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UNIDAD 03.
1. Introducción:
Cualquier interferencia que afecte a estos parámetros que no sea detectada a tiempo,
repercutirá directamente de manera negativa en el logro de los objetivos de la obra. El control
debe ser integral, en el sentido de que los parámetros enunciados están estrechamente
relacionados. Para el caso particular de la construcción el control de los costos es de especial
interés dada la naturaleza y complejidad de los mismos, muy pocos negocios pueden
sobrevivir sin un conocimiento de los costos y sin un control de los mismos; los métodos para
llevar las cuentas de los costos deberán ser prácticos, simples y comprensibles. Los controles
no son un producto final, sino un medio para administrar la obra.
no afecte el presupuesto proyectado inicialmente, ya que cada una de las actividades y la obra
están programadas en un determinado costo, calidad y tiempo
Programación original
Entonces, sea cual fuere el plan de obras, será mejor fijar un cronograma de control semanal
de metas constructivas, esto significa un monitoreo inmediato, seguro, eficaz.
Llevar la obra controlada en su ritmo de ejecución es el primer gran paso para el logro de los
resultados económicos. Una obra dilatada, retrasada, extendida de sus plazos originales, en
fin… una obra “que se va de las manos”, es paso seguro a pérdidas económicas, ya que el
cobro, la certificación será la misma, pero los gastos serán mayores, con mayor tiempo de
empleo hora-hombre, más gastos generales (seguros), ocupación de maquinaria que podía
destinarse a otra producción, alquiler, etc.
La única forma de evitar un desangre económico, por retraso de plazos sucede cuando la obra
está subcontratada, pues la carga del sobregasto la tiene asumida la subcontratista y siempre
que no “proteste” que el retraso es responsabilidad de la empresa principal, quien esta sólo
tiene que evitar sanciones o multas por el retraso.
b) El control legal debe estar a cargo de un abogado con importante conocimiento en el área
de contratos de obra, licitaciones, etc.
Lo ideal es una interrelación sinérgica entre estos dos profesionales, pues si no contamos con
uno de ellos que maneje ambas cuestiones, su visión será absolutamente parcial e incompleta.
incompatibles físicamente y que generalmente son mal encaradas por las empresas, se debe
buscar una persona que administrativamente apoye al ingeniero.
Puede verse en forma constante cómo las empresas, en el afán de economizar gastos de
personal le acumulan inocentemente y torpemente tareas a quien debe realizar otras: las de
obra, las de construcción, las más importantes…aun obstaculizando su gestión. Es el caso de
asignarle un control de gestión económico al mismo ingeniero-arquitecto, que debe estar en
obra, en la operatividad diaria de la construcción. Entonces, si destinamos a un técnico con
conocimiento de dicha “fina” tarea de fiscalización económica, con orden de imputación de
gastos en cada mes de aplicación de esos insumos para obtener un correcto balance mensual
de resultados económicos de cada obra, estaremos haciendo bien las cosas. Cada cual en su
lugar y este técnico informará esos resultados al ingeniero-arquitecto en obra, el cual
verificará si se están haciendo bien las cosas, si hay desfasajes con lo previsto para garantizar
los resultados de utilidad que tiene cada emprendimiento.
3. Monitoreo de actividades:
Sea cual fuere el plan de obras, será mejor fijar un cronograma de control semanal de metas
constructivas, esto significa un monitoreo inmediato, seguro, eficaz. Tiempos más prolongados
hará que la toma de decisiones para hacer correctivos, sea ya demasiado tarde,
principalmente si ya se presentan retrasos en la ejecución.
Por lo general los proyectos de construcción realizan comités de obra también de manera
semanal, donde hacen presencia los residentes técnicos del constructor así como de la
interventoría, así que en estas reuniones se deben tener los resultados de estos controles de
avance.