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Empédocles

Agrigento (Ciudad Griega)

Biografía:

Filósofo y poeta griego. Fue el primero de los pensadores del eclecticismo


pluralista que intentó conciliar las visiones contrapuestas de la realidad a que
habían llegado Parménides y Heráclito. Empédocles postuló como principios
constitutivos de todas las cosas cuatro «raíces» o elementos inalterables y
eternos (el agua, el aire, la tierra y el fuego), que, al combinarse en distintas
proporciones por efecto de dos fuerzas cósmicas (el Amor y el Odio), dan lugar a
la multiplicidad de seres del mundo físico.

Aportes:

La naturaleza dual del Ser y los cuatro elementos:


Fue quizás uno de los más multifacéticos filósofos de la Antigua Grecia. Nietzsche
incluso se refirió sobre él como “el personaje más colorido de esta etapa”.

A diferencia de otros pensadores, Empédocles es único en su característica dual. Es


decir, mientras que algunos filósofos desarrollaban ideas totalmente místicas–
espirituales y otros se enfocaban en la descripción de la realidad y la razón, Empédocles
retomó con seguridad ambos caminos en su pensamiento.
Por estas razones, a Empédocles se le reconoce como un ecléctico. El eclecticismo o
pensamiento ecléctico es aquél que no toma posturas extremas, sino que trata de
conciliar y unir las diferentes vertientes, valores o ideas presentadas.

En esta posición, Empédocles retoma los estatutos e ideas de sus antepasados, como
fue el caso de Tales de Mileto, Anaxímenes, Heráclito y Jenófanes; ellos propusieron la
existencia de diferentes elementos: fuego, agua, aire y tierra.

Empédocles propone, retomándolos, que el Ser en su totalidad se compone de estos


cuatro elementos en conjunto. Como se nota en la flexibilidad de sus ideas, argumenta
que el Ser es unidad y dualidad.

Antes que él, el filósofo Parménides habló sobre el Ser, y de cómo nada puede emerger
de la nada, pero a la vez, todo lo que existe no puede simplemente desaparecer.

Empédocles está de acuerdo con esta tesis, sin embargo, se muestra reacio ante esta
idea rígida del Ser como un “es o no es”. Para el filósofo, todo Ser tiene una doble
faceta, todo Ser es transitorio.

Sobre el nacimiento y la muerte, Empédocles retoma la idea de los cuatro elementos y


propone que estos nunca se convierten o cambian su forma, sino que entran en armonía
con el resto de los elementos creando así la vida de las cosas.

Según él, la vida entonces comienza con la interacción de estos elementos. Cuando
estos se reacomodan, el Ser crece y se desarrolla. De esa misma manera, la muerte
ocurre cuando los elementos vitales se separan y vuelven a retomar su camino.

El amor y la discordia: ciclo cósmico

Para el filósofo, existen dos fuerzas principales que rigen el cosmos: el amor y la
discordia. La unión o separación de los elementos depende de la lucha de estas dos
fuerzas: cuando hay amor, los elementos entran en armonía y se unen; la discordia, en
cambio, causa separación y diferencia.

Estas fuerzas que rigen el cosmos, se encontraban inicialmente separadas. El planeta


era una esfera donde sólo habitaba el amor y la discordia se encontraba en las partes
más recónditas.

Con estas raíces, el cosmos se encontraba en su estado más divino y puro, sin
embargo, esta esfera que sólo contenía amor era inmóvil e inactiva.

Fue hasta que la discordia comenzó a tener influencia en los elementos de la esfera que
se creó la vida y el cosmos ahora se componía de cosas diferentes.

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Entre más había discordia, más se separaban los elementos, y al llegar a su separación
máxima se crearon cuerpos exclusivos de un solo elemento, como los océanos, el cielo
y las montañas.

En cambio, entre más amor, más comunión había entre los elementos y las creaturas
como el humano y los animales cobraban vida.

Empédocles se refiere a esto como el ciclo cósmico y asegura que en él se encuentran


cuatro etapas:

La esfera llena de amor, la discordia alejada en lo recóndito

La discordia se aproxima a la esfera

La esfera llena de discordia, el amor alejado en lo recóndito

El amor se aproxima a la esfera

En su época, Empédocles decía que la humanidad se encontraba en la segunda etapa,


donde la discordia, cada vez más cerca de la tierra, se notaba en los oscuros sucesos
que afligían a la humanidad; en el pasado, en la primera etapa, la humanidad vivía en
armonía con la vida. Este, según dice, es un ciclo que se repite por toda la eternidad.

El origen de los seres vivos:

Teniendo una idea de la composición de las cosas, el filósofo dedicaba su tiempo a la


observación de la naturaleza, las plantas, los animales y el ser humano.

Llegó incluso a proponer una muy temprana concepción de la selección natural y la


evolución estableciendo que los seres vivos con elementos en armonía serían aquellos
que avanzaran más en la vida.

Según él, el balance es necesario, por lo que un humano con patas de cordero –por
ejemplo– estaba destinado a desaparecer. Además, estableció que el pensamiento se
genera en el corazón, y esta propuesta fue aceptada por mucho tiempo en la medicina.

Finalmente, Empédocles hablaba de estos ciclos por los que pasaban los seres vivos,
indicando que cada uno de nosotros tiene que atravesar por 10,000 “reencarnaciones”
para volver a nuestro estado puro y ascender con los dioses. Incluso pregonaba de sí
mismo haber sido varón, hembra, pájaro y pez en el mar anteriormente.

Hay varias historias sobre su muerte, sin embargo, la más popular narra que al estar
convencido de su pureza, haber sido sometido a expiación y haber vivido ya los ciclos
necesarios se arrojó al volcán Etna.

Empédocles sostenía que, tras su muerte, sería ungido como un dios, cementando así
la imagen mística y espiritual del filósofo.

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Reflexión del pensamiento:

Para Aristóteles, la piedra angular del conocimiento es la experiencia y la información


que nos llega por los sentidos. Entonces podemos decir que el pensamiento de
Aristóteles se refería al ser humano como sentimental, con sus combinaciones y
diversas formas de expresar.

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