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Éxodo 40: moisés erige el tabernáculo –

Vemos que en este capítulo Se arma el tabernáculo — vemos que Aarón y sus hijos son lavados
y ungidos y se les da un sacerdocio eterno también vemos que La gloria de Jehová llena el
tabernáculo, y por ultimo vemos Una nube que cubre el tabernáculo de día y fuego reposa sobre
él de noche. Amen
Pero quiero que en esta tarde nos enfoquemos en la nube sobre el tabernáculo.
Para los israelitas, el tabernáculo era el templo de Dios, lo que para nosotros es la iglesia o
lugar donde nos reunimos. La nube significaba la presencia del Espíritu Santo de Dios sobre
su pueblo. Entonces A pesar que Israel había sido organizado y ordenado por Dios; y a pesar
que habían sido limpiados, y puestos aparte, y bendecidos y caminan en su sacerdocio, ellos
todavía tenían que ser guiados por Dios en cada paso en el camino para llegar a la Tierra
Prometida. Dios no había hecho todas estas cosas previas para hacerlos capaces de iniciar
hacia la Tierra Prometida por ellos mismos, sino para tomar cada paso en constante
dependencia en El. Amen
Entonces, cuando la nube se movía, Israel se movía; cuando la nube se quedaba, Israel se
quedaba. Ellos solo iban a donde la presencia de Dios los guiaba, y ellos solo se quedaban
donde la presencia de Dios se quedaba. Amen
Así debe ser la presencia de Dios en nuestras vidas, en nuestros hogares y en nuestras
congregaciones. El mismo Dios que se manifestó en el pasado es el mismo Dios que reina en el
presente. Pero para que eso pase tenemos que tener fe y confiar como ese pueblo de Israel lo
hizo. Y así podremos ser guiados por la presencia de Dios porque recordemos que Dios
siempre estará con nosotros amen. Esa fue toda la palabra de hoy finalizando con el último
capítulo del libro de éxodos.
Así terminamos nuestro estudio de este libro, que comenzó describiendo la triste y sombría
situación de los esclavos hebreos trabajando como esclavos en los campos de fabricación de
ladrillos, y que concluye ahora con la manifestación gloriosa de la presencia del Señor en el
tabernáculo vemos que Fue su presencia, su compañía la que les liberó, alimentó, fortaleció y
guio en la marcha por el desierto. Y hoy Dios quiere liberarnos a ti y a mí de la oscuridad de
la esclavitud del pecado, para llevarnos a la gloria de Su presencia y colocarnos en el mismo
centro de Su voluntad, donde Él pueda guiarnos y conducirnos. AMEN DIOS LES
BENDIGA.

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