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Yamila Volnovich
Il faudrait savoir regarder dans les images ce dont elles sont les survivantes.
Pour que l'histoire, libérée du pur passé (cet absolu, cette abstraction),
nous aide à ouvrir le présent du temps1.
George Didi-Huberman
Montaje. Ordenar los hechos. Formar las relaciones. Contar una historia.
1
Sin embargo, a mediados del siglo pasado, se impuso el relato hegemónico
burgués3.
tecnológicos.
en el cruce entre tres fuerzas sociales: la cultura popular urbana, la cultura alta, y la innovación
tecnológica.
3
Cfr. González Requena, Jesús, Douglas Sirk. La metáfora del espejo, Madrid, Cátedra, 2007. Aquí el
autor argumenta a favor de las continuidades entre la perspectiva simbólica del Renacimiento y el
dispositivo cinematográfico. Las coincidencias no son pocas, tanto la perspectiva central del
Renacimiento como el dispositivo óptico de la máquina fotográfica presuponen que miramos con un
único ojo inmóvil y que la proyección de la pirámide visual sobre un espacio bidimensional debe
considerarse un sistema objetivo de representación, una ventana abierta al mundo.
4
La frase es del Manifiesto Comunista de Marx. Marshal Berman la utilizó como título de un influyente
libro sobre las relaciones entre modernidad, modernismo y modernización. Marx, K., Engels, F., El
Manifiesto Comunista, (v.e), Berman, Marshal, Todo lo sólido se desvanece en el aire, Madrid, Siglo
XXI, 1988.
2
Más allá de la sospecha necesaria frente a la exaltación superficial del
inaparente (simulación).
sobre las nociones de espacio y tiempo, las operaciones cognitivas, los modos
O más bien, existe una tecnología humana antes de que exista una tecnología
material.”5
En términos de Nancy:
arte –una techné– y cuyo sentido resulta idéntico al ejercicio mismo de este arte
[...] Así es como el mundo es siempre una creación: una techné sin principio ni
3
La tecnología adquiere entonces un sentido fuerte: al inscribir la técnica y la
Hoy, en el umbral del nuevo milenio, parecería ser que son las pantallas
7
Adorno veía en la Industria Cultural la forma de la identidad sin fisuras, de la anulación de la tensión
entre lo universal y lo particular que caracteriza la mercantilización de la cultura en la medida en que los
productos de la cultura de masas encarna la realización del estilo como negación del estilo. En este
sentido, la originalidad del análisis de Adorno y Horkheimer sobre la Industria Cultural –y también su
aspecto más polémico– radica en haber establecido una relación de continuidad entre el nazismo y la
cultura de masas. Sin embargo, es posible pensar que la diferencia radical entre la Industria Cultural –tal
como la describieron Adorno y Horkheimer– y el fascismo es precisamente Auschwitz, es decir su
implementación descomunal, la puesta en acto del exterminio mas allá y más acá de todo discurso.
Horkheimer; M y Adorno, T. W, “La industria Cultural” en Dialéctica de la ilustración, Madrid, Ed.
Akal, 2007.
8
Jameson, Frederic, Marxismo Tardío. Adorno y la persistencia de la dialéctica, Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2010.
4
intercambio y redes de información. 9 Pero antes es preciso cuestionar el
de creación de imágenes.
5
Si existe un modelo canónico que ha dejado un rastro profundo en nuestra
hace dos mil años, no fue sino hacia finales del siglo XVI y comienzos del XVII
testigo incorpóreo para dar cuenta de un proceso del que no forma parte. 13
espíritu.14
agenciamientos concretos a partir de los cuales se hacen efectivas esas relaciones. En este sentido, las
máquinas abstractas son virtuales y sólo existen en máquinas concretas, estableciendo una dinámica en la
que el efecto actualiza la causa. Deleuze, Gilles, Foucault, op. cit., pp. 62-71.
12
“Pensadores tan distantes entre sí como Euclides, Aristóteles, Al-Hazen, Roger Bacon, Leonardo y
Kepler repararon en este fenómeno y especularon de varias formas la medida en que sería o no análogo a
la visión humana.” Crary, op. cit. p. 49.
13
Crary, Ibid. p. 65. Precisa las diferencias entre la posición del sujeto en la cámara oscura y la posición
del sujeto en la imagen perspectiva ya que en esta última era preciso anclar un punto de fuga, en tanto
lugar ideal para la percepción de la imagen bidimensional, mientras que en la cámara oscura la posición
del observador no modificaba el proceso de representación. Crary está pensando en la representación de
la mente que se figura Descartes: una habitación (cámara o recámara) en la que hay representaciones
(como fantasmas de cosas) e ideas (una especie de mobiliario espectral). Efectivamente es notablemente
diferente de la figuración perspectiva, porque en esta recámara sus “objetos” se ven desde todos lados al
mismo tiempo (desde la mente que los contiene a todos).
14
Crary, Ibid. p. 72.
6
Conjuntamente con la idea de individuo que la modernidad modela en el
oscura el cuerpo es un resto, una materia inerte que la razón debe desechar,
consolidan –al menos hasta fines del siglo XVII– esta concepción mecanicista y
pide que se cierre el orificio de la cámara oscura para que el color aparezca
más allá de la relación con una fuente exterior. En contraposición con la física
15
“Antes, […] el hombre, inseparable del cuerpo, no está sometido a la singular paradoja de poseer un
cuerpo. Durante toda la Edad Media se prohíben las disecciones, se las considera, incluso, impensables.
La incisión del utensilio en el cuerpo consistiría en una violación del ser humano, fruto de la creación
divina. También significaría atentar contra la piel y la carne del mundo”. Le Bretón, David, Antropología
del cuerpo y la modernidad, Madrid, Nueva Visión, 1995. p. 46. La obra de Vasalio De corporis humani
fabrica (1543) es fundamental para comprender la importancia del saber anatómico en la transformación
de la concepción medieval del hombre. Simultáneamente en las Universidades italianas del siglo XV se
comienzan a realizar disecciones de cuerpos (muertos o vivos), práctica que luego se generaliza en los
siglos XVI y XVII. La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (1632) de Rembrandt es un ejemplo
relevante de la diseminación de estos saberes/prácticas hacia otros ámbitos de la cultura de la época.
7
modo, abre la posibilidad de pensar una imagen que le pertenezca al ojo y no a
irreconciliables: un/a observador/a fisiológico/a, que será descrito cada vez con
mayor detalle por las ciencias experimentales del siglo XIX, y un/a observador/a
A diferencia del paradigma mecanicista del siglo XVII y XVIII, el empirismo del
8
como paradigma del conocimiento verdadero, […] convirtiendo la visión en algo
18
Crary, Jonathan, Suspensiones de la Percepción. Atención, Espectáculo y Cultura Moderna, Madrid:
Ed. Akal, 2008. Por un lado, se revela que hay una parte de la “realidad” que se ofrece plena y radiante a
nuestros dos ojos pero que –sencillamente– no vemos. En su auxilio el cerebro debe reconstruir
lógicamente las zonas vacías como una computadora rellenando con pixeles un prototipo; por otro, la
física deja ver que los rayos de luz, no son propiamente rayos que se propagan sin interrupción ni
descanso desde el interior de la conciencia hacia la materia oscura sino que, por el contrario, son un
fenómeno de la materia y tienen un recorrido errático.
19
“El sujeto perceptor, en este sentido, se convierte en un conducto neutral, un tipo de relevo que permite
condiciones óptimas de circulación e intercambiabilidad, sean éstas de mercancías, energía, capital,
imágenes o información.” Crary, op. cit. p. 129.
20
Schaeffer, Jean-Marie, La imagen precaria. Del dispositivo fotográfico, Madrid, Ed. Cátedra, 1990.
9
consecuencia, en el estatuto indicial de la operación físicoquímica que la hace
posible.21
mecanicista del siglo XVII– en la anulación del cuerpo. Pero esta vez no para
que las ciencias empiristas del siglo XIX supieron construir. Pero también
10
cuyos efectos perduran en el auge de una concepción de la vida indiferente a la
instantánea del devenir, esa “chispita minúscula de azar, de aquí y ahora, con
imagen fotográfica nos hace ver el “inconsciente óptico” con el que Benjamin
atraviesa las cosas, salta sobre ellas, se acerca, las toca y las sorprende desde
22
Benjamin, Walter, “Breve historia de la fotografía” en Discursos Interrumpidos I, Madrid, Taurus,
1987 p. 67.
23
“[…] la fotografía abre en ese material los aspectos fisiognómicos de mundos de imágenes que habitan
en lo minúsculo, suficientemente ocultos e interpretables para haber hallado cobijo en los sueños de
vigilia, pero que ahora, al hacerse grandes y formulables, revelan que la diferencia entre técnica y magia
es desde luego una variable histórica.” Ibid.
11
atrás. Este pasaje de un régimen óptico a uno táctil aparece en Benjamin a
Mago y cirujano se comportan uno respecto del otro como el pintor y la cámara.
total y la de la cámara múltiple, troceada en partes que se juntan según una ley
nueva.24
"hace lo que las otras artes se limitan a exigir": crear una imagen en la que el
principio, la técnica opera una mediación del mundo que es inmanente a sus
24
Benjamin, Walter, “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” en op. cit. pp. 43-44.
25
En el sentido que le da Habermas en “La modernidad un proyecto inconcluso”. Habermas, Jürgen, “La
modernidad: un proyecto inacabado”, en Ensayos políticos, Barcelona, Ed. Península, 1988.
12
Durante la primera mitad del siglo XX el desarrollo industrial, las innovaciones
explica que, en un primer momento, el cine se vincule con otro gran sistema
revolucionario.
todos que pasan ante la cámara. Este proceso, cuyo alcance no necesita ser
26
Ciertas clasificaciones reafirman estos acoplamientos. Se habla del cine de entre guerras como término
que englobaría a las vanguardias de la década del 20 y con él se hace referencia al período en el que las
grandes escuelas de montaje desarrollaron el nuevo arte de masas como arma ideológica. Bastaría
mencionar que el cine ruso habría sido imposible sin la decisión de Lenin de crear una industria
cinematográfica, y que la fusión de las productoras alemanas en la UFA es una condición fundamental
para el desarrollo del Expresionismo Alemán.
27
Deleuze, Gilles, La imagen- tiempo. Estudios sobre cine 2, Barcelona, Ed. Paidós, 1987, p. 220.
28
Deleuze, Gilles, La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1, Barcelona, Ed. Paidós, 1987. pág. 211.
13
aparatos que ante el ojo humano. Sólo a vista de pájaro se captan bien esos
somete la toma de la cámara no es posible en la imagen ocular. Esto es, que los
Sin embargo, entre iconódulos e iconoclastas, las imágenes que “dejan huella”,
documental.
29
Benjamin, Walter. op. cit. pág. 31.
30
Grüner, Eduardo, “Introducción. El retorno de la teoría crítica de la cultura: una introducción alegórica
a Jameson y Zizek”, en Estudios Culturales: reflexiones sobre el multiculturalismo, Jameson y Zizek,
Buenos Aires, Paidós, 1998. p. 58.
14
término documental: género documental, no-ficción, cine personal, docudrama,
fake, foundfootage, etc. Los estudios sobre cine documental oscilan entre
15
hacer que inscribe en la singularidad del acto de ver la condición de posibilidad
de una política y una ética de la imagen: una mirada como toma de posición
y simbólicas de existencia.
Por ello, no se trata de oponer a la posición relativa del sujeto –ya que toda
ideológica de Occidente.
Filmar el silencio
Ici et Ailleurs es la película que marca la ruptura de Godard con el grupo Dziga
los años 60. “En 1970 el título de esta película era Victoria, en 1974 el título es
Ici et Ailleurs (Aquí y en otro lugar)”. Dos títulos para un mismo filme.
34
Didi-Huberman, G. Cuando las imágenes toman posición. El ojo de la historia 1. Madrid, Ed.
Machado, 2008.
35
Podría citar la obra de Santiago Álvarez, Luis Ospina, Harun Faroki, Alexander Kluge, Chris Marker,
Pier Paolo Pasolini, Robert Kramer, Peter Forgács, Avi Mograbi, entre otros.
36
Ver Jean-Luc Godard y el Grupo Dziga Vertov, Barcelona, Intermedio, 2008. Edición de los filmes
realizados por el grupo desde 1968-74, con un estudio crítico de Gonzalo de Lucas y presentación por
David Faroult. Se incluye también, “Manifiesto” de Al Fatah de Godard en 1970.
16
Sobreimpresión, montaje, huella: “Victoria” subyace en “Ici et Ailleurs”, se
envuelven uno en el otro como dos tiempos del cine político y como dos
tenía final: “Victoria”. Como señala David Faroult, Godard y Gorin se vieron
Cuatro años más tarde, luego de varias versiones, Godard termina la película.
cómo se cuenta la Historia, o mejor aún, sobre como desmontar el orden de las
mil y una historias de la revolución) pero también, una reflexión sobre las
encadenarlos en cierto orden que hará que cada uno encuentre su sitio en la
cadena. Que encuentre su propia imagen. […] Una imagen que deja huella.”
Durante la primera parte del filme las imágenes de archivo (el material filmado
17
organizar los hechos: “la lucha armada”, “la guerra prolongada”, “el trabajo
de conocimiento.
en el entre, en el camino entre dos espacios, dos regiones, dos culturas, dos
políticas de la mirada.
18
de sí misma y reconoce, en la identidad de la identidad y la no-identidad, la
y el rostro sin vida de un joven palestino ocupa toda la pantalla. Esta imagen
europea, como antes lo había hecho en Carta a Jane Fonda. Pero ahora, con
ideológica más potente del nuevo orden trasnacional: convertir al cine político
39
Zizek, Slavoj, Visión de Paralaje, México, Fondo de Cultura Económica, 2006.
19
cadena de los acontecimientos. Sobre los que hemos perdido todo poder.” La
materialidad fragmentada y rota de nuestro paisaje visual. Más que una imagen
sumerge en el medio artístico sin más límites que los de la materia, pero al
a merced de los flujos del capital. “Las obras de arte nunca pueden resolver
como contenido y materia prima, como algo que la obra de arte debe siempre
político que la fundamenta. El cine político supone una toma de posición ante
40
Bürger, Peter, Teoría de la Vanguardia, Barcelona, Península, 1997.
41
Jameson, op. cit. p. 206
20
documental reside en exponer el artificio de la representación. Cada imagen
referencial con el mundo histórico, lo que podríamos llamar el tema del filme, es
42
Comollí, “Documento y espectáculo” (s.d)
21
Las formas de la identidad sin fisura son para Nancy 43 las formas de la
referencial con el mundo histórico. Por ello, más que centrarme en la cuestión
43
Nancy, Jean-Luc, La representación prohibida, Buenos Aires, Amorrortu, 2007. Nancy se refiere a este
procedimiento cuando piensa que lo que se da en Auschwitz es la ejecución –en el doble sentido- de la
representación en tanto suspensión del sentido del mundo y de las categorías que lo configuran.
44
Nancy señala que si esta imposibilidad remite a algo ilegítimo resulta problemático delimitar aquello
que puede ser representado y aquello que no, produciendo una interferencia moral en el ámbito estético
difícil de circunscribir. Por el contrario, si se trata de una prohibición habría que remitirlo a una censura
religiosa que poco tiene que ver con la representación en términos simbólicos, sino justamente con la
identidad entre presencia y representación que caracteriza la falsa idolatría. “Lo condenado no es lo que
es imagen de, sino lo que constituye por sí mismo presencia afirmada, presencia pura del icono” Nancy,
op. cit. pág. 7.
45
En los últimos años se produjo un profundo debate que involucró a filósofos, críticos, historiadores y
cineastas. Por un lado, la imposibilidad de representar el horror “no hay imágenes de la Shoah”
(Lanzmann), por otro, la necesidad de capturar “justo una imagen” (Godard, Resnais, Marker), como
respuesta a la imagen justa que Daney –siguiendo a Rivette– oponía a las bellas imágenes del
espectáculo. La primera posición otorga al acontecimiento un carácter mítico-ritual, inconmensurable
para el pensamiento y excesivo para la imaginación: Auschwitz es inimaginable, negatividad absoluta que
da cuenta de la radicalidad misma de la Shoah (Wajcman, Pagnoux). Por el contrario, la otra posición
reconoce que toda representación es inadecuada e incompleta y ello implica afirmar que lo que se puede
pensar en el pensamiento y lo que se puede ver en la visión debe tener en cuenta, necesariamente, esa
negación constitutiva (Deleuze, Didi-Huberman, Nancy). Además, la dimensión eminentemente política
que afirma la necesidad de imaginar el horror, radica precisamente en el hecho de que el objetivo último
de los campos, el “fin de la solución final”, consistía en la desaparición de las herramientas del exterminio
como posibilidad de llevar a cabo un crimen sin resto y sin memoria, “en el espectáculo del
aniquilamiento de la posibilidad de representación misma” (Nancy).
22
vinculación con los dispositivos tecnológicos de creación de imágenes en la
sociedad contemporánea.
los flujos de interacción mediante las pantallas, las redes y las interfaces
virtuales.
46
M de Nicolás Prividera y Los Rubios de Albertina Carri son filmes profundos y complejos que abordan
este tema en el cruce con la cuestión de la representación en el cine documental.
23
Bibliografía
Paidós, 1989.
Paidós, 1994.
Paidós, 1987.
24
Horkheimer; M y Adorno, T. W, Dialéctica de la ilustración, Madrid, Ed. Akal,
2007.
editores, 2005
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