Moda

Sustentable
La moda como identidad para el ser humano se ha vuelto un símbolo
indispensable, tanto que cada época en la historia de la humanidad
puede ser representada a partir de ciertos conjuntos que son producto
de las distintas formas de pensar que se van desarrollando y que
cambian con el tiempo. A partir de la Revolución Industrial, la creación
de prendas de vestir ha venido en crescendo, de modo que en 2020 se
producen x piezas por año, siendo una de las industrias más
importantes del mundo al generar una gran cantidad de empleos y de
dinero al año, pero al mismo tiempo siendo una de las principales
fuentes de contaminación, posicionándose como la segunda industria
más contaminante, tan sólo detrás de la industria energética.
Es difícil pensar que algo tan cotidiano y que está en todos lados como
los textiles con base en el algodón, que es una planta natural, pueda
tener tanto impacto en el medio ambiente. Tan sólo basta decir que
para producir algodón se necesitan 210 mil millones de m3 de agua en
relación a la producción anual, esto se debe en parte al hecho de que el
cultivo de dicha planta se da en áreas áridas, lo que nos hace evidente
su excesiva necesidad del líquido vital.
Además, hay otros muchos productos que intervienen en su producción
como lo son fertilizantes y pesticidas como los metamidofos, que son
sustancias prohibidas en varios países por su toxicidad para el medio
ambiente y que son principalmente producidos en China, uno de los
más grandes productores de algodón a nivel mundial. La resultante
final de todo el proceso es la contaminación de 50 mil millones de m3
de agua. Actualmente muchas marcas de ropa y textiles han hecho
convenios y compromisos para la producción de algodón sostenible,
estas medidas se han iniciado aproximadamente desde el año 2008 y
tienen una proyección para este año (2020) del 30% de la producción
mundial de algodón, para los años 2017 a 2018 se registró el 21% que
representa 5.3 millones de toneladas métricas de fibra, siendo este un
paso más a la sustentabilidad de los recursos naturales finitos, y que
han sido impulsados principalmente por organizaciones a favor del
medio ambiente, como lo son la WWF y Greenpeace, al igual que de
organismos internacionales como la ONU y la OMS.
Otras de las principales fibras usadas en la industria de la moda son de
procedencia sintética, tales como el poliéster, nylon, acrílico y
polipropileno, entre otros. Estas fibras están presentes en al menos el
72% de la ropa y a su vez representa el 70% de todas las fibras
producidas a nivel mundial (quedando el 30% de algodón). La mayoría
de estas fibras tienen su procedencia en resinas plásticas que son
subproductos del petróleo y que no son biodegradables. Un estudio de
World Resources Institute muestra que el poliéster de textiles generó
en 2015 1.5 trillones de libras cúbicas de gases de invernadero, y a
pesar de esto su producción ha ido en aumento con los años, derivado
de la demanda en la industria de la moda y otras industrias textiles. Otro
estudio por parte de El Centro de Tecnología Ambiental Alimentaria y
Toxicológica (TecnATox) de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha
demostrado efectos nocivos para la piel por parte de estos materiales,
así que si, tu alergia podría venir de aquella playera que tanto te gusta.
Además de textiles, las prendas se componen de otros materiales, como
botones, remaches, cierres, estoperoles, cadenas, varillas, broches,
entre otros adornos, los cuales son hechos con plásticos y metales.
¿Quién no ha querido ser punk y usar un pantalón roto con cadenitas?
Algunos de estos metales llegan a ser sumamente tóxicos, tales como el
plomo que no sólo es un problema para el ambiente, si no un problema
de salud pública.
Dentro de los otros procesos de creación de prendas de vestir tenemos
el teñido donde se ocupan otro tanto de cantidades de agua (200
toneladas de agua dulce por tonelada de tejido teñido), estampados que
también son de procedencia plástica, el transporte de las materias
primas, la energía eléctrica consumida durante la producción y
finalmente el lavado y planchado que representan otra muy importante
cantidad de agua, electricidad y químicos.
Al final podemos concluir que cada parte del proceso en la producción
de ropa va acompañada del uso de enormes cantidades de agua,
productos químicos, entre otras cosas como los residuos que llegan a
generar todos estos procesos.
Impacto ambiental de la industria de la moda:
• Se requieren 7500 litros de agua para producir unos jeans
• El sector del vestido usa 93.000 millones de metros cúbicos de
agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan 5
millones de personas
• La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio
total de agua a nivel global
• La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de
efecto invernadero
Tal vez a estas alturas, ya estés pensando en dejar de usar ropa y
comprarte un taparrabos hecho de plantas y de manera artesanal, pero…
espera, que aún hay más, no hemos hablado de aquel instante de cuando
vas a la tienda donde viste aquella blusa de la que te enamoraste desde
que la viste en aquel maniquí, la fuiste a buscar entre un montón de racks
con prendas colgadas de un gancho, o un elegante estante de madera,
para luego llevarla a tu casa y salir a la ciudad con tus amigos y poder
presumir lo bien que te ves… pues agárrate, que allá vamos.
Es fácil deducir que parte importante de la comercialización de estas
prendas tiene que ver más con la imagen que con cualquier otra
cuestión, es indispensable para toda marca el mobiliario de la tienda, la
publicidad física, los empaques, bolsas, tickets y otras cosas de las que
no es necesario hablar a profundidad, pero que claramente son parte
del problema. Existe otro tema a tratar sobre la imagen de las marcas
que tiene aún más peso en la cantidad producida de ropa anualmente,
y son las temporadas. Cada marca tiene que tener su propia imagen, una
identidad propia que generalmente se atribuye a sus diseñadores, y que
marca un cierto prestigio, sin embargo, estos estilos están sujetos a las
temporadas primavera-verano y otoño-invierno, que exigen una
constante renovación de la imagen de cada marca, con el fin de buscar
tendencias que atraigan más compradores. Todo esto genera un
impacto social que exige al comprador estar renovando (al menos) cada
seis meses su guardarropa. Por dar un ejemplo, un español promedio
compra unas 34 prendas al año, y no es que sea algo completamente
necesario para vivir, si no que se siente impulsado por las tendencias y
porque con el paso de los años parece que la calidad en las prendas ha
“pasado de moda” y es que esto es producto del Fast Fashion,
básicamente lo que antes se mencionó sobre la interminable
renovación de nuestro armario.
¿Y qué haces cuando ya no quieres una prenda?
El reciclaje es otro de los importantes temas del consumo de ropa,
calzado y accesorios, tan sólo el 15% se recicla, todo lo demás va a la
basura, incluso se dice que cada segundo se tira el equivalente a un
camión lleno de textiles en todo el mundo.
¿Y qué se puede hacer? ¿Es en serio lo de los taparrabos?
Actualmente muchas empresas han tomado la responsabilidad pública
de usar textiles sustentables, ya sea eliminando plásticos provenientes
del petróleo, quitando las pieles (que también son otro elemento
contaminante por las emisiones de CO2 de los ganados), reduciendo el
uso de metales tóxicos, comprando sólo algodón sustentable, o incluso
fomentando campañas de reciclaje. Hasta ahora ya existen once
grandes marcas que únicamente utilizan algodón sustentable, y otras
que han hecho el compromiso con la Estrategia Global del Agua que
forma parte del Global Compact de Naciones Unidas, donde algunos de
los compromisos son:
• Reducir y mejorar la eficiencia del uso de agua en procesos de
fabricación propios, en tiendas, oficinas e instalaciones
• Mejorar la gestión del agua en las cadenas de suministro para un
uso más limpio y eficiente.
• Eliminar el vertido de productos químicos peligrosos en la
fabricación de productos
• Concienciar a los clientes sobre el modo en que se emplea el agua
para fabricar los productos.
¿Pero yo qué puedo hacer?
• Elige ropa fabricada en países que apliquen una normativa
medioambiental rigurosa en sus fábricas (UE, Canadá, EE.UU.…)
• Elige fibras orgánicas y naturales cuya producción no precise de
sustancias químicas
• Elige fibras cuya producción no requiera mucha agua como el lino,
fibras recicladas, etc.
• Lava la ropa solo cuando sea necesario
• Lava la ropa a menos temperatura (30 ºC)
• Compra menos cantidad, más calidad y recicla
• Compra ropa fabricada en países que utilicen energías renovables

En conclusión, existen muchas formas de ayudar al planeta, pero es

tiempo de tomar conciencia propia, al igual que ayudar a concientizar a
las demás personas para poder generar un cambio antes de que sea
demasiado tarde, ya sea aplicando las anteriores propuestas o
generando nuevas, y siempre pensando en que cualquier acción que
tomemos, es una huella en nuestro planeta.
Referencias:

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