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ENSAYO SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD MEDIANTE LA

FUNCIONALIDAD CORPORAL

PRESENTADO POR:
IVAN DANIEL BENAVIDES - 1941363
JORGE ALBERTO MILLÁN. - 1943659
LAURA VANESSA BALLESTEROS- 1943080
FRANCY OSPINA -1940855

UNIVERSIDAD DEL VALLE


PROGRAMA DE FISIOTERAPIA
SEMINARIO DE INTEGRACIÓN II
2020
LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD MEDIANTE LA FUNCIONALIDAD
CORPORAL

Luego de múltiples aprendizajes a lo largo del curso seminario de integración II,


entre los cuales se analizaron y debatieron temas como la concepción corporal que
a su vez incluye el movimiento como función de este, y por lo cual son bases
claves en nuestra formación como fisioterapeutas al resaltar que es una profesión
que enfoca su estudio y labor en la rehabilitación de la movilidad física, al
considerarla como un factor con gran importancia para cada individuo que presente
o no, alguna discapacidad, por lo cual se destaca la búsqueda de la construcción de
identidad mediante la funcionalidad del cuerpo, debido a que mediante el factor
biopsicosocial lograremos percibir algunas de las vivencias que ha pasado ese
sujeto a lo largo de su vida, comprendiendo las diversas circunstancias que
manifiestan que el movimiento es fundamental, ya sea con capacidad plena o con
limitaciones.

En primer lugar precisemos al movimiento de una manera sistemática, biológica y


anatómica entendiéndolo como el desplazamiento del cuerpo a través del espacio,
por tanto está presente en cada actividad del día a día de cada uno de nosotros:
cuando nos levantamos, nos bañamos, nos vestimos, nos alimentamos y luego
vamos a estudiar o a trabajar; simplemente con el hecho de respirar ya estamos
realizando un acto de movilidad. Conceptos como flexión, extensión, abducción,
aducción, rotación, circunducción, entre otros, describen técnicamente todas estas
simples actividades que representan nuestra cotidianidad.

Sin embargo, este conjunto de sutiles movimientos permite también al ser humano
realizarse en más de un sentido. El movimiento es toda una expresión, una
comunicación, este saca a flote aspectos de la persona como su estado anímico, su
carácter y su forma de ser, proyectando el ser de la persona, por ende es muy
importante saberlo interpretar y analizar con el fin de tener una pauta para un mejor
diagnóstico y asi con vista en el análisis basado en el movimiento podamos
brindarle a la persona posibles soluciones, por ejemplo: si una persona presenta
alguna afección corporal que conlleva a una limitación en el movimiento, esto se
refleja en su actuar y/o en su capacidad de concentración, visto que ello interviene
en su identidad, en la formación de su personalidad y carácter, por ende, la persona
pueda dar pleno resultado en su quehacer y en sus hábitos y costumbres, haciendo
un acierto o desacierto en su “modus vivendi” en la vida cotidiana.

Después de afirmar que el movimiento es íntimamente un conjunto con el cuerpo


por su composición y finalidad de esta misma, encontramos que se generan
construcciones sociales basadas en que las diferencias corporales, sean dadas por
condiciones genéticas o presentadas por alteraciones a lo largo de la vida, cambian
principalmente de manera negativa la convivencia en sus entornos, esto por
estereotipos o la “normalidad” corporal establecida desde la visión de mayoría en
los individuos, por ende su funcionalidad ante las diferencias presentadas también
sufre cambios, lo que lleva a un contexto creado de desventaja y exclusión social,
que a su vez afecta la salud mental de quien presenta dicha condición, llegando
incluso a ocasionar cambios drásticos de humor como la depresión.

Entendemos que la trascendencia del movimiento corporal y la funcionalidad para


cada persona tiene un significado en su desarrollo y realización de sí mismo, tanto
personalmente como colectivamente, pues vivimos en una sociedad que no espera
amoldarse o modificarse bajo las necesidades del otro, haciendo al hombre en
función de la sociedad y no la sociedad en función del hombre, esto es notorio en la
infraestructuras públicas al poseer pocos cimientos para personas con limitaciones
físicas o en la accesibilidad al transporte público denotando una sociedad
discriminatoria.

Lo anterior sucede ante una cultura perfeccionista que además construye un


entorno social, con factores como el mencionado anteriormente de infraestructura,
basándose en un estándar de un cuerpo que presenta unos determinados
estereotipos sociales, así como de participación ciudadana por como se define un
concepto errado de discapacidad, que lleva a las limitaciones y no con una visión de
diversidad que por el contrario permite al desarrollo social.

Debemos destacar el valor y la importancia del ser humano y del movimiento,


porque es inherente a la realidad del individuo que interactúa constantemente
siendo un ser social, y esta interacción principalmente se da a partir del movimiento
el cual en caso de no presentarse efectivamente crea consecuencias en su virtud
de expresion y comunicacion con el otro.

Por ende, la discapacidad puede llegar a modificar la historia de vida construida por
un individuo, lo cual conlleva a que se presenten periodos de transición que implican
la reflexión y análisis, generando una visión incluyente y abierta a las diferencias, la
diversidad de capacidades del cuerpo y su movilidad.

Entonces, es a través de la soledad en donde el ser humano reflexiona ante los


cambios esperados o inesperados, siendo un espacio en el que se encuentra
consigo mismo y con su cuerpo, permitiéndole repensar sobre su papel y la
posibilidad de reconstruir su cuerpo. (1)

Es así, como el individuo se encuentra con ciertas afecciones en su cuerpo que le


imposibilitan la realización de ciertas actividades que anteriormente ejecutaba con
constancia, debido a que en determinadas partes existe una ausencia o disminución
de movimiento, que puede llegar a dificultar su expresión; por lo cual es importante
resaltar que depende de su voluntad el crear nuevas formas de vida corporal, de
comunicación y de convivencia.(1)

Ante esto, actualmente existen muchos mecanismos e implementos de apoyo para


las personas en situación de discapacidad, los cuales les permite adquirir una mayor
independencia, en el que observamos por ejemplo, como una silla de ruedas puede
llegar a constituir la corporeidad de un individuo que presenta dificultades o
limitaciones para caminar, llegando a convertirse en sus ahora piernas y pies,
facilitando el poder desplazarse en diversos lugares, lo que se convierte en una
parte importante de su autoimagen e identidad, además de su autonomía, por lo
cual el cuidar de la silla de ruedas implica cuidarse a sí mismo y consentirse,
renunciando a la idea del cuerpo ideal y adoptando una nueva expresión del este.(1)

En conclusión, el fisioterapeuta entra a desempeñar un papel esencial para el


paciente, el cual de acuerdo con el diagnóstico establecido, determina los
tratamientos, las técnicas o terapias físicas rehabilitadoras adecuadas, realizando
un seguimiento y una evaluación constante de su progreso, mejorando de esta
forma su movilidad, la cual ha sido afectada por diversas causas posibles,
interviniendo positivamente en la calidad de vida y el bienestar del paciente, al
controlar, disminuir los dolores o síntomas que se presentan desencadenados por
dicha alteración. También desde la fisioterapia es clave y valioso un análisis y
trabajo no solo enfocado en aspectos físicos, sino que como fue mencionado que
aborde temas de todas las esferas biopsicosociales, que complementan los
tratamientos y promuevan una atención integral, junto a un replanteamiento de la
concepción de discapacidad que es vista desde el movimiento, tanto por el
individuo que presenta la condición, como de la sociedad en general que excluye,
omite o ignora lo considerado diferente o alterado y no por el contrario diverso y
enriquecedor.

Referencias bibliográficas

1. Capítulo I. Intersubjetividad, posibilidad de lectura del cuerpo para la persona


con discapacidad de la locomoción. Ágamez, J. y otros. Cuerpo, Movimiento
Perspectiva Funcional y Fenomenológica. Comunidad Académica de Cuerpo
y Movimiento. Universidad Autónoma de Manizales, Facultad de Fisioterapia,
2002

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