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Tema: Los principios que caracterizan la Extradición.

Una mirada desde


la Ley belga de 1833, hasta la actualidad.
Idarmis Knight Soto 1

Preámbulo.1. La Ley Belga de 1833.Sus paradigmas.2.1.1Principio de


doble incriminación. 2.1.2 Principio de especialidad. 2.1.3. Principio de
solución de Concurso de demandas de Extradición. 2.1.4. Principio Ne bis
in idem. 2.1.5. El principio de no entrega de nacionales.2.1.6.Principio de
no entrega por extinción de la responsabilidad penal. 2.1.7. Principio de
no entrega por cometer el individuo reclamado delito de carácter político.
Conclusiones. Bibliografía.
Resumen
La evolución de la Extradición como forma de cooperación jurídica
internacional, pone énfasis en su aspecto jurídico a través de los Tratados, los
cuales enuncian una serie de principios que constituyen garantías para
proteger determinados derechos fundamentales del individuo reclamado
durante el procedimiento.
Estos principios fueron plasmado en los Tratados, con cierta uniformidad,
desde el siglo XIX, actualmente se han ido modelando debido a las diferencias
existentes en las distintas regulaciones, debido a que cada Estado sigue siendo
soberano para determinar cuáles deben ser incorporados a los acuerdos que
suscriba con otros.
Palabras claves
Tratados, principios, cooperación y derechos fundamentales.
Preámbulo

La Extradición -como es entendida en la actualidad- en su estructura formal y


en su denominación, es propia del siglo XVIII, aunque el origen de la institución
ha de encontrarse en la entrega que se hacía de un individuo reclamado de un
país a otro, vinculado a actos esporádicos de naturaleza política, generalmente
bélicos o post bélicos, en los cuales un soberano acordaba con otro la entrega

1
Profesora Facultad de Derecho Universidad Ciego de Avila. Cuba. Miembro de número de la
Sociedad Cubana de Derecho Internacional, Vice presidenta del
Capítulo.e.mail:jmoron1@enet.cu
de un criminal o perseguido, a modo de obsequio. 2Así se suele calificar, en el
Libro de los Jueces de la Biblia3 Capítulo XV, versículos 12, la entrega de
Sansón por los israelitas a los filisteos, y en el Capítulo XX, versículo 13, la
solicitud de entrega de los violadores y asesinos de la concubina del varón
levita, que hicieran las tribus de Israel a las tribus de Benjamín, cuya
denegación motivó la guerra de Judá.
Precisamente es entre los siglos XVI al XVIII que el concepto de Extradición
evoluciona, pues no se reconocían los vínculos de jerarquía internacional
existentes en la Edad Media, respecto al Imperio y al Papa; de incidencia
resultó la Revolución Francesa, por las transformaciones políticas y sociales
que produjo, al aprobarse la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano en 1789 que popularizó las ideas de libertad, igualdad y
fraternidad,4 el Código Penal de la Revolución Francesa y la Constitución de
1791,5que privó al Rey de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial,
poniendo fin a la monarquía absoluta. En esta etapa las entregas comenzaron
a abarcar la delincuencia común, sin excluir la delincuencia política,
efectuándose con la participación del poder judicial y decisión gubernativa.
Preámbulo para comenzar a sentar las bases del régimen jurídico de esta
institución.6

2
Cfr. QUINTANO RIPOLLÉS, A.: Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional
Penal; t. III; Instituto Francisco de Vitoria; Madrid; 1957; pp.153 y 155. En contra: FIORE, P.:
Derecho Penal Internacional y de Extradición; op. cit.; pp. 213-214; JIMÉNEZ DE ASÚA, P.:
Tratados de Derecho Penal; t. II; 3ª edición; Ed. Losada; Buenos Aires; 1964; p. 891, ya que
ambos autores afirman que el primer estado jurídico en el orden penal internacional fue el
privilegio de inmunidad otorgado por el lugar y que se llamó derecho de asilo y ubican el origen
en el siglo XVIII, negando sus antecedentes remotos.
3
Vid.: Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, 3ª edición; Ed. International Biblie
Students Association Brooklyn; New York; 1984; pp. 347-348.
4
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, es votada por la Asamblea
Nacional Constituyente (9 de julio al 20 de setiembre de 1791),proclamó:1)que todos los
hombres nacen y son libres con igualdad de derecho; 2) los derechos naturales del hombre
son: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión;3) el principio de
soberanía reside en la nación;4) la ley es expresión de la voluntad popular y todos los hombres
son iguales ante ellas;5) los ciudadanos tendrán beneficio de la presunción de inocencia;6)
libertad total de expresión;7) la Constitución se hará sobre la separación de poderes;8)la
propiedad será inviolable e inalienable; disponible en: htpp://www.hc.rediris/cronología de la
revoluciónfrancesa; consultado el 20 de mayo del 2009.
5
Ibdem.
6
Cfr. GROCIO, H.: De iure belli as Pacis; libro II; Cap. XXI; párrafo 4; (s.e.); 1625; citado por:
QUINTANO RIPOLLÉS, A.: Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional Penal; op.
cit.; p.159.
En el siglo XIX la palabra Extradición, se acuñó por primera vez en el lenguaje
político-diplomático francés,7 pues hasta entonces se usaban los términos de la
deditio, remissio o intercum; o bien se hablaba de transferir, reclamar o
suministrar.8
El Tratado de Amiens9 reguló las entregas por delitos comunes, es el momento
en que la institución comienza a desarrollarse al servicio de los intereses de la
Comunidad Internacional. La cooperación entre los Estados se proyectó en la
lucha contra la impunidad de aquellos individuos que han delinquido en un
país y se han refugiado en otro, para evadir su responsabilidad.
1.La Ley Belga de 1833.Sus paradigmas.
En la continuidad del estudio de la evolución de la Extradición, de interés nos
resultó la Ley belga del 1 ro de octubre de 1833, la cual recogió las ideas
transformadoras de la institución, que aún se mantienen en los Tratados
firmados sobre la materia. Excluyó por primera vez de forma expresa la entrega
por delitos políticos, y militares, reguló la entrega de extranjeros, prohibió la
entrega del individuo reclamado para aplicar la pena de muerte, y también por
extinción de la responsabilidad penal.10Estas normas fueron incorporadas al
Tratado de Extradición firmado entre Francia y Bélgica en 1834.
Posteriormente, la Ley belga del 22 de marzo de 1856 reguló la llamada
“cláusula belga de atentado”, que excluía de los beneficios de la no Extradición
política al individuo que cometiera crímenes en los que mediare atentado
personal contra los Jefes de Estado o sus familiares.

7
Víd.: Decreto de la Convención Francesa del 19 de febrero de 1789; disponible en
http://www.revitaiddes.blogspot.com/;consultado 20 de mayo el 2011.
8
Cfr.QUINTANO RIPOLLÉS, A.: Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional Penal;
op. cit.; p.161.
9
En el Tratado de Amiens de fecha 27 de marzo de1802,firmado entre Francia, España e
Inglaterra, se consigna en el apartado XX: que las partes contratantes, de conformidad con las
demandas realizadas por ellas, sus ministros u oficiales debidamente autorizados para ello, se
comprometen a entregar a la justicia las personas acusadas de asesinato, falsificación o
bancarrota fraudulenta, cometidos en la jurisdicción de la parte solicitante, aunque únicamente
en los casos en los que la evidencia del delito esté clara y las leyes del lugar en el que las
personas acusadas sean descubiertas autoricen su detención y conducción a juicio, si el delito
se ha realizado allí. Los gastos del arresto y conducción a la justicia correrán a cargo de la
parte demandante. Pero este artículo no se aplica a los delitos de asesinato, falsificación o
bancarrota fraudulenta cometidos antes de la conclusión de este tratado definitivo; disponible
en: http://www.enciclopedia.us.es/index.php/tratados-de-paz-de-Amién; consultado el 22 de
mayo 2009.
10
Cfr. GAETE GONZÁLEZ,E.:La Extradición ante la doctrina y la jurisprudencia 1935-
1965;Ed.Jurídica;Chile;1970;p.275.
La “cláusula belga de atentado” es enunciada en la mayoría de los Tratados de
Extradición con el mismo significado que en la ley belga anteriormente citada.
Sin embargo considero que su actualización, en los Tratados bilaterales
firmados por Cuba es necesaria, para incluir además de los Jefes Estado y de
Gobierno a otras personas que por las funciones merecen especial protección,
como por ejemplo los Ministros de Relaciones Exteriores, por dos razones:
primera, por estar constantemente visitando otros países en el marco de las
relaciones internacionales y tener especial protección en el Derecho
Internacional, y como segunda, por la necesidad de excluir aquellos actos de
especial gravedad11 de la no extraditabilidad por delitos políticos.
2.1. Principio de doble incriminación.
El principio de doble incriminación, en su dimensión efectiva se explica a partir
de que el hecho por el que se solicita la Extradición esté tipificado como delito,
tanto en la legislación del Estado requerido como en la del Estado requirente; 12
en el momento de su comisión, como en el de solicitud o de entrega; así de
esta manera, si el hecho no es delito en el Estado requirente, no se le podrá
entregar para juzgar o para que cumpla una pena, si no lo es en el Estado
requerido, no obstaculiza la convivencia del mismo.
Entendido de esta forma el principio de doble incriminación, es útil para
delimitar si las conductas son susceptibles de Extradición, en la medida en que
se puedan identificar en un tipo penal, tanto en la legislación del Estado
requerido, como en la del requirente; además que esté incluida entre aquellas
que puedan motivar el procedimiento extradicional; en este sentido, Jiménez de
Asúa 13 declaró el principio de legalidad, nulla traditio sine lege.

11
Serán los delitos calificados por cada Estado y en este sentido la comisión de un homicidio,
secuestro u otro atentado contra la integridad física o la libertad de una persona
internacionalmente protegida; la comisión de un atentado violento contra locales oficiales, la
residencia particular o los medios de transporte de una persona internacionalmente protegida
que pueda poner en peligro su integridad física o su libertad. La Asamblea General de
Naciones Unidas adoptó el Tratado sobre la Prevención y Castigo de delitos contra personas
protegidas internacionalmente, incluidos los agentes diplomáticos, Jefes de Estado y de
Gobierno y a sus Ministros y familiares, de fecha 14 de diciembre de 1973; disponible en:
http://www.judicatura.com/legislación/htm;consultado 20 de mayo del 2009.
12
Cfr. JIMÉNEZ DE ASÚA, L.: Tratado de Derecho Penal  ; op. cit.; p. 941; también: CEZÓN
GÓNZALEZ, C.: Derecho Extradicional. Apéndice: El futuro de la Extradición en Europa; Ed.
Dykinson; Madrid; 2003; pp. 89-90 .
13
Cfr. JIMÉNEZ DE ASÚA, L.: Tratado de Derecho Penal; op. cit.; p. 941.
La Resolución IV del X Congreso de Derecho Penal Internacional celebrado en
Roma en 1969,14sostuvo la necesidad de mantener el principio de doble
incriminación como condición obligatoria para extraditar, sin olvidar el respeto
de determinados derechos fundamentales que se protegen en los Tratados; de
esta forma se impide la detención por las autoridades del Estado requerido, de
una persona que el hecho imputado no esté tipificado según la legislación del
lugar donde se encuentre.
Este principio deja su impronta por ejemplo, en la Sentencia dictada por la
Corte Suprema de Chile, Caso de solicitud de extradición de Alberto Fujimori
artículo I, letra b), del Tratado Multilateral de Extradición de Montevideo de
1933 que preceptúa: “Cada uno de los Estados signatarios se obliga a
entregar, de acuerdo con las estipulaciones de la presente Convención, a
cualquiera de los otros Estados que los requiera, a los individuos que se hallen
en su territorio y estén acusados o hayan sido sentenciados, siempre que
concurran las circunstancias siguientes: b) Que el hecho por el cual se reclama
la extradición tenga el carácter de delito y sea punible por las leyes del Estado
requirente y por las del Estado requerido con la pena mínima de un año de
privación de libertad.”15
Este principio no significa identidad de normas penales, coincido con otros
autores16 en que es suficiente para identificar el principio que el hecho sea
delictivo y con una penalidad mínima, dispuesta en el Tratado, es decir, el juicio
se hará a partir del relato de los hechos proporcionados por las autoridades del
Estado requirente.
El principio de doble incriminación se ha configurado con una dimensión más
amplia, desde el momento en que se ha reemplazado el sistema de lista
cerrada por el de la pena mínima gravedad, minimis non curat praetor; sistema
que delimita los delitos que pueden ser objeto de Extradición, no

14
En: Reviste Internationale de Droit Pénal ; No. 1-2; 1970; p. 13 ; citado por: GARCÍA
SÁNCHEZ, B.: "La Extradición en el Derecho Interno, Internacional y Comunitario"; op. cit.; p.
214.
15
Víd.: Sentencia de la Corte Suprema de Chile, Caso de solicitud de extradición de Alberto Fujimori, de
fecha 21 de septiembre de 2007, rol 3744-07, considerando sexto, p. 8; disponible en:
http://www.politicacriminal.cl; consultado el día 19 de mayo de 2009.
16
Cfr. CEZÓN GONZÁLEZ, C.: Derecho Extradicional. Apéndice: El futuro de la Extradición en
Europa; op.cit; p.96-103; en este sentido también SEBASTIÁN MONTESINOS, M. a. A.: La
Extradición Pasiva; op. cit;pp.41-42.
circunscribiendo la entrega a las figuras que exclusivamente tipificaban los
Estados en los Tratados con anterioridad.
Ciertas causas motivaron la concreción actual del principio, entre ellas
podemos citar: la necesidad de actualizar constantemente los Tratados que
quedaban obsoletos por surgir nuevas conductas perseguibles no incluidas en
ellos; los cambios en la legislación penal de los Estados que pueden dar lugar
a delitos incluidos en la lista del Tratado, inexistentes en la legislación de una
de las partes; el problema de la calificación de los hechos por el Estado
requerido y por el Estado requirente; el cambio de calificación en el Estado
requirente una vez hecha la entrega; además del inconveniente de la no
equivalencia de los términos entre los idiomas de las dos partes
contratantes.17 Y agrego además de las distintas firmas por los Estados de
distintos Tratados que regulan cuestiones d e Extradición que incluyen esta
modalidad.
La nueva dimensión del principio superó las restricciones que enmarcaba el
sistema de lista cerrada. La inclusión de la pena mínima en los Tratados desde
la década de los setenta a prima facie; evita omisiones incompatibles con la
realidad que puedan entorpecer la procedencia de la Extradición, permitiendo
que se restablezca el orden jurídico vulnerado.
Una interpretación coherente y de buena fé de este principio en los Tratados,
es considerar que el relato de los hechos en el país requerido esté tipificado en
la legislación penal y sea antijurídico, ya que la culpabilidad no es exigida, pues
cabe extraditar también para el cumplimiento de una medida de seguridad. La
apreciación de la pena mínima, le corresponde de manera exclusiva al Tribunal
competente que va a conocer del procedimiento, para determinar si procede o
no la doble incriminación.

2.1.2 Principio de especialidad.


El principio de especialidad ya fue incluido en las Resoluciones del Instituto de
Derecho Internacional de Oxford de 1881, 18 estas expresaron que “(…) el
Gobierno que ha obtenido la Extradición de un individuo, por un hecho

17
GARCÍA SÁNCHEZ ,B.:La Extradición en el Ordenamiento Interno, Internacional y
Comunitario; op.cit ;p.202.
18
Cfr. Sobre la evolución del principio y Derecho Comparado; MANZANARES SEMANIEGO, J.
L.: El Tratado Europeo de Extradición; Ed. Bosch; Barcelona; 1986; pp. 174-176.
determinado, está obligado de pleno derecho, salvo disposición en contrario, a
no permitir el juicio del extraditado o su castigo, más que por ese hecho.”
Su manifestación práctica, se expresa cuando el Estado requirente se
compromete a no extender el enjuiciamiento o el cumplimiento de condena a
hechos distintos y anteriores a aquellos por lo que se solicita, y es autorizada la
entrega del reclamado. Este principio constituye una pieza básica reconocida
por casi todos los Tratados de Extradición, del que dimanan compromisos que
alcanzan a la persona entregada, en cuanto a que no será acusada ni
condenada por hechos distintos de los que fundamentan la entrega.
La especialidad ha sido objeto de debate por estudiosos del tema, unos
opinan19 que no crea derechos frente a los sujetos objeto de Extradición, sino
que es un principio de auto imposición por los Estados y de ejecución propia,
mediante el cual cada Estado se obliga a no juzgar a los extraditados por otros
delitos que no sean contenidos en la petición y a no extraditar a un tercer
Estado; es decir, crea obligaciones entre Estados, y una violación del principio
se podría entender como una violación del Tratado, denunciable por el Estado
requerido frente al Estado requirente, significando que el principio de
especialidad es una obligación del Estado.
Existe otra opinión20 de análisis sobre el principio, que plantea que la
especialidad constituye un derecho del individuo, a no ser juzgado o
condenado por delito distinto al que figure en el Tratado, o en otro caso a no
ser juzgado o condenado por hechos distintos del que fundamentó la
Extradición. En este sentido el principio es un derecho del individuo.
La vigencia del principio no se discute, ya que está generalmente
aceptado.21Opino que la especialidad debe proyectarse en los Tratados con
una concepción única, es decir, un derecho del individuo y obligación del
Estado requirente, al manifestar la relación entre la cooperación del Estado y la
protección de los derechos del individuo, pues a contrario sensus se
19
En este sentido, DE MIGUEL ZARAGOZA, J.: “Algunas consideraciones sobre la Extradición”
en: Boletín de Información del Ministerio de Justicia e Interior; No. 1738; Madrid; 1995; p. 108.
20
Cfr. JIMÉNEZ DE ASÚA, L.: Tratado de Derecho Penal; op.cit; p.939-963.
21
En contra: FIORE, P.: Tratado de Derecho Penal Internacional y de la Extradición;Ed.
Imprenata;1880;p. 409, quien opina que si en el curso de una instrucción judicial se revelan
nuevos cargos contra el acusado, no hay por qué detener el curso de la justicia por el sólo
motivo de que el nuevo delito no se ha indicado en la demanda de Extradición; este autor sólo
justifica la limitación que impone el principio en ciertos casos en los que exista mala fé en el
Estado requirente, por ejemplo, que se le vaya a enjuiciar por un delito distinto al que motivó la
Extradición.
vulnerarían principios tan importantes como la doble incriminación, no
Extradición por delitos de carácter políticos, prohibición de la tortura
enmarcados en dos preceptos: imposibilidad de juzgar al individuo extraditado
por un hecho distinto y anterior al que se fundamenta la entrega por parte del
Estado requirente, pero sí por un hecho posterior, e imposibilidad de
reextraditarlo a un tercer país sin consentimiento del primer Estado de refugio,
por existir una relación entre dos Estados durante el procedimiento.
En el orden de ideas precedentes surge la reextradición o ampliación de la
extradición, que se manifiesta en los supuestos que son necesarios para que el
Estado requirente pueda enjuiciar a una persona por hechos distintos y
anteriores a los expresados en la solicitud de la Extradición. Para ello deberá
solicitar el consentimiento del Estado requerido, mediante una nueva demanda
de Extradición, con iguales requisitos a la anterior, exigible también si el Estado
requirente quiere entregar al sujeto a un tercer Estado reclamante; se trata en
definitiva de proteger al individuo para que no sea juzgado, por ejemplo, por un
delitos de carácter político.
Un ejemplo de lo antes expresado es la solicitud de reextradición de Manuel
Antonio Noriega, formulada por la República de Panamá a Francia. En este
supuesto por haber sido extraditado desde Estados Unidos, es el
Departamento de Estado de conformidad con la regla no-inquiry quien debe
autorizar la entrega a Panamá.22
Un problema que puede surgir respecto a este principio, y que lo diferencia de
los demás, es que el principio de especialidad opera con posterioridad a la
entrega del individuo, se sustenta en el compromiso otorgado por el Estado
requirente al Estado requerido de no enjuiciar al individuo por hechos distintos,
de tal manera que si no se cumple con lo pactado, se le deberá exigir
responsabilidad internacional por incumplimiento del Tratado en cuestión. 23
22
Manuel Antonio Noriega acusado en 1988 por Estados Unidos por el delito de tráfico de
drogas, fue capturado durante la invasión a Panamá y llevado ante un Tribunal Federal de
Miami, donde fue condenado a cuarenta años de prisión el 10 de julio de 1992.Posteriormente
fue extraditado a Francia por un delito de lavado de dinero él cual cumple una sanción de siete
años .Panamá pide su reextradición donde debe cumplir seis condena que equivalen a 67
años de prisión; víd.: Extradición de Noriega en manos de Estados Unidos; disponible
en:http://www.wscalapau.uab.cat/mg/programa/derecho/ justicia/boletin027pdf/;consultado el 30
de enero 2012 .
23
Cfr. ABAD CASTELOS, M.: La toma de rehenes como manifestación del terrorismo y del
Derecho Internacional; Ministerio del Interior; Secretaria General Técnica; Madrid; 1997; p. 337;
quien afirma que el principio de especialidad se basa en la buena fe entre los Estados,
presumiéndose su cumplimiento, aunque en ocasiones se suelen exigir garantías por
Pero además el individuo puede suceder que se violen otros principios
después de la entrega como la prohibición de aplicar pena de muerte, la
prohibición de tortura, de tratos crueles inhumanos o degradantes, en estos
casos los Estados suelen cumplir los compromisos contraídos, en caso
contrario, el individuo puede utilizar las técnicas de control establecidas en los
Tratados de Derechos Humanos, como las denuncias interestatales, las
individuales, o los informes, teniendo en cuenta que la Extradición se
fundamenta en la protección de determinados derechos fundamentales.
En los Tratados firmados por Cuba el principio se regula distinguiendo ciertas
excepciones, basadas en la voluntariedad del extraditado, para ser juzgado por
otros hechos distintos a los que motivaron la Extradición; en estos casos, la
solicitud se comunicará al Estado que le hubiere entregado, para que autorice a
ser juzgado, si la infracción estuviera contenida en el Tratado y
consiguientemente si el Estado requirente ha obtenido previamente la
autorización del que ha concedido la Extradición. Igual procedimiento se
seguirá para aquellos individuos que hubieren estado en libertad en el país
durante un mes después de haber sido arrestados, en caso de condena, un
mes después de haber sido arrestados y juzgados, y también, un mes después
de haber cumplido o de haber sido indultados, Lógicamente estos términos
pueden variar siempre que las partes lo consideren en nuevos Tratados.

El reconocimiento en los Tratados del principio de forma estricta o de forma


amplia nos ha permitido zanjar una cuestión polémica; la obligación del Estado
y el derecho del individuo a que se le juzgue por el hecho que produjo la
entrega. Sin embargo si existe un acuerdo internacional que no regule el
principio, este se aplicará a pesar de no existir una norma consuetudinaria,
teniendo en cuenta la interpretación del concepto. En la Extradición la entrega
se realiza para que el individuo sea juzgado, cumpla una medida de
seguridad o una sanción por un determinado delito común, esto garantiza
que no puede ser juzgado por otro.
Todo ello en virtud que para juzgar al individuo por un delito distinto y
anterior al que se produjo la Extradición; el Estado requirente debe realizar
una nueva solicitud.

adelantado al Estado requirente.


2.1.3. Principio de solución de Concurso de demandas de Extradición.
Otro principio que puede producirse durante la Extradición, es la solución de
concurso de demandas. Se entiende como la solución de entrega del individuo
reclamado por solicitudes formuladas por distintos Estados durante el
procedimiento; que independientemente al grado de discrecionalidad que se le
otorga al Estado requerido siempre se deben buscar las soluciones más justas
que protejan al individuo reclamado. Así, en un proceso extradicional, se puede
dar el fenómeno de que un Estado reciba respecto, del mismo sujeto, varias
solicitudes de Extradición, provenientes de distintos Estados. El Estado
requerido se encuentra en la tesitura de decidir a favor de uno u otro Estado.
Existen autores24 que distinguen dos tipos de concurso de solicitudes: el
meramente subjetivo, que tiene lugar cuando dos Estados piden la Extradición
del mismo individuo por distintos hechos y el subjetivo-objetivo, que se plantea
cuando ambos Estados reclaman al mismo sujeto con fundamento en los
mismos hechos, para cuyo enjuiciamiento se consideran competentes. La regla
general es que se traten de igual forma jurídicamente, dejando un amplio
margen de discrecionalidad al Estado requerido, 25aplicando diversos criterios
alternativos como la nacionalidad del sujeto, la gravedad del delito, a falta de
estos criterios, el de primacía.
Como se puede observar, las soluciones a los concursos de Extradición varían
sin atenerse a reglas específicas, y se resolverán de conformidad a las
adoptadas por cada Estado en los Tratados, sin vulnerar las garantías
consignadas en el Tratado que protegen determinados derechos
fundamentales en el procedimiento.
De interés nos resultó el fallo de la Audiencia Nacional de la Sección Segunda
de la Sala de lo Penal de España que resolvió, en el Auto 9 de fecha 11 de
febrero de1986 caso Ochoa, una Extradición subjetiva-objetiva pedida por dos
Estados, Colombia y EE.UU.; el fallo se otorgó a favor del primero de ellos por
aplicación de criterio de nacionalidad del individuo reclamado: un colombiano
24
En este sentido: MUÑOZ CAMPOS,J.:”La ley 4 /85 de 21 de marzo de Extradición Pasiva, en
Revista Jurídica de Cataluña,2;Cataluña;1987;p.215;también cfr.: BUENO ARÚ,F.: Notas sobre
los más recientes Tratados de Extradición suscritos por España; en Estudios Penales en
memoria del Profesor Fernández Albor; Universidad Santiago de Compostela, Santiago de
Compostela;1989;p.p.154-155.
25
Se incluye también al tratamiento a los apátridas; víd.: art. 7 apartado 1) en Convención sobre
los Estatutos de apátridas; de fecha 28 de setiembre de 1954 disponible en:
http://www.mpf.jusbaire.gov.ar/;consultado 19 de mayo del 2010.
acusado de delitos de tráfico de drogas. La resolución judicial argumenta que el
criterio temporal de las demandas de Extradición no es un criterio preferente
como lo demuestran la mayoría de los Tratados en la actualidad y al estar en
igualdad ambos Estados ante la gravedad del delito, lugar de comisión,
identidad objetiva y subjetiva, se aplica el criterio de la nacionalidad del
delincuente. Sin embargo, en la práctica la entrega se realizó a Estados
Unidos, argumentando el Estado Español, que el Tratado con Colombia es
obsoleto y por ajustarse aquél más a las perspectivas del presente en el
Derecho Extradicional.26
Esta extradición debió efectuarse a Colombia tal como se estableció en el fallo,
y consiguientemente Estados Unidos solicitar la reextradición del individuo, sin
violar la legalidad de la resolución emitida, a nuestro juicio, se aplicó la regla
male captus bene judicatus, al realizarse una entrega irregular de España a
Estados Unidos alejada de la legalidad y de las garantías propias del
procedimiento. Alternativa alejada de la seguridad jurídica del individuo, al no
existir el control jurisdiccional, puede suceder que los hechos imputados sean
sancionados con mayor pena en el país al que se produce la entrega, pueda
correr el riesgo de ser torturado
Las soluciones dadas a los concursos por el Estado requerido, deben de tener
respuestas en el marco de la legalidad. La discrecionalidad no puede parecer
un impedimento para la protección de determinados derechos fundamentales
durante el procedimiento, todo lo contrario el órgano jurisdiccional debe dejar
bien esclarecido su parecer para que el Estado pueda garantizar las soluciones
más justas y ofrezca seguridad jurídica, en tanto unas veces será aconsejable
conceder la Extradición al lugar donde cometió el delito y en otras será
aconsejable aplicar el criterio de nacionalidad del delincuente o el de la
gravedad de la infracción.
No obstante a lo anteriormente señalado, a Ley de Extradición Internacional de
México, 27 reconoce la obligación de considerar las circunstancias en un orden
determinado; en este sentido, cuando la persona es solicitada por varios
Estados, se entregará el acusado primeramente al que lo reclame en virtud de

26
Cfr.GARCÍA SÁNCHEZ,B.: La Extradición el Ordenamiento Interno Español, Internacional y
Comunitario; op. cit.; pp. 255-256.
27
Víd.: Ley Internacional de Extradición México de fecha disponible en: http://www.
cooperacion_penal.gov.ar/bilaterales/htm
un Tratado; cuando varios países invoquen Tratados, a aquel en cuyo territorio
se hubiera cometido el delito; cuando concurran dichas circunstancias, al
Estado que lo reclame a causa de delito que merezca la pena más grave y en
cualquier otro caso, al que primero haya solicitado la Extradición o la detención
provisional con fines de Extradición.
Entre los Tratados de Extradición firmados por Chile, 28 se consagra la
discrecionalidad del Estado requerido, cuando el sujeto es reclamado por los
mismos hechos también por el Estado del que es nacional. Otros establecen la
territorialidad como criterio, bien de modo facultativo o con carácter obligatorio.
Otra línea toman los tratados celebrados por Costa Rica, 29 estos cambian el
enfoque, unificando los dos tipos de concurso y dejando un amplio margen de
discrecionalidad para resolver al Estado requerido, que solamente tiene
obligación de tomar en cuenta las circunstancias del caso, especialmente las
que enumera con carácter enunciativo y no sucesivo.
Merece atención el artículo 90 del Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional, que regula el concurso de solicitudes de Extradición y entrega a
la Corte, indicando que en caso de solicitudes concurrentes, una solicitud de
entrega a la Corte Penal Internacional y una solicitud de Extradición de otro
Estado, tiene en principio, prioridad la solicitud de entrega a la Corte Penal
Internacional; así esta regulación contiene distintos supuestos, debiendo
distinguirse: si el Estado es parte, la solicitud de la Corte Penal Internacional
tendrá prioridad si esta ha determinado la admisibilidad, por ello el Estado
requerido sólo podrá dar curso a la solicitud de Extradición una vez que la
Corte Penal Internacional la haya denegado.
En este orden resulta conveniente tener presente lo señalado por el juez
Federal argentino Gabriel Cavallo 30 en el fallo que declaró la nulidad de las-
leyes de punto final y obediencia debida-, cuando afirma que“(…) la magnitud y
la extrema gravedad de los hechos que ocurrieron en nuestro país en el
período señalado, son lesivos de normas jurídicas que reflejan los valores más
28
Víd.: art.8 del Tratado de Extradición firmado entre Chile y Brasil; disponible en:
http://www.oas.org/juridico/MLA/sp/col/index.html, consultado el día 20 de mayo 2009.
29
Víd.:art.21 del Tratado de extradición firmado por Costa Rica con Colombia; disponible en
http://www.oas.org/juridico/MLA/sp/col/index.html;consultado el día 20 de mayo 2009.
30
Sentencia del Juez Federal argentino Gabriel Cavallo, Caso “Simón, Julio, Del Cerro, Juan
Antonio/sustracción de menores de 10 años”, que anuló las leyes de punto final y de obediencia debida,
de fecha 6 de marzo de 2001, en causa No. 8686/2000, Buenos Aires, Argentina, considerando III;
disponible en: http:// www.politicacriminal.cl;consultado el 19 de mayo 2009.
fundamentales que la humanidad reconoce como inherentes a todos sus
integrantes en tanto personas humanas. En otras palabras, los hechos
descriptos tienen el triste privilegio de poder integrar el puñado de conductas
señaladas por la ley de las naciones como criminales, con independencia del
lugar donde ocurrieron y de la nacionalidad de las víctimas y autores. Tal
circunstancia, impone que los hechos deban ser juzgados. Incorporando a su
análisis jurídico aquellas reglas que la comunidad internacional ha elaborado a
su respecto, sin las cuales no sería posible valorar los hechos en toda su
dimensión. En este sentido, el analizar los hechos exclusivamente desde la
perspectiva del Código Penal supondría desconocer o desechar un conjunto de
herramientas jurídicas elaboradas por el consenso de las naciones
especialmente para casos de extrema gravedad como el presente. Sería un
análisis válido pero, sin duda, parcial e insuficiente”.
Para ilustrar lo anteriormente expuesto, en la práctica encontramos la
Resolución de cumplimento de la Sentencia del Caso de la Masacre Mapiripán
dictada el 15 de setiembre del 2005 por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. La cual cuestiona fuertemente la decisión de Colombia de extraditar
a exjefe paramilitares a Estados Unidos para que respondan por cargos de
narcotráficos evadiendo cargos de crímines de lesa humanidad. La Corte
enfatizó en que debe prevalecer la imputación de las violaciones más grave de
derechos humanos.31
La cooperación judicial de ambos Estados debe estar dirigida a juzgar al
individuo por los hechos más graves, Colombia además de combatir el
narcotráfico con la Extradición a Estados Unidos de los individuos reclamados,
debió establecer mecanismos para condicionar dicha entrega y no entorpecer
las investigaciones graves sobre Derechos Humanos imputadas a estos
individuos, los cuales pueden ser sujetos de una reextradición o entrega a la
Corte Internacional de resultar responsables.
La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los
Crímenes de Lesa Humanidad y el Estatuto de Roma, que crea la Corte Penal
Internacional, fundan sus disposiciones en la naturaleza de los delitos que las
31
Víd.:Disponible en
htpp://www.corteideh.or.cr/docs/casos/artículos/seriec_134_esp.pdf;consultado el 20 de de
enero 2011.
motivan y, en consecuencia, en la necesidad de que los autores de crímenes
definidos en el ámbito internacional violatorios de derechos esenciales de la
persona humana y de trascendencia para la comunidad internacional, queden
efectivamente sometidos a la acción de la justicia con el propósito de evitar la
impunidad. Recordando32 que es deber de todo Estado, en orden a los fines
propuestos, ejercer su jurisdicción penal removiendo los obstáculos o, en su
caso, ajustando los criterios de interpretación del derecho interno que lo
impidan.
Por ello no se debe obviar la ponderación que puede realizar cualquier Estado
que no sea parte de los Estatutos para entregar a la Corte un individuo que
haya cometido un crimen internacional, en este caso, antes de conceder la
Extradición, puede entregarlo a la Corte, solamente con el depósito ante el
Secretario General de Naciones Unidas de una declaración unilateral de
aceptación de la competencia de la Corte y de las obligaciones de cooperación
judicial, le bastaría para confirmar la primacía de esta.
Me resulta acertado que los Tratados, de forma general dejan un amplio
margen de discrecionalidad a los Estados, describiendo los criterios de
selección con carácter enunciativo y no jerarquizado, ofreciendo ventajas al
Estado requerido para que no se encuentre apresado entre normas rígidas no
coincidentes, aunque se deberá respetar el principio de tomar aquella decisión
que permita que el reclamado responda por el mayor número posible de las
infracciones que se le atribuyan, siempre sin vulnerar el principio ne bis in idem
y otros principios que se observan durante el procedimiento.
2.1.4. Principio Ne bis in idem.
Este principio tiene sus antecedentes en el Cuerpo de libertades de la Bahía de
Massachusetts de diciembre de 1641, en cuyo numeral 42 se dispuso: “Nadie
será condenado dos veces por la justicia civil a causa del mismo crimen,
ofensa o agravio”; no fue regulado en la Declaración Francesa de Derechos de
1789. Su objetivo fundamental es impedir que una persona pueda ser
sancionada de manera sucesiva, simultánea o reiterada por un hecho que fue

Corte Suprema de Justicia de la Nación, 08/09/2003 - Hagelin, Ragnar E. - JA 2003-32


402.Fallos326:3268;disponible
en:http://www.el_derecho_internacional_en_la_jurisprudencia_de_la_csjn_pdf;consultado el día
.19 de mayo 2009
sancionado por otra autoridad administrativa o judicial, específicamente en el
ámbito penal.33
El principio hace referencia a que nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un
delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia
firme.34Se plasman en los Tratados de Extradición como consecuencia de la
trascendencia internacional del principio ne bis in idem, en virtud del cual puede
denegarse la Extradición solicitada.35
El fundamento del principio se encuentra en razones humanitarias basadas en
la defensa del individuo para evitar su doble persecución. Es un principio de
protección judicial del ciudadano contra el ius puniendi del Estado y asimismo
forma parte de los derechos a un proceso justo.
No existe una norma de Derecho Internacional ius cogens que imponga el ne
bis in idem internacional entre Estados. La aplicación depende del contenido de
los Tratados internacionales. Estas son razones de estricta justicia, sin
embargo, no se encuentra uniformidad en la doctrina en determinar qué
sentencias producen efecto de cosa juzgada, al momento de la entrega del
individuo reclamado, pues fácilmente se comprende el proverbio latino res
judicata pro veritate habetur; el hecho de que se haya dictado un fallo resulta
para las partes ejecutorio e ineludible.
Corresponde en cada Tratado regular la sentencia a tener en cuenta, sin
olvidar que en caso de sentencia pendiente no estaría en curso para denegar
una Extradición, a no ser que exista un Tratado con el otro país, de traslado de
remisión de actuaciones penales iniciadas hacia otro.
El principio se identifica en los Tratados por la eficacia de la cosa juzgada que
impide que el individuo pueda ser juzgado dos veces por la misma causa.
Especial atención merece la denegación de la Extradición por tener efecto de

33
Cfr. LLOBET RODRIGUEZ, J.: “Proceso Penal Comentado”; Universidad para la
Cooperación Internacional; San José Costa Rica; 1998; p.124 en: GOITE PIERRE, M.:
Principios e Instituciones de las Reformas Procesales: Seguridad Jurídica Nom bis in idem,
Cosa Juzgada y Revisión Penal. Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de la
Sociedad Cubana de Derecho Procesal (CD del evento); (s.e.); La Habana; 2008.
34
En el ámbito internacional, el principio se encuentra consagrado en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, de fecha 1966 específicamente en el artículo 14.7;firmado por
Cuba 10 de diciembre 2008; disponible en: hppt://www.derhuman.jus.gov.ar/ ;consultado el 26
de abril de 2010.
35
Este principio en el ámbito internacional no estaba aceptado con anterioridad. Cfr. FIORE, P.:
Tratado de Derecho Penal Internacional y de la Extradición; op. cit.; pp.101-124.
cosa juzgada, cuando se hayan dictado las resoluciones judiciales en un tercer
país o en el Estado requerido36 por los mismos hechos y al mismo individuo
La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso "Barrios Altos", en
fecha 14 de marzo del 2001,estableció fuertes restricciones a las posibilidades
de invocar la defensa de cosa juzgada para obstaculizar la persecución penal
respecto de conductas como las que se le atribuyen a Jorge R. Videla, ex
militar, dictador argentino, Presidente de facto desde 1976,hasta 1983.En el
2003 Alemania solicitó la Extradición por el Tribunal de Núremberg, por el
homicidio de la ciudadana alemana Elisabeth Kalsemann. En el 2005 el
sumario fue sobreseído por no hallarse constancia del posible delito. En otra
ocasión, 2009, la Fiscalía reabrió el caso en Argentina por hallar el cadáver de
otro ciudadano alemán. Por lo tanto, y de acuerdo con lo resuelto por el
Tribunal referido, corresponde rechazar en el caso toda interpretación
extensiva del alcance de la cosa juzgada que impidiera la persecución penal
del imputado por hechos que constituyen violaciones graves a los derechos
humanos, respecto de los cuales, por lo demás, nunca fue sometido a juicio. 37
Las decisiones judiciales que resuelvan la Extradición sólo producirán efectos
de cosa juzgada si resuelven sobre el fondo del asunto, es decir, coincidencia
entre la sentencia presentada al Estado requerido y la solicitud de Extradición
entregada por el Estado requirente, pero no las sentencias denegatorias
fundadas en motivos procesales (falta de coincidencia entre la persona
detenida y reclamada, falta de elementos de juicio suficientes para decidir o
falta de decisión concluyente del gobierno, en estos supuestos podrá
reproducirse siempre que el impedimento sea subsanable), en cuanto que
éstas no impidan una posterior resolución de fondo.
Sin embargo la garantía del ne bis in idem queda desvirtuada ante la regla de
interpretación que establece el Tratado Único Sobre Estupefacientes, en su
artículo 36, segundo párrafo, apartado "a", inc. i) que fue aprobado por los
36
En este sentido, MERCIER, A. L.:“Extradición” en: Recuel des Cours de I’Académie de Droit
internacional; París; 1930; p. 218, pues afirma que la condena del país de refugio no tiene
porqué satisfacer al Estado requirente. En esta misma línea, pero con distintos argumentos, se
pronunció FIORE, P.: Tratado de Derecho Penal Internacional y de la Extradición; op. cit.; p. 98,
señalando que la cosa juzgada no podrá nunca perjudicar al condenado si se encontrase en
estado de demostrar por medio de nuevas pruebas su inocencia y de hacer invalidar la
sentencia condenatoria que se había pronunciado contra él.
37
Víd.: Caso Barrios Altos (Chumbipuma Aguirre y otros vs. El Perú) Interpretación de la Sentencia de
Fondo (Art. 67 Convención Americana sobre Derechos Humanos), sentencia de 14 de marzo de 2001;
disponible en :http://www.politicacriminal.cl;consultado el 19 de mayo 2009.
Estados en la Conferencia Internacional extraordinaria que tuvo lugar el 30 de
marzo de 1961,celebrada en Nueva York, y entró en vigor en 1964, que
sustituye a los Tratados anteriores para la fiscalización de opiáceos, cannabis y
cocaína, concertados desde el principio del siglo XX. Este Tratado quedó
enmendado en Ginebra por el Protocolo de Modificación que fue aprobado el
25 de marzo de 1972. Según esa regla, en efecto, los delitos previstos en el
Tratado mencionado deben considerarse infracciones distintas si son
cometidos en países distintos, ya que ambas acciones –exportar e importar-
lesionan los ordenamientos de ambos países y tienen momentos consumativos
distintos, incluso cuando puedan resultar de un único designio.
Este Tratado es de aplicación universal, lo que significa que todos los países
están sujetos a algunas de sus disposiciones, tanto si son o no son Partes en la
Convención. El Preámbulo de la Convención Única menciona su carácter
universal, y se explica por la preocupación de las Partes por la salud y el
bienestar de la humanidad y por su convicción de que la aplicación de medidas
eficaces contra el uso indebido de estupefacientes requiere una acción
concertada y universal.
En los procedimientos de Extradición el principio ne bis in idem, no tiene un
acuerdo categórico para su aplicación, se reconocen las sentencias dictadas
tanto por el Estado requerido como por el requirente . La no entrega del
individuo cuando las sentencias surten efectos de cosa juzgada, es regulado
en los Tratados bilaterales de Extradición por cada Estado.
Los Estados son los encargados de fijar en los Tratados las circunstancias para
el reconocimiento del principio; a este le es irrelevante que el individuo
reclamado haya sido absuelto o condenado, que haya cumplido una pena total
o parcialmente, que la misma haya prescripto, que haya sido indultado o los
hechos hayan sido amnistiados luego de iniciado el procedimiento. A los
efectos de la Extradición para invocar al principio sí la solicitud se realiza por
los mismos hechos la Extradición es denegada, obligatoriamente siempre que
exista una sentencia que haya resuelto el fondo del asunto.

2.1.5. El principio de no entrega de nacionales.


El principio de no entrega al nacional 38, a pesar de cristalizar en la Ley belga de
1833, es adoptado por Francia en la Constitución de 1830, seguida por la
Constitución alemana de Weimar y por casi todos los países europeos y
americanos del pasado siglo.
El primer Tratado en que se estableció este principio fue el concertado entre
Francia y Bélgica en 1834. 39Sin embargo, ya en 1880 el Instituto de Derecho
Internacional en su sesión de Oxford se proclamó a favor de no darle
relevancia al estatuto personal del delincuente en materia de Extradición, ya
que la regla sexta estableció lo siguiente: “Entre los países cuyas legislaciones
penales posean análogas bases y entre los que exista una mutua confianza en
sus respectivas instituciones judiciales, la Extradición de los nacionales sería
una medida para asegurar la buena administración de justicia, debiéndose
estimar como deseable la jurisdicción del forum loci delicti comissi (principio de
territorialidad), que es el llamado a juzgar siempre que ello fuere posible”.
Han sido numerosos los argumentos alegados por los Estados para defender
dicha práctica. Por un lado, se ha planteado 40 que la entrega es contraria a la
dignidad nacional; que constituye un atentado al deber del Estado de
protegerlos, porque le asiste un derecho de habitar en el territorio de su patria
con o sin prisión y ello se opone a que sea entregado a un país extranjero;
también se ha afirmado41 que la prohibición de entrega a nacionales se conecta
con el derecho a ser juzgado por el juez natural. De esta forma se ha propuesto
en diferentes forum42 la siguiente fórmula: El Estado requerido, decidido a
mantener la regla de no Extradición de nacionales, debería comprometerse a
38
Adopto este término por estar reconocido el principio tal como lo enunciamos en todas las
Tratados y leyes de Extradición, además de ser utilizado el término “nacional” en todos los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos. Para el Derecho Internacional Público la
nacionalidad es algo que no está exenta de discusión, se define como la pertenencia jurídica de
una persona a la población que constituye un Estado. Población entendida como elemento
esencial del Estado para considerarlo como sujeto de Derecho Internacional, y que,
precisamente, la condición de nacional del Estado es lo que legítima a éste para ejercer
protección diplomática; cfr. DÍEZ DE VELAZCO, M.: Instituciones de Derecho Internacional
Público; 11a edición; Ed. Tecnos; Madrid; 1997; p. 517.
39
Cfr. SÁNCHEZ GARCÍA, B.: La Extradición en el Ordenamiento Interno Español,
Internacional y Comunitario; op. cit.; pp. 266-267.
40
Cfr. PASTOR BORGOÑON, B.: “Comentarios a la Ley 4/85 de 21 de marzo de Extradición
Pasiva”; op. cit.; p. 338.
41
Idem; p. 338
42
En este sentido podemos citar el Congreso Penal y Penitenciario de Bruselas de 1900;
también las Conferencias de Unificación de Derecho Penal; la de Derecho Comparado de La
Haya de 1932 y el Comité de Codificación de la Sociedad de Naciones; el Congreso de
Derecho Penal de Roma de 1969; Cfr. GARCIA SÁNCHEZ, B.: La Extradición en el
Ordenamiento Interno Español, Internacional y Comunitario; op. cit.; 2005; p. 261.
ejercer su poder represivo contra ellos a petición del Estado requirente, y
debería adoptar, en el plano interno, las medidas legislativas necesarias a este
efecto.
Sin perjuicio de estas apreciaciones generales que deben ser tomadas con las
debidas precauciones, la verdad es que las decisiones judiciales adoptadas por
varios países latinoamericanos en esta cuestión, se registran en una variedad
de criterios; así, por ejemplo, la Corte Suprema de Colombia rehusó la
Extradición de un nacional colombiano a Venezuela, en 1942, sobre la base de
“graves riesgos en el juicio que pudiera celebrarse en el extranjero”. 43 En 1941,
la Corte Suprema de Costa Rica emitió una opinión consultiva recomendándole
a su gobierno que rehusara el envío de un nacional a Nicaragua, a tenor de la
opción en este sentido prevista en la Convención Centroamericana de 1923. 44
La Corte Suprema de Honduras dictaminó que la opción o discreción
establecida en el Código Bustamante debería ser ejercitada a favor del fugitivo
y que, en el caso en cuestión, la persona solicitada debería ser enjuiciada ante
los Tribunales de Honduras.45
Autores como Quintano Ripollés46 critica la vigencia del principio de la no
entrega del nacional, y expresa que el fundamento del principio no se
encuentra en el Derecho Internacional, hallándose en pugna con los postulados
de una íntegra cooperación represiva y de solidaridad entre las autoridades
penales de los diversos Estados integrantes de la Comunidad. Tampoco se
encuentra en razonamientos de tipo jurídico, sino en motivos de carácter
nacionalista, en la tendencia a conservar las facultades propias de la soberanía
en el mayor número posible de casos y en la desconfianza más o menos
justificada en la justicia penal de otros países. 47 Lo que choca con los principios

43
V.gr. El Caso Arévalo. Ann. Sig. 329 (No. 99); citado por: SHEARER, I. A.: Extradition in
International Law; Manchester University Press; Oceana Publications; Gran Bretaña; 1972;
p.117. Acota este autor que Venezuela no era Estado parte de la Convención de 1902 y que el
Acuerdo de Caracas (1911) del cual Colombia y Venezuela son partes, no disponía sobre el
particular.
44
Caso Rojas. Ann. Dig. 330 (No.100): Extradition in International Law; Gran Bretaña; 1972;
citado por: SHEARER, I. A.: Extradition in International Law; Manchester University Press;
Oceana Publications; Gran Bretaña; 1972; p. 72.
45
V. gr. SHEARER. I.A. sostiene que las Convenciones multilaterales rechazan el principio de
la no Extradición de nacionales y contemplan la alternativa de los Estados de extraditar o
juzgar, para de esta forma evitar la impunidad.
46
Cfr: QUINTANO RIPOLLÉS, A.: Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional
Penal; op. cit.; p. 214.
hoy reinantes en el Derecho Internacional, como el principio de solidaridad, al
que va cediendo paso el principio de soberanía.
Otros autores48 han llegado a afirmar que lo que justifica la vigencia de la regla
en el Derecho positivo es la persistencia en estos días de las gigantescas
diferencias de culturas y costumbres internacionales, que evidentemente,
harían que la entrega de nacionales situará a éstos en condiciones muy
desfavorables al ser juzgados por Tribunales extranjeros.
La adopción de la obligación alternativa, aut dedere aut judicare (extraditar o
juzgar) para evitar la impunidad, facilita la cooperación internacional, esta
facultad se le otorga al Estado requerido y no puede entenderse como una
disyuntiva a la Extradición o como una libertad del Estado requerido para
escoger entre entregar al inculpado o juzgarlo, es una alternativa que se viene
recogiendo en los ordenamientos internos para flexibilizar esta regla.
Otros Tratados modernos, como el de las Naciones Unidas contra el Crimen
Transnacional Organizado, de fecha 15 de noviembre de 2000, 49el Tratado
Internacional para la represión de actos terroristas cometidos con bombas, 50del
15 de diciembre de 1997 y el Tratado Internacional para la represión de la
financiación de terrorismo,51 del 9 de diciembre de 1999, que regulan la entrega
del nacional condicionada, en tal sentido, el Estado requirente debe entregar al
individuo para que cumpla la pena después de ser juzgado, al Estado requerido
del cual es nacional. Esta forma de manifestación de la extradición, se ha ido
generalizando en los Tratados que tratan el principio, por considerar que en el
país de origen será más fácil la reinserción social, el apoyo familiar.
Entre otros Tratados internacionales que tratan el tema podemos citar, el
Tratado sobre la represión de la trata de personas y de la explotación de la
prostitución ajena, adoptada en fecha el 2 de diciembre de 1949.En sentido
contrario es el tratamiento que se le otorga al extranjero, aspecto que resultó
interesante, por no ser muy usual en instrumentos internacionales actuales. En
47
Cfr. PASTOR BORGOÑON, B.: “Comentarios a la ley 4/1985 de 21 de marzo de Extradición
pasiva” en: Comentarios a la Legislación Penal; t. VIII; Vol.1; Madrid; 1988; p. 68.
48
En este sentido, ARROYO DE LA HERAS, A. y J. MUÑOZ CUESTA: Manual de Derecho
Penal. Introducción. La ley penal. La pena; Vol.1; Ed. Aranzadi; Pamplona; 1986.
49
Vid.: artículo 16; disponible en http://www.uaf.gob.ec/; consultado el día 5 de marzo de 2009.
50
Víd.: artículo 8, 9, 10, 11; disponible en http://www.iestudiospenales.com.ar/;consultado el 19
de mayo del 2010.
51
Vid.: artículos 10, 11, 14,15; disponible en http://www.espaciosjuridicos.com.ar/ ;consultado el 19
de mayo del 2009.
este supuesto se reconoce, al advertir que la no entrega de un extranjero por el
Estado requerido parte del Tratado, en casos análogos dará lugar a igual
solución con el Estado requirente, cuando correspondiere.
Este supuesto no encierra una interpretación de la reciprocidad reconocida
sistemáticamente, como promesa que aparece en defecto de un Tratado de
Extradición. Todo lo contrario y de conformidad con lo preceptuado, los
Estados parte poseen facultad para la no entrega del extranjero, debiendo
juzgarlo, el cual puede resultar nacional del Estado requirente.
Obsérvese que independientemente a la no entrega del extranjero, el apátrida,
o el nacional al Estado requirente, estos se deben juzgar con garantías
observando los principios regulados en los Tratados o en una ley.
En Cuba rige el principio de no entrega al nacional; al ser parte de estos
Tratados queremos aclarar que la obligación alternativa aut dedere aut
judicare(extraditar o juzgar) cuando se trate de un nacional, será aplicada para
juzgar, armonizando este principio con otras normas como por ejemplo el
artículo 6 del Código Penal y los Tratados bilaterales vigentes en esta materia
que enuncian.
Es conveniente señalar, que países como Estados Unidos reconocen la
entrega de sus nacionales, así, la Ley de 21 de noviembre de 1990 sobre
Extradición, establece que si el Tratado no obliga a los Estados Unidos a
extraditar a sus nacionales, el Secretario de Estado podrá, no obstante,
ordenar la entrega al país reclamante de un estadounidense, si concurren los
otros requisitos del Tratado,52 ya consignados previamente, como la doble
incriminación, no entrega por delitos de carácter político.
También Gran Bretaña en su Ley de Extradición de 1989 no hizo exclusión
alguna de los nacionales, por lo que su entrega a otro Estado viene delimitada
por el contenido del Tratado aplicable. Los tribunales ingleses han accedido a
facilitar la Extradición de sus nacionales, incluso en aquellos casos en que la
entrega no sea preceptiva sino facultativa. 53A esta excepción también se unen
Canadá, Australia, Nueva Zelanda, la cual es más teórica que práctica, pues
esta postura se debe al procedimiento de Extradición pasiva, en el que tiene
que acreditarse la culpabilidad del reclamado para obtener un resultado

52
Cfr. SEBASTIAN MONTESINOS, Ma A.: La Extradición Pasiva; op.cit; p. 153.
53
Ídem; pp. 72-73, 108 y 119.
favorable a la entrega y, consecuentemente, no haya inconvenientes al
entregar a sus nacionales al Estado reclamante.
Nos resulta atinada la incorporación de la obligación alternativa aut dedere aut
judicare(extraditar o juzgar),en los Tratados firmados por Cuba, la cual estaría
ceñida desde mi punto de vista a juzgar, para proteger al individuo en el país,
una vez que se solicite su Extradición. En el supuesto que la reclamación del
nacional sea para cumplir una sanción, el Estado puede ser parte de otros
Tratados para que cumpla la sanción en el país como por ejemplo: el de
ejecución de sentencias penales extranjeras. Esta constituye la tendencia que
se viene implantando basada en la cooperación jurídica en materia penal.
La protección al nacional como función del Estado también incluye otro
mecanismo como la adopción de Tratados sobre remisión de las actuaciones
judiciales, que fueron iniciadas en el país en que delinquió el sujeto, para su
continuación en el país donde es nacional, solo si este Estado puede asegurar
la comparecencia del procesado en el juicio para la ejecución de la pena. Estas
son ejemplos de acciones de cooperación entre Estados para proteger al
nacional.
Importante resulta que en los Tratados de Extradición, los Estados especifiquen
sobre la cualidad del nacional, por las diversas nacionalidades que puede
ostentar el individuo, lo cual no invalida la protección del Estado, si no está
privada de ella.
2.1.6.Principio de no entrega por extinción de la responsabilidad penal.
La denegación de Extradición cuando los hechos de solicitud hayan prescrito,
no tiene lugar a dudas, sin embargo, se debe delimitar los criterios de
interpretación para determinar dicha prescripción. En la doctrina 54 se debaten
opiniones controvertidas: una parte aboga por la aplicación de la Ley del
Estado requerido para apreciar la prescripción, argumentando que un Estado
no puede prestar su apoyo para castigar a una persona residente en su
territorio cuando, de acuerdo con su legislación, los hechos ya no sean
perseguibles ni punibles, de hecho no se da el requisito de la doble
incriminación, por tanto, no se debe extraditar; a pesar de ser dos principios
distintos se conectan en el marco de la legalidad.

54
Cfr.VILARIÑO PINTOS, E.: La Extradición: régimen jurídico y práctica internacional , en
Curso de Derecho Internacional de Vitoria de Gasteiz, Madrid; 1984,p.12.
Otro supuesto que suele aparecer en los Tratados consiste en que la única
legislación aplicable para apreciar la prescripción es la del Estado requirente, 55
bajo el argumento de que es la legislación afectada por el ilícito y es el que
posee verdadero interés del castigo. Lo cierto en ambos supuestos, es que
esté reflejado en los Tratados, la forma que adoptaran los Estados, y la
Extradición será válida sí se cumple el principio de doble incriminación.
Lo fundamental, para apreciar la prescripción, es que se debe analizar
conforme a los supuestos de cada una de las legislaciones, según la regulación
de los Tratados, sin olvidar que la doble incriminación es uno de los principios
arraigados en el Derecho de Extradición, a observar en el momento de la
entrega; ahora bien, lo que no puede hacer un Tribunal es crear un híbrido
normativo, mezclando preceptos de otra legislación para conceder la entrega
del individuo reclamado.
La prescripción se presenta de forma diferenciada en la interpretación de la
acción penal para el Derecho interno, cuando estamos en presencia de delitos
que constituyan crímenes de guerra, de lesa humanidad cometidos tanto en
tiempo de guerra como en tiempo de paz, por ser imprescriptibles para los
Estados parte de este Tratado.56 La jurisprudencia indica que fue modificada
con respecto a la normativa internacional en el precedente "Priebke", en el cual
el gobierno italiano requirió la extradición de Erich Priebke para su juzgamiento
por hechos calificables por tratados internacionales como "genocidio" y
"crímenes de guerra", por haber ordenado la masacre de la aldea Ardeatinas
en la que murieron 335 italianos; pero respecto de los cuales, desde la
perspectiva del Derecho interno, la acción penal se encontraba prescripta. A
pesar de ello, esta Corte hizo lugar a la extradición, por entender que, conforme
al Tratado para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, no
resultaban aplicables las reglas de la prescripción de la acción penal previstas
en el Código Penal.57
55
Cfr. FIORE, P.: Tratados de Derecho penal Internacional y de la Extradición ;op.cit.p.106;
también SEBASTIÁN MONTESINO, M.a A.: La Extradición Pasiva;op.cit.p.201.
56
El tratado sobre imprescriptibilidad de crímines de guerra y lesa humanidad en su artículo I
reconoce que este será aplicado a los crímines enumerados cualesquiera que sea la fecha en
que se haya cometido. Disponible en http://www2.ohch.org/spanish/are/crimines...guerra.htm,
consultado el día 19 de mayo del 2009.
57
Víd.: Sentencia de la Corte Superior de la Nación de Argentina; frente a supuestos similares
ya ha sido reconocida por este tribunal en Fallos 326:2805 ("Videla, Jorge R."), voto del juez
Petracchi; 326:4797 ("Astiz,Alfredo I." [45]), voto de los jueces Petracchi y Zaffaroni disponible
http://www.en _la_Jurisprudencia_de_la_csnj_pdf;consultado 19 de mayo 2009.
En la jurisprudencia de algunos Estados que no son parte en la Convención
sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad
pueden encontrarse soluciones que van en el sentido de la misma. Así, aunque
Chile no es parte en la Convención, la Corte Suprema chilena ha declarado que
los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles. Basándose en que los
graves crímenes cometidos durante la última dictadura lo fueron en un contexto
de conflicto armado de carácter no internacional, la máxima instancia judicial
chilena aplicó las disposiciones de las Convenciones de Ginebra sobre la
protección debida a las personas en tiempo de guerra y concluyó que de la
obligación estatal de adoptar medidas legislativas para sancionar penalmente a
los autores de las infracciones graves en ellas previstas se seguía la
imprescriptibilidad de tales violaciones. Con el argumento de su recepción
general por parte del derecho internacional de los derechos humanos con
carácter de ius cogens, la Corte Suprema chilena extendió la regla de la
imprescriptibilidad a los crímenes de lesa humanidad. 58
En cambio la Corte de Casación de Argentina 59 en otro fallo hace alusión (…) a
que no puede adherir a la autoridad de la casación francesa en cuanto juzga
que ningún principio del derecho tiene una autoridad superior a la ley francesa
ni permite declarar la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra, ni
prescindir de los principios de legalidad y de no retroactividad de la ley penal
más severa cuando se trata de crímenes contra la humanidad. Cabe advertir,
que Francia no es parte en la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los
Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad.

58
Corte Suprema de Justicia de Chile: Recurso de Casación Osvaldo Romo y otro, rol 973-97,
sentencia de 7 de abril de 1997. Corte Suprema de Justicia de Chile: Recurso de Casación
Manuel Tomás Rojas Fuentes, sentencia de 13 de marzo de 2007. Corte Suprema de Justicia
de Chile: Recurso de Casación interpuesto por Edgar Benjamín Cevallos Jones y Ramón
Pedro Cáceres Jonquera, rol 8113-2008, sentencia de 24 de septiembre de 2009. Corte
Suprema de Justicia de Chile: Caso por el secuestro calificado de Aurelio Clodomiro Sepúlveda
y otros, rol 3587-05, sentencia de 27 de diciembre de 2007. Corte Suprema de Justicia de
Chile: Caso del secuestro calificado de Ricardo Aurelio Troncoso Muñoz, Hernán Galo
González Inostroza, María Elena González Inostroza y Elsa Victoria Leuthner Muñoz, rol 3452-
06, sentencia de 10 de mayo de 2007.Víd.: Artettaz,F.:Imprescriptibilidad de los crímines de
lesa humanidad: Una perspectiva latinoamericana. Trabajo realizado en el marco del Proyecto
Consolider-Ingenio 2010.”El tiempo de Derecho”;Universidad Zaragoza;2010.
59
Víd.: Sentencia de la Corte de Casación de Argentina, "Fédération Nationale des désportés
et internés résistants et patriotes et autres v. Klaus Barbie", 20/12/1985; n. 02-80.719 (n. 2979 FS) -
P+B, 17/6/2003 ;disponible en http://www.acader.unc.edu.ar; consultado el 19 de mayo del 2009.
La adopción del Tratado sobre imprescriptibilidad de los crímines de guerra y
de los crímines de lesa humanidad60 constituye la culminación de un largo
proceso que comenzó en los primeros años de la década de 1960, cuando la
prescripción amenazaba con convertirse en fuente de impunidad de los
crímenes practicados durante la Segunda Guerra Mundial, puesto que se
acercaban los veinte años de la comisión de estos. Su aplicación constituye un
reconocimiento a la norma vigente por el deber de respeto a los derechos
humanos en función del Derecho Internacional.
Otro de los problemas de interpretación del principio es la amnistía y el indulto,
ya que no se muestra uniformidad en la determinación de si estas dos medidas
de gracia deberían o no ser causas denegatorias de la Extradición de un
individuo.
El Tratado sobre imprescriptibilidad de los crímines de guerra y lesa
humanidad, no prohíbe expresamente que los delitos declarados en su cuerpo
normativo sean objetos de amnistía e indulto, aunque el tema es discutible
sobre el resultado que este pretende evitar; opino que estas medidas no se
deben otorgar teniendo en cuenta el objetivo de este instrumento que es evitar
la impunidad. Con base en la jurisprudencia interamericana y en las normas de
ius cogens que impiden la impunidad de los crímenes de lesa humanidad la
justicia argentina declaró la nulidad de normas de amnistía. Así sucedió
respecto de las leyes conocidas como de -obediencia debida y punto final-. De
hecho, estas leyes ya habían sido consideradas contrarias tanto a la
Declaración americana de derechos y deberes del hombre (artículo 18, derecho
de justicia) como de la Convención interamericana de derechos humanos
artículos 1) deber de respetar los derechos; 8) garantías judiciales; 25)
protección judicial por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en
un informe relativo a Argentina. Con los mismos argumentos, la justicia
argentina declaró la nulidad de los indultos concedidos a responsables de los
delitos de lesa humanidad.61
El profesor Valle Riestra62 ha planteado que esas medidas de gracia, cuando
han sido dictadas en el Estado requerido, no deberían ser causas de
60
61
Cfr. ARTETTAZ, F.: Imprescriptibilidad de los crímines de lesa humanidad: una perspectiva
latinoamericana; op.cit.p.17.
62
Cfr. VALLE RIESTRA, J.: La Extradición: principios, legislación y jurisprudencia; 2a edición;
Lima-composición-diagramación;Lima;1990
denegación de la Extradición, al considerar su naturaleza política (son
prerrogativas del Poder Ejecutivo).
Otros autores63entienden que solo se debería denegar la Extradición cuando se
hubiera promulgado la amnistía o un indulto en el Estado requirente, ya que tal
medida extinguiría el derecho de ese Estado a perseguir o castigar al
reclamado, no dándose igual situación cuando hayan sido promulgadas en el
Estado requerido; pues tales medidas tienen generalmente en cuenta
consideraciones locales o nacionales que no deberían extenderse a personas a
las que no se pretendían incluir en la misma, al carecer dicho Estado requerido
del derecho de castigar un delito en cuestión. Así, no debe interferir de manera
alguna en la entrega de un reclamado que cometió los hechos en otra
jurisdicción.
Cuando se observe en el procedimiento estas causas, se debe tener en cuenta,
que no se aproximan en el procedimiento de Extradición, las normas
establecidas en los países que integran el sistema continental y los que
integran el sistema anglosajón, ya que en este último la apreciación de la
extinción de la responsabilidad penal implica, averiguar si el sujeto es o no
responsable.
Un aspecto central de la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos resulta del pronunciamiento en los fallos 328:2056 (JA
2006 III 350) sobre la inadmisibilidad en los procedimientos de Extradición de
las disposiciones de amnistía y prescripción (…)que tiende a impedir las
investigaciones y sanción de los responsables de violaciones graves a los
derechos humanos tales como tortura, la desaparición forzada de personas,
los homicidios extrajudiciales todas ellas prohibidas por contravenir derechos
inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos
humanos.64
Esta obligación de extraditar al individuo que incurra en tales actos no solo es
una obligación impuesta por los Estados a través de los Tratados que regulan
esta materia, sino también a través del Derecho Consuetudinario que impide

63
En este sentido: FIORE, P.: El Tratado de Derecho Penal Internacional y de la Extradición,
op. cit.; p. 107
64
Víd.: La Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y los Informes de
la Comisión sobre el Caso Barrios Altos (Chumbipuma Agüirre otros vs Perú);disponible en:
http://www.scielo.cl/uselp/v1302/pdf;consultado el 19 de mayo 2009.
que la normativa local se contraponga al cumplimiento de tal obligación,
evitando la impunidad de todas aquellas personas que han transgredido bienes
jurídicos de comunidad Internacional.
Entre los Tratados de Extradición firmados por Cuba, que reconocen la
amnistía y el indulto como medida de gracia dictada como causa de la extinción
de la responsabilidad penal, sin distinción del Estado que la otorga se halla el
firmado con Venezuela en 1910 artículo V c), con México en el artículo VII
apartado segundo, con Colombia en 1932 en su artículo. IV c), con República
Dominicana en 1933 en el articulo III c)65.
Somos de la opinión que tanto el indulto como la amnistía, son medidas de
gracia que implican la renuncia del Estado a su actividad represiva, aun y
cuando en el indulto se haya ejercido la jurisdicción y se condone la pena; su
origen se encuentra en situaciones sociales y políticas, de hecho si son
acordadas por el Estado requerido no se cumple la doble incriminación, y
constituyen causas indirectas de denegación de la Extradición, al no existir una
norma internacional que disponga el sistema a seguir, es decir, sí se debe
tener en cuenta la legislación del Estado requerido o la del Estado requirente, o
si se conjugan ambas, se atiende al tenor literal preceptuado en los Tratados
de Extradición.
2.1.7. Principio de no entrega por cometer el individuo reclamado delito
de carácter político.
Los delitos de carácter políticos, en un principio, constituyeron el fundamento
de la Extradición como prueba de solidaridad entre los monarcas de los
distintos países, pero posteriormente, desde comienzos del siglo XIX quedaron
excluidos de todos los Tratados que se celebraron; por las razones que ya
fueron explicadas en el epígrafe relativo a la evolución histórica de la
institución.
Como principio de no Extradición el delito de carácter político puede explicarse
a partir de que las infracciones políticas no quebrantan el orden internacional,
sólo atentan contra los intereses de un Estado cuya organización política trata
de modificar el delincuente, y además, que sus ideas coinciden con las mismas
del régimen político del Estado que lo recibe.66
65
Vid.: Extradición Doctrina-Legislación-Tratados; MINREX;(s.e); La Habana; 1961; en todo.
66
Cfr.MARTÍNEZ, J.A.: La criminalidad política; Imprenta J. Arroyo;Habana;1928Obra premiada
en el Concurso anual para obras jurídicas del Colegio de abogados TEJERA,D.V.: Ciclo de
Siguiendo esta misma línea, el texto que aprobó la Unión Internacional de
Abogados en su Congreso celebrado en La Haya en 1985, procedió a delimitar
el concepto de delitos de carácter político, señalándose que la Extradición no
se concederá cuando se trate de delitos de carácter político o que incriminen la
libertad de expresión entendida según las Convenciones Internacionales, no
incluyéndose como tales, los actos de terrorismo que pongan directa e
inmediatamente en peligro la vida o la integridad de las personas, la piratería,
el secuestro de personas o toma de rehenes, reflejado esto en las
Convenciones Internacionales y en la Jurisprudencia de los Tribunales de la
Haya, San Jorge y Estrasburgo.67
Zaffaroni nos plantea que no existe una ley internacional clara sobre el delitos
de carácter político para delimitar el concepto,(…) es inadmisible que la ventaja
acordada internacionalmente al delincuente político pueda serle acordada al
mercenario y al que sólo actúa movido por intereses pecuniarios, como el
vendedor o traficante de armas. El concepto, a los efectos Internacionales, en
tanto no se encuentre limitado por los tratados internacionales, no puede ser
otro que un criterio que se atenga a la motivación y, por ende, a la
culpabilidad.68
A la luz de la Jurisprudencia de la Corte De Justicia de la Nación Argentina la
tipificación del concepto de "delitos de carácter político”(..) para ser tal debería
tratarse de un hecho que atentase exclusivamente contra la organización
política del Estado; o bien que tuviera por fin asegurar la comisión de un
atentado de ese tipo, o que fuera una secuela inmediata y directa de él.(…).Sin
embargo, aun cuando se cometiera un acto terrorista exclusivamente contra el
orden político, se escaparía a aquella categoría en el caso de que, por sus
conexiones internacionales, constituyera una amenaza para la seguridad de las
demás naciones o independientemente de los límites espaciales de sus efectos
involucrase atentados contra la vida y la propiedad de las personas que, por su

Conferencia de Temas de Derecho Penal,Ed.Lex;Habana,1949;p. 40; VON LIZST,F.: Tratado


de Derecho penal;op.cit;p.66 ss.; JIMÉNEZ ASÚA,L .:Tratado de Derecho Penal; op.cit
;p.845;MANZINI,V.:Tratado de Derecho Penal; op.cit,p.561.
67
Cfr. MUÑOZ CAMPOS, J.: “La Ley 4/85 de 21 de marzo de Extradición Pasiva” en: Revista
Jurídica de Cataluña; No.2; Cataluña; 1987; pp. 207-233.
68
ZAFFARONI,E.R.: Tratado de Derecho Penal t.I;op.cit.pp.261-264
falta de proporción con el fin buscado así como por la gravedad de la ofensa,
integraren el género de los "delitos iuris gentium".69
La delimitación del delitos de carácter político constituye uno de los problemas
más difíciles de interpretar en el Derecho Internacional Contemporáneo, debido
al estado actual de las relaciones internacionales, y que el individuo suele
refugiarse en aquellos países que coincidan con sus ideas políticas. Las
diversas concepciones nacionales sobre este tipo de delitos no han permitido
un consenso general sobre lo que debe considerarse como tal. Ello ha
conllevado a la necesidad de que los Estados tipifiquen en los Convenios
internacionales, las conductas que no deben ser consideradas como tal, para
evitar discrecionalidad en los procedimientos de Extradición.
En tal línea, la práctica jurisprudencial se pronunció también en el fallo 319:510
(J 970877) de la Corte Superior de la Nación de Argentina en el caso de
extradición solicitud de Extradición del Estado Español del ciudadano Lariz
Iriondo de la siguiente forma (…) que si bien no existe en el ámbito del Derecho
Internacional convencional una definición de terrorismo, la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas ha expresado (…)que tales actos
"son injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera que sean las
consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o
de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos" (resolución
51/210-A/RES/51/210- del 16 de enero de 1996,(…)la voluntad de la
comunidad internacional de cooperar en la investigación y sanción de los actos
terroristas no es un hecho reciente. Precisamente, la hipótesis fáctica por la
cual se requiere la extradición de Jesús M. Lariz Iriondo a España encuadra, a
mi juicio, dentro de las previsiones del Tratado Internacional para la represión
de los atentados terroristas cometidos con bombas, aprobado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 15 de febrero de 1997(…),(…) la comunidad
internacional ha avanzado en una unánime condena del terrorismo y ha
expresado una clara voluntad de juzgarlo y sancionarlo en la conciencia de que
su erradicación no interesa sólo al Estado directamente perjudicado, sino que
constituye una meta cuyo logro beneficia, en última instancia, a todas las

69
Víd.: Sentencia de la Corte de Justicia de la Nación Argentina sobre de la Cám. Fed. Apels.
Tucumán que, al revocar lo resuelto por el juez de 1ªinstancia, denegó el pedido de extradición de
Edgardo L. Arriaga a la República del Perú (por presunta participación en la organización conocida como
"Sendero Luminoso");disponible en http://www.acader.unc.educ.ar;consultado 19 de mayo del 2009.
naciones civilizadas, que están obligadas, por ello, a cooperar en la
persecución y sanción del terrorismo, tanto por la vía de los tratados
internacionales vigentes, como por la coordinación de sus derechos internos. 70
No se ha logrado un mínimo de consenso sobre un concepto positivo del
delitos de carácter político, ni a nivel normativo, ni a nivel doctrinal, por variar
en función del tiempo y del lugar, aunque sí existen acuerdos acerca de los
actos que en ningún caso deben considerarse como delitos políticos, que
constituyen excepciones refrendadas en los distintos instrumentos
internacionales, que sí conducen a una delimitación negativa de tal delito para
mayor abundamiento se pueden mencionar los Convenios Internacionales,
sobre la Prevención y la sanción del delito de genocidio, de fecha 9 de
diciembre de 194871, sobre la Represión y el castigo del crimen apartheid que
entró en vigor 18 de julio de 197672, para la Represión de actos terroristas
cometidos con bombas, del 15 de diciembre de 1997 73 y consiguientemente el
compromiso de las partes de conceder la Extradición conforme a su legislación
y a los Tratados vigentes.
Asimismo, los artículos cincuenta y cincuenta y uno de los Convenios de
Ginebra I y II de 1949, para aliviar la suerte que corren los heridos y enfermos
de las fuerzas armadas en campaña y para aliviar la suerte que corren los
heridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar;
señalan tácitamente las infracciones graves que se cometen contra personas o
bienes protegidos por el Convenio, constituyendo un deber para las partes el
enjuiciamiento con todas las garantías. Por su parte, el artículo 130 del Tratado
de Ginebra de 1949 sobre el trato debido a los prisioneros de guerra; el artículo
ciento cuarenta y siete del Tratado de Ginebra de 1949 sobre protección de
personas civiles en tiempo de guerra, contienen violaciones análogas a las
leyes o costumbres de guerra en vigor a la entrada en funcionamiento del
Protocolo.De igual forma no exoneran a los responsables de las infracciones
graves ejecutadas contra personas o bienes protegidos por el Convenio.
70
Disponible en:http://www.el_derecho_internacional_en_la jurisprudencia_de_la-csdj_pdf;
consultado el día 19 de junio 2010; víd.:Fallo del Caso Lariz Iriondo.
71
Víd.: artículo VII disponible en http://www.espaciosjuridicos.com.ar; consultado 19 de mayo
2010.
72
Víd.: artículo XI disponible en http://www.derhuman.jus.gov.ar ; consultado 19 de mayo
2010.
73
Víd.: artículo 11 disponible en http://www.iestudiospenales.com.ar; consultado 19 de mayo
2010.
El Estatuto de Roma, señala expresamente los delitos excluidos de la
consideración de delitos de carácter políticos; así, mediante el artículo 5)
apartado 1) se declara la Corte competente para conocer de los delitos de
genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y crímenes de
agresión, definiendo cada una de estas conductas en sus artículos 6),7) y 8).
Desde esta perspectiva podría afirmarse que excluir de la categoría de delitos
de carácter políticos a aquellos hechos que por su atrocidad significan una
amenaza para la sociedad de cualquier país, experimenta la evolución hacia un
concepto objetivo, lo cual permite identificar hechos encubiertos que afectan a
la Comunidad internacional.
A Modo de Conclusión.
La Revolución Francesa marcó la aparición de la Extradición como es
concebida en la actualidad. Una institución jurídica, al servicio de la
Comunidad Internacional basada, en la entrega que hace el Estado
requerido al requirente, de un individuo reclamado, por un delito común;
para que sea juzgado cumpla una medida de seguridad o una pena.
La evolución de los principios que caracterizan el régimen jurídico de la
Extradición ,se enmarca desde la cooperación entre Estados inicialmente
hasta la protección de los derechos fundamentales en la actualidad.
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