Primera lectura de la

Biblia

CATEDRÁTICO: LIC. AROLDO ELIÚ MARTÍNEZ

PRESENTADO POR: MIRKA GRISSELL CONTRERAS GONZÁLES-
118450020

ÉTICA CRISTIANA Y NUEVO TESTAMENTO | 01 de octubre de 2020

 En el capítulo 1 versículos del 8 al 18, al leer estos versículos me pude dar
cuenta de que siempre debemos de escuchar los consejos de nuestros,
porque ellos siempre querrán para sus hijos, sus enseñanzas y sabios
consejos nos sirven para no apartarnos de lo bueno, no enseñan a poder
distinguir el bien del mal, que el camino del mal no nos lleva a nada bueno.
Además, pude entender que los consejos de nuestros padres nos dan,
siempre hay que llevarlos presentes con nosotros, nunca olvidarlos.
Ahora que sé esto, puedo darme cuenta que he sido una persona infantil,
malagradecida con Dios y con mis padres. Mi compromiso para con Dios, es
aprender a escuchar a mí madre, que es la única que me queda, saber que, si ella
me advierte o aconseja, es porque sabe que puede causarme mal irreparable. Sé
que Dios a través de ella, quiere que yo sea una hija obediente, porque en mi
adolescencia me porté muy mal con Dios y con mi mamá, entiendo que gracias a
eso arruiné mi relación con Dios y con mi mamá, el cual son cosas que jamás me
podré perdonar.
También en dichos versículos, aprendí que no debería dejar llevarme por la
tentación o las malas personas, puesto que también me pueden llevar a tener
consecuencias irremediables. Acciones que para mí pueden estar bien, que me
recuerda a un refrán popular de mi mamá que dice “No hagas cosas malas que
parecen buenas, ni buenas que parezcan malas”.
La etapa de mi adolescencia es hasta los momentos la más oscuras, porque fue
cuando saqué lo peor de mi mal carácter, con ello arrastré a las personas que
quería y las dañé, una de las más importantes es mi mamá, también fue en esta
etapa cuando corté mi relación con Dios, la mayoría de veces porque estaba con
un grupo de “amigas” por las que me dejé arrastrar. Mi vida espiritual, familiar,
social y académica estaban en una situación precaria.
Si bien no le quité la vida a ninguna persona… Mentí, deshonré a mi madre con mi
comportamiento, desobedecí a Dios y a mi mamá, todo por estar llena de rencor,
por lo que desde que salí de mi casa, he estado trabajando en mi relación con
Dios, he tratado de darle el menor dolor de cabeza a mi mamá por mi
comportamiento.

Solo espero poder convertirme en algún momento de mi vida en una verdadera

cristiana.

Al leer el capítulo 4 del Libro de Proverbios, entendí que Dios, siempre me

guiará y apartará del mal, por lo que yo, solo debo de dejar de ser terca, y
aceptar lo que Dios me ofrece y pide, que es alejarme del camino del mal,
aprender de él, escucharlo, siempre llevar presente lo que me dice,
recordarlo en los momentos en los que me vea tentada por el mal, saber
decir “NO” con toda seguridad, para no tropezar en los caminos de la vida.
 Esto me permitirá alimentar mi espíritu con la sabiduría que Dios me ofrece,
y que he estado declinando todos estos años, por creer que lo sé todo.

Me comprometo para con Dios, el poder escuchar más de él, no seguir haciendo
oídos sordos a su llamado para ir por el camino de la sabiduría. Estoy muy segura
que si hubiera sido ese tipo de persona, mi vida seria diferente, seria madura
espiritual y mentalmente. Ya no seguir siendo la persona egoísta que he estado
siendo, porque he dejado marchitar mi espíritu.

No será un camino fácil, tampoco es difícil, solo está en confiar en Dios, estar
dispuesta a aceptar el cambio.
Durante ese camino que en cualquier momento decida tomar, me enfrentaré a
desafíos que harán que quiera rendirme, solo espero poder tener la fuerza para
pedirle a Dios el poder continuar yendo por el camino del bien.

Al leer el capítulo 11 del Libro de Proverbios, aprendí que, al ser hipócrita

en lo espiritual o religioso, no me dejará nada positivo, además de ser
aborrecido por Dios. También que no debo de hacer cosas que
avergüencen o pongan triste a mi madre, con esto se refiere que, no debo
de dar problemas, siempre seguir el camino de la sabiduría, que la
sabiduría fue puesta en un sendero por Dios para que pueda seguirla y
aprovecharla en mi vida.

Me he dado cuenta que he estado siendo una hipócrita y mentirosa con Dios,
porque finjo amarlo, y sigo actuando de la misma manera. Sigo contribuyendo al
mal, al provocar discordia en mi familia y con los demás a mi alrededor, también
porque manipulo a las personas a mi conveniencia.
La mayor parte de mi vida he guardado rencor y odio a mi madre biológica, por
hacerme lo que hizo desde antes de nacer, de saber que no se arrepiente de
nada. Gracias a este tipo de actitudes soy una persona desagradable.

También al leer los versículos de dicho capítulo pude reflexionar que he sido
perezosa, casi en todos los aspectos de mi vida, y que las oportunidades que se
me han dado las he desperdiciado por lo mismo.
Por mi negligencia he perdido amistades, la confianza de mi mamá, la mayoría de
las personas se aleja de mí, cuando no sabido ser diligente ni para llevar un rumbo
de mi vida espiritual como en lo demás. Además de ser negligente, soy
imprudente, antes lo era más, pero he aprendido por las vergüenzas y
humillaciones que yo misma me he buscado.

Mi compromiso con Dios es aprender a dejarme guiar por él y su sagrada palabra,

a cambiar mi actitud de arrogancia, a ser diligente tanto en mi vida espiritual, en la
profesional y en la demás.
A siempre recordar que, si sigo por el mal camino, solo seré un cascarón vacío,
vagando por este mundo sin tener ningún propósito, más que los terrenales y
banales.

El capítulo 13 del Libro de Proverbios ha sido el que más ha llamado mi

atención, me dejó varios mensajes muy importantes. Entre ellos está, que el
presumir riqueza muchas veces es sinónimo de no tener nada y que ser
pobre de algo, muchas veces significa riqueza abundante, para mi significa
que no importa cuanto presuma yo de ser una persona con valores
espirituales y morales, muchas veces seré quien está podrida de su alma, o
si hago algo que parece ser una buena acción, solo lo hago por
apariencias, en cambio la persona que no muestra, es la que por lo general
más riquezas tiene en su corazón, ofrece todo lo que tiene, da todo por el
amor a Dios y a los demás.

Otro mensaje que dejó en mi este capítulo, es ser diligente en la vida, escuchar
consejos y así llegaré a vieja (como el famoso dicho), apreciar cada consejo que
sea dado por mi madre, y no solo apreciar sino también ponerlo en práctica, saber
que sí valió la pena escucharlos, porque sé que los buenos consejos, son
excelentes guías de vida para no perderme en el camino del bien.

El último mensaje que pude captar, es el de andar con sabios y no con los necios,
pero esto se refiere a las personas que están en el camino de Dios, los que
realmente lo aman, para así poder nutrirme, y poder tener conciencia sobre que lo
que está, está mal, aunque me lo pinten de bueno.

Me comprometo con Dios a, que durante tenga vida terrenal, buscaré la manera
de enderezar mi camino, ser una mejor persona, enmendar mi vida espiritual,
valorar cada consejo y cada cosa buena que aprenda en el camino.

Con estos mensajes, entiendo que no he sido y no estoy siendo una persona,
diligente, que, por estar llena de rencor, he destruido un buen camino al volverme
soberbia, egoísta, necia, una persona con vanidad, que en su adolescencia no
valoraba a las personas, ni siquiera a mí misma, que siempre desobedece solo
para llevar la contraria.

Con esto puedo concluir que, la razón por la que elegí los capítulos y versículos de
Libro de Proverbios, es porque en su mayoría sentía que estaban dirigidos a mí,
muchas de las cosas que pude describir aquí, me hacen sentir avergonzada, con
Dios, con mi mamá y conmigo misma, porque si no puedo amarme a mi misma,
significa que estoy siendo hipócrita con Dios.

Además, significa que me he dejado envolver por la vida terrenal, que soy alguien
materialista, que estoy vacía, al final, creía ser una persona inteligente, pero,
siempre he sido una necia.
Espero siempre encontrar un impulso para no abandonar el buen camino, y así
poner en orden mi cuerpo con mi espíritu.