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“ADOLESCENTES DIFÍCILES”

Para iniciar este análisis debemos partir de entender que es un adolescente difícil y antes de verlo
como difícil entender ¿QUÉ O QUIÉN ES UN ADOLESCENTE?

La palabra “adolescencia” viene de la palabra ADOLECERE que significa: carecer, necesitar,


padecer, sufrir, etc. Es una etapa de transición de la niñez a la juventud (considerado por muchos entre
los 11 y los 19), donde tienen lugar una serie de cambios y transformaciones que generan crisis, las
cuales son importantes que conozcamos para estar preparados para su enfrentamiento y para una mejor
orientación de ellos. la adolescencia es un tiempo de experimentar y explorar. Es luchar con temas
formadores y transformadores de la vida tales como: autoestima, sexo, citas, presión de los pares (su
grupo) emociones, droga, el hogar (padres, hermanos y otros), y creencias religiosas.
Muchos son los factores que provocan la rebeldía y los podemos catalogar como factores internos
y externos. Los internos son los que tienen que ver con su desarrollo físico y emocional. En el interior de
nuestro muchacho se están desarrollando muchas transformaciones químicas y hormonales, las que
están provocando a su vez transformaciones en su cuerpo y en su psiquis. Las que le dan nuevas
capacidades y potencialidades que a su vez le provocan inestabilidad, temor, preguntas no contestadas,
etc.
Pongamos, por ejemplo, el crecimiento de sus huesos a veces es más acelerado que el de sus
músculos lo que les da dolores intensos que los deprimen, les llevan a preguntarse ¿estaré enfermo,
tendré un cáncer? Y en gran cantidad de casos ellos viven estas interrogantes solas, llevándoles a
reaccionar en momentos con mucha ira, violencia, etc, por las preguntas que nadie les ha sabido
responder.
Otro ejemplo es el crecimiento de sus órganos genitales del varón (pene y testículos), por los que
se hacen muchas preguntas: ¿tendrán un tamaño normal, podré ser padre? Lo que los mantiene muchas
horas del día metidos en sus pensamientos o tratando de investigar por su vía. En muchos casos los
adultos se mantienen ajenos a sus luchas, tristezas, interrogantes; por lo que en muchas ocasiones
todas estas preguntas NO CONTESTADAS les llevarán a manifestaciones violentas, haciendo muy difícil la
comunicación con los adultos, en especial con sus familiares cercanos, maestros, vecinos; catalogándole
con mucha premura y poco análisis como ADOLESCENTES DIFÍCILES.
Los factores externos lo vemos como los que tienen que ver con el hogar: padres, hermanos y
otros familiares; también la escuela, el barrio, su grupo cercano en fin el resto de la sociedad que
influyen en el adolescente de una manera tremenda en su manifestación exterior.
Deseamos ver los padres como uno de los factores de importancia vital en que tengamos o no u
adolescente catalogado de difícil, por lo que es importante analizar de forma breve las etapas que
atraviesa la relación entre padres e hijos:

1. El jovencito(a) entra en la adolescencia a la edad de 11, 12 ó 13 años. Sigue dependiendo


mayormente de sus padres para satisfacer sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. En
esta etapa, los padres, pese a ser duramente evaluados, pueden seguir siendo el modelo y
ejemplo de los hijos.
Mientras se lleva a cabo la transformación física y sexual comienza una etapa de confusión
emocional. En este periodo el adolescente puede llegar a avergonzarse o hasta acomplejarse, si
no comprende que sus cambios son normales. La autoestima es alimentada especialmente por los
padres.
No es raro que sienta melancolía y que muestre cambios dramáticos en los sentimientos. En esta
etapa los padres pueden proporcionar estabilidad, mostrándose disponibles para hablar sobre los
cambios físicos.

Pero sabiendo que el índice de divorcio es altísimo (en nuestro país por ejemplo en el año 98 de
cada 100 matrimonios 62 se divorciaban); además del índice de padres presentes – ausentes
también es altísimo por lo ocupados que están en su desarrollo profesional o por luchar para poder
obtener el sustento del hogar; ¿quién está satisfaciendo en esta etapa sus necesidades físicas,
emocionales y espirituales? La respuesta es triste y preocupante: en muchos casos es otro
adolescente en formación o un padrastro o madrastra o un maestro emergente que es
prácticamente otro adolescente.

2. Los adolescentes empiezan a pensar más por sí mismos. Los padres suelen cometer el error de
confundir diferencias de opinión con rebeldía, lo que ocurre es que los hijos se tornan más
independientes en su manera de percibir el mundo. Es importante escuchar sus opiniones con
paciencia. Si tenemos presente qué es lo que está cambiando en cada etapa, podremos entender
qué hay detrás de lo que dicen.

Ellos necesitan “practicar” ser individuo

Una madre resumía su queja: ‘Yo digo que está nublado y él dice que salió el sol.’ es aconsejable no
tomarse tan seriamente esos comentarios. ¿Para qué provocar una pelea por si está o no nublado? Ellos
están probando sus capacidades individuales más que un concepto categórico de lo que están
defendiendo.
3. Cuando comienza a sentirse independiente, el adolescente seguramente intentará probar sus
propios límites. Tal vez deje de ser el ‘chico que era’, obediente y dispuesto. Necesita ‘practicar’
ser individuo.

Si los padres le ofrecen sólo derechos y privilegios, no aprenderá a contraer obligaciones. Si todo
lo que recibe son restricciones y obligaciones puede resentirse y perder la capacidad para
disfrutar de la vida, y aun puede rebelarse. Es importante que los adolescentes asuman
responsabilidades mientras se les amplían las libertades.

De suma importancia es que como padres establezcamos los límites bien claros y que
entendamos que ya tienen ciertos derechos, que, aunque no son adultos, pero ya la misma
sociedad, sus amigos, etc. demandan de ellos ciertas tareas y obligaciones que antes como niños
no tenían.

Pensemos por ejemplo en el adolescente que está tocando en un grupo musical de su escuela,
tendrá ciertas exigencias de horario de ensayos que deberán quedar bien claros para que no
entren en conflicto usted, el adolescente y su escuela o grupo.

4. Llegará el momento en que los adolescentes prefieran hablar con sus amigos más que con sus
padres. Están buscando su propia identidad mediante la identificación y la diferenciación. Al
avanzar en la adolescencia, tendrán dudas acerca de lo que pueden llegar a ser y hacer. Lo que
necesitan de parte de sus padres es confianza y ‘crédito’ ante el fracaso.

Es necesario que como padres entendamos el lugar que ocupa el grupo y logremos ser sus
amigos sin tratar de truncar las relaciones con su grupo. Si tratamos de limitar estas relaciones
con sus pares lo que obtendremos al final no será más que rebeldía y falta de confianza en
nosotros. Es importante que conozcamos su grupo, que les demos un espacio en nuestro hogar
a su grupo, al mismo tiempo que con nuestra amistad les enseñemos a selecciona sus amigos.

5. En la etapa final quizás sea cuando más se note la actitud de pendular entre lo infantil y lo
maduro. Oscilarán entre un gran aburrimiento y un enorme interés por alguna actividad. Por eso
resultan tan impredecibles.

Lo importante es reconocer su esfuerzo por crecer y no enfocar tanto nuestra atención en su aparente
desinterés. Es importante entonces que nos acerquemos a su corazón, a sus ideales, a su vida misma y
dejaremos de ver un tanto la persona enigmática, complicada, para ayudarles a canalizar sus TANTAS
potencialidades.
El Grupo

Como mencioné, aparece en la adolescencia la necesidad de tener otro espejo donde mirarse, donde
encontrar reconocimiento y aprobación para seguir consolidando la propia identidad. Así se fabrica un
nuevo marco donde los adolescentes se conocen, reconocen y valorizan: el grupo de referencia. Estos
grupos pueden volverse verdaderas ‘tribus’ donde se viven situaciones de poder, de pertenencia, de
conflicto, de territorio y de competencia.

Códigos

Los adolescentes desarrollan códigos propios que los diferencian y que excluyen a otros, ya sea a pares
de otras tribus o a los mismos padres, que desconocen el nuevo léxico. Es una
manera de diferenciarse de los que no están en ‘onda’ y no pueden entender ‘lo de
ellos’. Además de palabras nuevas, inventadas, fuera de lugar o en otro idioma, los
códigos incluyen posturas y maneras específicas de pronunciar.
Es una forma de manifestar en muchos casos su rebeldía, su
inconformidad, sus frustraciones, las crisis de su hogar, las
aspiraciones no logradas, la comunicación no obtenida con sus
padres.

Debemos manejar bien estas situaciones ya que los extremos de estas expresiones pueden ser el
consumo de drogas, el establecimiento de hábitos y conductas malsanas tales como la bebida, las
relaciones sexuales prematuras, etc.

Para concluir: El “adolescente difícil” que no es más que el producto final de las relaciones
interpersonales con su familia e integrantes cercanos de la sociedad. Serán más difíciles en la manera
que los factores que mencionamos anteriormente le afecten negativamente. Lograremos convivir con
adolescentes menos difíciles en la medida que:
1. Las relaciones con los padres sean lo más adecuadas posibles
2. Estemos interesados en poder dar las respuestas adecuadas a las interrogantes que los que
tienen sumamente preocupados
3. Luchemos por que tengan un grupo de amigos saludable moral y socialmente
4. Como sociedad luchemos por disminuir el índice de divorcio. En el caso de los divorciados luchar
por que nunca se “divorcien de sus hijos”
5. Les proveamos de límites de tiempo muy claros para que ellos puedan disfrutar de la libertad a
que tienen derecho sin sobrepasar los límites peligrosos
6. Para nosotros como cristianos es de suma importancia que puedan conocer a Jesucristo como el
amigo que nunca falla, que es capas de entenderlos en sus crisis, en lo que para ellos serán
caminos sin salida. Este es para nosotros un punto sobre el cual pueden girar todos los demás,
entonces y sólo entonces el término ADOLESCENTES DIFÍCILES será minimizado.

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