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1. Procedimientos de adición
Mediante el proceso de adición, la base resulta incrementada con elementos externos
a ella. Dentro de la adición cabe distinguir entre afijación y composición. En el primer
caso, dos o más afijos pueden concatenarse en una misma palabra. Los afijos se
dividen en prefijos, sufijos y circunfijos.
Prefijación: Generalmente no selecciona la clase de palabra base: ante- puede
adicionarse a sustantivos (anteproyecto), adjetivos (anteúltimo) o adverbios
(anteayer); no obstante, debido a s u contenido semántico, algunos prefijos
suelen especializarse en una determinada categoría gramatical.
No produce cambio de categoría.
Circunfijación o parasíntesis:
Algunos derivados se forman adjuntando a la vez un prefijo y un sufijo a la
base léxica:
enriquecer. Sobre la base del adjetivo rico se adjuntan en forma
simultánea y solidaria el prefijo en- y el sufijo –ec- pues, de no hacerlo
ambos conjuntamente no tendríamos una forma completa. No son
posibles en español ni enrico ni riquecer.
Composición:
Si el elemento añadido a la base es otra base, hablamos del proceso de
composición: saca + corchos > sacacorchos.
Al igual que los procesos de afijación, los de composición también pueden
repetirse, de donde resulta que un tema compuesto deviene constituyente
de otro tema compuesto:
parabrisas > limpiaparabrisas.
Por ejemplo, las distinciones morfológicas son utilizadas junto a la función sintáctica para
diferenciar las partes de la oración o las clases de palabras. Es decir, morfología y sintaxis
comparten el hecho de identificar las clases de palabras y estas se reconocen tanto por su
función en la oración como por sus características morfológicas.
Por otra parte, en el caso del verbo, su significado determina, en cierto modo, la construcción
en la que puede aparecer, esto responde a la organización de las frases en función de los
verbos. Es claro, por ejemplo, que los componentes imprescindibles para construir una oración
gramatical no son idénticos en el caso del verbo “caminar” y del verbo “leer”. En tanto que el
primero exige solamente quién ejecuta la acción, el segundo, podría requerir además la
especificación del objeto que se lee aunque en algunos casos no, por eso es tan válida la frase
“Leí la novela toda la tarde” como “Leí toda la tarde”.
Además, el verbo contiene información que no sólo organiza la frase, sino que también ayuda
a determinar su significado. Así, dos verbos pueden seleccionar la misma clase de
componentes, pero el significado de la construcción puede variar radicalmente según el
significado del verbo, como es el caso de “el perro teme al niño” o ”el perro atemoriza al niño”,
enunciados en los que el niño y el perro participan de los hechos de manera totalmente
distinta.