El ámbar es heterogéneo en su composición, pero consta de varios cuerpos
resinosos más o menos solubles en alcohol, éter y cloroformo, asociados con una sustancia bituminosa insoluble. El ámbar es una macromolécula por polimerización por radicales libres de varios precursores de la familia labdano. Estos labdanos son diterpenos (C20H32) y trienos, que equipan al esqueleto orgánico con tres grupos alqueno para la polimerización. A medida que el ámbar madura a lo largo de los años, se produce una mayor polimerización, así como reacciones de isomerización, reticulación y ciclación. Calentado a más de 200 ° C (392 ° F), el ámbar se descompone, produciendo un aceite de ámbar, y deja un residuo negro que se conoce como "colofonia ámbar" o "tono ámbar"; cuando se disuelve en aceite de trementina o en aceite de linaza, este forma el "barniz de ámbar" o "laca de ámbar". Formación La polimerización molecular, que resulta de las altas presiones y temperaturas producidas por el sedimento suprayacente, transforma la resina primero en copal. El calor y la presión sostenidos eliminan los terpenos y producen la formación de ámbar. Para que esto suceda, la resina debe ser resistente a la descomposición. Muchos árboles producen resina, pero en la mayoría de los casos este depósito se descompone por procesos físicos y biológicos. La exposición a la luz solar, la lluvia, los microorganismos (como las bacterias y los hongos) y las temperaturas extremas tienden a desintegrar la resina. Para que la resina sobreviva lo suficiente como para volverse ámbar, debe ser resistente a tales fuerzas o producirse en condiciones que las excluyan. Origen botánico Las resinas fósiles de Europa se dividen en dos categorías, la famosa ámbar del Báltico y otra que se asemeja al grupo Agathis. Las resinas fósiles de América y África están estrechamente relacionadas con el género moderno Hymenaea, mientras que se cree que el ámbar Báltico son resinas fósiles de plantas de la familia Sciadopityaceae que solían vivir en el norte de Europa. Atributos físicos La mayoría del ámbar tiene una dureza entre 2.0 y 2.5 en la escala de dureza, un índice de refracción de 1.5-1.6, una gravedad específica entre 1.06 y 1.10, y un punto de fusión de 250-300 ° C. Inclusiones El desarrollo anormal de la resina en los árboles vivos (succinosis) puede resultar en la formación de ámbar.11 Las impurezas están muy a menudo presentes, especialmente cuando la resina se cae al suelo, por lo que el material puede ser inútil, excepto para la fabricación de barniz. Tal inclusión de otras sustancias puede hacer que el ámbar tenga un color inesperado. Las piritas pueden dar un color azulado. El ámbar huesudo debe su opacidad nublada a numerosas burbujas pequeñas dentro de la resina. Sin embargo, el llamado ámbar negro es en realidad solo un tipo de reacción. En el ámbar oscuro e incluso opaco, las imágenes pueden incluir imágenes de rayos X de alta energía, alto contraste y alta resolución. En muchas ocasiones, la resina, al escurrir sobre la corteza de troncos y ramas, llegó a atrapar burbujas de aire, gotas de agua, partículas de polvo, o pequeños seres vivos como plantas (orquídeas, musgos, líquenes, semillas y un sinfín de flores diminutas), hongos, insectos (hormigas, mosquitos, abejas, termitas, mari posas o libélulas), arañas, escorpiones, gusanos e incluso pequeños vertebrados, como lagartijas o ranas, que quedaron preservados como inclusiones fósiles deshidratadas, pero sin el encogimiento que normalmente causan las deshidrataciones, conservándose de tal forma que parte de su estructura celular y hasta fragmentos de su ADN pueden encontrarse en la actualidad. Estas inclusiones agregan no solo belleza a una pieza de ámbar, sino una gran cantidad de información de suma importancia para los científicos, pues de esta manera se tiene conocimiento de la vida de hace millones de años, disponiendo, incluso, de especies ya desaparecidas. Existen muestras de ámbar de gran valor desde el punto de vista paleoambiental, lo que permite que científicos reconstruyan un modelo de un ecosistema de milenios pasados desaparecido hace ya mucho tiempo. El tamaño, el tipo de espécimen, su visibilidad, la cantidad y hasta la posición son factores importantes que intervienen en la evaluación de una inclusión.