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Cumplimiento de determinadas obligaciones de los notarios en el ámbito de la prevención del


blanqueo de capitales
Juan Manuel Gómez Porrúa
Profesor de Derecho Mercantil. Universidad de Sevilla. Director de Deloitte Abogados
Derecho de los Negocios, Nº 211, Sección Sociedades, Abril 2008, pág. 39, Editorial LA LEY
LA LEY mercantil, Abril 2008, Editorial LA LEY

LEGISLACIÓN
Cumplimiento de determinadas obligaciones de los Notarios en el ámbito de la prevención del
blanqueo de capitales
Orden EHA/114/2008, de 29 de enero

El pasado día 31 de enero se publicó en el Boletín Oficial del Estado (núm. 27) la Orden EHA/114/2008, de 29 de
enero, reguladora del cumplimiento de determinadas obligaciones de los Notarios en el ámbito de la prevención del
blanqueo de capitales (LA LEY 479/2008), y que afecta a la participación de los Notarios en ciertos actos y
negocios jurídicos, entre los que destacan algunos de carácter societario, como la creación de sociedades, la
compraventa de acciones y participaciones, y los actos o negocios jurídicos relativos al funcionamiento o a la
gestión de sociedades.

La referida Orden tiene por objeto desarrollar y precisar la forma en la que los Notarios han de cumplir
determinadas obligaciones a las que se hayan sujetos en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales, de
conformidad con lo establecido en la Ley 19/1993, de 28 de diciembre (LA LEY 4235/1993), y en su Reglamento de
desarrollo aprobado por Real Decreto 925/1995, de 9 de junio (LA LEY 2498/1995).

Concretamente, en ella se precisa la forma de cumplimiento por los Notarios de las obligaciones de identificación
de clientes, conservación de documentos y procedimientos de control y evaluación, y se acuerda que comuniquen
a las autoridades competentes la coincidencia, en su caso, de la identidad de los otorgantes con la de las
personas y entidades incluidas en las listas contenidas en instrumentos de Derecho comunitario por los que se
imponen sanciones u otras mediadas restrictivas específicas, tales como los Reglamentos 2580/2001 (LA LEY
14945/2001), 881/2002 o sucesivos.

La Orden de 29 de enero de 2008 (LA LEY 479/2008) regula el cumplimiento de determinadas


obligaciones de los Notarios en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales, afectando a la
participación de los Notarios en ciertos actos y negocios jurídicos, entre los que destacan algunos de
carácter societario, como la creación de sociedades, la compraventa de acciones y participaciones, y los
actos o negocios jurídicos relativos al funcionamiento o a la gestión de sociedades.

En particular, por lo que se refiere a la obligación de identificación de las personas físicas, la Orden establece, en
su art. 2 (LA LEY 479/2008), que el Notario las identificará en la forma y con los tipos de documentos señalados
en el art. 3.2 del Reglamento de la Ley 19/1993, de 28 de diciembre (LA LEY 4235/1993), sin perjuicio de la
obligación de los comparecientes de acreditar el NIF conforme establece el art. 23 de la Ley del Notariado (LA LEY
2/1862). En los casos en que los clientes actúen a través de representante, el Notario también procederá a su

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identificación; y si existen indicios o sospechas de que los otorgantes no actúan por cuenta propia, hará constar
este extremo en la comunicación que remitan, en su caso, al Órgano Centralizado de Prevención (OCP). Ahora
bien, en caso de otorgantes habituales se permite que la identificación pueda realizarse dando fe el Notario de
que lo conoce personalmente, según lo dispuesto en el art. 23 de la Ley del Notariado (LA LEY 2/1862); si bien,
ello no exime al Notario de su obligación de solicitar, al menos la primera vez que una persona comparezca en la
Notaría, cualquiera de los documentos anteriormente referidos, ni tampoco de la obligación de conservar copia de
los mismos. Asimismo, los Notarios deberán hacer constar en la escritura la profesión o actividad del otorgante.

Tratándose de personas jurídicas, el art. 3 de la Orden (LA LEY 479/2008) establece que la identificación se
realizará a través de la presentación de documento fehaciente acreditativo de su denominación, forma jurídica,
domicilio y objeto social, sin perjuicio de la obligación de comunicar el Número de Identificación Fiscal (NIF). A
estos efectos, será suficiente que los extremos señalados se le hayan acreditado, y así conste, al Notario
autorizante del documento cuya copia auténtica se exhiba.

En todo caso, el Notario insertará en el instrumento público la manifestación del otorgante consistente en que los
datos de identificación de la persona jurídica y, especialmente, el objeto social y domicilio, no han variado
respecto de los consignados en el documento fehaciente presentado, y sin perjuicio de las comprobaciones que el
Notario estime necesario realizar. En el caso de que una persona física actúe en representación de una entidad,
también será necesaria su identificación.

Igualmente, el Notario solicitará información acerca de la estructura accionarial o de control de la persona jurídica
cuando aprecie varios indicadores de riesgo, conforme a las orientaciones del OCP y, en todo caso, cuando la
persona jurídica haya sido constituida en algún país de los incluidos en el Real Decreto 1080/1991, de 5 de julio
(LA LEY 2139/1991), que determina los países o territorios considerados como paraísos fiscales. En este último
caso, el Notario hará constar en el instrumento público la manifestación del otorgante acerca del nombre o razón
social de cada titular de una participación superior al 25% en el capital de la persona jurídica, así como su Número
de Identificación Fiscal (NIF) o Número Personal de Identificación para Extranjeros (NIE) y domicilio, sin que en
ningún caso pueda el Notario revelar al otorgante la causa por la que se solicita y se incluye esa información.

El Notario deberá conservar durante un plazo de seis años, a contar desde la última vez que el otorgante
participó en un acto o negocio jurídico en la Notaría, copia del documento o documentos empleados en la
identificación, así como los documentos utilizados para la comprobación de la veracidad de la
información sobre la profesión o actividad empresarial del otorgante, cuando se hubieren obtenido.

Por lo demás, conforme al art. 4 de la Orden (LA LEY 479/2008), el Notario deberá conservar durante un plazo de
seis años, a contar desde la última vez que el otorgante participó en un acto o negocio jurídico en la Notaría,
copia del documento o documentos empleados en la identificación tanto de personas físicas como jurídicas, así
como los documentos utilizados para la comprobación de la veracidad de la información sobre la profesión o
actividad empresarial del otorgante, cuando se hubieren obtenido.

También conviene reseñar el deber de confidencialidad del art. 8 (LA LEY 479/2008), según el cual el Notario no
revelará ni al otorgante ni a terceros que se han transmitido informaciones al Servicio Ejecutivo de la Comisión de
Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias o que se examinan operaciones en el marco de la
normativa de prevención del blanqueo de capitales, así como la razón por la que se recaban datos o se incluyen,
en su caso, en el instrumento público.

No obstante, como se recoge en su exposición de motivos, la Orden no regula íntegramente el régimen jurídico de
prevención de blanqueo de capitales aplicable a los Notarios, sino que se limita a desarrollar determinadas

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obligaciones de prevención en las que se estima que son necesarias o convenientes ciertas precisiones, por
apreciarse que en las restantes son suficientemente concretas las exigencias contenidas en el Reglamento de la
Ley 19/1993, de 28 de diciembre (LA LEY 2498/1995).

DOCTRINA REGISTRAL
Publicación del cumplimiento de las condiciones exigidas para la constitución de una Sociedad
Anónima Europea Holding en los registros mercantiles de cada una de las sociedades promotoras
RDGRN de 22 de enero de 2008

La publicación del cumplimiento de las condiciones exigidas para la constitución de una sociedad anónima europea
holding en cada uno de los Registros mercantiles correspondientes a las sociedades promotoras, exigida por el art.
33.3 del Reglamento (CE) número 2157/2001 del Consejo, de 8 de octubre, por el que se aprueba el Estatuto de la
Sociedad Anónima Europea (LA LEY 11780/2001), y que, según dispone este mismo precepto, debe realizarse con
arreglo a las disposiciones del ordenamiento nacional del domicilio de cada una de ellas, ha de ser previa a la
finalización del proceso de constitución de la sociedad holding, como lo demuestra el hecho de que, en el mismo
art. 33 del Reglamento comunitario (LA LEY 11780/2001), se establece un plazo de un mes, contado desde la
dicha publicación, para que los socios no asistentes a las Juntas puedan aportar sus acciones o participaciones
para recibir a cambio acciones de la sociedad europea creada.

Así lo ha declarado la Dirección General de los Registros y del Notariado, en su Resolución de 22 de enero de 2008
(BOE núm. 32, de 6 de febrero de 2008), por la que revoca la calificación del Registrador que entendía que, entre
las condiciones para la constitución de la Sociedad Europea, cuyo cumplimiento ha de ser objeto de la publicación
a la que se refiere dicha norma, ha de incluirse la efectiva constitución de la sociedad con arreglo al ordenamiento
jurídico de su sede social, por lo que habrá que acreditarse que dicha sociedad europea holding ha quedado
inscrita en el Registro de sociedades correspondiente o bien que conforme a ese ordenamiento la sociedad ha de
considerarse constituida con el otorgamiento de la escritura correspondiente y el acuerdo de aportar a la misma
las acciones o participaciones de las sociedades promotoras.

La publicación del cumplimiento de las condiciones exigidas para la constitución de una sociedad
anónima europea holding en cada uno de los Registros mercantiles correspondientes a las sociedades
promotoras, exigida por el art. 33.3 del Reglamento (CE) número 2157/2001 (LA LEY 11780/2001), ha
de ser previa a la finalización del proceso de constitución de la sociedad holding.

Como reconoce la Dirección General, el régimen normativo de la sociedad anónima europea presenta algunas
dificultades de interpretación, una de las cuales, y no ciertamente la de menor trascendencia, es la que se
manifiesta a la hora de conciliar la normativa supranacional, contenida en el referido Reglamento (CE) número
2157/2001 (LA LEY 11780/2001), con las respectivas legislaciones nacionales sobre sociedades anónimas de los
países miembros, dada la falta de armonía que se aprecia entre las disposiciones del mencionado Reglamento y
dichas legislaciones.

Concretamente, sobre el procedimiento de constitución de una sociedad europea holding por sociedades anónimas
y de responsabilidad limitada que cumplan determinados requisitos, se pone de manifiesto la dificultad de
determinar el Derecho aplicable a todo lo no previsto en la norma comunitaria, toda vez que el sistema de fuentes
establecido en el art. 9 del Reglamento comunitario (LA LEY 11780/2001) se refiere a la sociedad ya constituida y
no a la que se va a constituir. Y dado que la constitución de una sociedad europea es un procedimiento inédito, el
recurso al correspondiente Derecho interno de sociedades no resuelve la cuestión que se suscita, dejando la

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puerta abierta a la incertidumbre y, en definitiva, a la inseguridad jurídica. Por ello es necesario —como pone de
manifiesto este Centro directivo— un esfuerzo interpretativo por parte de los encargados de la aplicación de las
normas jurídicas en juego para no cegar esta singular vía constitutiva.

En el caso que es objeto de debate en la resolución comentada, se constata que se ha llevado a cabo la fase
preparatoria de la constitución de una sociedad europea holding mediante la elaboración y depósito de un
proyecto de constitución; que dicho proyecto ha sido aprobado por las Juntas generales de las sociedades que
promueven la operación; y, llegados a este punto, se solicita de cada uno de los Registradores mercantiles que
publiquen este hecho —es decir, el cumplimiento de las condiciones necesarias para la constitución de la sociedad
europea— en los correspondientes Registros de las sociedades promotoras, que es lo que procede según la
técnica del Reglamento comunitario (art. 33.3 (LA LEY 11780/2001)), por lo que —en opinión de la Dirección
General— no puede mantenerse el defecto invocado en la calificación registral.

En efecto, según la Dirección General, aunque es cierto que el Reglamento es insuficientemente claro y explícito
en este punto, sin que tal extremo haya sido objeto de regulación en la reforma de la Ley de Sociedades
Anónimas (aprobada por la Ley 19/2005, de 14 de noviembre (LA LEY 1577/2005)) y en la más reciente
modificación del Reglamento del Registro Mercantil (aprobada por Real Decreto 659/2007, de 25 de mayo (LA LEY
6215/2007)), previsión que, por lo demás, de haber existido sería aplicable únicamente a las sociedades anónimas
europeas domiciliadas en España (que no es el caso, por tratarse de una sociedad europea con domicilio en
Alemania), debe entenderse que la publicación cuestionada ha de ser previa a la finalización del proceso de
constitución de la sociedad holding.

Concluye este Centro Directivo señalando que el Registrador mercantil no puede condicionar dicha publicación a la
efectiva constitución e inscripción de la sociedad europea en el Registro de su domicilio, pues dicha inscripción es
el corolario o consecuencia del proceso constitutivo llevado a cabo por las sociedades implicadas en sus
respectivos Registros. Así se desprende de la lectura y exégesis del art. 3 de la Primera Directiva de 9 de marzo
de 1968 (LA LEY 323/1968), según el cual «todos los actos y todas las indicaciones que se sometan a publicidad
en virtud del art. 2 se incluirán en el expediente o se transcribirán en el registro». Por tanto, publicado el acuerdo
y transcurrido el plazo adicional de un mes, contado desde la discutida publicación, para que los socios no
asistentes a las Juntas puedan aportar sus acciones o participaciones para recibir a cambio acciones de la
sociedad europea creada, como establece el segundo párrafo del art. 33 del Reglamento comunitario (LA LEY
11780/2001), se podrá inscribir en el Registro Mercantil la sociedad europea holding, una vez que se haya
acreditado el otorgamiento del correspondiente título constitutivo.

Constancia de la autoliquidación del impuesto en la escritura de constitución de una sociedad


limitada presentada telemáticamente
RDGRN de 31 de enero de 2008

La Dirección General de los Registros y del Notariado, en su Resolución de 31 de enero de 2008 (LA LEY
1756/2008)(BOE núm. 45, de 21 de febrero de 2008), ha estimado el recurso interpuesto contra la calificación del
Registrador mercantil, por la que éste suspende la inscripción de la escritura de constitución de una sociedad de
responsabilidad limitada, presentada telemáticamente, por no considerar acreditada debidamente la autoliquidación
del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, no obstante la presentación
telemática de la diligencia extendida en la matriz para completar el título inicialmente presentado y por la que,
según expresa el Notario autorizante, se acredita el pago del impuesto correspondiente.

Concretamente, el Registrador negaba en su nota de calificación que el Notario tenga competencia legal para

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determinar que ha quedado acreditada la autoliquidación tributaria, y pretender dar así cumplimiento al art. 86.1
del Reglamento del Registro Mercantil (LA LEY 2747/1996), mediante testimonio de la carta de pago y del
justificante adhesivo emitido por la Administración Tributaria, como expresamente señala el Notario en la diligencia
extendida en la escritura.

Es una actividad documentadora la que lleva a cabo el Notario al extender en la matriz la diligencia en la
que figura la carta de pago y el justificante emitido por la Administración Tributaria, algo que constituye
para él una obligación reglamentaria a la vista del contenido del vigente art. 244.2 del Reglamento
Notarial (LA LEY 7/1944).

Por el contrario, la Dirección General no comparte en absoluto el criterio mantenido por el Registrador, al
considerar que el caso examinado no puede hablarse de asunción de competencia fiscal alguna por parte del
Notario, sino de pura y simple —y reglamentaria— actividad notarial de documentación y ulterior presentación en
el Registro. Es, por tanto, una actividad documentadora la que lleva a cabo el Notario al extender en la matriz la
referida diligencia en la que figura la carta de pago y el justificante emitido por la Administración Tributaria, algo
que —en opinión de este Centro Directivo— constituye para él una obligación reglamentaria a la vista del
contenido del vigente art. 244.2 del Reglamento Notarial (LA LEY 7/1944), según el cual «se harán constar por
nota en matriz, a solicitud de los interesados o cuando al Notario le conste, la circunstancia de haberse pagado
los impuestos y los datos de inscripción en el registro correspondiente».

Asimismo, a la vista del art. 249 del Reglamento Notarial (LA LEY 7/1944), es obligación del Notario dejar
constancia en las copias autorizadas expedidas, cualquiera que sea su soporte, de ese nuevo contenido producto
de la dinámica documental, siendo por tanto obligado para él expedir una copia parcial de la matriz, comprensiva
de la diligencia de constancia de la presentación tributaria y remitirla al Registro; todo ello para lograr la identidad
entre matriz y copia electrónica, sin que quepa albergar la menor duda en orden a la identidad de efectos jurídicos
predicables entre copia autorizada en soporte papel (sobre la que ha extendido la diligencia la Administración
Tributaria) y copia electrónica (que con la ulterior presentación telemática de la diligencia queda perfectamente
completada).

En definitiva, los mismos efectos que son predicables respecto de la copia auténtica en soporte papel han de
reconocerse a la electrónica —cfr. art. 17 de la Ley Notarial (LA LEY 2/1862)—, entre ellos, lógicamente, servir de
acreditación al hecho de haberse presentado el título a liquidación fiscal; algo que deriva, sin más, de la propia
dinámica de la fe pública notarial y de las presunciones de veracidad, integridad y legalidad que la acompañan.

Los mismos efectos que son predicables respecto de la copia auténtica en soporte papel han de
reconocerse a la electrónica, entre ellos, lógicamente, servir de acreditación al hecho de haberse
presentado el título a liquidación fiscal.

Por lo demás, entiende la Dirección General que es indudable que lo expuesto anteriormente en modo alguno
contraría la finalidad que subyace en el art. 86.1 del Reglamento del Registro Mercantil (LA LEY 2747/1996) (como
la de los arts. 254 y 255 de la Ley Hipotecaria (LA LEY 3/1946)), pues independientemente de su origen —
pensado en una Administración sin los medios técnicos actuales—, lo cierto es que al día de hoy la aplicación de
los preceptos de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común (LA LEY 3279/1992), y de las reformas introducidas en el procedimiento
registral exigen que tales normas se interpreten sistemáticamente, no pudiendo admitirse una interpretación
literalista y que no tenga en cuenta la realidad social del tiempo en que han de aplicarse, que prive de un mejor
servicio a los ciudadanos en general y a los usuarios del servicio notarial y registral en particular, algo que, por

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cierto, queda corroborado a la vista de la finalidad perseguida por la Ley 24/2001, de 27 de diciembre (LA LEY
1785/2001), al introducir las nuevas tecnologías en el quehacer diario de las Notarías y de los registros, en tanto
que la razón de esa notable modificación fue agilizar —en beneficio de la sociedad— el trámite registral y la
actuación notarial sin modificar su esencia.

A mayor abundamiento, señala la Dirección General que del mencionado art. 86.1 del Reglamento del Registro
Mercantil (LA LEY 2747/1996) se desprende inequívocamente que, a los efectos de la inscripción, es admisible la
simple presentación del documento ante el Liquidador del Impuesto, solución ésta que —en opinión de este Centro
Directivo— permite la adecuada composición de los intereses en juego; y, concretamente, los de la Hacienda
Pública, mediante el suministro a la misma de los elementos necesarios para la exacción del impuesto y la nota que
el Registrador habrá de extender al margen de la inscripción de la sociedad constituida para hacer constar la
afección de ésta al pago de la correspondiente liquidación tributaria —art. 122.3 del Reglamento del Impuesto de
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (LA LEY 2326/1995)— (cfr. Resolución de 5 de enero
de 2001).

Por tanto, concluye la Dirección General afirmando que, a la vista de los pronunciamientos anteriores, es indudable
que la escritura calificada fue presentada a liquidación, por lo que no existe obstáculo alguno derivado del
contenido del art. 86.1 del Reglamento del Registro Mercantil (LA LEY 2747/1996) que impida la inscripción, al
haber quedado acreditado en el documento sometido a calificación tal circunstancia.

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