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EL CANDELERO (2) (Se compartirá el día

martes 30-07-2013 a las 20:00 hrs en Villa


Alegre 1925, Padre las Casas)
 Martes, 23 Julio 2013 20:00

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ESTUDIO-VIDA DE EXODO
MENSAJE NOVENTA Y TRES
 
EL CANDELERO (2)
 
Lectura bíblica: Ex. 25:31-40; 40:4, 24-25

Antes de proseguir con otros puntos relacionados con el candelero, sería


útil tener una visión general del candelero. Exodo 25:31 dice: “Harás
además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero;
su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. Y
saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos a un lado, y tres brazos al otro
lado”. El candelero se compone de una base, una caña y tres pares de
brazos. Había tres brazos a cada lado del candelero. Debajo de cada par de
brazos había una manzana que sostenía los dos brazos a la caña. Luego en
cada brazo habían tres copas en forma de flores de almendro con
manzanas y capullos en flor. Vimos que cada copa estaba compuesta de
dos capas: una capa inferior, llamada la manzana o el cáliz, o sea, la parte
inferior y verdosa de la flor, y una capa superior de pétalos, la cual en
realidad hace la flor. La capa inferior es llamada la manzana, y la capa
superior es llamada el capullo en flor. La flor entera, incluyendo el cáliz y
la flor, es una copa con la forma de una flor de almendro.

Si queremos estudiar el candelero en su totalidad, debemos ver que tiene


veinticinco manzanas. Hay tres en cada brazo: tres sosteniendo un par de
brazos cada una y cuatro en la caña del candelero, lo que hace un total de
veinticinco. Ya que las tres manzanas que sostienen un par de brazos cada
una no tienen flores, el candelero tiene un total de veintidós flores. El
pensamiento divino aquí nos deja ver que en realidad el candelero es un
árbol con cálices y flores.

Al tener una visión general de todo el candelero, nos damos cuenta de que
en realidad parece un árbol. Además, el candelero se describe de este
modo para darnos la idea de un crecimiento. Estos versículos hablan de
brazos, (ramas, heb.), capullos y flores de almendro. El florecimiento
indica crecimiento. Por lo tanto, debemos tener la impresión de que el
candelero es un árbol que crece.
Como un árbol, el candelero tiene ciertas características sobresalientes.
Primero, es un árbol de oro. El oro representa la naturaleza de Dios.
Como dijimos en el mensaje anterior, el candelero de oro es la expresión
del Dios Triuno. El Dios Triuno es un árbol vivo, que crece, reverdece y
florece.

Vimos que este árbol de oro tiene muchas flores de almendro. En tipología
las almendras representan la vida de resurrección. La vara de Aarón que
reverdeció con almendras representa la vida de resurrección. Por lo tanto,
los almendros en el candelero indican que es un árbol en resurrección. La
resurrección es la vida que vence la muerte sin ser dañada o herida por
ésta. La muerte no puede hacerle nada a la vida de resurrección. La
muerte puede dañar otras formas de vida, como la vida vegetal, la vida
animal y la vida humana. Sólo una clase de vida no puede ser dañada por
la muerte, esta es la vida de resurrección. La resurrección es la vida que
pasa por la muerte y no puede ser retenida por ella. Conforme a toda la
revelación de las Escrituras, Dios mismo es esta vida de resurrección.

El candelero, obviamente, da luz. Sin embargo, su importancia no radica


en la luz, sino en la vida. La luz está sobre el candelero y debajo de ésta
están las flores. El candelero es algo que crece. El cáliz debajo de cada par
de brazos, que parecen ramas, indica el crecimiento de la vida. Estas
ramas son producidas por el crecimiento de la vida. Así que, con el
candelero vemos el crecimiento de la vida que ocurre bajo el brillo de la
luz. La vida produce la luz y florece con la luz. Esto significa que la luz es
en realidad el florecimiento de la vida. Cuando crecemos y florecemos, la
luz brilla. Nuestro florecimiento es nuestro brillar. Crecemos con la vida,
pero florecemos la luz.

Hasta ahora, hemos visto que en el candelero tenemos la naturaleza


divina, la resurrección y la luz. Las siete lámparas del candelero (v. 37)
representan el Espíritu. Así que, en el candelero hay cinco asuntos
importantes: la naturaleza divina, la resurrección, la vida, el Espíritu y la
luz. La revelación en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento,
corresponde con el candelero en estos cinco asuntos.

Ahora debemos ver que como aquellos que creen en Cristo, somos parte
de este maravilloso árbol. Salto de gozo al darme cuenta de que soy parte
de este árbol de oro. ¡Alabado sea el Señor porque somos parte de este
árbol que está en resurrección y que tiene la naturaleza divina, la vida, el
Espíritu y la luz brillante!

El candelero en Exodo 25 representa al Dios Triuno corporificado en


Cristo. El candelero en Zacarías 4 representa al Dios Triuno expresado en
el Espíritu. Y en Apocalipsis tenemos el candelero reproducido y
multiplicado. Tanto en Exodo 25 como en Zacarías 4 tenemos un solo
candelero, pero en Apocalipsis 1 tenemos siete. El candelero se ha
reproducido en siete candeleros. Estos son la iglesia. Debido a que el
candelero ha llegado a ser la iglesia y todos somos parte de la iglesia,
podemos decir que somos parte del candelero. Yo tengo la valentía para
testificar que soy parte del candelero. Espero que todos los santos puedan
declarar este maravilloso hecho. ¿Acaso usted no tiene la naturaleza
divina? ¿Acaso no tiene la resurrección, la vida, el Espíritu y la luz
brillante? Como verdaderos creyentes en Cristo, nosotros tenemos todas
estas cosas.

Vimos que el candelero es un árbol. No es una cosa sin luz ni sin vida. Es
viviente, orgánico y lleno de vida. Este es un “candelero-árbol”, o sea, un
candelero que crece como un árbol. Este árbol viviente está creciendo,
echando ramas, reverdeciendo y floreciendo.
Como dijimos, el florecimiento es el brillar de la luz. Por lo tanto, la luz es
la vida que florece. De hecho la luz es la vida. Juan 1:1 y 4 dice: “En el
principio era el Verbo ... en El estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres”. Este es el brillar de Cristo, la corporificación del Dios Triuno,
como la luz de la vida.

El hecho de que el candelero sea de oro significa que, como


corporificación de Dios, Cristo es completamente divino. Sin embargo,
dos aspectos del candelero apuntan a la humanidad de Cristo. Primero, la
caña central del candelero tenía cuatro flores, mientras que cada brazo
sólo tenía tres flores. En la Biblia el número cuatro no se compone de dos
más dos; sino de tres más uno o de uno más tres. El número tres
representa tanto al Dios Triuno como a la resurrección. De hecho, ya
dijimos que el Dios Triuno es la resurrección. Así que en la Biblia, el
número tres representa al Dios Triuno en resurrección. Y el número
cuatro representa a las criaturas. Por ejemplo, tenemos las cuatro
criaturas y los cuatro vientos. Por lo tanto, el número cuatro representa a
la creación.

Como Dios, Cristo es el Creador, pero como un hombre, es una criatura.


Puede que algunos cristianos protesten cuando se les dice que Cristo es
tanto el Creador como también una criatura. Sin embargo, la Biblia dice
claramente que Cristo tomó la naturaleza humana, que tenía un cuerpo de
carne, sangre y huesos. ¿Acaso estos no son los elementos de una
criatura? Además, Colosenses 1:15 dice que Cristo es el Primogénito de
toda la creación. En el candelero no sólo tenemos al Dios Triuno, sino
también a la criatura, representada por el número cuatro. Este es el
primer aspecto que señala la humanidad de Cristo en el candelero.

El segundo aspecto del candelero relacionado con la humanidad de Cristo


es la mecha. La mecha estaba hecha de fibras, mayormente de algodón.
Cuando las lámparas en el candelero eran encendidas, la mecha se
quemaba con el aceite. Cada mañana los sacerdotes debían despabilar las
lámparas, esto es, despabilar la mecha carbonizada y quemada. La parte
carbonizada de la mecha se llama pabilo. Exodo 25:38 habla de las
despabiladeras y sus platillos. Las despabiladeras eran usadas para cortar
la mecha y los platillos se usaban para contener la parte quemada de la
mecha. Cuando el sacerdote despabilaba las lámparas todas la mañanas,
él cortaba la mecha carbonizada y también le añadía aceite fresco. Este era
el cuidado que los sacerdotes daban al candelero.
La mecha era la única parte del candelero que no estaba hecha de oro. Por
lo tanto, la mecha no representa la divinidad sino la humanidad. Además,
el hecho de que la mecha se carbonizaba indica que el candelero no sólo
representa a Cristo sino a nosotros también. La humanidad de Cristo
jamás produciría una mecha carbonizada. Sólo nuestra humanidad es
capaz de ser quemada y carbonizada. Seguramente Cristo no tenía
necesidad de una despabiladera para recortarlo y ocuparse de El. Al leer
los cuatro evangelios, nos damos cuenta de que nunca hubo necesidad de
despabilar a Cristo, ya que en Su vivir humano nunca hubo una mecha
carbonizada. No obstante, nosotros nos carbonizamos fácilmente y
necesitamos ser despabilados cada día.

El avivamiento matutino es un tiempo excelente para experimentar el


recorte del Señor, Su despabilar. Yo puedo testificar que Su recorte toma
lugar en el momento en que confieso al Señor y le pido que me perdone
por mis defectos, fracasos, debilidades y errores. Si consideramos nuestra
situación cada día, veremos que siempre hay alguna mecha carbonizada
que necesita ser despabilada. Nuestra humanidad es muy baja comparada
con la humanidad de Cristo. Su humanidad nunca se carboniza, pero la
nuestra se carboniza todos los días y necesita ser despabilada
diariamente. Por lo tanto, en nuestra experiencia necesitamos las
despabiladeras y los platillos.

Se preguntará quien lleva a cabo este trabajo de recortar, o despabilar. A


menudo Cristo mismo nos despabila mientras tenemos comunión con El
en la mañana. Otras veces puede que El use a un anciano o a algún santo
para hacerlo. Además, los que ministran la Palabra también despabilan a
los santos. Si usted es un cristiano que está creciendo y madurando en el
Señor, inconscientemente usted despabilará a otros cuando tenga
comunión con ellos. Algunos me han dicho que mientras hemos tenido
comunión, han sido despabilados por mi. Claro está, yo no tengo la
intención de despabilar a nadie. Esto sucede inconscientemente y sin
intención. Por ejemplo, un hermano me dijo que algo que yo había dicho
en la comunión le ayudó en relación con un problema que tenía con su
esposa. Me dijo que este recortar o despabilar, lo ayudaba mucho.

Muchos cristianos no brillan debido a que tienen una mecha carbonizada


muy larga. Su mecha carbonizada humea en lugar de brillar. En algunos
casos, la mecha puede medir más de doce pulgadas de largo! Necesitamos
ser despabilados a fin de que brillemos apropiada y adecuadamente. 
XI. LAS CUATRO COPAS EN FORMA DE FLORES
DE ALMENDRO EN EL CANDELERO CON SUS MANZANAS Y
SUS FLORES

Exodo 25:34 dice: “Y en la caña central del candelero cuatro copas en


forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores”. Las cuatro copas
en forma de flores de almendro en la caña central del candelero con sus
manzanas y sus flores representan la humanidad de Cristo, quien brilla
con la vida de resurrección.

XII. UNA MANZANA DEBAJO DE CADA DOS BRAZOS

El versículo 35 dice: “Habrá una manzana debajo de dos brazos del


mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra
manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis
brazos que salen del candelero”. Estas tres manzanas no sostienen flores
sino brazos, los cuales parecen ramas. Esto indica que estas ramas están
creciendo a fin de extenderse. La manzana o cáliz, que sostiene las ramas,
representa a la vida que crece. Las ramas se extienden por medio del
crecimiento de la vida. Así que tenemos la vida, el crecimiento y la
ramificación. Esto representa la vida de resurrección que se ramifica con
el fin de brillar. La vida se ramifica para crecer y así brillar.

Aunque se mencionan las flores, no se dice nada del fruto. De hecho, el


fruto es sencillamente la luz brillante. Esto se aplica en nuestro diario
vivir con el Señor. Al crecer en la vida de resurrección, debemos
reverdecer, florecer y producir fruto. Si comparamos Gálatas 5 con Efesios
5, veremos que este fruto es la luz. En Gálatas 5:22 Pablo habla del fruto
del Espíritu, pero en Efesios 5:9 habla del fruto de la luz. De hecho, la luz
es el fruto. Damos fruto como resultado de crecer, reverdecer y florecer.
Este fruto es el brillo de la luz. ¿Cómo es posible que nuestros parientes,
amigos, vecinos, colegas y compañeros de clase vean la luz que está
brillando en nosotros? Sólo la podrán ver cuando demos fruto en nuestra
vida cristiana, ya que este fruto será la luz.

Tomemos como ejemplo el caso de dos hermanas, una llamada María y la


otra Marta. María está creciendo en el Señor y está reverdeciendo,
floreciendo y dando fruto. Marta, sin embargo, no crece, sino que
permanece en la carne. Cuando Marta tiene contacto con María, ella ve el
fruto en la vida de María. Este fruto es la luz. Para María, es fruto, pero
para Marta este fruto es la luz que brilla. Marta ve esta luz y es alumbrada
por ella. Entonces se da cuenta de que es carnal, mundana y que está
alejada del Señor. De esta manera ella es alumbrada por el fruto de la luz
que crece, reverdece y florece en María.

A menudo los santos son alumbrados por los mensajes en las reuniones
de la iglesia. Este brillo se puede experimentar aunque no se den
mensajes. Por ejemplo, tal vez algunas jóvenes vayan a la reunión vestidas
de una manera que no es modesta ni apropiada. De forma espontánea,
ellas se dan cuenta de la forma en que están vestidas y desean cubrirse.
Esta conciencia viene del brillo de la luz en la iglesia. Estas jóvenes no se
darían cuenta de esto si estuviesen sentadas en cualquier otro lugar. Esto
indica que en las reuniones de la iglesia hay luz. Somos alumbrados en las
reuniones debido a que vemos el fruto, el brillo. Por lo tanto, con el
candelero tenemos el reverdecer, el florecer y el brillar de la luz como el
fruto.

XIII. EL CANDELERO CON SUS MANZANAS Y BRAZOS,


QUE FORMAN UNA PIEZA DE ORO PURO LABRADA A
MARTILLO

El versículo 36 dice: “Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo
ello una pieza labrada a martillo, de oro puro”. El hecho de que el
candelero y sus manzanas y brazos sean una pieza de oro puro labrada a
martillo significa que no se le ha añadido nada y que se constituye
solamente de la divinidad de Cristo. Las manzanas y los brazos no fueron
añadidos al candelero; ellos eran parte del candelero, el cual es una pieza
labrada a martillo y de oro puro. Esto indica que en el candelero no hay
mezcla. En nuestra vida cristiana la mezcla trae tinieblas. Sin embargo,
cuando nuestra vida cristiana es purificada a través de la naturaleza
divina, tenemos la luz.

XIV. LAS SIETE LAMPARAS

Exodo 25:37 dice: “Y le harás siete lamparillas”. Las siete lámparas


representan los siete Espíritus de Dios y los siete ojos del Cordero (Zac.
4:2, 10; Ap. 4:5; 5:6) los cuales expresan completamente al Dios Triuno.

XV. EL CANDELERO SE ALUMBRA A SI MISMO POR LAS


TRES LAMPARAS A CADA LADO

La última parte del versículo 37 dice: “las cuales encenderás para que
alumbren hacia adelante”. El candelero se alumbra a sí mismo por las tres
lámparas a cada lado. Ambos lados del candelero se alumbran
mutuamente. El brillo se dirigía hacia adelante del candelero. En hebreo
la frase “hacia adelante” significa “mirar hacia”. Por medio de los brazos a
cada lado, el candelero se alumbra a sí mismo. Las tres lámparas a cada
lado del candelero miran hacia la caña central y también se miran una a la
otra. Esto representa el brillo de Cristo en Su vida de resurrección,
llevando el testimonio por Sí mismo y confirmándolo. La luz divina que
brilla dentro de nosotros da testimonio de sí misma y se confirma a sí
misma. De las siete lámparas, sólo una, la lámpara en la caña central,
alumbra hacia arriba. Las otras seis alumbran mirando hacia la caña
central. En conclusión, las siete lámparas alumbran como una sola luz.
Estas no dan siete luces, sino una sola luz. 

XVI. LOS SEIS BRAZOS DIVIDIDOS EN TRES PARES QUE


BRILLAN HACIA LA CAÑA CENTRAL DEL CANDELERO

El brillo de los seis brazos divididos en tres pares, que brillan hacia la
caña central del candelero, significa que Cristo es el objetivo central del
brillo de todas las iglesias y los santos por el Espíritu con la vida de
resurrección. Las iglesias y los santos todos toman a Cristo como el objeto
de su brillo.

XVII. UN SACERDOTE ENCIENDE LAS LAMPARAS

Dijimos que era la responsabilidad de los sacerdotes encender las


lámparas. Un sacerdote que enciende las lámparas significa que Cristo o
cualquiera que sirve como sacerdote con Cristo, mantiene la vida de
resurrección brillando (Ap. 1:20; Fil. 2:15).

XVIII. LAS DESPABILADERAS Y LOS PLATILLOS


PARA RECORTAR LAS MECHAS CARBONIZADAS

El versículo 38 dice: “También sus despabiladeras y sus platillos, de oro


puro”. Las despabiladeras y los platillos para recortar las mechas
carbonizadas representan la terminación de la vida natural vieja y
carbonizada para que el brillo de la vida de resurrección sea más intenso y
puro. En nuestra experiencia las despabiladeras no sólo son cosas y
asuntos sino también las personas envueltas en el despabilar. Nuestra
vida natural carbonizada necesita ser despabilada para que el brillo de la
vida de resurrección sea más intenso y puro.

XIX. LAS DESPABILADERAS


Y LOS PLATILLOS HECHOS DE ORO PURO
Según el versículo 38, las despabiladeras y los platillos eran de oro puro.
Esto significa que este recorte, la purificación, debe ser efectuado
totalmente por la naturaleza divina. Supongamos que una hermana
llamada Carol visita a una hermana llamada Carla. Carol se da cuenta de
que la mecha carbonizada de Carla es muy larga, ella se ofende y
amonesta a Carla. Esta amonestación no recortará la mecha carbonizada
de Carla, más bien la alargará, ya que esto no fue originado por la
naturaleza divina. Pero, si Carol ejercita su espíritu y busca al Señor para
obtener Su dirección mientras ellas tienen comunión, la mecha de Carla
será despabilada inconscientemente y sin querer. En tal caso Carol se
dejará llevar por la naturaleza divina, y ésta hará el corte, la limpieza y la
purificación. Este es el significado de que las despabiladeras y los platillos
estén hechos de oro puro.

XX. EL CANDELERO CON SUS UTENSILIOS PESA UN


TALENTO DE ORO FINO

El versículo 39 declara: “De un talento de oro fino lo harás, con todos


estos utensilios”. El candelero con todos sus utensilios pesaba un talento
de oro fino. El talento era la medida de peso que los hebreos usaban. Un
talento es igual a cien libras aproximadamente. Esta unidad de peso
completa significa que Cristo como el candelero que alumbra con la luz
divina en resurrección es de un peso completo y perfecto.

XXI. EL CANDELERO ESTABA EN EL LUGAR SANTO


JUNTO A LA MESA DEL PAN DE LA PRESENCIA Y CERCA DEL
ARCA

El candelero estaba en el Lugar Santo, junto a la mesa del pan de la


presencia y cerca del arca. Con la mesa tenemos el suministro de vida, y
con el candelero tenemos el brillo de la vida. La posición del candelero
con respecto a la mesa y al arca indica que en la iglesia la luz de la verdad
y el suministro de vida deben ser semejantes y balancear el uno al otro
para llevar a Cristo como el testimonio de Dios.

XXII. EN EL ARREGLO DEL MOBILIARIO DEL


TABERNACULO, AL CANDELERO LE SIGUE
EL ALTAR DE INCIENSO

En el arreglo del mobiliario del tabernáculo, al candelero le sigue el altar


de incienso (Ex. 37:23-25; 40:24-27). Según el capítulo treinta y siete, el
altar de incienso se hizo después del candelero. En el capítulo cuarenta
vemos que el altar de incienso se colocaba después del candelero. Esto
significa que el Cristo que brilla en la resurrección como la luz divina nos
pone en contacto con Dios mediante el dulce aroma de la oración. En
nuestra experiencia vamos de la mesa al candelero, y de allí al altar de
incienso. Espontáneamente, el Cristo que brilla como la luz divina en
resurrección nos dirige a orar. Cuando somos alumbrados por Cristo, El
nos guía en oración para tocar a Dios.

XXIII. LOS TRES NIVELES DIFERENTES DE LUZ


EN EL TABERNACULO
A. En el atrio

Había tres niveles diferentes de luz en el tabernáculo. En primer lugar,


estaba la luz natural del atrio. El atrio no tenía ninguna cubierta. Allí la
luz provenía del sol durante el día y de la luna y las estrellas durante la
noche. Por tanto, esta luz era natural. Debido a que muchos cristianos en
la actualidad están en el atrio, la luz que tienen es natural.

B. En el Lugar Santo

La luz en el Lugar Santo provenía del candelero. Esta luz representa al


Cristo que brilla en resurrección y en el Espíritu. Esta luz excluye todos
los pensamientos, conceptos y perspectivas humanas. No debemos hacer
nada conforme a la luz natural. Muchos cristianos todavía ven las cosas
desde el punto de vista de su filosofía, cultura, trasfondo, educación y
perspectivas naturales. En el recobro del Señor debemos tener una
perspectiva diferente. Necesitamos que el candelero nos alumbre en el
Lugar Santo. Sólo cuando seamos alumbrados por Cristo seremos capaces
de dejar nuestros pensamientos, conceptos y perspectivas naturales.

C. En el Lugar Santísimo

La luz en el Lugar Santísimo proviene de la gloria shekinah de Dios. Por lo


tanto, la luz en el Lugar Santísimo es más profunda. La luz natural del
atrio es la luz de afuera, la del candelero en el Lugar Santo es la luz
interna y la gloria shekinah de Dios en el Lugar Santísimo es la luz más
profunda, esta es la gloria de Dios que aparece sobre Cristo como la
cubierta del propiciatorio. Por lo tanto, la gloria de Dios es nuestra luz
más profunda.

XXIV. EL CANDELERO LLEGA A SER LA IGLESIA QUE LLEVA


EL TESTIMONIO DE JESUS
Y LAS SIETE LAMPARAS LLEGAN A SER LOS
SIETE ESPIRITUS DE DIOS QUE EXPRESAN AL DIOS TRIUNO

Finalmente en Apocalipsis 1:20; 4:5; y 5:6, el candelero llega a ser la


iglesia que lleva el testimonio de Jesús, y las siete lámparas llegan a ser los
siete Espíritus de Dios que expresan al Dios Triuno. El candelero de
Exodo 25 se ha multplicado siete veces en Apocalipsis 1. Hoy las iglesias
son los candeleros que dan testimonio de Jesús, y los siete Espíritus de
Dios son las siete lámparas que expresan al Dios Triuno. En el recobro del
Señor esperamos que todos los santos vivan una vida que brille y todas las
iglesias locales sean un candelero que lleva el testimonio de Jesús.
Entonces tendremos al Espíritu Santo como los siete Espíritus, el Espíritu
siete veces intensificado, que expresa al Dios Triuno en medio de todas las
iglesias en el recobro del Señor.

 Mensaje 93 del estudio-vida de Éxodo por Witness


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