Está en la página 1de 1

En un país como el nuestro tratar la sostenibilidad desde adentro es un desafío

en sí mismo para cada uno desde lo individual y un poco más aun desde lo
colectivo ya que como sociedad estamos embebidos en hilos que parecen
estar laxos y en reposo hasta que suenan disparadores ante los que se tensan
rígidamente. En el muy interesante ensayo que hiciera la docente a cargo de la
cátedra al enseñarnos una escena modelo a través de un dispositivo
tecnológico utilizando las bondades que la tecnología brinda para permitir la
vinculación a distancia, surgió rápidamente el imaginario instituido; la escuela
tradicional que nos habita, percibe la amenazada que emana de las nuevas
posibilidades de intervención y es notable como inconscientemente todos
respondemos de la misma manera ya que es tanta la verticalidad del poder
que influencia al alumnado que después de tantos años de permanecer en el,
al pasar a momentos de la educación superior, nos cuestionamos montones de
falencias pero hay cosas que seguimos entendiendo como lugares a los que no
tenemos acceso para la crítica y mucho menos para el cambio, espacios de
costumbre que se nos hacen familia. Advertí este hecho mientras miraba el
material propuesto donde se pone en el tapete la discusión por la formación
docente ya no desde la mejora continua sino desde una reforma integral de los
profesorados ya que reproducen un modelo obsoleto de muy mala calidad pero
que al contrario de lo esperable, o sea, encontrar la reticencia social, el foco
más combativo se da desde los gremios ya que son ultra conservadores de la
escuela tradicional (aunque en lo teórico se pronuncien en contra); ¿la
discusión se trata de aprendizaje, docencia o educación?, pareciera que las
respuestas son tan plurales como sectores tiene la comunidad que habita el
sistema educativo y son tantas como las razones que nos alejan cada vez más
de un modelo de calidad donde se pueda lograr un aprendizaje profundo,
crítico y más acorde con las necesidades que tendrán los futuros ciudadanos
que como dice Tiramonti “tomaran decisiones en un futuro incierto” y por lo
tanto necesitarán estar formados en un ambiente de sostenibilidad que les
permita aprovecharse de lo tecnológico (y no lo contrario) apoyándose en
valores como carácter y ciudadanía de modo tal que puedan “negociar”
acuerdos entre los sectores públicos y privados nutriéndose de la sinergia que
se genera de esas relaciones.

También podría gustarte