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Ochocientos Diecinueve 819

Valdivia, veintitrés de noviembre de dos mil dieciséis


Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus considerandos 23°
a 28°, ambos inclusive.
Y teniendo en su lugar, y además, presente:
Primero: Que en estos autos Rol C-849-2015 del 1° Juzgado Civil de Osorno,
por sentencia de treinta de julio de dos mil dieciséis, el tribunal acogió la querella de
restitución ejercida por Francisca Ponce Pinochet en contra de Juan Alberto Guerrero
Castro y la comunidad indígena Llanquileo, ordenando a los demandados restituir el
inmueble objeto del juicio dentro de décimo día, con costas.
Contra dicho fallo, David Sánchez Guarda, abogado de la CONADI y en
representación de los demandados, interpuso recurso de apelación. Argumenta, en
resumen, que no habría existido pérdida de la posesión, por lo que correspondía
rechazar la demanda. En subsidio, pide se exima a sus representados de pagar las
costas del juicio, por gozar de privilegio de pobreza.
Segundo: Que, es obligación legal de los Tribunales de Justicia dar a los
ciudadanos una respuesta pronta, eficaz y completa de los derechos que litigan en el
juicio. Ello exige, para el Juez, una labor proactiva en el estudio del proceso,
recayendo sobre sí el deber de verificar el cumplimiento de todos los requisitos de las
acciones y defensas deducidas en el proceso, para de este modo, entregar a las
personas la tutela judicial efectiva a la que tienen derecho.
Tercero: Que, en aras de cumplir la tarea previamente referida, resulta
conveniente analizar someramente los requisitos de procedencia de la acción
ejercida, esto es, la querella de restitución, entendiendo por tal, la dirigida a recuperar
la posesión de los bienes raíces o de los derechos reales constituidos en ellos, de que
ha sido injustamente despojado el poseedor.
De acuerdo a los artículos 916 del Código Civil y 551 del Código de
Procedimiento Civil, para el éxito de la acción en comento es necesario que el
querellante acredite la concurrencia de los siguientes presupuestos: a) haber estado
en posesión tranquila y no interrumpida del terreno reclamado durante un año
completo; y b) que haya sido despojado de la posesión del terreno reclamado por
actos que hayan hecho posible tal despojo, los que debe indicar clara y
circunstanciadamente.
Cuarto: Que, respecto al primero de los requisitos previamente mencionados,
Arturo Alessandri explica que “(…), todo poseedor de una cosa que puede ser objeto
de una acción posesoria y que ha estado en posesión tranquila y no interrumpida

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durante un año completo está legitimado para entablar dicha acción (arts. 916 y 918).
Pueden valerse de ella el poseedor que es titular del derecho y el poseedor del
derecho que no es titular de éste, y tanto el poseedor regular como el irregular, pues
ninguna de estas distinciones excluyentes consagra la ley”. Añade el citado autor : “lo
que debe justificarse es la posesión alegada y el derecho a ser protegido que emana
de esta misma posesión, y no la propiedad de la cosa” (Alessandri, Arturo; Somarriva,
Manuel y Vodanovic, Antonio; Tratado de los Derechos Reales, Bienes, Tomo II, 6ª
edición. Ed. Jurídica de Chile, 1997, págs. 324 y 329).
Gonzalo Ruz menciona que son “Requisitos de las acciones posesorias 1.-
Sujeto Activo. El legitimado, que es por regla general el poseedor de la cosa (Ruz
Lártiga, Gonzalo, Explicaciones de Derecho Civil, Tomo III, Ed. Legalpublishing, 1a
edición, 2011, pág. 183). Para Abraham Kiverstein, se requiere “que la persona tenga
la facultad de entablar la acción posesoria. Esta persona es el poseedor” (Kiverstein
H., Abraham Síntesis del Derecho Civil. Bienes, 5ª edición, Ed. La Ley, 2006, pág.
238).
Por último, tratando los requisitos de las acciones posesorias, Daniel Peñailillo
plantea que el primero es “Ser poseedor. La exigencia deriva de la naturaleza y fines
de estas acciones. No se exige ser poseedor regular; la protección alcanza tanto a la
posesión regular como a la irregular (Peñailillo Arévalo, Daniel, Los Bienes, Ed.
Jurídica de Chile, 3ª edición, 1997 pág. 384)
Quinto: Que, así las cosas, ser o haber sido poseedor del bien cuya restitución
se busca es una cuestión primordial en el estudio de este tipo de procesos, toda vez
que no puede perderse aquello que no se tenía y en consecuencia, tampoco
restituirse lo que nunca se tuvo. En la especie, se discute la posesión sobre un predio
que goza de inscripción registral, tal como consta en el N° 1 del auto de prueba de
fojas 67. Así, la acreditación del hecho de la posesión se rige por lo dispuesto en el
artículo 924 del Código Civil, que dispone:
Art. 924. La posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y
mientras ésta subsista, y con tal que haya durado un año completo, no es admisible
ninguna prueba de posesión con que se pretenda impugnarla.
Por lo mismo, la carga de la prueba obliga a la actora a demostrar que es la
poseedora inscrita del inmueble, pues dicha calidad es la que le otorga la titularidad
de la querella de restitución. En este sentido, la Excma. Corte Suprema ha resuelto:
“(…) debe entenderse que la ley permite la prueba de la posesión por hechos a que
sólo da derecho el dominio, aún tratándose de inmuebles inscritos, cuando esa
prueba tiene por objeto robustecer el mérito de la que arroja la inscripción, pero la
inscripción de dominio en el Conservador de Bienes Raíces respectivo, no puede ser
desestimada” (Rol N° 13.721-2013, de 30/04/2014).

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Sexto: Que, del estudio de los documentos allegados al proceso, se observa
con claridad que la actora no es la poseedora inscrita del inmueble denominado
Fundo El Pafú, ubicado en la comuna de Puyehue, sino de derechos y acciones sobre
el mismo: derechos y acciones que no le confieren la exclusividad de la posesión y
por ende no permiten tenerla por poseedora inscrita del inmueble, lo que, a su vez,
priva a esta Corte de la posibilidad de reconocerle la titularidad de la acción que ha
ejercido. Así se lee claramente en la inscripción de dominio de fojas 1.
Con todo, aún podría admitirse dicha titularidad si los títulos que sirven de
antecedente registral a aquél por el que afirma ser poseedora inscrita dieran luces
acerca de la exclusividad de dicha posesión, mas no es el caso, de acuerdo a los
documentos acompañados a fojas 3, 146, 144, 153, 145, 139, 134 y 132. De la lectura
atenta de dichas inscripciones de dominio, consta que Agrícola Río Bonito adquirió en
1985 acciones y derechos sobre el inmueble, por aporte de Julio Ponce y Carlos
Stutz, ambos titulares, a su vez, de acciones y derechos. Con posterioridad a ello, SQ
Holding SA se hizo dueña de las acciones y derechos que le correspondían a Agrícola
Río Bonito, Carlos Fernández Duarte y Segundo Anatolio Guerrero, transfiriendo
luego a Inversiones del Sur Ltda. (antecesor directo en el dominio de la actora),
acciones y derechos, tal como se lee de la inscripción de fojas 2406 V. N° 2836 del
Registro de Propiedad del año 2001 del Conservador de Bienes raíces de Osorno.
Consiguientemente, los antecesores en la posesión de la actora, también eran
poseedores de acciones y derechos, no del inmueble en sí, siendo dichas posesiones
inidóneas para acreditar plenamente la posesión del inmueble.
Séptimo: Que, todo lo previamente dicho no se ve alterado por el estudio de
títulos acompañado en la causa tenida a la vista Rol N°59.698 del 2° Juzgado de
Letras de Osorno, pues un análisis detallado de los títulos que permitiera entender
que la demandante es la poseedora inscrita del inmueble exigiría a esta Corte
declararla como tal en este proceso, aspecto incompatible con la naturaleza de la
acción deducida. Tampoco obsta a las conclusiones anteriores lo declarado por
Segundo Anatolio Guerrero en el documento de fojas 174, pues no contando los
demandados actualmente con posesión inscrita, sus asertos no pueden ser
entendidos como los de un antecesor en el dominio del inmueble.
Octavo: Que, sin perjuicio de lo anterior, e intentando cumplir a cabalidad con
la tarea referida en el motivo 2° de este fallo, cabe preguntarse si el resto de la prueba
rendida puede solventar el defecto antes dicho y así, dar por acreditada la posesión
que permite el ejercicio de la querella de restitución, ya no como poseedora inscrita-
calidad de la que la actora carece- sino como detentadora material, en conformidad al
artículo 925 del Código Civil.

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Pero ello no ocurre. Las declaraciones testimoniales de los deponentes Vargas
Niello y Ñancucheo Quintramán dan fe cerca de la posesión material pero en forma
vaga e imprecisa, sin añadir hechos nuevos a lo que ya consta en las inscripciones
registrales, resultando insuficientes, de acuerdo al artículo 384 N°2 del Código de
Procedimiento Civil, para producir plena prueba, máxime si el primero expresamente
dice que la actora es dueña de un porcentaje del predio y el segundo no fue
presentado al punto de prueba N°1. La inspección personal del Tribunal de fojas 665
da constancia plena de los acontecimientos y hechos verificados por el juez, pero
ninguno de ellos permite acreditar que la actora hubiere tenido, en los hechos, la
detentación material del bien, por lo que tampoco ha sido posible adquirir certeza
acerca de que la actora hubiere mantenido la detentación material del bien.
Noveno: Que, el resto de la prueba testimonial, confesional y documental
rendida, tiende a probar un hecho reconocido –la ocupación del inmueble y actual
detentación del mismo por los demandados– pero no es útil para acreditar la posesión
inscrita ni la detentación material del bien por parte de la actora.
Décimo: Que, en consecuencia, la prueba rendida es insuficiente para adquirir
certeza acerca de que la actora sea o haya sido la poseedora inscrita o material del
inmueble, por lo que la acción necesariamente debe ser rechazada.
Así también, fundándose la demanda subsidiaria en el mismo supuesto
inconcurrente -esto es, que la demandante es poseedora del bien cuya restitución
persigue– se rechazará la querella de amparo.
Undécimo: Que, con todo, y según lo previene el artículo 564 del Código de
Procedimiento Civil, el rechazo de las pretensiones presentadas en estos autos, deja
a salvo a la actora el ejercicio de la acción ordinaria que la asistiere en beneficio de
sus intereses.
Duodécimo: Que, respecto a las costas, sin perjuicio de que la demandante
resultó gananciosa en primera instancia e incluso estimando esta Corte que ha
litigado con motivo plausible, el estricto tenor del artículo 562 del Código de
Procedimiento Civil obliga a condenarle a soportar dicha obligación procesal.
Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en las normas legales
previamente citadas, los artículos 916, 918, 923, 924 y siguientes del Código Civil,
144, 186 551 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se REVOCA la
sentencia apelada de treinta de julio de dos mil dieciséis, escrita de fojas 765 a 790 y,
en su lugar, se declara que:
I.- Se RECHAZA la querella de restitución deducida por Francisca Ponce
Pinochet en contra de Juan Alberto Guerrero Castro y la comunidad indígena
Llanquileo en lo principal de fojas 16;

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II.- Se RECHAZA la querella de amparo deducida por Francisca Ponce
Pinochet en contra de Juan Alberto Guerrero Castro y la comunidad indígena
Llanquileo en el primer otrosí de fojas 16;
III.- Se condena en costas a la actora.
Regístrese y devuélvase.
Redacción de la Ministra Sra. Emma Díaz Yévenes.
Rol Nº 559 – 2016 CIV.

Pronunciada por la SEGUNDA SALA, Ministra Sra. EMMA DÍAZ YÉVENES,


quien no firma no obstante haber concurrido a la vista de la causa y acuerdo del fallo
por encontrarse integrando el tribunal electoral, Ministra Srta. RUBY ANTONIA
ALVEAR MIRANDA y Ministra Srta. LORETO CODDOU BRAGA quien no firma no
obstante haber concurrido a la vista de la causa y acuerdo del fallo por encontrarse
con feriado legal. Autoriza la Secretaria Titular Sra. Ana María León Espejo.

En Valdivia, veintitrés de noviembre de dos mil dieciséis, notifiqué por el


estado diario la resolución precedente. Ana María León Espejo, Secretaria Titular.

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Ruby Antonia Alvear Miranda Ana Maria Rosa Emilia del Leon Espejo
MINISTRO Ministro de Fe
Fecha: 23/11/2016 11:34:46 Fecha: 23/11/2016 12:59:13

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Pronunciado por la Segunda Sala de la C.A. de Valdivia integrada por Ministra Ruby Antonia Alvear M.
Valdivia, veintitrés de noviembre de dos mil dieciséis.

En Valdivia, a veintitrés de noviembre de dos mil dieciséis, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

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