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FACULTAD DE EDUCACIÓN
LIC. LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
VI SEMESTRE
JHONNY HERNÁNDEZ
DAISSY DÍAZ
Pero así como el idioma nos permite comunicar todo lo que sentimos y deseamos,
también nos exige que lo tratemos con una enorme disciplina y dedicació n. La palabra
posee una gran complejidad, autonomía e independencia del ser, lo que ha permitido
al lenguaje componer parte constituyente y esencial de grandes ciencias como: “las
corrientes del pensamiento contemporá neo, el neopositivismo ló gico, la analítica
oxoniense, el estructuralismo, la fenomenología y la hermenéutica, etc.”5, donde el
punto fundamental de su estudio, es el pensamiento mismo, actualizando la
complejidad lingü ística y psicoló gica del ser humano, permitiéndole construir un
lenguaje y un pensamiento filosó fico con la capacidad de estar cambiando
continuamente y acomodá ndose a las necesidades de quienes lo está n utilizando.
Así vemos que en los intereses de la filosofía del lenguaje, aparecen dos puntos muy
importantes que son: el objeto, o sea el conocimiento filosó fico, es decir el lenguaje en
su esencia y utilidad; y el principio unificador y sistematizador, es decir lo lingü ístico y
gramatical de la lengua. Como ya se sabe el origen del lenguaje filosó fico ha acarreado
consigo muchas problemá ticas planteamiento, pero comú nmente la filosofía trata
sobre conocimientos o saberes ú ltimos y radicales, lo que conlleva a deducir que son
hechos tratados desde una realidad particular, y por lo tanto nos permite otras
preguntas que cuestionen su objetividad: “¿Qué tipo de identidad es el lenguaje? y
¿cuá l es su esencia?”6. La filosofía y su lenguaje pretende acercarse a conocer los
objetos de estudio y su naturaleza, la cultura del hombre, su idioma, la sociedad y
demá s componentes que permiten la bú squeda de conocimiento sobre el tema que va
hacer estudiado por la filosofía, con lo constituiremos un tema de deliberació n con
vida propia y que sea autó nomo para sus reflexiones filosó ficas.
4
MUÑ IZ Rodríguez, Vicente. Introducció n a la filosofía del lenguaje. Barcelona, 1989. Pá g. 21.
5
Ibídem. Pá g. 20.
6
Ibídem. Pá g. 21.
libros sagrados de religiones tan importantes como el catolicismo, la iglesia ortodoxa
griega, el islam y el hinduismo, que aglomeran el pensamiento espiritual, la filosofía
trascendental y el estilo de vida de miles de millones de personas en todo el mundo.
Se puede afirmar, que la investigació n lingü ística, viene justificá ndose en fundamentos
histó ricos y antropoló gicos, aquí se observa un cará cter científico filosó fico, de tal
manera que el lenguaje, abre paso descubrimientos histó ricos sobre los diferentes
grupos humanos y la evolució n de sus sociedades, llegando incluso a la creació n de
disciplinas como la paleontología lingü ística que basá ndose en el léxico en comú n de
muchos idiomas y familias de lenguas, llegan a explicar la prehistoria y cultura
material de los hablantes de una lengua muerta o a determinar el origen de las
lenguas má s antiguas de nuestro planeta. Es por esta razó n que hablar de la filosofía
de la lengua, requiere tener un amplio pensamiento y grandes interrogantes, para no
quedarse con una sola visió n de la vida o paradigma de las cosas, sino considerar el
pensamiento histó rico-cultural y mirar má s allá , para permitir que el papel de la duda
recobre su importancia en el ser de los hombres, y así este construya el paso a un
lenguaje verdaderamente filosó fico.
También vemos como algunas personas o colectivos han elevado el lenguaje a otro
nivel científico al encaminarse a estudiar los fenó menos lingü ísticos de forma
exhaustiva, en este aspecto vemos necesario reconocer el importante aporte del
estructuralismo de Ferdinand de Saussure quien afirmaba que “toda creació n debe
estar precedida de una comparació n inconsciente de los materiales depositados en el
tesoro de la lengua, donde las formas generatrices está n reguladas segú n relaciones
sintagmá ticas y asociativas”7. Esta afirmació n permitió la vinculació n del lenguaje a las
ciencias naturales, en una época de descubrimientos y avances científicos, develando
un sinnú mero de cuestionamientos, que se habían considerado superados ya desde la
antigü edad.
Por esta razó n, podemos decir, que el pasado ha dado las bases para perfeccionar el
conocimiento de la lengua y que es posible definir a la filosofía como la “ciencia del
espíritu”, toda vez que el lenguaje es una consecuencia y un constituyente de la
naturaleza má s primordial y elevada del hombre, al punto de convertirse en el
elemento, que quizá s má s lo acerca hasta una conocimiento de lo divino, o como está
escrito “In Principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum, en
el principio era el Verbo (la palabra razonada) y el Verbo era con Dios y el Verbo era
Dios”8, un pensamiento que sustenta la creencia de muchos, trascendiendo fronteras
7
Ferdinand de Saussure. Sobre el habla. (En línea)
http://www.estebansaporiti.com.ar/saussure.pdf
8
San Jeró nimo de Estridó n. La Vulgata. Juan 1:1.
de países e incluso religiones, al encontrar equivalentes en otras creencias, como la
musulmana. En el Corá n, Alá tiene la misma dignidad que el Verbo, la palabra de Dios
increada, para los cristianos: “Acuérdate de cuando los á ngeles dijeron: ¡Oh María!
Dios te albricia con un Verbo, emanado de É l, cuyo nombre es el Mesías, Jesú s hijo de
María, que será ilustre en este mundo y en el otro, y estará entre los pró ximos a Dios” 9,
dó nde observamos un estatus de la palabra que lo acerca hasta lo má s íntimo y
trascendental del ser humano.
9
Mahoma. El Corá n. Azora 3, Aleya 40.
haciendo que su propio pensamiento sea innecesario, lo que con el tiempo resultaría
en una notable la deficiencia, incapacitando a las nuevas generaciones para razonar y
má s aú n para interactuar con los demá s seres humanos.