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Derecho constitucional

1.1. Justificación del Estado

El problema de la justificación del Estado. A lo largo de los últimos siglos han debatido los
filósofos del Derecho y de la Política sobre cuál puede considerarse el origen y la
justificación del Estado. Ahora bien, tal como se enfoca la cuestión hay que decir que más
bien se indaga sobre el origen y la legitimidad del poder en cualquier sociedad política,
que específicamente en el Estado.
En todo caso, se han dado múltiples respuestas, que el norteamericano John Williams
burguEss (1844-1931), pionero de la ciencia política de su país, agrupó en tres: la
teológica, la pactista y la histórica, conciliables entre sí porque destacan dimensiones
distintas, desde las filosóficas especulativas hasta las estrictamente sociológicas.
De acuerdo con la justificación teológica, el Estado es, en última instancia, obra de Dios,
bien por haberlo creado directamente (entiéndase, la sociedad política), bien por haber
impreso en la naturaleza humana la necesidad de vivir en sociedad, haciendo pues
legítimo el poder del Estado y en consecuencia de sus gobernantes. Sin embargo, no se
debe olvidar que, como señalara jEllinEK, han sido muchos y contradictorios en sus ideas
quienes han esgrimido el argumento teológico en su favor (para justificar unos el
absolutismo regio o la revolución puritana, otros el “derecho divino de los reyes” de
Jacobo I de Inglaterra o la doctrina “democrática” de la Escuela Española de Derecho
Natural, etc.).
Para la justificación pactista, el Estado es fruto de un pacto entre los hombres, en virtud
del cual la autoridad política y el deber de obediencia a los gobernantes se convierte en
legítimo. El problema está en que, según qué autores, el pacto social tiene unas causas y
unas consecuencias radicalmente diferentes, como sucede, por ejemplo, entre las
doctrinas pactistas de hobbEs, locKE y roussEau. la justificación histórica se limitaría a
reconocer un hecho acaecido en un momento determinado sin entrar en especulaciones
sobre su legitimidad o no: el Estado existe y es una realidad política multisecular e
irreemplazable en la actualidad. Como todos los argumentos de naturaleza estrictamente
sociológica, la justificación histórica del Estado adolece de un sentido moral, exigible por
la dignidad innata del ser humano, que dé legitimidad al poder del Estado. ¿Por qué ha de
ser legítimo un poder cuya única justificación es que de hecho ha existido cierto tiempo?
Otros tipos de justificación que se han dado son: la naturalista (no sería la causa del
Estado la Divinidad sino la misma Naturaleza, en la que prevalece la desigualdad “con la
consecuencia obligada de que los fuertes se impongan y los débiles hayan de
someterse… las fuerzas sociales exigen que los hombres, convencidos de que no pueden
resistirlas, se resignen a sus imperativos. El Estado es poder, es dominación; la fuerza se
justifica por sí misma… y al modo como no es posible vivir sin los agentes naturales,
tampoco es posible la vida humana sin esa organización de predominio de los
poderosos”14), las teorías jurídicas (el Estado se justifica sobre la base de una institución
jurídica preexistente, sea la familia –patriarcalismo de filmEr–, la propiedad –desde platón
y cicErón hasta hallEr– o el pacto social antes mencionado) o la necesidad racional (sea
una
necesidad psicológica, sea la perfección moral, desde aristótElEs a hEgEl) o el mismo
fenómeno jurídico (ubi societas ibi ius).
Todas ellas tienen parte de razón: el ser humano es social por naturaleza y no por
convención, necesita para el desarrollo de su vida, material y moral, un marco estable de
convivencia política en el que impere el Derecho justo, lo cual en el momento histórico de
evolución social que abarca desde el Renacimiento hasta hoy sólo el Estado puede
garantizar. El Estado, y con él su Derecho y el poder político, se justifican por exigencias
de la naturaleza humana, por la historia, por el mismo Derecho y en última instancia por
Dios como autor de la naturaleza humana y origen de toda autoridad. Que haya
gobernantes que utilicen el poder del Estado para corromper a la sociedad no significa
que el Estado no sea instrumento válido para la realización de la justicia en la sociedad,
sino que los gobernantes, como todos los hombres, pueden utilizar la libertad para hacer
el bien o para hacer el mal a sus semejantes y a ellos mismos.
Doctrinas que niegan la legitimidad del Estado. Antecedentes y autores principales. Se
denomina anarquista a toda forma de negación del Estado o en general de cualquier
poder político en la sociedad por considerarlo innecesario, dañino o inmoral. han existido
muchas formas de negar la legitimidad del Estado, pero se suele reservar el nombre
de anarquismo a una serie de corrientes ideológicas cuyos principios se han desarrollado
después de múltiples formas. Acracia es un término afín que significa ausencia de
coacción o ausencia de poder.

1.2. Fines del Estado


Finalidad del Estado. Son fines esenciales del Estado: Servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que
los afectan y la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la
independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia
pacífica y la vigencia de un orden justo.

Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas
residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos,
libertades y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales de Estado y de los
particulares.

1.3. Elementos del estado

Si bien existen muchas definiciones para esta palabra, así como teorías creadas para
explicar su naturaleza y funciones principales, la mayoría de concepciones de lo que es
un Estado coinciden en que es un modo de organización política y social en la cual se
crea un sujeto soberano (un colectivo capaz de tomar decisiones acerca de lo que se
hace en un determinado territorio) y se establecen normas que permiten la división social
del trabajo.
Esta división del trabajo consiste en un sistema por el cual especializarse en una
profesión permite tener acceso a una red de apoyo creada por otras personas que
trabajan en otros ámbitos. De esta manera, el Estado supone la salida definitiva del modo
de vida de los cazadores-recolectores, en el cual no existen muchos trabajos
especializados y el comercio está muy limitado.
Así, el Estado es la consecuencia del establecimiento de un complejo sistema de pactos
entre muchos colectivos diferentes. Por eso, los elementos de estado son diferentes
facetas de este grupo social extendido capaz de involucrar a miles de individuos (algo que
no pasa con el otro principal sistema de organización social: la familia).

Visto esto, repasemos de manera resumida cómo son los elementos del estado, y qué los
caracteriza.

1. Territorio

El territorio es la condición previa, fundamental y más necesaria para la aparición del
Estado. No hay que olvidar que los estados existen siempre ligados a una realidad
material, porque está muy vinculado al control de qué recursos se explotan y cómo son
procesados y comercializados. Por eso, su ámbito de influencia puede ser ubicado en un
mapa.
Además, el territorio es lo que permita que exista el asentamiento de una población;
evidentemente, sin personas tampoco hay organización social (por lo menos, no una que
sea humana).

2. Población

Tal y como hemos visto, la población también es un elemento imprescindible para que
puedan existir los estados. Además, es necesario que esta sea relativamente numerosa,
porque de otra manera apenas se tendrá posibilidad de crear un marco de comercio,
asignación de propiedad privada e influencia política o militar.
Cuando hay muchas personas viviendo en un territorio, no solo aparece la posibilidad de
especializarse en una profesión muy específica y aliarse con otros compatriotas que
actúan como una red de apoyo social. Además, se generan dinámicas culturales que
cohesionan estos colectivos: surgen hábitos y costumbres comunes, idiomas o maneras
de hablar, símbolos compartidos, sistemas de valores similares, etc.

3. Gobierno

Tal y como hemos visto, un Estado es una forma de organización social y de organización
política. El gobierno es la entidad en la que se concentra la gestión y toma de
decisiones sobre esta última.
Existen diversos mecanismos por los que el gobierno puede tomar decisiones e
implementarlas en un territorio y población, pero en los últimos siglos estos suelen surgir
de diversos órganos de gobierno que trabajan de manera coordinada pero paralela, de
manera que no sea un grupo reducido de personas el que tenga la última palabra en todo.
La principal división entre estos órganos de gobierno queda concretada en la separación
de poderes propuesta por Montesquieu y reivindicada aún hoy en día: poder ejecutivo,
poder legislativo y poder judicial.
Velar por la independencia de estos tres tipos de poderes sirve fundamentalmente para
garantizar que todo el mundo se someta a las normas de convivencia de la misma forma,
sin que se puedan crear excepciones ad hoc para mantener a una élite fuera del alcance
de la ley.

4. Soberanía
La soberanía es el consenso acerca de quién decide qué sobre qué territorio. Es, en
resumidas cuentas, el poder supremo del que emanan todos los demás, y por ello va
relacionado con la noción de la autoridad. Al ejercer la soberanía, se toman decisiones
acerca de lo que debe hacerse dentro de los límites territoriales y diplomáticos de un
Estado, y en ocasiones, en contextos bélicos, también fuera de estos.

Este es uno de los elementos del Estado más abstractos y con más capacidad de generar
debate y polémicas, porque definir quién debe ser el sujeto soberano puede llevar a
conclusiones muy diferentes a través de razonamientos muy diversos.

Durante miles de años, en la mayoría de sociedades se asumía que quien mandaba era
fundamentalmente un rey (en las tiranías) o un grupo de personas pertenecientes a la
élite de una sociedad (en las oligarquías).
A partir del surgimiento de la Edad Moderna, sin embargo, se ha ido evolucionando hacia
un tipo de organización política en la que el sujeto soberano es la población, aunque no
de manera directa, sino mediante sistemas de democracia representativa y la celebración
de elecciones para elegir determinados representantes políticos que se ofrecen a trabajar
en los órganos de gobierno
estatales, regionales o municipales.

Por otro lado, los conflictos territoriales entre grandes grupos o entidades políticas son
también luchas por la definición del sujeto soberano. En los movimientos secesionistas,
por ejemplo, se intenta sustituir un sujeto soberano (por ejemplo, "italianos") por otro de
ámbito más local (por ejemplo, "sicilianos").

5. Coerción

La coerción es el conjunto de instituciones y poderes colectivos con la capacidad de


someter por la fuerza a grupos que se oponen al Estado y a su
funcionamiento (concretado mediante las constituciones y otros documentos ligados al
sistema legal).

Este elemento del Estado está muy relacionado con la soberanía, porque su existencia da
sentido a que aparezca un sujeto soberano con autoridad real. El efecto de la coerción
está presente incluso cuando nadie viola las normas, ya que la certeza de que los delitos
y crímenes tendrán su correspondiente castigo ejerce su influencia siempre, incluso en la
imaginación, la creación de expectativas y l toma de decisiones de las personas.

En cualquier caso, no hay que olvidar que incluso en los Estados más admirados y
considerados de mayor calidad democrática, siempre existen instancias de gobierno con
la capacidad de obligar a las personas a obedecer las normas, o al menos de evitar que
las sigan incumpliendo limitando su libertad a través de instituciones penitenciarias. Todo
este sistema de obligaciones y advertencias forma parte del poder coercitivo, y tiene un
efecto en la manera de comportarse de las personas y de los colectivos, para bien o para
mal

DERECHO CONSTITUCIONAL I
Supremacía y mecanismos de defensa de la Constitución

La supremacía constitucional posee en su naturaleza dos vertientes que explican su


funcionamiento. Por una parte está el aspecto formal, sin el cual carecería —en buena
medida— de fuerza y exigibilidad. Hoy en día este aspecto se ha visto mermado, pues la
supremacía del texto constitucional en aquellos sistemas donde existen bloques de
constitucionalidad es compartida con otros ordenamientos, tal es el caso de los tratados
internacionales de derechos humanos. Por otra parte, está el aspecto material, sustancial
o axiológico, el cual expresa lo más importante que tutela una Constitución: los derechos
humanos y la dignidad de la persona. Ambos aspectos son vitales para un adecuado
quehacer constitucional.

Mecanismos Constitucionales para la protección de los Derechos Humanos

Los mecanismos de Protección Ciudadana se ejercen mediante acción judicial y están


establecidos para proteger una eventual o real pérdida, vulneración o amenaza de los
derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política y cuando fuere posible
restituir las cosas a su estado anterior.

• El Derecho de Petición.
• Peticiones de información.
• Quejas.
• Reclamos.
• Manifestaciones.
• Habeas Corpus.
• Habeas Data.
• Acción de Tutela.
• Acción de Cumplimiento.
• Acciones Populares y de Grupo.

El Derecho de Petición: Es el derecho fundamental que tiene toda persona para


presentar solicitudes respetuosas en términos comedidos ante las autoridades o ante las
organizaciones privadas que cumplen funciones públicas, para obtener de éstas una
pronta resolución sobre lo solicitado. La violación del Derecho de Petición por parte de las
autoridades o de particulares prestadores de servicios públicos, puede conducir a que
este derecho sea tutelado.
El Derecho de Petición se encuentra consagrado en Artículo 23 de la Constitución
Nacional y puede ejercerse por interés general o particular, petición de informaciones y
formulación de consultas.
Solicitud de Petición de Información: Petición que se hace a las autoridades para que
éstas den a conocer cómo han actuado en un caso concreto, entreguen información
general sobre la entidad, expidan copias y/o permitan el examen de la documentación que
reposa en la entidad, en un término no mayor de diez (10) días hábiles siguientes a la
fecha de radicación para su respuesta.
Peticiones de Interés Particular o general: cuando se hace llegar a las autoridades una
solicitud sobre una materia sometida a actuación administrativa, con el fin que se tomen
las medidas pertinentes, sean éstas de carácter individual o colectivo. El término de
respuesta corresponde a quince (15) días hábiles siguientes a la fecha de radicación.
Consultas: Petición que se presenta a las autoridades para que manifiesten su parecer
sobre materias relacionadas con sus atribuciones y competencias. Deben ser resueltas
dentro de los treinta (30) días hábiles siguientes a la fecha de radicación.
Quejas: Es la manifestación que se realiza ante las autoridades, sobre las conductas
irregulares de servidores públicos o particulares que ejerzan funciones públicas,
administren bienes del Estado o presten servicios públicos. Deben ser resueltas dentro de
los quince (15) días hábiles siguientes a su presentación.
Reclamos: Cuando se anuncia a las autoridades, la suspensión injustificada o la
prestación deficiente de un servicio público. Deben resolverse dentro de los quince (15)
días hábiles siguientes a su presentación.
Manifestaciones: Es la opinión del peticionario que se hace llegar a las autoridades
sobre una materia sometida a actuación administrativa. Deben contestarse dentro de los
quince (15) días hábiles siguientes a su presentación.
Los anteriores plazos son los máximos, pues todo servidor público debe actuar
frente a las peticiones con celeridad, eficacia e imparcialidad. Los términos
procesales se observarán con diligencia y el incumplimiento será sancionado.
Artículo 228 de la Constitución Política de Colombia y Artículo 55 de la Ley 190 de
1995.
Habeas Corpus: Es un mecanismo para la protección del derecho a la libertad individual,
procede cuando alguien es capturado con violación de las garantías constitucionales o
legales, o cuando se prolongue ilícitamente la privación de la libertad. El término para su
resolución es de treinta y seis (36) horas.
Habeas Data: Es el derecho constitucional que tienen todas las personas a conocer,
actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de
datos y en archivos de entidades públicas y privadas.
Acción de Tutela: Procede para la protección inmediata de derechos constitucionales
fundamentales cuando éstos resulten vulnerados o amenazados ya sea por autoridad
pública o particular. No procede cuando existan otros medios de defensa judicial, salvo
que se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable.

Acción de Cumplimiento: Es un mecanismo mediante el cual toda persona podrá acudir


ante la autoridad judicial para hacer efectivo el cumplimiento de normas aplicables con
fuerza material de ley o actos administrativos.

Acción Popular: Es un mecanismo judicial encaminado a la protección de los derechos e


intereses colectivos, para evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro, la amenaza,
la vulneración o agravio, y de ser posible, restituir las cosas a su estado anterior.
Son derechos e intereses colectivos, entre otros, los relacionados con:
a) El goce de un ambiente sano, de conformidad con lo establecido en la Constitución, la
ley y las disposiciones reglamentarias;
b) La moralidad administrativa;
c) La existencia del equilibrio ecológico y el manejo y aprovechamiento racional de los
recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración
o sustitución. La conservación de las especies animales y vegetales, la protección de
áreas de especial importancia ecológica, de los ecosistemas situados en las zonas
fronterizas como los demás intereses de la comunidad relacionados con la preservación y
restauración del medio ambiente;
d) El goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público;
e) La defensa del patrimonio público;
f) La defensa del patrimonio cultural de la Nación;
g) La seguridad y salubridad públicas;
h) El acceso a una infraestructura de servicios que garantice la salubridad pública;
i) La libre competencia económica;
j) El acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea eficiente y oportuna;
k) La prohibición de la fabricación, importación, posesión, uso de armas químicas,
biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos
nucleares o tóxicos;
l) El derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente;
m) La realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando
las disposiciones jurídicas, de manera ordenada y dando prevalencia al beneficio de la
calidad de vida de los habitantes;
n) Los derechos de los consumidores y usuarios.
Igualmente son derechos e intereses colectivos los definidos como tales en la
Constitución, las leyes ordinarias y los tratados de Derecho Internacional celebrados por
Colombia.
Acción de Grupo: Mecanismo cercano a las acciones populares, pero se diferencia en
cuanto a que están instituidas para proteger a mínimo veinte personas, que han sido
afectadas por la misma causa. Tiene carácter indemnizatorio, es decir, que con ella se
puede conseguir el pago de una suma de dinero para reparar los daños ocasionados.

Derechos humanos

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra
condición. Entre los derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a
no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la
educación y al trabajo, entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las
personas, sin discriminación alguna.
La protección de los derechos humanos, en última instancia, depende en mayor medida
de los mecanismos a nivel nacional
Ni que decir tiene que la protección de los derechos humanos y de los acuerdos
alcanzados en última instancia depende de la evolución de la situación y mecanismos a
nivel nacional. Las leyes, las políticas, los procedimientos y mecanismos en el plano
nacional son fundamentales para el disfrute de los mismos en cada país. Por lo tanto, es
esencial que los derechos humanos sean parte de los sistemas constitucionales y legales
nacionales, que los profesionales de la justicia estén capacitados acerca de cómo aplicar
sus normas y que las violaciones que se hagan sobre ellos sean condenadas y
sancionadas. Las normas nacionales tienen un impacto más directo y los procedimientos
nacionales son más accesibles que los que se encuentran en los niveles regional e
internacional. Eleanor Roosevelt observó:
¿Después de todo, dónde empiezan los derechos humanos universales? En lugares
pequeños, cerca de casa, tan cerca y tan pequeños que no se pueden ver en ningún
mapa del mundo. Sin embargo, son el mundo de la persona individual: el barrio donde
vive; la escuela o facultad a la que asiste; la fábrica, la granja o la oficina donde trabaja.
Estos son los lugares donde cada hombre, mujer y niño busca la igualdad ante la justicia,
la igualdad de oportunidades, la igualdad de dignidad y sin discriminación. A menos que
esos derechos tengan sentido allí, tienen poco sentido en cualquier otra parte.2
El deber del Estado de respetar, promover, proteger y garantizar los derechos primarios
es primordial y por tanto los tribunales filiales regionales o internacionales entran en juego
cuando el estado viola continuadamente o deliberadamente esos derechos. Todos
conocemos ejemplos de cómo recurrir a los mecanismos regionales e internacionales se
ha convertido en necesario para el reconocimiento de las violaciones que se producen a
nivel nacional. La preocupación regional e internacional o la asistencia puede ser el
desencadenante para garantizar los derechos a nivel nacional, pero sólo se lleva a cabo
cuando las vías internas se han utilizado y agotado. Por esta razón queremos dedicar el
resto de esta sección exactamente a este escenario. ¿Qué recurso hay a la hora de
asegurar una adecuada protección para el disfrute de los derechos humanos cuando los
sistemas nacionales han fracasado?
Pregunta: ¿Por qué crees que incluso los estados con un historial de derechos humanos
muy pobre están dispuestos a firmar los tratados internacionales?

Los derechos humanos están reconocidos por los acuerdos


En el plano internacional, los estados se han reunido para elaborar determinados
acuerdos sobre el tema de los derechos humanos. Estos establecen normas objetivas de
conducta para los estados, imponiéndoles ciertos deberes para con las personas. Pueden
ser de dos tipos: jurídicamente vinculantes o no vinculantes.
Un documento vinculante, a menudo llamado tratado, convención o pacto, representa el
compromiso voluntario de los estados a aplicar los derechos humanos a nivel nacional.
Los Estados se comprometen a cumplir estas normas a través de la ratificación o la
adhesión (simplemente firman el documento no vinculante, a pesar de que representa la
disposición de facilitar su cumplimiento). Pueden formular reservas o declaraciones de
conformidad con la Convención de Viena de 1979 sobre el Derecho de los Tratados, lo
que les exime de ciertas disposiciones en el documento, con la idea de conseguir que el
mayor número posible de ellos firme. Después de todo es mejor tener un estado
prometiendo cumplir con algunas disposiciones relativas a los derechos humanos que con
ninguna. De este mecanismo, sin embargo, a veces se puede abusar y utilizarse como un
pretexto para negar derechos humanos básicos, que permiten a un estado “escapar” en
determinadas áreas del escrutinio internacional.
Los derechos humanos, sin embargo, han impregnado la legislación vinculante a nivel
nacional. Las normas internacionales han inspirado a los estados a consagrarlas en las
constituciones nacionales y en otras leyes. Estos también pueden proporcionar vías de
reparación a las violaciones que sufren los derechos humanos a nivel nacional.
Por el contrario, un instrumento no vinculante es básicamente una declaración o un
acuerdo político por parte de los estados en el sentido de que todos van a tratar de
cumplir con una serie de derechos, pero sin ninguna obligación legal de hacerlo, lo cual
quiere decir, en la práctica, que no hay ningún mecanismo oficial (o legal) de aplicación
aunque puede haber fuertes compromisos políticos para que los haya.
Pregunta: ¿Cuál es el valor de una mera “promesa” de cumplir las normas en materia de
derechos humanos, cuando esta no está respaldada por mecanismos legales? ¿Es mejor
que nada?
La ley no cambia el corazón, pero restringe a los desalmados.
Martin Luther King               
Las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas o las conferencias de las
Naciones Unidas celebradas sobre cuestiones concretas a menudo dan como resultado
una declaración de las Naciones Unidas o un documento no vinculante también conocido
como “ley blanda”. Se considera que todos los estados simplemente por ser miembros de
la Organización de las Naciones Unidas o por tomar parte en la conferencia, están de
acuerdo con la declaración emitida. El reconocimiento de los derechos humanos debería
también, a nivel nacional, resultar de un acuerdo entre el estado y sus ciudadanos, ya que
cuando estos son reconocidos a nivel nacional, un estado principalmente se compromete
con su pueblo.

Documentos internacionales clave


La importancia de los derechos humanos está siendo reconocida cada vez más a través
de la mayor protección que ofrecen esos instrumentos. Esto debe ser visto como una
victoria no sólo para los activistas, sino para la gente en general. Una consecuencia de
ese éxito es el desarrollo de un conjunto amplio y complejo de los textos sobre los
derechos humanos (instrumentos) y los procedimientos de aplicación.
Los instrumentos suelen clasificarse en tres categorías principales: el ámbito geográfico
(regional o universal), la categoría de derechos prevista y, en su caso, la categoría
específica de las personas o grupos a los cuales se ha de dar una protección.
En el ámbito de la ONU, hay más de cien documentos relacionados con los derechos
humanos, y si sumamos los diferentes niveles regionales, el número aumenta aún más.
No podemos considerar todos estos instrumentos, por lo que esta sección solo se ocupa
de aquellos que son más relevantes para los propósitos de la Educación en los derechos
humanos en Compass:
 Los documentos que han sido ampliamente aceptados y han sentado las bases
para el desarrollo de otros instrumentos de derechos humanos, en particular la
Carta Internacional de los Derechos Humanos. (Para obtener más instrumentos
específicos, tales como la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, la
Convención sobre el Genocidio y los instrumentos sobre el Derecho Internacional
Humanitario, por favor consulte las secciones temáticas del capítulo 5.)
 Los documentos relativos a temas o a beneficiarios específicos, que se están
estudiando en este manual.
 Los principales documentos europeos.

Instrumentos de las Naciones Unidas


La Declaración Universal de los derechos humanos es el instrumento más importante de
todos los de los derechos humanos.
El instrumento mundial más importante de los derechos humanos es la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948 por la Asamblea General de la
ONU. Está tan ampliamente aceptada que se ha alterado su inicial carácter no vinculante,
y ahora se suele hacer referencia a gran parte de ella como jurídicamente vinculante
sobre la base del derecho internacional ordinario. Es la piedra angular de decenas de
otros instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, y ha inspirado
cientos de constituciones nacionales y otras legislaciones.
La declaración consta de un preámbulo y de 30 artículos que establecen los derechos
humanos y las libertades fundamentales a los que todos los hombres y mujeres del
mundo tienen derecho, sin discriminación alguna. Abarca los derechos civiles, políticos,
sociales, económicos y culturales.

 Derecho a la igualdad
 Protección contra la discriminación
 La no discriminación
 Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad personal
 Protección contra la esclavitud
 Protección contra la tortura y los tratos degradantes
 Derecho al reconocimiento como persona ante la ley
 Derecho a la igualdad ante la ley
 Derecho a recurso ante un tribunal competente
 Protección contra la detención arbitraria y el exilio
 Derecho a audiencia pública
 Derecho a ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario
 Protección contra la interferencia en la vida privada, familiar, del hogar y en la
correspondencia
 Derecho a la libre circulación dentro y fuera del país
 Derecho de asilo en otros países en caso de persecución
 Derecho a la nacionalidad y a la libertad de cambiarla
 Derecho al matrimonio y la familia
 Derecho a la propiedad
 Libertad de creencia y de religión
 Libertad de opinión y de información
 Derecho de reunión y de asociación pacífica
 Derecho a participar en el gobierno y en elecciones libres
 Derecho a la seguridad social
 Derecho a un trabajo deseable y la posibilidad de afiliarse a sindicatos
 Derecho al descanso y al ocio
 Derecho a un nivel de vida adecuado
 Derecho a la educación
 Derecho a participar en la vida cultural de la comunidad
 Derecho al orden social que articula la DUDH
La Declaración también contiene una fuerte referencia a la comunidad y a la ciudadanía
como derechos esenciales para el libre y pleno desarrollo y el respeto de los derechos y
libertades de los demás. Del mismo modo, los derechos de la declaración no pueden ser
invocados por las personas o los estados en la violación de los derechos humanos.

Carta Internacional de Derechos Humanos


El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) entraron en
vigor en 1976 y son los principales instrumentos jurídicamente vinculantes de aplicación
en todo el mundo. Ambos se elaboraron con el fin de ampliar los derechos enunciados en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para que se les diera fuerza jurídica
(en un tratado). Junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y sus
respectivos protocolos facultativos, forman la Carta Internacional de los Derechos
Humanos. Cada uno de ellos, como su nombre indica, prevé una categoría de derechos
diferente aunque también comparten preocupaciones, por ejemplo en relación a la no
discriminación. Ambos instrumentos han sido ampliamente ratificados, el PIDCP tiene 166
ratificaciones y el PIDESC 160 hasta noviembre de 2010.
Además de la Carta Internacional de Derechos Humanos, las Naciones Unidas han
adoptado otros siete tratados sobre derechos o beneficiarios particulares. Ha habido una
movilización a favor de la idea de los derechos de ciertos interesados, como por ejemplo
los niños, ya que, a pesar de la aplicación de todos los derechos humanos a los niños y
los jóvenes, los primeros no disfrutan de un igual acceso a los derechos generales y
necesitan protecciones adicionales específicas.
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989) reconoce que los niños tienen
derechos humanos, y que las personas menores de 18 años de edad necesitan una
protección especial, a fin de asegurar su desarrollo pleno, su supervivencia, y el respeto
de sus intereses.
La Convención Internacional sobre la Eliminación de la Discriminación Racial (1965)
prohíbe y condena la discriminación racial y exige a los Estados miembros miembros
adoptar medidas para ponerle fin a través de las autoridades públicas o de otras
personas.
La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer (CEDAW, 1979), se centra en la discriminación que a menudo es sistémica y de
manera rutinaria contra las mujeres a través de la “distinción, exclusión o restricción” por
motivos de sexo o como resultado de menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio de la mujer […] en el ámbito político, económico, social, cultural, civil o en
cualquier otra esfera”. (Artículo 1) Los Estados se comprometen a condenar esa
discriminación y adoptar medidas inmediatas para garantizar la igualdad.
La Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o
Degradantes (1984) define la tortura como “dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos
o mentales” (Artículo 1.1), que se infligen intencionadamente con el fin de obtener
información, como el castigo o la coacción basadas en la discriminación. Este tratado
obliga a los estados miembros a adoptar medidas efectivas para prevenir la tortura en el
ámbito de su jurisdicción y les impide las deportaciones a su país de origen si hay razón
para creer que esas personas van a ser torturadas.
La Convención sobre la Protección de los derechos de los Trabajadores Emigrantes
y de sus Familiares (1990) se refiere a una persona que “vaya a realizar, realice o haya
realizado una actividad remunerada en un Estado del que no sea nacional” (Artículo 2.1),
y a los miembros de su familia. Además define los derechos humanos de los que esas
personas deberían beneficiarse. El tratado aclara que ya sea documentado o no, en
situación legal o no, el trabajador emigrante no pueden ser objeto de discriminación en
relación con el goce de derechos tales como la libertad y la seguridad, la protección
contra la violencia o la privación de la libertad.
La Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad constituye un
cambio revolucionario no solo en la definición de las personas con discapacidad, sino
también en su reconocimiento como sujetos iguales con plena igualdad de derechos
humanos y libertades fundamentales. El tratado aclara la aplicación de los derechos de
esas personas, y obliga a los estados miembros a hacer ajustes razonables para las
personas con discapacidad a fin de que puedan ejercer efectivamente sus derechos, por
ejemplo, a fin de garantizar su acceso a los servicios y a la vida cultural.
La Convención sobre Desapariciones Forzosas aborda un fenómeno que ha sido un
problema mundial. El tratado prohíbe el “arresto, detención, secuestro o cualquier otra
forma de privación de libertad” (artículo 2), ya sea por agentes del estado o por terceros
que actúen bajo su consentimiento, y no acepta ningún tipo de circunstancia excepcional
para esa negativa a reconocer la privación de libertad y la ocultación de la suerte y el
paradero de las víctimas. Su objetivo es poner fin a la cínica maniobra del que inflige los
derechos humanos y trata de escapar de sus consecuencias.
Protección de grupos específicos en la ONU y a nivel europeo
Además de reconocer los derechos fundamentales de las personas, algunos instrumentos
de los derechos humanos reconocen los de grupos específicos. Estas protecciones
especiales tienen lugar por los casos que tratábamos antes de discriminación contra esos
grupos y por el lugar desfavorecido y vulnerable que algunos ocupan en la sociedad. La
protección especial no ofrece nuevos derechos humanos, como tales, sino que busca
garantizar los de la Declaración Universal y que estos sean accesibles a todos. Por lo
tanto, es incorrecto decir que personas pertenecientes a minorías tienen más derechos
que los individuos de grupos mayoritarios; si hay derechos especiales para las minorías,
es simplemente una forma de garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a
derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales. Ejemplos de grupos que han
recibido protección especial son las minorías los niños las mujeres otros
Aplicación de los derechos humanos
¿Cómo podemos asegurarnos de que estos mecanismos de protección funcionan? ¿Qué
o quién obliga a los estados a cumplir con sus obligaciones?
En el plano nacional, esta labor se lleva a cabo por los tribunales, cuando los
instrumentos internacionales de derechos humanos han sido ratificados o incorporados a
la legislación nacional, pero también, y según el país, por las oficinas de defensor del
pueblo, las comisiones, los consejos, los comités parlamentarios, y así sucesivamente.
Los principales organismos internacionales de supervisión son las comisiones o comités y
los tribunales, todos los cuales se componen de miembros independientes, expertos o
jueces, ninguno de las cuales representa a un estado. Los principales mecanismos
utilizados por estos órganos son:
 Las quejas de los individuos, grupos o estados
 Los casos judiciales
 Los procedimientos de presentación de informes
Ya que no todos los instrumentos o sistemas regionales de derechos humanos utilizan los
mismos procedimientos para su aplicación, unos pocos ejemplos ayudarán a aclararlos.
¿Es esto suficiente?
Muchas personas afirman que el pobre historial de derechos humanos en el mundo es el
resultado de la falta de adecuados mecanismos de aplicación. A menudo es competencia
de los distintos estados decidir si desean llevar a cabo las recomendaciones. En muchos
casos, la garantía de un derecho individual o de grupo depende de la presión de la
comunidad internacional y, en gran medida, de la labor de las organizaciones no
gubernamentales. Se trata de una situación menos que satisfactoria, ya que puede
producirse una larga espera antes de que una violación de los derechos humanos sea en
realidad abordada por las Naciones Unidas o el Consejo de Europa.
¿Se puede hacer algo para cambiar esto? En primer lugar, es esencial asegurar que los
estados garanticen los derechos humanos a nivel nacional y que puedan desarrollar un
mecanismo adecuado para remediar cualquier violación de estos. Al mismo tiempo, hay
que hacer presión sobre los estados para que se comprometan con los mecanismos
legalmente vinculantes.

Democracia y mecanismos de participación

En la actualidad, se entiende que la democracia es un sistema que permite organizar un


conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se
distribuye entre todos los ciudadanos. Por lo tanto, las decisiones se toman según
la opinión de la mayoría.
También se entiende como democracia al conjunto de reglas que determinan la conducta
para una convivencia ordenada política y socialmente. Se podría decir que se trata de
un estilo de vida cuyas bases se encuentran en el respeto a la dignidad humana, a la
libertad y a los derechos de todos y cada uno de los miembros.
En la práctica, la democracia es una modalidad de gobierno y de organización de
un Estado. Por medio de mecanismos de participación directa o indirecta,
el pueblo selecciona a sus representantes. Se dice que la democracia constituye una
opción de alcance social donde para la Ley todos los ciudadanos gozan de libertad y
poseen los mismos derechos, y las relaciones sociales se establecen de acuerdo
a mecanismos contractuales.
Las clasificaciones de gobierno impulsadas por Platón y Aristóteles aún perduran en su
esencia. Mientras que la monarquía es el gobierno que se concentra en una única
persona, la democracia es el gobierno “de la multitud” (Platón) o “de la
mayoría” (Aristóteles).
Existen varios tipos de democracias. Cuando las decisiones son adoptadas en forma
directa por el pueblo, se habla de democracia directa o pura; una democracia
indirecta o representativa hace referencia al sistema donde las decisiones son tomadas
por aquellas personas a los que el pueblo reconoce como sus representantes legítimos,
los cuales son elegidos a través de un sufragio por todos los ciudadanos; y estamos frente
a una democracia participativa cuando el modelo político permite que los ciudadanos se
organicen para ejercer influencia directa sobre las decisiones públicas.
La forma más común en la que se ejerce la democracia hoy en día es en sistemas
representativos, los cuales pueden ser: presidencialistas (con un poder ejecutivo con
una cabeza bien definida, como es el caso de las repúblicas con el presidente, al cual lo
ayudan los ministros y secretarios), parlamentarios (un grupo de personas forman el
parlamento en torno al cual giran las acciones de gobierno. Existe un presidente pero
tiene poderes restringidos) y sistemas de colegiados (una combinación entre sistemas
parlamentarios y presidencialistas, donde al poder ejecutivo lo integran varias personas
escogidas por el parlamento, las cuales van turnándose el cargo de presidentes).
Mecanismos de participación política
Para ello, se han establecido una serie de mecanismos de participación que tienen la
naturaleza de un derecho político fundamental, atribuido a todo ciudadano, con el objetivo
de que cada uno pueda participar en la conformación, ejercicio y control del poder político.
La Ley 134 de 1994, que reglamenta todo lo relativo a mecanismos de participación
ciudadana, regula detalladamente: la iniciativa popular legislativa y normativa, el
referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, el plebiscito y el Cabildo
Abierto.
 El voto: herramienta mediante la cual el ciudadano colombiano elige de manera
activa a las personas que considera idóneas para su representación en las
instituciones del Gobierno (Presidencia, Vicepresidencia, Cámara de
Representantes, Senado, alcaldías, gobernaciones, concejos distritales y
municipales, alcaldías locales).
 El plebiscito: herramienta utilizada por el presidente de la República para
refrendar una decisión con la opinión del pueblo. El presidente anuncia el uso del
plebiscito y los ciudadanos votan para apoyar o rechazar la decisión puesta en
cuestión.
 El referendo: herramienta utilizada para convocar a los ciudadanos a la
aprobación o al rechazo de un proyecto de ley o una norma jurídica vigente. El
referendo puede ser nacional, regional, departamental, distrital, municipal o local.
 El referendo derogatorio y aprobatorio: herramienta mediante la cual se pone a
consideración de la ciudadanía la derogación o aprobación de una ley, una
ordenanza, un acuerdo o una resolución local.
 La consulta popular: herramienta mediante la cual se plantea una pregunta de
carácter general sobre un asunto de trascendencia nacional, departamental,
municipal, distrital o local, por parte del presidente de la República, el gobernador
o el alcalde, para que los ciudadanos se pronuncien al respecto. Este mecanismo
puede ser utilizado para convocar una Asamblea Constituyente, con el fin de
someter a consideración popular las decisiones allí establecidas.
 El cabildo Abierto: es la reunión pública de los concejos distritales, municipales y
de las juntas administradoras locales, con el objetivo de que los habitantes puedan
participar directamente en la discusión de asuntos de interés para comunidades.
 La iniciativa popular: es el derecho político de un grupo de ciudadanos de
presentar proyectos de ley y de acto legislativo (que pretende reformar la
constitución) ante el Congreso de la República, de ordenanza ante las Asambleas
Departamentales, de acuerdo ante los Concejos Municipales o Distritales y de
resolución ante las Juntas Administradores Locales (JAL), y demás resoluciones
de las corporaciones de las entidades territoriales, de acuerdo con las leyes que
las reglamentan, según el caso, para que sean debatidos y posteriormente
aprobados, modificados o negados por la corporación pública correspondiente.
 La revocatoria del mandato: es un derecho político por medio del cual los
ciudadanos dan por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o
a un alcalde.
 La tutela: es el mecanismo creado en el artículo 86 de la Constitución de 1991,
mediante el cual toda persona puede reclamar ante los jueces la protección
inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando estos resultan
vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad
pública o de los particulares en los casos.

DERECHO CONSTITUCIONAL II

¿Como es?
El Estado colombiano está organizado en dos partes: las ramas del poder público y los
organismos del Estado.

- Las ramas del poder público son: la rama ejecutiva, la rama legislativa y la rama judicial.

-La otra parte que compone la organización del Estado es el conjunto de Organismos, estos
son: las instituciones que componen el grupo de los organismos de control como la
Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del pueblo y la Contraloría General de la
República. Un segundo grupo es el de los organismos de la Organización electoral, los cuales
son: el Consejo Nacional Electoral y la Registraduría Nacional del Estado Civil. El tercer grupo
de los Organismos del Estado son el Banco de la República y la Comisión Nacional del
Servicio Civil. La Comisión Nacional de Televisión entró en liquidación el 10 de abril de 2012,
pero entidades como la Autoridad Nacional de Televisión, la Comisión de Regulación de
Comunicaciones, la Superintendencia de Industria y Comercio y la Agencia Nacional del
Espectro, son las entidades competentes en las labores que esta Comisión solía llevar a cabo.

Estructura orgánica del Estado Colombiano


Reforma constitucional

Procedimientos de reforma Constitucional en Colombia


El último título de la Carta Política de 1991 (Título XIII) está dedicado a la reforma de la
Constitución. Del artículo 374 al artículo 379 la Constitución se dedica a regular la manera
cómo ha de ser reformada. El último artículo del título y la de la Constitución se dedica a
otro asunto: a derogar la Constitución anterior y todas sus reformas.
El artículo 374 refiere que la Constitución podrá ser reformada por el Congreso, por una
asamblea constituyente o por el propio pueblo mediante referéndum.
De acuerdo con el artículo habría en principio tres maneras de reformar la Constitución.
La expresión reformar quiere decir variar, cambiar parcialmente, modificar. Se hace notar
que reforma se opone a expedir una nueva Constitución que es una función que no puede
válidamente prohibirse al constituyente originario, al soberano, al pueblo. De conformidad
con esto resulta un poco extraño que se atribuya la reforma a una Asamblea
Constituyente. La función de reforma entre nosotros la venía desarrollando el Congreso y
es claro que no puede negarse al pueblo. Pero es que supuestamente el Congreso
representa al pueblo, la Asamblea Constituyente, también, pero extraordinariamente, casi
siempre para expedir una nueva carta. No obstante, bien mirado el contenido del artículo
puede señalarse que se está limitando al pueblo a un mecanismo específico para
reformar la Constitución: al referendo.
Debe distinguirse que es una manera de establecer la reforma a la Carta jurídicamente,
pues políticamente el depositario de la soberanía, siempre conserva la capacidad de
darse una nueva organización, valga decir una nueva superior normativa.
Podría derivarse de la escritura del texto del 374 que puede haber problemas entre el
Congreso y el pueblo, y en este artículo, que el constituyente originario debe optar por
uno de dos mecanismos: la asamblea constituyente o el referendo.
El artículo 375 establece qué sujetos tienen la iniciativa de reforma constitucional y el
procedimiento al cual habrá de avocarse.
Como sujetos con iniciativa la Constitución enuncia al gobierno, los congresistas, el veinte
por ciento de los concejales o de los diputados del país o los ciudadanos en un porcentaje
no inferior al cinco por ciento del censo electoral vigente. El gobierno es el ejecutivo y
según está definido en el artículo 115 de la misma Carta. Los congresistas son los
miembros del legislativo entre nosotros, senadores o representantes a la Cámara. Los
diputados son los representantes del colegiado administrativo que en los departamentos
acompaña a los gobernadores, y los concejales, los miembros de la corporación edilicia
municipal, también administrativa y que acompaña al Alcalde. Todos ellos son
funcionarios que elige el pueblo mediante sufragio universal y secreto. Los ciudadanos
son todos los naciones mayores de edad (18 años mientras la ley no determine otra edad)
sujetos a alcanzar el 5% del censo electoral, que está compuesto por aquellos con
capacidad de votar y que se hayan inscrito para el efecto.
Como se percibe, a excepción del gobierno, los sujetos con iniciativa requieren cumplir
una calidad de conjunto, deben llenar un requisito numérico específico.
Frente al trámite del proyecto establece el segundo inciso del artículo 375 que deberá
someterse a un tránsito de dos períodos ordinarios y consecutivos. Es decir no en
sesiones de carácter extraordinario, ni en períodos discontinuos.
El trámite exige que el proyecto aprobado en el primer período por la mayoría de los
asistentes sea publicado por el gobierno. Para la aprobación en el segundo período se
exige y cualifica la necesidad de un quórum mayor: se requiere la mayoría de los
miembros de cada cámara y no ya solo de la mayoría de los asistentes.
El inciso tercero establece que en el segundo período consecutivo y ordinario dedicado al
estudio y debate de la iniciativa a proyectos de reforma constitucional, los congresistas
sólo pueden debatir propuestas formuladas en el primer período de sesiones,
estableciendo una clara limitación al congreso y al gobierno.
El artículo 375 se dedica, pues, a reglar la reforma que puede hacer el Congreso.
El artículo 376 de la Constitución establece que mediante ley el Congreso puede llamar al
pueblo para decidir si convoca una asamblea constituyente para reformar la Constitución.
El inciso primero establece para el efecto la necesidad de la aprobación decisoria de la
mayoría de una y otra cámara legislativa. También se completa con la decisión de
competencia, período y composición de la Asamblea Constituyentes que la propia ley
determine.
Para que el mecanismo opere se requiere que sea aprobada la convocatoria de la ley por
no menos de la tercera parte del censo electoral. La votación sería por voto directo, en
acto electoral que no podrá coincidir con otro diferente. Si se elige la asamblea, se
suspende temporalmente la facultad ordinaria del Congreso para reformar la Constitución.
El cuerpo de reforma constitucional elegido puede darse su propio reglamento.
Trata este artículo 376, del segundo sujeto con posibilidad de reformar la Constitución. No
obstante es necesario señalar que se requiere el concurso del Congreso pues para el
establecimiento de la ley debe contarse con él.
El artículo 377 establece que deberán someterse a referendo las reformas de la
Constitución que apruebe el Congreso, cuando se refieran a los derechos y sus garantías,
a los procedimientos de participación popular, o al propio Congreso, si lo solicita dentro de
los seis meses siguientes a su promulgación, un 5% de los ciudadanos del censo
electoral.. La reforma del Congreso quedaría derogada, denegada sería mejor expresión,
si la votación del referendo es negativa por la mayoría, siempre que la participación en la
votación llegare siquiera a la cuarta parte del censo electoral.
De acuerdo con este artículo, el pueblo participa en referendo para aprobar o denegar una
reforma hecha a la Constitución por el Congreso de la República. El papel del pueblo es
complementario y está restringido a unos cuantums y a un de tiempo determinado. Como
en los anteriores artículos, la reforma está en el Congreso de manera más directa, y él
mismo es parte de un proceso complementario.
El artículo 378 se refiere a la iniciativa del ejecutivo o los ciudadanos en concordancia con
el artículo 155 de la propia carta, en lo que el Congreso puede someter a referéndum un
proyecto de reforma constitucional que el Congreso incorpore a la ley, con aprobación de
la mayoría de los miembros de cada sección legislativa. Este referéndum estará sujeto a
un temario en el que el pueblo puede disponer afirmativa y negativamente de acuerdo a
las distintas propuestas de cada disposición sometida a este tipo de mecanismo de
participación constituyente. El quantum de la votación afirmativa debe ser superior a la
mitad de sufragantes siempre que su número exceda la cuarta parte del total de
integrantes del censo electoral.
El artículo 155 se refiere a la iniciativa de reforma legal o constitucional con unos
quantums exigidos y referidos a los mismos sujetos del artículo 375. Para el pueblo, los
ciudadanos, la iniciativa popular por propio mandato del artículo 155 se complementa de
acuerdo a lo establecido por el artículo 163 de la Carta, en lo que hace el trámite de
urgencia para que el Congreso tramite preferencialmente ciertas materias.
Al finalizar el artículo 155 dice que los ciudadanos pueden participar, además, a través de
un vocero que deberá ser escuchado por el Congreso.
De manera diferente al anterior referendo, el derogatorio del artículo 377, la iniciativa del
propio referendo nace de la participación popular pero no en respuesta a proposición del
Congreso. La iniciativa pasa por el Congreso y la posibilidad de decisión es más amplia
pues puede negar y afirmar en una misma votación frente al articulado que se propone. El
trámite de urgencia de la ley mediante la cual se convoca al referendo de iniciativa
popular, con lo que se asegura por lo menos su estudio.
Finalmente el artículo 379 establece una limitación a la Corte Constitucional en su
ejercicio del control de constitucionalidad. Reduce la posibilidad de la declaratoria de
inexequibilidad a la violación de las normas de este título particular y establece un período
de un año para la solicitud o acción de inconstitucionalidad que se cuenta a partir de la
promulgación del acto y con ajuste a lo estipulado en el artículo 241 numeral 2, que se
refiere a la misión de la Corte Constitucional como guardiana de la supremacía y la
integridad de la Constitución, para lo cual tiene como función decidir de manera
preventiva acerca de la constitucionalidad de la convocatoria a referendo, asamblea
constituyente para la reforma de la Constitución; control circunscrito solo el examen de
constitucionalidad a requisitos formales o de procedimiento, no respecto de los
contenidos. Son de esta manera complementarios los artículos 379 y 241 numeral 2 de la
Constitución y no presentan contradicción alguna.
Resulta novedosa la introducción de la consulta popular que en realidad no aparece en el
título XIII y no aparece que fuere en Colombia un mecanismo de reforma constitucional.
A manera de síntesis puede decirse que la Constitución regula lo atinente a su reforma.
Para el efecto establece mecanismos o procedimientos por los cuales puede tramitarse el
cambio, los sujetos con iniciativa de reforma constituyente, los quórums decisorios y el
control que la Corte Constitucional puede realizar, amén de términos de caducidad para
interponer la acción o para actuar de oficio.
Es necesario establecer que de cualquier modo, a iniciativa de sujetos diferentes, las
reformas constitucionales pasan inevitablemente, por cualquiera de los mecanismos
previstos, por el Congreso de la República, que se establece así como órgano no solo
legislativo, sino además como constituyente constituido, como constituyente derivado.
Quizás es necesario, al margen, preguntar por la validez de una reforma constitucional
que modifique sustancialmente la Constitución, cambio en el cual se actúe conforme a los
procedimientos, mandados establecidos en la Carta, pero en que de fondo se toquen
sensiblemente los contenidos materiales de la Carta. Por ejemplo, si el Congreso decide
modificar los principios y derechos para reducirlos de manera sustancial. Parece que el
carácter de constituido le implica límites respecto al constituyente original; no obstante,
hay que tener en cuenta que lo político no siempre mira en el mismo sentido que lo ético y
lo jurídico.

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