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Estudios Latinoamericanos 1(1972) pp.

317-323

Capitalismo y atraso de América Latina


según A. G. Frank.

Marcin Kula*

El libro de A. G. Frank es un conjunto de artículos publicados por


él durante mucho tiempo en diferentes revistas1. Estos artículos se
refieren a la historia económica; desgraciadamente son de bajo nivel
como estudios históricos y también como estudios económicos.
Hacemos crítica de este libro sobre todo por la tesis expuesta por el
autor ya en la primera frase de esta obra. La ídea fundamental en
todos los estudios es que en contra de las opiniones aceptadas
generalmente, el atraso de América Latina no es resultado del
subdesarrollo del capitalismo en este continente sino lo contrario, el
producto secundario del desarrollo del capitalismo. El propósito de
todos los estudios es aclarar como es que, como dice Frank,
precisamente la estructura y el desarrollo del capitalismo provocaron,
profundizaron y siguen profundizando este subdesarrollo.
Argumentos a favor de la tesis de que el subdesarrollo de América
Latina es producto secundario del capitalismo el autor buscará
analizando más detalladamente la historia de Chile y Brasil. Llega
siempre a las conclusiones que había previsto. En cuanto a Chile
(estudio Capitalist Development of Underdevelopment in Chile) llega
a la conclusión de que «el capitalismo empezó a penetrar, formar y
en realidad caracterizar la sociedad chilena y latinoamericana
empezando desde la conquista en el siglo XVI». Frank opina, en
contra de la tesis de una serie de autores, que la economía chilena de
la época colonial no era encerrada y dice que «la conquista de
España integró plenamente a Chile al sistema mercantilista y
capitalista del siglo XVI» y que «durante los próximos siglos el

*
Traducidodel polaco por Stefan Olszewski y Virgilio Machado
1
André Gunder Frank: Capitalism and Underdevelopment in Latin America. Historical Studies of Chile
and Brazil, Monthly Review Press, New York - London 1967, pp. XX+298
capitalismo mundial impuso a la economía chilena su estructura
explotadora y su desarrollo integrándola plenamente al sistema
capitalista mundial». Luego, las relaciones de producción
introducidas por la conquista europea en el territorio de Chile eran
también de tipo capitalista.Frank dice que «desde el mismo comienzo
en América Latina reinó el dinero con su dura realidad económica y
no las tradiciones, principios y relaciones sociales aristocrático-
feudales». Todas estas razones llevan a Frank a la conclusión
siguiente: «Nuestro análisis de la historia de Chile demostró - dice -
que precisamente el capitalismo con sus contradicciones internas
creó el subdesarrollo de Chile y determinó sus formas. Nuestro
análisis demostró - continúa - que esta tesis es verdadera tanto en
referencia a la actualidad como también al pasado, que el atraso de
Chile no puede ser relacionado con la aparente y parcial
conservación de la estructura feudal, ya que ésta ni parcial ni
totalmente nunca existía en este país».
Igualmente en el caso de Brasil (estudio Capitalist Development of
Underdevelopment in Brazil) el autor comienza desde la conclusión
(presentada además como siempre antes de la demostración) que «el
subdesarrollo en Brasil es, como en todas partes, el resultado del
desarrollo capitalista» y «la época colonial de Brasil no tenía nada en
común con el feudalismo». Igualmente «hay que buscar las causas y
explicaciones de la crisis actual en la agricultura brasileña no en el
feudalismo sino en el propio capitalismo» ya que «la economía
brasileña incluyendo la agricultura es parte del sistema capitalista»
(el estudio Capitalism and the Myth of Feudalism in Brazilian
Agriculture). La agricultura brasileña no es, según Frank, ni feudal ni
precapitalista. Poco rendimiento y la pobreza en la agricultura
brasileña es, según él, producto del capitalismo. Ningún ramo de la
economía no tiene carácter feudal y todos son, según Frank,
«plenamente integrados a un solo sistema capitalista» (dicho sea de
paso habría que poner la pregunta si esta parte de la población
campesina de América Latina que gasta para los productos
industriales menos de 5 dólares por año actúa también dentro de la
órbita de la economía capitalista).
Por fin, tocando los problemas de los indios (On the «lndian
Problems in Latin America) Frank dice que la trágica a veces
situación de las comunidades indígenas es resultado del capitalismo y
de su profunda penetración y no el efecto del aislamiento económico
y cultural de esas comunidades.
En resumen, los cuatro estudios en cuestión son expresión de la
convicción de Frank de que el capitalismo produce el fenómeno de
atraso en el mundo de hoy, igual como lo producía en el pasado.
A pesar de que no queremos ser uno más del coro de los
científicos de derecha, que no dejarán seguramente de atacar a Frank,
nos sentimos en obligación de formular algunas objeciones
fundamentales respecto a las tesis citadas.
La primera objeción es de índole metódico-formal. Tesis tales
como la discutida se prueba a base de las investigaciones históricas y
no a través de su repetición frecuente. Mientras tanto no hay ninguna
huella de serias investigaciones históricas en el libro en cuestión. En
el mejor caso - y no siempre - encontramos en el libro de Frank
ilustraciones de las tesis expuestas con los materiales históricos
sueltos, citados de segunda mano, por el intermedio de los sencillos
estudios generalmente conocidos. Esto se refiere a la tesis de que en
contra de la opinión general, la economía de Chile en el período
colonial era economía casi sin exportación. En el caso de las tesis
generales la insistencia de su repetición causa también a veces la
impresión de que el autor quiere que se le crea bajo palabra. Las
objeciones siguientes son concretas.
Según nuestra opinión el autor juega con la ambigüedad de la
frase: el capitalismo produce el atraso. Si quiere decir con esto que el
atraso económico es relacionado tanto con el capitalismo que el
feudalismo clásico no conoce tal fenómeno, es difícil no estar de
acuerdo con él. Si quiere decir con esto que en la época del
capitalismo naciente unas regiones se desarrollan a costa de las otras,
estamos de acuerdo con él. Pero si, como lo hace Frank, en la sombra
de esta frase se quiere pasar la tesis de que por ejemplo las formas de
trabajo que existen en algunas regiones siendo casi esclavistas son
resultado del desarrollo del capitalismo y no resultado de la falta de
su plena penetración en estos terrenos, es difícil estar de acuerdo con
esto.
Por su parte la tesis como que la conquista y la colonización de
América Latina fueron resultado del desarrollo del sistema
mercantilista en Europa y tenían carácter capitalista tampoco puede
ser sostenida. En defensa de Frank hay que reconocer que la cosa era
objeto de largas discusiones, pero esto no cambia algunas verdades.
Primero, es cada vez más común la creencia de que la expansión
portuguesa y española no fueron resultado del desarrollo del
capitalismo en la Península Ibérica, sino el resultado de los cambios
sociales precisamente dentro del grupo de feudales en la segunda
mitad del siglo XIV. Segundo, las relaciones de producción surgidas
en América Latina bajo la influencia de la colonización no tuvieron
mucho en común con el capitalismo (y sería bueno tener en mente las
relaciones de producción ya que Frank habla tan a menudo de Marx).
En contra de lo que Frank escribe del carácter capitalista de la
colonización de Brasil, la plantación de azúcar brasileña en los siglos
XVI - XVII en muchos aspectos recuerda más bien una hacienda
polaca del periódo dE) florecimiento de la exportación de cereales
que una empresa capitalista. Invocar, como lo hace Frank, para
probar su tesis sobre el carácter capitalista de la colonización, el
hecho de la existencia de la exportación, por ejemplo de azúcar, de la
orientación de la economía «hacia afuera», el hecho de integrada a
los centros más desarrollados o el hecho de su explotación a través
de esos centros no servirá para mucho. El propio fenómeno de la
exportación, o sea del comercio interregional es conocido desde los
comienzos de la humanidad. La hacienda polaca de los siglos XVI -
XVII que nadie considera empresa capitalista fue sin embargo no
menos orientada «hacia afuera» que la plantación de azúcar
brasileña. Con el centro más desarrollado capitalista podía ser
integrada a un país no capitalista que fuese por ejemplo abastecedor
de las materias primas (y así sucedía en la mayoría de los casos). La
propia afirmación del fenómeno de explotación no es prueba todavía
ni del carácter de la economía del país que explota, ni de la economía
del país explotado. Igualmente se presenta el asunto con el análisis
hecho por Frank sobre el problema del atraso de las regiones de
Nordeste. Frank prueba de que la región Nordeste siendo plenamente
integrada a toda la economía brasileña es explotada por la parte sur
del país, de lo que resulta que el atraso de esta región es resultado del
desarrollo del capitalismo, y de lo que en apariencia resulta que en la
Nordeste reinan relaciones capitalistas. La Nordeste es seguramente
relacionada con una serie de lazos con el sur, seguramente es
explotada por él pero esto no prejuzga el carácter de las relaciones
que reinan en estos territorios. Hasta con una definición más amplia
del capitalismo es difícil reconocer la existencia de tales fenómenos
como la aparcería o la hacendera como rasgos característicos de este
régimen económico-social, o como su producto. Estos fenómenos
deben desaparecer si la agricultura brasileña va a desarrollarseyeso
independientemente del hecho si va a desarrollarse en vía capitalista
o en otra vía. Es sorprendente como las opiniones sobre la agricultura
brasileña del intelectual ultra-izquierdista Frank coinciden con las de
los terratenientes reaccionarios que también opinan que la agricultura
brasileña es de tipo capitalista; pues la aceptación de esta tesis
implica al mismo tiempo la opinión de que los fundamentales
cambios estructurales en el campo son innecesarios2.
Todas estas afirmaciones sirven a Frank para justificar la tesis de
que los pueblos de América Latina tienen un solo camino - el de la
revolución. Puesto que el atraso actual de América Latina es
resultado del desarrollo del capitalismo, puesto que los países de
América Latina son atrasados precisamente porque el capitalismo
encontró en ellos un sólido apoyo (aquí siempre se interpreta de dos
modos esta afirmación fundamental), es imposible para que el
capitalismo pueda traer la solución de los problemas existentes -
concluye Frank. «Todas las investigaciones llevan a la conclusión de
fundamental importancia: el capitalismo nacional y la burguesía
nacional no ofrecen y no pueden ofrecer - escribe en el prefacio -
ninguna salida del atraso existente en América Latina». «En relación
con esto - afirma -la estrategia del apoyo a la burguesía en sus
supuestos esfuerzos para que progrese el capitalismo y concluya así

2
Véase la opinión de Josué de Castro: «Aceptar de que la estructura agraria de nuestro países estructura
capitalista y que era así desde los tiempos más remotos significa en consecuencia afirmar de que todo
cambio revolucionario, todo cambio democrático de esta estructura sería innecesario e inútil» (Une zone
explosive. Le nordeste du Brési!, Paris 1965, p. 118).
la revolución democrático-burguesa es politicamente perniciosa».
"Solamente a través del aniquilamiento de la estructura capitalista y a
través de la liberación del Brasil del sistema mundial imperialista y
capitalista, solamente pasando rápidamente al socialismo se puede
empezar la busca de la solución de la situación en crisis y del atraso
de la agricultura brasileña, del Brasil y de toda América Latina» -
concluye el autor. Dicho sea de paso que Frank no caracteriza con
más detalles la revolución postulada aunque la palabra «revolución»
puede significar diferentes cosas.
Verdad es que esta tesis es puramente politica pero se la puede
discutir. Pero la afirmación de que el único camino a seguir es la
revolución, es, en contra de las apariencias, la actitud
intelectualmente más fácil para un científico extranjero. La izquierda
latinoamericana sabe sin consejeros extranjeros que la revolución es
la salida más sencilla y que al estallar la revolución todos los
problemas aparecerán en una luz nueva.
Sin embargo el asunto es más serio. La tesis de Frank de que
América Latina no tiene otra salida que la revolución se puede
discutir. Pero seria y honestamente sin apoyarla en el análisis
seudocientífico del desarrollo económico de América Latina.
Para terminar hay todavía dos asuntos. Primero, Frank analiza
todos los problemas desde un solo punto de vista: de las relaciones
entre la metrópoli y la colonia. En tal punto de vista desaparecen las
diferencias entr,e América Latina y Africa, entre Africa y Asia, y no
se puede comprender de ninguna manera de que modo los Estados
Unidos que eran antes colonia llegaron a su poderío. Parece pués que
el punto de vista de Frank, aunque justificado, simplifica demasiado
el problema. El segundo problema se refiere a la actitud de Frank
ante el concepto del Tercer Mundo. En una de las notas Frank se
aparta de este concepto: «Claro está que no puedo - escribe - poner
mi firma bajo el concepto del Tercer Mundo, ya que el mundo al cual
se refiere constituye parte y elemento del mundo capitalista». Lo que
se puede decir de tal actitud es que tal actitud no es cientificamente
eficiente.

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