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CATEDRA: ELEMENTOS DE MAQUINAS - U.T.N. – F.R.

Ro

ANALISIS DE FALLAS EN RETENES ROZANTES DEL TIPO A y C (o AS)

Descripción de las partes de un retén rozante tipo A


LADO A - Estructura metálica sostén
LADO
ACEITE
EXTERNO B - Labio de cierre rozante
C - Resorte para mantener un constante apriete
entre el labio de cierre y el eje.
D – Membrana: parte de mayor responsabilidad en
el conjunto ya que debe ser lo suficiente sensible
para acompañar las inevitables vibraciones
durante el funcionamiento.
Descripción de las partes de un retén rozante tipo C (o AS)

En el tipo “C” ó “AS” se agrega a las características


del tipo “A” un labio guardapolvo en el lado externo.

Descripción del funcionamiento normal de un retén rozante tipo A

Es difícil, sino imposible, predecir


LADO
LADO EXTERNO analíticamente el funcionamiento real
ACEITE operativo de un retén radial por la
cantidad de variables que intervienen.
Un retén radial implica un
LUBRICANTE
MENISCO
funcionamiento de bombeo que forma y
mantiene el menisco de lubricante y un
ESPESOR DE PELICULA espesor de película que debe ser
constante para producir el sellado
hidráulico.
La presión ejercida por el resorte para mantener el labio contra el eje o árbol debe ser
la adecuada y el material del labio debe ser compatible con el lubricante utilizado. Se deben
mantener las tolerancias recomendadas para el mecanizado de las partes, la rugosidad y
dureza de las superficies y las reglas del buen arte a los efectos del correcto montaje del
retén en su alojamiento.

Descripción del funcionamiento normal de un retén rozante tipo C (ó AS)

La diferencia con el caso anterior es el labio guardapolvo exterior, el que debe


contener una cierta cantidad de grasa para proveer el sellado hidráulico.

LADO
Es muy importante que quede entre
LADO
ACEITE EXTERIOR el menisco y el labio guardapolvo
un 40 % de espacio libre por lo
menos, por cuanto si se exagera la
LABIO
GUARDAPOLVO cantidad de grasa, desplaza al sello
que ejerce más presión sobre el eje
o árbol y lo desgasta
LUBRICANTE GRASA prematuramente.

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Falla de la obturación

Las fallas de la obturación de la lubricación mediante retenes rozantes ocurren debido


a distintas posibles causas en forma parcial o acumuladas, pero que llevan a la fuga del
lubricante (leakage) en mayor o menor medida.

Podemos distinguir dos tipos de fallas:

 Fallas tribológicas
 Fallas de incompatibilidad con el lubricante.

Desde este punto de vista no se considera como falla la selección inadecuada del tipo
de retén aplicado.

Fallas Tribológicas

Las fallas tribológicas se manifiestan físicamente por:

1) La formación de un canal o huella de rozamiento sobre el árbol o eje


Esto puede ocurrir cuando el labio ejerce más presión que la requerida sobre la
superficie del árbol o eje, cuando la dureza superficial de este es inferior a 26/30 HRc,
cuando se utilizan como materiales para los labios de retenes el vitón o siliconas, cuando
físicamente el retén trabaja “cruzado”, cuando la tolerancia del árbol o eje presenta mayor
interferencia que la requerida, cuando se presentan vibraciones en funcionamiento.

2) Desgaste del labio del retén.


Rugosidad indebida del árbol o eje, cuando la tolerancia del árbol o eje presenta
mayor interferencia que la requerida, falta de prelubricación en el montaje (trabajo inicial en
seco), mayor excentricidad que la tolerable, retén montado con falta de coaxialidad
(cruzado).

3) Labio del retén deformado por el montaje.


Se produce al deslizar el retén sobre el árbol o eje durante el montaje o por presencia
de partículas metálicas entre el labio del retén y el eje o árbol. Cuando el retén se montó
incorrectamente “cruzado”.

4) Endurecimiento y/o resquebrajadura del labio.


Cuando la presión de contacto es mayor a la necesaria, rotura de la película
lubricante en el menisco o trabajo en seco o lubricación inadecuada, alta temperatura de
operación.
5) Impregnación del labio con contaminantes.
Presencia de partículas contaminantes del lubricante que se impregnan sobre el labio.
Es habitual en aplicaciones de retenes en cajas reductoras de sin fin y corona, en particular
durante el período de asentamiento. Las partículas marcan los labios del retén.

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6) Pérdida del lubricante en valores mayores a los admitidos.


La fuga de lubricante es imposible de impedir en un 100 %, así sea combinando
distintas obturaciones. En el uso de los retenes radiales rozantes una pequeña pérdida
ocurre, aunque generalmente no es observable por cuanto se evapora. No obstante se
reconoce como valor aceptable una pérdida del lubricante de hasta 1 cc por cada 24 horas
de funcionamiento y es habitual aceptar la duración del retén para 2.000 hs de
funcionamiento. Las fallas antes mencionadas permiten fugas del lubricante que pueden ser
significativas e inadmisibles.

Las causas que pueden producir alguna de estas fallas tienen que ver con la
consideración de una serie de factores:

a) Requisitos de rugosidad del eje o árbol en la superficie de contacto.


El acabado superficial del eje o árbol debe ser Ra: entre 0,2 y 0,8 m (ISO 4288) (8 a
18 AA micropulgadas). Debe ser tersa y pulida. Se puede obtener con piedra de grano
medio. Si la rugosidad es inferior a la indicada se pueden producir pérdidas del lubricante y
si es mayor puede producir desgaste en el labio del retén.

b) Requisitos de tolerancias del árbol o eje.

La tolerancia recomendada corresponde a ISO h11 [mm] (DIN 3760)

b) Dirección del mecanizado.

La mecanización debe realizarse con herramientas de avance frontal. Deben evitarse


huellas longitudinales de mecanizado.

c) Dureza superficial en el eje o árbol en la zona de contacto.

La dureza superficial mínima recomendada para el eje o árbol en la zona de contacto


es de 26/30 HRc. No obstante la recomendación de dureza superficial varía de acuerdo al
fabricante del retén dado que hay fabricantes que indican como recomendable 45 HRc y

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otros 55 HRc. Por ejemplo DBH en su catálogo indica: En la mayoría de las aplicaciones, la
dureza debe tener un valor mínimo de 55 HRc, con una profundidad al menos de 0,3 mm.
Para caso de velocidades perfiéricas bajas (menores a 8 m/s), buena lubricación y ausencia
de contaminación pueden ser aceptables valores de dureza inferiores a 55 HRC. Se
recomienda aclarar este aspecto con el fabricante del retén a utilizar.

d) Requisitos de tolerancia y rugosidad del alojamiento del retén.

La tolerancia recomendada corresponde a ISO H8 (DIN 3760)

La rugosidad del alojamiento puede estar comprendida entre 100 y 125


micropulgadas.

e) Excentricidad entre el árbol y el retén.


Ocurre por falta de coaxialidad o desalineación entre el eje y el retén (o el eje y el
alojamiento del retén), debido a falta de precisión en el trabajo de mecanizado o error de
montaje. Se conoce como excentricidad estática.

En funcionamiento ocurre la excentricidad dinámica debido al giro excéntrico del eje, a


deformación del mismo, falta de equilibrio o por la falta de precisión en el trabajo de
mecanizado o error del montaje.
Es recomendable que el eje o árbol gire de forma
concéntrica al alojamiento del retén. La
excentricidad admisible es función de la
velocidad de acuerdo al gráfico, no obstante no
se recomienda superar en ningún caso 0,20 mm
de excentricidad estática y mantener por debajo
de 0,25 mm la excentricidad dinámica. Por otro
lado en cárteres de sin fin y corona solamente se
admite en la posición de ejes exigida una
discrepancia de 0,05 mm para 300 mm de
longitud de verificación.

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f) Vibraciones funcionales.

En funcionamiento se producen vibraciones que afectan al grosor de la película de


lubricante que forma el menisco entre el labio y el eje. La parte de membrana o parte “D” del
retén debe ser suficientemente sensible para acompañar esta vibración del árbol,
manteniendo constante el espesor de la película lubricante. En momentos puntuales de la
vibración, se puede incrementar aleatoriamente el espesor de la película lubricante hasta
valores suficientes para permitir la fuga del aceite.

g) Presión del lado del lubricante.

La mayoría de los retenes se diseñan para una máxima vida en servicio sin soportar
presión del lado del lubricante. En caso de existir ésta disminuye su vida útil. Cuando los
labios están expuestos a presión son forzados contra el eje aumentando al superficie de
contacto, aumenta la fricción y se genera calor. Algunas aplicaciones particulares requieren
la utilización de anillos de apoyo debido a la presión. En general hay una relación entre la
presión que admiten y la velocidad de rotación del eje o árbol.

Velocidad periférica [m/s] Presión máxima [Kgf/cm2]


Hasta 3 0,5
De 3 á 5 0,3
De 5 á 7 0,2
De 7 a 10 0,1

A los efectos de reducir los efectos de la presión interna en el baño del lubricante se
recomienda utilizar tapón de respiración (venteo) en la caja del cárter.

h) Velocidad de rotación del árbol o eje.

La velocidad máxima de buen funcionamiento, depende del acabado superficial,


presión en el cárter, temperatura, excentricidad, lubricante y tipo de retén. Los retenes
radiales tiene límite de velocidad máxima 10 m/s de velocidad periférica. Como antes se
indica hay una relación entre la excentricidad admisible y la velocidad y la presión admisible
y la velocidad.

i) Ancho de contacto del alojamiento del retén.

La recomendación es que por lo menos tenga contacto con el alojamiento el 80 % del


ancho del retén.

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j) Chaflán de entrada en el eje o árbol (o embocadura del retén).


D1 [mm]D1 – D2 [mm]ObservacionesHasta 101,5Para prevenir el
deterioro del labio durante el montaje, se recomienda la
realización de un chaflán de embocadura en el eje o árbol. La
tabla da valores orientativos para el mismo.10 á 20220 á 302,530 á
40340 á 503,550 á 70470 á 954,595 á 1305,5130 á 2407

k) Chaflán de entrada en el alojamiento.

 AlojamientoChaflánRMAX(*)Observaciones 1000,7 á 10,75Para


facilitar el centrado del retén es conveniente disponer un chaflán en
el alojamiento del diámetro exterior> 1001,2 á 1,51(*) Ajustar a
recomendación del fabricante

l) Materiales del eje o árbol y el alojamiento.

Aceros y fundiciones de hierro o acero, son materiales adecuados para los ejes y
árboles, y alojamientos de los retenes. Se deberá tener particular atención cuando los
alojamientos son de aluminio (en tal caso refererirse a la recomendación del fabricante del
retén).

m) Mantención del menisco y película lubricante de espesor constante entre


labio y eje o árbol.

De acuerdo a la descripción realizada al comienzo para el correcto funcionamiento del


sistema es necesario que se pueda mantener el menisco y el espesor de película lubricante
constante para la formación del sello hidráulico. La ruptura de esta condición llevará al
sistema a la fuga de lubricante (leakage).

n) Contaminación en la zona rozante.

Cuando hay presencia de contaminantes internos en el lubricante pueden producir


deterioros en el labio del retén y como consecuencia fugas de lubricante. Esta condición es
habitual se dé durante el asentamiento en sistemas de sin fin y corona en particular.

o) Temperatura de funcionamiento.

La temperatura de funcionamiento puede depender del sistema eje-retén, como así


también ser consecuencia de la falta de disipación térmica del cárter.

Por efecto de la fricción existe un incremento de la temperatura bajo el labio, en la

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zona inferior. El lubricante actúa como agente refrigerante, disminuyendo el salto térmico
entre el labio del retén y el del baño en el cárter.

El gráfico A muestra los incrementos de temperatura bajo el labio versus el diámetro


de eje a 3.000 rpm (la curva superior es con contacto mínimo del aceite y la inferior cuando
el retén está sumergido en el aceite – la zona media corresponde a los aceites de viscosidad
intermedia tipo SAE 90).

El gráfico B muestra las variantes de acuerdo a la velocidad de rotación del eje o


árbol.en función del diámetro de eje y de la velocidad de rotación.

Los retenes de nitrilo presentan como temperatura admisible máxima 100/107 grados
y si se alcanza esa temperatura en el sistema eje-retén el labio se endurece y se
resquebraja, dando lugar a la fuga de aceite.

Cuando se utiliza aceite mineral la temperatura de funcionamiento no debe superar en


el baño los 80º C (en esto hay acuerdo en general de los proveedores de lubricantes, como
asimismo de la A.G.M.A. pese a que el límite teórico es 100ºC) por cuanto se deteriora y
oxida rápidamente el aceite superada esa temperatura con pérdida de su capacidad
lubricante. En el caso que las temperaturas sean mayores se deberá analizar como mejorar
la disipación de la caja o utilizar lubricantes sintéticos adecuados, que permiten
temperaturas entre 110ºC y 130º C en funcionamiento, pero en ese caso hay que verificar la
compatibilidad del retén con la temperatura de funcionamiento y el aceite utilizado.

p) Prelubricación.
La gráfica indica que hay tres
etapas en la vida útil de un retén.
Una primera etapa que ocurre en
las primeras horas de
funcionamiento (break-in) una
segunda etapa que es de
equilibrio funcional (equilibrium
zone) y una tercera etapa de
desgaste rápido. En esta primer
etapa es cuando resulta
imprescindible la prelubricación
para que el retén no se
deteriore.
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q) Formación de la película lubricante

Se forma a los pocos instantes de iniciarse el funcionamiento, por efecto de la


capilaridad, durante la primera etapa antes mencionada. Si el apriete del retén no es el
adecuado o el estado de la superficie de contacto no es satisfactoria, podría llegar a no
producirse con el rápido deterioro del retén por trabajo con lubricación inadecuada.

r) Montaje e instalación del retén en el eje o árbol y el alojamiento.

El montaje de los retenes debe realizarse de acuerdo a las reglas del buen arte, y
debe ser muy cuidadoso. El labio no debe doblarse o ser maltratado al deslizar a lo largo del
eje, por cuanto puede deteriorarse y no sellar herméticamente, sin que sea percibido cuando
el montaje este deterioro, por lo que el problema se visualiza ya en funcionamiento. En
particular, para el caso de montaje desde el lado del labio sobre el eje o árbol, pese al
chaflán, cuando debe ser desplazado una cierta longitud, es importante protegerlo de toda
arista filosa (no debe haber rebabas) o se recomienda la utilización de una vaina o casquillo
de montaje que garantice que el labio no se deteriore. Se debe lubricar con grasa o aceite de
buena calidad el labio del retén que roza sobre el eje o árbol.

Siempre se recomienda utilizar chaflanes libres de rebabas de embocadura tanto para


montar el retén del lado del labio o del lado del alojamiento.

Los fabricantes de retenes indican recomendaciones para proceder al montaje en


forma correcta de los mismos.

Fallas de incompatibilidad con el lubricante

Las fallas de incompatibilidad con el lubricante se manifiestan físicamente de dos


maneras posibles.
1) Swelling: es decir una alteración del tamaño y forma del labio (hinchazón) que
incrementa la fricción y el desgaste.
2) Brittleness: Endurecimiento y resquebrajado del material del retén. No puede
desarrollar el sello hidráulico.

Las fallas por incompatibilidad ocurre por la relación química entre el lubricante y el
material del retén, como asimismo por el comportamiento térmico que altera sus
propiedades. Por ejemplo si suponemos un aceite sintético que puede soportar temperaturas
de 130º C en funcionamiento por lo que elegimos Vitón como material del retén compatible
químicamente con el aceite sintético en cuestión y que teóricamente admite hasta 150ºC de
temperatura, luego de unas 1.000 horas de uso hay un deterioro del aceite o del mismo
retén por la alta temperatura. En consecuencia a las 2.000 hs debemos cambiar lubricante y
retén o no soportar temperaturas mayores a los 110ºC.

Se agregan dos tablas de compatibilidad de material de retenes con distintos


lubricantes.

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