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Probabilidad
TEMA 3. PROBABILIDAD
3.1 El modelo de distribución normal
Podríamos encerrar una porción de esta área total dibujando líneas a partir de dos
puntos cualesquiera en la línea hasta la curva.
Una proporción constante del área total, bajo la curva normal, estará entre la
media y cualquier distancia dada, medida en unidades DE. Esto es cierto a pesar de la
media y la DE de la distribución en particular, y se aplica universalmente a todos los datos
normales distribuidos.
3.1.4 Aclarando la desviación estándar: una ilustración
Una importante función de la curva normal es la interpretación y aclaración del
significado de la desviación estándar. Para comprender cómo se realiza esta función,
examinemos lo que nos dicen los antropólogos sobre las diferencias de sexo en cuanto al
coeficiente intelectual. A pesar de las pretensiones de los cauvinistas, existen evidencias
de que tanto los hombres como las mujeres tienen puntajes medios de coeficiente
intelectual de aproximadamente 100. Digamos también que estos puntajes de coeficiente
intelectual difieren marcadamente en términos de la variabilidad alrededor de la media. En
particular, supongamos que los coeficientes intelectuales masculinos tienen mayor
heterogeneidad que los femeninos, esto es, la distribución de los coeficientes intelectuales
masculinos presenta un porcentaje mucho mayor de puntajes extremos que representan
tanto a individuos muy inteligentes como a otros muy tontos, en tanto que la distribución
de coeficientes femeninos tiene un mayor porcentaje localizado cerca del promedio,
hallándose al centro el punto de máxima frecuencia.
Como la desviación estándar es una medida de variación, estas diferencias de
sexo en la variabilidad deberían reflejarse en el valor de las DE en cada distribución de
puntajes de coeficiente intelectual. Así, podríamos encontrar que la DE para los
coeficientes intelectuales masculinos es 10, mientras que para los femeninos es de 5.
Conociendo la desviación estándar de cada conjunto de puntajes de coeficiente
intelectual, y suponiendo que cada conjunto está distribuido normalmente, podríamos
estimar y comparar el porcentaje de hombres y mujeres que tienen cualquier extensión de
puntajes de coeficiente intelectual.
Por ejemplo, midiendo la línea base de la distribución de coeficientes intelectuales
masculinos en unidades DE, sabremos que el 68.26% de los puntajes de coeficientes
intelectuales masculinos cae entre -1 y +1 de la media. De igual manera, como la
desviación estándar siempre está dada en unidades de puntaje no procesadas y = 10,
sabremos también que éstos puntos de la distribución en los que se localizan los
coeficientes 110 y 90 (X - = X: 100 – 10 = 90 y 100 + 10 = 110). Así, el 68.25% de los
hombres tendrían puntajes de coeficiente intelectual que fluctúan entre 90 y 110.
Alejándonos de la X, y más allá de estos puntos, encontraríamos, como se ilustra
en la Figura 4, que el 99.74% de estos casos, o prácticamente todos los hombres, tienen
puntajes de coeficiente intelectual entre 70 y 130 (entre -3 y +3 ).
Figura 4. Una distribución de puntajes de coeficientes intelectuales femeninos.