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Pintores como Joaquín Sorolla, Hermenegildo profundiza a partir de 1931 como director del Instituto de
Anglada, los hermanos Ramón y Valentín Zubiaurre e Arte Peruano.
Ignacio Zuloaga, gozaban de gran popularidad en Mariátegui y Sabogal constituyen, de manera
Buenos Aires porque, en cierta medida sintonizados con independiente, nombres clave en la consolidación del
las vanguardias europeas, habían iniciado “una indigenismo peruano en el siglo XX. Por ello me interesa
búsqueda de lo exótico y lo rural” en su territorio examinar la relación entre arte y escritura indigenistas a
nacional. Así, mientras la intelectualidad argentina partir de sus esfuerzos por construir un Perú nuevo
discutía sobre el verdadero carácter de lo nacional desde las páginas de Amauta. Específicamente, analizo
(debate al que dos décadas después se sumaría Jorge tropos de intertextualidad entre el arte de Sabogal y la
Luis Borges con su ensayo “El escritor argentino y la crítica literaria de Mariátegui a fin de examinar la
tradición”), la tendencia de la escena artística porteña se institucionalización del imaginario indigenista peruano.
dirigía a “combina[r] el paisaje o la escena rioplatense En este contexto, cabe señalar que entiendo
con los modelos peninsulares”. Después de graduarse, “imaginario” no solo como conjunto de imágenes (Lacan,
Sabogal trabajó como profesor de dibujo en una escuela Gruzinski), sino también de ideas (Castoriadis,
normal de Jujuy, cuyo entorno andino—según Anderson). Es decir, si para el psicoanalista Jacques
confiesa—lo inspiró a tomar “como motivo de sus Lacan lo imaginario constituye un proceso psíquico
pinturas, los paisajes y a los “autóctonos” (Orellana 93). fundamental que organiza el conocimiento según
Por ello, cuando regresó a Perú en 1919, lo hizo por la imágenes conscientes e inconscientes (1953), para el
vía andina, es decir, “por el lago Titicaca y el río filósofo Cornelius Castoriadis lo conforma el conjunto de
Vilcamayo”. Permaneció en Cuzco durante seis meses leyes, tradiciones y creencias construidos por cada
para pintar cerca de cuarenta cuadros que expuso en sociedad y que, junto con la dimensión material,
Lima en 1919, causando un gran impacto en el medio explican los cambios colectivos (1975). Según creo,
artístico. Por entonces su estilo se perfilaba hacia lo Mariátegui busca reunir en la revista Amauta ambas
indígena, pero no de manera exclusiva; abundaban dimensiones de lo imaginario—las imágenes y las ideas;
también escenas criollas y semblanzas afroperuanas. el imago y el cosmos—con el fin de construir un
No obstante, toda su mirada al Cuzco estaba teñida por indigenismo polifónico que, al convertirse en paradigma
un colorido expresionista descrito por algunos como un nacional, transforme su desigual sociedad en un Perú
‘cromatismo propiamente andino’. Sería su paso por nuevo.
México en 1922 el que cristalizaría el motivo indigenista
Justicia pictórica: la devolución plástica de los
en su pintura. Cuando Mariátegui lanza el primer
territorios indígenas
número de Amauta en 1926, Sabogal es quizás el pintor
peruano más influyente del momento por haber iniciado En 1926, Mariátegui presenta la revista Amauta
una escuela indigenista en las artes plásticas, labor que como un crisol de ideas y voces para la interpretación
del Perú y el mundo. La participación de colaboradores
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diversos resulta crucial para la tarea; porque, según Simbólicamente, la devolución de la dignidad a ese
señala al criticar el subjetivismo futurista, el tiempo de 80% de peruanos comenzó desde la palabra y la
los héroes individuales ha pasado cediendo su lugar a imagen impresas las páginas de Amauta.
las colectividades épicas, razón por la cual la Materialmente, ello significaba la restitución de “la
construcción del nuevo Perú es una tarea de reflexión propiedad comunal e individual”. En “El problema del
común. Como dice el líder andino Manuel Camacho indio”, Mariátegui explica:
Alqua, en su obra Mariátegui busca “prenderle fuego a
la palabra” (Melgar Bao, 137). Así espera darle vida a la La apropiación de la mayor parte de la propiedad
teoría y, en el caso de Amauta, conseguir la comunión comunal e individual indígena está ya cumplida. La
experiencia de todos los países que han salido de su
global de sus contemporáneos desde la circulación de
evo-feudal, nos demuestra, por otra parte, que sin la
saberes y disciplinas. En su primera editorial, dice:
disolución del feudo no ha podido funcionar, en ninguna
parte, un derecho liberal. Ante ello no queda sino
Estudiaremos todos los grandes movimientos de
restituirle al indio la propiedad comunal e individual.
renovación políticos, filosóficos, artísticos, literarios,
(2007, 30)
científicos. […] Esta revista vinculará a los hombres
nuevos del Perú, primero con los de los otros pueblos de
La restitución de los dominios indígenas mediante
América, en seguida con los de los otros pueblos del
mundo. (1976, 10) una nueva representación de su paisaje y su cuerpo,
venía ocurriendo en el arte de José Sabogal anterior a
su colaboración con Amauta. En su pintura “Varayoc de
Una manera de prenderle fuego a las páginas de
Chincheros” (1925) observamos un “alcalde” de ayllu
Amauta fue convirtiendo la palabra en representación
alzándose por encima del paisaje, con su rostro a la
visual, en metáfora pictórica. Y como “[e]l arte tiene
altura de las nubes y las manos en las cimas de las
necesidad de alimentarse de la savia de una tradición,
montañas, apoyando con firmeza su vara de mando
de una historia, de un pueblo” (1982, 53), la palabra de
sobre la tierra. El gesto claramente soberano, territorial,
Amauta requería de una metáfora pictórica anclada en
contrasta con su actitud corporal tranquila, prudente, lo
la tradición peruana —la cual, por supuesto, estaba
que sugiere un universo en que el varayoc no ha
siendo dictada por el indigenismo en “germinación”
experimentado las vejaciones que la historia colonial y
porque “[e]l problema indígena, tan presente en la
republicana impuso a su pueblo. La dignidad atemporal
política, la economía y la sociología, no podía estar
del Varayoc de Chincheros es la justicia pictórica con la
ausente de la literatura y el arte” (2006, 231).
cual Sabogal restituye la propiedad comunal e individual
Constituyendo la población indígena cuatro quintas
a la mayor autoridad del ayllu indígena.
partes de la población peruana, su marginación era, en
consecuencia, el problema nacional más urgente.
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“mano de piedra” y “corazón de oro”, sintetizan dos
aspectos del carácter tradicional indígena: firmeza para
luchar y ternura para amar. Ya Manuel González Prada
había afirmado que los propios indios debían luchar por
su redención porque todos los blancos eran, más o
menos, un Francisco Pizarro. Pero además de sugerir la
imagen de las manos como armas de lucha, a ellas se
les atribuye otro significado en el contexto del mundo
indígena: el de herramientas para la construcción y la
agricultura. Mariátegui vincula la marginación del indio al
Amauta, No. 20, 1929 Amauta, No. 26, 1929
problema de la tierra, es decir, al latifundismo que
beneficia a los criollos y al servilismo que afecta a los
Manos raciales para la construcción del Perú nuevo
indígenas. Es así que para Mariátegui el despojo de la
Uno de los episodios más comentados en el Perú de
tierra implica la mutilación de las manos capaces de
principios del siglo XX se da en el contexto de las
hacerla germinar. La imagen del indio como figura
rebeliones andinas de la época: el Mayor Teodomiro
esencialmente agricultora tiene en Mariátegui uno de
Gutiérrez Cuevas, quien había sido miembro de la
sus representantes más emblemáticos. En “El problema
Asociación Pro-Indígena dirigida por Dora Mayer y
del indio” señala:
Pedro Zulen, se cambió el nombre a Rumi Maqui Sonqo La República ha significado para los indios la ascensión
—“mano de piedra corazón de oro”, en quechua—, para de una nueva clase dominante que se ha apropiado
liderar un alzamiento en Puno y entrar al imaginario sistemáticamente de sus tierras. En una raza de costumbre
andino de la época como un laika o “brujo” en quechua. y de alma agrarias, como la raza indígena, este despojo ha
Uno de los que comentaron este acontecimiento, constituido una causa de disolución material y moral. […] El
ocurrido en 1916, fue un todavía desconocido periodista indio ha desposado la tierra. Siente que “la vida viene de la
tierra” y vuelve a la tierra. Por ende, el indio puede ser
llamado José Carlos Mariátegui. “La primera nota de
indiferente a todo, menos a la posesión de la tierra que sus
Mariátegui sobre el mundo andino” dice: “El general
manos y su aliento labran y fecundan religiosamente.
Rumimaqui, que entre nosotros era solo el mayor (2007, 163)
Teodomiro Gutiérrez, entre los indios es el inca, el
restaurador y otras cosas tremendas y trascendentales” Antes de comenzar a colaborar con Amauta, José
(Melgar Bao, 133). Sabogal venía otorgándoles singular protagonismo a las
El nombre del criollo transformado en líder indígena, manos indígenas en sus pinturas. En la obra “Arquitecto
“mano de piedra corazón de oro”, parece haber calado Quechua” (1925) observamos un hombre cuyas manos
hondo en la imaginación de los intelectuales peruanos grandes y brazos fuertes son sinécdoque de los
de la época. Las dos imágenes que identifican al líder, constructores de los grandes monumentos del imperio
inca. Vestido a la usanza de la nobleza incaica, el
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arquitecto sostiene en sus manos una suerte de hombre y la mujer elevan sus rostros por encima de las
maqueta de piedra para una futura construcción. Por montañas circundantes. La mano derecha del hombre
contacto entre piedra y mano, así como por el gran sostiene firmemente el remo, como el varayoc su vara
tamaño de esta última, podemos leer metonímicamente de mando, y se alinea con la cima de las montañas. La
a este arquitecto como “mano de piedra”. Nuevamente soberanía humana sobre el entorno es incontestable,
estamos ante un personaje pre-hispánico que parece tanto por la actitud corporal de la pareja, como por el
haber sido interrumpido en su camino a realizar un gran gran tamaño de la autárquica mano del hombre.
proyecto, solo para ser retratado por el pintor. Su rostro
honrado y solemne no conoce la conquista de su raza,
en tanto las iluminadas y lisas paredes de piedra a su
espalda revelan la contemporaneidad del edificio.
“Titicaca”, 1926
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Más de una década después, cuando José Sabogal insinuar la explosiva potencia inventiva de la reunión de
se puso al frente del Instituto de Arte Peruano, reformó las tradiciones india y criolla en el Perú.
levemente sus esfuerzos nacionalistas. Al ser
Asimismo, resulta llamativa la semejanza con Jesús
responsable de crear una idea y una praxis del arte
del lado criollo del rostro del Inca Garcilaso, en tanto el
nacional, Sabogal apuntó hacia un paradigma mestizo
gesto de sus manos semeja una bendición. La alegoría
de la sociedad. Aunque desde el instituto promovió una
religiosa no tarda en explicarse cuando examinamos el
escuela pictórica indigenista con discípulos como
afán transformador de la generación indigenista peruana
Camilo Blas, Julia Codesido y Enrique Camino Brent, la
de la primera mitad del siglo XX. El intervenir en la
institución se ocupó del estudio de las diversas
historia para transformar la sociedad era un objetivo
identidades que componían el Perú.
colectivo que Mariátegui definía como “religión”, pues
implicaba el compromiso total con dicho fin. Este
compromiso, para ser total, requería una convicción
profunda, “subjetiva” (Angotti 38), religiosa sobre la
trascendencia de ese fin. Y Mariátegui añadía que el
arte, como uno de estos quehaceres humanos
comprometidos con el sentido histórico del hombre,
debía expresar los ideales de su época como
“iconografía de una religión viva” (Díaz Caballero 123).
“El sembrador”, 1928? El ícono o imagen en cuestión debía comunicar la
Una de las obras que produjo Sabogal en este realidad no en un sentido especular sino espiritual.
período fue “Garcilaso” (1949), donde representa el Encontramos así, en esta representación del Inca
mestizaje del escritor colonial con una técnica que alude Garcilaso como Jesús mestizo en actitud de redimir de
al cubismo de principios del siglo XX. El rostro de la nación peruana, la materialización casi literal de ese
Garcilaso, dividido verticalmente en dos, es indio de un anhelo generacional.
lado y criollo del otro. Las manos asumen un papel
protagónico representando la acción del cuadro:
mientras la mano criolla sostiene una pluma en llamas,
éstas afloran directamente de la mano india. Las llamas
simbolizan la creatividad de la mano constructora inca y
la creatividad de la mano escritora criolla. El “prenderle
fuego a la palabra” es una posibilidad real del criollo,
mientras que, desde la misma óptica, el prenderle fuego
a la mano obrera, constructora o agricultora pareciera
“Garcilaso”, 1949
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CODA BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Con la apertura de diversos espacios
transculturales—diálogos en la Universidad Popular Angotti, Thomas. “The Contributions of José Carlos
Manuel González Prada, tertulias nocturnas en su hogar Mariátegui to Revolutionary Theory”. Latin American
Perspectives, Issue 49 (Spring 1986): 33-57.
y las publicaciones Amauta y Labor—, Mariátegui buscó
Basadre, Jorge. Perú: Problema y posibilidad. Ensayo de
provocar a nivel del imaginario, de la ideología, de la
una síntesis de la evolución histórica del Perú. Lima:
episteme, lo mismo que procuraba a nivel lingüístico al
Librería Francesa Científica y Casa Editorial E. Rosay,
promover el aprendizaje del español entre los dirigentes 1931.
indígenas: favorecer la creación de saberes para Castrillón Vizcarra, Alfonso. La generación del 68: entre la
enfrentar la opresión y construir un imaginario nuevo, agonía y la fiesta de la modernidad. Lima: ICPNA, 2003.
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-idea que Mariátegui sintetiza en el concepto de “Perú polémica del indigenismo”. América sin nombre, No. 13-14
nuevo”. Lo primero era despojarse de la mentalidad (2009): 103-112.
Díaz Caballero, Jesús. “La concepción del realismo en
colonial:
Mariátegui”. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana,
Año 10, No. 20 (1984): 113-128.
La nueva generación peruana siente y sabe que el
Los artistas del pueblo 1920-1930. Fundación Osde, Imago
progreso del Perú será ficticio, o por lo menos no será
espacio de arte, Lima: 2008.
peruano, mientras no constituya la obra y no signifique el
Majluf, Natalia. “Ambigüedad racial/ ambigüedad visual. La
bienestar de la masa peruana que en sus cuatro quintas
figuración de las categorías raciales”. Ponencia en el
partes es indígena y campesina. Este mismo movimiento
Simposio escritura e imagen en Hispanoamérica. PCUP, 6-
se manifiesta en el arte y en la literatura nacionales en los
8 nov. 2012.
cuales se nota una creciente revalorización de las formas y
Malca, Luis Carlos. “La nación del indigenismo sabogalino:
asuntos autóctonos, antes depreciados por el predominio
una aproximación a la vanguardia pictórica peruana de la
de un espíritu y una mentalidad coloniales españolas.
primera mitad del siglo XX”. Summa Humanitatis. Revista
electrónica interdisciplinaria del Departamento de
Humanidades. Pontificia Universidad Católica del Perú. Vol.
Tal como José María Arguedas hiciera con la 2, No. 1 (2008).
literatura, creando lo que Ángel Rama llamó Mariátegui, José Carlos. “Dos editoriales de Amauta”.
“transculturación narrativa”, José Sabogal llevó a cabo Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 2, No. 4
en su arte una transculturación pictórica, razón por la (1976): 9-13.
cual Mariátegui lo denominó el “primer pintor ____. Literatura y estética. Colección Claves de América.
[verdaderamente] peruano”. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2006.
____. Obras. 2 vols. Colección Pensamiento de Nuestra
América. La Habana: Casa de las Américas, 1982.
_____. Siete ensayos de interpretación de la realidad
peruana. Colección Clásica No. 69. Caracas: Biblioteca
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Ayacucho, 2007.
Melgar Bao, Ricardo. “José Carlos Mariátegui y los Schreffler, Michael J., Jessica Welton. “Garcilaso de la
indígenas: más allá de la mirada, diálogo y traducción Vega and the ‘New Peruvian Man’: José Sabogal’s frescoes
intercultural”. Boletín de Antropología Americana, No. 31 at the Hotel Cuzco”. Art History, No. 33 (February 2010):
(julio 1995-diciembre 1997): 131-141. 124-149.
Noriega Bernuy, Julio E. “Los retratos de José Carlos Valcárcel, Luis E. Memorias. José Matos Mar, José
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Escuela de Historia. Universidad Nacional Mayor de San (diciembre 2006): 21-34.
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Rodríguez-Gaona, Martín. “La escritura en el imaginario Urteaga, José Sabogal, Camilo Blas. Cajamarca:
plástico peruano”. Les Ateliers du SAL, No. 0 (2012): 129-142. Asociación Editora Cajamarca, 1991.
DE LA AUTORA:
Periodista (Universidad Católica del Norte 1995), Magíster en Estudios
Latinoamericanos (Universidad de Chile 2001), y Doctora en Lenguas y Literaturas
Hispánicas (University of California, Berkeley 2009). Ha publicado artículos,
entrevistas, prólogos y reseñas en Revista Casa de las Américas, Berkeley Review of
Latin American Studies, Lucero 17 y Revista Chilena de Humanidades, entre otras.
Ha traducido al español los libros Trans-Americanity: Subaltern Modernities, Global
Colonialities, and the Cultures of Greater Mexico (Duke University Press, 2012) de
José David Saldívar; Las raíces y el laberinto de América Latina de Silviano Santiago
(Corregidor: Buenos Aires, 2013); y La gaya ciencia brasileña de José Miguel Wisnik
(Corregidor: Buenos Aires, 2014). Ha enseñado cursos de Español, Portugués,
Mónica Literatura, Cultura y Cine latinoamericanos en UC Berkeley, Saint Mary’s College of
González García
California, Washington and Lee University (Estados Unidos) y en la Universidad de
Talca (Chile). Actualmente, está terminando su primer libro sobre Modernismo
Latinoamericano y está trabajando en un manuscrito sobre el novelista José María
Arguedas.
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