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REFLEXIONES SOBRE JUAN 10

Juan capítulo 10 versículo 22 al 30 …

Jesús, uno con el Padre

22 En esos días[f] se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. 23 Era


invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. 24 Entonces los
judíos le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú
eres el Cristo[g], dínoslo claramente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no
creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, estas dan testimonio de
mí. 26 Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen
mi voz, y yo las conozco y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna y jamás
perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio es
mayor que todos[h], y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. 30 Yo y el
Padre somos uno[i].

En esta reflexión autoridades sacerdotales y políticas de Israel están presionando


a Jesús para que les defina si él es el Cristo o Ungido de Dios son. También ellos
han venido escuchando y viendo lo que dice y lo que hace Jesús y le preguntan
porque sus expectativas son propias de su ata dignidad. Esperan un libertador, un
rey como los del Antiguo Testamento.

El Ungido aquel del que hablo Isaías que fungía como profeta, sacerdote y rey. El
Mesías que viene a reconstruir el reino de Israel como lo hizo en su momento Judas
Macabeo siglo y medio atrás y que es precisamente el motivo de la celebración de
la fiesta del Janucá o dedicación.

Pero Jesús no encaja en esta descripción. Realmente genera mucha confusión un


Mesías que se ha atrevido a denunciar la corrupción y el mercantilismo que se ha
tomado al templo de Jerusalén, que ha regado por el piso las monedas de los
mercaderes denunciado que el Templo lo han convertido en cueva de ladrones.
Genera duda que un líder político y militar no esté realizando acuerdos y
componendas con estos líderes soberbios que se están beneficiando del negocio
en el templo, que explotan al humilde cargándoles con mandamientos y cargas muy
pesadas e innecesarias. Son ellos los que clasifican a las personas por edad,
nacionalidad, sexo y condición económica al momento de presentarse en el templo.
El Señor Jesús No necesita un largo discurso para responder, los remite a Sus
palabras y sus obras.
Se ha venido refiriendo a sí mismo como el enviado de Dios, ha dicho que él y el
padre uno son, ha enseñado que ha venido por los perdidos. Ha obrado en
consecuencia al no condenar a la mujer hallada en adulterio, al caminar junto a las
multitudes, hombro a hombro con su pueblo. Si miramos con detenimiento, quienes
conforman las multitudes son sus familiares, ciegos, paralíticos, mujeres, niños,
pescadores, publicanos, samaritanos, artesanos. En fin, como se dice hoy, gente
del montón.

Estos líderes judíos se preguntan cómo puede ser éste alguien con autoridad si es
el hijo de José el carpintero de un pueblo insignificante del que se dice que nada
bueno puede salir de allá.

Rompe nuevamente el Señor Jesús los esquemas cuando en cambio de


proclamarse El Mesías Guerrero y fuerte libertador Se nombra como el pastor de
las ovejas y de unas ovejas que le ha dado su padre.

Precisamente al principio de este texto se menciona que están en invierno, época


en donde la función de un pastor es de mayor esfuerzo porque tiene que llevarse
las ovejas a su casa para cuidarlas de manera especial porque es temporada de
granizadas, lluvias y Nevadas que pueden afectar la salud de su rebaño.

Recordemos que ser pastor no era exactamente una profesión de gran estima
dentro del pueblo judío. Los pastores son por lo general, niños, ancianos o personas
con algún tipo de limitación física, y Cristo se compara con un cuidador de ovejas,
con un pastor y más aún, ha dicho que él es el buen pastor, lo que significaba que
era dueño del rebaño ya que en aquellos tiempos se llamaban malos pastores a los
que eran contratados ocasionalmente. Estos tenían mala fama porque no se
entregaban de lleno al cuidado del rebaño, las ovejas no les reconocían y en
muchas ocasiones se robaban los cabritos recién paridos o desaparecían algunas
ovejas y culpaban a las fieras.

Que atrevimiento el de Jesús haber Comparado a quienes estaban en puestos de


privilegio con un pastor contratado que roba a sus ovejas. Rompe esta descripción
de Cristo los esquemas del de templo bellamente adornado como símbolo de
prosperidad, fama y fortuna, con un corral donde se tienen ovejas. Donde el pastor
por el solo hecho de estar junto a sus ovejas, o por cargarlas en brazos cuando por
cualquier circunstancia no pueden caminar. Un pastor que huele a oveja.
Como rompe los esquemas al llamarse el buen pastor, cuando camina entre
personas con necesidades físicas, emocionales, económicas, y espirituales
Necesidades de amor, de reconocimiento, de dignificación.

Mi oración hoy es para que quienes somos las ovejas del rebaño escuchemos La
Voz del buen pastor y al igual que el denunciemos la corrupción, el robo
institucionalizado, denunciemos las estructuras de poder que no obran en bien de
su pueblo, y por el contrario sacan provecho de sus cargos de autoridad para
beneficio propio.

Oro para que quienes escuchamos La Voz del buen pastor denunciamos la
manipulación, el abuso, el maltrato, el tráfico de influencias, la explotación laboral,
la esclavitud sexual, la exclusión, la dominación del hombre por el hombre.

Mi oración es porque escuchemos la voz del buen pastor, la reconozcamos y la


sigamos, aunque no cumplamos los parámetros de nuestra sociedad de consumo,
egoísta e individualista.

Dios les siga bendiciendo.

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