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UNIVERSIDAD TÉCNICA DEL NORTE

PSICOLOGÍA GENERAL

FACULTAD DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA

ASIGANTURA: PSICOLOGÍA GENERAL I

ESTUDIANTES: WENDY CAIZAPASTO

HENRY GARZÓN

EVELYN MALDONADO

DANIEL NAVARRETE

MISHELL YAR

CURSO: PRIMERO

IBARRA, NOVIEMBRE – 2017


Tema: El Aprendizaje

Definiciones

El ser humano a lo largo de su historia evolutiva ha ido desarrollando sus capacidades


cognitivas e intelectuales a medida que ha ido descubriendo que puede ser capaz de aprender
cualquier situación que denote para él un desarrollo y aumento en su calidad de vida, así como
la solución de los problemas que se le presentan. Por lo tanto, como Zapata-Ros (2015)
menciona “(…) el aprendizaje no es una facultad específica de los humanos, los animales en
cierto sentido se dice que aprenden, en cuanto que pueden incorporar debido a la práctica o a
la experiencia pautas de comportamiento estables o duraderas”, sí que ha hecho que el ser
humano pueda despuntar respecto de las otras especies en cuanto a sus facultades superiores
que lo distinguen del resto de especies.

En cuanto a definir el aprendizaje como tal Zapata-Ros (2015) dice que es “(…) el
conjunto de procesos a través (…) de los cuales, se adquieren o se modifican ideas, habilidades,
destrezas, conductas o valores, como resultado o con el concurso del estudio, la experiencia, la
instrucción, el razonamiento o la observación”.

En la perspectiva de Morris & Maisto (2005) se define el aprendizaje como “el proceso
por el cual la experiencia o la práctica producen un cambio relativamente permanente en la
conducta o potencial conductual” (p. 145).

En la psicología como tal, el aprendizaje tomó una elevada relevancia de estudio debido
al interés marcado por conocer y comprender como el ser humano aprende. De este interés
surgieron dos corrientes que intentaban explicar cómo ocurre el aprendizaje: la visión empirista
– atomista, y la visión organicista (Flórez et al., 2016).

La visión empirista - atomista según Flórez et al. (2016) “se caracterizó por entender el
aprendizaje como la suma o acumulación de actos, comportamientos y reacciones simples,
hasta convertirse, esta acumulación, en actos más complejos” (p. 49), mientras que para la
visión organicista entiende el aprendizaje “(…) – al igual que otros procesos psicológicos –
como actividades desde el inicio complejas y que articulan múltiples elementos” (Flórez et al.,
2016, p. 49).

Para Köhler (como se citó en Flórez et al., 2016) “el aprendizaje está ligado a la
consolidación de acervos en la memoria, por la articulación de las nuevas acciones con otras
previas, a través de un doble proceso de ejecución de la actividad y de orientación de la misma
desde la dirección que la persona le da” (p. 51).

Finalmente y como un aporte adicional en la comprensión de lo que es el aprendizaje


Arias (2013) menciona que “es un proceso en virtud del cual se modifican las posibilidades
permanentes de un individuo por medio de la experiencia, teniendo como fin la adquisición de
conocimientos, habilidades y actitudes”.

Características del aprendizaje

El aprendizaje al ser un proceso mental superior conlleva una serie de características


exclusivas que lo diferencian de otros procesos, estas características son:

“Permite atribuir significado al conocimiento” (Zapata-Ros, 2015), es decir, mediante


el aprendizaje un conocimiento sobre cualquier situación se vuelve significativo para que sea
aprendido, un ejemplo puede ser aprender a no tocar cosas calientes o el fuego en sí, ese
conocimiento de que el fuego puede quemar hace que sea significativo para la persona de esta
manera evita hacerlo de manera consciente.

“Permite atribuir valor al conocimiento” (Zapata-Ros, 2015), en este caso el


conocimiento tiene valor por la representación mental de la persona que aprende, cuando el
conocimiento a ser aprendido tiene valor para nosotros muy difícilmente lo olvidaremos.

“Permite hacer operativo el conocimiento en contextos diferentes al que se adquiere,


nuevos (que no estén catalogados en categorías previa) y complejos (con variables
desconocidas o no previstas)” (Zapata-Ros, 2015), es decir, se puede trasladar su aplicabilidad
en un contexto diferente al que se lo adquirió, un ejemplo de este caso sería aprender
operaciones matemáticas básicas en la escuela, este aprendizaje se lo puede aplicar a cualquier
situación en la que el individuo realice una compra de cualquier producto en una tienda.

El conocimiento adquirido puede ser representado y transmitido a otros individuos y


grupos de forma remota y atemporal mediante códigos complejos dotados de estructura
(lenguaje escrito, códigos digitales, etc.). Es decir, lo que unos aprenden puede ser
utilizados por otros en otro lugar o en otro tiempo, sin mediación soportes biológicos o
códigos genéticos (Zapata-Ros, 2015).
Esta característica del aprendizaje es la que ha permitido al ser humano desarrollarse a
lo largo de la historia, desde civilizaciones rudimentarias hasta la civilización moderna en la
que priman los elementos tecnológicos como coadyuvantes del progreso.

Otra de las características del aprendizaje según Bajo, Fuentes, & Lupiáñez (2016)
“permitir la adaptación de nuestra conducta a la «textura causal» del medio ambiente en que
vivimos y nos desarrollamos” (p. 265).

Desarrollo del proceso de aprendizaje

Con la irrupción de la tecnología en la vida del ser humano, el estudio del cerebro a
través de la imagenología ha permitido comprender muchos de sus procesos que hasta hace
unos cuantos años atrás eran desconocidos, muchas de las funciones del mismo han sido
develadas, y pese a que se han planteado diversas teorías del aprendizaje que se basaban en la
observación de la conducta de los individuos como el conductismo, el constructivismo el
cognoscitivismo, también se han desarrollado teorías neurocientíficas del aprendizaje que
abordan desde la parte biológica la manera en que el cerebro aprende, estas teorías son la del
cerebro triuno, el cerebro total y la teoría de las inteligencias múltiples.

¿Dónde se ubican las zonas cerebrales asociadas con el aprendizaje?


El aprendizaje al ser un proceso mental complejo en el que se hallan involucrados
diversas operaciones mentales como la percepción, la atención, la motivación, el razonamiento,
la comprensión, la memoria, entre otros, no se lo puede focalizar en un área del cerebro
determinada.

Como menciona Luria (como se citó en Arias, 2013) “toda actividad psíquica humana
es un sistema funcional complejo que se efectúa a través de la combinación de estructuras
cerebrales que trabajan concertadamente y que cada una de las cuales aporta su propia
contribución al sistema funcional como un todo”.

Arias (2013) es claro en mencionar el sentido de un sistema funcional basado en la


teoría del científico ruso Pietr Anojín que menciona que “el aprendizaje, como todo proceso
psicológico debe ser entendido como un sistema funcional. De hecho, en el aprendizaje
intervienen diversos procesos volitivos como la motivación, procesos afectivos como las
emociones y procesos cognitivos, como la memoria y el pensamiento”.
Por lo tanto, son numerosas las partes del cerebro que actúan y se activan de manera
sistematizada para que el proceso de aprendizaje se dé lugar en el individuo, lo que es muy
importante mencionar es la capacidad de plasticidad cerebral que permite que las estructuras
se modifiquen físicamente generando aprendizajes de diferente índole a lo largo de toda la vida
del individuo, como menciona la OCDE (2009) en su libro “el cerebro se modifica físicamente
a través del reforzamiento, el debilitamiento y la eliminación de conexiones existentes y el
crecimiento de nuevas. El grado de modificación depende del tipo de aprendizaje que tiene
lugar” (p. 63).

¿Cómo se da el proceso de aprendizaje?


La base del aprendizaje se da a nivel neuronal como lo explica Craig (como se citó en
Arias, 2013) “desde que nacemos, toda experiencia vivida, y hasta incluso algunas sensaciones
durante la etapa fetal del desarrollo prenatal, generan relaciones estructurales y funcionales
entre las neuronas”, con la repetición de las experiencias, las conexiones neuronales
establecidas se vuelven más fuertes aprendiendo el individuo un comportamiento que se
produce a partir de un estímulo.

Asimismo, Kolb y Whishaw (como se citó en Arias, 2013) manifiestan que si las
conexiones no son reforzadas estas conllevan un carácter temporal por lo que se debilitan y
pueden llegar a extinguirse. Por lo tanto, el proceso de aprendizaje depende de que una
respuesta a un estímulo se vea reforzada varias veces para que las conexiones neuronales se
fijen y perduren, cabe resaltar que a palabras de Arias (2013) “aunque nunca dejamos de
aprender, existen periodos del desarrollo humano que favorecen la formación de conexiones
nerviosas. Así, durante los primeros años de vida, los seres humanos son capaces de aprender
más que en ningún otro periodo”.

Para comprender cómo aprendemos según Dios, Loro, & Cazzanelli (2016) se debe
“entender el proceso de aprendizaje como un proceso influido por cinco niveles, independientes
pero interrelacionados entre sí” (p. 14).

En primer lugar se halla el entorno en donde se ubica la persona que aprende, este nivel
es muy importante en el sentido de que si se desea que el individuo aprenda algo, el ambiente
debe ser el preciso y adecuado (Dios, Loro, & Cazzanelli, 2016).

Al ser el aprendizaje un medio para que cambie la conducta de quien aprende, el


segundo nivel hace referencia al comportamiento que se observa en el sujeto que aprende, es
decir, el cambio de comportamiento es observable en quien aprende algo (Dios, Loro, &
Cazzanelli, 2016).

El tercer nivel hace referencia a las capacidades del sujeto que aprende, estas
capacidades de orden superior pueden ser explicadas por la Psicología Cognitiva ya que la
participación de diversas áreas cerebrales es coordinada desde ahí (Dios, Loro, & Cazzanelli,
2016).

El cuarto nivel de aprendizaje esta en relación con las creencias y valores del individuo,
ya que de esas ideas del individuo se define el significado del aprendizaje y si este tiene
importancia o no para quien aprende, en otras palabras según sus creencias el individuo puede
determinar si algo que va a aprender tiene relevancia o no para su vida (Dios, Loro, &
Cazzanelli, 2016).

En el último nivel se halla la identidad, vinculado al nivel anterior permite


involucrarnos e identificarnos con lo que se desea aprender a fin de darle relevancia al
aprendizaje (Dios, Loro, & Cazzanelli, 2016).

¿Para qué aprendemos?


Para comprender el propósito del aprendizaje y el para qué aprendemos mencionaremos
las palabras de Echeverría (2009) que dice: “el aprendizaje es aquella acción que nos conduce
a un cambio de la acción. Ese es su propósito: llegar a hacer lo que antes no hacíamos y, muchas
veces, lo que antes no podíamos hacer” (p. 39).

Hablando desde el nivel biológico de supervivencia Pellón, Vásquez, Orgaz, Ortega, &
Pérez (2015) mencionan que “si un organismo aprende, será capaz de modificar su conducta
en relación al ambiente y potencialmente aumentar su probabilidad de supervivencia” (p. 42),
por lo que se podría responder a la interrogante que los organismos aprenden con la finalidad
de supervivencia y adaptación al medio en el que se desenvuelven.

Argumentación

Neuropsicología del aprendizaje: el aporte de tres neurocientíficos soviéticos


Las ideas de Pavlov apuntan a la formación de conexiones nerviosas temporales como
la base de todos los aprendizajes, y es ahí donde la neurociencia actual, desde diversos
ángulos (bioquímicos, anátomo-fisiológicos y neuropsicológicos) ha generado
importantes hallazgos que contribuyen a la comprensión de este fenómeno. Como punto
de partida, hacia el entendimiento del aprendizaje es importante notar que desde que
nacemos, toda experiencia vivida, y hasta incluso algunas sensaciones durante la etapa
fetal del desarrollo prenatal, generan relaciones estructurales y funcionales entre las
neuronas (Craig, 1999), éstas son conexiones sinápticas interneuronales. Mientras estas
experiencias sean repetidas con más frecuencia o posean mayor intensidad, las
conexiones entre las neuronas se reforzarán haciéndose más sólidas. Las conexiones
entre neuronas forman cadenas, cuyo trayecto actúa como una huella de la experiencia
aprendida. Cada experiencia origina un circuito de neuronas que se activa cuando el
impulso nervioso se propaga de una célula a otra. Una característica importante, es que
estas conexiones tienen un carácter temporal porque de no ser reforzadas con la
práctica, se debilitan y pueden llegar a extinguirse (Kolb y Whishaw, 2006)

Según la teoría de Anojín, el aprendizaje, como todo proceso psicológico debe ser
entendido como un sistema funcional. De hecho, en el aprendizaje intervienen diversos
procesos volitivos como la motivación, procesos afectivos como las emociones y
procesos cognitivos, como la memoria y el pensamiento. Estos procesos convocan a
nivel neurobiológico, la participación de diversas estructuras cerebrales. Así, el trabajo
conjunto de estas estructuras da lugar a la conformación de un sistema funcional (Arias,
2013).

Psicobiología del aprendizaje y la memoria: fundamentos y avances recientes


Junto a las fuerzas selectivas de la evolución, el aprendizaje y la memoria son el medio
principal de adaptación de los seres vivos a las modificaciones inciertas de su medio
ambiente. Llamamos aprendizaje al hecho de que la experiencia produce cambios en el
sistema nervioso (SN) que pueden ser duraderos y se manifiestan en el comportamiento
de los organismos. La memoria, un fenómeno generalmente inferido a partir de esos
cambios, da a nuestras vidas un sentido de continuidad.

Cajal (1852-1934), que intuyó la función a partir de la forma, fue el primero en proponer
la plasticidad en el número y fuerza de las conexiones neuronales como la base física
del aprendizaje y el soporte de la memoria. En 1949, el psicobiólogo canadiense Donald
Hebb propuso la plasticidad asociativa como el mecanismo por el que la coincidencia
de actividad pre y postsináptica podría modificar las conexiones neurales en
determinadas estructuras del cerebro. En 1966, en el laboratorio de PerAndersen, en
Oslo, el noruego Terje Lomo observó por primera vez que breves trenes de estímulos
incrementaban la eficacia de la transmisión en las sinapsis entre la vía perforante y las
células granulares de la circunvolución dentada del hipocampo, en conejos
anestesiados. Algo más tarde, en 1973 y en el mismo laboratorio, Lomo y el británico
Timothy Bliss descubrieron que una estimulación de frecuencia moderadamente alta en
la misma vía producía incrementos estables y duraderos de la respuesta postsináptica,
lo que se denominó potenciación sináptica a largo plazo (PLP). Estudios posteriores in
vitro confirmaron que se trataba de un fenómeno no sólo duradero, sino también de
inducción rápida y con características asociativas y de especificidad de estímulos, lo
que convertía a la PLP en un buen candidato a mecanismo celular del aprendizaje y la
memoria (Morgado, 2005).

La arquitectura cerebral como responsable del aprendizaje


Todos los esfuerzos educativos centrados en el diseño curricular, olvidan que hay una
correlación entre las funciones superiores cerebrales y el grado de desarrollo asociados
a la corteza, y específicamente, que la eficiencia depende de los patrones de la
organización citoarquitectónica. El hecho de que las prácticas de enseñanza no estén
centradas en educar al cerebro como variable interviniente no quiere decir que ése esté
ausente pero implica olvidar al actor principal de la educación; es por eso que se ha
propuesto una educación basada en la necesidades cerebrales, ya que los conocimientos
neurocientíficos no contradicen las teorías del aprendizaje, al contrario, las
fundamentan.

En este sentido, el aprendizaje depende de que las áreas cerebrales necesarias sean
capaces de crear redes neuronales fuertes. Es así que visto el aprendizaje como proceso
y no como un espacio curricular, deja claro que el cerebro constituye la materia prima
del mismo, ya que procesos como la atención, tan necesaria para aprender, depende de
los lóbulos frontales y que cuando hay una dificultad en el mantenimiento de la misma
como en el caso de los llamados niños hiperactivos, puede deberse a que las áreas de
corteza prefontal derecha el núcleo caudado y el globo pálido y algunas zonas del
cuerpo calloso que vinculan las regiones frontales y parietales son más pequeños
comparadas con niños que no presentan disfunciones en la atención. Pero la atención
es un proceso complejo, que requiere de casi todo las áreas cerebrales, es por ello que
algunos estudios señalan que el desarrollo anormal del cerebelo se relaciona con
dificultades en la atención visual, espacial y la orientación. Si se habla de tareas que
requieren mayor procesamiento cognitivo como la combinación conceptual, que
implica diversas tareas de aprendizaje, particularmente aquellas que tienen un sustrato
semántico y que requieren de análisis de información y memoria, es necesaria la acción
del lóbulo temporal izquierdo anterolateral.

Mientras que para la simple tarea de reconocimiento de rostros es ejecutada gracias a la


intervención del giro frontal izquierdo inferior, junto con procesos de memoria, que se
llevan a cabo en el hipocampo. Siendo que la vida cotidiana requiere de la participación
de ambos hemisferios cerebrales, por ejemplo, para tareas como la comprensión lectora,
la cual consiste en monitorear la forma de las letras y la relación fonema y grafema, la
búsqueda de significado, la formación y relación entre ideas bajo mecanismos
independientes, es necesaria la participación del cuerpo calloso, que interviene en otros
procesos de relación interhemisférica y que permite otras habilidades como la
lateralidad, la cual parece también determinar las habilidades cognitivas como lo
expone Crow, quien indica que las personas con tendencia genética y de lateralidad
hacia la ambidiestria presenta mayores dificultades en el lenguaje y la habilidad espacial
(Dzib-Goodin, 2013).

El cerebro que aprende


El proceso de sinapsis o comunicación interneuronal y la forma como estas células
forman redes transmisoras de los impulsos que estimulan el cerebro y propician su
accionar como procesador central, son de relevancia para el logro del aprendizaje. A
través de este proceso también se puede observar la plasticidad neuronal, que es la
capacidad del sistema nervioso de propiciar los contactos neuronales, y la eficiencia
sináptica, como respuesta a los estímulos internos y externos que recibe el cerebro.

De esta manera, es posible apreciar la incidencia de la sinapsis en los procesos de


aprendizaje que se desarrollan en la interacción docente–estudiante; el aprendizaje se
considera como un aspecto de la plasticidad neuronal, puesto que es la modificación de
la conducta de la persona, a partir de experiencias previas; ello indica que el cerebro
aprende y debido a su plasticidad se modifica produciéndose cambios sinápticos de
orden anatómico y funcional.

Lo descrito deja entrever que, mientras más conocimientos son acumulados por el
cerebro, mayor es la inteligencia; el proceso de aprender, en suma, está supeditado a las
conexiones sinápticas entre las células cerebrales, esto es, mientras más conexiones hay
entre las neuronas, se incrementa el aprendizaje; lo cual depende del hemisferio
interviniente, pues cada uno de ellos, aunque funciona de una manera especializada, no
es independiente respecto del otro.

Por otra parte, las emociones también inciden en el aprendizaje, afectan la conducta del
estudiante porque crean estados mente-cuerpo distintos. Las emociones desencadenan
los cambios químicos que alteran nuestros estados de ánimo, conductas y, finalmente,
nuestras vidas; éstas nos ayudan a tomar decisiones con más rapidez y mejor calidad;
todo lo que experimentamos tiene un tono emocional, desde la calma a la ira, desde el
dolor al placer, y desde estar relajado a sentirse amenazado. Dado que éstas median en
nuestro significado, son de hecho la estructura para nuestro día (Velásquez, Remolina,
& Calle, 2009).

Biología del aprendizaje


El esfuerzo por correlacionar el funcionamiento mental con el biológico ha oscilado
entre dos doctrinas, una que intenta explicar el funcionamiento mental como una
propiedad colectiva del cerebro, y otra que relaciona procesos mentales con regiones
específicas del cerebro.

El procesamiento de la información sensorial, la programación de las respuestas


motoras, el aprendizaje y la memoria son todas ejecutadas por conjuntos de neuronas
interconectadas; ahora bien, en general cada conducta se origina en la actividad de
muchas células y de varios sistemas paralelos de grupos neuronales, que transportan la
información de características parecidas a áreas específicas del córtex encefálico, como
ocurre con la información de cada uno de los sentidos, audición, visión, olfato, etc., lo
cual da lugar al menos a dos tipos de mapas o representaciones: uno para las
percepciones sensoriales y el otro para las órdenes motoras, y los dos mapas
interconectados de un modo no totalmente comprendido. Todas estas conexiones
pueden modificarse durante el desarrollo y posteriormente con el aprendizaje; esta
plasticidad en la relación entre las neuronas es la que nos proporciona la individualidad
(Campo-Cabal, 2012).
Conclusiones

Aprender es la mejor facultad que el ser humano posee, desde sus inicios como gatear
hablar, controlar esfínteres, leer, hasta resolver un ejercicio de matemáticas, haciendo que todos
los días estemos dispuestos a aprender. El campo del aprendizaje es muy amplio y a ciencia
cierta nunca se puede a llegar a la sabiduría perfecta, cada día existen más cosas que aprender,
una vida no es suficiente para colmarnos de todos los conocimientos.

El aprendizaje no se lo puede localizar en una zona específica del cerebro, ya que es un


proceso complejo que involucra varios mecanismos cognitivos que hacen que varias zonas
interactúen como un sistema conjunto, esto unido a la plasticidad cerebral permite acentuar,
modificar o eliminar conexiones dependiendo la interacción del individuo con el ambiente.

En si el aprendizaje es un conjunto de conocimientos que se va adquiriendo a lo largo


de la vida o son transmitidos por las diferentes culturas existentes en nuestro país, en ese
momento en el cual nuestra instrucción se basa en valores, creencias y tradiciones. El
aprendizaje es un método complejo ya que no todas las personas captan a la misma vez lo que
se trata de enseñarles y desarrollan unos más que otros las habilidades obteniendo diferentes
resultados.

El aprendizaje es fundamental para la vida del ser humano, el cual se va formando a


través de las experiencias y de conocimientos adquiridos en el transcurso de la vida de cada
individuo, este hace posible que el sujeto adquiera conocimientos, habilidades y actitudes que
le permiten desarrollar su calidad de vida teniendo la capacidad de pensar, razonar, aprender y
crear. La psicología se ha enfocado en el aprendizaje ya que su interés principal es conocer
como el ser humano es capaz de conocer y aprender.

El Aprendizaje es un proceso que posee distintas estrategias, que se enfoca en el proceso


educativo y se va desarrollando a través del tiempo, además es una herramienta que permite el
perfeccionamiento de las habilidades cognitivas en el hombre por medio de las pericias
didácticas y así desarrollando el potencial de cada persona mediante la auto-regulación.
Referencias Bibliográficas

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"conectivismo". Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la
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