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EL PODER DE TUS PENSAMIENTOS Y PALABRAS

EL PODER DE LA MENTE.
Un científico, quería probar una teoría. Necesitaba un voluntario que llegase hasta las últimas consecuencias.
Por fin lo encontró, era un condenado a muerte que sería ejecutado en la silla eléctrica.
El científico le propuso al condenado lo siguiente: él participaría de un experimento científico que consistía en
hacerse un pequeño corte en el pulso, con el propósito de que su sangre fuera goteando lentamente hasta la
última gota; le explicó que tenía mínimas probabilidades de sobrevivir, pero que de todas formas su muerte
sería sin sufrimiento, sin dolor; ni siquiera se daría cuenta.
El condenado aceptó, porque morir de esta manera, era preferible a morir en la silla eléctrica. Lo colocaron en
una camilla y ataron su cuerpo para que no pudiera moverse. A continuación, le hicieron un pequeño corte en la
muñeca y colocaron debajo de su brazo una pequeña vasija de aluminio.
El corte fue superficial, sólo sus primeras capas de piel, pero fue lo suficiente para que él creyera que realmente
le habían cortado las venas. Debajo de la cama, fue colocado un frasco de suero con una pequeña válvula que
regulaba el paso del líquido, en forma de gotas que caían en la vasija. El condenado, podía oír el goteo y
contaba cada gota de lo que creía era su sangre.
El científico, sin que el condenado lo viera, iba cerrando la válvula para que el goteo disminuyera, con la
intención de que pensara que su sangre se iba terminando.
Con el pasar de los minutos su semblante fue perdiendo color, su ritmo cardíaco se aceleraba y le hacía perder
aire a sus pulmones. Cuando la desesperación llego a su punto máximo, el científico cerró por completo la
válvula y entonces el condenado tuvo un paro cardíaco y murió.
El científico consiguió probar que la mente humana cumple estrictamente todo lo que percibe y que el individuo
lo acepta, sea positivo o negativo, actuando sobre toda nuestra parte psíquica y orgánica.
¡Sorprendente!, ¿verdad?, la mente no tiene límites cuando se engaña a sí misma. ¡Peor aun¡, cuando no
entiende las cosas y fabrica lo que puede para tratar de entender; como cuando vemos cosas y las tomamos
como sobrenaturales pero que en realidad no lo son.
O como cuando te dicen que tienes corona virus, la gente muere de pura sugestión. Tras verse toda la farsa
mediática de los medios televisivos. Sin fuerza de voluntad, para dar batalla.
Hoy se sabe, que las pruebas dan falsos positivos, y negativos errados.
Hoy se sabe, que en realidad no hay peligro de muerte a menos que tengas tu sistema inmune comprometido.
Así que cuidado con la mente y sobre todo, en quienes ponemos nuestra fe…

Julian Andres Salcedo.


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TUS PENSAMIENTOS
 Una persona promedio tiene unos 50.000 pensamientos diarios, el 85% de esos pensamientos son
negativos. He aquí la clave para la victoria: ¡No seas promedio!
 ¿Sabías que tus pensamientos controlan tu vida? La Biblia lo declara en Proverbios 4:23, “Ante
todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida” (PDT). Otra versión dice: “Y sobre
todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida” (TLA). También en
Proverbios 23:7 encontramos: “Tal como piensa un hombre dentro de sí, así es él”. ¡Así de
importantes son nuestros pensamientos! Ellos nos conducen para el bien o para el mal.
 Quiero que entiendas esto: El objetivo principal del Enemigo es controlar y manipular tu mente,
al hacerlo logrará controlar y manipular cada área de tu vida. Por eso es crucial que cuidemos lo
que pensamos ya que lo que pensamos a diario determina lo que hablamos, lo que actuamos y
cómo nos sentimos. ¡La batalla más peligrosa se libra en nuestra mente!
 Por tanto no solo debemos tener cuidado con lo que vemos y oímos, también con lo que
pensamos. Si se la pasa meditando en pensamientos deprimentes tendrá una vida deprimente; si
en cambio medita en pensamientos alegres es muy probable que tenga una vida alegre. En
realidad nuestra vida sigue a nuestros pensamientos.
 Sigamos el consejo bíblico que dice: “Pensaré en todas las obras que has realizado; meditaré en
todo eso” (Salmos 77:12).  Otro salmo nos dice: “En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en
tus sendas” (Salmos 119:15).
 Gran parte del éxito o fracaso en nuestra vida se determina por lo que “nos permitimos pensar”,
¡así es! Yo decido qué pensar y qué no. Si de continuo piensa en cosas tristes, amargas, aburridas
y dolorosas no espere andar sonriendo y en victoria; lo que piensa en su interior se canaliza hacia
el exterior.
 SEIS CONSEJOS QUE PUEDEN AYUDARTE A PENSAR MEJOR: a) Pon tu mente en
cosas más elevadas; b) Considera cuál es tu primer pensamiento al despertar y cuál el último
antes de dormir; c) Ten pensamientos excelentes y alegres, así serás impulsado hacia la
bendición; d) Enfócate en lo positivo (deja de ver el vaso medio vacío); e) Transforma tu mente,
al hacerlo Dios transformará tu vida; f) Programa tu computadora mental para la victoria.
 Pero, ¿cómo puedo mejorar mis pensamientos? Lee la Biblia a diario, Escucha buenos
mensajes de la Palabra, Canta alabanzas a diario, Júntate con gente que piense positivo, Lee
libros que te hagan mejor persona, Niégate a ver programas de televisión que no contribuyan a tu
crecimiento, Evita aquellas redes sociales que te corrompan, Cuando vengan pensamientos de
tristeza, dolor, depresión, derrota sacude tu cabeza y reprende ese pensamiento.
 Deseo terminar esta parte de los pensamientos con una recomendación bíblica: “En fin,
hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable.
También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan
su mente ocupada en eso” (Filipenses 4:8).
TUS PALABRAS
 Así como los pensamientos son poderosos las palabras también, ellas tienen un poder increíble
sobre nuestras vidas porque hacen realidad lo que decimos.
 Prestemos atención a lo que dice la Biblia al respecto: “Lo que uno habla determina la vida y
la muerte; que se atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras” (Proverbios 18:21);
“Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria
edificación y sean de bendición para quienes escuchan” (Efesios 4:29); “El que refrena su lengua
protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina” (Proverbios 13:3); “Pero yo les digo
que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan
pronunciado” (Mateo 12:36); “Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar
listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19); “Las palabras de
gracia son como un panal, dulzura para el alma y medicina al cuerpo” (Proverbios 16:24);
Julian Andres Salcedo.
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 El apóstol Santiago nos da un magistral Ejemplo de cómo Funcionan nuestras
palabras: “Al caballo podemos dominarlo, y hacer que nos obedezca, si le ponemos un freno en
la boca. Algo parecido pasa con los barcos. Por grande que sea un barco, y por fuertes que sean
los vientos que lo empujan, el navegante puede controlarlo con un timón muy pequeño. Y lo
mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es
capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque! Las
palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder
para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el
infierno” (Santiago 3:3-6).
 DIEZ VERDADES SACADAS DE ESTOS VERSÍCULOS: 1) Nuestras palabras son
profecías que se cumplen solas; 2) Lo que digas en medio de tus pruebas determinará cuanto
tiempo te quedarás en el desierto; 3) Cuida lo que dice pues cosecharás en abundancia, para bien
o para mal; 4) No le hables a Dios sobre cuan grande es tu montaña, ¡háblale a tu montaña sobre
cuan grande es Dios!; 5) Confiesa audazmente la Palabra de Dios sobre toda situación; 6) Evita
decir palabras negativas, guardar silencio es mejor; 7) Pronuncia la bendición, no solo la pienses,
¡dila!; 8) Afecta el futuro de tus hijos por medio de tus palabras; 9) Una vez dichas las palabras
no pueden ser retiradas, por eso escoge bien lo que vas a decir; 10) Decir “estoy sano”, “soy
bendecido”, “saldré de ésta”, “pagaré la deuda” es mucho mejor que decir “todo me sale mal”,
“tengo mala suerte”, “siempre estoy enferma”, “no sé cómo lo voy a hacer”.
CONCLUSIÓN.
Pensamientos y palabras van de la mano, no minimice esto, al contrario, dele la importancia que merece. Si
quiere vivir la vida que Dios tiene para usted más vale que comience a cambiar su manera de pensar, al hacerlo
sus palabras también cambiarán. Jesucristo lo dijo así: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo
12:34).

Julian Andres Salcedo.

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