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INSTITUTO TECNOLOGICO DE APIZACO

INGENIERIA
GESTION EMPRESARIAL

MATERIA
GESTION DE CAPITAL HUMANO

TRABAJO
MERCADO LABORAL COMPETITIVO ACTUAL EN MEXICO

DOCENTE
SUSAN ANGELICA CONDE HERNANDEZ

ESTUDIANTE
ROGELIO MERINO MUÑOZ
MERCADO LABORAL COMPETITIVO ACTUAL EN
MEXICO

El mercado laboral mexicano está empezando 2020 con una doble cara, una
sonriente y otra amarga.
Por un lado, en la parte amarga, se percibe un decrecimiento en el ritmo de
generación de empleo.
El empleo formal, que registra el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cerró
el año con un alza de apenas 1.7 por ciento, el porcentaje más bajo en una
década.
Pero, por otro lado, el salario real de los empleados en la economía formal tuvo el
alza más importante desde hace más de 40 años.
¿Cómo se puede explicar que coexistan ambas tendencias?
La teoría señala que el salario es el precio del trabajo y, por lo tanto, si la
demanda de empleo se reduce entonces lo lógico sería que los salarios también lo
hicieran.
No obstante, desde hace muchos años algunos especialistas han demostrado que
el mercado laboral no se mueve necesariamente con las reglas con las que lo
hacen otros rubros de la economía.
La baja en el ritmo de generación del empleo formal en México se explica por el
bajo crecimiento de la economía que, de acuerdo con datos preliminares, habría
terminado 2019 con una cifra cercana a cero.
Además de que no hubo crecimiento económico el año pasado, en diciembre en
particular se presenta en México una situación estacional en la que hay una
pérdida muy importante en el número de empleos.
La razón es que muchas empresas laboran parcialmente durante ese mes y por lo
mismo desocupan a una parte importante de su fuerza laboral.
Aunque las cifras de generación de puestos de trabajo son malas si las
comparamos con las que se tenían en años anteriores, en realidad están muy por
arriba del crecimiento de la economía. Si el PIB quedó en cero, la creación de
empleo formal estuvo 1.7 puntos arriba.
¿Por qué sucede lo anterior?
Cuando la economía frena, o incluso cuando empieza a caer, las empresas no se
deshacen de manera inmediata de su personal. La pérdida de empleo se presenta
cuando el estancamiento o la caída económica se dan por un periodo prolongado.
Por esa razón, muchas empresas durante el año pasado no bajaron sus nóminas,
con la expectativa de que las cosas mejorarían en 2020.
Los empresarios saben que el mercado laboral mexicano es paradójico, pues
aunque no se genere suficiente empleo y haya mucha gente buscándolo, cuando
se trata de ocupar posiciones que requieren habilidades específicas, a veces
resulta muy complicado reclutar personal. Además, es probable que en muchas
ocasiones haya que invertir algunas semanas o varios meses en capacitar a los
trabajadores recién contratados.
Por esa razón es que el mercado laboral resiste a las bajas de la actividad
económica cuando no son demasiado prolongadas o muy graves.
¿Qué es lo que podemos esperar para este año?
Si se hicieran efectivos los pronósticos del consenso, en el sentido de que este
año el crecimiento sería de alrededor de 1 por ciento del PIB, entonces es
probable que el personal ocupado en la economía formal pudiera crecer a una
tasa superior al 2 por ciento.
Es decir, aunque estaríamos aún lejos de los niveles de crecimiento del empleo de
cerca del 4 por ciento que tuvimos hace apenas un par de años, registraríamos un
mejor comportamiento que en 2019.
Veamos ahora el tema de los salarios.
Con la llegada de la nueva administración federal hubo un cambio importante en la
política salarial. En 2017, todavía durante la administración de Enrique Peña Nieto,
se dio el más importante incremento al salario mínimo en su gobierno, al subirlo
9.5 por ciento, cuando lo usual eran incrementos del orden del 3 por ciento.
Esto fue resultado del impulso que dio un grupo encabezado por Miguel Mancera,
entonces Jefe de Gobierno de la CDMX; su secretario de Desarrollo Económico,
Salomón Chertorivski; así como el presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos.
Lograron que se legislara con objeto de des indexar el salario mínimo. Esto quiere
decir que se hicieron modificaciones en múltiples leyes para que el salario mínimo
no fuera tomado como una referencia en diversos cobros.
En México, el salario mínimo se usaba para fijar desde las multas de tránsito hasta
los recursos que se entregarían a los partidos políticos, pasando por el monto de
los créditos otorgados por el Infonavit, entre decenas o centenas de variables.
Al des indexar ese salario y quitar su función como referencia, se permitió que el
incremento de esta variable no tuviera las repercusiones inflacionarias que se
tuvieron en el pasado.
La realidad es que el salario mínimo se utilizó en México durante las últimas dos
décadas del siglo pasado como un ancla para impedir el crecimiento de los
precios. Por esa razón, entre 1977 y 2000 se presentó una pérdida en el poder
adquisitivo de los salarios mínimos de 76 por ciento. Algo increíble.
En los años siguientes no se había logrado una compensación a esta fuerte caída.
Sin embargo, el cambio en la política salarial que la administración de López
Obrador instrumentó, así como el incremento de 2017, han permitido que entre
2016 y 2020 el aumento real de los salarios mínimos sea de 41 por ciento.
Además, el cambio en la política de los salarios mínimos tuvo efecto en la fijación
de las remuneraciones en el sector formal de la economía, así como en las
negociaciones contractuales que realizan los sindicatos.
En octubre de 2019 hubo un incremento promedio de 4.4 por ciento en las
revisiones de contratos colectivos que se realizaron y en diciembre, un alza de 6.8
por ciento en el salario promedio con el que los trabajadores cotizan al IMSS.
Esto significó que el año pasado hubo un crecimiento del poder adquisitivo de los
salarios promedio del sector formal de la economía de alrededor de 3.8 por ciento.
Como le comentamos previamente, esta alza es la más relevante desde la década
de los 70 en el siglo pasado.
Lo más importante es que los incrementos salariales no se tradujeron en
aumentos de precios. La inflación en 2019 cerró en 2.83 por ciento, el segundo
nivel más bajo desde que las autoridades mexicanas comenzaron a calcular el
Índice Nacional de Precios al Consumidor en la década de los 70.
¿Cuáles son los escenarios posibles para 2020 en materia salarial? La mayor
parte de los pronósticos indican que para este año la inflación estará en alrededor
de 3 por ciento.
Con el incremento a los salarios mínimos de 20 por ciento en el promedio
nacional, es factible que las remuneraciones mínimas legales tengan un
crecimiento real de más de 16 por ciento en este año.
En el caso de los salarios promedio con los que se cotiza al Seguro Social, lo más
probable es que igualmente tengamos otra vez un crecimiento real, aunque este
podría ser inferior al de 2019.
Este comportamiento del poder adquisitivo de los salarios, junto a la persistencia
del crecimiento del empleo, aunque sea a tasas más bajas, es uno de los factores
que explican el elevado apoyo que mantiene el gobierno de López Obrador a
pesar del mal desempeño de la economía en sus variables macro, así como de
múltiples problemas, como en el caso de la inseguridad.
Pese al alza en los salarios mínimos, la realidad es que en México esta variable
sigue muy rezagada. Aun considerando el incremento que ocurrió en diciembre, el
nivel actual del salario mínimo real se encuentra aproximadamente 50 por ciento
por debajo del que teníamos apenas en 1980.
Y si hacemos una comparación internacional, el salario mínimo mexicano
equiparable en dólares sigue estando a la mitad del que se paga en Guatemala.
Se ha planteado que la política de recuperación del poder adquisitivo de los
salarios mínimos habrá de prolongarse durante toda esta administración, con
objeto de continuar limitando ese rezago.
Aunque varias decenas de millones de personas se beneficiarán de esta política,
el mercado laboral mexicano tiene otro gran desafío: la reducción de la
informalidad.
El salario mínimo legal y su crecimiento solo benefician a quienes se encuentran
contratados legalmente en la economía.
Quienes están en el sector informal o realizan un trabajo de manera irregular en
actividades formales y de carácter legal, siguen teniendo una gran distancia
respecto al conjunto de la economía. De acuerdo con los datos del Inegi, la
ocupación informal se ubica en el 56 por ciento de la población ocupada.
Para abatir el rezago social y no solo laboral, es necesario que haya una política
activa de reducción de la informalidad, pero esta aún no existe.
Este es uno de los grandes dilemas de la política de esta administración, luego de
haber sido exitosa en cambiar la tendencia de los salarios reales.
Lo anterior implica un conjunto de incentivos y sanciones, además de proyectos
que lleven a múltiples unidades económicas a crecer y aumentar su productividad.
Si no se logra un abatimiento muy importante de la informalidad, el impacto
positivo de la mejora salarial será limitado y tendremos a decenas de millones de
personas en condiciones de pobreza en México.
Para que en este 2020 no sea mayor la visión amarga que la sonriente,
requerimos que más personas se beneficien de la nueva política salarial.
¿Qué tal está el mercado laboral en México?

Los mexicanos consideran que la competitividad del país podría ser impulsada
mediante capacitación, planeación e implementación de herramientas
tecnológicas.

Los profesionistas en el país perciben que existen menos oportunidades laborales


en comparación con hace cinco años; en tanto que el 27% espera que el país
ofrezca mejores circunstancias en los siguientes cinco años y un 17% cree que el
país se mantendrá igual en los siguientes cinco años, reveló una encuesta de
OCCMundial.

INDUSTRIA 4.0 HERRAMIENTA PARA LA COMPETITIVIDAD.

En un comunicado, la firma detalló que en temas de competitividad seis de cada


10 mexicanos pronunciaron su optimismo sobre el panorama productivo que
tendrá la nación durante los siguientes dos años. Mientras que el 62% consideró
que las empresas mexicanas son tan competitivas como las extranjeras y el 60%
que las pymes están al nivel de las grandes compañías.

“En cuanto a la competitividad de los trabajadores en México, cinco de cada 10


encuestados se consideran muy competitivos”; sin embargo, para fomentar la
competencia de los empleados se podría realizar mediante capacitación, mejores
conocimientos, aprendizaje, alta planeación y organización, e implementación de
herramientas tecnológicas.

En ese sentido, el portal resaltó los siguientes resultados del estudio:

Sentir de los mexicanos trabajadores

 Con buen ánimo para conseguir un nuevo o un mejor empleo (52%)


 Nerviosos porque no han conseguido trabajo (21%)
 Desanimados por falta de oportunidades en su empleo actual (9%)
 Estables y felices en su trabajo (9%), y
 Vulnerables en su empleo (8%)

En este rubro, OCCMundial señaló que los resultados, “son menos optimistas que
los obtenidos en la misma encuesta del 2017”, ya que, en 2016, el 66% de los
participantes se encontraba con buen ánimo para conseguir un nuevo o mejor
empleo y para 2017 aumentó en ocho puntos el número de personas que están
nerviosas porque no consiguieron empleo.

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