la emoción.

25
¡Tú eres el carajito
que me jalaba los pantalones!

Cuando era odontólogo, fui presidente te casas con mi mamá?”. Hay que ver
del Colegio de Odontólogos por muchos todo lo que significa esa frase y que de
años. Siempre iba a sus convenciones alguna manera encierra todo el cariño
y eventos. En cierta ocasión, había un que tienen los niños por la música y por
congreso de odontólogos en el antiguo Serenata Guayanesa.
hotel Concorde de Margarita. No fui con
Serenata, sino que fui como odontólogo,
y fui con mi esposa. En esa época estaba
empezando a sonar el disco Cantemos
con los niños. “La pulga y el piojo” estaba
empezando a hacerse famosa.
Ese día que llegamos alrededor de
la piscina había una noche margarite-
ña. Estaba allí, me acuerdo, y de pronto
vino un carajito y me jaló por los pan-
talones y me decía: “Yo me conozco 'A
la una' ” y se iba corriendo, cha cha cha
cha cha, y después volvía a venir, cha
cha cha cha cha: “Yo me sé 'La pulga y
26 el piojo' ” y se iba, cha cha cha cha cha.
En una de esas viene, me jala por los
pantalones y me dice: “¿Por qué tú no
Fui hasta donde estaba la mamá del cerquita, le digo: “Tú eras el carajito que
niño y conversé con ella. Pero la anéc- me jalaba los pantalones en Margarita”.
dota va más allá, porque como a los Esa vaina yo la cuento y nadie lo cree.
diez años de eso fui a dictar una con- “Tú eras el carajito que me jalaba los
ferencia en el hotel Caracas Hilton (to- pantalones hace como diez años”, le
davía no se había convertido en hotel repetí. No sé cómo sucedió, porque en
Alba Caracas). Era una conferencia so- diez años a un niño le cambia la fiso-
bre la presencia del flúor en la sal para nomía. Pero fue una premonición que
evitar las caries. Me acuerdo de que tuve al verlo acercarse, sin que me dije-
fui ida por vuelta a dar la conferencia. ra ni una palabra. El muchacho me dijo:
Estaba ahí en el casino viendo (porque “Sí, yo soy y me gradué de odontólogo”.
a mí no me gusta jugar) cómo la gente Lo único malo fue que nunca le pregun-
jugaba y de pronto veo a un muchacho té el nombre. 27
fornido como de 21 o 22 años que vie- Viernes, 5 de agosto de 2016
ne y se me acerca, y cuando ya estaba CÉSAR PÉREZ ROSSI
Serenata Guayanesa
trajo el canto del arraigo,
parrandita es lo que traigo
enredada en mi garganta.

28
Yo toco por fantasía

Yo vengo de una familia de músicos. cuatro, que estaba siempre colgado en


En mi casa, mi papá, mis tías, mis tíos, un clavo. Mi primo era zurdo, y afinaba el
mi abuelo, todos eran músicos. Nací en cuatro a lo zurdo. Y recuerdo que yo de-
Caracas y me críe en San Cristóbal, des- cía: “Dios mío, sí me gusta el sonido de
pués estudié en Mérida. Soy totalmente eso, qué cosa tan hermosa”. Cuando él
andino. Lo cual quiere decir que volví a se iba, yo agarraba el cuatro. Memoricé
Caracas casi a los 26 años. Cuando te- las notas y lo afinaba a la derecha. Iba
nía como seis años, un primo por parte viendo los tonos que él iba poniendo:
de madre, llamado Manolo, tenía un re, la dominante de sol... Entonces me

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aprendí dos tonos y con esos dos tonos colombiano, venezolano y español. Esa
yo tocaba aguinaldos, parrandas, toca- era la música que nos llegaba a San
ba de todo. Cristóbal. El aguinaldo colombiano nos
Cuando tenía como siete años, mi llegaba, por supuesto, por la vecindad
abuela Tomasa se empezó a dar cuen- con Cúcuta y Pamplona. Siempre nos
ta de que yo tenía unas inclinaciones llegaba primero lo que venía de Colom-
bárbaras por la música. Un día nos fui- bia que lo que venía de Caracas.
mos para el mercado cubierto de San Seguí tocando, conocí otros músi-
Cristóbal, que quedaba frente a la plaza cos, me aprendí otros tonos. De un día
Bolívar y mi abuela me compró un cua- para otro mi papá me regaló una guita-
tro que le costó veinte bolos, una fortu- rra. Empecé a oírla, empecé a hacerla
na para aquel entonces. Era un cuatro sonar. “Ay, qué lindo suena”, decía yo.
de clavijas de palo, que era lo que se Ahí ya tenía ocho años. No me alcan-
usaba en aquella época. Con aquel cua- zaban los dedos para hacer los acor-
tro pasé no sé cuántos años de la vida, des, tenía los dedos muy chiquiticos, y
años de años, y lo guardaba y lo pulía. ponía el sol como podía. Cuando tenía
Poco a poco, mi abuela fue como catorce años ya tocaba guitarra, acom-
inculcándome “las cositas”: ella no me pañaba, y con el cuatro también acom-
enseñaba música, pero me ponía los pañaba, tocaba bien para la edad que
instrumentos que era como enseñar- tenía. Ese fue quizás mi inicio.
me. Así fueron transcurriendo las cosas Después, cuando vine a Caracas,
y comencé a tocar en la escuela gradua- todos en la familia de mi padre eran
da N.° 5 Simón Rodríguez, que queda- músicos y eso me ayudó mucho a
ba a una cuadra y media de mi casa en seguir formándome. Soy familia de
30 San Cristóbal. Tocaba en los conjuntos Estelio Bosch Cabrujas, que tocó con
de aguinaldos (todavía no se conocía Los Melódicos un pilero de años y con
la gaita). Tocaba aguinaldo tradicional, La Billo otro pilero de años. Soy familia
también de Jaime Bosch, un pianista Recuerdo que en aquellos tiempos
formidable. Mi padre era contrabajista. en que venía a Caracas, me aprendía
Mi abuelo, Manuel, tocaba en una ban- nuevos acordes. Mi papá me enseña-
da que había en Caracas, dirigida por ba, mi tío me enseñaba. Fue entonces
Pedro Elías Gutierrez, compositor de la cuando aprendí a tocar, como decía mi
música del “Alma llanera”. Había inclu- abuela Josefa, por fantasía. Yo no leo
so una fotografía familiar donde están música, yo toco por fantasía, lo que se
ellos en Ocumare del Tuy, que por cierto, me ocurre aquí en la cabeza. Y ese fue
era la capital del estado Miranda para la mi primer encuentro con la música. Ahí
época cuando se casaron mi abuelo y nació todo, ahí comienza la historia.
mi abuela. Esa fotografía debió haber Miércoles, 17 de agosto de 2016
sido, creo, como de finales de los años MIGUEL ÁNGEL BOSCH
veinte, quizás principios de los treinta.

31
Le regalé a Isabelita
dos serenatas y un río.
Las serenatas las tiene
para taparse del frío.

32
Me gusta cuando calla,
¡porque este señor tiene una voz horrible!

Yo cantaba en la escuela y, cuando ¡Dios mío, ¿quién es este señor que


entro en el liceo Peñalver, me acuerdo tiene esa voz tan horrible?”. Bueno era
de que nadie tocaba un cuatro. Y por un tal Pablo Neruda.
supuesto, uno, que cantaba, quería es- Lunes, 26 de septiembre de 2016
tar presente en los actos culturales. En IVÁN PÉREZ ROSSI
esos actos cantaba a cappella porque
no había nadie quien acompañara con
un cuatro. Tampoco tenía cuatro por-
que si no, me lo hubiera llevado. Una
vez, estando en primer año de bachille-
rato, me dicen los profesores: “Mira, va
a venir un poeta y vamos a hacerle una
velada cultural a este señor”, así que
tuve que cantar a cappella porque, por
supuesto, no había quien tocara cua-
tro. Canté un pasaje de Juan Vicente
Torrealba: “Sabaneando, sabanean-
do”. Después de que le cantamos a
este señor, él se paró y habló, ¡con una
voz horrible!, una voz muy desagrada- 33
ble. Recuerdo que yo decía: “
Serenata Guayanesa
viene cantando aguinaldos
y el tuqueque Florentino
está preparando el caldo.

35
señora que había sido trabajadora do-
méstica de mis anteriores generacio-
nes y que tuvo y crió a su hija en casa.
Ella falleció y la niña se crió en la casa.
Esa niña era Elisa. Así que cuando noso-
tros nacimos, Elisa era una tía más.
Este poco de mujeres quedaron al
cuidado de nosotros junto con mi padre,
pero él tenía que salir a trabajar y era
Un ejército de “viejas” con ellas con quien pasábamos más
tiempo. Ellas nos levantaron a mis her-
manos y a mí. Eramos nueve: Guillermo,
Mi mamá María Teresa Rodríguez Na- Elia, Humberto, María Teresa, Roberto,
tera murió muy joven, tenía apenas 46 Mario, Tomás Alejandro, Yahayra y yo,
años cuando se nos fue, y mis hermanos Mauricio.
y yo quedamos al cuidado de “un ejérci- Siendo incluso ya adultos, aquellas
to de 'viejas' ”, como les decía yo, y lo de viejas magníficas nos seguían cuidan-
“viejas” es por cariño, por respeto, por do. Recuerdo haber ido una vez a Ciudad
amor. Aquel maravilloso grupo de mu- Bolívar (ya estaba casado) y salir a una
jeres era casi todo familia de mi mamá fiesta en casa de unos amigos. Al llegar,
que vivía con nosotros. Estaba la tía mi tía Teotiste estaba despierta espe-
Teotiste Natera, tía abuela de mi mamá; rándome. Para ellas nunca dejamos de
la tía Carlota Plaza, prima de mi mamá; ser unos niños. Y aunque ya no están, to-
la tía Clara Rodríguez, que era herma- dos esos recuerdos de ternura y pacien-
36 na de mi mamá, y la tía Elisa León, que cia infinita me los llevaré conmigo.
la considerábamos mis hermanos y Lunes, 8 de marzo de 2017
yo una tía más. Elisa era la hija de una MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
Serenata Guayanesa,
de tierras del Orinoco,
llegaron hechos los locos
y para nadie es sorpresa
lo que su música expresa
que es el sentir más genuino,
canten en turco o en chino,
en ruso o en japonés,
así canten al revés,
son el canto del camino.

37
Serenata Guayanesa:
de cuarteto a una
escuela
PEDRO MARÍN

Mi historia, como la de muchos


venezolanos, sin duda está salpi-
cada por la existencia de Serenata
Guayanesa. En mi caso puede que un
poco más, pues mi madre y toda esa
rama familiar son del estado Bolívar.
En esa época era muy común que la
gente emigrara a Caracas a formarse,
llevando consigo todo su bagaje cul-
tural. Por eso, no obstante al ser cara-
queño de nacimiento, absorbí como
cultura principal la guayanesa.
Para el tiempo en que Serenata
Guayanesa se conformó y grabó su
primer elepé, yo aún no había nacido.
Ya cuando pude entender algunas co-
38 sas, esas melodías resonaban en mi
casa por varias vías y se escuchaban
los cuentos de mi mamá acerca de las
serenatas que los hermanos Pérez nombre del mismo se me perdió en el
Rossi daban en el colegio donde ella tiempo) interpretaba “¿Dónde está San
estudiaba interna en Ciudad Bolívar. Nicolás?” de Iván Pérez Rossi. Pudo
Obviamente, ese grupo era un estan- ser casualidad, pero para una familia, y
darte y un orgullo familiar, por ser un unos niños que estaban sensibilizados
emblema de su estado y su cultura con el tema, escuchar esta canción en
que nos enorgullecía. Quizás, este una época en que ver televisión era un
orgullo también era más fácil de en- evento colectivo fue lo máximo.
contrar divulgado en todos los me- Por todas estas vivencias, me es
dios y seguramente por ello, Serenata imposible no tener una perspectiva
Guayanesa se fue convirtiendo en el cercana y afectiva a la hora de hablar
baluarte nacional que hoy en día es. de Serenata Guayanesa, pues sim-
No era extraño encender la TV y plemente siempre formó parte de mi
ver a Hernán Gamboa (quien formó acervo musical. Aunque ahora pueda
parte del grupo en sus inicios) dando tener una valoración de otros aspec-
clases de cuatro. Eso parecía trivial tos formales, en cuanto a la estética
entonces, pero desde la distancia de y otras cuestiones técnicas, esta mú-
estos tiempos donde ninguna figura sica y estos intérpretes forman parte
representativa de lo venezolano se ve de esos recuerdos de familia, es decir,
muy seguido en algún canal de tele- del amor y la sensibilidad más próxi-
visión, era una imagen elocuente de mos y más estimados por mí.
lo que estos músicos representaban Tuve la suerte de ser de esa genera-
para el país. Recuerdo que cuando ción de muchachitos que disfrutó el
llegó el televisor a color a mi casa, lo lanzamiento del disco Cantemos con
primero que se escuchó y se vio por los niños (Vol. II). “La pulga y el piojo” 39
esa cajita mágica fue un programa en es sin duda una obra que ha trascen-
el canal 8 en el que un grupo (y aquí el dido el gusto de una generación para
consolidarse como una canción atem- alguna referencia organológica3 tuvi-
poral y del dominio de todos los niños mos cuando escuchamos aquello de:
venezolanos. Pienso que esta apropia- “Óyeme, Perucho Cova, / ¿a ti no te da
ción que ha hecho el pueblo de este tristeza? / Mira cómo te regañan / los
tema solo es comparable con el agui- bajos de la cuereta”.4
naldo “Niño lindo”1, que es otra de esas Amén de tantas otras referencias
grandes piezas que todo el mundo co- a la cultura venezolana, sus cultores y
noce y aprecia. poetas. Paralelamente, se pueden ob-
Asimismo, no se puede negar el es- servar otros conceptos que de manera
fuerzo de Serenata Guayanesa, pese transversal se encuentran incluidos en
a las limitaciones técnicas que pudie- las temáticas que abordan en sus le-
ran tener, para hacer llegar a todos los tras, como la ecología (“En mi pueblo
venezolanos la mayor cantidad posi- había un río”, “Sangueo por la vida”, “Si la
ble de formas musicales autóctonas, Tierra, Tierra fuera”), la historia (“El niño
muchas de las cuales eran totalmente Simón Bolívar”, “Caracas, mi ciudad”), la
desconocidas para el gran público na- problemática social (“¿Dónde está San
cional. Nicolás?”) y otros tantos que de mane-
Estoy seguro de que gracias a ellos ra inconsciente fueron calando en el
se conoció el calipso del Callao, la mú- público que los seguía y los sigue. En
sica de Alejandro Vargas, la de Carmito otras palabras, cuando nos referimos a
Gamboa, el golpe y estribillo2. Inclusive,
en la cual se improvisan letras (en el caso de
1 “Niño lindo” es una pieza de autor anónimo ser cantado) y melodías.
recopilada, armonizada y divulgada por el 3 Organología: Ciencia que estudia los instru-
maestro Vicente Emilio Sojo mentos musicales y su clasificación.
40 2 Forma musical del oriente venezolano que 4 Cuereta: Nombre con el cual se le conoce en
consta de dos partes, el golpe o joropo que el oriente venezolano al acordeón de boto-
normalmente tiene un compositor y el es- nes. También algunos cultores refieren que
tribillo que es una estructura armónica fija, la cuereta es un acordeón desafinado.
Serenata Guayanesa, no solo estamos
hablando de un cuarteto de música vo-
cal venezolana, en donde convergen las
magníficas voces de Iván Pérez Rossi,
Mauricio Castro, César Pérez Rossi y
de Miguel Ángel Bosch, también esta-
mos frente a unos maestros que han
sido responsables en gran medida, por
un lado, de la difusión de nuestro acer-
vo popular, y por el otro, de promover
valores y educar a varias generaciones
que, como yo, crecieron escuchando
las canciones de su repertorio.
No sé si esto último haya sido una
búsqueda intencional de sus integran-
tes. Esto habría que preguntarlo a ellos
directamente. Lo que sí puedo aseve-
rar es que Serenata Guayanesa trajo a
los oídos de cada venezolano un patri-
monio intangible que era desconocido
para muchos, una Venezuela que esta-
ba vedada para los citadinos y dejó al
descubierto un sentimiento omnipre-
sente que forma y hace parte de cada
uno de nosotros y que conforma una 41
de las columnas vertebrales de nues-
tro pueblo: la alegría.
Mauricio le dijo a Iván,
y César prestó atención,
Miguel Ángel con razón
repicaba en el zaguán
su cuatro, parán pan pan.
El parrandón ‘ta encendío
como el lucero del río.
Serenata ya está aquí,
ya resuena el do, re, mi,
del cantar más puro y mío.

42
Primero se escuchó la gaita en
Ciudad Bolívar y después en Caracas

Yo digo que en Ciudad Bolívar se es- Ricardo, que se estaba bañando, salió
cuchó la gaita primero que en Caracas. del baño con una toalla terciada, cho-
¿Por qué? Mi hermano Iván era muy rreando agua, y preguntó: “¿De quién es
amigo de Douglas Soto, que era el fu- eso?” y Douglas le responde: “Eso es del
rrero de los Cardenales del Éxito. Iván, Amarillo” (a mí me decían “el Amarillo”
en las vacaciones de agosto y septiem- porque cuando tenía pelos, tenía el
bre, se iba siempre para Maracaibo a pelo amarillo, casi blanco. Cuando me
hacerles los coros. Los Cardenales se gradué en 1961 y me fui para Ciudad
forman en 1962, con Ricardo Aguirre. Bolívar, Iván se quedó con ese apodo
Él iba para allá y se nutría cantando con del Amarillo). Y así fue como la prime-
esos gaiteros. ra canción que Iván compuso, “¿Dónde
Hay una anécdota de Ricardo Aguirre está San Nicolás?”, fue grabada por Los
que mi hermano Iván a veces cuenta: Cardenales del Éxito en 1965 como una
un día, estando en la casa de Ricardo en gaita-aguinaldo.
Maracaibo (Douglas Soto lo había lleva- Ricardo era un tipo de principios so-
do), Iván y Douglas estaban cantando cialistas, por lo que aquella canción
una canción que había compuesto Iván le encantó. Esa fue la primera can-
llamada “¿Dónde está San Nicolás?”. ción que hizo Iván. Se puede decir que
Decía la canción: “Los niños pobres Ricardo Aguirre fue la persona que dio
preguntan dónde está San Nicolás / y a conocer la gaita a nivel nacional y, por 43
los niños ricos juegan y los niños ricos supuesto, en Maracaibo. Él fue quien
juegan felices en Navidad”. Resulta que empezó a darle valor a la gaita inclusive
desde el punto de vista económico, por-
que antiguamente los grupos gaiteros
no cobraban nada y Ricardo fue quien
los puso a valer.
Por todo esto digo que se escuchó
la gaita en Ciudad Bolívar antes que en
Caracas. Porque en 1963 hicimos un
grupo llamado Los Gaiteros de la Pla-
za Miranda. Cantábamos aguinaldos y
gaitas. Todas estas gaitas que Iván re-
copilaba cuando iba a grabar con Los
Cardenales del Éxito, en Maracaibo, las
cantábamos nosotros. Visitábamos a
los amigos, a la familia, cantábamos to-
dos y formábamos un parrandón sola-
mente con cuatro, maraca, tambora y
furruco. Aquello causó sensación. Por
eso digo que la gaita se escuchó prime-
ro en Ciudad Bolívar que en Caracas,
porque mi hermano Iván la llevó.
Viernes, 5 de agosto de 2016
CÉSAR PÉREZ ROSSI
44
Que salga de su cuevita
el cachicamo Simón 45
porque con cuatro y charrasca
se formó ya el parrandón.
Pasamos la noche cantando

Empecé a hacer música en el cole- Él me enseñó todo lo que sé. Nos fui-
gio, dirigiendo la estudiantina. Un día mos a Mérida y allá me dio trabajo en
llegó un profesor, llamado Domingo la Escuela de Enfermería. Ahí daba
Moretta, guitarrista del grupo Raíces, y clases de tiple y cuatro; él las daba
me dijo para que nos organizáramos. mandolina; Ricardo Araujo, de cuatro.
Yo tocaba el cuatro, mi primo Jaime Entonces hicimos un cuarteto llama-
Bosch tocaba la guitarra, Morellita do Pueblo: ahí estaba Gilberto Medina,
Álvarez tocaba la flauta. Hicimos un Beatriz de Medina, Ricardo Araujo y
grupo en el colegio Andrés Bello allá en yo. Con el cuarteto Pueblo grabamos
San Cristóbal. Antes de eso yo tocaba dos discos de música popular y folcló-
en un grupo de aguinaldos, tocaba en rica. Grabamos “María Laya” del Indio
la radio los domingos de diez a doce. Figueredo, “Chicha y pasteles” de Luis
Ecos del Torbes se llamaba la emisora. Felipe Ramón y Rivera, “Mática” de
En esa época yo tocaba mi aguinaldito Luis Alfonso Martos, “Reina zuliana” de
y me pagaban dos bolívares. Y guarda- Carlos Páez, y grabamos también un
ba mis realitos “para comprarle el rega- golpe tuyero tradicional. Teníamos ese
lo a mi mamá”, decía yo. grupo instituido, dábamos conciertos.
Luego de eso pasé a un grupo más Estuvimos en el Teatro Municipal en
grande. Empecé a cantar serenatas, Caracas. Era la primera vez que yo ac-
conocí otros conjuntos, conocí una tuaba en el Teatro Municipal. Me acuer-
46 cantidad de músicos. En esas andan- do de que en esa época nos pagaron
zas conocí a Gilberto Medina, que los pasajes y dos mil quinientos bolos
luego fue mi maestro en contrapunto. por tocar.
Ya con esa historia llega Serenata estábamos siempre en contacto, yo
Guayanesa a Mérida en 1976, a dar un iba a los conciertos de ellos. Luego
concierto en la plaza Bolívar. Los co- Serenata se presentó en Mérida
nocía porque tenía su disco de 1972. otra vez con Serrat, Gloria Martín y
Sabía “El sapo”, me sabía todos los Mercedes Sosa, y nos volvimos a re-
intros, me sabía todas las voces, me unir. Fui a unos conciertos que dieron
había fusilado todo ese disco. Después en el Poliedro con ese mismo elenco, y
de ese concierto los invité para mi estábamos siempre en comunicación.
apartamento y amanecimos tocan- Miércoles, 17 de agosto de 2016
do y cantando. Fue una maravilla ese MIGUEL ÁNGEL BOSCH
encuentro, nos hicimos amiguísimos,

47
Allá en la Piedra del Medio
bailaba un sapito
viendo el río pasar
con los tucusitos.

48
Cantante por generación espontánea

En la casa no había músicos. Siem- teníamos y por lo que oíamos en la ra-


pre digo que nosotros somos cantantes dio: en Radio Bolívar y en YVKE del Ori-
y compositores por generación espon- noco.
tánea. En mi casa nadie cantaba ni toca- De niño escuchaba la Sonora Ma-
ba nada. Yo por ejemplo no oí nunca a tancera, la música llanera con Juan Vi-
mi mamá entonando una canción. Lo cente Torrealba. Se escuchaban mucho
que sí recuerdo, siendo muy niño, es que aquellos pasajes que cantaban Mario
mi mamá nos cantaba “La pulga y el pio- Suarez y Rafael Montaño. Recuerdo
jo”, una versión que tenía ella. Por eso que por primera vez oí un seis por dere-
fue que decidimos hacer el disco Can- cho, cantado por Pedro Emilio Sánchez;
temos con los niños, donde está “La pul- decía el tema: “Briceño le daba al cuatro
ga y el piojo”. Eso salió inmediatamente con una muñeca rara, / ese es el mejor
porque lo que hice fue recrear la can- cuatrista que ha nacido en mi llano”.
ción. Eso es lo que recuerdo de la infan- Para mí, Pedro Emilio es quizás el más
cia. Cantaba en los actos culturales de grande compositor de pasajes llaneros.
la escuela Heres, pero nadie tocaba un Nacido en Tinaquillo, estado Cojedes,
cuatro, el cuatro no existía. Como tenía compuso unos pasajes de extrema
aptitudes de solista me ponían a cantar. calidad. Porque la verdad, los pasajes
En mi casa, por ejemplo, nunca hubo un que tú oyes ahorita dan ganas de llo-
instrumento. Hay gente que de repente rar. A excepción de Montoya y Jorge
nace en una familia donde todos son Guerrero, que son muy buenos, lo de- 49
músicos, nosotros no. El gusto por la más que se escucha es de poca cali-
música empezó por unas aptitudes que dad. Lo demás son puros gritones. Yo
como soy ortodoxo me cuesta asimilar
a estos cantantes que me parece que
no lo hacen nada bien. Este hombre,
Pedro Emilio Sánchez, era esposo de
Carmen Aurora Sánchez, quien vive to-
davía en Barinas, y es también una gran
defensora del folclor.
Estando ya en segundo año de ba-
chillerato, fue cuando apareció alguien
que tocaba un cuatro y se armó un gru-
po en el liceo. El que tocara y tuviera
instrumento pertenecía al conjunto. Yo
no tenía nada y me invitaban a cantar.
Recuerdo que a César le regalaron un
cuatro y yo le decía: “Préstame el cua-
tro”, pero César no prestaba el cuatro,
por esas cosas de malacrianza de los
niños. Pero después de que se cansa-
ba de tocar, yo lo agarraba y empezaba
a darle. Los cuatros los vendían con un
método, el de Lepiani. Eso fue estando
50 en primaria.
Lunes, 26 de septiembre de 2016
IVÁN PÉREZ ROSSI
Me voy a hacer una trenza
con la luz del Orinoco,
una trenza bien grandota
como una mata de coco.
¡Mira, ahí va un morito!

Mi mamá, Teresa Rodríguez Natera, Ella murió en marzo, como un mes des-
y mi papá, Tomás Castro Gruber, eran pués de lo del disfraz de mi hermana.
muy dados a las fiestas. Recuerdo que Siempre en la casa les gustaba dis-
el último disfraz de mi hermana menor, frazar mucho a los niños. A mí en un
Yahayra, tuvo mucha resonancia en Carnaval me disfrazaron de moro, me
Ciudad Bolívar, porque la disfrazaron pintaron la cara de negro y todo; yo es-
de nido. Alrededor del abdomen le pu- taba pequeño y a la gente que me veía
sieron una especie de tutú hecho con en la calle le llamaba mucho la aten-
unas ramas y ahí le pusieron unos hue- ción ese disfraz tan original. Entonces
vitos de codorniz, y en la cabeza tenía todo el mundo decía: “¡Mira, ahí va un
un nido con unos pajaritos falsos, ese morito!”, “¡mira ese morito!”, “¡ahí va el
disfraz fue buenísimo. Poco tiempo morito!”, “¡morito!”, y bueno, me quedé
52 después de ese Carnaval en que disfra- Morito.
zaron a mi hermana, mi mamá murió Lunes, 8 de marzo de 2017
de una crisis hipertensiva muy severa. MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
Un caballito en el cielo
jugaba con las estrellas,
de luz dejaba una huella
en la tela de un pañuelo.

55
Yo empecé a cantar
en las misas

Me crié en el casco histórico de


Ciudad Bolívar. Hice la primaria, hasta
tercer grado, en la escuela Heres, que
actualmente es la Casa Piar, pues ahí
pernoctó sus últimos días de vida, an-
tes de ser fusilado, el general Manuel
Piar. Después de tercer grado pasé a
estudiar al colegio La Milagrosa, de
los padres paúles, que quedaba jus-
to en frente de la escuela Heres en
lo que actualmente es la Casa de los
Gobernadores. Ahí estudié cuarto, quin-
to y sexto grado. Es por eso que el casco
histórico de Ciudad Bolívar me trae re-
cuerdos de unas vivencias grandísimas.
Ahí empecé a cantar, porque todos
los domingos íbamos a misa en la ca-
tedral, ahí al lado, y aprendí de los pa-
dres paúles sus cánticos españoles.
Todavía me acuerdo: “Caminito de La- 57
ra, no pasa nadie”. Me la pasaba tam-
bién cantando misa con las Siervas del
Santísimo. Tenía la voz de tiple, casi las misas y cantar aguinaldos, fue en
soprano, aguda. Me acuerdo de que un grupo llamado los Niños Cantores
canté cuando inauguraron el altar de de Ciudad Bolívar. Éramos como cin-
las Siervas del Santísimo, en Ciudad co o seis muchachos. También formé
Bolívar, la misa de Perosi: “Patrem om- parte del orfeón Bolívar dirigido, en
nipotentem, factorem caeli et terrae...”. aquel entonces, por el padre Ferrero.
Era un niño, tenía diez años. En el mes Recuerdo que cantaba siempre con
de mayo, que era el mes de María, iba las sopranos. Así me fui formando
a cantar todos los días, era un ratón en la música. Esa presencia mía en la
de iglesia. Y aparte de eso, en Navidad iglesia, en las misas, en mi colegio La
me la pasaba cantando aguinaldos. Milagrosa, me nutrió muchísimo de
En esa época cantaba, ahora no. cantos y contribuyó a que pudiera for-
Ahora, como digo yo siempre, lo que mar parte del orfeón Bolívar, que era el
hago es decir “pon, pon” y más nada. orfeón adulto. Allí estaban mi herma-
58 Mi primera incursión musical, si se no Halley y mi hermano Yocoima.
puede decir así, además de cantar en Viernes, 5 de agosto de 2016
CÉSAR PÉREZ ROSSI
El sapo y la media diana
junto a la pulga y el piojo
llegaron con mucho arrojo.
La serenata guardiana
con su canto que engalana
a mi Venezuela entera
que de todas la primera
de las mujeres que quiero
es el amor verdadero
como el mango y la palmera.

59
En el río viajan los peces
en el cuatro el parrandón,
Serenata Guayanesa
cabalga en el corazón.

61
Pudo más la música que la medicina

En 1980 me gradué de médico y em- algo de comer y la cosa empezó a


pecé a trabajar en el estado Sucre, en fluir. Lo que vino después de eso fue
Cariaco y viví en Casanay, y luego de un profundo amor por el estado Sucre.
ahí trabajé en Campoma. Iba puntual a Luego, cuando gané el concurso en el
la medicatura: a las 8:00 a. m. llegaba, Perez Carreño para estudiar Pediatría,
acomodaba mis cosas, al rato llegaba me tuve que ir para Caracas con todo
la enfermera. El primer día que fui había el dolor de mi alma. La gente decía:
dos negros inmensos y amenazantes “¡Cónchale! Todo lo que es bueno se
con unos machetes al cinto, que cuan- va. ¡Por qué a nosotros, Dios mío!”. Te
do me vieron, uno de ellos dijo: “Aquí no puedo decir que amo profundamente
necesitamos un médico, necesitamos a Sucre, adoro a su gente. En ese mo-
dos”, y le dije: “Si me dan un macheta- mento de mi vida lo que quería era tra-
zo, no van a tener ninguno. Tienes claro bajar en la gastroenterología pediátrica
eso, ¿no?”. Imagínate, yo tenía 26 años, porque a mí me gustaba eso, quería ser
era un muchachito. Entonces ese pri- científico y qué sé yo. Pero las cosas no
62 mer día me metí dentro del consulto- siempre son como uno cree.
rio y empecé la consulta. Me trajeron Miércoles, 17 de agosto de 2016
MIGUEL ÁNGEL BOSCH
Un morocoto de Upata
con un dorado chiquito
bailaban un trancaíto
en el copo de una mata.

63
64
La ULA es la cuna

No hubo nunca formalmente para Reyes, San Juan, San Pedro, la Chinita...
mí un inicio en la música. Cuando llego es algo más cultural que religioso. La
a Mérida (en la residencia estudiantil gente me dice a mí: “Oye, ¿por qué tú
había gente de todo el país), nos reunía- compones esos aguinaldos tan lindos a
mos y dábamos serenatas. Aunque ya la Virgen María y al niño Jesús?”. Lo que
yo venía de dar muchas serenatas en pasa es que uno trae una carga de cato-
Ciudad Bolívar. Di mi primera serenata licismo de su casa, de su familia, ya uno
a los quince años. viene con eso y se morirá uno con eso.
En Mérida, con ese montón de gente Hicimos un conjunto de gaita con la
de Cumaná, de Carúpano, de Maracai- gente del Zulia allá en la residencia y
bo, de Valera, de Caja Seca, de Barquisi- quien dirigía el grupo era yo porque era
meto, empieza uno a conocer la música el que más o menos tenía el concepto
de Venezuela. Ahí descubrí el polo, el musical, era el cuatrista y el cantante
golpe larense, los bambucos andinos y del grupo. Acompañábamos la proce-
la música de Luis Mariano. Ahí en la ULA sión de la Chinita. Fue cuando yo co-
se reunía realmente la música venezola- nocí la gaita y ese año la llevé a Ciudad
na. También descubrí la gaita zuliana, Bolívar.
inclusive en 1962 hicimos una proce- Esa época que pasé en Mérida, es-
sión de la Chinita. Yo soy ateo totalmen- tudiando, me la pasaba como una
te, pero es como dice mi amigo Rafael esponja, agarrando todo lo que po-
Salazar: todo lo que tiene que ver con día. Reuniéndome con mucha gen- 65
las tradiciones populares, tiene que ver te. La ULA fue prácticamente la cuna
también con la religión: la Navidad, los del auge que después tuvo la música
tradicional venezolana porque nos re- estudiaba en la ULA y yo me hice muy
uníamos músicos de todo el país. De amigo de él. Cantábamos juntos en un
allí salió gente como Douglas Soto, sitio en Mérida llamado el Belensate; él
que era furrero de los Cardenales del me acompañaba. Cantando con él es
Éxito, Chavín, el compositor de gaitas, como conozco verdaderamente la gaita.
Gualberto Ibarreto y nosotros. En fin, Él me invitaba los diciembres a su casa
mucha gente que después hizo músi- en Maracaibo, en la plaza Indio Mara.
ca tradicional y popular. A Gualberto lo Me quedaba unos días en Maracaibo
conocimos una vez que fuimos a hacer en casa de Douglas, disfrutando con
un concierto y él se nos presentó: “Oye, todos esos gaiteros. Iba a los ensayos
vale, yo soy cantante”. Así nos llegaba de Cardenales del Éxito, de Saladillo y de
también mucha gente: “Mira, vale, yo toda esa gente que eran los bravos de la
compongo música venezolana. Aquí gaita. Conocí a todos esos monstruos
tengo un cassette” y generalmente eran de la gaita: Ricardo Aguirre, Eurípides
cosas no muy buenas, pero a veces te Romero. Grababa coros con ellos, me
conseguías con una sorpresa y te da- enseñaban los repiques de tambora.
ban cosas maravillosas. Luego cuando llegaba a Ciudad Bolívar
Me acuerdo de que cuando era se- le enseñaba los repiques a Manuel
cretario de Cultura de la Federación Yánez que era un percusionista nato y
de Centros Universitarios, andaba mu- era el percusionista de Los Gaiteros de
cho con la gente de los Cardenales la Plaza Miranda. Y aquel grupo de gaita
66 del Éxito porque Douglas Soto, el fue una sensación.
furrero mayor de esa agrupación, Lunes, 26 de septiembre de 2016
IVÁN PÉREZ ROSSI
La lunita sobre el río
deshilacha la corriente
el agua tiene su fuente:
el Orinoco bravío.

67
Mi primer pago como artista fue con
caramelos, chupetas y chocolate

Tres son los pasajes en donde la


música marca mi vida como artista.
El primero: tendría como cuatro años
cuando tuve este primer encuentro con
la música. Cerca de mi casa en Ciudad
Bolívar, que era un pueblo grande y ha-
bía muy poco tránsito, había una bo-
dega. A uno lo mandaban, muchachito,
a la bodega, que estaba ahí al cruzar,
a comprar pan, chucherías, cualquier
cosa. Pero en la esquina, al lado de la
bodega, estaba el bar Alaska donde la
gente iba a tomarse su cervecita, su
roncito, a distraerse un rato.
Un día regreso yo a mi casa con una
bolsa llenita de caramelos, chupetas
y chocolate. Y mi tía Teotiste me pre-
gunta: “Muchacho, ¿de dónde sacaste
tú eso?, ¿quién te dio eso?” y yo le digo:
68 “Me lo regalaron los señores ahí, los
señores allá en la esquina”. Y mi tía fue
hasta el bar a preguntar, a averiguar
quién me había dado eso, si realmen- con nosotros en la escuela Heres, que
te me habían dado esas chucherías. Y era una escuela de puros niños. En esa
entonces los borrachitos le dijeron a época no se veían mucho los colegios
mi tía Teotiste: “¡No, señora! Ese mu- mixtos. La profesora Lorena quería que
chacho llegó aquí y estaba parao en la su hija, a pesar de que estudiaba en un
puerta, y como la rocola estaba puesta colegio de niñas, hiciera el sexto grado
empezó a bailar”. Yo me había parado con nosotros, porque había una profe-
en la puerta del bar y había empezado sora llamada Argelia Pulgar que tenía
a bailar en la acera y los borrachitos fama de ser muy buena, y la profeso-
condenaos me montaron en una mesa ra Lorena quería que la niña estudiara
y me pusieron a bailar, me hicieron una en la escuela Heres, que era de puros
rueda y empezaron a gritar y a aupar- varones, y solicitó el permiso para que
me: “¡Dale! !¡Eso!”. Pero sin burla, todo Elena Rosalía estudiara con nosotros.
con mucho respeto. Y entonces ellos, Yo recuerdo que ese fue un momento
después que terminé, como premio, muy bonito, la maestra nos pidió que
me regalaron mi bolsa de caramelos. viéramos a Elena como una hermani-
Yo recuerdo eso y se me eriza la piel. ta porque ya a esa edad uno ve a las
El segundo pasaje fue en la prima- muchachas como muchachas y no
ria, en la escuela Heres. Una prima de como compañeras. El cuento es que
Iván y de César llamada Elena Rosalía Elena Rosalía y yo nos convertimos 69
Morales Rossi, hija de la profesora prácticamente en un dúo musical y
Lorena Rossi de Morales, fue a estudiar en cuanto acto cultural había ella y yo
cantábamos. Recuerdo un tema muy Escucho entonces que el tema pro-
bonito: “Una prueba de amor. No, se- mocional era “Cabaretera”, el tema
ñor. No, señor. Es un beso no más, nada que cantaba mi mamá. Esa canción
más, nada más. Dámele, por favor, es siempre estuve pendiente de buscar-
un beso de amor, dámele, dámele”. la y le digo a mi esposa: “Voy a ir para
En el bachillerato siguió esa inquietud Venezolana de Televisión al salir del
por la música. En aquella época yo era trabajo para escucharla” porque quería
el disc jockey, como era el menor era oír a Gilberto Monroig cantándola. Pero
quien ponía los discos para que mis bueno, total que por esas cosas del
hermanos mayores bailaran. trabajo no pude ir a la televisión a verlo
El tercer pasaje tiene que ver con cantar. Mi idea era compararlo con lo
una canción: mi mamá siempre estaba que yo recordaba de la que cantaba mi
tarareando o cantando alguna canción, madre, solo como homenaje a ella.
casi siempre boleros; esa es una ima- Aquella letra era de ese tipo de letras
gen que no se me borra jamás. Y había que se escribían antes, del hombre que
una canción llamada “Cabaretera” que se enamora de la muchacha del bar.
mi mamá la cantaba mucho. En 1981, Pero resultó que Gilberto Monroig no
cuando trabajaba en el INCE, estaba pudo venir a Venezuela a cantar porque
viendo televisión en mi apartamento algo pasó con el visado y yo me quedé
una noche y veo que están promocio- con la espinita. Como a los tres meses
nando a un cantante que tuvo su épo- nos invitaron a cantar a Puerto Rico, la
ca, que había estado alejado un tiempo única vez que fuimos a cantar allá, y yo
70 de los escenarios por problemas perso- digo: “¡Nada, facilito!, este es el momen-
nales, y lo estaban relanzando: Gilberto to para conseguir el disco de Gilberto
Monroig. Monroig con la canción “Cabareteraʼ”.
En agosto de 1981 viajamos a Puerto
Rico y aproveché y compré mi disco.
En diciembre de ese año mi papá fue
a visitarme a la casa y un sábado en la
mañana siento que se levanta y le digo:
“Bendición, papá. ¿Quieres café?”. Nos
sentamos a conversar y le digo: “Ven
para que oigas esto”. Saco el disco, le
quito el papel celofán y lo coloco en el
B-6. Y cuando mi papá empezó a escu-
char la canción, dice: “Oye, sí, vale, eso
lo cantaba mucho tu mamá”. Comenzó
la canción a sonar y empiezo a recor-
dar y a cantar encima del disco pero ba-
jito y mi papá me dice: “¿Y tú de dónde
te sabes esa canción?” y le dije: “Porque
la cantaba mi mamá”. Estamos hablan-
do de que habían pasado más de veinte
años porque mi mamá murió en 1961.
Es increíble lo que uno es capaz de re-
tener en la memoria.
Lunes, 8 de marzo de 2017
MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ 71
Del Orinoco bravío
vinieron estos muchachos
con el cuatro y los capachos
y ya se siente el rocío,
un melodioso cantío
de paraulata sonora
y de otras aves cantoras
del ramaje nacional,
también se vino el turpial
con una bonita lora.

72
Una fructífera siembra de valores
llamada Serenata Guayanesa
GUSTAVO ALEXIS MÁRQUEZ VILL A

Mi único amor siempre


ha sido el de la Patria,
mi única ambición, su libertad.
SI MÓN B OL Í VA R

Serenata: palabra encubridora entre En una serenata son varios los pro-
enamorados que, al ser escuchada, nos tagonistas. Entre poetas, músicos e
atrapa y seduce automáticamente, co- intérpretes y enamorados se entrete-
nectando nuestro ser con historias de je una trama digna de una romántica
amor, propias o ajenas; vocablo que puesta en escena, se materializa una
abraza e invita a embarcarnos en un via- atmósfera cargada de sentimientos a
je melódico, en busca de ese gran amor flor de piel, se arma un tejido seductor
que se adueñó de nuestros sueños más que cobija a todos y los involucra en
azucarados, con el propósito cómplice una travesura musical donde el prin- 73
de seducir a un ser muy especial. cipal responsable es el amor, con un
destino o depositario muy preciso: el varias acepciones para nuestro meló-
ser amado. dico vocablo:
El término, al parecer, proviene “en 1. f. Música en la calle o al aire libre
principio” del latín se-rus: que significa y durante la noche, para festejar a al-
en la tarde-noche. Con el tiempo evolu- guien.
cionó en serenus: claro, limpio, sereno; 2. f. Composición poética o musical
y posteriormente pasa al italiano como destinada a ser interpretada como se-
serenata y luego al español como se- renata.
renata. 3. f. P. Rico. Plato frío hecho de vian-
La etimología o procedencia de se- das hervidas, bacalao, huevo cocido,
renata pone en evidencia que se trata cebolla, pimientos, etc., y aliñado con
de una actividad musical propia de las aceite y vinagre.
horas nocturnas, por lo general al aire Las serenatas “curiosamente” son
libre, que involucra el hecho de generar interpretaciones musicales sorpresi-
una atmósfera de serenidad. Incluso, vas, generalmente interpretadas al pie
los serenos son vigilantes nocturnos. de una ventana, con letras muy parti-
En este orden de ideas, el Diccionario culares que buscan el perdón o la re-
de la Real Academia Española registra conciliación con una novia o esposa

74
molesta; o para enamorar a una dama; una expresión folclórica muy enraiza-
incluso, para expresar el gran amor y da, una tradición que ha ampliado sus
admiración que se tiene hacia una ma- horizontes y forma parte del acervo his-
dre; y, en algunos casos, las serenatas tórico musical de muchas regiones.
son dedicadas a caballeros, amigos, En el caso de Venezuela, la serena-
padres; pues a ellos también les sale su ta ha venido cobrando cada vez más
cariñito musical de vez en cuando... valor como expresión fiel de la cultura
La serenata posee una historia amo- popular; pues sus intérpretes han con-
rosa de larga data. Su popularidad viene tribuido a que la serenata salte de su
desde el siglo xviii y más atrás. Com- contexto particular para elevarse has-
positores como Mozart, Beethoven y ta la categoría de patrimonio cultural,
Brahms tienen entre sus obras escritas siendo su mayor exponente en nuestro
piezas concebidas para serenata o to- país la agrupación musical y folclórica
nadas nocturnas. Serenata Guayanesa.
En todo caso, las serenatas forman
parte de la cultura popular de los pue- ENTRE SERENATAS Y GAITAS
blos, enraizadas en los más nobles A comienzos de los años sesen-
sentimientos hacia el otro; una suerte ta se encontraban estudiando en la
de travesura donde participantes y es- Universidad de Los Andes los herma-
cuchas se funden en torno a un mismo nos César e Iván Pérez Rossi, de Ciudad
sentimiento... Bolívar; uno Odontología, e Ingeniería
Pero esta expresión de la cultura el otro. Durante esa época de forma-
popular evoluciona desde su posición ción profesional tuvieron la dicha de
particular, en petit comité, para dar paso compartir con estudiantes de distintas
a toda una manifestación musical que latitudes de Venezuela; y, al igual que 75
involucra cada vez a un público más nu- los Pérez Rossi, muchos de esos com-
meroso. En países latinoamericanos es pañeros tenían aptitudes musicales e
interpretaban melodías autóctonas; lo se encargaba de formar a su hijo ma-
que les permitió –al compartir– cono- yor Hernán, quien desde muy niño
cer un poco más a Venezuela, desde asomó fuertes inclinaciones musica-
las distintas manifestaciones musica- les, en su San Tomé natal.
les de variadas regiones del país; de Estos cuatro venezolanos, prove-
las cuales destacaron las interpreta- nientes de la misma región suroriental
ciones en ritmo de gaita zuliana. venezolana, coincidieron en Ciudad
Lo propio pasaba con Mauricio Cas- Bolívar, al punto de encontrarse de
tro, también de Ciudad Bolívar, mientras pronto comprometidos en parrandas
estudiaba Medicina en la Universidad y serenatas; donde lo más destacado
de Oriente: al formar parte del orfeón, fue haber formado parte del grupo
sus inclinaciones musicales se fueron Los Gaiteros de la Plaza Miranda, des-
enriqueciendo con el intercambio entre de el año 1963.
compañeros igualmente atraídos por Precisamente, los cuatro solistas
la actividad musical, provenientes de de ese grupo muy pronto se converti-
varias partes del país. rían –casi por azar– en la agrupación
Mientras, el cantante, músico y Serenata Guayanesa.
compositor oriental, Carmito Gamboa,

76
Sus incursiones musicales conti- DE VENEZUELA PARA EL MUNDO
nuaron básicamente de manera infor- La pequeña pantalla de TV posee
mal, en casa de amigos y familiares; un poder extraordinario. Lo que allí se
hasta que en 1971 la gobernación del difunde se convierte en noticia a los
estado Bolívar les hizo una invitación cuatro vientos de la geografía, sobre
para grabar un disco de larga duración todo si el producto es bueno, de cali-
(LP), pero con melodías guayanesas. dad, y se identifica con los gustos del
El disco llegó a manos de un ani- consumidor.
mador de televisión en Caracas. Por El naciente grupo musical se dio a
lo que posteriormente se concretó una conocer más allá de las fronteras gua-
invitación para presentar a estos se- yanesas. Su sonido se fue haciendo
renateros en el programa televisivo contagioso, mientras el compromiso
del canal 8, El Show de Alfredo “El por rescatar valores musicales autóc-
Pavo” Ledezma quien, al preguntarles tonos, divulgarlos en todo el territorio
el nombre del grupo al momento de y echar raíces, hasta “incluso” dar el
presentarlos, recibió como respuesta: salto a la internacionalización, son
“Nos llamamos como está en el disco: muestra del éxito que apenas comen-
Serenata Guayanesa”. zaba su larga cosecha...

77
El cuarteto vocal Serenata Guaya- digna de aplausos interminables, así
nesa, de haber sido inicialmente un grupo como ovaciones y premiaciones den-
de compañeros que disfrutaban hacien- tro y fuera del territorio venezolano.
do música para compartir con sus ami-
gos y familiares, pronto se adueñó de PARÉNTESIS
la atención del país y más allá, hasta el En 1983 uno de los integrantes del
punto de convertirse en embajadores cuarteto, Hernán Gamboa, da la noticia
musicales de Venezuela, desdibujando de que va a continuar su carrera mu-
fronteras universales, desvaneciendo sical, pero en solitario. Para el grupo
barreras idiomáticas, atrapando mira- se trató de un alto momentáneo en el
das y oídos en un sinnúmero de países, camino trazado firmemente con ante-
seduciendo y alegrando el espíritu huma- rioridad, donde lo que prevaleció fue el
no en prácticamente cualquier rincón del hecho de seguir honrando a su público
planeta. y continuar la siembra...
Esto es una proeza digna de admi- Se trató de un paréntesis que permi-
ración, un necesario agradecimiento tió a la agrupación reflexionar sobre el
colectivo, un bálsamo para el alma de camino recorrido hasta entonces, un
los pueblos; no en balde se dice que la tiempo para revisar los frutos de una
música es el lenguaje universal por ex- empresa musical amorosa. Llegaron,
celencia. incluso, a pensar si continuaban solo
Serenata Guayanesa es mucho más con tres integrantes; no era fácil llenar
que un canto o una interpretación, es la el espacio que acababa de dejar uno de
embajada ambulante de un país muy sus fundadores.
rico en tradiciones musicales, que ha La búsqueda de un nuevo talento
78 logrado sonar y resonar en los cinco que cubriera las expectativas, tanto
continentes del planeta por más de de los serenateros como del público,
45 años, con una calidad interpretativa pronto tuvo su respuesta. La aparición
en escena de un médico pediatra pres- producidos, que recopilan un valioso
tado a la música, con una importante trabajo de hormiguita, hurgando y di-
trayectoria melódica, además de un vulgando en la memoria musical de
sonido fresco, limpio y revelador, pron- Venezuela y Latinoamérica, compo-
to colocó el nombre de Miguel Ángel niendo, aportando nuevas interpreta-
Bosh –más que como un sustituto– ciones representativas de diferentes
como un miembro de peso en Serenata regiones; pero sobre todo, sembrando
Guayanesa. música sobre el terreno fértil de la po-
El enorme talento y gran carisma blación infantil, lo que garantiza que el
“hasta la picardía” de Miguel Ángel muy sonido musical, los valores y la tradi-
pronto logró que el paréntesis se con- ciones trasciendan en el tiempo y el es-
virtiera en una etapa superada, para pacio, mientras atraviesan fronteras e
continuar escribiendo la historia en el inundan con alegría sonora a los cuatro
pentagrama... Su aporte como nuevo vientos de la geografía universal, gra-
miembro es invaluable. cias al lenguaje universal de la música.
Serenata Guayanesa cuenta con En septiembre del año 2001 apareció
una extensa y muy variada carta de en Gaceta Oficial, Nro: 37.287, la solici-
presentación, con más de 51 discos tud unánime que hace el Congreso de

79
la República al ciudadano Presidente muy meritorio; sobre todo si la activi-
para declarar a Serenata Guayanesa dad cultural se ejerce desde las me-
Patrimonio Cultural de Venezuela. lodías, buscando no solo acariciar los
En efecto, la agrupación fue decla- oídos, sino abrazar el alma de los pue-
rada Patrimonio Cultural, lo que adicio- blos.
nalmente garantiza a las generaciones Serenata Guayanesa viene desarro-
futuras entrar en contacto con nuestra llando una labor cultural fundamental
huella musical nativa y de otras latitu- de forma ininterrumpida por más de 45
des; es decir, contar con el respaldo de años, en beneficio del acervo histórico
una herencia muy valiosa, que recoge, musical venezolano y latinoamerica-
muestra y enaltece la idiosincrasia de no. Su trabajo no es solo de interpreta-
esta Tierra de Gracia que llamamos ción. La composición, la investigación,
Venezuela. el rescate de material musical inédito,
el trabajo en pro de los niños y, por su-
UN COMPROMISO PARA SIEMPRE... puesto, las serenatas en escenarios
La cultura es sinónimo de libertad, la criollos y extranjeros vienen a confor-
siembra de valores autóctonos y prin- mar un abanico de actividades reali-
cipios universales es un compromiso zado sin pausa, que resulta de un valor

80
incalculable y trascendente –precisa- ideológicas que intenten socavar los ci-
mente– en un país que no se caracte- mientos de una sólida carrera musical,
riza por mantener tradiciones, con una existen varios compromisos: el perso-
corta memoria histórica y cultural, don- nal, de cada uno de sus integrantes, el
de el patrimonio de ayer casi no existe y compromiso con el país, con el público,
el de hoy-mañana podría no estar... sobre todo con los niños que heredarán
Por ello, el trabajo que ha venido ha- la tierra.
ciendo este cuarteto de estrellas, que Estos serenateros del presente: un
ha involucrado a un sinnúmero de ar- sociólogo, un pediatra, un ingeniero y
tistas en escena, con la complicidad un odontólogo, nos demuestran día a
de músicos, intelectuales, poetas, co- día y desde sus muy particulares ópti-
municadores, amigos y relacionados, cas, que hacer Patria cantando es po-
es digno de admirar y aplaudir perma- sible, sobre todo con una calidad digna
nentemente; porque ser constante en de exportación y un inmenso amor por
la Venezuela del presente posee un la tierra que los vio nacer.
mérito –muy probablemente– único e Muchos grupos musicales han deja-
irrepetible. do huellas, pero ya no están; su música
De allí que nos atrevamos a afirmar, permanece. La siembra de Serenata
sin caer en exageraciones, que la siem- Guayanesa continúa todavía; siguen
bra de valores por parte de Serenata dando lo mejor de sí, para continuar
Guayanesa ha sido muy fructífera; no enriqueciendo los sonidos de una Ve-
solo por el gran aporte musical de su nezuela posible: la azucarada, las de
titánica gesta, sino por demostrarle al voces de miel, la de pulgas y piojos que
mundo que, no obstante, los tropiezos se quieren casar, pero no lo hacen por
encontrados en el camino recorrido, al falta de pan... 81
margen de las diferencias que puedan Se trata de ese mismo país que pa-
existir, indistintamente de las corrientes rió a Simón Bolívar; aquel que nos dio
la libertad y cuyo espíritu sigue vigen-
te, recordándonos que el trabajo por y
para la libertad continuará siempre, so-
bre todo desde la siembra cultural.
Serenata Guayanesa es cultura, la
cultura es educación, la educación nos
hará libres y la libertad suena a melodía
de serenata para enamorados.
Adelante, muchachos, todavía hay
bastante tela para cortar; el pentagra-
ma espera...

82
Un bagrecito guayanés
le dijo a una sapoara:
arréglate el pantalón
que nos vamos pa’ Caicara.

83
De Ciudad Bolívar a Mérida es lejos

Yo me crié en el Oasis, en la plaza


Miranda allá en Ciudad Bolívar, que era un
punto de encuentro de los cantores po-
pulares, como Alejandro Vargas, que los
diciembres tenían su grupo de aguinaldo y
en Carnaval sacaban las diversiones o los
pájaros. Alejandro pasaba siempre por mi
casa, y nosotros le regalábamos un pote
de Frescavena. De aquellos tiempos me
aprendí todas esas canciones, aprendí a
amar la música venezolana. Luego en el
liceo Peñalver formé parte del orfeón del
liceo que era dirigido por el padre Maradei,
quien después fue monseñor Maradei
Donato. Con él nos unió una gran amistad,
un gran cariño. Él fue quien nos enseñó
“Corre, caballito”.
El director del liceo Peñalver era mi
padre, Ramón Antonio Pérez. Ese liceo
era el único que había en Ciudad Bolívar.
Funcionó en el Congreso de Angostura
84 hasta el año 1954 y después fue muda-
do hacia el Obelisco. Y mi padre fue el
último director del liceo en el Congreso
de Angostura y el primero allá en el el cuatro y medio toqué el tambor. En
Obelisco. Siempre le digo a la juventud, Mérida tuve un grupo a principios de la
que es como reacia a formar parte de década de los sesenta (me gradué en
los coros en los liceos y en las escuelas, 1961) que se llamaba Conjunto Canaima,
que lo hagan porque eso te nutre de mu- de la Facultad de Odontología. Allí esta-
sicalidad venezolana. ba también mi hermano Iván, que estu-
En el año 1955, el liceo Peñalver de diaba Ingeniería. Ese grupo marcó pauta
Ciudad Bolívar tenía nada más hasta porque para ese momento no existía el
cuarto año y los estudiantes tenían que conocimiento de la música venezolana
emigrar a otras ciudades “más impor- que hay ahora. Aquel grupo causó su im-
tantes” para estudiar el quinto. Entonces, pacto.
yo me fui para Mérida a estudiar el quin- Toda mi vida he estado en torno a la
to año en el liceo Libertador porque en música, sin leer música, pura guata-
Ciudad Bolívar solo había hasta cuarto ca. Dábamos serenata tanto en Bolívar
año. Ya en Mérida estaban mis herma- como en Mérida, casi todas las no-
nos Halley y Yocoima. Allá formé parte ches salía con mi cuatrico. En Bolívar
del orfeón del liceo Libertador y parale- nos reuníamos Iván, Morito (Mauricio
lamente formaba parte del orfeón de la Castro) que vivía cerca, y yo a cantar.
Universidad de los Andes, sin ser estu- En 1962 Hernán Gamboa llegó con su
diante de la Universidad. El orfeón del papá (Carmito Gamboa) a vivir a Ciudad
liceo Libertador lo dirigía el doctor Alirio Bolívar. Vivía frente a nuestra casa. Her-
Burelli, que después fue presidente del nán marcaría una huella como cuatrista.
Tribunal Supremo de Justicia, y el de la Y así empezamos a dar serenatas noso-
ULA, el profesor Luis Arconada. tros cuatro con ese estilo de Serenata
Paralelamente, daba serenatas. Yo Guayanesa. 85
cantaba y tocaba cuatro. Después, cuan- Viernes, 5 de agosto de 2016
do comenzó Serenata Guayanesa, dejé CÉSAR PÉREZ ROSSI
El lau lau y la sapoara
están entonando un vals
de peces una coral
cantan a la luna clara.

86
¡Hernán se fue, vale!

Cuando estaba en el segundo año de hubo, carajito!, ¿cómo estás?”. Y me


Pediatría en 1984, mi amiga Elizabeth pregunta: “¿Qué estás haciendo?”, y le
Quintana me llama un día y me dice: digo: “Estudiando el segundo año del
“Miguel, se me fue el guitarrista. ¿Será postgrado”. Me dice él: “Ah, ¡qué bien!”.
que tú puedes acompañarme estas Al otro día fue y al siguiente volvió. En
dos semanas el sábado y el domingo una de esas se montó conmigo a tocar.
en la Pérgola de Graciela?”, y le digo: Tocamos polo, galerón, estribillo, me-
“Claro, vale, yo te acompaño”. Entonces rengue... estuvimos como dos horas
resulta que un día, estando allá, entra tocando y cantando. Ese día, la Pérgola
Iván y me dice, así como es él: “¡Qué estaba full de gente. Entonces, cuando

87
terminamos de tocar, me dice: “Mira, importante es que tuve una gran acep-
vale, se fue Hernán, ¿tú quieres entrar tación y, con mucha humildad, puedo
con nosotros?”. Y le digo: “¿Cómo es la decir que ahora son mis amigos y los
vaina? ¡No me digas eso, chico! Yo ha- quiero y los admiro casi a todos.
blo con él”. Me dice él: “¡Se fue, vale!”. A los pocos días de que Iván hablara
Entonces le digo: “Ok, ¡vamos a darle, conmigo, empezamos a ensayar en un
pues!”. edificio que estaba frente a la funeraria
Ese año mi vida dio un vuelco. Es- Vallés. Ensayábamos todos los días de
taba desprendido de lo que era la mú- cuatro a ocho, ¡todos los días de la vida!
sica y no sabía nada de lo que era la Ellos me dieron una lista de canciones
televisión. para que me las aprendiera. Me las
Lo primero que hice fue salir en te- aprendí, las ensayamos y empezamos
levisión a recibir un premio que no me a hacer un disco: Cantemos con los
había ganado, que se había ganado niños (Vol. II). También empezamos a
Hernán. Yo estaba con una vergüenza hacer un disco con Gualberto Ibarreto.
espantosa pero, bueno, me tocaba ir. Ese año hicimos dos discos. Eso fue
Empecé a tratar a los artistas, a cono- como en marzo que entré en Serenata
cer el quehacer diario de la televisión. y en junio, el Día del Periodista, di el
Empecé a tener amigos como la gen- primer concierto, y desde ese primer
te del Cuarteto, a Gualberto que ya concierto en junio de 1984 hasta hoy,
conocía. Conocí a todo este poco de estoy aquí.
88 músicos que había. Me costó tiempo Miércoles, 17 de agosto de 2016
tratarlos a todos, eran muchos. Lo más MIGUEL ÁNGEL BOSCH
El Orinoco contento
baila con el Caroní,
en el cuatro el manatí
suelta sus versos al viento.

89
Un consejo de la negra

No hemos hecho tantos viajes como Hernán es profesor, mi hermano César


la gente cree, hemos estado en España, es odontólogo y Mauricio es sociólogo”.
Portugal, Londres, Italia, Alemania y Viene ella y me dice: “Iván, esta profesión
Austria. Estuvimos con Mercedes Sosa es muy difícil, si tú quieres trascender
en Londres en un concierto de Amnistía tienes que dedicarte las 24 horas a la
Internacional. Inclusive Hernán la acom- música, al canto y al grupo. Esta es una
pañó en una tonada. Ella estaba fascina- profesión muy difícil. Si quieres de ver-
da con la música venezolana. Tiempo dad trascender, tienes que dedicarte”.
después cantamos con ella aquí en el Le hice caso a Mercedes y abandoné
Poliedro junto con Joan Manuel Serrat. todo eso, dejé el postgrado que estaba
Una vez estábamos aquí en el Poliedro, haciendo, dejé mi trabajo en el Inavi y
en el camerino, y ella me preguntó: me dediqué a Serenata.
90 “Iván, ¿qué haces tú aparte de Serenata Lunes, 26 de septiembre de 2016
Guayanesa?”. Le digo: “Yo soy ingenie- IVÁN PÉREZ ROSSI
ro civil –todavía ejercía la ingeniería– y
De Guayana ellos llegaron,
surcando como las aves
en una frondosa nave
los cocuyos titilaron.

91
Uno llegaba cantando con una orquídea en la mano

Yo tenía una tía llamada Ligia Gruber, refunfuñando: “Yo no sé quién carrizo
“era en realidad prima de mi papá pero se estará robando las orquídeas...”.
nos tratábamos de tía y sobrino”, que Hasta que un día se enteró de que yo
tenía una casa con un patio muy largo, era uno de los que andaba en eso. Me
donde había un cultivo de orquídeas lo reclamó una vez pero ya no protestó
en una mata de mango. Nosotros, mu- más porque era sobrino de ella.
chachos al fin, nos robábamos una o Era una época muy romántica, todo
92 dos orquídeas de aquel bojote de or- era con mucho respeto, “manito suda-
quídeas, pero la tía Ligia como que las da” y de casualidad. Imagínate tú qué
contaba porque entonces tú la veías más romántico que llegar a dar una
serenata con una orquídea en la mano.
Uno llegaba en un jeep, que en realidad
no era un carro de esa marca, sino que
era un todo terreno DKW Munga, muy
parecido a los jeeps gringos pero que
habían sido construidos en Alemania
para los militares. Yo no tengo idea
de cómo aquel carro llegaría a Ciudad
Bolívar. Lo cierto del caso es que en él
andábamos dando serenatas y había 93
que quedarse dando vuelta para que
no se apagara. Y mientras uno daba
la serenata, el carro quedaba dando shui”... ¡Era el papá de las mucha-
vueltas. chas!
Una vez fuimos a dar serenatas Entonces el viejo dijo: “Yo le puse
a unas muchachas que eran las hi- candao a esa cerca pa' que nadie
jas de un abogado muy famoso en pasara pa' esta vaina, así que por fa-
Ciudad Bolívar. Ellas habían llegado vor se van pa'l carrizo y se van como
ya señoritas a vivir con el padre. No vinieron”, y tuvieron que brincar. Era
recuerdo por qué habían ido a vivir una época muy sana, todo el mundo
con su papá. Llegamos a la puerta y se conocía en Ciudad Bolívar, el hijo
tenía un candado grandísimo. Yo no de Fulano y la hija de Zutana. Y los
me bajé, les dije: “No, yo los espero”. muchachos y las muchachas estaban
94 Las muchachas les dicen a ellos que “enamorisquiaos”. Era lo más natural
brincaran [la cerca], y no estaban ter- del mundo.
minando la primera canción cuando Lunes, 8 de marzo de 2017
se sintieron unas cholas, “shui, shui, MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
En las vértebras del río
donde canta la sapoara
los valses que le entonara
serenata y su cantío.

95
Un río de serenatas...
o la serenata de un río
MARCO TULIO MENDOZA DÁVIL A

El Orinoco es una
materialización del tiempo
en las tres categorías
agustinianas,
tiempo pasado
(el tiempo del recuerdo),
tiempo presente
(tiempo de la intuición)
y tiempo futuro
(tiempo de la espera).
A L E JO C A R PE N T I E R

El Orinucu, nombre del torrente in- afluentes en una inevitable fusión de


vestido por la etnia otomaco desde su colores, bríos y texturas que las aguas
cabecera en la serranía Parima (esta- acumulan de sus viajes ancestrales,
do Amazonas), allega manantiales y para ser depositadas en la cimenta-
gotea nacimientos para cumplir el de- ción del delta, como ofrenda ecológica
96 signio de su condición arcaica, acopiar de vida.
caudales, fundir su estampa vibrante El padre de los ríos trasciende a su
con la cimbreante presencia de sus cuerpo geográfico al participar en la
definición y desarrollo de la vida social, En el bongo del tiempo y provenien-
económica, cultural y emocional de los tes de diferentes latitudes, el río Orinoco
pisatarios de sus riberas, vegas aluvia- nos trajo el lenguaje musical, los can-
les y sabanas. tos polifónicos, los cordófonos y, entre
Del galanteo de esa relación hombre- tantas cosas , “las serenatas”, parientes
ambiente surge un intercambio multico- directos de las juglarías, las saetas, las
lor de sonidos, sentimientos, querencias tunas, orfeones, coros, rondas, expre-
y pensamientos, que alimentan la imagi- siones que en estas tierras de Dios, en
nación y creatividad, mientras zurcen la un sincretismo mágico, fundiéronse
espiritualidad en formas de cantos, mi- con las muy valiosas formas originarias.
tos, leyendas y tradiciones. En un nivel En Guayana, la exuberancia y magni-
mayor de conciencia, la identidad y la ficencia de la naturaleza solo es compa-
búsqueda de trascendencia. rable con la florescencia de su riqueza
Los ríos son “seres” cambiantes, que cultural, tesoro que en la música tiene
aprisionan lejanías, amores y soleda- extraordinarios representantes y expre-
des; de sangre liviana para los niños per- siones indígenas, académicas, popula-
meables a la quietud de su ronronear y res y folclóricas.
sembradores de nostalgia del tiempo Partiendo del análisis causal com-
de los abuelos; los ríos mientras anidan plejo, de las manifestaciones sociales y
los barquitos de papel, arrullan la vida. culturales y su relación ambiental, nues-
Fue a través de su vientre fluvial el tra Serenata Guayanesa, patrimonio
despliegue de un intercambio multifási- cultural de Venezuela, está vinculada
co de genes, razas, colores, cadencias, y ligada, en historia, tiempo y espacio,
lenguajes, bailes y sones, formas y ma- con la existencia y presencia del padre 97
neras que han transmutado la esencia de nuestros ríos, el Orinoco.
creacional de la humanidad.
Esa infanta de cuatro cerebros, con siendo el otro se es uno mismo, para
45 años de existencia, es un río guaya- los que serán.
nés de vida y dignidad, producto causal El amplio delta de la identidad nacio-
de la confluencia de potencialidades nal, fin último de la acción cultural, es
artísticas de sus miembros, el ambien- en esencia un encargo temporal erigi-
te social cultural y una clara conciencia do para hombres y su compromiso. De
libertaria de sus responsabilidades con ello dan fe con su vida los trovadores
la identidad regional y nacional. guayaneses.
Su obra musical, ancha y profunda En sus creaciones artísticas desta-
como el padre de los ríos, es referente can sus arreglos vocales-musicales
obligado en el mundo y su presencia (de aparente simplicidad dentro de
grupal, un patrimonio viviente de nues- una complejidad armónica y melódica)
tra nación. incluyendo el uso magistral del con-
Su quehacer tesonero de grupo, ter- tracanto; el sentimiento interpretativo
co en la continuidad, lúdico en el tiem- característico de sus producciones
po de búsqueda, abierto al intercambio construye una empatía inmediata con
de pares y experiencias creativas, re- el oyente, a lo cual se suma la sutil y
sulta severamente estricto en la obten- exquisita escogencia de los autores
ción de la excelencia de sus productos, y canciones, con una clara definición
valores cónsonos con los ideales de la estética y una intencionalidad definida
misión a cumplir. temática (rescate de música infantil,
Para la agrupación, el sustantivo navideña, regional, tradicional, etc.).
“tradición” (del latín traditio, del verbo En la mayoría de las piezas, la belleza
tradere: entregar), se vive a plena con- sonora adorna el mensaje, mientras la
98 ciencia, en la conjura de un compromi- ternura y el amor al arte hacen fiesta.
so con el pasado, una construcción del Serenata Guayanesa tiene en su po-
presente hacia la siembra del futuro; der la mágica potencialidad de llegar al
más selecto y exquisito grupo de críti- encontramos un corazón que acompa-
cos musicales: los niños. Con ellos, a sa los sonidos de la tradición, una vela
través de la música, entabla una rela- prendida de conciencia y un Orinoco
ción igualitaria de intereses y gustos lleno de barcos de papel capitaneados
comunes, puentes directos de comuni- por niños que cantan aguinaldos y so-
cación, confianza, afecto y referencia. plan las velas de sus sueños.
Cuando se es patrimonio del pueblo, ¡Que siga la Serenata Guayanesa de
la mochila a cargar está avenida y re- la vida! 99
bosante de bienes, derechos y obliga- En Barquisimeto, en tiempos de esperanza,
ciones. En la de Serenata Guayanesa 5 de abril de 2017
Serenata Guayanesa
trajo el canto del arraigo,
parrandita es lo que traigo
enredada en mi garganta.

100
Arrancamos con un disco para
la gobernación de Bolívar

En mayo de 1964, el quinteto Contra- nada. Ellos dejaron una huella imborra-
punto visitó Ciudad Bolívar para inaugu- ble en Serenata Guayanesa desde el
rar la Concha Acústica. En esa ocasión punto de vista musical. Cuando se ha-
llevé a los integrantes de Contrapunto bla de la difusión, del conocimiento y del
a la casa de Alejandro Vargas para que rescate de la música popular, folclórica
lo conocieran y de allí surgió la idea y tradicional venezolana hay que hablar
de ellos grabar “Casta paloma”. Con- de antes y después de Contrapunto.
trapunto era un grupo de cinco voces Lamentablemente en la actualidad no
privilegiadas, que dieron aquel concier- hay mucha difusión de ellos. Fue un 101
to en la Concha Acústica sin amplifica- grupo maravilloso.
ción de sonido, con un cuatrico y más
Después de tener varios años dando
serenatas por aquí y por allá, en el año
setenta hablamos con el gobernador
de Bolívar de aquel entonces, el arqui-
tecto Manolo Garrido, que era muy ami-
go nuestro, y le dijimos que había que
hacer un disco de música guayanesa
porque esta existía y era muy hermo-
sa pero casi no se conocía. Entonces
nos dio luz verde e hicimos ese disco
que se llamó Serenata Guayanesa, con
seis canciones ya arregladas por los
cuatro, al estilo de lo que sería Serenata
Guayanesa. Grabamos “¿Dónde está
San Nicolás?”, “El burrito parrandero”,
“Casta paloma” y otras. Fue un disco
de vinil y por la otra cara del disco esta-
ban unas canciones del grupo Guayana
Lírica que era un grupo instrumental di-
rigido por Carmito Gamboa, el papá de
Hernán. Ese grupo interpretaba valses y
pasajes de Guayana. Ese fue el primer
disco institucional que hicimos noso-
tros, sin pensar que después de 45 años
102 íbamos a estar todavía echando vaina.
Viernes, 5 de agosto de 2016
CÉSAR PÉREZ ROSSI
Yo quería ser
como Cheo García
o como Memo Morales

Yo quería ser cantante de La Billos.


Quería cantar en esa orquesta porque
me parecía que era una cosa fabulo-
sa. Cuando cantaban “La vaca vieja”,
me parecía genial. Luego cuando fui
creciendo me gustaba un cantante lla-
mado Joselito, que era un niño español
que tenía una voz fantástica e hizo mu-
chas películas. Él cantaba una canción
llamada “El ruiseñor”. Luego me empe-
zó a gustar el Trío Venezuela que canta-
ba la canción “Magia blanca”.
Un poco más entrada la juventud,
uno empieza a escuchar música forá-
nea porque era lo que se escuchaba
en esa época, y evidentemente que
los Beatles me gustaron mucho y para
siempre. Luego ya en el transcurso de
esa juventud me empezaron a gustar 103
los compositores tachirenses, todos sin
excepción de ninguno. Yo interpretaba
mucho la música de ellos. Formaba de Victoria, Mateo Flecha El Viejo, Bach,
parte de cuartetos, tríos, me aprendí Ariel Ramirez y Félix Luna (dos compo-
casi todos los valses que se tocaban sitores argentinos que hicieron un agui-
allá en San Cristobal, los valses de Te- naldo muy bonito llamado “La huella”).
lésforo Jaimes, Juan de Dios Galavís, También me gustaba mucho la música
Hugo Murci, Pánfilo Medina, Eufrasio de Astor Piazzola, el “Verano porteño”,
Medina, Edgar Carrero Balza... todos por ejemplo. Incluso después tuvimos
esos compositores extraordinarios que oportunidad de tocar con él aquí en
fueron mis maestros. También Emilio Caracas y eso fue una cosa extraordi-
Biggi, un compositor uruguayo que ha- naria.
bía llegado a San Cristóbal y se había Dejé de hacer música académica y
quedado a vivir allá. Aprendí mucho de mi registro cambió a tenor lírico. Luego
lo que era la música popular y folcló- de estar con el cuarteto Pueblo y de
rica del estado Táchira y aquello fue hacer música académica, me despedí
un amor, hasta ahorita, que no se me de la música para empezar a ejercer la
quita. medicina. Hasta 1980 canté y en 1984
Posteriormente me empapé de lo que ingresé a Serenata Guayanesa. Lo de-
104 alguna gente llama música académica. más es historia.
Empecé a cantar música de Mozart, Miércoles, 17 de agosto de 2016
Vivaldi, Haendel, Bruckner, Tomás Luis MIGUEL ÁNGEL BOSCH
Nos vemos en la pila del convento

El compositor Manuel Yánez, autor y lo llamaban así porque estaban las


de la canción “Viajera del río”, era el ruinas de un antiguo convento y pre-
percusionista principal del grupo de cisamente había una pila de agua.
gaita que teníamos: los Gaiteros de la Y ahí íbamos a buscar agua en unos
Plaza Miranda. Manuel y yo éramos baldes de metal (no existían los baldes
amigos del barrio. Lo conocí porque de plástico). En El Convento nos con-
jugábamos pelota, trompo, picha. Nos seguíamos. Te estoy hablando de que
veíamos siempre porque cargábamos tendríamos unos seis años. De ahí vie-
agua cada uno para su casa. Eso era ne la amistad con Manuel Yánez.
en un sitio que llamaban El Convento. Lunes, 26 de septiembre de 2016
El Convento es una plaza que está IVÁN PÉREZ ROSSI
frente al cementerio de Ciudad Bolívar

105
106
Dejen oír la música, ¡por favor!

Una vez estuvimos en Italia y tenía- esa emotividad que nos caracteriza a
mos que cantar en Roma y en Florencia. nosotros los latinos, que cuando se co-
De Florencia a Pisa es muy corto el tra- noce los primeros compases de algún
yecto en tren y un grupo de estudiantes tema musical se emociona) reventa-
venezolanos que estaba en Pisa escri- ban en aplausos porque se sabían los
bieron una carta al consulado pregun- temas. En cambio, los italianos per-
tando que si ellos se encargaban de manecían en silencio y solo aplaudían
organizar todo el concierto, podíamos cuando terminábamos cada tema, por-
nosotros ir a tocar en Pisa porque a ellos que el europeo espera que tú termines
se les hacía muy difícil ir para Florencia para poder aplaudir, no te interrumpe
por el tema del hospedaje. nunca. Entonces hubo ese choque
La cosa era que nosotros cantára- constante en casi todo el concierto.
mos en Pisa y regresáramos a Floren- Hasta que los venezolanos y los lati-
cia, que era en donde nos estábamos nos en general se quedaron tranquilos.
quedando, y nosotros aceptamos. Fui- Porque cuando estos empezaban a
mos a cantar en una abadía, por la que gritar, los italianos les decían: “¡Shhhh,
precisamente un grupo de venezolanos dejen oír, por favor!”. Nos sucedió tam-
estaba luchando para que no la tum- bién en La Karlsplatz en Viena que nos
baran e hicieran no sé que cosa. Ahí bajaron la cuchilla porque la gente no
en esa abadía se hacían exposiciones, nos dejaba ir y los encargados del tea-
conciertos, obras de teatro, para man- tro nos dejaron sin luz. Tuvimos que sa- 107
tenerla activa y que no la tumbaran. lir del teatro con linternas.
El cuento es que cuando estábamos Lunes, 8 de marzo de 2017
en el concierto, los venezolanos (con MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
Para Serenata Guayanesa
en sus 45 años
AUROR A DÍAZ DE SÁNCHEZ

Hace más de veinte años, envuelta mariposas de esperanza por volver a


en la caricia del viento que se devuel- escucharlos. Y entonces descifré en
ve (viento “El Barinés”), escribí más o sus voces a la montaña erguida, al vien-
menos así: “… Noche bruja de guitarra to entre las palmas, a la espuma mari-
y canto con luz en la nostalgia que se na, al lago en confidencias de lamentos
descuelga saltarina sobre las calles guajiros, y el misterio profundo de la
empedradas… caballito indomable, Guayana altiva…
agua fresquita, tonada trasnochada, Antes de que regresaran, visitamos
manos que ungen y que cortejan flo- la región andina del estado para ofre-
res… mañanita irizante, rescoldo tibio, cerles un poco de la paz que respiran
amoroso temblor, cocuyito inviernero… Altamira y Calderas. Rafael Salazar y
carcajada en cristal, leco que se de- Miguel Delgado Estévez, ¡venidos de
vuelve… dolor y llanto, guayabo e ilusión quién sabe dónde!, acompañaron en
con miel de arica, café recién colado, un concierto improvisado en la plaza de
manojito de aroma, prima y bordón, Altamira a Morella Muñoz. Iván tocaba
aguinaldo en diciembre, fulía y joropo... las maracas, Miguel Ángel el cuatro y
ríos que caminan acunando pertrecho Morito y César daban notas acompa-
de ilusiones…”. sadas mientras ella cantaba. Los niños
108 Esa noche cantaba Serenata Gua- sentaditos en el suelo escuchaban en-
yanesa… los mismos soldaditos eter- vueltos en la magia de la melodía.
nos del afecto, y en mi pecho aleteaban
109
Al caer la tarde arribaron a bordo de Busco y no encuentro la palabra que
una vieja camioneta amarilla José León defina todo cuanto me arropa: pasión,
Tapia y Orlando Araujo, quienes venían canción, entrega, devoción… ahora que
de Caldera. De allí nos fuimos a la casa arriban a otro cumpleaños y que con
–hermosa en su sencillez, abierta al voces plenas e ilusión de infante, envuel-
paisaje bucólico de la meseta miran- tos en el escudo y la bandera flameando
do al llano– de Mireyita Contreras. Su con la brisa pregonan: ¡Somos identi-
mamá, gentil matrona, nos atendió dad!
bondadosa y mientras José León re- Tal vez por ello me apropié de unos
vivía las batallas de la Federación y versos de Eladio Tarife, la Pluma de Oro
Orlando evocaba a “Miguel Vicente, del Llano, que dice:
pata caliente”, de la cocina olorosa sa-
lían arepas delgaditas rellenas de sardi- Con el pincel de mi verso
nas y un chocolate maravilloso… pintaré en el universo
Morella, Orlando y José León hace la tierra venezolana
tiempo decidieron marcharse... proba- y en medio de su grandeza,
blemente estén posados sobre nubes con su radiante belleza,
añorando momentos como aquellos... la inmensidad de Guayana.
No sé si en el recuerdo de mis her- Con infinito amor,
manos serenateros hubo algún otro Barinas, 8 de agosto de 2016
concierto de tanto sentimiento.

110
Linda mujer,
escucha este poema

De los músicos y compositores ve-


nezolanos que hayan dejado una huella
en mí, que estén en mi corazón, debo
nombrar a tres: Otilio Galíndez, Luis
Laguna y mi eterno y amado Simón
Díaz (con él tuve una relación casi que
de padre a hijo). Ellos tres han marcado
mi vida musical. Yo soy de la escuela
de Luis, de la escuela de Otilio, porque
Otilio y yo andábamos mucho juntos.
Lo iba a buscar a Maracay, nos íbamos
para la playa, él me cantaba cosas, yo le
cantaba a él. Con Otilio pasé días muy
hermosos, y con Luis también, y con
Simón ni hablar. Son tres compositores
que amo profundamente.
Y de los cantantes, Gualberto Iba-
rreto. No hay mejor voz que yo haya
escuchado en este país. Que me dis-
culpen los demás cantantes pero, para 111
mí Gualberto es el mejor cantante ve-
nezolano. Estudiamos juntos en la ULA
allá en Mérida, él estudiaba Economía orquesta típica. Estudiábamos distin-
y yo Medicina. Salíamos por ahí de vez tas carreras pero todos éramos mú-
en cuando a parrandear con Chavín, sicos. Nos reuníamos y allí había oboe,
ese gaitero de Cardenales del Éxito. clarinete, flauta, tiple, cuatro, guitarra,
Estudiábamos los tres en la ULA. Todo mandolina, contrabajo. Íbamos a la re-
eso era fantástico porque nos conse- sidencia femenina y armábamos aque-
guíamos en todas las fiestas y en todas llas serenatas con aquel orquestón.
las serenatas. Era la época en que uno Todas las muchachas salían, prendían
iba con un amigo, y entonces: “Mira, va- todas las luces, todo el mundo lanzaba
mos a dar serenata allá, pero tengo que papelitos pidiendo canciones: “Por fa-
esperar a una novia mía, bueno, no es vor, cántame esta”, “cántame la otra”.
mi novia, pero la estoy esperando que Aquello era una belleza. Llegábamos
llegue del cine, que anda con el novio, a las 11:30 y a las 12 comenzábamos.
para yo poder darle serenata”. Y yo le Después salíamos para otra casa y así
decía: “¡Oye, chico, pero tú eres bien íbamos. La gente nos abría las puer-
sinvergüenza!”. Ese era un amigo con tas. Era una locura. Eso lo hacíamos al
el que siempre serenateábamos a las menos tres veces a la semana duran-
muchachas. Dábamos serenatas fa- te los tres primeros años. Después ya
bulosas, incluso hasta tres veces por no se podía porque había que estudiar
semana. mucho. Entonces era una o dos sema-
Yo vivía en un edificio donde en los nales o mensuales, pero siempre sa-
112 tres apartamentos vivían músicos. líamos.
Éramos catorce músicos. Allí había Miércoles, 17 de agosto de 2016
músicos de la banda de Mérida y de la MIGUEL ÁNGEL BOSCH
Se consiguen los serenateros

Yo conocí a Hernán Gamboa un 30 esos temas yo solo, nos repartíamos


de diciembre, en una de esas parran- las gaitas entre los cuatro. Y de ahí tam-
das que armábamos allá en Ciudad bién vienen las serenatas. Hacíamos
Bolívar. Eso fue en casa de Floduardo nuestros propios arreglos de serena-
Díaz, que era un amigo de César. De ahí tas. Además teníamos esa influencia
de la casa de él nos fuimos para otra extraordinaria de una gente llamada
parranda y nos conseguimos con otra el quinteto Contrapunto. Queríamos
gente que también tenía una parranda cantar y arreglar como ellos. Pero na-
y Hernán era el cuatrista. Estaba allí die tenía ese don mágico y especial
con su papá, Carmito Gamboa. Y en- que tenía Fucho Suárez para arreglar.
tonces, por supuesto, se dio ese amor Éramos cuatro voces y hacíamos unos
a primera vista de la gente que se atrae arreglos que no eran tan buenos, pero
gracias a la pasión por la música. Al a la gente les gustaba. Y cuando yo me
año siguiente hicimos un grupo de gai- gradué en 1968, dije: “En lo que tenga
tas y los solistas éramos César, Morito, una plata, voy a grabar una vaina”. 113
Hernán y yo. Le enseñaba las gaitas a Lunes, 26 de septiembre de 2016
ellos y para no estar cantando todos IVÁN PÉREZ ROSSI
Déjame acompañarlo
yo, que conozco el
tema

Tuve el privilegio de estar cantan-


do en una velada con un maestro que
se llamó Aldemaro Romero. Eso fue
una noche en casa de Joel Bracho, un
abogado amigo. Había compartido con
Aldemaro en algunas ocasiones pero
no habíamos hablado mucho. Ese día
llegué como a las nueve de la noche y
él estaba acompañando a Cecilia Todd
y a otras amigas cantantes. En una
de esas, como a las doce de la noche,
Aldemaro le dice a Bety Abreu, hermana
del maestro José Antonio Abreu: “Bety,
encárgate tú” y se sentó en un mueble.
Bety acompañó a varias personas y me
llamó: “Morito, vente, vamos a hacer
algo, vente para que cantes”. Cuando
114 íbamos como por el tercer tema, Bety
me dice: “¿Qué quieres cantar?”, y le
digo: “Vamos a hacer 'Alma mía' ”. A
todas estas, Aldemaro estaba senta- propiedad, sobre los temas que conver-
do por allá y estaba escuchando el re- sábamos. Estuvimos cantando como
gistro mío para cantar el bolero y Bety una hora, y el único tema que yo no co-
hizo unos acordes en un tono más alto. nocía fue “Novia mía” de José Antonio
Entonces, él le dice a ella: “Bety, déjame Méndez, el compositor cubano del filin,
acompañarlo yo, que conozco el tema”. y esa la cantó él. Después me enteré de
Definitivamente le llamó la atención la que habían sido muy buenos amigos.
cosa, y Aldemaro se vino hasta donde Me imagino que a lo mejor él quiso sa-
estaba yo. Le dije: “Caramba, maestro, ber cómo la cantaba yo. Fue una vela-
¡qué honor!, mucho gusto”. Aunque ya da extraordinaria. Casi al final me dijo:
nos habíamos visto en alguna otra ve- “¡Chico!, pero tú eres una enciclopedia”.
lada. Empezamos a cantar “Alma mía” Eso me llenó de mucho orgullo. 115
y a conversar sobre boleros viejos y él Lunes, 8 de marzo de 2017
me preguntaba y yo le respondía, con MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
Serenata Guayanesa:
juego, música y poesía
NEIDA ATENCIO CASTELL ANO

En 1971 nace el grupo Serenata


Guayanesa, con la producción de su
primer disco en el que grabaron músi-
ca típica de la región de Guayana y el
cual no tuvo gran repercusión. Es en
1972 cuando se produce su segundo
elepé, que lleva por nombre el mismo
de la agrupación, Serenata Guayanesa.
En él son incluidos los temas “El sapo”,
que es un golpe guayanés, los aguinal-
dos “Casta paloma” y “¿Dónde está San
Nicolás?” –los dos primeros, del com-
positor guayanés Alejandro Vargas, y el
último, la primera composición de Iván
Pérez Rossi–. A partir de ese aconteci-
miento comienza la divulgación de los
temas de la naciente agrupación polifó-
116 nica que ha permanecido en el tiempo
y que sobrevivirá a todos los que desde
entonces son sus seguidores.
Sí, 45 años, 45 años sembrando amigos de entonces; y además, reviven
amor en Venezuela. Los dos prime- las fiestas compartidas con sobrinos y
ros discos de Serenata Guayanesa no demás “locos bajitos”, como los deno-
fueron intencionalmente producidos minó Serrat en una hermosa canción.
para el público infantil. Pero docentes, El primer contacto del ser humano
padres y madres, músicos y cantantes con la música ocurre antes de nacer, en
hicieron de las canciones de Serenata el vientre de la madre, cuando amoro-
Guayanesa la más hermosa herramien- samente ella le canta su primera can-
ta para cautivar a niñas y niños, sem- ción de cuna, la misma que le cantará
brando valores. Se contó para esa tarea acunándolo entre sus brazos en el vi-
con el apoyo espontáneo de adultos tal y continuo encuentro entre los dos.
que también disfrutaban los temas “El ¿Y cuándo nació la primera canción
Sapo”, “Casta paloma” y “¿Dónde está
San Nicolás?”, porque, cuando la litera-
tura y la música tocan el alma infantil,
también es del agrado de los “grandes”.
Ocurrió que niñas y niños se apropiaron
de esas canciones, crecieron entonán-
dolas y hoy en la adultez las tararean e
interpretan cada vez que la vida se los
permite. Este acto de amor ocurre por-
que esas canciones poseen lenguaje
poético. Recuerdan los días lejanos de
la infancia; les hacen sonreír porque se
sienten protagonistas y se identifican 117
con las situaciones narradas; se rego-
dean en los juegos disfrutados con los
de cuna? ¡Cuando nació el primer ser musicólogos, como Eduardo Casanova
humano! Esa hija, ese hijo, lloró, segu- en su texto La alborada de los trági-
ramente se desveló y la madre para cos (s.f): “… 'Gloria al bravo pueblo',
dormirlo invocó al viento, a las nubes, a una canción patriótica (…) Era, en rea-
las estrellas, al mar, al lago, al río, a los lidad, la adaptación de una canción de
pájaros y a las flores para que vinieran cuna, de un sencillo arrorró, que Lino
en su auxilio. Ese llamado lo hizo en un Gallardo, mediante el simple recurso
susurro. Un susurro que se convirtió de cambiarle el tempo y el ritmo, con-
en una melodía y esa melodía se hizo virtió en una especie de canción mar-
canción. Allí nació la primera canción cial”. Conny Méndez, en su canción
de cuna. “Venezuela habla cantando”, expresa
En Venezuela, cuando las madres que muchas actividades cotidianas en
agotan el repertorio de sus canciones Venezuela se hacen con mucha ale-
de cuna y el sueño no llega, cantan la gría, se realizan cantando y explica que:
melodía del Himno Nacional, a cuya “El secreto, compañero, es algo muy
música le insertan la letra de la canción personal: que arrullamos a los niños
de cuna tradicional “Dormite, chichi- con el Himno Nacional”.
to” o “Duérmete, mi niño”. Al contrario, Serenata Guayanesa ha enriqueci-
también se tiene la referencia –debati- do el repertorio con el que las madres
da– de que el autor de nuestro Himno mantienen la más sublime relación
Nacional –Lino Gallardo, en una tesis con sus muchachitos a la hora de dor-
aún en discusión– utilizó la música de mir, aportando las canciones de cuna:
una canción de arrullo, muy popular “Arrullo para un negrito”, “Mi niñito pre-
en aquella época de la Independencia, cioso”, “Mi niña”, y “ Precioso querube”.
118 como melodía –tal vez por su fácil Es en el entorno familiar donde el ser
aprendizaje–. Así lo referencian diver- humano se inicia en la educación mu-
sos investigadores, historiadores y sical. La música es una manifestación
estética, espiritual, que forma parte
de la educación integral. El juego en la
infancia es una actividad espontánea
que enriquece el proceso educativo
musical e integral. Niñas y niños dis-
frutan escuchando música, cantando
o jugando a interpretar instrumentos
musicales. Juego, música y poesía van
de la mano de niñas y niños en los pri-
meros años de su vida.
Serenata Guayanesa ofrece un im-
portante aporte a la formación estética
y musical de los niños con el amplísi-
mo repertorio que contempla versio-
nes de canciones tradicionales como
“La pulga y el piojo”, “Con real y medio”
y “Cuatro pollitos”; canciones de la au-
toría de los integrantes de Serenata
Guayanesa como “Precioso queru-
be”, cuya letra es de Iván Pérez Rossi
y la música de Miguel Ángel Bosch.
También han musicalizado poemas
de poetas venezolanos, entre ellos
“En mi pueblo había un río”, de Enrique
Hidalgo, “Barco de papel” de Beatriz 119
Mendoza de Pastori y “A la una”, poema
Serenata Guayanesa desde sus inicios
en la década de los setenta. Mis hijos
crecieron con su música. Disfrutaban
sus canciones en la casa, y en mi sitio
de trabajo, cuando me acompañaban
en el cumplimiento de mi labor, tam-
bién las escuchaban y disfrutaban en
compañía de mis pequeños grandes
de Aquiles Nazoa cuyo título original es maestros: mis alumnos. Recuerdan
“Letra para la primera lección de piano”. esas canciones con mucho placer; han
El trabajo de Serenata Guayanesa tratado de contagiar ese afecto a sus
ha marcado un hito en el rescate de hijos, mis nietos. Ahora es más difícil
los juegos y juguetes venezolanos, en hacerlo, se tiene que luchar contra la
un intento por no perder la memoria de competencia desleal: “la compu”, como
nuestra música popular, en el contexto dicen ellos, la TV, los juegos electróni-
de una cultura dominante que impone cos y con una barrera muy dura, más
a la subjetividad infantil los juegos elec- difícil de derrumbar, la indiferencia de
trónicos cuyo excesivo “disfrute” lleva a un buen número de docentes, quienes
niñas y niños a aislarse, a ubicarse en se preocupan poco por desarrollar y/o
un mundo virtual que los desvincula de fortalecer valores como el patriotismo,
su propio mundo, de su vida. Grandes que durante la infancia se forma en el
y chicos aprendimos a cantar “El pa- conocimiento y amor a héroes, juegos,
pagayo”, “Las metras”, “El gurrufío” y el juguetes y tradiciones venezolanas.
“Estribillo de los juegos”. Desafortunadamente en la escuela
120 Me desempeñé como maestra en pública y en la privada, con mayor inci-
los entonces jardines de infancia oficia- dencia, se escucha e interpreta, prefe-
les y fui una divulgadora de la música de rentemente, la música de moda, cuyos
contenidos nada tienen que ver con la aporte a la investigación y divulgación
venezolanidad; se celebra la fiesta de de canciones que se refieren a juegos
Halloween o Día de las Brujas, pero se populares, a juguetes tradicionales ve-
ignoran los bailes y canciones tradicio- nezolanos, y los aguinaldos. Entre esos
nales como “La burriquita”, “El pájaro aguinaldos se mencionan especial-
guarandol”, “Mare mare”, entre otros, y mente “Casta paloma”, y “¿Dónde está
son descalificados con toda la carga de San Nicolás?”, pues fueron los prime-
negatividad que eso supone para nues- ros grabados por Serenata Guayanesa;
tra cultura, como nación, como pueblo. también “Precioso querube”, “El chi-
La primera producción discográfi- rriquitico”, “Blanca mariposa”, “El niño
ca de Serenata Guayanesa concebida bendito”, “Corre, caballito”, “Calipso del
especialmente para niños es el ele- Callao” y el “Aguinaldo criollo”, que se
pé Cantemos con los niños, en 1982. cantan con mucho entusiasmo en toda
Resultó un éxito, pues hasta entonces Venezuela durante la época decem-
no existían producciones discográficas brina. El “Cumpleaños venezolano” de
para el público infantil, y aquel disco lle- Serenata Guayanesa, a la par que el de
nó ese vacío. Fue, afortunadamente, un Armando Molero y el recopilado por el
hecho que despertó en autores, com- maestro Sojo, están llamados a des-
positores y cantautores venezolanos plazar a otras canciones de cumple-
deseos de lanzar sus producciones. años que nos han invadido desde otras
El valioso trabajo de Serenata Guaya- latitudes.
nesa propicia el rescate de los juegos Serenata Guayanesa es un baluarte
tradicionales y el fortalecimiento del en la divulgación de los ritmos producto
amor de niñas y niños por los héroes ve- de la diversidad cultural venezolana. Las
nezolanos, lo cual es motivado con los tradiciones culturales son resultado de 121
temas “Este niño Don Simón” y “La ban- la mezcla de los aportes de la población
dera”. Es muy importante también su indígena que originariamente ocupaba
su territorio y del cual fue despojada, es la presencia del tema conserva-
los aportes de la invasión europea y cionista, la defensa del ambiente y la
los de la población africana, que fue se- contemplación de la belleza de los pai-
cuestrada y traída a Venezuela para ser sajes venezolanos, lo que contribuye
esclavizada por los invasores españo- a desarrollar en los niños valores re-
les y sus descendientes, para trabajar lacionados con la preservación de la
en las plantaciones de cacao, espe- vida en el planeta. En esta categoría se
cialmente. Posteriormente, trajeron su pueden identificar los temas “Qué lin-
cuota las múltiples migraciones que da sería la Tierra”, “En mi pueblo había
el país ha recibido. Las manifestacio- un río” y “El arcoíris”.
nes musicales cultivadas por Serenata La canción “Ay, mi Margarita”, mo-
Guayanesa y divulgadas en sus produc- tiva una reflexión sobre la destruc-
ciones musicales y conciertos abarcan ción del paisaje natural de la isla de
los géneros musicales: joropo, son ve- Margarita para convertirla en lo que
nezolano, merengue, vals, son, pasaje, es hoy, un gran centro comercial y
calipso, golpe guayanés, guasa, agui- en “¿Dónde está San Nicolás?” hace
naldo, habanera, golpe oriental, guara- referencia a la desigualdad entre los
cha, paseíto colombiano, son infantil, niños pobres y niños ricos; describe
bolero, polo margariteño, galerón, fulía, la tristeza e incomprensión sentida
bambuco zuliano, joropo oriental y pa- por los pobres al no recibir regalos en
rranda. Estos géneros están presentes Navidad. El mensaje es hacia la cons-
en la producción musical dirigida en trucción de una sociedad justa que
sus comienzos a público adulto y pos- garantice la mayor suma de felicidad
teriormente a niñas y niños. para el pueblo. No olvidemos que los
122 Otro aporte importante de Serenata poemas no son inocuos, poseen la
Guayanesa para el enriquecimiento del carga ideológica del autor.
repertorio musical infantil venezolano
Ahora, ¿qué define si una canción es
para niñas y niños? Según mi criterio
es el texto, la letra, como decimos colo-
quialmente. Todos los ritmos son ade-
cuados. Todos los temas pueden estar
presentes en la canción infantil. Lo que
marca la diferencia, lo que la hace com-
prensible al público infantil, es el trata-
miento que el poeta haga de ese tema. El
texto debe ser escrito atendiendo los in-
tereses y las necesidades del público al
cual va dirigido. El ritmo puede ser esco-
gido de la gama de ritmos venezolanos y
nuestromericanos, que conocemos.
Desde mi óptica de maestra, inves-
tigadora de literatura para niñas y ni-
ños, y poeta que ha publicado varios
poemarios y un cancionero para niñas
y niños, expreso mi agradecimiento a
Serenata Guayanesa por haber entre-
gado durante 45 años su invaluable
obra artística y pedagógica a quienes
hemos transitado el camino de lo infan-
til. Y muy especialmente por cumplir 45
años llevando la música venezolana de 123
la mano de niñas y niños.
Adelante... ¡Que siga la fiesta!
¡Qué va a estar lloviendo nada!

Una vez fuimos a cantar a Austria, a Otro episodio muy particular fue
un teatro que nunca había abierto sus cuando estuvimos cantando en Bonn.
puertas para la música popular. En Llega una señora y nos dice: “Yo no voy
ese teatro cantamos nosotros con dos a su concierto mañana porque maña-
cuatricos. El Konzerthaus de Viena, na va a llover, a las seis”, y yo pensaba:
se llama el teatro. Hicimos nuestro “¡Esta señora está loca! ¡Cómo va a
concierto y yo estaba muy asustado decir que mañana va a llover!”. Pues
porque la gente aplaudía un, dos, tres, llegamos allá como a las cinco y había
cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, una pepa 'e sol, nos pusimos nuestros
diez, once y doce. De rigor. “Aquí no le liquiliquis y a las 6:05 de la tarde llovió.
está gustando a nadie esto”, pensa- La gente inmediatamente sacó unos
ba yo. Terminamos el concierto, nos paraguas grandísimos. Yo creía que la
despedimos ¡y ha empezado la gente gente se iba a ir: “¿Por qué no se van?”,
a aplaudir! Hicimos un bis: volvimos me preguntaba. Estaban acostumbra-
a salir, hicimos otro bis y ya nos me- dos. Y César me decía: “Si esto es en
timos. Fue muy lindo para nosotros otra parte que no tenga esta cultura,
que la primera vez que se abría el tea- la gente se va”. Pero la gente no se fue,
tro para la música popular, Serenata permanecieron allí durante todo el con-
Guayanesa estuviera allí representan- cierto. Duramos ahí una hora, hicimos
do a Venezuela. Era muy comprome- uno y dos bis. Eso fue en la Markplatz, la
tido cantar allí en Viena, donde tocó plaza del mercado de Bonn. Ese tipo de
124 Mozart. Eran los momentos en que cosas a uno lo sorprenden, que le digan
uno sudaba, el cuatro se resbalaba. a uno: “Mañana va a llover a tal hora”.
Eso fue bien comprometedor.
Otra cosa interesante, y que nos
marcó mucho, fue cuando estuvimos
en Canarias en la feria de San Juan y
conocimos a Celia Cruz. Estuvimos
con ella en la rueda de prensa. Fue una
gran experiencia conocer a esa mujer
maravillosa, divina, extraordinaria. Ese
fue un día muy lindo para nosotros.
Esas son cosas que quedan como re-
cuerdos muy gratos. Un recuerdo en-
trañable que guardo es la primera vez
que fuimos para Alemania en 1986. Era
la primera vez que yo salía con los mu-
chachos, y me tocó dormir en el suelo,
porque había solo tres camas y eran
para los tres mayores. Tocaba poner
una sábana y dormir. A lo largo de estos
años he vivido unas cosas muy lindas.
Miércoles, 17 de agosto de 2016 125
MIGUEL ÁNGEL BOSCH
126
Los catiritos y la Guayanesa

Una vez estábamos en Hannover to- nombres de los negocios eran lugares
cando, en la Flor que diseñó Fruto Vivas. de Venezuela. Ese día era la inaugura-
Estabamos con Gurrufío y Los Vasallos ción de la plaza Andrés Bello.
del Sol. Nos tocaba hacer un concier- Resulta que cuando estábamos ha-
to, solos, en una plaza buenísima que ciendo el concierto, había una morena
había allí. Llega una señora y nos dice: en el público que me estaba encandilan-
“Les tenemos una sorpresa con un gru- do con los ojos y estábamos, como lla-
po de niños” y de repente entró un coro man en oriente, en un sebo de ojos con
de niños alemanes cantando en espa- la muchacha. Ella me veía y yo la veía, y
ñol. Aquellos niños han entrado cantan- en eso estuvimos en ese rato, mientras
do “El papagayo”. A mí me iba a dar un estabamos cantando. Después que ter-
infarto de la emoción escuchando eso, minó el concierto, me acerco adonde
porque qué me iba a imaginar yo que está la muchacha y le digo: “Mi vida, es
unos catiritos alemanes iban a cantar que eres demasiado bella, ¿de dónde
una canción mía. Son cosas muy boni- eres tú?”. “Yo soy de Ciudad Bolívar, de
tas que a uno le ha tocado vivir. La Sabanita”, me dice la muchacha llo-
Una vez estábamos en Corato, cerca rando y yo le pregunto: “¿Por qué lloras?”.
de Bari, en el sur de Italia, dando un con- “Es que yo sé que no voy a ir más para
cierto, eso fue en 1981. Allí en ese pue- Venezuela a menos que me case con
blo había muchos italianos que habían un venezolano”, me dijo ella. “Bueno, es-
vivido en Venezuela y se habían devuel- tamos disponibles”, le contesté. Son las
to con sus familias para Italia. En ese cosas buenas que suceden en los viajes. 127
pueblo veías: panadería Caracas, paste- Lunes, 26 de septiembre de 2016
lería Guayana, cafetería Maracaibo. Los IVÁN PÉREZ ROSSI
A pesar de mi amor por la profesión
que ejercía, dejé mi trabajo por serenata

El momento en el que Hernán sale de mudar. Fue una situación compleja.


de Serenata Guayanesa fue definito- Yo llamé a Iván y le dije: “Mira, Iván, pue-
rio para nosotros. Yo acababa de re- do estar hasta año y medio sin ganar ni
nunciar a mi trabajo en Fundacomún, medio pero si en seis meses no recupe-
por esos problemas de cambio de go- ramos el grupo busco trabajo porque
bierno. En aquella época, si estabas tengo mujer y dos hijas que mantener”.
trabajando con un gobierno de AD y Iván me dijo en ese momento: “No te lo
venían los copeyanos a mandar, estos quería decir porque no tengo hijos y tú
te echaban vaina, y si era el caso con- sí pero vamos a echarle pichón con el
trario, igualito. Les decía a los dirigentes grupo”. Para mí lo más importante era
partidistas, que estaban a mi cargo, recuperar la agrupación: “Yo doy la vida
que ahí no se venía a hablar de políti- por esta vaina”, le decía a Iván. Se hizo
ca, porque estaba expresamente prohi- un gran sacrificio para sacarla adelan-
bido hacer proselitismo político en las te. Empezamos a buscar con calma
instituciones del Estado. Sin embargo, para ver quién sustituiría a Hernán.
con todos aquellos líos encima y con Fueron sopotocientas personas que
Serenata haciéndose cada vez más co- vimos. César allá en Ciudad Bolívar e
nocida, decidí dejar el trabajo y dedicar- Iván y yo aquí en Caracas. Un día le digo
me en cuerpo y alma al grupo. a Iván: “Me voy para Ciudad Bolívar
128 Pasó entonces que Hernán se fue. porque César tiene un muchacho por
No había contratos de televisión, no ha- allá”. Iván me dice: “También hay un
bía sueldo ni conciertos y me acababa muchachito así y asao que conocimos
en Mérida, ¿te acuerdas?”. Y yo le digo: Alemania. Mi hija mayor, Jacquelinda,
“Claro, vale”. Entonces Iván me dice: concluía sus estudios universitarios y
“Bueno, voy a ir a oírlo cantar esta no- no pude acompañarla en su acto de gra-
che, lo voy a jurungar a ver qué tal”. Y duación, lo cual fue doloroso para mí.
bueno, allí está Miguel Ángel más de Pero no había de otra porque Serenata
treinta años después con nosotros. había adquirido el compromiso de re-
Una cosa que recuerdo con espe- presentar a Venezuela allá en Alemania.
cial cariño es algo que pasó cuando Estando en Hannover hice no sé cuán-
mi hija Ligia Teresa estaba chiquita, en tas llamadas telefónicas a mi casa, en
tercer grado. Resulta que un día llego a la madrugada, para de alguna manera
la casa y mi esposa me dice: “Te tienen estar presente en aquel momento tan
una sorpresa, tu hija anda que no cabe importante. Y que para mí era particu-
por la puerta. Ya te contará”. Total que larmente especial. Sin embargo, tuve la
cuando nos vemos, la niña me dice: satisfacción de ayudar a mi hija a prepa-
“Hoy en clase de Lengua teníamos que rar el discurso de grado, pues ella fue la
leer un párrafo y la profe dijo: 'Abran sus encargada de pronunciarlo.
libros en la página tal'. ¿Y no sabes? Era Por todas estas cosas digo que, para
la poesía de 'El niño Simón Bolívar!'”. mí, Serenata Guayanesa es amor, por-
“¿Y quién la leyó?”, le pregunté, y me res- que hay que tener mucho amor para
pondió: “¡No! La cantamos entre todas”. dejar la profesión y hacer tantos sacrifi -
Ese fue un momento mágico para mí. cios. A pesar de esto llegó un momento
Pero así como hubo esos momentos en que dije: “Por Serenata Guayanesa,
mágicos de compartir con mis hijas, hago lo que sea”.
también hubo momentos complicados. Lunes, 8 de marzo de 2017 129
En una ocasión nos invitaron a parti- MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
cipar en la “Expo Hannover 2000” en
Cuatro voces en el latir del pueblo
R AFAEL SAL AZAR

La memoria es la mejor guardiana vivencias del colectivo popular, navega


de nuestras querencias. Un pueblo, ca- con viento franco y a puerto seguro
paz de atesorar los momentos de su Serenata Guayanesa.
historia, es dueño de su identidad.En No existe en Venezuela territorio al-
el caudal sonoro de nuestra cultura guno que esta agrupación no haya abar-
tradicional, que arrastra consigo las cado en la búsqueda de los sonidos

130
esenciales de la Patria, preservados a Serenata Guayanesa ha sido fiel militan-
través de siglos por nuestros cultores y te de nuestra memoria cultural.
sus saberes ancestrales. Pero esos so- Todo comenzó en 1971, con el sueño
nidos, conservados apenas como su- de cuatro jóvenes amantes de la músi-
pervivencia de la cultura regional, tenían ca que, en un comienzo, juntaron sus
la urgencia de salir de sus raíces para voces para arrullar las noches angos-
convertirse en el árbol sonoro del pue- tureñas bajo los vetustos ventanales
blo venezolano. Y allí, en ese hermoso que guardaban la ilusión de aquellas
proceso dialéctico de indagación y difu- muchachas, hechizadas por el influjo
sión de la música popular venezolana, del amor.

131
Luego vino la Navidad, el tiempo que consolidaron el crecimiento artísti-
más hermoso de fe colectiva, que to- co del grupo.
ma como símbolo el nacimiento del En 1984 se incorpora al grupo Miguel
Niño Dios y que motiva el reencuen- Ángel Bosch, quien provenía con su va-
tro familiar para hacer votos de pros- liosa experiencia de los Andes como
peridad por el año venidero. Y en esa integrante del grupo Raíces y del cuar-
manifestación popular, este cuarteto teto Pueblo.
juvenil decide formar, en Ciudad Bolívar, Lo demás es historia más o menos
la agrupación musical Los Gaiteros de conocida. En este acopio musical, de
la Plaza Miranda. investigación y divulgación a un mismo
Quedaban aún en la memoria colec- tiempo, Serenata Guayanesa asume las
tiva las armonías y travesuras contra- principales formas musicales del país,
puntísticas sembradas por el afamado para darlas a conocer en el ámbito na-
quinteto Contrapunto, entre 1963 y 1971, cional e internacional. El calipso, el vals
al haber transformado la historia vocal y las diversiones guayanesas; los aires
venezolana inspirada en las cancio- andaluces de nuestro oriente –polo,
nes genuinas de nuestro pueblo. De fulía, jota, gaita y galerón–; los sones
ese venero sonoro abrevó Serenata afrovenezolanos de San Juan Bautista,
Guayanesa, impulsada por César e como el sangueo y los golpes de la
Iván Pérez Rossi, Hernán Gamboa y Costa Central; la reciedumbre de nues-
Mauricio Castro, comprometida desde tros joropos llaneros; la quietud sonora
ese entonces con el hacer musical de la del bambuco andino y la habanera; la
Patria y su gente. picaresca rítmica y temática del meren-
En el empeño de divulgar los sedi- gue caraqueño; las formas múltiples de
132 mentos sonoros aprehendidos del sa- la gaita zuliana, en especial la de furro
ber popular, florecieron innumerables y de tambora; la armonía de instrumen-
conciertos nacionales e internacionales tos de cuerdas y voces que caracteriza
a los golpes larense y de la sierra falco- cultores, artistas plásticos y del mundo
niana; y, en fin, todos los sonidos que audiovisual, a fin de aliviar la carga del
arropa el espectro musical venezola- desarraigo que llevamos a cuestas y ha-
no fueron asumidos y divulgados con cer más grata la compañía en esa lucha
maestría por Serenata Guayanesa, pa- permanente por alcanzar “el mundo do-
trimonio cultural de Venezuela. rado” de la sabiduría y la igualdad social,
Pero si bien todo este trabajo justifica como dijera Cervantes en la lucidez de
el reconocimiento por la labor artística sus locuras quijotescas.
y social de esta agrupación, creemos Lunes, 31 de octubre de 2016
que su obra más importante ha sido el
haberle brindado a nuestros niños un
nuevo y valioso repertorio infantil, de
esencia nacional, como complemento
de aquellos sonidos de tradición hispá-
nica que fueron preservados por nues-
tras madres, abuelas y maestras, las
heroínas silentes de nuestra identidad
inicial.
Ante tanta música comercial de mala
factura, carente de valores estéticos, so-
noros y poéticos, debemos celebrar la
vigencia de Serenata Guayanesa, en sus
45 años, porque ha sido y seguirá siendo
un oasis de la cultura nacional, para hon-
rar a la otra Venezuela que aspira tran- 133
sitar con pasos propios, en compañía
de poetas, narradores, compositores,
134
Ese concierto es irrepetible

Yo creo que ese concierto de los 25 guayanés Manuel Yánez”. Nos había-
años de Serenata no se repite más. Quien mos encontrado a Manuel en un con-
se encargó de ese concierto fue Miguel cierto en Ciudad Bolívar y nos cantó
Ángel. Ahí cantó Vidal Colmenares, “Viajera del río”, a cappella porque no
Cristóbal Jimenez (ellos dos hicieron tenía ni un cuatro, se acompañó llevan-
un contrapunteo), cantó Neguito Borjas, do el ritmo dándole a la mesa. Manuel
Ricardo Cepeda, Cecilia Todd, Gualberto nos enseñó aquel vals tan hermoso y
Ibarreto, el negro Francisco Pacheco, nos volvimos locos con esa canción.
Gurrufío, entre otros. Entonces le dije a Manuel: “Me pare-
Me acuerdo cuando estábamos ce que la letra tiene unos errores. No te
montando el espectáculo un día, en la pongas a darle esas canciones a nadie
oficina nuestra, y le digo a Francisco sin que te las revisen antes. Deberías
Pacheco: “Mira, yo no quiero que tú modificar algunas cosas. Aquí, por
cantes golpes de tambor, parrandas, ejemplo, cuando dices ‘que bajaba el
nada de eso. Quiero que arranques con ríoʼ me parece que pudieras poner ‘per-
una sirena”. La sirena es un género que fumando el ríoʼ, y queda mejor”. Le hice
se conoce poco y le dije a Francisco: ese y uno que otro pequeño cambio
“Quiero que tú me grabes una sirena para mejorarle su canción a Manuel,
para aprenderme la forma del canto sin embargo, nunca le he dicho a na-
porque quiero cantar una sirena conti- die acerca de esas modificaciones a
go”. Me atreví a cantarla, él me la gra- “Viajera del río” porque esos créditos 135
bó y me atreví. Le dije: “Vas a cantar son de Manuel y de más nadie, esa es
una sirena y un vals de un compositor su canción. Una de las más hermosas
que se han escrito en este país. Le diji-
mos al negro Francisco Pacheco: “Vas
a cantar esa canción con nosotros”
y cuando el negro oyó aquello dijo:
“¡Virgen santísima! ¡Eso es una mara-
villa, chico!”. Y esa fue la canción éxito
de ese concierto. Ese fue un concierto
que duró cuatro horas. Ahí estaban las
figuras más notables de la música. Eso
es una cosa irrepetible.
136 Lunes, 26 de septiembre de 2016
IVÁN PÉREZ ROSSI
Dónde están los cantadores
que estaban aquí cantando

Nosotros estuvimos viajando a los Al principio, todos esos cantadores


estados Sucre y Monagas, buscando de oriente se reían de nosotros, hasta
cantadores de estribillo porque estába- que les agarramos el pie, los trajimos
mos aprendiendo a cantar este género. para Caracas y ellos nos empezaron a
Queríamos saber cómo se improvisa- respetar. Conocimos a Perucho Cova,
ba en el cotorriao5. Estuvimos, desde uno de los maestros de la cuereta; a
octubre de 1976 hasta marzo de 1977, Bertha Vargas, cantadora de malague-
viajando constantemente para orien- ñas y cantos de pilón; a Chelé Romero;
te. Fuimos a San Antonio del Golfo, a conocimos también a Cruz Quinal, “el
Cariaco, a Cumanacoa; llegamos in- Hermano del Boxeador” decía él, el rey
cluso hasta Carúpano oyendo canta- del bandolín morocho. Compartimos
dores, para ir aprendiendo los secretos también con la gran cantora cumanesa
del joropo estribillo. Estuvimos esos María Rodríguez. Aunque a María la co-
seis meses yendo casi todos los fines nocía de la época que estuve estudian-
de semana para allá hasta que empe- do en Cumaná a finales de los años
zamos a mejorar. sesenta. Recuerdo que en esa época
María organizaba la comparsa de “La
mariposa”.
5 Forma de improvisación que se estila en el
joropo estribillo en la que el cantador va di- 137
ciendo frases de manera muy rápida. De allí
Lunes, 8 de marzo de 2017
el nombre por semejanza con el canto de la
MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
cotorra.
Aquel cuarto de siglo
GUILLERMO DE LEÓN CALLES

Había transcurrido justo un lustro celebrara un cuarto de siglo por parte


desde aquella vez en que nuestra “Si de una institución, cuando en el país
la Tierra Tierra fuera” resultó exaltada persistía la fragilidad de la memoria
por el talento musical de Miguel Angel colectiva. Todo un despliegue de lumi-
Bosch y privilegiada por la totalidad de nosidad, que encuadraba los estrenos
las voces de quienes fueran, bautiza- de “Viajera del río”, mientras su compo-
dos por el padre río, “los muchachos de sitor, el humilde Manuel Yánez, contem-
la plaza Miranda”, amparados por las plaba cómo se alojaba su creación en
composiciones de Alejandro Vargas, en la sensibilidad de Francisco Pacheco
una Ciudad Bolívar que no quería des- y de “Mi caballito”, que se hizo nuestro
hacerse de su Angostura. De pronto la cuando el inmortal Simón Díaz lo puso
Ríos Reina del Teresa Carreño reinvidi- a cabalgar por las sabanas del alma allí
có en el fondo de su escenario la luna multiplicada.
llena que bañaba la imagen de Hernán Aquella noche en que el humor en
Gamboa, mientras Cheo Hurtado, discí- serio de Laureano Márquez fue suce-
pulo de alto rango del eminente cuatris- dido por la genialidad de Emilio Lovera,
ta, rasgaba su instrumento con apego cantando como canta la celebrada
a la fidelidad que amerita tal herencia. cumpleañera, discurrió todo un patri-
Un caudal de aplausos, emulando la monio musical muy nuestro, cuando
138 fuerza del Orinoco, escoltó la presen- Ricardo Cepeda y Neguito Borjas ver-
cia del maestro Pedro León Zapata, tieron en la escena sus lacustres gaitas
quien destacó la atipicidad de que se y María Teresa Chacín navegaba en el
azul a través de un polo margariteño. Universitario y del virtuosismo corpo-
Comenzó a oler a mastranto en los ral de los Vasallos del Sol. Una noche,
momentos en que Cristóbal Jiménez, otra noche, y un mediodía en que mi
Ismael Querales y Vidal Colmenares gratitud renace cada vez que siento
lo destilaron desde sus manos y sus que “Mañana es septiembre”, la que
gargantas, mientras contábamos con gracias a la generosidad de Serenata
la majestuosidad vocal de Gualberto Guayanesa, tan de ellos como mía, han
Ibarreto y las excepcionales interpre- hecho que este relato poético, cuando
taciones de El Cuarteto. En cada espa- nuestros cabellos ya andan teñidos
cio de nuestro escenario del recuerdo con tiza, vuelva a abrir a cada momen-
palpitan aún los cantos del Orfeón to los remotos portones de la escuela.

139
Morella, la voz de todos

En 1994 hicimos un espectáculo para


recoger fondos para Morella Muñoz.
Eso fue cuando le dio el ACV (acciden-
te cerebro vascular). En esa ocasión, en
vista de la situación de salud de ella, diji-
mos: “Vamos a hacer un concierto para
Morella, que está muy delicada”. José
Antonio Abreu, que para ese momento
era el ministro de Cultura, después que
le dio el ACV, la dejó sola. Prácticamente
no le brindó ningún apoyo y eso que ella
era asesora para la cultura popular del
Ministerio de la Cultura. Tuvimos no-
sotros que pagar para llevarla a Cuba.
Morella estaba en el hospital Pérez
Carreño, en el piso nueve, en unas condi-
ciones horribles. Era muy triste verla así.
Fue cuando tuvimos esa idea de reca-
bar fondos. Y acordamos que haríamos
tres conciertos y cada uno de los artis-
tas participantes cobraría un solo con-
140 cierto, el resto era para Morella. Y todo
ese poco de artistas estuvo de acuerdo.
Zapata fue el presentador, hizo un afiche
excelente: Morella Muñoz: la voz de ladrillos. Inmediatamente José Antonio
todos. Abreu llamó a Gunilla, la hija mayor de
Después que yo canté (recuerdo que Morella, y le dijo: “¡Cómo es posible que
ahí estaba, por cierto, Rafael Caldera Iván Pérez Rossi diga eso y ante el doc-
con su esposa, cuando ni soñaba ser tor Caldera. Yo quiero que me acompa-
Presidente), dije: “Me parece muy bien ñes el lunes a hablar con el presidente
que nos hayan invitado para ayudar a Pérez para desmentir eso!”. Y Gunilla
Morella y todos hayamos dicho presen- le dijo: “Pero, espérate, si estamos ha-
te. Pero, ¿por qué tenemos que recoger ciendo esto es porque mi mamá no
dinero nosotros para Morella Muñoz? tiene recursos para recuperar la salud”.
¿Por qué tenemos que hacer esto? El carajo quería que Gunilla lo acom-
¿Por qué tenemos que llegar a esta vai- pañara ese lunes a desmentir lo que
na? Esto no es posible, se supone que yo estaba diciendo. Ese concierto fue
el Estado proveerá a sus hijos ilustres tan bueno como el de los 25 años de
y sus artistas de la ayuda necesaria Serenata Guayanesa. Fueron los dos
en caso de requerirla. ¿Y dónde está mejores conciertos que hemos hecho
el Ministerio de la Cultura?”. Me acuer- en el Teresa Carreño. 141
do de que en aquella época estaban Lunes, 26 de septiembre de 2016
saliendo los celulares, los llamados IVÁN PÉREZ ROSSI
142
143
Bendito sea yo, caramba,
bendito sea yo, Dios mío

Conocí a Perucho Cova, incluso es- colección grabó Perucho Cova, y ahí
tuve en su ranchito allá en Campoma, fue donde lo conocimos.
allá en el estado Sucre. Daba dolor ver Cuando Perucho venía para Caracas
las condiciones en las que vivía aquella llegaba a la casa de un médico amigo
gente. Condiciones infrahumanas, con nuestro, el doctor Oscar Montes, por-
piso de tierra y sin baño. También cono- que Domingo le encasquetaba Perucho
cimos a Bertha Vargas, a Chelé Romero, a Oscar, y también todos esos músicos
Fausto Salazar. Estuvimos también va- que venían de allá de Campoma, esta-
rias veces en la casa de Cruz Quinal, en do Sucre: Chelé Romero, Crispín Maya,
San Lorenzo cerca de Cumanacoa. Fausto Salazar.
Los primeros que grabamos joro- Nosotros ya teníamos una idea de
po estribillo en este país fuimos no- lo que era el estribillo, pero cuando co-
sotros. Había un disco, que estaba nocimos a toda esa gente, reforzamos
grabando Domingo Mendoza, que se lo que sabíamos. Y aunque el estribillo
llamaba País y música en 1971, para el lo grabamos en 1975, ya desde 1971 lo
Ministerio de Educación. Era ministro conocíamos bastante. En esa época
de Educación Pérez Olivares, copeya- hicimos unos programas televisivos
no. Eso fue en el primer gobierno de con Isa Dobles. En esos programas es-
Caldera. Domingo Mendoza era el bajo taban Hernán Marín, Gualberto y toda
del quinteto Contrapunto y era un gran esa gente de Sucre que eran la mata
conocedor de la música popular. Así del joropo estribillo. 145
que hizo una colección de diez discos Lunes, 26 de septiembre de 2016
que se llamaba País y música y en esa IVÁN PÉREZ ROSSI
Al oriente, juventud

En el año 2012 nos invitaron a can- que marchar a Caracas, pero dejé mu-
tar en la Universidad de Oriente, en chos amigos. Tengo muchos recuer-
Cumaná. En pleno concierto estaba dos de cuando estudié aquí, pero hay
César conversando en el intermedio un recuerdo que no se me quita de la
entre canción y canción y yo estaba mente, un recuerdo que siempre llevo
distraído hablando con Chuito Rengel y en mi corazón y es uno que dice así: “Al
de repente César dice: “Verdad, Morito, oriente, juventud, acercaos, juventud, al
que tú estudiaste aquí en la UDO”, y le oriente, caminad, caminad a la puerta
digo: “Bueno, sí” y sin pensar qué iba a triunfal de la casa, la casa más alta, la
agregar, porque César me había aga- casa que vierte su Orinoco de luz to-
rrado descuidado, añado: “Recuerdo rrencialʼ”. Y empecé a cantar el himno
mucho la época en que estudié aquí de la UDO. Eso fue un momento real-
en Cumaná, donde tengo muy bue- mente emotivo.
nos amigos. Y lamentablemente por Lunes, 8 de marzo de 2017
cosas de la vida no pude continuar la MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
carrera de Medicina aquí y me tuve

146
Por la música conocerás
la esencia de los pueblos

A mí me gusta la música que hacen casa en el aire, solamente para que


los pueblos, yo amo a los países por vivas tú, y allí pondré un letrero bien
su música. Yo amo a Argentina por grande con nubes blancas que diga
la cantidad de música extraordinaria andaluz (...) Cuando Andaluz sea seño-
que hay allá. Tenemos, por ejemplo, a rita y alguno le quiera hablar de amor,
Eduardo Falú, un gran artista argentino el tipo tiene que ser aviador para que
que tocaba guitarra clásica y además pueda hacerle la visita, el tipo tiene que
cantaba y componía. Tuve la suer- ser aviador para que pueda hacerle
te de cantar con él allá en Cosquín, la visita”. ¡Esa vaina es una maravilla!
Argentina. También me fascina la mú- Tenemos también el pasillo ecuatoria-
sica negra del Perú y los valses de no y toda esa música latinoamericana
allá. Hay una cantante de mi infancia: tan extraordinaria. Claro, aquí tenemos
María de Jesús Vásquez, que cantaba a Otilio Galindez, a Henry Martínez y a
“El plebeyo”. Esa señora tenía una voz Simón Díaz, por ejemplo, que son com-
extraordinaria. De Colombia me gus- positores de altísima calidad.
tan mucho los bambucos y los torbe- Está también la música cubana que
llinos. Está por ejemplo el vallenato de es interminable. En Brasil está Jacob
Escalona, que es de la época en que la do Bandolim que es un músico de una
música vallenata era con guitarra y no sensibilidad sublime. Una vez le pre-
con acordeón. Esa canción, “La casa gunté al pianista de Zimbo Trío, quien 147
en el aire” es de una imaginación ex- era el músico popular más importan-
traordinaria: “Voy a hacer para ti una te de Brasil, y sin pestañear me dijo:
“Jacob do Bandolim”. Es imposible es-
cuchar a Jacob y no amar a Brasil. Y
cuando voy para un país, lo que hago
es comprar discos. Me encanta tam-
bién el Kyrie eleison de Beethoven... Y
me fascina Juan Luis Guerra, como
cantante, como compositor, como
arreglista es excelente, se perdió la
dimensión de lo que es Juan Luis... El
Aleluya de Beethoven es para morirse...
La música campesina cubana... En fin,
es mucha la música y definitivamente
uno termina amando a los pueblos por
su música.
Lunes, 26 de septiembre de 2016
IVÁN PÉREZ ROSSI

148
Serenata Guayanesa es
pasión, esfuerzo, amor

Cheo Hurtado ha sido un ejemplo con


la siembra del cuatro. Ha hecho un tra-
bajo importantísimo. De ahí han salido
grandes cuatristas como los mucha-
chos de C4 Trío. Ese trabajo todavía no
ha sido reconocido en su justa dimen-
sión. Hay una deuda con Cheo. El país
tiene una deuda también con Gualberto
Ibarreto, con Francisco Pacheco por-
que eso es la nacionalidad, la nacionali-
dad no son unos límites y la bandera, el
himno, ¡no! El verdadero país está en el
afecto que se expresa a través de la mú-
sica. La nacionalidad es toda esa gente
que ha hecho música: Alejandro Vargas,
Armando Molero, Luis Mariano Rivera,
María Rodríguez, Cruz Quinal, Anselmo
López, don Pío Alvarado, el quinteto
Contrapunto, en fin, muchísima gente...
ese es el verdadero país. ¡Esos son los 149
que forman el país!
Lunes, 26 de septiembre de 2016
IVÁN PÉREZ ROSSI
El primer día es cuando se demuestra
de lo que se está hecho

Hay un personaje que nosotros qui- Nosotros siempre le preguntába-


simos mucho, el doctor Oscar Montes, mos: “¿Cuándo quieres ir?” y el nos
que era un médico de Ciudad Bolívar, decía siempre: “El primer día”, y al año
padre de Alfonso Montes. Alfonso y su siguiente lo mismo: “El primer día”. En
esposa Irina Kircher son extraordina- una ocasión, que estábamos compar-
rios guitarristas con los cuales hemos tiendo, le pregunté: “¿Por qué el primer
compartido el escenario. Cuando no- día, y no el segundo o el tercero?”. A
sotros éramos muchachos, el doctor lo que respondió: “Es que el primer día
Oscar nos perseguía y su carro, que era es cuando la adrenalina está a millón
un Mercedes Benz chiquitico; eso era y el artista demuestra realmente cuán
un bar ambulante, allí preparábamos valioso es. El primer día es práctica-
guarapitas y cocteles. Él andaba mucho mente el ensayo general del evento
con nosotros porque a veces le íbamos porque es muy difícil”. Oscar nos en-
a dar serenata a alguna de sus amigas. señó mucho. Le teníamos un gran ca-
150 Cuando ya Serenata estaba más con- riño y un gran respeto y él a nosotros.
solidada, y tocábamos, por ejemplo, en Lunes, 8 de marzo de 2017
el teatro Teresa Carreño, él siempre era MAURICIO CASTRO RODRÍGUEZ
nuestro invitado especial.
El muchacho de El Tigre que se convirtió en
“el quinto serenato”

Como ocurre con las leyendas que se también ha sido un privilegio tenerlo
pierden en el tiempo, cierta mañana, de en escena con ellos a través de tantos
cierto día, de cierto año, un muchacho años). Por supuesto, en aquella época el
de El Tigre tuvo el privilegio de integrar, grupo, con algo de trayectoria recorrida,
por primera vez, uno de los grupos más era uno de los más innovadores e ima-
emblemáticos de Venezuela, convir- ginativos de la música tradicional vene-
tiéndose en un “serenato” más (nombre zolana. Varios discos grabados daban
con el que Cecilia Todd bautizó a cada fe de que los serenateros del Orinoco
uno de los muchachos del Orinoco). poseían una fuerza musical inoculta-
Cuentan los que saben que Caja Seca, ble y que sin duda, desde aquellos años
por allá por el Zulia y muy cerca de la ochenta, ya tenían el estatus de estrellas
frontera con Trujillo, fue testigo de la pri- de nuestra música.
mera ocasión en que el joven Sabin se Así las cosas, este muchacho, nacido
montó en una tarima para cantar con entre balancines y sembradíos de maní y
Serenata Guayanesa, correspondiéndo- patilla en aquella joven ciudad petrolera
le sustituir a Iván. de El Tigre, se enfrentó por primera vez
Aquel día marcaría el inicio de una tra- a la responsabilidad de sustituir a uno
yectoria de más de treinta años sirvien- de los serenateros de Ciudad Bolívar.
do como apagafuegos, utility de lujo La tarea no pintó nada fácil, mas el jo-
que no ha hecho sino enriquecer con su ven Sabin, con todo el ímpetu y la deter-
sapiencia musical las presentaciones minación de sus antepasados vascos, 151
de la agrupación en las que ha tenido estaba tranquilo para acometer aquella
el privilegio de actuar (y para Serenata empresa. Solo la emoción de subirse
a una tarima con aquellos maestros
le perturbaba un poco, pero aquella
agitación natural, de la que no puede
prescindir ningún músico a la hora de
montarse en un escenario, aquella in-
quietud sabrosa solo pudo ser motor
para hacer mejor su trabajo musical.
Quizás Sabin había pasado, sin saberlo,
muchos años preparándose para aquel
momento mágico.
Sabin Josu Aranaga Seguin había
nacido en la ciudad de El Tigre, estado
Anzoátegui, en 1961. Sus padres eran
inmigrantes procedentes de Euskadi
(País Vasco, España) que se habían re-
sidenciado en la calle Ayacucho, quinta
Gure Kayola, del sector La Charneca. Su

152
infancia transcurriría entre el fútbol y la Durante veinticinco años se ha de-
música. Como joven futbolista habría de sempeñado como profesor de músi-
representar a Anzoátegui y a Venezuela ca, siendo también destacada su labor
en diversas competencias. En la músi- como jurado y asesor en diversos festi-
ca daría sus primeros pasos de la mano vales musicales. Todo ello le ha hecho
de su padre, don Javier Aranaga, direc- acreedor de reconocimientos que enal-
tor de coros y guitarrista clásico. Luego, tecen con sencillez su labor artística y
en su adolescencia, recibiría enseñan- cultural. Los años solo han servido para
zas de grandes maestros como Tobías que Sabin continúe su preparación y sus
Álvarez, Cosmito Villarroel, José Tadeo estudios musicales. En todo este tiem-
Planchart, Jesús Mata, Chuíto Almeida, po no ha hecho sino seguir adquiriendo
el padre Raúl Benedetti, Enrique Hidalgo, nuevos conocimientos y técnicas.
el gran maestro Carmito Gamboa y de su Después de aquel primer día carga-
amigo y tutor Atilio Mazarry, una especie do de emoción, compromiso y mística
de padre musical de quien aprendería musical, Sabin ha compartido muchas
armonías vocales y técnicas musicales. veces más con los muchachos de
En 1985 iniciaría sus estudios musicales Serenata. Y en ese compartir de música
en Caracas en la fundación Inrodiac y en y experiencias, Sabin se ha ido haciendo
la escuela de música José Ángel Lamas. parte también de Serenata Guayanesa.
Allí formaría parte de diversas agrupa- Como los buenos pitchers de relevo, ha
ciones corales. También se destacaría sabido llegar en momentos de presión
como director de varios grupos musi- para liquidar con sus rectas musicales
cales, tal es el caso de: Grupo Melodyas, los inning más complicados. Sabin ha
Grupo Klassic, Hermanos Aranaga, sido una especie de sobrino todoterre-
Grupo Experimental El Tigre, el Trabuco no que nunca deja morir al grupo. Desde 153
Oriental, Grupo Sibemol, Grupo Araya, niño había pasado largas horas encerra-
Grupo Botija y Grupo Cantamor. do en su cuarto practicando lo que veía
hacer a su ídolo: Hernán Gamboa. Aquel a Iván, a Mauricio, a Miguel Ángel y a
niño se maravillaba por las cosas que César. Sin duda, una tarea nada fácil.
Hernán hacía con el cuatro. Habiendo Este tremendo músico llamado Sabin
nacido en San Tomé, Hernán visitaba Aranaga no ha dejado de estar presente
con frecuencia El Tigre y muchas ve- en estos primeros 45 años. Esperemos
ces se presentaba en la tasca del hotel que, para los que vienen, siga estando
Caribe (perteneciente al tío de Sabin, presente llevando la voz cantante cada
Clemente “el Vasco” Aranaga). Sabin vio vez que haga falta, porque finalmente
en este lugar no solo a Hernán, sino que Sabin es el quinto serenato.
también vería desfilar por allí a grandes
intérpretes de nuestra música como
Gualberto Ibarreto, María Teresa Chacín
y a muchos otros maestros de la música
tradicional venezolana. El gusanito de la
música estaba allí carcomiendo sus ga-
nas de ser artista. Compartir con todos
aquellos monstruos de nuestra música
tradicional fue cimentando las bases de
lo que sería el futuro de aquel catirito de
El Tigre.
Cada vez que Sabin ha sido convo-
cado para arremeter en la tarima con
Serenata Guayanesa, lo ha sabido ha-
cer con una mística y una musicalidad
154 increíbles. Le ha correspondido susti-
tuir, en distintas ocasiones, a los cuatro:
Eso que siento: Serenata Guayanesa
MARIANA LIBERTAD SUÁREZ

Eran las seis de la tarde en Lima, la teatro; pensé en la cara de mis compa-
capital de Perú, en un día terriblemen- ñeros de entonces, ahora amigos en-
te caluroso. La humedad superaba el trañables; me vino de la nada la voz del
80%, volví de trabajar agotada, malhu- profesor encargado de las coreogra-
morada y empapada de sudor. Dejé co- fías, al que todos llamábamos Terry;
rrer el agua de la ducha y me dediqué la cara de Victoria Estévez, la profe de
a buscar una lista de reproducción de música; y la infancia atravesada por ca-
música venezolana, seleccioné la pri- lipsos y merengues venezolanos.
mera que vi y, con un cuatro de fondo, La memoria emotiva estaba hacien-
me metí a bañar. Mientras Francisco do de las suyas, por eso no le pres-
Pacheco cantaba una hermosa versión té demasiada atención al llanto que
de “Viajera del río”, yo me mojaba la ca- comenzó mientras me envolvía en la
beza ardida y agarraba, ya más serena, toalla y me desenredaba el cabello.
la pastilla de jabón; mientras Miguel Desde hacía algunos minutos, quizás
Ángel Bosch hacía recitar sus cuerdas, desde que había cerrado la llave de la
yo me enjabonaba con calma; cuando regadera, estaba oyendo la música sin
escuché a Iván Pérez Rossi decir que escucharla, por eso no me había per-
“La sapa estaba pariendo...”, no pude catado de que en ese instante yo llo-
evitar sonreír. Se me pobló la cabeza raba por una pérdida irreparable de la
de recuerdos, me imaginé caminando música venezolana. Había empezado 155
en ese espacio de mi escuela en el que a sonar “Caracha, Simón, caracha”, la
solíamos hacer los bailes y las obras de canción con que Serenata Guayanesa
homenajea a Simón Díaz. Una vez más, escucho Serenata Guayanesa?, ¿qué
el contrapunteo de esas cuatro voces es eso que me pasa cuando armonizan
lograba condensar en unos pocos mi- cuatro voces en apariencia independien-
nutos las emociones compartidas tes y dicen la infancia, la memoria y el
por millones de compatriotas. Con el porvenir? En principio, sería justo reco-
esmero y el compromiso que ha ca- nocer que algunos temas me ayudan a
racterizado su trabajo por más de cua- recuperar mi historia personal. Por ejem-
tro décadas, Mauricio Castro, Miguel plo, esa canción titulada “El caimán” –a
Ángel Bosch, César e Iván Pérez Rossi la que toda mi vida llamé “Julián”– me
volvían a dejarme claro que eso de ser lleva al asiento vinotinto de una ranche-
venezolano es un asunto serio del que ra beige, en un Domingo de Ramos de
nunca, ni viviendo a cuatro mil kilóme- los años ochenta. Sé que eran las cinco
tros de casa, se puede escapar. o seis de la tarde, porque recuerdo que
La pregunta se me clavó entonces casi no había luz de sol. Llegábamos
entre ceja y ceja: ¿qué siento cuando a Ciudad Bolívar para seguir rumbo a

156
Guasipati. Cuando comenzamos a atra- perfectamente la persecución, los gri-
vesar el puente, aunque había visto el tos de la madre y la angustia de Julián.
Orinoco muchas veces, me percaté de Todo se resolvía en un chiste: el mu-
toda la inmensidad de uno de los ríos chacho alcanzaba la orilla y se libraba
más caudalosos del mundo. de la muerte, pero no de la pela que
Seis o siete años más tarde, a mis le esperaba en casa. Quizás lo más
catorce, escuché por primera vez la asombroso de la canción era la plas-
historia de una mamá que le decía a su ticidad de las voces, es decir, la forma
hijo: “Si quieres ir a nadar, ten mucho cómo los graves y los agudos, más allá
cuida’o, Julián, porque el río está creci- de la bellísima letra, daban esa idea de
do y en la laja sale un caimán”. Traté en- huida, dibujaban los gestos de la ma-
tonces de entender cómo era posible dre que le rogaba a la Virgen y los movi-
que ese muchacho se hubiera atrevido mientos del niño que lograba caminar
a bañarse en las aguas del Orinoco, en a contraflujo.
ese torrente sin fin que me seguiría im- Precisamente ahí, en esa confluen-
presionando hasta mi vida adulta. Mi cia de sonidos que cuentan, reside otro
miedo no eran los caimanes, tal vez episodio de mi niñez. En 1982, cuando
porque hasta entonces no había visto tenía ocho años, vi un concierto en te-
cara a cara a ninguno, sino la concien- levisión en el que –entre muchas otras
cia, adquirida pocos años antes, de que canciones– Serenata Guayanesa inter-
había nacido y crecido rodeada por la pretó “La pulga y el piojo”. Era, y en mu-
naturaleza insondable de nuestro país chos sentidos sigue siendo, fascinante
y que si bien hacerle frente podía ser ver cómo para estos músicos hasta el
fascinante y divertido, también podía juego infantil era algo serio. La riguro-
ser atemorizante. sidad de las voces de los personajes, 157
El juego de voces con su “que vie- en especial la pereza de César Pérez
ne, viene, viene el caimán” narraba Rossi y la gata de Hernán Gamboa
me animaron a memorizar la canción No me tocó y sé que es raro, repre-
a como diera lugar. Es cierto, por mi sentar “La pulga y el piojo” cuando
edad, nunca presencié un concierto estudiaba primaria. Digo que es raro
de Serenata Guayanesa en el que no porque creo que ni siquiera los mis-
estuviera presente ese extraordinario mos músicos de Serenata Guayanesa,
músico llamado Miguel Ángel Bosch; cuando grabaron esta canción, espe-
sin embargo, debo confesar que mau- raban que se convirtiera en un acto
llar así, exactamente como la gata del casi obligado en todas las escuelas del
disco grabado de 1991, es una de las país; a pesar de ello, he visto decenas
cosas que siempre hubiera querido ha- de representaciones en las que niños
cer en público. de toda Venezuela disfrutan, se ríen y
aprenden a narrar con un contrapunteo

158
de fondo, caracterizan animales al rit- al caraqueño de la calle, que llamaba
mo del cuatro y se divierten haciendo “nodriza” al “imperdible”, “aseo” al “ba-
hablar al cocuyo, al ratón, a la vaca, al surero” y que “cambimbeaba” con mis
gorgojo, a la rana y a todos los invita- amigos cuando salía de clases, siento
dos a la boda. una enorme satisfacción al escuchar
Y es que otro punto que se debe cómo habla Guayana en tantas crea-
destacar es esa maravilla de decir oral- ciones poéticas. Son, además de can-
mente. Hablar la cultura es otra de las ciones, documentos que recogen las
experiencias que vivo cuando oigo las expresiones orales de una región cuya
letras de Serenata. Yo que muchas ve- riqueza histórica se evidencia en las
ces tuve que traducir mi vocabulario palabras.
del guayanés que se usaba en casa

159
Cuando se cuenta en “San Rafael” Yo quiero comer sapoara pa’ que me
que al salir a pescar, en el río abundaba embriague de amor”. Una vez más ex-
“el coporo, el bagre tigre, la doncella y presan pasiones universales, pero se
la sapoara”, que, remontando el Caroní, encargan de delimitar cómo se experi-
se atravesó “un laulau, un valentón, un mentan en nuestro pedacito de mundo.
pájaro, tres payaras” y que, finalmente, Así, en este intento de explicar qué
los pescadores se dieron banquete con siento cuando oigo Serenata Guaya-
un “guiso de cachama”, además de rea- nesa, me es imposible evitar que los
lizar un paseo por la gastronomía de amores y desamores en los que sus dis-
toda la región, se está dejando un tes- cos me han acompañado me vuelvan a
timonio del habla. Guayana también es la memoria. La versión de “La manta de
lo que come y las palabras con las que tres colores”, por ejemplo, es una muy
define cada elaboración culinaria. bien lograda reapropiación de un ritmo
La comida y sus nombres son, sin que si bien no es en su origen venezo-
duda, una importante marca de iden- lano, suena a Guayana cuando ellos
tidad que Serenata Guayanesa se en- lo interpretan: “Y llorando por tu olvido,
carga de enaltecer y rodear de historia. mi corazón ya no canta” expresan, con
No solo se trata de comer y de bauti- esos matices que convierten cualquier
zar los platos, sino también –y sobre melodía en nacional. Pasa otro tanto
todo– de recordar la carga simbólica con “Receta de amor”, esa combinación
de esas preparaciones. Cuando hablan de imágenes y formas de querer que
de la sapoara dicen Bosch, Castro y los saben a Venezuela: “Sobre un lecho de
Pérez Rossi que: “Hay un dicho popu- azucenas, mezclar tu piel y mi piel, un-
lar que quien coma la cabeza de este tados de luna llena y hierbabuena con
160 sabroso animal se casa con una gua- aguamiel. Sobre tu ropa empapada, sa-
yanesa”, luego añaden: “¡Cómo me gus- ciar tu sed de mi sed, macerar la madru-
ta una negra que vive en el Temblador! gada con nuez moscada y con laurel”.
De nuevo escucho el tema, por
quinta o sexta vez consecutiva, pien-
so entonces que tal vez lo más ade-
cuado no es preguntarme qué siento
cuando oigo Serenata Guayanesa,
sino cómo me enseñaron a hablar, a
bailar, a decir y a comer estos cuatro
músicos excepcionales; lo justo sería
reflexionar sobre cómo se llama esa
forma de amar que está en cada letra,
en cada disco, en cada uno de los con-
ciertos que han dado en los últimos
45 años y, bueno, aunque parezca
difícil agrupar bajo una sola palabra
eso que es a la vez memoria y nos-
talgia, admiración, amor y arraigo in-
finito, no me toma demasiado tiempo
hacerlo, porque hace más de cuatro
décadas Hernán Gamboa, Mauricio
Castro, César e Iván Pérez Rossi le
dieron nombre; porque desde hace
más de tres, Miguel Ángel Bosch nos
lo recuerda a diario. Se llama Serenata
Guayanesa, es una maravilla musical
y nos pertenece a todos los venezola- 161
nos.
¡Feliz cumpleaños!
162
163
164
CRONOLOGÍA

1971 casa llena en el Aula Magna de la UCV. Y


En una casa del Oasis de la Plaza Miranda finalmente en agosto tocan en la inauguración
comienza a gestarse todo entre cantos, del Museo de Arte Moderno Jesús Soto, de
utopías y alegres parrandones. Así, lo que Ciudad Bolívar, donde se expondrá la obra
tenía ya varios años haciéndose, se plasmó del maestro guayanés del cinetismo.
en un primer disco institucional donde la
música guayanesa fue protagonista. 1974
Visitan Bogotá y llevan lo más puro y esen-
1972 cial de nuestro folclore al hermano país de
Con el grupo conformado ya ese mismo año Colombia por vez primera.
graban su segundo disco, que sería el
primero de tipo comercial y llamado sim- 1975
plemente Serenata Guayanesa. Nadie tenía Triunfan con un programa televisivo que
idea de que “El sapo” y la “Casta paloma” graban en México junto con la periodista
serían dos animalitos que se quedarían en el Isa Dobles. Realizan también un programa
corazón del pueblo venezolano. Ese mismo para Venezolana de Televisión. Actúan en
año ganan también el premio Guaicaipuro Baltimore y Nueva York.
de Oro.
1976
1973 Se hacen merecedores del Meridiano de
El 11 de marzo debutan en el programa Oro 1975, en el renglón de Conjunto Criollo.
Renny presenta, del famoso animador y También harán una exitosa gira por los 165
conductor televisivo Renny Ottolina. Tienen Estados Unidos. Viajan a la ciudad de Mérida
el honor, ese mismo mes, de presentarse a para presentarse en la plaza Bolívar junto
con Joan Manuel Serrat y Mercedes Sosa. los temas bandera de Serenata Guayanesa.
Conocen a un muchachito estudiante de El grupo se ha propuesto rescatar el
Medicina que los invita a su casa donde aguinaldo venezolano.
amanecerían tocando y cantando. Esa
noche nacería una amistad infinita entre 1979
los muchachos de Serenata y un tal Miguel El 8 de noviembre participan en el Royal
Ángel Bosch. Albert Hall de Londres en el concierto
organizado por Amnistia internacional y
1977 titulado “Voces de la libertad”. Ahí partici-
Es estrenada en la catedral de Montego Bay, parían otra vez junto con la gran cantora
en Jamaica, la canción “Corre, caballito”. argentina Mercedes Sosa.
Canción que había sido recopilada por
monseñor Maradei en 1942 cuando era 1980
párroco en Caicara del Orinoco. Participan Se presentan en un festival musical en
en un programa especial para Venezolana de Menphis, Estados Unidos de América, junto
Televisión junto con el gran maestro con la gran Morella Muñoz, Freddy Reyna y el
guayanés de la guitarra Antonio Lauro. grupo Un Solo Pueblo. El 19 de octubre
Realizan un concierto en la Universidad de participan en el Festival por la Libertad de
Kansas auspiciado por la fundación Gran los Presos Políticos junto con Alí Primera,
Mariscal de Ayacucho. Actúan en Panamá Gloria Martín, Lilia Vera, Gualberto Ibarreto,
con motivo de los 150 años del congreso Morella Muñoz, Los Cuñaos, Simón Díaz,
Anfictiónico. Anselmo López y muchos artistas más.

1978 1981
166 En abril graban “La barca de oro”, uno de los Graban el segundo disco de aguinaldos
aguinaldos más sublimes compuestos por titulado Presencia viva de la Navidad.
Alejandro Vargas, y que será también uno de Participan en el especial navideño de RCTV.
En marzo se presentan en Santiago de Chile invitado por Miguel Ángel a subir a la tarima
como invitados al programa Chile te invita, a cantar, el propio Iván le pregunta a Miguel
actuando como grupo folclórico. Se Ángel si quería formar parte de Serenata
presentan en Bari, Croato y Roma (Italia) Guayanesa porque Hernán se iría a probar
ante las comunidades ítalovenezolanas de suerte como solista. Así y después de tres
estas ciudades. meses de duros ensayos, un 27 de junio
haría su debut Miguel Ángel como cantante
1982 y cuatrista de Serenata Guayanesa. Sale a la
Graban el primer disco de la serie Cantemos venta el segundo volumen de Cantemos con
con los niños donde está nada más y nada los niños. El martes 21 de agosto (en el hotel
menos que “La pulga y el piojo”, la canción Caracas Hilton) y el 22 del mismo mes (en
infantil más importante, no solo del el Poliedro de Caracas) se presentan junto
repertorio de Serenata Guayanesa, sino del con el monstruo del tango, el argentino Astor
imaginario infantil venezolano. Piazzolla.

1983 1985
El 24 de julio participan en el espectáculo En enero son invitados a rendirle
Bolívar canta a Bolívar que celebra los 200 homenaje al papa Juan Pablo II, quien
años del natalicio del Padre de la Patria. visitaba Venezuela por primera vez. El
Participan en el Festival Nacional de Folclore homenaje se realiza en la planta de la
llevado a cabo en la ciudad argentina de Siderúrgica del Orinoco (Sidor).
Cosquín, donde conocen al gran músico En el mes de julio, un joven músico nativo
Eduardo Falú. de El Tigre, estado Anzoátegui, llamado
Sabin Aranaga tendría el enorme
1984 compromiso de sustituir a Iván durante 167
Luego de una noche de bohemia en el local una presentación en Caja Seca, estado
la Pérgola de Graciela, donde Iván había sido
Zulia, convirtiéndose desde ese día en un experiencia que marcaría a los muchachos
integrante ad hoc de Serenata Guayanesa. de Serenata.

1986 1989
El 24 de junio inician una gira por Alemania Participan en el prestigioso Festival Nacional
Federal (en ese momento no se había concre- de Folk de Tarifa, España.
tado la unificación). Estarían en Bonn, Berlín,
Hamburgo y Frankfurt. El Consejo Municipal
de Ciudad Bolívar los declara hijos ilustres de 1990
esa ciudad. Celebran sus 15 años de carrera En enero le realizan un homenaje a ese gran
artística con el disco Caribe abajo. poeta Jesús Rosas Marcano, en la plaza La
Candelaria en la ciudad de Caracas. Viajan a
1987 Chicago para The Old Town School of Folk Music.
Sale al mercado el segundo volumen de
Cantemos con los niños. En mayo se presen- 1991
tan en Barquisimeto junto con la agrupación Celebran sus 20 años con el disco Si la Tierra
larense Carota, Ñema y Tajá. Tierra fuera y ese mismo año realizan, en
el teatro Teresa Carreño, un espectáculo
1988 musical sin precendentes en donde también
Hacen una gira por España (la península) y intervendrían Gualberto Ibarreto, María
por Portugal. En el inicio del verano y a Teresa Chacín, Carota, Ñema y Tajá y el cople-
propósito de las fiestas de San Juan en ro Cristóbal Jiménez, entre otros.
las islas Canarias, viajan a esas tierras al
Encuentro de Música popular. Allí por primera 1992
168 vez tendrán oportunidad de conocer y com- Se presentan con gran éxito en el
partir con la reina de la rumba Celia Cruz. Una Konzerthaus de Viena, donde por primera
vez en la historia del teatro se presentaría un libro Cantemos con los niños bajo la firma de
espectáculo de música popular. Iván Pérez Rossi.

1993 1996
Se les otorga el premio Orinoco de Oro como Es homenajeado en el Teresa Carreño el
conjunto criollo de televisión del año. En abril artista cinético guayanés Jesús Soto, evento
participan en el Festival Internacional de donde por supuesto participaría Serenata
Música de El Hatillo. Guayanesa. Se celebran los 25 años de
Serenata Guayanesa en el Teresa Carreño.
1994 Tres conciertos mágicos junto a Gualberto
Los días 29, 30 y 31 de julio se realizan tres Ibarreto, Francisco Pacheco, Neguito Borjas,
maravillosos concierto titulados Morella: la Ricardo Cepeda, Vidal Colmenares, Cristóbal
voz de todos, para recoger fondos para la Jiménez, Simón Díaz, Cecilia Todd, Gurrufío,
gran cantora Morella Muñoz, quien se el Orfeón Universitario y una larga lista de
encontraba delicada de salud por haber lo más sublime de la canción tradicional
sufrido un ACV. Grandes estrellas del canto venezolana.
nacional se hicieron presente para
homenajear a la gran mezzosoprano 1997
venezolana. Quedaría como constancia Participan en el espectáculo musical
de esas tres noches espléndidas un afiche Navidad entre amigos, que se efectuó en el
realizado por el artista plástico Pedro León teatro Teresa Carreño, junto con la orquesta
Zapata. Sinfónica de Venezuela, Isabel Palacios, el
coro de Campanas del Tocuyo, entre otros.
1995 El 16 de septiembre se presentan junto con
Participan como invitados especiales en los el grupo folclórico chileno Inti Illimani en la 169
40 años de Fe y Alegría. Sale al mercado el sala Ríos Reina del teatro Teresa Carreño.
1998 con figuras como Simón Díaz, Lilia Vera,
Participan por segunda vez en el espectáculo Francisco Pacheco, Vidal Colmenares y
musical Navidad entre amigos, en el teatro Enrique Lazo.
Teresa Carreño.
2001
1999 En el mes de mayo sale a la venta el disco
El gobierno del Distrito Federal de Caracas Serenata y Gurrufío. Para celebrar 30 años
le otorga un reconocimiento por haber de carrera artística, realizan el espectáculo
participado en los 432 años de la ciudad de musical Eterna viajera del río los días 21,
Caracas. Dan un concierto a beneficio de la 22 y 23 de septiembre en el teatro Teresa
fundación Un Corazón Guerrero, que ayuda Carreño. La Asamblea los declara por
a pacientes cardiológicos. Participan como unanimidad Patrimonio Cultural de
invitados especiales en los 15 años del Venezuela.
grupo Gurrufío.
2002
2000 En septiembre realizan un recital en el
El 19 de febrero participan en el espectáculo festival de Biarritz (Francia) y en octubre
musical Música por todos que se hizo en tocan en Londres (Inglaterra) y en la ciudad
el teatro Teresa Carreño para ayudar a los de Lit (Francia).
artistas que habían sido afectados por la
tragedia de Vargas. En julio son invitados 2003
a cantar en la Expo Hannover en Alemania En el mes de mayo realizan una gira junto
para inaugurar el pabellón de Venezuela en con el grupo Gurrufío que incluyó las ciuda-
la feria. Allí le cantarían en la estructura-flor des de Caracas, Valencia y Porlamar (isla
170 hecha por el maravilloso arquitecto de Margarita). El 21 de diciembre participan
venezolano Fruto Vivas. Participan en el en el espectáculo musical Cantemos a la
espectáculo Una canción para Teresa, junto Navidad en la sala Inocente Carreño de la
Casa de la Cultura Pueblo de la Mar en la isla Pacheco, Cecilia Todd y el actor Gustavo
de Margarita. Rodríguez, entre otros.

2004 2007
Participan en el aniversario de la Unefa y Realizan un recital para los niños en el
hacen un disco para esta institución educa- Parque Generalísimo Francisco de Miranda.
tiva. Componen un tema alusivo a esta. Se El evento es auspiciado por la Fundación del
hacen presentes en el inicio de la Navidad Niño.
del Centro San Ignacio.
2008
2005 El sábado 6 y el domingo 7 de septiembre se
Se presentan en el teatro Luis Mariano realizarían en la sala Ríos Reina del teatro
Rivera de la ciudad de Cumaná, invitados Teresa Carreño par de conciertos titulados
por la Fundación del Niño del estado Sucre. Serenata Guayanesa y Gurrufío. Aquí
Participan en la inauguración del Centro compartirían con este maravilloso grupo de
Cultural El Hatillo. El 16 de julio se presentan música venezolana instrumental.
en el Centro Cultural La Estancia en Caracas,
a propósito de la celebración del Día del 2009
Niño. Participan en el espectáculo musical
Navidad en el Cubo Negro. Se presentan en
2006 Acarigua junto a Cheo Hurtado en la
Los días 11, 12 y 13 de agosto celebran sus inauguración de un centro comercial.
35 años de vida artística. Allí interpretan un
magnífico programa musical junto con el 2010
violinista Alexis Cárdenas, el grupo Gurrufío, Realizan una pequeña gira por Pdvsa La 171
el guitarrista Aquiles Báez, Francisco Estancia, Maracaibo y Paraguaná. También,
un concierto en Corpbanca por el aniversario concierto sinfónico junto a Los Sabandeños
de fundación Provita. de España.

2011 2014
Celebran sus 40 años con un disco titulado Se publica el cancionero A la una la luna
así, 40 años. Allí están incluidos los temas auspiciado por el Ministerio del Poder
“Dime, lunita” y “Receta de amor”. Se lleva a Popular para la Cultura. Se presentan
cabo en el teatro Corpbanca el espectáculo con la Orquesta Filarmónica de Caracas.
musical La pulga y el piojo por fin se casaron. Participan en el I Festival Suena Caracas y
en el Festival Caracas en Contratiempo.
2012
Celebran los 201 años de la Armada 2015
Venezolana con un concierto en la meseta Participan en el disco que celebra los 500
de Mamo en el estado Vargas. años de la ciudad de Cumaná titulado
Cumaná: 500 años de sueños.
2013
Se publica el cancionero Corre, Caballito 2016
auspiciado por el Ministerio del Poder Popular Se realiza el documental Serenata
para la Cultura. En octubre se presentan en un Guayanesa: leyenda viva.

172
ÍNDICE

Serenata Guayanesa: los amigos de Venezuela 11


Serenata para una niña y el diente roto de su hermano 19
Serenata Guayanesa... (1) 25
¡Tú eres el carajito que me jalaba los pantalones! 26
Serenata Guayanesa... (2) 28
Yo toco por fantasía 29
Le regalé a Isabelita... 32
Me gusta cuando calla, ¡porque este señor tiene una voz horrible! 33
Serenata Guayanesa... (3) 35
Un ejercito de “viejas” 36
Serenata Guayanesa... (4) 37
Serenata Guayanesa: de cuarteto a una escuela 38
Mauricio le dijo a Iván... 42
Primero se escuchó la gaita en Ciudad Bolívar y después en Caracas 43
Que salga de su cuevita... 45
Pasamos la noche cantando 46
Allá en la Piedra del Medio... 48
Cantante por generación espontánea 49
Me voy a hacer una trenza... 51
¡Mira, ahí va un morito! 52
Un caballito en el cielo... 55
Yo empecé a cantar en las misas 57
El sapo y la media diana... 59
En el río viajan los peces... 61
Pudo más la música que la medicina 62
Un morocoto de Upata... 63
La ULA es la cuna 65
La lunita sobre el río... 67
Mi primer pago como artista fue con caramelos, chupetas y chocolates 68
Del Orinoco bravío... 72
Una fructífera siembra de valores llamada Serenata Guayanesa 73
Un bagrecito guayanés... 83
De Ciudad Bolívar a Mérida es lejos 84
El lau lau y la sapoara... 86
¡Hernán se fue, vale! 87
El Orinoco contento... 89
Un consejo de la negra 90
De Guayana ellos llegaron... 91
Uno llegaba cantando con una orquídea en la mano 92
En las vertebras del río... 95
Un río de serenatas... o la serenata de un río 96
Serenata Guayanesa... (5) 100
Arrancamos con un disco para la gobernación de Bolívar 101
Yo quería ser como Cheo García o como Memo Morales 103
Nos vemos en la pila del convento 105
Dejen oír la música, ¡por favor! 107
Para Serenata Guayanesa en sus 45 años 108
Linda mujer, escucha este poema 111
Se consiguen los serenateros 113
Déjame acompañarlo yo, que conozco el tema 114
Serenata Guayanesa: juego, música y poesía 116
¡Qué va a estar lloviendo nada! 124
Los catiritos y la Guayanesa 127
A pesar de mi amor por la profesión que ejercía, dejé mi trabajo
por Serenata 128
Cuatro voces en el latir del pueblo 130
Ese concierto es irrepetible 135
Dónde están los cantadores que estaban aquí cantando 137
Aquel cuarto de siglo 138
Morella, la voz de todos 140
Bendito sea yo, caramba, bendito sea yo, Dios mío 145
Al oriente, juventud 146
Por la música conocerás la esencia de los pueblos 147
Serenata Guayanesa es pasión, esfuerzo, amor 149
El primer día es cuando se demuestra de lo que se está hecho 150
El muchacho del El Tigre que se convirtió en “el quinto serenato” 151
Eso que siento: Serenata Guayanesa 155
Cronología 165
EDICIÓN DIGITAL
NOVIEMBRE DE 2018

CARACAS - VENEZUELA

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