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En la realización de las décimas, Ramírez Soto destaca por: la predominancia de los temas
costumbristas, sobre todo la vida cotidiana; domina el habla popular y los giros lugareños, lo
cual permite acceder a todas las edades y esferas sociales; resalta la ironía, la picardía y el
salero norteño, tocando, con naturalidad, inclusive temas eróticos, también hace décimas de
crítica social.
(VII Festival de Décimas lambayecanas: Raúl Ramírez Soto, Hildebrando Briones Vela, Lourde Chávarri
Rubio, Tomás Serquén Montehermozo, Miguel Reynoso Córdova, Gilbert Delgado Fernández) 08/09/17.
Antología de Décimas de
I II
El pan yo aprendí a ganar Cuando el gustito agarré
sudando, desde chiquito; a lo que era el trabajar,
tuve cada trabajito no me pudieron, parar
que, si me pongo a contar… y de adivino chambié.
Pescador fui en alta mar Raudo a un trapecio llegué,
y, en mi barrio, vendí pan; como un diestro maromero;
saqué chispas a un batán; fui también brujo y gallero;
y, del buen padre inocente, y, en el colmo de la audacia,
como sabe mucha gente, resulté con eficacia:
fui chulillo y sacristan. mago, pintor y huquero.
II IV
Como el trabajo es honor, Lo que no pude aceptar
jamás en mí fue una afrenta; fue una chamba de enfermera;
allá por los años treinta porque pensé que ello fuera
fui heladero y lustrador. algo indigno de atracar.
Pero, además, aguador, Mozo fui en un mugre – bar,
Cargador y hasta husero; y, boxeador, y galán:
Jockey fui, y sepulturero; cualquier día me hallarán
y cuando faltaron riales… con mi lapa, ahí en la esquina;
después de lavar pañales… aunque exclame mi vecina.
matarife y peluquero. ¡rey del cebiche… y don Juan!
I III
II IV
¡Servido!
El lunes el espesado;
el martes, rico cabrito;
como come Lambayeque,
nadie come, compadrito.
I III
II IV
I III
Cuando lejos de mi tierra, De la amistad, Capital,
la recuerdo con tristeza la llamamos, con orgullo;
se me viene a la cabeza y no existe un ojo suyo
todo el encanto que me encierra. que no exalte ese ideal.
Tierra de paz, vive en guerra Nuestro paisano es cordial
contra el atraso y penumbra; - palabra franca y sonora -
el chiclayano se encumbra un buen chiclayano añora
trabajando con honor: su sol, eterno... y su historia;
bajo este cielo, señor, Chiclayo es, más que la gloria
bendito el sol que me alumbra. la tierra que me enamora.
II IV
No tiene esencia española, Fue José Leonardo Ortiz
ni blasón que así lo explique; su hijo ilustre y predilecto;
antaño cinto y collique probo, patriota, hombre recto
nos dieron la estirpe chola. le dio, en su tiempo, un matiz.
Descendemos de esa ola En este día feliz
que el gran Naylamp nos recuerda; que celebramos, valora
de derecha, centro, izquierda, cuanto Chiclayo atesora;
el chiclayano es amigo: y el empuje con que crece;
y, aquí hallo afecto y abrigo quien no vino, hoy se enternece.
quien de Chiclayo se acuerda. lamenta, suspira...y llora.
I III
Señores, a mi manera, Una décima contiene,
decimillas voy creando, en su entramado, diez versos;
midiendo bien y rimado, a veces rudos esfuerzos
de la forma más certera. me exige el renglón que viene.
Si es que acierto en la primera En octosílabos tiene
cuarteta, ya casi lista espacio un punto de vista;
tengo, a mi gusto, la pista, el margen en que versista
en mi propio entendimiento; puede exponer su verdad,
y, entonces. Sigo contento… como busco, en mi humildad
sin pretensiones de artista. si me metí a decimista…
II IV
Mi lenguaje es muy sencillo, Una cuarteta, por “plancha”,
porque el pueblo así expresa; me impone su pie forzado;
conociendo mi torpeza para salir bien librado
me esmero en darle algún brillo. cuando un verso, al otro, engancha.
Nunca edifico un castillo Sigue el tiempo, en su avalancha,
de abroqueladas paredes, y rimo entre estas paredes;
porque hay frases que son redes, yo, en homenaje a ustedes,
trampas léxicas, de ensueño; ésta décima he acabado;
de mis errores soy dueño, si no los he defraudado…
como ya verán ustedes. la culpa es de Nicomedes.
I III
II IV
I III
Voy ganándome el sustento ¡Panquita de doña Juana!
con trabajo y honradez; ¡Que huele rico… y provoca!
y ahorita, como me ves, ¡Su buena yapa le toca!;
arrastrando este jumento. y ya no vengo mañana.
Lanzo mi pregón al viento, Con panquita tiene gana
Y, el cantito, bien me sale; de corretiar hasta el cielo;
escuche: por cinco riale y dele alguito al abuelo
le vendo… hasta el alma entera; que ya “juega los descuentos”;
lo que llevo es de primera: quedan tres, de los doscientos”
casera: ¡llevo tamale! suspiro pal´ desconsuelo.
II IV
¡Mi tamal, mi tamalito! Ya pue´, cómpreme casera;
¡Suavesito, pa´ lo diente! usted, que es tan buena moza;
como le gusta a la gente: y no, como esa mogosa,
sabrosón y calientito. que oranda va de cartera.
¡Llévelo pa´ don Benito!; Mi tamal es de primera;
con un par… se va pal´ cielo; de choclo, chusco… no vale;
hágalo por el abuelo, y así sigo: dale y dale,
que, el mayor, lo necesita; hasta que vendo todito;
y pa´ usted, mi caserita, la panquita, el tamalito
panquite´life, cachuelo. y alfañique, de a do´ riale…
I III
Entre mi corral y el suyo En mi burra, la “Trotona”
sólo hay quincha, de por medio; en esta noche, ya no pasa;
por eso ajusto el asedio y la tranca de su casa
a esa florcita en capullo. la ha escondido ña Simona.
Lo hago en silencio, un murmullo Yo bien sé que no se perdona,
puede impedir que sea mía; mi tío, esta hazaña mía;
pienso en ella noche y día, pero espero que mi tía,
porque es linda y buena gente; sí le ablande el corazón
“ay, no me falles, Clemente…” y entienda, su sinrazón
con la mirada decía como yo no lo entendía.
II IV
Clemente Lluen, soy yo mismo; Como si algo presintiera,
para Inocencia: ¡Amor mío!; lo que, a medianoche, haría,
su taita. Chevo, es mi tío, don Chevo, ese mismo día,
con franqueza… y sin cinismo. hizo que alguien me siguiera.
El quisiera que un abismo Un sargento, hecho una fiera,
nos distanciara ¿ve usted eso? me empuñó cerca al cerezo;
yo he jurado ante un cerezo y me hizo tragar el rezo
que, esta noche… ¡nos largamos!; que le hiciera a San Antonio,
me imploró, cuando acordamos, diciendo: a este demonio…
no tardes, ven, dame un beso. casi le arranco el pescuezo.
I III
Anoche estuve espectando, Una retroexcavadora
boca abierta – como un gil – y en un tráiler – con su acolado -
un encuentro boxeril manejando, yo he encontrado
que, en la tele, estaba dando. a una china seductora.
Una morena sangrando, Que, en tan sólo, un cuarto de hora
daba combos como fiera; seis cigarros consumiera;
vi la blonda cabellera una negrita salsera
de una sueca, que volaba; ¡comandando un batallón!
y a “Roscarín”, que gritaba: ¡ajústate el pantalón…!
si mi abuelita volviera segurito me dijera.
II IV
¿Boxeando dos mamacitas? En el propio “Charlamento”
¡sin duda que estoy soñando! rubia – bamba legislando,
¿el sexo débil trompeando? el trece… ro iba mostrando
¡debe ser ya las chelitas! ¿y su “mariachi”?... ¡contento!
Muy cerca, dos jovencitas, Como usted verá, no es un cuento;
como las que hoy veo acá, todito es pura verdad;
tomaban maracuyá… ya ni sé que novedad
¡con siete octavos… de ron! traerá el año dos mil dos…,
¡que bruto!, dijo Nerón… y hoy repito – como un gil -
desde el mismo más allá ¡cómo está la humanidad!.
I III
Hoy me tiene que escuchar, Y esa lápida olvidada
señor, de todas maneras; que el rastrojo ha sepultado
pa´ que en estas carreteras es de aquel anciano honrado
no hayan cruces que plantar. que alguien mató en la quebrada.
Ya es tiempo que a meditar Otra vida cercenada,
empiece ustedes, por favor; otro sueño, ahí, truncado:
basta de incuria y dolor, un jovenzuelo embriagado
de terror, de sufrimiento; manejando “en pleno vuelo”
yo invoco a su entendimiento… otro ser, yerto en el suelo…
oiga, amigo conductor. su indolencia ya ha causado
II IV
Le hablo en nombre de esa gente, Sólo le pido cordura…
que ya nuca podrá hablar…; ¡pensar en la vida ajena!
de aquella que, al corretear, esa conducción serena
tronchó tan impunemente. que no acepta la impostura.
Esa cruz que usted ve enfrente, Piense usted en la criatura
hace poco no había estado…; desprevenida, señor…
un muchacho ilusionado se lo imploro, por favor:
caminaba con su amiga… recuerde su propio hogar,
deje que le ruegue y diga: para que no halle al llegar:
maneje con más cuidado. luto, tragedia y dolor.
I III
Distinguido Congresista: Al maestro, usted bien sabe,
disculpe que hoy le hable así; lo conocen, desde lejos;
confiado el voto le di no tanto por los consejos,
pa´ que triunfara en su lista. que prodiga, cuando cabe.
Y perdóneme que insista: Dicen que somos clave
Mi caso es cosa muy seria; para forjar nuevos días;
Mientras paseaba, en la feria, lo han escrito en poesías,
Mi hijito chapó su helado; y en ensayos bien sesudos;
Y yo me quede empeñado… pensando en tantos “suertudos”…
con un sueldo de miseria me empuñan mil agonías.
II IV
Pero no quedó la historia Este pantalón, mi amigo,
en esto del heladito; ya da vergüenza el usarlo;
de un rato, mi “Calambrito” pero no puedo cambiarlo,
quiso dulce´e zanahoria. aunque parece un castigo.
Ese menjunje es la gloria, En su cara hoy se lo digo:
por culpa de algunas tías; ya no aguanto esta miseria;
yo vi las miradas frías desde mañana, en la feria,
de las viejas que cuidaban; voy a asearme ¡calato!,
de mi pensión, calculaban… repartiendo retrato,
que no alcanza ni… diez días. en el borde de la historia.