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EXPEDIENTE 3349-2010
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, INTEGRADA POR LOS MAGISTRADOS
ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE, QUIEN LA PRESIDE, MAURO RODERICO
CHACÓN CORADO, HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA, ROBERTO MOLINA
BARRETO, GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR, CARMEN MARÍA GUTIÉRREZ
DE COLMENARES Y JUAN CARLOS MEDINA SALAS: Guatemala, uno de diciembre
de dos mi once.
Se tiene a la vista para dictar sentencia el planteamiento de inconstitucionalidad
general parcial de los artículos 1, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 23, 25 y 43 del Decreto 15-98
del Congreso de la República, Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles, y la del Manual
de Valuación Inmobiliaria, formulado por la Dirección de Catastro y Avalúo de Bienes
Inmuebles del Ministerio de Finanzas Públicas, aprobado por Acuerdo Ministerial 25-2005
del Ministerio de Finanzas Públicas. La inconstitucionalidad fue promovida por Rafael
Humberto Garavito Gordillo, actuando con su propio auxilio y con el de los abogados Max
Jiménez Tejeda y José Pedro Aguirre Arango. Es ponente en este caso el Magistrado
Presidente, Alejandro Maldonado Aguirre, quien expresa la decisión del Tribunal.
ANTECEDENTES
I. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN
Lo expuesto por el interponente se resume: a) Existe duda respecto de si el Estado
puede o debe cobrar un impuesto –único sobre inmuebles- por un hecho o acto que un
individuo tiene que realizar por su propia naturaleza de ser humano. b) Es cuestionable
que el Estado cobre el impuesto variando las tasas en la forma en que para el ente
mencionado es más conveniente, aplicando distintos montos a las personas o
contribuyentes en el mismo país, puesto que los sujetos pasivos resultan obligados en
formas y montos diferentes, utilizándose la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles para
crear desigualdad. c) Los artículos 1 y 3 tachados de inconstitucionales vulneran los
derechos de protección y desarrollo de la persona y el derecho a la propiedad privada
contenidos en los artículos 1º., 2º., 39 y 41 de la Constitución Política de la República,
debido a que el impuesto que establecen y su pago, supeditan el ejercicio del derecho de
propiedad a estar al día en el pago del Impuesto Único Sobre Inmuebles. Así, el derecho
de propiedad privada sobre los inmuebles, en la práctica no es tal como se pregona, ni se
reconoce y protege, porque resulta ser un derecho pagado porque para poder gozar de
éste debe solventarse el referido impuesto; de lo contrario, el derecho no se puede
ejercer, incluso el inmueble puede ser rematado por el Estado. d) La Ley del Impuesto
Único Sobre Inmuebles, en sus artículos 4 y 11, establece la forma de determinar la tasa
impositiva dependiendo del valor inscrito del inmueble. Las tasas mencionadas, al no ser
iguales para todos crean diferencias entre los pobladores, la que se materializa en una
discriminación económica legalizada, que se genera en base a los valores que
antojadizamente el Estado asigna a los inmuebles y no en función del poder de pago de
los habitantes del país. Dicha situación crea ciudadanos de primera, segunda y otras
categorías, de acuerdo a lo que supuestamente valen sus inmuebles, dejando los
ciudadanos de ser iguales por la manipulación de los valores que realiza el Estado, a
través de la estipulación del valor o monto que el contribuyente deberá pagar sin saber si
el sujeto pasivo tiene la capacidad económica para pagar el tributo que no se genera por
actividad alguna de las personas, sino por imposición y decisión estatal previa. De
acuerdo a las tasas referidas, el Estado diferencia a los poseedores con fundamento en el
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valor inscrito de los inmuebles sin considerar sus ingresos, afectando la capacidad de
pago, ya que la estimación de lo que deba pagarse no depende del contribuyente sino de
lo que el Estado disponga, sin importar si el habitante puede o no pagar y siempre en
forma desigual en comparación con los demás obligados. De ahí que la Ley del Impuesto
Único Sobre Inmuebles al no contemplar una correlación entre los ingresos del
contribuyente y el monto de pago del impuesto, no respeta el principio de la capacidad de
pago, vulnerando así lo establecido en los artículos 4º. y 243 de la Ley Fundamental. e)
El artículo 5 cuestionado de inconstitucional, establece en sus primeros tres incisos que
las formas de modificar los valores fiscales de los inmuebles requieren de asistencia
técnica en cuanto a los avalúos propios y técnicos, pero el inciso cuarto deja la opción de
modificar el valor de los inmuebles por medio de un simple aviso notarial, presentado por
el notario que autorice un instrumento público del cual se derive la transferencia de
propiedad o posesión del bien inmueble. El artículo 5, inciso 2, cuestionado, ordena
hacer un manual de avalúos, el que no es un documento técnico o legal, ya que no se
aplica al caso de los avisos notariales de contratos celebrados entre particulares. Y
tomando en consideración que las leyes se regulan por reglamentos, no por manuales y,
que en el manual no existe ningún tipo de auxilio, dirección o información, por lo que se
puede incurrir en errores, el mismo resulta inconstitucional, porque además, en él se
modifican las bases imponibles y por ende, las tasas que se aplicarán a cada inmueble, lo
que viola los artículos 44, 183, inciso e) y 239 de la Constitución Política de la República
de Guatemala. El manual denominado Manual de Valuación Inmobiliaria, formulado por la
Dirección de Catastro y Avaluó de Bienes Inmuebles, del Ministerio de Finanzas Publicas y
aprobado por el Acuerdo Ministerial 21-2005 de ese Ministerio, permite efectuar
descuentos del impuesto en forma arbitraria y desigual, debido a que sólo las valuaciones
efectuadas por las municipalidades están afectas a descuentos. f) El artículo 5 tachado de
inconstitucional en su inciso 4 genera desigualdad para determinar la base imponible del
impuesto, porque en relación al aviso notarial, éste no se incluye en manuales o en
tecnicismo de valuadores y no lo aprueban las municipalidades, por lo que se convierte en
una herramienta de autodestrucción del valor real del inmueble y de la capacidad de pago
de los contribuyentes; dicho artículo resulta inconstitucional al determinar el valor real de
los inmuebles por área o ubicación, porque las formas de determinar el valor son distintas
y se toman en cuenta aspectos diversos. Además, permite que se pueda modificar la base
impositiva mediante una disposición administrativa, como lo es el manual impugnado, en
violación al principio de legalidad consignado en el artículo 239 de la Constitución Política
de la Republica, debido a que es el Organismo Ejecutivo el que modifica la base
impositiva del impuesto, cuando esto sólo le corresponde al Congreso de la República por
medio de una ley. El artículo citado, en su inciso 4, vulnera los derechos de igualdad,
propiedad y el principio de capacidad de pago del contribuyente, porque las operaciones
o contratos que hagan los particulares ante notario y los avisos notariales que estos
emitan, relacionados con traspaso de bienes inmuebles no reflejan los valores reales de
los inmuebles, sino las declaraciones, pactos y operaciones de y entre aquellos; ya que ni
los notarios, ni los particulares o partes que participan en un contrato de traslado o
transferencia de bienes inmuebles, que conlleva aviso notarial, son valuadores
autorizados de dichos bienes por ninguna dependencia para tener la facultad de indicar o
certificar el valor de los inmuebles aludidos. g) La inconstitucionalidad que se atribuye al
artículo 43 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles se denuncia porque está
íntimamente relacionada con el artículo 5, inciso 4, impugnado, porque existen formas
desiguales para la valuación de los inmuebles: valuadores, avalúos, valuaciones por parte
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del Estado. Sin embargo, no existe en la ley una forma explícita y general aplicable a
todos los sujetos pasivos, para determinar y modificar o actualizar los valores de los
inmuebles en Guatemala. Esto hace que estas cuatro formas distintas atenten contra la
igualdad y el derecho de propiedad privada de las personas, ya que cada valuación o
método es diferente, resultando en diversas valuaciones de bienes inmuebles en el país.
Distintas valuaciones implican diferentes bases impositivas para bienes que estén situados
en los mismos municipios y que pueden ser colindantes. Lo que también hace que los
bienes inmuebles se vean afectos a tasas determinadas por la ley en forma distinta y por
ende para cobrar el impuesto a todos, la valuación y su cobro serán diferentes. Esa
desigualdad plasmada en la ley permite que en un mismo lugar, que puede ser
condominio, colonia, zona o área, existan bienes inmuebles vecinos idénticos, con las
mismas medidas, extensiones y construcciones, a los que se le pudo asignar distintos
valores, dependiendo del método usado para ello (valuación, avalúo o aviso notarial), por
lo que algunos propietarios pagarán más o menos que otros, no obstante ser un mismo
tipo de inmueble. h) El artículo 5 en su parte final indica: “…Cuando los valores
consignados en los numerales anteriores, sean menores a los valores registrados en la
matrícula fiscal, no serán operados por la Dirección o la municipalidad respectiva”, y el
artículo 7, ambos de la normativa cuestionada de inconstitucionalidad, violan los derechos
contenidos en los artículos 4º., 12 y 28 de la Ley Fundamental, porque en cuanto al
párrafo trascrito, éste no permite admitir, ni operar diferentes valores que fueran
menores a los valores inscritos. El texto aludido no permite que las personas soliciten la
modificación del valor de un inmueble o que se haga solicitud o aviso alguno, ya que la
petición no es conocida, solamente se rechaza. Por su parte el artículo 7 impugnado sólo
permite la disminución del valor inscrito del inmueble en caso de deterioro comprobado
de éste, sin que exista reglamento de la ley que indique cómo se clasifica el deterioro,
quedando a discreción del Organismo Ejecutivo, anulando así todas las demás
posibilidades que afecten el valor de un inmueble, tales como cambio del destino del área
donde se encuentra; casas vecinas, instalaciones de fabricas, cambio de vías de calles o
avenidas; construcción de calles o avenidas, pasos a desnivel, nuevas edificaciones,
etcétera; aspectos que constituyen hechos y actos que afectan o disminuyen el valor de
los bienes, aun cuando son causas ajenas al propietario y al bien inmueble. i) Los
artículos impugnados violan la libertad de industria, comercio y trabajo, contenido en el
artículo 43 constitucional, ya que de antemano se refieren a la carga de una ganancia o
gasto no producido, sin basarse en lo que se percibe. El Estado predetermina la base y
tasa de cobro para el contribuyente por el hecho de ser propietario o poseedor de un
inmueble, impuesto que se hace efectivo sin razón o motivo, ya que puede darse el caso
de que la persona no tenga más ingresos que los requeridos por el Estado, para el pago
del impuesto según la tasa fijada por éste y con base en valores fijados a su antojo,
llevando al individuo a ser confiscado de sus bienes en caso no tener la posibilidad de
pagar el impuesto. j) Los artículos 8, 9 y 10 impugnados de inconstitucionales, violentan
lo establecido en los artículos 4º., 39 y 41 de la Constitución Política de la República,
porque se consigna y obliga a personas ajenas al propietario que por algún contrato,
pacto o ley hagan uso, se sirvan o administren bienes inmuebles, de cumplir con una
obligación fiscal de pago como sujetos pasivos respecto de bienes inmuebles que no son
de su propiedad, ya que, a pesar de no ser propietarios, la ley los obliga a cumplir como
tales, creando dichas normas un vínculo de obligación fiscal como propietario a quien no
le corresponde, sin concederles derechos como propietarios; tratando de forma igual a los
propietarios pero desigual a quienes no lo son, porque éstos últimos no pueden disponer
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del bien, pero deben pagar el impuesto o rendir información que desconocen. k) El
artículo 23 impugnado, establece que cualquier cambio o modificación del valor de la
base del impuesto único sobre inmuebles entrará en vigor a partir del próximo trimestre
del año correspondiente, a partir de la modificación, lo cual contraviene o contradice lo
regulado en dicha ley, ya que ésta en su artículo 1 y 21 denomina el impuesto e indica
que es anual y que los trimestres sólo son formas de pago, por ende, equipar la forma de
pago del impuesto con su período fiscal, con el fin de cobrar más a los ciudadanos, viola
el artículo 243 de la Constitución Política de la República porque afecta la capacidad de
pago del sujeto pasivo del impuesto, dado que la modificación en el valor de un bien, no
implica el enriquecimiento inmediato del sujeto pasivo ni aumenta en forma trimestral su
capacidad de pago y menos aún si dicha modificación ocurre en los días finales del
trimestre anterior. Además, no es congruente con el ordenamiento tributario del país
porque la aplicación de leyes por reforma en la cuantía o tarifa para impuestos, se hace a
partir del primer día hábil del siguiente período impositivo con el objeto de evitar
duplicidad de declaraciones del contribuyente según lo establecido en el artículo 7, inciso
2, del Código Tributario. l) El artículo 25 atacado de inconstitucional viola el artículo 243
de la Constitución Política de la República, debido a que se estipula una multa del veinte
por ciento (20%) del valor de la deuda, lo que representa una quinta parte del valor
referido, excediendo el promedio de la tasa de interés activa de las operaciones bancarias
del país, tasa que resulta excesiva y confiscatoria por el porcentaje declarado, lo que es
disfrazado con la renuncia a la aplicación de los artículos 58, 59 y 92 del Código
Tributario, que regulan las multas e intereses generales por deudas de impuestos cuando
éstas se fijan en tasas muy inferiores a ese veinte por ciento confiscatorio. Los artículos
1542 y 1947 del Código Civil establecen la prohibición de pactos o contratos usurarios y
que la tasa de interés legal que marca el parámetro normal, consiste en el promedio de
las tasas activas de los bancos menos dos puntos, respectivamente, y aún así, no son el
veinte por ciento del valor total de lo adeudado, lo que significa que la multa que la ley
señala es confiscatoria y, como consecuencia, inconstitucional. Solicitó que se declare con
lugar la acción de inconstitucionalidad general planteada.
II. TRÁMITE DE LA INCONSTITUCIONALIDAD
No se decretó la suspensión provisional de los artículos impugnados del Decreto 15-98 del
Congreso de la República y del Manual de Valuación Inmobiliaria formulado por la
Dirección de Catastro y Avalúo de Bienes Inmuebles del Ministerio de Finanzas Públicas.
Se dio audiencia por quince días al Congreso de la República, a la Dirección de Catastro y
Avalúo de Bienes Inmuebles, y al Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos
Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal. Oportunamente se señaló día y hora
para la vista.
III. RESUMEN DE LAS ALEGACIONES
A) El Ministerio Público, señaló que: a) No se advierte violación al derecho de
propiedad privada, en los artículos 1 y 3 impugnados, ya que la norma no exige estar al
día en el pago del Impuesto Único Sobre Inmuebles; el artículo 1 únicamente crea el
impuesto único sobre el valor de los inmuebles y, el 3 regula el objeto sobre el cual recae
el impuesto; sin establecer ninguna restricción al derecho de propiedad privada y sin
guardar relación directa con las normas que se denuncian violentadas. Además, los
impuestos que recaen sobre la propiedad tienen como finalidad obtener del contribuyente
un aporte mínimo para el sostenimiento de los gastos públicos, en beneficio de la
población en general, carga tributaria que no niega el reconocimiento de ese derecho ni
sobre su disposición. b) Los artículos 4 y 11 que se denuncian inconstitucionales porque
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bien en concreto, sino el indicar en términos generales cómo hacer esa determinación,
pues de contemplar valores, dejaría de ser un manual. i) La tacha de inconstitucionalidad
del último párrafo de artículo 5 y del artículo 7 de la Ley del Impuesto Único Sobre
Inmuebles -IUSI-, con base en que se norma la disminución de valor inmueble por
deterioro y que la solicitud puede presentarla el propietario a la Dirección de Catastro y
Avalúo y Bienes Inmuebles o las Municipalidades, dependiendo quien sea el ente
administrador, y que con ello se pueda modificar el valor de la matricula fiscal, por
vulnerar los principios constitucionales, contemplados en los artículos 4º., 12 y 28 de la
Constitución Política de Guatemala, carece de fundamento jurídico legal, ya que en
relación al último párrafo del artículo 5 se debe señalar que la ley no permite inscribir
valores menores a los ya inscritos por una razón lógica y es que no tendrían razón de
existir los presupuestos legales establecidos en el artículo 4 de la Ley del Impuesto Único
Sobre Inmuebles, que permiten determinar cuantitativamente una base impositiva, toda
vez que cualquier contribuyente podría rebajar el valor inscrito y el único Organismo del
Estado facultado para crear impuestos y deducirlos es el Congreso de la República de
Guatemala de acuerdo a la función asignada en el artículo 239 de la Constitución Política
de la República. Se malinterpreta el contenido del artículo 7 al argumentar que sólo se
puede disminuir un valor cuando el inmueble sufre deterioro, y se distorsiona aún más la
interpretación al hacer un listado de posibilidades que no se pueden utilizar para solicitar
la disminución del valor, ello porque se limita a la transcripción del artículo y no se hace
una integración de la ley con el contenido de los numerales 4 y 5 del artículo 4 de ésta,
presupuestos que se utilizan por parte de la administración tributaria para calificar el
deterioro y que si se prueban provocan la disminución del valor de un inmueble, porque
la solicitud de disminución del valor de inmueble para que se modifique la matricula fiscal,
puede hacerse cumpliendo con los requisitos enumerados en el artículo 5 relacionado, lo
que conlleva que no se vede el derecho de igualdad, petición y al debido proceso
establecidos en la Carta Magna. j) Carece de fundamento legal la aseveración de que los
artículos 8, 9 y 10 del Decreto 15-98 del Congreso de la República, Ley del Impuesto
Único Sobre Inmuebles, se contraponen a los artículos 4º., 39 y 41 de la Carta Magna, al
regular lo relacionado con los sujetos del impuesto sobre quienes recae la obligación de
pago y que se consignan obligaciones a personas ajenas al propietario. Este argumento
se encuentra alejado de la realidad porque los artículos referidos establecen, en su orden,
quienes son los sujetos del impuesto, los responsables solidarios del pago del impuesto y
otras obligaciones tanto para los sujetos como para los responsables solidarios,
presupuestos legales que tienen su sustento fáctico en algún contrato, pacto o ley, toda
vez que la administración tributaria no va a exigir a persona distinta del propietario, una
obligación tributaria de la que no figure como sujeto pasivo del impuesto en sus bases de
datos, como consecuencia de la información que los mismos propietarios le trasladan, y
en ellos se obligue al pago del impuesto a una persona distinta del propietario, lo que
tiene su sustento legal en los propios artículos 5 y 7 de la Ley del Impuesto Único Sobre
Inmuebles y en los artículos 21, 22, 23, 24, 25, 26 y 27 del Código Tributario, que regula
todo lo relacionado al régimen tributario en Guatemala. k) el artículo 23 de la Ley del
Impuesto Único Sobre Inmuebles -IUSI- que norma lo relativo a la modificación de los
valores del inmueble, se denuncia que vulnera los principios constitucionales
contemplados en el artículo 243 de la Constitución Política de la República de Guatemala,
lo que no es razonable ya que el artículo 1 de dicha normativa, establece que el impuesto
es anual, pero el legislador estableció que se puede pagar hasta en cuatro cuotas, de
acuerdo a lo regulado en su artículo 21, normas que se complementan y tienen como
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finalidad minimizar el impacto económico sobre el peculio del contribuyente, por ende, si
ocurre una modificación de la base impositiva por cualquier causa, su aplicación surte
efectos, el trimestre siguiente porque si el contribuyente decide hacer pagos trimestrales
se debe estar a lo preceptuado por el artículo 22 de la Ley, que norma la aplicación
posterior al último pago, cabe destacar que por ser anual, se puede pagar de esa manera
en consecuencia la aplicación de cualquier modificación se concretaría precisamente para
el próximo período de pago. De esa cuenta la aplicación del numeral 2), del artículo 7, del
Código Tributario deviene improcedente porque este precepto legal es aplicable a
cualquier impuesto en el que el contribuyente debe presentar declaraciones al fisco y en
el caso del Impuesto Único Sobre Inmuebles, los contribuyentes no presentan ninguna
declaración, sino únicamente se satisface el requerimiento de pago del impuesto, sin
presentación de la declaración jurada. l) Con relación a la supuesta inconstitucionalidad
del artículo 25 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles -IUSI, por vulnerar el
artículo 243 constitucional, sobre la base que la multa en que se incurre por no pagar el
impuesto después del requerimiento efectuado por el ente administrador deviene
confiscatoria y con una tasa excesiva por el porcentaje declarado, dicho argumento es
falaz y erróneo, además, se han invocado en forma errónea los artículos 58, 59 y 60 del
Código Tributario, porque estos se refieren en su orden al pago de intereses resarcitorios
a favor del fisco, al cómputo de los intereses resarcitorios y a la mora. Y en una
interpretación antojadiza no se indica que en el artículo señalado de inconstitucionalidad
se preceptúa que la falta de cumplimiento de la obligación tributaria relativa al Impuesto
Único Sobre Inmuebles no causará intereses y mora contemplados en los artículos del
Código Tributario, y lo relativo a las normas del Código Civil citadas por el accionante son
aplicables a actos o contratos celebrados entre particulares y no tiene nada que ver con el
pago o requerimiento del Impuesto Único Sobre Inmuebles al ente administrador. m) En
relación al artículo 43 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles en lo relativo a los
avisos notariales de los instrumentos públicos autorizados que contengan contratos de
compraventa o traspaso de bienes inmuebles, no se hizo argumentación por el
accionante, pero estima que no se contrapone a norma constitucional alguna, ya que
solamente complementa los avisos notariales que se deben dar por el Notario autorizante
de negocio jurídico, de conformidad con lo establecido y argumentado sobre la supuesta
violación contenida en el artículo 5 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles. n) el
Acuerdo 21-2005 del Ministerio de Finanzas Públicas, no puede ser tachado de
inconstitucional erga omnes, sólo por considerarse que la aplicación del Manual de
Valuación Inmobiliaria que autoriza supuestamente contiene valores que determinan el
valor final del inmueble, puesto que la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles en sus
artículos 5, numeral 2, 15 y 16 establecen su existencia para determinar cómo se
efectuará la valuación o avalúo de bienes inmuebles. Ese mandato se cumplió al emitir el
denominado Manual de Valuación Inmobiliaria, no existiendo ninguna contradicción entre
el Manual de Valuación Inmobiliaria, la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles y la
Constitución Política de la República de Guatemala, tal como la Corte de
Constitucionalidad lo ha establecido en otras acciones de inconstitucionalidad presentadas
con referencia al Manual mencionado. El proceso de formación y sanción de la ley no
puede ser violado por un Acuerdo Ministerial, toda vez que no está sujeto a ese
procedimiento, por tratarse de documentos que emanan de autoridades distintas y por lo
tanto tienen diferentes requisitos para su creación y para su vigencia, de ahí que el
Manual de Valuación Inmobiliaria por ser un documento de la administración pública,
debe ser aprobado como lo preceptúa el artículo 16 de la Ley del Impuesto Único Sobre
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espacio territorial, servicios y desarrollo del lugar, entre otros que constituyen bases
objetivas para determinar aquella ponderación económica. De ello resulta que no es el
poder adquisitivo o capacidad de pago de la persona la que afecta el valor del inmueble
sino es el mismo que, bien sea para su uso propio o para el ajeno, genera un indicador
de su rentabilidad. Valor fiscal que la persona interesada está en capacidad de impugnar
y de probar en sede administrativa cuál es su efectivo avalúo, sin descartar que del precio
de mercado o comercial hubiera de hacerse el descuento que lo aproxime al parámetro
fiscal del que se calcula el respectivo impuesto. De manera que no puede tenerse como
afectados por las normas cuestionadas los principios de igualdad y capacidad de pago
que reconoce la Constitución.
C) El vicio de inconstitucionalidad imputado al artículo 5, inciso 2, de la Ley de
Impuesto Único Sobre Inmuebles, se fundamenta en que en ese numeral se ordena la
creación de un manual de avalúos, documento que no es técnico o legal, porque este
permite la modificación de las bases imponibles y por ende, de las tasas que se aplicarán
a cada inmueble, en violación a los artículos 44, 183, inciso e) y 239 de la Constitución
Política de la República de Guatemala. Al respecto cabe señalar que en lo referente al
vicio de inconstitucionalidad por vulneración de los artículos 44 y 183, inciso e), de la Ley
Fundamental, el accionante no hizo la debida confrontación por medio de la cual
evidenciara la vulneración que le atribuye a la normativa cuestionada de
inconstitucionalidad, expresando en forma razonada y clara los motivos jurídicos en que
descansa la impugnación por lo que deviene improcedente el planteamiento en relación a
la vulneración denunciada.
En lo referente a la vulneración de lo establecido en el artículo 239 constitucional,
derivado de la creación del Manual de Valuación Inmobiliaria, su existencia deriva de la
emisión del Acuerdo Ministerial 21-2005 del Ministerio de Finanzas Públicas y no conlleva
violación al principio de legalidad contemplado en el artículo constitucional citado, porque
se basa en lo establecido en el artículo 16 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles
normativa que regula: “Con el objeto de determinar parámetros de valuación para el
justiprecio de bienes inmuebles, la Dirección debe formular el manual técnico respectivo,
y deberá actualizarlo por lo menos cada cinco (5) años. El manual y su actualización
deberá ser autorizado mediante Acuerdo Ministerial, que deberá ser publicado en el Diario
Oficial”. Precepto legal que determina los motivos por los que debe crearse el manual y
la autoridad responsable de su creación, así como la obligación de mantenerlo
actualizado. La norma referida indica que su autorización debe hacerse con el objeto de
determinar parámetros de valuación para el justiprecio de bienes inmuebles, que debe ser
autorizado mediante Acuerdo Ministerial y por ende ser publicado en el Diario Oficial. En
ese sentido en cumplimiento de lo establecido en la norma citada, el Manual de Valuación
Inmobiliaria, fue debidamente elaborado por la dependencia administrativa
correspondiente del Ministerio de Finanzas Públicas, también fue autorizado por dicho
ministerio, mediante Acuerdo Ministerial 21-2005, por lo que cumplió con los requisitos
que determina el artículo 16 trascrito, y fue publicado en el Diario Oficial, circunstancia
que descartan la violación denunciada.
D) Se cuestiona el artículo 5 de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles, en su
inciso 4, porque establece la opción de modificar el valor de los inmuebles por medio de
un aviso notarial derivado de la autorización de instrumento público que contenga la
transferencia de propiedad o posesión del bien, indicándose que es inconstitucional al
determinar el valor real de los inmuebles por formas distintas que consideran aspectos
diversos, que permiten la modificación de la base impositiva mediante una disposición
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contra el numeral 2), del artículo 5 impugnado, en relación a que la existencia del Manual
de Valuación Inmobiliaria, no contraviene lo establecido en los artículos 183, inciso e) y
239 de la Carta Magna ya que fue autorizado con base en lo ordenado en el artículo 16
de la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles, por medio del Acuerdo Ministerial 21-
2005 en cumplimiento de lo dispuesto por la Ley de la materia. Además, resulta oportuno
citar que la aplicación de los procedimientos de valuación establecidos en el Manual de
Valuación Inmobiliaria y la aprobación de estudios de zonas homogéneas y tipología
constructiva que sirven de base para aplicar el factor de descuento y obtener el valor
fiscal de los inmuebles, no implican la creación o modificación de la base imponible del
tributo, por lo que tampoco se da la inconstitucionalidad alegada por los interponentes en
cuanto a la violación del principio de legalidad contemplado en el artículo 239
constitucional. [Criterio sostenido por esta Corte en la sentencia de veintiséis de mayo de
dos mil nueve, dictada en el expediente dos mil trescientos quince - dos mil ocho (2315-
2008)].
E) El interponente manifiesta que los artículos 5 en su parte final y 7 de la
normativa cuestionada, contravienen los derechos contenidos en los artículos 4º., 12 y 28
de la Ley Fundamental, porque el primero, no permiten admitir y operar valores menores
a los valores inscritos y el segundo, sólo permite la disminución del valor inscrito del
inmueble en caso de deterioro comprobado de éste, sin que exista reglamento de la ley
que indique cómo se clasifica el deterioro, quedando a discreción del Organismo
Ejecutivo, con lo que se anula toda posibilidad de que se afecte el valor de un inmueble
aunque ello derive de causas que sean ajenas al propietario y al propio bien. Cabe indicar
que en relación al último párrafo del artículo 5 impugnado, este no vulnera lo
preceptuado en los artículos constitucionales indicados, ya que el derecho de igualdad,
defensa y petición no se ven afectados al estipularse que no se operarán las inscripciones
de valores menores a los que ya han sido inscritos, lo anterior, porque esa circunstancia
provocaría contradicción con lo establecido en el artículo 4 de la Ley del Impuesto Único
Sobre Inmuebles, que permiten la determinación cuantitativa de la base impositiva, con lo
que esta se podría modificar rebajando el valor inscrito del inmueble, por ello, si no
existiera esa limitante, se contravendría lo establecido en el artículo 239 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, porque cualquier particular podría en
su beneficio pretender la inscripción con base en datos que estén por debajo de lo
anteriormente registrado en relación a un bien inmueble.
Esta impugnación que se puntualiza en la normativa que dispone: “Cuando los
valores consignados en los numerales anteriores, sean menores a los valores registrados
en la matrícula fiscal, no serán operados por la Dirección o Municipalidad respectiva”
permite entender correctamente que la norma citada, aunque imperativa, tampoco
prohíbe ninguna operación que garantice la justicia y la equidad tributarias, que son
condiciones puntuales de los artículos 239 y 243 de la Constitución Política de la
República. En este sentido, aunque el aviso notarial no obliga a la Dirección o a la
Municipalidad, respectivamente, a operar un precio consignado que esté por debajo del
registrado en la matrícula fiscal, ello no impide al sujeto pasivo del tributo a solicitar en
cualquier tiempo al ente recaudador que se hagan dos operaciones sucesivas: la primera
de ellas, la de solicitar que se aplique al precio consignado el factor de descuento que del
valor comercial refleje el valor fiscal, tal como resulta de la aplicación del Manual de
Valuación Inmobiliaria; y la siguiente, que de ser rechazada tal petición por la autoridad
fiscal o municipal respectivas, se proceda, a petición de la parte interesada, a ordenar un
avalúo del bien relacionado, en cuyo caso el obligado tributario tendrá derecho a discutir
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y probar lo que a su derecho convenga acerca de los montos fijados por el valuador
oficial. Esta interpretación tiene como base la realidad de que el aviso notarial recoge
ciertamente el acuerdo de las partes, pero no siempre el verdadero valor de los
inmuebles, especialmente cuando estos han sido adquiridos con carga de financiamiento
o garantías hipotecarias, que exceden el puro valor formado por el precio del terreno y el
de la construcción netos. En estos supuestos, resulta obvio que, para el pago del
impuesto de que se trata en este caso, cumpla con los requisitos constitucionales de
justicia y equidad tributarias, la autoridad recaudadora debe allanar el procedimiento de
revisión del cálculo del avalúo, bien sea por el factor de descuento que permite el aludido
Manual o por practicarse nuevos avalúos que transparenten la realidad fiscal de los bienes
inmuebles gravados con el Impuesto Único sobre Inmuebles.
El artículo 7 cuestionado de vicio de inconstitucionalidad, se fundamenta en una
interpretación literal del artículo, sin realizar la debida integración de la ley con el
contenido del artículo 4 de ésta, en el cual están contenidos los presupuestos que la
administración tributaria utiliza para calificar el deterioro, los que al probarse, como lo
indica la Dirección de Catastro y Avalúo de Bienes Inmuebles, provocan la disminución del
valor de un inmueble. Además, la solicitud de disminución del valor de inmueble para que
se modifique la matricula fiscal, se puede realizar cumpliendo los requisitos enumerados
en el artículo 5 de la Ley relacionada, lo que no veda los derechos de igualdad, al debido
proceso y especialmente el de petición establecidos en la Constitución. Con relación a lo
analizado, cabe citar lo indicado por esta Corte en sentencia de veinticuatro de junio de
dos mil diez, dictada en el expediente tres mil cuatrocientos ochenta y nueve - dos mil
nueve (3489-2009) en la que se indicó: “…debe tomarse en cuenta que, si bien dicha
normativa, en principio, no permite la actualización del valor fiscal de un bien inmueble a
uno menor del que se encuentre inscrito en la matrícula fiscal correspondiente [salvo
casos excepcionales], según se desprende de lo normado en el último párrafo del artículo
5 recientemente analizado, el cual establece: „…Cuando los valores consignados en
los numerales anteriores, sean menores a los valores registrados en la matrícula
fiscal, no serán operados por la Dirección o la municipalidad respectiva‟. [El realce no
figura en el texto], debe tomarse en consideración además, que el espíritu de esa
disposición atiende a una presunción económica de que los bienes objeto del tributo, en
lugar de tender a la depreciación, generan plusvalía conforme el tiempo transcurre; sin
embargo, dicha presunción puede ser rebatida en casos singulares. De esa cuenta, tanto
la Ley del Impuesto Único Sobre Inmuebles como el Manual de Valuación Inmobiliaria
mencionado contemplan casos excepcionales y de fuerza mayor, en los que puede
configurarse el decremento del valor de un bien inmueble objeto de dicho impuesto, ya
sea por factores hidrológicos, topográficos, geográficos y ambientales, según el numeral 4
del artículo 4 de la Ley en cuestión y los numerales 5.7.4 y 5.7.6 del referido Manual. Un
ejemplo cierto de situaciones que pueden provocar tales modificaciones lo constituye lo
ocurrido, en época reciente, en un sector de la zona seis de la ciudad de Guatemala, en
donde, fenómenos graves, provocaron el socavamiento de una porción de tierra, cuyo
hundimiento provocó el deterioro inminente no sólo en la estructura material de las casas,
sino por consiguiente, también de su valor comercial. Según el Manual en referencia, los
solares -terrenos o porciones de tierra- pueden presentar además situaciones y
características particulares que provocan diferentes grados de dificultad para su uso y
aprovechamiento, lo cual obliga también a considerar un decrecimiento en sus valores
base. En ese sentido, los factores de ajuste que pueden provocar el decrecimiento del
valor de un bien inmueble son: su ubicación, sus medidas, su forma irregular, encontrarse
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sobre una pendiente muy pronunciada o posicionado sobre un determinado nivel por
debajo o arriba de la vía pública. Incluso los valores base de la construcción también
pueden verse afectados por un factor de ajuste conforme su edad de edificación,
considerando que con el transcurrir de los años se produce una depreciación de su valor.
Tanto el terreno como la construcción edificada sobre éste, deben valorarse de manera
independiente, cuya suma arroja el valor total del bien inmueble…”. De acuerdo a lo
señalado, no se advierte la inconstitucionalidad denunciada.
F) Indica el interponente que existe vulneración a la libertad de industria,
comercio y trabajo, contenida en el artículo 43 constitucional, por los artículos
impugnados, al referirse anticipadamente a una ganancia o gasto no producidos. También
señala que los artículos 8, 9 y 10 impugnados de inconstitucionalidad contravienen el
contenido de los artículos 4º., 39 y 41 de la Constitución Política de la República, al
consignar y obligar a personas ajenas al propietario a una obligación fiscal de pago como
sujetos pasivos. Denuncia, además, que el artículo 23 impugnado, viola el artículo 243 de
la Ley Fundamental, porque afecta la capacidad de pago del sujeto pasivo del impuesto y,
finalmente expresa que es inconstitucional el artículo 43 de la Ley del Impuesto Único
Sobre Inmuebles por estar íntimamente relacionado con el artículo 5, inciso 4),
impugnado, que ya fue objeto de análisis, porque atenta contra los derechos de igualdad
y a la propiedad privada consagrados en los artículos 4º. y 39 de la Carta Magna.
Esta Corte en relación a los artículos indicados en el presente inciso, estima que
les es aplicable lo indicado para el caso en que en el planteamiento de
inconstitucionalidad no se hace la debida, concreta y específica confrontación entre la
normativa impugnada con las normas de la Ley Superior que se señalan como
violentadas, advirtiéndose que si bien el interponente realiza consideraciones y menciona
supuestos con los que busca ejemplificar lo que estima como vulneraciones, estos no
constituyen por sí solos, los razonamientos jurídicos suficientes y necesarios que
justifiquen la expulsión del ordenamiento jurídico del articulado cuyo vicio de
inconstitucionalidad se pretende, lo que determina la improcedencia del planteamiento en
relación a los artículos referidos.
G) En relación al cuestionamiento de inconstitucional del artículo 25 de la Ley del
Impuesto Único Sobre Inmuebles, al que se le atribuye la violación del artículo 243 de la
Norma Suprema porque estipula una multa del veinte por ciento (20%) del valor de lo
adeudado, lo que excede el promedio de la tasa de interés activa de las operaciones
bancarias del país, que a juicio del interponente, resulta ser confiscatoria.
Esta Corte no advierte vicio de inconstitucionalidad, pues el legislador, al emitir la norma
impugnada, no ha hecho más que fijar una consecuencia derivada del incumplimiento en
el pago del tributo estipulado, lo que no conlleva vulneración al principio de legalidad ni
afecta la capacidad de pago del contribuyente, puesto que la multa es fijada de acuerdo a
los parámetros establecidos legalmente en relación a la tasa impositiva derivada del
análisis que realiza la administración tributaria. Incluso, el legislador establece aspectos
derivados de la naturaleza especial del impuesto, en el sentido de que el incumplimiento
de la obligación por parte del contribuyente no produce intereses resarcitorios, ni mora,
como se contempla en el Código Tributario, puesto que el objeto principal de este
impuesto no es como indica el interponente el desapoderamiento del bien sobre el cual
recae la obligación impositiva, sino garantizarle al Estado, o en su caso a los municipios,
los medios económicos para satisfacer las necesidades de la población. Por lo expresado
no puede alegarse vulneración al contenido del artículo 243 constitucional derivado del
ejercicio de la facultad sancionatoria aplicada por el legislador ante la conducta omisiva
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del sujeto obligado al pago del tributo. Además, el interponente no realiza la adecuada
comparación que permita a este Tribunal examinar el derecho que dice conculcado, lo
que conlleva necesariamente la improcedencia del planteamiento.
Por lo considerado, esta Corte estima que no se aprecia que la normativa
cuestionada vulnere normas de rango constitucional que ameriten su expulsión del
ordenamiento jurídico.
- IV -
Conforme lo establecido en el artículo 148 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, cuando la inconstitucionalidad se declare sin lugar se
impondrá multa a los abogados auxiliantes, sin perjuicio de la condena en costas al
interponente. En el presente caso no se condena en costas al interponente por no haber
sujeto legitimado para su cobro, pero sí es procedente imponer multa a los abogados
auxiliantes del planteamiento, por ser de rigor legal.
LEYES APLICABLES
Artículos citados, 267 y 272, inciso a), de la Constitución Política de la República
de Guatemala; 115, 133, 143, 146, 148, 163, inciso a), 185 y 186 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 31 y 34 bis del Acuerdo 4-89 de la Corte de
Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Sin lugar la acción de inconstitucionalidad general parcial de los artículos 1,
3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 23, 25 y 43 del Decreto 15-98 del Congreso de la República, Ley
del Impuesto Único Sobre Inmuebles y del Manual de Valuación Inmobiliaria formulado
por la Dirección de Catastro y Avalúo de Bienes Inmuebles, del Ministerio de Finanzas
Públicas, aprobado por Acuerdo Ministerial 25-2005 del Ministerio de Finanzas Públicas,
promovida por Rafael Humberto Garavito Gordillo. II) No se condena en costas al
interponente por el motivo considerado. III) Se impone a cada uno de los abogados
auxiliantes, Rafael Humberto Garavito Gordillo, Max Jiménez Tejeda y José Pedro Aguirre
Arango, la multa de mil quetzales, que deberán pagar en la Tesorería de esta Corte
dentro de los cinco días siguientes de la fecha en que este fallo quede firme, en caso de
incumplimiento, su cobro se hará por la vía legal correspondiente. IV) Notifíquese.