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La Cuestion Del Heroe y El Honor
La Cuestion Del Heroe y El Honor
La diferencia que había entre los combatientes áristoi y los demás guerreros radica en
que aquéllos son combatientes que arriesgan su vida en cada enfrentamiento y prefieren
cambiar una larga vida mortal, por una vida eterna. Su vida sólo era para realizar
grandes hazañas bélicas y morir gloriosamente en el combate. Los héroes, dice Vernant
, se distinguen porque realizan con éxito los actos osados que han decidido emprender
donde dichos actos ocurren en los momentos decisivos que aseguran la victoria del
combate y restablecen el orden. El mismo autor menciona que la razón de la victoria no
se encuentra en el héroe sino fuera de él “…no logra lo imposible porque es un héroe; es
un héroe porque ha conseguido lo imposible…” .
Los héroes permanecen en la memoria social a través de las narraciones que se hacían
de sus proezas en la poesía oral. La poesía recoge la leyenda que elevó al héroe a un
nivel de grandeza sobrehumana. De tal manera que la epopeya sirve como un
instrumento educativo con el cual se presentan los modelos extra-ordinarios de hombres
y de vida. Vernant dice “…la tradición oral, la palabra poética, al celebrar las hazañas
de los guerreros de antaño, los arranca del anonimato de la muerte […] gracias a su
constante rememoración al hilo de la recitación épica, convierte a estos desaparecidos
en “héroes ilustres” cuya figura […] refulge con un brillo que nadie puede debilitar…” .
La Paideia considera a los héroes homéricos de la Ilíada como los modelos ideales de
conducta. El aedo fungía como el portavoz que transmitía la gloria de los héroes, la
fama de dicho ideal humano, convirtiéndose en el educador de la Paideia. A través de la
palabra poética los héroes deificados permanecían en la memoria social y servían como
contenido en la transmisión cultural ejercida por la Paideia. Los aoidói, como Homero,
no eran simples divulgadores de la gloria de los héroes, sino intérpretes creadores de la
tradición . Es decir, que Homero como poeta, configuró los cimientos sobre los cuales
se construyó la tradición, la Paideia y en este sentido puede ser visto, también como
educador.
“…[Diomedes] fue a meterse entre los combatientes de las primeras líneas; […] ya
entonces un coraje arrebatóle tres veces tan enorme, como al león al que un pastor que
guarda en el campo sus lanosas ovejas ligeramente hiriera cuando saltado había por
encima del aprisco, pero no lo domara…”
“…Con la lanza golpeó a Dríope en la mitad del cuello […] A Tros […] con su espada
corta en su hígado desde cerca un golpe le descargó […] A Equeclo le hirió en mitad de
la cabeza con su espada […] A Rigmo le acertó en la mitad del cuerpo con su venablo, y
en el bajo vientre se le clavó el bronce…”
Es evidente que Aquiles, debido a su amplio dominio en las artes bélicas, es por mucho
superior al resto de las huestes aqueas y troyanas. Los troyanos huyen despavoridos ante
la furia salvaje del Pelida. La gran fuerza y destreza físicas, propias de una bestia, hacen
que este guerrero configure la idea de héroe fiera. Así se aprecia que los héroes
aristócratas terratenientes, los kalós kagathós, realizaban matanzas sanguinarias que los
introdujeron en un mundo de violencia y muerte, excluyéndolos de su comunidad
originaria. Es decir, la atribución por excelencia de los héroes homéricos en la Ilíada,
tanto pastor como fiera, los obliga a alejarse de un estado de paz en comunidad para
permanecer en un estado de guerra, en el que se aprecian y necesitan los combates
singulares. Este ideal heroico representado por los kalós kagathós y considerado como
modelo educativo en la Paideia, obliga a los aristoi a separarse de su comunidad para
conseguir su propia gloria.
La vida está en función del recuerdo, del reconocimiento de las palabras de alabanza y
de los relatos que impiden el olvido o el silencio del héroe. Si el valor de un ser humano
griego arcaico dependía de su reputación, de su timé, cualquier ofensa pública a su
identidad o prestigio será sentido por el afectado como una manera de rebajar o
aniquilar su propio ser. Aquiles fue eliminado por Agamemnón al ser expulsado del
grupo de sus iguales y al ser puesto en un plano inferior encontrándose errante, sin
patria y como un exiliado despreciable. Este acto deshonroso provocó que Aquiles, con
sus cualidades y méritos propios de la clase selecta de los kalós kagathós (los hermosos
y buenos) y los aristoi (los excelentes), pasara a ser un plebeyo, un kakós y justamente
este acontecimiento es lo que desata la furia del Pelida. Cualquier excusa o salida
honorable ofrecida por el wanax es vana e insuficiente, de ahí el fracaso de la embajada
a Aquiles . El Pelida tenía conciencia de la imperdonable ofensa a su timé y también
sabía que el botín ganado sólo era simbólico, ya que él, en cada batalla, no se jugaba
bueyes, corderos o esclavas, sino su propia vida heroica y con ella su timé. De esta
manera, vemos que el hijo de Peleo representa a un héroe fiera que fue humillado por un
héroe pastor y que la cuestión heroica en la Ilíada es un asunto vital, de timé.
Por otro lado, Héctor representa al poseedor de la más alta areté anthropine tenida por
los guerreros de Ilión. Él es el guerrero troyano que lucha por su patria, por su
comunidad, por su oikos . El hijo de Príamo menciona en el canto XXII, ante la
aceptación de su destino: “…Ojalá yo, empero no perezca sin esfuerzo o sin gloria;
antes bien, una excelsa proeza realice para que de ella lleguen a enterarse aun las
generaciones venideras…” El héroe troyano sabía perfectamente las consecuencias de
su fatal destino ya que en el heládico reciente las personas y las propiedades de los
vencidos pertenecían al vencedor . Lo que indica que el heroísmo de Héctor fue
conseguir su timé y gloria imperecedera aunque representase el fin de su oikos.
Finalmente, el hijo de Peleo, con excesivo enojo, da muerte a Héctor y esto lo convierte
en un héroe encolerizado. No obstante, Aquiles se transforma en un héroe compasivo,
porque decide evitar que los perros desgarraran el cuerpo de Héctor al devolvérselo a
Príamo. De esta manera, Héctor no sólo representa al héroe troyano, sino también -con
su muerte- ayuda a la reivindicación del honor de Aquiles.
La juventud de los muertos está determinada por el vigor, la virilidad y la brillantez del
cuerpo. El fin de la vida de Patroclo y Héctor son ejemplos de muerte en la juventud.
Ambas pueden definirse de la siguiente manera: “…la muerte, postrer meta, le envolvió,
y su alma, volando de sus miembros, ya estaba camino hacia el Hades su suerte
lamentando, pues juventud y hombría había abandonado tras de sí…” . Una vez que el
joven guerreo ha caído y ha sido abandonado por la fuerza vital queda el sôma como
cuerpo inmóvil y bello. Como parte de los rituales fúnebres el sôma del guerrero era
lavado, ungido con aceites y perfumado con el fin de conservar su belleza, juventud y
virilidad. La cremación era uno de los actos fúnebres más frecuentes en la época de
Homero. Para este tipo de ritos, la preservación y preparación del cuerpo eran elementos
fundamentales en esta clase de actos. Vernant menciona que una de los objetivos de la
cremación era que el fuego consumiera todas las partes del cuerpo que se descomponen,
tales como las viseras, la carne, la piel etc.
Si un héroe muere joven y conserva su sôma bello para ofrecerle ritos fúnebres pude
afirmarse que logró kalós thánathos. La carencia de alguno de estos aspectos puede
negar dicha muerte aconteciendo un aiskhrón thánathos, es decir una fea muerte. Y, por
otro lado, cuando un anciano cae en el campo de batalla, mostrando su cuerpo marchito
bañado en polvo y sangre, su muerte se torna desagradable y fea. Cuando no basta para
el vencedor matar a su oponente y busca desmembrar el cadáver además de ofrecerlo a
perros y aves carroñeras, el vencido corre el riesgo de perder su cadáver al convertirse
en una masa amorfa que puede confundirse con el suelo en el que cayó o terminar en las
entrañas de los animales. Despojar al vencido de una bella muerte era una práctica de
los héroes homéricos.
La forma en como un héroe muere es determinante para alcanzar la fama eterna. Ellos
pretenden hacer de su muerte algo glorioso, buscan que su fin sea un acontecimiento
digno de un aristo por lo que en sus últimas hazañas tienen la finalidad de lograr la
kalós thánathos que lo conducirá a la gloria póstuma. Para que un héroe viva en la
memoria de las generaciones venideras es necesario, por un lado, tener cantos épicos
que relaten sus hazañas bélicas y, por otro, que su sôma haya recibido su tributo de
honores.
Si esto es así, si los héroes son la base de la formación humana de la Grecia arcaica,
puedo concluir que dicha formación se caracteriza por: a) defender ante todo y todos su
timé por considerarla característica necesaria y común a los aristoi; b) aceptar con
valentía el destino como culminación honrosa de una vida heroica y como cualidad
obligada para la gloria póstuma e imperecedera. Estas son las características del héroe
de la Ilíada que los aoidói, como Homero, harán pervivir en la memoria de la
comunidad, configurando así la idea y el modelo de sujeto a seguir por la educación
tomado por la Paideia.
Tema 1: La Épica
La Época Micénica | Introducción | Homero | La Tradición Oral | Ilíada |
Odisea|Antología de Textos | Enlaces|
Navegación
● Introducción
● La Épica
● La Lírica
● La Historiografía
● El Teatro
● La Oratoria y la Retórica
● La Poesía Helenística
● La Novela
i. La Época Micénica (1600-1150 a.C.)
Los núcleos más importantes de esta época son Micenas, Pilos, Tebas y
Tirinto.
Características:
● Las ciudadelas micénicas eran fortalezas que albergan el palacio del wanax.
En los alrededores se encuentra la población en aldeas, regidas por el basileus
y el consejo de gerontes.
● La economía se basaba en los tributos, en la artesanía, en el comercio y en la
rapiña. Esclavos y campesinos eran la mano de obra.
● Eran reinos independientes.
La guerra de Troya
1.1. Introducción
La literatura épica canta las hazañas (épos significaría
"relato, canto") de los héroes, y también de dioses,
gigantes o personajes de cuentos tradicionales. El
esplendor del género, como conjunto de narraciones heroicas, se corresponde
en la tradición occidental con civilizaciones aristocráticas en las que han de
resaltarse los valores guerreros, individualistas y de casta nobiliaria.
A diferencia de otras tradiciones literarias, como la española o la francesa,
resulta imposible rastrear los orígenes de la épica griega. Las primeras
manifestaciones de este género que han llegado hasta nosotros (si bien es muy
probable que existieran otras anteriores) son dos poemas de extraordinario
valor y calidad literarias, la llíada y la Odisea, atribuidos a Homero (siglo VIII a.
C).
Se puede afirmar que la literatura occidental nace al mismo tiempo que la
epopeya griega antigua, que tiene en la Ilíada y la Odisea las manifestaciones
más antiguas de la literatura de transmisión oral. Con anterioridad a esta fecha
no se conserva ningún resto escrito que pueda calificarse estrictamente de
literario.
La difusión de la poesía épica se realizó mediante el
recitado o el canto de los aedos, que constituyeron el
principal vehículo de transmisión de la larga tradición
épica oral en Grecia. La epopeya griega refleja un
mundo poblado por héroes, dioses y, en último término,
hombres embarcados en la aventura de vivir y de morir.
La llíada cuenta en sus cerca de 16 000 versos el episodio final de la guerra
de Troya, un breve intervalo en comparación con los diez años que los aqueos
llevaban acampados frente a las murallas de la ciudad. El hilo conductor del
poema es la cólera del héroe griego Aquiles (cólera es precisamente la palabra
con la que comienza el poema), ofendido por el rey Agamenón, jefe del ejército
griego aliado contra Troya, que arrebata a Aquiles la joven prisionera a la que
éste ama.
La Odisea, que consta de más de 12 000 versos, narra el retorno de Odiseo
(Ulises en castellano) desde Troya a su patria. El regreso del héroe al hogar
tras pasar un sinfín de peripecias y arrostrar innumerables peligros será un
tema recurrente en las literaturas occidentales posteriores.
Otra gran figura de la épica arcaica es Hesíodo autor de Trabajos y días,
obra de contenido claramente didáctico sobre la agricultura y de Teogonía,
poema cosmogónico que relata la genealogía del mundo y de los dioses que
integran el panteón heleno.
En época helenística, la poesía épica, que cuenta con Apolodoro entre sus
cultivadores más destacados, se caracteriza por el gran dominio de las formas
métricas y de composición aunque sin alcanzar la hondura moral de la épica
antigua.
La influencia de la epopeya griega en la literatura posterior occidental es
inmensa, tanto por la particular visión del mundo recogida en los relatos míticos
contenidos en los poemas épicos como por el modelo de comportamiento
social, sentimental o ético que ofrece.
Grecia continental.
1.4.2. La Odisea.
La Odisea es un relato de aventuras que gira en torno
a la figura de Ulises (nombre latino del griego Odiseo),
uno de los héroes que contribuyeron a la destrucción de
Troya. Al igual que en la Ilíada, el autor centra los
acontecimientos en un episodio que dará cohesión a las
diferentes aventuras del héroe: el regreso a su hogar,
Ítaca, y la recuperación de su reino. La estructura
narrativa del poema es más compleja, por cuanto las
digresiones suponen simultanear dos acciones (Ulises, por una parte, y
Telémaco, su hijo, que lo busca, por otra) y un salto temporal en el que el
propio Ulises pasa a ser el narrador de sus aventuras pasadas.
Al comienzo del poema, Ulises se encuentra en la isla de
la ninfa Calipso, quien ha de dejarlo marchar tras decidir
los dioses, a petición de Atenea, permitirle el regreso a
su hogar. Pero en Ítaca, su esposa, Penélope, se
encuentra asediada por pretendientes, que dan al héroe por muerto y le exigen
que elija a uno de ellos como esposo, mientras consumen la hacienda de la
familia. Ante esta situación, Telémaco, el hijo de ambos, decide partir en busca
de noticias de su padre a los reinos de otros héroes que volvieron de Troya,
como Menelao y Néstor. De regreso a su patria, Poseidón hace naufragar a
Ulises, quien recala en el país de los feacios. Allí, su rey, Alcínoo, lo acoge con
hospitalidad y, al reconocer al héroe, éste relata sus infortunios desde la partida
de Troya: la sucesiva pérdida de su flota y sus compañeros entre tempestades;
los enfrentamientos con seres monstruosos, como el cíclope, los lestrigones,
las sirenas o Escila y Caribdis; la ira de Helios cuando devoran sus bueyes
sagrados, o la transformación en cerdos a manos de la maga Circe. Al terminar
su relato, los feacios lo obsequian generosamente y, después de un viaje
milagroso, llega a Ítaca. Odiseo regresa a su palacio disfrazado de mendigo y,
con la ayuda de Telémaco y un fiel sirviente, da muerte a los pretendientes y se
reúne por fin con Penélope.
El tono de la Odisea es, indudablemente, menos guerrero que el de la Ilíada,
de modo que la obra, más que a la exaltación de los valores aristocráticos,
responde a la estructura tradicional del cuento de aventuras. Las diferencias
con el poema de Troya se extienden, lógicamente, a una mayor presencia del
mundo doméstico y de estratos sociales más diversos que los héroes y los
dioses. Incluso la actitud de los inmortales resulta muy diferente: frente a las
actuaciones bastante crueles y caprichosas de los dioses en la guerra de
Troya, que en ocasiones parecían buscar la mera diversión, en la Odisea sus
intervenciones están guiadas por motivaciones más éticas y por la búsqueda
de justicia.
A los elementos aportados por la tradición oral, Homero añadió ciertos
rasgos propios que dieron personalidad a su obra:
● Así creó unos poemas mucho más largos que los cantos
de los aedos, organizados alrededor de las peripecias de
un héroe principal con las que se entrecruzan las de
muchos otros personajes menores.
● Introdujo más intensidad y dramatismo en la acción.
● Realizó una selección consciente del material que le había
llegado por tradición oral.
● Por último, Homero "humanizó" deliberadamente a sus
héroes, dotándoles de virtudes tales como el amor a la
patria, al amigo, etc.
3.3.Antología de Textos
Ideal Homérico
(Homero, Ilíada VI, 206 - 210)
"Y él me envió a Troya y me encargó
Ἱππόλοχος δέ µ᾽ ἔτικτε, καὶ ἐκ τοῦ φηµι γενέσθαι· muchas cosas importantes:
siempre ser excelente y por encima estar de
πέµπε δέ µ᾽ ἐς Τροίην, καί µοι µάλα πόλλ᾽ ἐπέτελλεν los demás,
αἰὲν ἀριστεύειν καὶ ὑπείροχον ἔµµεναι ἄλλων, no deshonrar el linaje de mis antepasados,
quienes con mucho,
µηδὲ γένος πατέρων αἰσχυνέµεν, οἳ µέγ᾽ ἄριστοι
los más valientes así en Feira, como en la
{215}2 ἔν τ᾽ Ἐφύρῃ ἐγένοντο καὶ ἐν Λυκίῃ εὐρείῃ. ancha Licia fueron"