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Análisis Ambiental en Irak
Análisis Ambiental en Irak
Otra amenaza viene de los residuos bélicos tóxicos. La ONG lamenta la falta de
transparencia sobre el uso de armas con uranio por parte de Reino Unido y
Estados Unidos durante las guerras de 1991 y 2004 en zonas con una elevada
densidad de población.
"El petróleo podría haber sido una bendición si Sudán del Sur lo hubiera usado
bien [...], pero está pasando exactamente lo contrario", explicaba en 2009 el
monseñor Roko Taban Mousa, afincado en el país, en una entrevista a AFP. La
situación desde aquel entonces no ha variado mucho. El crudo sigue
representando un factor clave en los conflictos que desangran al país y, además,
es responsable de contaminar el medioambiente y amenazar la salud de la
población.
La ONG alemana Sign of Hope ya alertó hace casi una década de que 180.000
personas de la región de Thar Jath, en el norte del país, están expuestas al riesgo
de beber agua contaminada por la industria petrolera, debido a los derrames y los
residuos de la producción que han penetrado en el terreno.
"Los lugareños empezaron a quejarse de que el agua que tomaban tenía un sabor
muy malo, era muy salada y les provocaba dolores de garganta y diarrea. También
se dieron cuenta de que las plantas y el ganado empezaban a morir", recuerda
Klaus Stieglitz, vicepresidente de Sign of Hope. Los análisis realizados por su
organización (exámenes del cabello y de calidad del agua) confirmaron las
sospechas: las sustancias tóxicas derivadas de la industria petrolífera estaban
envenenando los recursos naturales. Pese a exigir un cambio de actitud por parte
de empresas internacionales, la ONG lamenta que no se han registrado avances
desde entonces. "No obstante, está creciendo la conciencia entre la población y
están surgiendo movimientos para reivindicar el derecho a vivir en un entorno
salubre", señala el experto.
Después de que Sudán del Sur lograra la independencia de su vecino del norte en
2011, varias ONG y el Programa de las Naciones Unidas para el
Medioambiente pusieron en marcha iniciativas para proteger al entorno natural,
como la restauración de la región del Alto Nilo, donde abunda el oro negro. Sin
embargo, el estallido de la última guerra civil en 2013 marcó un retroceso y un
ulterior deterioro del medioambiente. Pese a que la normativa obliga a las
empresas extranjeras a establecer fondos para cuidar la naturaleza, en la práctica
existen numerosos obstáculos para la implementación de la ley, denuncia Stieglitz,
y las autoridades siguen prestando escasa atención a los problemas
medioambientales