1130-0108/2003/95/8/539-543
REVISTA ESPAÑOLA DE ENFERMEDADES DIGESTIVAS
Copyright © 2003 ARÁN EDICIONES, S. L.
Vólvulo de sigma: indicación y resultados del tratamiento
endoscópico
D. Martínez Ares, J. Yáñez López, J. Souto Ruzo, M.ª A. Vázquez Millán, B. González Conde,
F. Suárez López, P. Alonso Aguirre y J. L. Vázquez Iglesias
Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario Universitario Juan Canalejo. A Coruña
RESUMEN
Introducción: el vólvulo de sigma es una causa relativamen-
te frecuente de obstrucción intestinal, especialmente en ancia-
nos y en pacientes con enfermedades debilitantes. En muchos
casos, el riesgo quirúrgico es excesivamente alto, por lo que la
posibilidad de un manejo conservador (endoscópico) parece
atractivo.
Material y métodos: se han revisado las endoscopias digesti-
vas bajas urgentes realizadas entre el 1 de enero de 1996 y el 31
de diciembre de 2001, siendo seleccionadas aquéllas con diagnós-
tico de vólvulo de sigma, evaluándose posteriormente los resulta-
dos del tratamiento endoscópico: porcentaje de recidivas, mortali-
dad, complicaciones, necesidad de cirugía, etc.
Resultados: la endoscopia digestiva baja resulta diagnóstica
en todos los casos; el tratamiento endoscópico ofrece una eficacia
global del 87.5%. La recidiva se observa en aproximadamente el
57% de los casos; en el primer episodio se logra solucionar defini-
tivamente el problema en un 25% de los casos y, en caso de reci-
diva, puede reintentarse nuevamente el tratamiento endoscópico
con similar seguridad y eficacia.
Conclusiones: la reducción endoscópica es una técnica segu-
ra y eficaz en el tratamiento del vólvulo de sigma en condiciones
de emergencia, siempre y cuando se haya descartado el compro-
miso vascular de la pared intestinal; sin embargo las recidivas son
frecuentes, por lo que se recomendaría un tratamiento quirúrgico
definitivo con carácter electivo. En pacientes con riesgo quirúrgico
muy elevado el endoscópico podría ser el único tratamiento acon-
sejado.
Palabras clave: Vólvulo de sigma. Diagnóstico. Tratamiento en-
doscópico.
Recibido: 13-12-02
Aceptado: 02-04-03
Correspondencia: David Martínez Ares. Servicio de Aparato Digestivo.
Complejo Hospitalario Juan Canalejo. C/ As Xubias de Arriba, 84. 15006 A
Coruña. Tel.: 981 12 89 14 - Fax: 619 98 37 01. e-mail: martinezares@eres-
mas.com.
REV ESP ENFERM DIG (Madrid)
Vol. 95. N.° 8, pp. 539-543, 2003
Martínez Ares D, Yáñez López J, Souto Ruzo J, Vázquez Mi-
llán MA, González Conde B, Suárez López F, Alonso Aguirre
P, Vázquez Iglesias JL. Indication and results of endoscopic
management of sigmoid volvulus. Rev Esp Enferm Dig 2003;
95: 539-543.
INTRODUCCIÓN
El vólvulo del intestino grueso es causa frecuente de
obstrucción intestinal. Dietas excesivamente ricas en fi-
bra en los países subdesarrollados, y la constipación cró-
nica y el abuso de laxantes en Occidente, pueden favore-
cer su aparición en pacientes con asas intestinales largas
y con fijación mesentérica débil. Se aprecia una inciden-
cia aumentada en pacientes con enfermedades neurológi-
cas incapacitantes (Alzheimer, Parkinson, ELA,...) (1) y
en enfermos mentales tratados con psicofármacos que
contribuyen al estreñimiento. La localización más fre-
cuente del vólvulo de colon es la región sigmoidea
(70%). En los países subdesarrollados, el 90% son varo-
nes, mientras que en los países occidentales, los pacientes
son de mayor edad y no parece haber diferencias entre se-
xos (2).
Suele presentarse con clínica de obstrucción intestinal
y en un 40-60% pueden hallarse en la historia clínica da-
tos compatibles con antecedentes de ataques previos de
menor gravedad. La distensión del abdomen, especial-
mente a nivel de fosa ilíaca izquierda puede ser un dato
sugestivo de la exploración física (3). Si la torsión del asa
intestinal se mantiene durante el tiempo suficiente, se
producirá la gangrena de la pared intestinal, lo que se tra-
ducirá en un cuadro de peritonitis grave con gran dolor
abdominal, colapso y, en la gran mayoría de los casos, fa-
llecimiento del paciente. La radiografía simple de abdo-
men puede dar el diagnóstico en las dos terceras partes de
540 D. MARTÍNEZ ARES ET AL.
los casos (4): se observaría un asa intestinal antihaustral,
muy distendida, localizada fundamentalmente en el he-
miabdomen inferior, con una relación líquido/gas mayor
de dos y la presencia de niveles hidroaéreos. Ante un
diagnóstico dudoso, debería recurrirse a la TAC (5,6) o a
un enema opaco, que habría de efectuarse con gastrogra-
fín para evitar interferencias con otras posibles explora-
ciones. Éste, además, puede resultar terapéutico ya que la
presión generada por el contraste podría reducir el vólvu-
lo. La presencia de leucocitosis con desviación a la iz-
quierda en la fórmula sanguínea debe sugerir la presencia
de isquemia intestinal.
Si se han descartado suficientemente los signos de
gangrena intestinal (7), puede intentarse un tratamiento
conservador, mediante un enema opaco, la colocación de
una sonda rectal o tratamiento endoscópico (sigmoidos-
copia o colonoscopia) (8). Posteriormente puede reco-
mendarse una solución quirúrgica definitiva, dado que el
riesgo de recidiva es lo suficientemente alto como para
justificar esta actitud. La intervención quirúrgica podría
consistir en la fijación del asa afecta (sigmoidopexia) o
en su resección (sigmoidectomía) con reconstrucción del
tránsito. En caso de que se objetiven datos de isquemia
intestinal, el tratamiento quirúrgico urgente con resección
del asa no viable es obligado. Con frecuencia el riesgo
quirúrgico del paciente con un vólvulo de sigma es exce-
sivamente alto, por lo que la posibilidad de un manejo
más conservador pero eficaz parece atractivo.
El objetivo de esta revisión ha sido la evaluación de
los resultados de la endoscopia digestiva baja en el diag-
nóstico y tratamiento urgente del vólvulo de sigma en
nuestro medio. La edad media de los pacientes de nuestra
serie es muy elevada, y el estado general de los mismos
desaconseja un tratamiento quirúrgico como primera
elección en todos los casos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se han revisado las endoscopias digestivas bajas ur-
gentes realizadas entre el 1 de enero de 1996 y el 31 de
diciembre de 2001. Se han seleccionado aquellos casos
en los que el diagnóstico definitivo fue de vólvulo de sig-
ma, y en estos pacientes se han estudiado una serie de va-
riables: demográficas, como la edad y el sexo, en cuántos
se realizó un diagnóstico radiológico o endoscópico; si la
desvolvulación fue espontánea, endoscópica o si precisó
tratamiento quirúrgico; en cuántos de ellos se objetivó is-
quemia intestinal; la presencia de recidivas y el trata-
miento de las mismas; la mortalidad, así como sus princi-
pales causas. El diagnóstico de isquemia intestinal se
basó en criterios clínicos (dolor abdominal con signos de
irritación peritoneal), analíticos (presencia de leucocito-
sis con desviación a la izquierda de la fórmula leucocita-
ria) y endoscópicos, según los criterios descritos por Váz-
quez Iglesias en su tratado de Colonoscopia diagnóstica
y terapéutica. Asumimos que existe una colitis isquémica
REV ESP ENFERM DIG (Madrid)
gangrenosa, secundaria al compromiso vascular generado
por el vólvulo de sigma, cuando se observa una mucosa
“barnizada” por un exudado negro-violáceo, con un ca-
racterístico olor ácido, pudiendo aparecer cubierta tam-
bién por placas negruzcas que se desprenden fácilmente,
mostrando una mucosa sangrante y que se ulcera con fa-
cilidad (9). Es en este caso cuando se contraindicaría el
manejo endoscópico del vólvulo, mientras que cuando
existen datos de isquemia leve (ligero edema, hiperemia
de la mucosa con formación de petequias) no hay una
contraindicación absoluta para el mismo. Por otra parte,
el diagnóstico de recidiva, se basó en los mismos criterios
clínicos que el diagnóstico inicial: sospecha clínica, con-
firmada por las técnicas radiológicas y endoscópicas.
RESULTADOS
En las 542 colonoscopias urgentes realizadas en este
periodo se han registrado un total de 24 vólvulos de sig-
ma en 16 pacientes, 4 mujeres (25%) y 12 varones (75%).
La media de edad fue de 78,33 años (rango de 53 a 93).
La mayoría de ellos eran pacientes de edad avanzada y
con comorbilidad asociada importante (Tabla I).
El 18,75% (3/16) de los pacientes se presentaron con
un cuadro clínico sugestivo de oclusión intestinal, mien-
tras que el 81,25% restante (13/16) presentaba una clínica
inespecífica de dolor y distensión abdominal. En el
87,25% de los casos (14/16) se llegó al diagnóstico con la
radiología ( radiografía simple de abdomen y enema opa-
co), mientras que en el 12,5% restante (2/16), ésta sugería
una oclusión intestinal pero sin precisar la causa de la
misma. En estos casos, el diagnóstico se confirmó me-
diante la endoscopia.
En 2 pacientes se sospechó isquemia intestinal en el
momento del diagnóstico, por lo que no se realizó la ex-
ploración endoscópica. Esta fue diagnóstica en todos los
casos en que se llevó a cabo (87,5%). En la colonoscopia
se apreció compromiso vascular en otros 2 pacientes, por
lo que sólo se ensayó el tratamiento endoscópico en 12
(75%). Este tratamiento consistió en la desrotación del
asa, así como en el lavado con agua y descompresión de
Tabla I. Comorbilidad presente en los pacientes con vólvulo
de sigma: en todos los casos estaban presentes procesos
relacionados con un encamamiento prolongado o que
añadían un riesgo quirúrgico muy elevado
Patologías asociadas al vólvulo Número de casos
de sigma
Enfermedad cerebrovascular isquémica 6 (37,5%)
Demencia senil, enfermedad de Alzheimer 5 (31,25%)
EPOC muy evolucionada 2 (12,5%)
Tetraplejía traumática 1 (6,25%)
Esclerosis lateral amiotrófica 1 (6,25%)
Enfermedad de Parkinson 1 (6,25%)
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la misma, aspirando el gas, materia fecal y líquido. Estas

maniobras fueron efectivas en 11 casos (91,66%). El pa-
ciente en el que se fracasó, así como en los que se había
objetivado isquemia (uno había fallecido, sin realizarse
endoscopia, como consecuencia de una peritonitis grave),
se trataron quirúrgicamente con resección del asa afecta-
da y reconstrucción del tránsito. La recidiva se observó
en el 63,6% de los casos (7 pacientes) tras un periodo me-
dio de 60,14 días (rango de 1 a 360). En 4 de ellos
(36,3%) no se objetivó recidiva tras un seguimiento me-
dio superior a un año. Por tanto, podemos afirmar que en Fig. 2.- Resultados del tratamiento endoscópico de la recidiva del vól-
el primer episodio de vólvulo de sigma, el tratamiento en- vulo de sigma. En el 43% de los casos se objetivó isquemia intestinal;
doscópico supuso una solución definitiva en el 33% de en el 28,5% el tratamiento endoscópico fue definitivo; un caso
(14,25%) recidivó durante el seguimiento y en otro caso (14,25%) fra-
los que fueron considerados subsidiarios del mismo, y en casó el tratamiento conservador.
el 25% del total de los pacientes (Fig. 1).

Tabla II. Resumen de los resultados del tratamiento endos-

cópico del vólvulo de sigma
Primer episodio Recidiva
Número de casos 16 7
Presencia de isquemia (%) 25 (4/16) 42,8 (3/7)
Tratamiento endoscópico (%) 75 (12/16) 57,2 (4/7)
Fracasos (%) 8,3 (1/12) 25 (1/4)
Éxitos (%) 91,66 (11/12) 75 (3/4)
Recidiva (%) 63,6 (7/11) 33,3 (1/3)
Fig. 1.- Resultados del tratamiento endoscópico en el primer espisodio:
No recidiva (%) 36,3 (4/11) 66,6 (2/3)
en el 25% de los casos existía isquemia intestinal; en un 25% el trata- Tratamiento quirúrgico (%) 25 (4/16) 57,2 (4/7)
miento endoscópico fue definitivo; en el 44% se redujo el vólvulo con Casos resueltos endoscópicamente 25 (4/16) 28,5 (2/7)
éxito, pero con recidiva posterior. Únicamente se registró un fracaso en
el tratamiento endoscópico (6%).

Fueron intervenidos un total de 8 pacientes (50%), 6

De los 7 pacientes con recidiva del vólvulo, en 4 (57,2%)
persistía un riesgo quirúrgico extremadamente elevado, y
tras descartar isquemia intestinal, se decidió intentar nueva-
mente el tratamiento endoscópico, con un 75% de éxitos
(3/4) y sólo una recidiva tras más de seis meses de segui-
miento. De los otros tres, uno falleció por presencia de isque-
mia intestinal y los otros dos fueron intervenidos quirúrgica-
mente por el mismo motivo. El paciente con una segunda
recidiva fue intervenido, falleciendo en el postoperatorio. En
otros términos, podemos afirmar que el 50% de las recidivas
que se consideraron tributarias de tratamiento endoscópico
pudieron ser solucionadas definitivamente de este modo, lo
que equivalía al 28,5% de las recidivas (Fig. 2).
Tomando estos resultados globalmente, nos encontra-
mos con un total de 24 episodios en 16 pacientes siendo
considerados el 66% de ellos (16/24) para tratamiento en-
doscópico. Éste fue eficaz en el 87,5% (14/16), con un
57,1% de recidivas (8/14). La reducción endoscópica del
vólvulo pudo representar una solución definitiva (en el
episodio inicial o tras la recidiva) para el 37,5% de los
pacientes (6/16), aunque esta cifra asciende al 50% (6/12)
si consideramos únicamente aquéllos en los que se con-
templó el tratamiento endoscópico (Tabla II)
por la presencia de isquemia intestinal en el momento del
diagnóstico, y 2 por fracaso del tratamiento conservador.
Fallecieron un total de 5 pacientes (31,25%): 2 pacientes
con peritonitis grave asociada a colapso cardiocirculato-
rio, secundario a isquemia intestinal, y 3 en el postope-
ratorio inmediato de una cirugía de urgencia.
El tratamiento endoscópico, considerando que se des-
cartó convenientemente la isquemia intestinal en todos
los casos, no se acompañó de complicación alguna.
DISCUSIÓN
Existe una gran diferencia geográfica en lo referente a
la incidencia de vólvulo de sigma; en países en vías de
desarrollo la edad media de los pacientes afectados es
significativamente menor (2), y en estos lugares, el vól-
vulo de sigma puede representar la principal causa de
oclusión intestinal (7). En estos lugares, además, es signi-
ficativamente más frecuente en varones (10,11). En los
países desarrollados afecta a pacientes de edad avanzada
y con procesos intercurrentes graves e incapacitantes, es-
pecialmente cerebrovasculares y neuropsiquiátricos, lo
que añade una gran morbilidad y mortalidad (12) al in-

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crementar el riesgo quirúrgico (13-16); además, no sue-
len observarse estas diferencias en relación con el sexo.
En nuestra serie, como ya se ha mencionado, la edad me-
dia era de 78,33 años y se observaba un claro predominio
en varones. La mayoría de los pacientes presentan ante-
cedentes de procesos neurodegenerativos, que incapaci-
tan y provocan el encamamiento del paciente, con los
trastornos en el hábito intestinal que esto conlleva. Como
curiosidad, el paciente más joven de nuestra serie tenía
53 años y se encontraba encamado desde los 36 como
consecuencia de una tetraplejía secundaria a un intento
de autolisis.
La dificultad para su diagnóstico preoperatorio es
grande, especialmente en pacientes en los que obtener
una anamnesis provechosa y una adecuada colaboración
en la exploración clínica es poco probable. Aunque la
mayoría de los pacientes se presentan con la tríada típica
de dolor abdominal, distensión y constipación no siempre
se consigue un diagnóstico precoz por la variedad de pre-
sentaciones clínicas y radiológicas y su relativa infre-
cuencia, lo que contribuye a incrementar la mortalidad
(12,17) que, como es lógico, es claramente superior
cuando se objetiva isquemia intestinal. En casi la mitad
de los pacientes podrían registrarse en la historia clínica
episodios previos similares de menor intensidad. Un co-
lon redundante en el enema baritado y una historia clínica
compatible son virtualmente diagnósticos, y una cirugía
profiláctica (sigmoidopexia o resección de asa redundan-
te y reanastomosis), podría estar contemplada para evitar
las complicaciones asociadas a un episodio agudo (18).
En estos pacientes con episodios recurrentes la presenta-
ción aguda con gangrena intestinal parece ser infrecuen-
te. En nuestro medio, el principal factor responsable de
esta demora en el diagnóstico es, sin duda alguna, el re-
traso en la demanda de atención médica, por la poca es-
pecificidad del cuadro, las grandes dificultades en su re-
conocimiento y la gran dispersión de la población de
nuestro área sanitaria.
El diagnóstico es primariamente radiológico (19), se-
guido de la realización de una endoscopia digestiva (20).
Puede ser diagnosticado y tratado por sigmoidoscopia se-
guido de cirugía electiva. El tratamiento de elección es la
desrotación endoscópica, una vez se haya descartado la
presencia de isquemia, peritonitis, perforación o hemo-
rragia. Posteriormente, de forma electiva y una vez se ha-
lla recuperado el paciente, se realizaría la de sigmoidope-
xia o resección y anastomosis mecánica con adecuada
preparación del colon (21-25). De este modo se reduce el
elevado riesgo de recidiva que presentaría el tratamiento
endoscópico exclusivamente, ya que se puede resolver, al
mismo tiempo, la causa subyacente (26). Además, el tra-
tamiento realizado en estas circunstancias tiene una mor-
bi-mortalidad significativamente menor que la resección
y anastomosis en condiciones de urgencia (27-29). Tam-
bién se ha propuesto la posibilidad de una sigmoidopexia
endoscópica, con aparentemente buenos resultados, y
menor morbilidad que la quirúrgica (30,31). El hallazgo
REV ESP ENFERM DIG (Madrid)
concomitante de un megacolon o megarrecto indica un
elevado riesgo de recidiva (32) por lo que en estas cir-
cunstancias estaría especialmente indicada la cirugía re-
sectiva.
En pacientes con riesgo quirúrgico no asumible, po-
dría considerarse únicamente el tratamiento endoscópi-
co. La experiencia que hemos acumulado en los últimos
años nos permite afirmar que la desrotación endoscópi-
ca es una técnica segura, sin complicaciones relevantes
y nula mortalidad tras una buena selección de los pa-
cientes, dado que se considera una contraindicación ab-
soluta la sospecha de necrosis isquémica en el asa intes-
tinal afectada. El éxito terapéutico fue la norma, con
una eficacia global del 87,5%. No obstante, la recidiva
se observó en el 57,14% de los casos. A pesar de ello,
en un buen número de pacientes decidimos seguir úni-
camente un manejo conservador, ya que su precario es-
tado de salud desaconsejaba una intervención quirúrgi-
ca. Cuatro pacientes (25%) no presentaron recidiva
después del tratamiento endoscópico inicial, por lo que
esto supuso una solución definitiva. Los resultados fue-
ron similares en el tratamiento de la recidiva. Como ya
se comentó más arriba, el tratamiento endoscópico por
sí sólo permitió solucionar el problema en el 38% de los
pacientes (50% de los que pudieron ser sometidos a en-
doscopia), con una morbilidad o mortalidad inherente a
la técnica nula.
Fueron intervenidos 8 de los 16 pacientes (50%), la
mayoría de ellos por fracaso del tratamiento conserva-
dor o por la presencia de isquemia intestinal en el mo-
mento del diagnóstico. Se trató, por lo tanto, de cirugía
de urgencia en todos los casos. No contemplamos la ci-
rugía electiva como profilaxis de nuevos episodios en
ningún paciente por el excesivo riesgo quirúrgico de
este grupo de pacientes. La mortalidad se concentró
precisamente en estos pacientes (60%), en los que su
precario estado de salud se ve agravado por la isquemia
intestinal, graves trastornos hidroelectrolíticos asocia-
dos a los vómitos, etc.. En caso de isquemia intestinal
severa (33,34), que habría que sospechar cuando apare-
cen signos de irritación peritoneal y recuentos leucoci-
tarios elevados, la técnica de elección es la operación
de Hartman. En definitiva, la resección de sigma y rea-
nastomosis, realizada en las condiciones adecuadas es
una técnica segura y con escaso riesgo de recidiva, pero
cuando se realiza en un paciente en mal estado, en con-
diciones de emergencia, la morbi-mortalidad es muy
elevada.
A modo de resumen, diremos que el tratamiento en-
doscópico (reducción endoscópica) del vólvulo de sigma
será la opción terapéutica de elección en el momento
agudo, seguida de cirugía electiva en aquellos pacientes
con un riesgo quirúrgico asumible. Pero en aquellos pa-
cientes con serias contraindicaciones para un proceso
anestésico y cirugía abdominal, el manejo conservador
mediante endoscopia digestiva puede ser la única medida
terapéutica recomendable.
REV ESP ENFERM DIG 2003; 95(8): 539-543
Vol. 95. N.° 8, 2003 VÓLVULO DE SIGMA: INDICACIÓN Y RESULTADOS DEL TRATAMIENTO ENDOSCÓPICO
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