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Trabajo de Derecho Canònico
Trabajo de Derecho Canònico
Los Ordinarios del lugar no pueden dispensar de la forma canónica, excepto en el caso del matrimonio mixto.
Se ha suscitado alguna dificultad en esto, pero hay elementos suficientes en el CIC para afirmar como cosa
totalmente cierta que los Obispos no pueden dispensar de la forma.
Hay dos casos en los cuales expresamente se dice que el Ordinario del lugar puede dispensar de la forma
canónica; luego fuera de esos dos casos que son el peligro de muerte (c. 1079) y los matrimonios mixtos
(c. 1127 § 2), no pueden dispensar.
Esta doctrina es absolutamente cierta, y, si suscitase la duda, vendría inmediatamente una declaración
auténtica, porque es algo muy importante. Si el Ordinario dispensa de la forma canónica el matrimonio de dos
católicos, esa dispensa es inválida, por consiguiente, ese matrimonio es inválido.
De acuerdo con el c. 1127 § 1, “Cuando contrae matrimonio una parte católica con otra no católica de rito
oriental, la forma canónica se requiere únicamente para la licitud; pero se requiere para la validez la
intervención de un ministro sagrado, observadas las demás prescripciones del derecho.” Aquí se recoge la
doctrina y la norma del Concilio Vaticano II en el decreto sobre las Iglesias orientales.
Igor debió haberse puesto en contacto con la Iglesia Católica mas cercana, para comentar el deseo
de casarse con una persona, que pertenece a la Iglesia Ortodoxa Rusa. Para que se le oriente según
los cánones establecidos por la Iglesia Católica en el caso de matrimonios mixtos. Canon 1125 y
canon 1127, numeral 2.
¿Qué podría hacerse en esta situación? Para regularizar la situación hay que tener presentes los
cánones 1127 numeral 3 y el canon (1128) del siguiente recuadro:
La atención pastoral
C. 1128
A ninguno se ocultan las dificultades que se pueden llegar a presentar en estos matrimonios mixtos entre
bautizados. Suele ocurrir que uno y otro poseen opiniones diferentes en relación con la naturaleza
sacramental del matrimonio, y sobre el significado del todo particular que poseen las nupcias celebradas en la
Iglesia, o sobre la interpretación que se les ha de dar a algunos principios morales en relación con el
matrimonio y a la familia.
¡Con cuanta mayor razón, uno y otro deben estar bien informados de las obligaciones que tiene la parte
católica en razón de la ley divina expresada por el Señor Jesús! Y, en primer término, para el cónyuge
católico, la obligación de mantenerse en su propia fe, sin exponerse al peligro de perderla. Más aún, se obliga
a proveer a fin de que sus hijos sean bautizados y educados en la fe católica así como en las exigencias de la
moral cristiana, y puedan recibir todos los sacramentos.
Por todo ello, la Iglesia debe efectuar una seria acción pastoral en relación con estas parejas de esposos y
sus familias, a fin de alentar a la parte católica y a los hijos, y de ayudar a las parejas a mantener y renovar
su unidad ante los posibles conflictos y dificultades que se llegaren a presentar.