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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL

PROBLEMAS SOCIALES CONTEMPORÁNEOS

PROFESORA: ISABEL COLINA

SECCIÓN “A”

Una Mirada Comunicacional al Aspecto Moral de las


Relaciones Políticas e Internacionales de la República
Bolivariana de Venezuela

Autores:

Br. Calzadilla, Samuel

Br. Polanco, Evelyn

Br. Tovar, Anna

Br. Guevara, Karla

Br. Pereira, Luisana

Caracas, enero de 2020

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………….Pág 3-4
CAPÍTULO I – EL PROBLEMA…………………………………….Pág. 5-12
Planteamiento del Problema
Justificación
Hipótesis
CAPÍTULO II – MARCO TEÓRICO………………………………...Pág 13-34
Historia de las Ideas
Relaciones Políticas e Internacionales de la República
Bolivariana de Venezuela
Diplomacia en las Relaciones Políticas e Internacionales de
la República Bolivariana de Venezuela
Realismo Político
Aspecto Moral y Ético de las Relaciones Internacionales
Escepticismo Moral
Antecedentes de la Investigación
Bases Legales
Desde las Teorías Sociológicas y de la Comunicación:
Habermas y Weber
CAPÍTULO III – MARCO METODOLÓGICO……………………...Pág 35-39
CAPÍTULO IV – CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES….Pág 40-43
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………..Pág 44-49

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INTRODUCCIÓN

Las naciones del mundo, convergen, a partir de sus alianzas,


conflictos y acuerdos, en torno al análisis de sus relaciones y políticas de
Estado. El establecimiento de procesos coyunturales, representa una
ocasión propicia para efectuar revisiones, y a su vez, plantear un enfoque
distinto en las maneras de llevar a cabo los planes, que emanados desde
la figura del Estado, suponen una serie de resultados, los cuales, a su
vez, merecen también ser sometidos a revisión y crítica constante.

Fuera del vacío que refiere la crítica basada en la pobreza de


fundamentaciones, las ciencias sociales no disciernen en relación a
planteamientos inconsistentes. La disciplina de relaciones internacionales,
fundamentada teóricamente y aplicada de manera diversa, plantea la
necesidad de dar explicación a los fenómenos políticos y diplomáticos que
surgen de los desacuerdos y las diatribas, aspectos tan propios y
urgentes para el tratamiento dentro de lo que concierne al hombre, su
actuar y sus decisiones, lo cual, al fin y al cabo, también es parte
importante del área de estudio en ciencias sociales.

Deontológicamente, dentro de la disciplina, existe una realidad para


el ámbito de las relaciones internacionales. Generalmente, la constitución
de acuerdos y alianzas, subyace en el ala protectora del discurso ético,
que persigue el cumplimiento de la moral como recurso principal, sea cual
sea el interés. No obstante, en la práctica, Morgenthau alude a como se
relega la moral, cómo es de esperarse en un plano dónde los afectos
ideológicos también cuentan, a un segundo plano totalmente irrelevante.

En la presente investigación, se propone analizar estos y otros


puntos, enmarcados no solo en aspectos de la moral y la ética, sino

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también en el ámbito de las relaciones políticas e internacionales de la
República Bolivariana de Venezuela.

Dentro del Capítulo I, se procede a abordar el contexto de la


investigación, manifestando, a partir de un planteamiento del problema,
cómo se presenta la situación objeto de análisis, y a su vez, cuales son
las grandes interrogantes en relación al tema que motivan a la realización
de este estudio. Por otra parte, a través de la Justificación se resumen los
aportes que se desean alcanzar, para dar respuesta, como es de
esperarse, a los supuestos hipotéticos, también planteados en este
capítulo.

A su vez, el Capítulo II se encuentra fundamentado en el


basamento teórico, así como también en la documentación precisada a
efecto de fortalecer la amplitud de la investigación, conocida esta también
como los Antecedentes. También por su parte, se clasifica el enfoque
jurídico a través de la formulación de unas Bases Teóricas, las cuales
resultan de una necesidad por complementar el enfoque dado a las
relaciones internacionales, no solo dentro de la República Bolivariana de
Venezuela, sino también a nivel mundial. Finalmente, en este capítulo, se
intenta dar respuesta a las interrogantes a partir del sustento teórico,
formulado desde dos teorías, que abarcan el ámbito sociológico y
comunicacional respectivamente.

Posteriormente, el Capítulo III basa su constitución en el desarrollo


de la Metodología y el Tipo de Investigación, entendiéndose que este
estudio se encuentra basado en un enfoque de investigación cuantitativo,
y a su vez, basado también en métodos de investigación de tipo
documental, lo que representa la obtención de documentación como
recurso principal para el desarrollo de este trabajo.

Finalmente, en el Capítulo IV se concluye respecto a lo observado


y se ofrecen algunas recomendaciones, en un intento por sentar las bases
hacia la conformación de rangos de acción efectivos y favorables, en
relación a la problemática planteada.

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Por muchos años, el campo de las relaciones internacionales


constituyó una subdivisión dentro del estudio de disciplinas como la
sociología, la historia y la política, no obstante, tal como refiere Halliday
(2006), con la sucesión de un período de conflictos globales,
protagonizados por hechos como la Primera Guerra Mundial y la posterior
Guerra Fría, surge la necesidad de retomar “lo internacional”,
aproximándose hacia un nuevo enfoque, el cual, dentro del marco de las
ciencias sociales, permitiría establecer una visión apegada a la realidad
de lo que hoy representa la nación y el Estado (pp. 5-7)

La National Science Foundation, propone una definición sobre lo


que implica el estudio de las ciencias sociales, asegurando que:

Las ciencias sociales son disciplinas intelectuales que


estudian al hombre como ser social por medio del método
científico. Es su enfoque hacia el hombre como miembro de
la sociedad y sobre los grupos y las sociedades que forma,
lo que distingue las ciencias sociales de las ciencias físicas y
biológicas (citado en González y Caldero, 1993, p.68).

Así mismo, aun cuando existen diversos planteamientos en torno al


estudio del hombre, su comportamiento y las acciones derivadas del
mismo, las ciencias sociales, en toda su extensión, mantienen la precisión
en lo que respecta a la organización de las sociedades y los Estados.

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Tal es el caso de lo que actualmente se conoce como la disciplina
que representan las relaciones internacionales, la cual se encuentra
delimitada por un estudio que se rige bajo la estructura de las ciencias
sociales. Dicha estructura no mantiene una incertidumbre en cuanto a su
pertinencia, pues tal como explica Halliday (2006) “si no hubiera
problemas en la sociedad y en los asuntos modernos, si no hubiera crisis,
no habría ciencias sociales” (p. 6). Así mismo, el estudio de las relaciones
internacionales surge como “respuesta ante la crisis de las relaciones
entre Estados”, lo que suponía, entre otras cosas, “una preocupación ante
la quiebra del orden institucional” (Halliday, 2006, pp.7-8).

A nivel mundial, las crisis que hace siglos provocaron los diversos
enfrentamientos entre naciones, hoy se manifiestan como conflictos, los
cuales constituyen un aspecto determinante dentro de la teoría de
relaciones internacionales. Para Hobsbwan (2004), estos conflictos vienen
dados por condiciones adversas, las cuales pueden ser “los problemas
socioeconómicos, los impulsos violentos, originados de la frustración al
medir lo concreto frente al ideal, la retirada y la alienación de las
estructuras sociales existentes” (citado en Pérez, 2011, p.17).

Por otra parte, las adversidades a las que se enfrentan las


sociedades, producto de los conflictos o los enfrentamientos, genera una
reacción que se pone de manifiesto a través de la Teoría de las
Civilizaciones. Arnold Toynbee, autor implicado en el desarrollo de esta
teoría, hace especial énfasis en que la capacidad de respuesta por parte
de una civilización, ante las adversidades que se le presentan, determina
notablemente su evolución (Pérez, 2011, p.22), así mismo, se sabe que
las acciones llevadas a cabo por parte de los Estados, en el marco de las
relaciones internacionales, se encuentran ligadas al estado o situación
bajo la que se encuentren las sociedades (o civilizaciones) en cuestión.

A su vez, desde una perspectiva comunicacional, De Castro (1999)


plantea la importancia de entender la influencia de la comunicación en el
desarrollo de los conflictos, asegurando que:

6
Las nuevas posibilidades de la tecnología de la información
en los últimos años, ha modificado de manera relevante el
tratamiento de los conflictos, así como los conflictos mismos,
si bien, desde que aparecieron los medios de comunicación
de masas en el pasado siglo XIX, estos han influido de una u
otra forma en ellos (pp. 221-222).

Aunado a esto, Castañeda (2011) sitúa a los medios de


comunicación en un ámbito a través del cual se configura la imagen del
Estado, como “una construcción surgida de acciones del país o cualquiera
de sus sectores”, donde, además, “la comunidad – nacional o
internacional – las percibe más allá de las intencionalidades manifiestas
que las originaron”. (p.1). Desde el mismo enfoque, Castañeda (2011)
continúa señalando que:

Los medios de comunicación de masas no solo refuerzan las


visiones del mundo, sino que contribuyen a legitimar los
intereses de los diferentes grupos sociales. La imagen es por
naturaleza una actitud comunicativa del individuo y es a su
vez, una síntesis mental que opera en la colectividad (p.1).

Desde los postulados de acción social propuestos por Jürgen


Habermas, tal como refiere Garrido (2011), se apunta, a partir de la teoría
de la acción comunicativa, a “establecer una relación interpersonal” a
partir de la interacción. Así mismo, a fin de configurar la imagen, como
elemento que resulta del consenso y la comprensión de las ideas,
Habermas establece unos actos del habla, los cuales ajustan las posturas
resultantes de los planteamientos y se posicionan como factores
determinantes en la dinámica conductual de la sociedad (Garrido, 2011),
lo cual, dentro de lo que respecta a la socialización, influye en las
perspectivas sobre el reconocimiento de la nación ante las relaciones
internacionales.

Dentro del estudio de las relaciones internacionales, cobra especial


importancia la imagen del Estado frente al mundo, no solo por el análisis
que pueda surgir sobre estos ante instancias internacionales, sino
precisamente por el aspecto moral, el cual se evidencia en las decisiones
y las acciones emanadas desde las instituciones estadales. Tal como

7
afirma Saldarriaga (2010) “los principales actores internacionales están
compuestos por individuos que prosiguen su naturaleza ética”, sin
embargo, esta postura se contrapone a la realidad, pues como señala
Hans Morgenthau, la moralidad internacional ha quedado relegada a un
segundo plano, ya que lo que verdaderamente importa son los intereses
nacionales (citado en Saldarriaga, 2010, p.11).

Particularmente, aún en la base de los conflictos, la moral, de cara


a las relaciones internacionales, se intenta plantear desde un supuesto
escepticismo, aplicado en base a intereses individuales, tal como lo
menciona Saldarriaga (2010), quien además hace alusión a la perspectiva
sobre la moral de Hobbes, donde “La ausencia de moralidad se explica
debido a que en una comunidad en ausencia de una “vida ética”, los
juicios morales son inaplicables” (p.10).

En relación al caso particular de la República Bolivariana de


Venezuela, nación objeto de análisis en esta investigación, Cardozo
(2003) explica que, “la institucionalidad se ha debilitado y se han perdido
orientaciones básicas para la vinculación con el mundo” (p.454). En la
medida en que lo anteriormente expuesto se establezca a partir de
realidades que aludan a intrigas ligadas a la cohesión de intereses
globales, se mantendrá el interés por “reconocer la necesidad de
transformación del país y de sus relaciones con el mundo” (Cardozo,
2003, p.454).

Frente a la problemática que supone la prolongación en el tiempo


de conflictos que socaven el establecimiento de relaciones internacionales
favorables, se pretende establecer un análisis en cuanto al aspecto moral
de las relaciones políticas e internacionales de la República Bolivariana
de Venezuela, a través del ámbito comunicacional como eje de acción
primordial ante coyunturas contemporáneas como estas.

Finalmente, ante un estudio de relaciones internacionales,


caracterizado por la influencia de los medios de comunicación y la

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evidencia del aspecto moral, esta investigación se lleva a cabo a partir de
algunas interrogantes que motivan el desarrollo de la misma:

¿Qué implica la evidencia de escepticismo moral dentro de las


relaciones políticas e internacionales de la República Bolivariana de
Venezuela?

¿Cómo se manifiesta el abordaje mediático nacional de las


coyunturas en torno a las relaciones políticas e internacionales de la
República Bolivariana de Venezuela, frente a lo referido por el ámbito
comunicacional global?

¿Qué supone la consecución de conflictos, ligados a las relaciones


internacionales, en el marco del predominio de intereses particulares por
parte del Estado en la República Bolivariana de Venezuela?

Justificación

No es casualidad el creciente interés que se ha despertado durante


estos años por los sucesos internacionales. Esto escenarios externos,
cada vez más complejos y constantes, integran nuevos desafíos hacia el
estudio de “lo internacional”, además de aumentar la sensibilidad sobre lo
que ocurre en el mundo y sus posibles repercusiones.

Cada vez se hace más necesario destacar como las naciones han
podido conseguir un equilibro para poder convivir entre sí, a pesar de las
innumerables diferencias en sus intereses y maneras de pensar, ya sea
por contradicciones culturales o ideológicas. En la República Bolivariana
de Venezuela, a lo largo de su historia, las relaciones políticas e
internacionales han estado, con o sin conflictividad, plenamente
presentes. Cardozo (2003) explica que:

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A partir de los sesenta las vinculaciones con el mundo se
hicieron indispensables y fueron atendidas desde un sistema
de conexiones crecientemente complejo, ya no sólo por
efecto de las presiones internacionales, sino como producto
de las necesidades y problemas del país y, cada vez más,
de la sociedad venezolana. (p.432)

Esta investigación se lleva a cabo tomando como base los estudios


de relaciones internacionales. Se pretende dar respuesta a la
problemática central, a través de un análisis que profundice en la moral, el
ámbito mediático y los conflictos propios de las relaciones internacionales.

Con la presente investigación, se desea aportar nuevos


conocimientos sobre la manifestación del aspecto moral desde los medios
de comunicación en la República Bolivariana de Venezuela, tomando en
consideración las relaciones políticas e internacionales de la nación
sudamericana. Particularmente, los medios de comunicación poseen una
importancia fundamental dentro del desarrollo de las relaciones
internaciones, pues muchas veces estos actúan como una vía eficiente
para la obtención de diversos enfoques ante la evolución de los conflictos,
siendo uno de ellos, el correspondiente al aspecto moral de los Estados.

Por otra parte, también se hace necesario conocer a profundidad


que es lo que implica la evidencia de escepticismo moral dentro de las
relaciones políticas e internacionales de la República Bolivariana de
Venezuela, puesto que solo el seguimiento de preceptos éticos y morales
es capaz de garantizar la permanencia de cualquier acuerdo.

A su vez, cuando se procede a hablar de moralidad política, esta


suele ser analizada como una cualidad que se puede o no alcanzar en la
política internacional, pero que sin embargo es un deber llegar a
materializar, sea cual sea el interés o las condiciones de por medio. En
este sentido, Saldarriaga (2010) hace referencia a Thomas Hobbes,
quien, a través de un modelo de escepticismo moral, explica que “el
problema no radica en la estructura de la moralidad sino en las
condiciones bajo las que se aplica”

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Corresponde a este análisis entender, de igual forma, cómo afectan
a los intereses particulares de Venezuela los conflictos que son
desarrollados en las relaciones internacionales. Los conflictos y las
confrontaciones producen desequilibrios que alteran la paz, la seguridad y
el orden público internacional, por lo que es notable el frecuente intento
de algunas naciones por evitar los mismos. Generalmente, los países
implicados en un enfrentamiento son afectados de diversas maneras,
siendo la forma más común, el desequilibrio económico.

Particularmente, el Estado Venezolano, a través de la


representación del canciller Jorge Arreaza, demuestra el interés por
“promover el espacio multilateral como mecanismo de solución de
diferencias entre los países”, lo cual a su vez pasa por “fortalecer los
espacios de diálogo y reconocimiento” (Arreaza, 2019). Por otra parte,
Arreaza reconoce los procesos de paz como el resultado de “aceptar las
diferencias y respetarlas, enriqueciéndolas considerando la soberanía de
todos, la igualdad de condiciones y no la dominación, tanto internamente
como internacionalmente” (citado en García, 2019).

Las propuestas del canciller Jorge Arreaza en materia


internacional, se materializan finalmente en los objetivos centrales que
confluyen dentro las relaciones internacionales de Venezuela, las cuales
persiguen “acabar con los intereses imperialistas”, puesto que, tal como
expresa Arreaza, a efecto de promover la autodeterminación, “si no hay
imperios, no habrá guerras” (citado en García, 2019).

En base a esto, la investigación en cuestión parte desde el estudio


de la influencia que tiene el buen o mal desenvolvimiento de las
relaciones internacionales sobre la República Bolivariana de Venezuela,
lo cual se encuentra enmarcado en la evidencia sobre el aspecto moral y
como este es transmitido. Tal como explica Cardozo (2003), Venezuela
“ha llegado a ser la proyección política del país hacia el mundo y de la
política mundial sobre él” (p.431).

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Por último, destacando que es altamente importante la imagen del
estado en relación a una percepción global objetiva, se convierte en un
aspecto de suma importancia retomar, tal y cómo en su momento se hizo
desde el estudio de las ciencias sociales, el enfoque de “lo internacional,
pero esta vez, desde una nación en particular.

Hipótesis

A continuación, se presentan las hipótesis como punto de partida


ante la formulación de las interrogantes que motivan al desarrollo de la
investigación.

En primera instancia, las relaciones internacionales de Venezuela


no aplican en su rango de acción políticas enmarcadas bajo preceptos
morales. En cuanto al seguimiento de intereses, la consecución y el
alcance de prácticas éticas se evidencia parcialmente a partir del
escepticismo, como fundamento de las decisiones tomadas por el Estado
Venezolano.

Las acciones dentro del contexto comunicacional en la República


Bolivariana de Venezuela, se manifiestan a través del uso de los medios
de comunicación masiva como herramienta de difusión ante los diferentes
grupos que hacen vida dentro del marco de las relaciones internacionales,
constituyéndose también en estos, de manera parcial, la confluencia de
expresiones que obedecen al ámbito comunicacional global.

Finalmente, en tanto que el Estado Venezolano mantiene el


enfoque en sus intereses particulares, prolongando a su vez diversos
conflictos, la República Bolivariana de Venezuela se halla en una
situación de aislamiento, puesto que el nivel de conflictividad, sumado a
un contexto de ilegitimidad, impiden el establecimiento de un
acercamiento favorable entre cada vez más naciones.

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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

Historia de las Ideas

Relaciones Políticas e Internacionales de la República Bolivariana de


Venezuela

En el ámbito institucional, Bernal-Meza (2017) alude a una


conceptualización práctica sobre la política exterior, asegurando que esta
“es entendida, principalmente, como una política pública de los Estados,
dirigidas al ámbito internacional, con el fin de promover o modificar
condiciones que hagan posible la seguridad y el bienestar económico”
(p.236). Así mismo, en naciones como la República Bolivariana de
Venezuela, las políticas establecidas en torno a las relaciones políticas e
internacionales obedecen, en parte, a intereses enfocados en “facilitar las
políticas de desarrollo” (Bernal-Meza, 2017, p.236).

Históricamente, Venezuela acumula un amplio historial en cuanto al


establecimiento de relaciones políticas e internacionales. Boersner (2003)
plantea un retrato certero de lo que podría entenderse como el inicio de la
expansión del contacto internacional desde el territorio Venezolano,
donde “durante la época colonial (…) [se] vivió la continuación de
contactos con el mundo exterior a través del Mar Caribe, esta vez con las
potencias nuevas, deseosas de romper el monopolio colonial español”
(p.552).

Así mismo, frente a los incesantes y esperados cambios


estructurales, emprendidos no solo en el ámbito social, sino también

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económico, las relaciones internacionales en Venezuela alcanzaron
notables cambios, uno de ellos, quizás el más indirecto e importante,
consistió en “la transición de una economía agraria a una petrolera”, lo
que a su vez significó la entrada de Venezuela al periodo de la
modernidad (Boersner, 2003, p.552).

La entrada de Venezuela a la modernidad “(…) significó la


ampliación y la paulatina profesionalización de su política exterior”
(Boersner, 2003, p.552). Con la evolución de esta disciplina en la nación
sudamericana, se logró el alcance de diversos acuerdos, ligados no solo
al ámbito institucional, sino también a múltiples procesos de desarrollo
económico y social. No obstante, uno de los logros más resaltantes en
materia de relaciones internacionales en Venezuela, estuvo constituido
por la formulación de algunos objetivos, los cuales apuntaban al
establecimiento de procesos para la unificación de criterios. En este
sentido, Boersner (2003) explica que:

Estos objetivos eran: a) la promoción y defensa internacional


de la democracia; b) la búsqueda de una creciente
autonomía del país en un escenario político y económico
mundial, en solidaridad con América Latina y el llamado
Tercer Mundo, y c) la seguridad e integridad del territorio
nacional (p.552).

A partir de dichos acuerdos, Venezuela, tal cómo explica Boersner


(2003), destacó con su participación en “(…) la lucha por el aislamiento de
las dictaduras (…) [la reivindicación] de los países exportadores de
petróleo” entre otras causas de suma importancia para el establecimiento
de consensos globales. Llegada la década de los sesenta, e incluso hasta
dos décadas después, Venezuela continuó acentuando su participación
activa ante organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU),
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) e incluso el
Movimiento de Países no Alineados (MNOAL) (Romero, 2010, p.4).

Los objetivos del Estado Venezolano, en materia de relaciones


internacionales, variaron parcialmente desde 1958 hasta 1979, momento

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en el que la democracia ya no constituía el tema principal, siendo la
autonomía quien ahora ocupaba la mayor atención, sin embargo, los
objetivos principales prevalecían, aun con la existencia de nuevos
gobiernos, sin sufrir ninguna reestructuración (Boersner, 2003, pp.552-
553).

Las políticas internacionales de la República Bolivariana de


Venezuela, no alcanzaron a experimentar tal nivel de reestructuraciones,
sino hasta la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999. Diversos
analistas políticos, entre ellos, Raul Bernal-Meza y Edmundo González,
concuerdan con sus disertaciones que “la política exterior que adelanta el
gobierno del presidente Hugo Chávez Frías se ha distanciado
sustancialmente de los paradigmas que orientaron la diplomacia
venezolana a partir de los años 60” (González, 2008, p.2). A su vez, estas
políticas también han ido “alejándose de los preceptos constitucionales y
de las aspiraciones y necesidades de la sociedad venezolana” (Cardozo,
2010, p.2).

Bernal-Meza (2017) explica que “la ideología de los gobernantes,


las visiones (…) sobre el orden internacional, y la configuración o
participación en alianzas o “ejes” (…) [quedan] a menudo subordinadas a
las lógicas del sistema político” (p.236). Así mismo, a partir de una visión
consensuada de la realidad, Cardozo (2010) explica que:

A partir del texto de la Constitución de 1999 podemos


agrupar las orientaciones internacionales de Venezuela en
cuatro grandes categorías: democracia y derechos
humanos, integración, seguridad y energía. En cada una de
ellas parecía anunciarse cierta continuidad en la política
exterior, pero los marcos normativos que le sirvieron de guía
y la praxis política concreta pronto comenzaron a evidenciar
giros significativos (p.2).

Visto desde la posición de Bernal-Meza y Cardozo, con la llegada


de Hugo Chávez al poder, se establece un proceso de reestructuración
institucional, que busca “(…) [negar] cualquier posible continuidad de las
políticas de décadas anteriores” (Boersner, 2003, p.553), obedeciendo así

15
nuevas concepciones ideológicas, enmarcadas en un proceso
““patriótico”, “popular”, y sediento de “cambio”” (Boersner, 2003, p.553).

De acuerdo con González (2008), una de las primeras medidas


tomadas desde el gobierno de Hugo Chávez, en materia internacional, fue
gestar un proyecto cuyo objetivo era la conformación de “un movimiento
continental para aglutinar a las fuerzas de izquierda radical que se
mueven en el hemisferio y que están enfrentadas ideológicamente a los
Estados Unidos (…) en un intento por provocar el debilitamiento de la
hegemonía del “imperialismo norteamericano”” (p.2). De esta manera, aun
cuando se logró el establecimiento de relaciones políticas e
internacionales basadas en la cooperación y el desarrollo, estas solo
atendían a intereses enfocados en el apoyo ideológico.

González (2008) resalta una constante en las relaciones


internacionales del gobierno de Hugo Chávez, esta es “(…) la utilización
permanente de la dialéctica de confrontación con aquellos países que
considera sus adversarios” (p.2). De esta manera, González (2008)
explica que, con el paso del tiempo “El tono del discurso de confrontación
ha venido acentuándose, acompañado de otras decisiones no menos
delicadas, en las que se han utilizado los instrumentos de la diplomacia
(…) con inusitada frecuencia, perdiendo así su verdadero significado y
alcance” (p.3).

Luego de finalizado el gobierno de Hugo Chávez en 2013, y con la


llegada al poder de Nicolás Maduro, actual presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, se constituyó “una radicalización de las ideas,
lo cual naturalmente lo alejan de la visión internacional cubana que
Chávez constituyó en el eje de lo que debía ser una política internacional
de gran activismo y exposición” (Bernal-Meza, 2017, p.237). A partir de
los lineamientos políticos erigidos por Maduro, Barreto (2018) explica que:

En el plano de las directrices políticas, Maduro tenía un plan


configurado de ante mano. El “Programa de la Patria” (PP),
propuesta de gestión difundida por Chávez en la campaña

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presidencial de 2012 (...) [en la cual] 3 de los 5 objetivos
articuladores se vinculaban explícita y estrechamente con el
plano internacional (p.3).

La “radicalización de las ideas”, aspecto evidenciado en Maduro y


expuesto por Bernal-Meza, supuso la expansión progresiva de conflictos.
Si bien el gobierno de Chávez ya mantenía cierta tensión con la potencia
Norteamericana, en el gobierno de Maduro dichas coyunturas se
agudizan, a través de medidas progresivas que comienzan a atentar no
solo en contra del bienestar social y económico de la nación, sino también
en contra de la consecución de otras relaciones a nivel global. Una de
estas medidas es recogida por Barreto (2018), quien la expone de la
siguiente manera:

En septiembre de 2013, se inauguraron oficialmente las


relaciones conflictivas, tras la aplicación de una medida de
reciprocidad por parte del Departamento de Estado de
EE.UU., en respuesta a la expulsión de tres funcionarios de
su embajada en Venezuela, acusados por Maduro de
conspirar contra el gobierno (p.5).

Posteriormente, con la llegada de Donald Trump a la presidencia


estadounidense, las medidas conflictivas no han hecho más que
acrecentarse. De igual forma, desde la Unión Europea la situación no se
percibe diferente, claro ejemplo de esto son las contradicciones entre
España y Venezuela, donde “Para enero de 2018, ambos Estados habían
expulsado a sus respectivos embajadores” (Barreto, 2018, p.13). No
obstante, países como Rusia, China, Palestina y Bielorrusia, mantienen su
apoyo férreo al Estado Venezolano, gracias a la prolongación de lazos
ideológicos que les han permitido “constituir un sostén fundamental para
Caracas” (Barreto, 2018, p.13).

Aún frente a las tensiones, Venezuela ha logrado mantener el


apoyo de dichos países, quienes han constituido un factor clave, no solo
para la prolongación de convenios de desarrollo, sino para la consecución
de acuerdos dirigidos en beneficio de intereses propios, que tal como
durante el gobierno de Hugo Chávez, buscan convertir en hábito perpetuo

17
la toma de decisiones que continúen “alejándose de los preceptos
constitucionales y de las aspiraciones y necesidades de la sociedad
venezolana” (Cardozo, 2010, p.2).

Diplomacia en las Relaciones Políticas e Internacionales de la


República Bolivariana de Venezuela
Sir Ernest Satow explica que la diplomacia “es la conducción de los
negocios entre Estados por medios pacíficos. Es, asimismo, la aplicación
de la inteligencia y el tacto en la conducción de las relaciones oficiales
entre gobiernos de Estados independientes” (citado en Manzano, 2013,
p.2).

Así mismo, dentro de la República Bolivariana de Venezuela, tal


como refiere Bernal-Meza (2017):

Chávez se distanció de los paradigmas que orientaron la


diplomacia venezolana a partir de los años 1960;
distanciamiento continuado por Maduro. De ser un país en el
cual la acción internacional jugaba un papel constructivo (…)
se pasó a desarrollar una estrategia con un marcado perfil
ideológico (p.242).

La diplomacia venezolana, con la entrada en vigencia del modelo


“revolucionario”, se centró en el “relacionamiento ya no de “gobierno a
gobierno” (…) [sino ahora] de un gobierno con comunidades sociales,
sindicales y políticas de otro Estado, sin pasar por la intermediación del
gobierno de ese o esos países” (Bernal-Meza, 2017, pp.247-248).

Frente al “deterioro de la diplomacia como ejercicio profesional, el


recurso constante a la personalización de relaciones y la “diplomacia de
micrófonos”” (Cardozo, 2010, p.7), conviene evidenciar que, tal como
explica Romero (2010):

(…) la diplomacia venezolana no se agota en los


compromisos de Estado en el marco de la diplomacia
tradicional, sino los trasciende hacia una dimensión política e
ideológica que se expresa en la solidaridad revolucionaria, lo
que a su vez impulsa una inquietud por parte de muchos

18
gobiernos sobre cuándo el gobierno del presidente Chávez
respeta los mecanismos diplomáticos y cuando no (p.9).

Realismo Político

A partir de la concepción de Hans Morgenthau, Oro (2009) propone


una visión del realismo político, que se materializa al explicar que “El
realismo político es un modelo (…), que al igual que un buen retrato
intenta revelar las características esenciales de la entidad retratada” A su
vez, tal como expresa Morgenthau “el realismo político presenta una
construcción teórica de una política exterior racional que la experiencia
nunca llega a asumir por completo” (citado en Oro, 2009, p.22).

La Teoría del Realismo Político, se halla intrínseca en el estudio de


las relaciones internacionales, basando su aplicación en la constitución de
varios principios. José Maria Bernal explica dichos principios desde la
perspectiva de Morgenthau, quien alude a que, principalmente “la política
está gobernada por leyes objetivas que dimanan de la propia naturaleza
humana” (citado en Bernal, s.f., p.3). Así mismo, “el concepto de interés
nacional definido en términos de poder (…) muestra el vínculo que
permite a la razón comprender los hechos de la realidad política
internacional” (p.3).

Aspecto Moral y Ético de las Relaciones Internacionales

Particularmente, se suele comprender tanto a la moral como a la


ética bajo el mismo concepto, sin embargo, aun cuando “la distinción
entre los términos “ética” y “moral” es estipulativa” se puede decir que,
generalmente, “la “ética” se refiere a la afirmación de la conciencia
individual autónoma o auténtica, mientras que la “moral”, a la esfera de la
observancia de reglas impuestas por la sociedad” (Ortiz, 2016, p.113).

19
Al hablar de ética, de acuerdo con Grajewer (2015) “es importante
analizar una acción en base a sus resultados, al riesgo del acto en sí, al
entorno y a la relación particular del analista con los hechos” (p.2). Sin
embargo, en el campo de las relaciones internacionales, Hans
Morgenthau afirma que “Los hombres no pueden elegir entre la política
del poder y su necesaria consecuencia, el equilibrio de poder por un lado,
y un tipo diferente y mejor de las relaciones internacionales, por el otro”
(citado en Saldarriaga, 2010, p.13), lo cual, de una forma u otra, alude a la
incapacidad gubernamental en las naciones para estructurar políticas
estadales en función de la consecución de bienestar.

Por otra parte, desde el aspecto moral, Saldarriaga (2010) explica


que, según Morgenthau “la moralidad internacional es del pasado (…)
ahora lo que más importa son los intereses nacionales que motivan la
política mundial” (p.11). Así mismo, a partir de un planteamiento que
surge del pensamiento de Maquiavelo, al establecer la figura del Estado
como un ente regulador con poder absoluto, “Morgenthau justifica que los
intereses del estado son muy importantes en ciertas circunstancias, lo que
llevaría entonces a ignorar la moral en algunas situaciones para así
resguardar la seguridad y la supervivencia” (Saldarriaga, 2010, pp.11-12).

Escepticismo Moral.

Si bien la moral constituye un aspecto representativo en la


consolidación de alianzas y acuerdos políticos e internacionales, pues es
el resultado de los mismos el cual es observado por las sociedades, con
el objetivo de, entre otras cosas, evaluar el desempeño gubernamental,
se sabe que, aun así, “La exclusión del discurso moral es evidente porque
los hombres de Estado deben perseguir el interés nacional y este interés
puede variar con los intereses de los demás intereses nacionales
alrededor del mundo” (Saldarriaga, 2010, p.5).

20
Thomas Hobbes, quien formula sus planteamientos bajo el
enfoque del “estado de naturaleza” del hombre, explica que “el problema
no radica en la estructura de la moralidad sino en las condiciones bajo las
que se aplica” (citado en Saldarriaga, 2010, p.5). En una comunidad,
donde no existe una autoridad mayor al Estado, se hace posible el
establecimiento de alianzas que, bajo el mismo entendimiento ideológico,
aprovechen “la ausencia de normas comunes (…), [donde a partir de
estas] los juicios morales son inaplicables” (Saldarriaga, 2010, pp.5-6).

En relación a esto, la moral en las relaciones internacionales


cumple un rol fundamental, al permitir establecer credibilidad por parte del
Estado. No obstante, para Saldarriaga (2010) “la verdadera dificultad
para relacionar la política internacional con un discurso moral está en la
extendida práctica del llamado discurso hipócrita” (p.17), el cual se
fundamenta a la vez que desde el Estado “Hablan en términos de
intereses de la humanidad cuando están donde están para defenderse de
los intereses de su comunidad” (Saldarriaga, 2010, p.18).

Ante esto, con la consecución de prácticas dónde la moral es


prescindible, se comienza a hacer evidente el “autoengaño”, como un
proceso derivado de las evasiones diarias del Estado (M, Walzer, citado
en Saldarriaga, 2010, p.19). De esta manera, se constituye un ciclo,
donde aplica lo que Morgenthau consideraba sobre los procesos políticos
inmorales. “Morgenthau creía que a menudo los estados poderosos, sobre
todo si estaban satisfechos con el status quo, no solo sostendrían, sino
que incluso creerían, que su política defendía el interés de toda la
comunidad de naciones” (Saldarriaga, 2010, p.19).

21
Antecedentes de la Investigación

A continuación, se procede a recopilar la documentación revisada


que permitió conocer, desde diversos enfoques, el tema planteado,
además de arrojar una gran variedad de datos sumamente importantes
para el desarrollo de esta investigación.

Jonnathan Pérez presenta un primer trabajo, titulado “Las


Relaciones Internacionales en el siglo XXI: América Latina en el tablero
internacional principales retos y perspectivas” y concebido como una
investigación de campo del tipo analítico descriptiva, presenta un análisis
basado en las Relaciones Internacionales en el siglo XXI, mediante los
principales enfoques teóricos y del tablero tridimensional internacional de
Joseph Nye. Para así continuar con el estudio del impacto que esas
trasformaciones y reajustes de poder han causado en América Latina, en
favor de deducir sus retos y perspectivas.

Esta investigación demostró pertinencia , debido a que el objetivo


principal se cumplió siguiendo los tres objetivos específicos que
permitieron analizar como las transformaciones globales y los reajustes
de poder que llevan lugar en el siglo XXI , configuraron el sistema
internacional. Así también, pudo comprobarse que las Relaciones
Internacionales abarcan ampliamente un conjunto de relaciones
transfronterizas, de interacciones y relaciones sociales que distribuyen el
poder mundial en lo que son los ámbitos: político, militar, cultural,
económico, comunicacional, tecnológico e informativo.

Este trabajo se relaciona con la investigación planteada, porque


muestra cómo se presentan los enfoques que explican cómo se
desarrollan las relaciones internacionales del siglo XXI en América Latina
desde diferentes perspectivas, lo cual resulta un aporte importante,
debido a que se consideró de interés conocer las diferentes estrategias de
las que se vale este continente en las Relaciones Internacionales, para

22
lograr un mayor entendimiento en base a un país específico perteneciente
a este continente, como lo es Venezuela.

Un segundo trabajo fue presentado por Tamara Grajewer. Este


trabajo, titulado “Ética en las Relaciones Internacionales” establece,
desde un diseño de campo, a través de la modalidad de investigación
analítica, como la ética juega un rol importante en las Relaciones
Intenacionales, tomando como referencia principal la Teoría de la Guerra
Justa de Michael Walzer. Así mismo, en este trabajo se analiza la
dificultad de aplicar las normas internacionales de forma objetiva, debido
a los diversos factores que intervienen mayormente en su proceso.

Este trabajo tuvo pertinencia en el cumplimiento de su objetivo de


análisis, debido a que en el resultado pudo evidenciarse la ética dentro de
las relaciones internacionales desde dos perspectivas, desde la teórica y
la práctica.

Este trabajo tiene relación con la investigación planteada, gracias a


que a través de este se pudo evidenciar el rol que cumple la ética dentro
de las Relaciones Internacionales, tema que cabe destacar va relacionado
con la presente investigación. Mediante la investigación de Grajewer, se
pudo obtener el resultado de que no existe, y puede que no exista, un
principio de ética universal, es decir, aceptado por todos, y es por ello que
pese a las estructuras políticas, debe existir un análisis y una
interpretación de forma crítica a la ética dentro de un plano político.

23
Bases Legales

Dentro del Estado, existe una base fundamental, lo cual radica en


La Soberanía y La Jurisdicción. En La soberanía se puede evidenciar
como se destacan de forma prominente y en potencia tres grandes
facultades "Prescribir, sentenciar y hacer cumplir" tal y como se menciona
en el texto de "Cuestiones actuales sobre la diplomacia y las relaciones
en los inicios del siglo XXI" (2013). Estas tres grandes facultades
representan y constituyen lo que se conoce como "Jurisdicción".

La facultad de prescripción, o también conocida como jurisdicción


prescriptiva, se encuentra unida de forma indivisible a La soberanía, al
contrario de ello, la jurisdicción para condenar no se presenta de manera
indivisible a esta. La jurisdicción prescriptiva tiene ciertas limitaciones,
pero responde de manera necesaria al querer mantener como objetivo
principal el querer evitar la inestabilidad del orden jurídico internacional
y/o los conflictos jurisdiccionales entre Estados.

Se destaca que, en Venezuela la jurisdicción da un gran salto a


través de la llegada de la Carta Magna, la cual plasma una Venezuela
libre, cuyo anhelo principal es la creación de un Estado Democrático en el
ámbito político, social y económico. Es aquí donde se desenvuelve la vida
económica, social, política y jurídica de la sociedad venezolana, donde a
su vez, se establecen normas, obligaciones y derechos, a pesar de que
en esta existe un tramo constante entre lo que comprende la normativa
constitucional y su debido cumplimiento.

También cabe mencionar, de manera breve, los antecedentes


políticos y constitucionales de la República Bolivariana de Venezuela.
Estos provienen del constitucionalismo moderno, el cual tuvo sus hitos
históricos principales , con la revolución Inglesa del siglo XVIII, la
norteamericana (1765) y la francesa (1789), estas sirvieron de
apalancamiento para el desarrollo del constitucionalismo moderno y a su
vez , este fue base fundamental para la constitución del Estado
independiente, en consecuencia de la Revolución de Caracas(1810), es

24
de allí donde se dio inició al constitucionalismo dentro del país y en toda
América Latina.

En el transcurso del período del Estado independiente, el cual


derivó de la Constitución Federal (1811), y luego del Estado autónomo
con la República de Colombia (1830–1863) que surgió de la Constitución
de 1830, la cual, antes de la de 1961, fue la que más años permaneció
vigente. Luego de esto, en la época de los caudillos regionales y de las
guerras civiles, ocurrió una crisis a partir de la reforma constitucional
(1891) y concluyó con las secuelas de la Revolución Liberal Restauradora
(1899). También, surgió que en el período de consolidación del Estado
Nacional (1901–1945), se consolidó el centralismo y la autocracia a partir
de 1925 a consecuencia de la dictadura petrolera.

Tras la muerte de Juan Vicente Gómez (1935), este período


concluyó con la Revolución de octubre de 1945. En el período de la
democratización del país y del Estado petrolero (1945–1999), se vio
acentuado por la sanción de las Constituciones de 1947 y 1961, es allí
donde se desarrolló el Estado Democrático Centralizado de Partidos
(1958–1999).

Cabe mencionar que, en ese período también surgió una crisis, a


consecuencia del “Caracazo” (1989), que concluyó en 1999 en
consecuencia de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, la
cual derrocó por completo e Estado la Constitución de 1961. Ya para este
punto inicia la Constitución de 1999, la cual, entre 1999 y la actualidad ha
tenido diversos cambios a lo largo de los años.

En base a la jurisdicción universal, esta se encuentra conformada


por los jueces y los tribunales del Estado, donde también, cabe destacar,
se incluye a su vez el Estado donde incurra un delito y a su perpetrador.
Actualmente se emplea como método de prevención para con los
crímenes internacionales, y que así no exista impunidad de por medio.

25
En los antecedentes científicos de la jurisdicción universal se sitúan
entre los siglos XVI-XVII. En ellos se puede evidenciar la gran influencia
que tuvo la segunda guerra mundial, debido a que en sus primera
manifestaciones surgieron crimines que para el momento eran
desconocidos, mencionando a continuación los más relevantes, como:
Los crímenes de guerra, la tortura, el tráfico de esclavos, el apartheid,
entre otros.

No es sino a partir del siglo XVI que se integran el ius Gentium y el


ius militare, lo que sirvió como apalancamiento para el fundamento del
ejercicio de la jurisdicción universal en consecuencia de la gravedad
generada por los crimines de guerra que violaban un código universal. El
delito de la piratería también fue un punto clave porque dio lugar a ejercer
a jurisdicción extraterritorial debido a que se cometían en alta mar y que
mayormente ocurrían en estados donde carecían de competencia
jurisdiccional.

El Derecho Penal Internacional (DPI), es una disciplina que tiene


origen en 1820. Está conformado por normas jurídicas las cuales se
encargan de sancionar categorías agraviadas de conducta que interfieran
en la protección de los bienes jurídicos más importantes en el marco del
orden social internacional.

Cabe destacar que, Venezuela jugó un papel bastante controversial


dentro del DPI , debido a que en el año 2018 se había iniciado un examen
preliminar en la Corte Penal, aparentemente por unos hechos ocurridos
en los meses de abril y julio del año 2017, pero hay que precisar que
dentro de este necesario que existan pruebas pertinentes para determinar
en cualquiera de las casos, si existe o no un nivel de responsabilidad
penal.

Por otra parte, uno de los puntos que ayudan a contextualizar más
sobre el tema, es la Jurisdicción universal sobre crímenes de guerra como
se plantea en el texto de "Cuestiones actuales sobre la diplomacia y las
relaciones internacionales en los inicios del siglo XXI" (2013) en donde se

26
explican Los Convenios de Ginebra de (1949). En donde se podría decir
que en la actualidad la jurisdicción universal tiene la aprobación para
intervenir en los crímenes de Guerra; definiendo en el texto de
"Cuestiones actuales sobre la diplomacia y las relaciones internacionales
en los inicios del siglo XXI" (2013) que D. Thiam, afirmaba que: los
crímenes de guerra se consideran una violación grave a la ley.

Por otro lado, se puede decir que a partir de la década de los XX


hay un mayor de números de legislaciones internas que promueve la
integración jurídica al nivel mundial para las violaciones de las leyes y
tradiciones. En donde la entrada de los Estatutos de la Corte Penal
Internacional está influyendo de forma positiva para lograr incorporar en
los códigos penales no solo lo contemplado en el ECPI sino también las
medidas que puedan dar la jurisdicción universal a dicho delito.

Así mismo, es posible encontrarse con otro punto importante que


sería Jurisdicción universal sobre el genocidio según el texto de
"Cuestiones actuales sobre la diplomacia y las relaciones internacionales
en los inicios del siglo XXI" (2013) donde se explica que existe un
Convenio el cual fue solicitado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en virtud de la Resolución 96 afirmando que es un crimen
internacional, de allí la ONU adopta dicho convenio para prevenir y
sancionar el mismo.

Sin embargo, que en la década de los noventa y el siglo XX pocos


Estados contemplaban la ejecución del delito de genocidio, pero este dio
un giro a partir de la ratificación de Estatuto de la Corte Penal
Internacional, en donde un gran número de estados se han puesto en
convenio para “contener” el crimen de genocidio.

A su vez, como sucedía con los crímenes de guerra, normalmente


se emplea el carácter consuetudinario (los derechos no escritos), por
consecuencia la jurisdicción universal respecto a esos crímenes o delitos
en contra la humanidad es menor puesto que en algunos Estados esta
misma solo maneja los delitos cometidos por criminales nazis o japoneses

27
en la época de la Segunda Guerra mundial, como en la Ley de crímenes
de guerra australiana de 1945 la cual fue modificada en 1988, de igual
forma la ley de 1991 de Reino Unido. A partir del Estatuto de Roma
nuevos Estados emplearon en su legislación este “tipo” jurisdicción para
enjuiciar dichos delitos.

Cabe destacar que la jurisdicción universal para crímenes contra la


humanidad tiene total conocimiento de las legislaciones de los estados
occidentales, pero este no es el caso de Latinoamérica a excepción de
Venezuela.

Dentro del territorio Venezolano, existen legislaciones vigentes que


regulan los principios y las alianzas enmarcadas en la ejecución de los
acuerdos políticos e internacionales, dicho esto, se mencionan algunos
artículos relevantes, a efecto de comprender como se constituye el marco
legal e institucional en dicha nación sudamericana.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Artículo 152. Las relaciones internacionales de la República


responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la soberanía y
de los intereses del pueblo; ellas se rigen por los principios de
independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no
intervención en sus asuntos internos, solución pacífica de los conflictos
internacionales, cooperación, respeto de los derechos humanos y
solidaridad entre los pueblos en la lucha por su emancipación y el
bienestar de la humanidad. La República mantendrá la más firme y
decidida defensa de estos principios y de la práctica democrática en todos
los organismos e instituciones internacionales. (p.29)

Artículo 153. La República promoverá y favorecerá la integración


latinoamericana y caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una
comunidad de naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales,
culturales, políticos y ambientales de la región. La República podrá

28
suscribir tratados internacionales que conjuguen y coordinen esfuerzos
para promover el desarrollo común de nuestras naciones, y que
garanticen el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus
habitantes. Para estos fines, la República podrá atribuir a organizaciones
supranacionales, mediante tratados, el ejercicio de las competencias
necesarias para llevar a cabo estos procesos de integración. Dentro de
las políticas de integración y unión con Latinoamérica y el Caribe, la
República privilegiará relaciones con Iberoamérica, procurando sea una
política común de toda nuestra América Latina. Las normas que se
adopten en el marco de los acuerdos de integración serán consideradas
parte integrante del ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y
preferente a la legislación interna. (p.29)

En este artículo se puede entender que la República Bolivariana de


Venezuela quiere promover la integración Latinoamérica y caribeña con la
finalidad de crear una “colectividad” entre naciones, teniendo como punto
principal proteger los intereses económicos, social, político, ambiental y
cultural del país, atreves de tratados internacionales, que con una
“estructura” puedan aumentar el progreso, seguridad y el bienestar de las
diferentes naciones y sus habitantes, otorgándole cierta “autoridad” a
instituciones (organizaciones supranacionales) para efectuar esta
integración, y a su vez favoreciendo las relaciones con Iberoamérica, para
que de igual manera estas normas se adapten con estos acuerdos de
integración como parte integrante del ordenamiento legal vigente y de
aplicación directa y preferente a la legislación interna.

Artículo 154. Los tratados celebrados por la República deben ser


aprobados por la Asamblea Nacional antes de su ratificación por el
Presidente o Presidenta de la República, a excepción de aquellos
mediante los cuales se trate de ejecutar o perfeccionar obligaciones
preexistentes de la República, aplicar principios expresamente
reconocidos por ella, ejecutar actos ordinarios en las relaciones
internacionales o ejercer facultades que la ley atribuya expresamente al
Ejecutivo Nacional.

29
Se hace evidente dentro de la legislación Venezolana que, antes
de que el Presidente o Presidenta de la República confirmen un tratado,
primero tiene que ser aprobado por la asamblea nacional, a excepción de
aquellos que deben ejecutarse o perfeccionar todas las obligaciones que
ya existen en la Republica tomando en cuenta que debe aplicarse
principios explícitamente necesarios por ellos, realizar actos obligatorios
en las relaciones internacionales o desempeñar habilidades que la ley
atribuya en el ejercicio de la nación

Artículo 155. En los tratados, convenios y acuerdos


internacionales que la República celebre, se insertará una cláusula por la
cual las partes se obliguen a resolver por las vías pacíficas reconocidas
en el derecho internacional o previamente convenidas por ellas, si tal
fuere el caso, las controversias que pudieren suscitarse entre las mismas
con motivo de su interpretación o ejecución si no fuere improcedente y así
lo permita el procedimiento que deba seguirse para su celebración.

Es posible evidenciar en este artículo la relación existente en el


texto de "Cuestiones actuales sobre la diplomacia y las relaciones
internacionales en los inicios del siglo XXI" (2013). En base a la
interpretación de este, de que existen tratados, convenios y acuerdos que
pueden ser iniciados de formas diversas en cuanto sea su naturaleza,
debido a que mediante ellos pueden expresarse las concertaciones
políticas de Estado con carácter jurídico u obligatorio, por lo que
dependiendo de esto, su efecto podría ser positivo o negativo.

30
Desde las Teorías Sociológicas y de la Comunicación: Habermas y
Weber

A partir de lo planteado por Jurgen Habermas en la Teoría de la


Acción Comunicativa, se propone la necesidad de establecer estructuras
lingüísticas aplicables a diversos contextos comunicacionales. Frente a
esta necesidad, Habermas propone interpretar la comunicación desde la
racionalidad; ante esto, Solares (1996) explica que:

La racionalidad es un concepto a partir del cual se alude en


forma directa a acciones de personas de las cuales puede
llegar a esperarse la capacidad para el cumplimiento de
reglas en referencia a una lógica económica, estatal y/o
jurídica y que establecen los medios más adecuados de
acción una vez decidido un objetivo preciso (p.10).

Así como la sociedad propone ante el individuo la normativa que


rige sus acciones, para Habermas “en cada acto de comunicación
lingüística existen dimensiones diversas, y en cada una de estas
expresiones, implícitamente, “pretensiones de valor racional”;
fundamentalmente, pretensiones de “verdad”, “rectitud” y “veracidad”
(Solares, 1996, p.11). A partir de estas pretensiones, Habermas sitúa la
interpretación ante varios tipos de racionalización, los cuales responden
“al mundo objetivo de su circunstancia existente (…), al mundo social de
las normas morales (…) [y] al mundo accesible individual de experiencias
internas” (Solares, 1996, p.11).

En este sentido, para Habermas, la acción social proveniente de


los individuos, organismos e instituciones, se encuentra dominada por una
“lógica comunicativa” cuando el o los actores de la interacción “(…)
participan de un proceso de entendimiento sobre planes de acción
comunes o compartidos” (Solares, 1996, p.12), tal como sucede en el
plano de las relaciones internacionales.

31
Por otra parte, frente a los conflictos, a través de la acción
comunicativa es posible abrir una situación de entendimiento “en una
secuencia de interacciones a partir de la cual, una cuestión en conflicto se
decide ya no a partir de la simple autoridad de un actor participante, sino
a través del mejor argumento y fundamentación” (Solares, 1996, p.12).

Bajo estos planteamientos, y tal como explica Solares (1996)

Habermas entiende el concepto de “acción comunicativa”,


como el proceso de comunicación de planes de acción
individual por la vía de un acto de entendimiento hablado. A
través de éste, los participantes llegan a un acuerdo a través
del uso consciente de su saber intuitivo de interpretación
general de su situación y de sus acciones (p.13).

Ante al ámbito institucional, dónde las relaciones políticas e


internacionales requieren de la constitución de un entorno para el
entendimiento, esta teoría propone que la comunicación, la cual
representa un factor esencial en las relaciones internacionales, debe
ejecutarse siempre bajo parámetros de razonamiento establecidos, los
cuales, dentro de su rango de acción, no admiten escepticismo alguno,
pues las interpretaciones y posteriores decisiones se ejecutan en el marco
de un consenso donde las pretensiones fundamentadas deben ser
aceptadas.

Así mismo, dentro del aspecto de la difusión masiva, Habermas


comprende la veracidad, la verdad y la rectitud como dimensiones de la
expresión, ante lo cual, lo masivo, lejos de representarse como un factor
que opera en detrimento de los anteriores, se constituye de aspectos que,
bajo la razón, pueden conformar más entornos propicios para la
confluencia de argumentos.

Bajo otra perspectiva, en este caso sociológica, se presenta la


Teoría Estructuralista, la cual busca “reconocer que los fenómenos
organizacionales se interrelacionan, entremezclan e interactúan, de modo
que la modificación que ocurre en una parte de la organización afecta a

32
todas las demás” (Martínez, s.f.). Para Max Weber, uno de los principales
desarrolladores de esta teoría, el estructuralismo se basa en los tipos de
sociedad y de autoridad, dónde “a cada tipo de sociedad le corresponde
un patrón de autoridad (…) [lo que a su vez representa] el poder
institucionalizado” (Universidad Nacional Autónoma de México, s.f.)

Weber, a través de esta teoría, se centra en el estudio de la


burocracia como sistema social, a partir del “establecimiento de tipologías
de autoridad” las cuales determinan en gran medida los supuestos de
mandato y obediencia que aún rigen muchas de las relaciones que se
establecen en cualquier nivel (Universidad Nacional Autónoma de México,
s.f.). A partir de esto, se configuran a su vez las visiones sobre la
legitimidad de quien ejerce la autoridad y el nivel de aceptación que esta
recibe, constituyéndose así una estructura donde las relaciones y los
vínculos se encuentran vigilados por una figura de poder (Universidad
Nacional Autónoma de México, s.f.).

Dentro de las relaciones políticas e internacionales de Venezuela,


las visiones estructuralistas se han evidenciado con profundidad tanto en
el gobierno del ex presidente Hugo Chávez, como en el actual con Nicolás
Maduro. Tal como señala Bernal-Meza (2017) Chávez constituyó un
pensamiento internacional basado en ideas del estructuralismo, las cuales
a su vez venían demarcadas por “una fuerte influencia del pensamiento
de la izquierda latinoamericana de los años de 1960 y una visión simplista
y maniquea del sistema internacional que dividía entre buenos y malos”

Este pensamiento también se mantuvo bajo el gobierno de Maduro,


quien “reforzó la visión estructuralista de las relaciones internacionales” en
un intento por, frente a las concepciones realistas, establecer el poder
como “condición necesaria para atemperar, neutralizar o evitar la
subordinación política y la explotación económica” (Bernal-Meza, 2017).

El enfoque estructuralista latinoamericano, supuso, desde sus


inicios en los años 40, la formulación de un modelo que, a través de

33
diferentes enfoques, se centrara en los aspectos primordiales para el
desarrollo de la región (Sztulwark, 2005).

Si bien al principio las nociones estructuralistas en Latinoamérica


venían marcadas por intenciones basadas en “la planificación, como
imperativo del desarrollo; la opción por la integración regional; la
necesidad de transformaciones estructurales” (Rosales, citado en
Sztulwark, 2005, p.10), rápidamente también “indujeron a la acción y a la
práctica política” (Sztulwark, 2005, p.10).

En el marco de las relaciones internacionales de la República


Bolivariana de Venezuela, las instituciones presentan estructuras
reguladas por autoridades, sin embargo, estas no vinculan las políticas
establecidas con la legitimidad necesaria para la conformación de
alianzas favorables, por lo que los aspectos ligados al conflicto y al
aislamiento, predominan en los lazos establecidos, repercutiendo no solo
en el desarrollo nacional sino también regional. Cabe destacar que, de
igual forma, las estructuras de poder existentes no se integran hacia la
apertura de nuevos enfoques, necesarios en un entorno cada vez más
diverso.

34
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

En el siguiente capítulo, se procura explicar la metodología


utilizada para la realización de esta investigación. Para efecto de este
trabajo, se analizó el tipo y nivel de la investigación en base a lo
investigado en los capítulos anteriores. Con lo anteriormente mencionado
Acuña (2006) explica que el fin esencial del Marco Metodológico “es la
instancia referida a los métodos, las diversas reglas, registros, técnicas, y
protocolos con los cuales una Teoría y su Método calculan las magnitudes
de lo real.” (p.126)

Diseño de la Investigación

En base a Sampieri (2014) se explica que el método cualitativo “se


guía por áreas o temas significativos de investigación” por otro lado,
Raven (2014) afirma que la investigación cualitativa “busca comprender e
interpretar fenómenos sociales, el investigador va directamente a la fuente
de información a los sujetos que le proporcionan saberes, como viven,
sus hábitos, que sienten.” (p. 187)

En conclusión, es una investigación es de tipo cualitativa, debido a que


permitió a los autores explicar a través de datos, información para poder
determinar de manera objetiva un punto de vista comunicacional en el

35
aspecto moral de la las relaciones internacionales de la República
Bolivariana de Venezuela.

Tipo de Investigación

Arias (2012) define como investigación documental:

Un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis,


crítica e interpretación de datos secundarios, es decir, los
obtenidos y registrados por otros investigadores en fuentes
documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como
en toda investigación, el propósito de este diseño es el
aporte de nuevos conocimientos. (p.27)

Por otro lado, Arias (2012) plantea que “en los diseños
bibliográficos, los datos se obtienen a partir de la aplicación de las
técnicas documentales, en los informes de otras investigaciones donde se
recolectaron esos datos, y/o a través de las diversas fuentes
documentales”.(p.132)

A través de esto, se puede decir que la presente investigación


nuestra es de tipo documental y bibliográfica, debido a que los autores
sustentaron su información con ayuda de fuentes secundarias como
libros, páginas electrónicas, trabajos de grado.

Nivel de Investigación

La presente investigación es de nivel explicativo, donde los autores


señalan los problemas morales y el abordaje mediático dentro de las
Relaciones Internacionales en la República Bolivariana de Venezuela.
Ante esto, Arias (2012) define como nivel explicativo el que “se encarga
de buscar el porqué de los hechos mediante el establecimiento de
relaciones causa-efecto” (p.26). A su vez, Sampieri (2014) plantea que es

36
explicativa por “como su nombre lo indica, su interés se centra en explicar
por qué ocurre un fenómeno y en qué condiciones se manifiesta, o por
qué se relacionan dos o más variables.” (p. 9)

Análisis a Partir del Enfoque de Jorge Ruiz Ruiz

En base a lo que plantea Ruiz (2009) en su artículo “Análisis


sociológico del discurso: métodos y lógicas”, se especifican 3 niveles de
análisis diferenciados: un nivel textual, un nivel contextual y un nivel
interpretativo. Cabe mencionar que no son en sí mismos análisis
sociológicos, además, estos niveles en la práctica no tienen ningún orden
en específico, y podría considerarse que no es un proceso lineal.

En primer lugar, dentro del nivel que se centra específicamente en


lo textual, este suele ser de apariencia objetiva, tal como explica (Ruiz,
2009) “esta objetividad es sólo aparente, ya que la consideración de los
discursos exclusivamente como objetos de estudio no elimina al analista
como sujeto, sino que más bien lo esconde.”(p.7). En base a esta
consideración, se podría hacer alusión a que la disciplina de las
relaciones internacionales surge por el interés en los “escenarios”, lo cual
une a todas las instituciones en una globalidad, generando un interés
mayor por explicar de manera objetiva los fenómenos producto de las
alianzas políticas.

En cuanto a Venezuela, esta tiene un gran historial en materia de


relaciones internacionales, que va, desde la época colonial, hasta la
actualidad. En el trascurso de este tiempo, Venezuela tuvo algunos logros
a nivel de las relaciones internacionales, donde a su vez se han
establecido algunos acuerdos, que a lo largo del tiempo han ido
evolucionando. Sin lugar a dudas, la reestructuración más notable en el
rumbo de las relaciones internacionales, fue en el gobierno de Hugo
Chávez Frías, donde se le da más “protagonismo” a la política exterior. .

37
Posteriormente, en cuanto al análisis contextual, Ruiz (2009)
explica el significado del término “contextual”: “Por contexto se entiende el
espacio en el que el discurso ha surgido y en el que adquiere sentido.”
(p.12). En esta investigación se busca entender cuál es el status quo de
Venezuela en materia de relaciones internaciones, sobre todo bajo el
aspecto moral, y como esto afecta de gran manera no solo a la economía,
la política, sino también al bienestar de los ciudadanos.

Por otro lado, dentro del siguiente nivel, es posible encontrar una
característica que va relacionada con la investigación, que sería el
análisis situacional, el cual según Ruiz (2009) consiste en una descripción
más minuciosa de las circunstancias que han sido producidas y las
características de los sujetos que las producen. Un factor de suma
importancia en las relaciones internacionales, se basa en el aspecto de la
diplomacia, el cual se puede entender como toda negociación que va de
la mano con la inteligencia y el tacto, a medida que se desarrolle un
discurso, con la finalidad de llegar a un consenso, que es exactamente lo
que se persigue en las reuniones entre naciones.

Continuamente, es posible encontrarse además con el análisis


intertextual, que Ruiz (2009) define como “la comprensión del discurso por
referencia al conjunto de discursos que se encuentran en el espacio
social”, a partir de esto, surge la “categoría” de parcialidad ideológica del
discurso, que es una limitación a la interpretación informativa.

En este tipo de interpretación se puede observar el punto de vista


del sujeto, pero no como una parte fluida del discurso, sino como señales
de sus principios ideológicos, que a la vez representa su forma de ver el
mundo. En este sentido, todas las naciones tienen sus principios
ideológicos, que pueden estar o no adheridos a algún modelo teórico, a
través del cual coexisten diversas visiones del mundo.

Por otra parte, tomando en cuenta los enfoques teóricos, se hace


notable la pertinencia del estructuralismo de Max Weber, pues las
relaciones internacionales necesitan unas estructuras en donde exista

38
principalmente comunicación para mantener un equilibrio y poder trabajar
favorablemente. A su vez, también está la teoría de la acción
comunicativa, en la cual Habermas plantea que a través del discurso se
puede llegar a un consenso donde ambas partes puedan constituir una
alianza.

Dichas concepciones de Habermas sobre la comunicación, se ven


reflejadas en las relaciones internacionales, sobre todo al momento en
que las diferentes naciones se reúnen para discutir acerca de alguna
situación, lo que representa la necesidad de establecer acuerdos dónde
los intereses particulares no se vean afectados. Desde el enfoque de Ruiz
(2009), el cual a su vez también representa una estructura, se puede
notar la pertinencia de los modelos teóricos presentes en este trabajo,
pues, no solamente desde el contexto, sino también desde el análisis, se
evidencia el establecimiento de categorías, a través de las cuales se hace
posible el estudio de disciplinas como esta.

39
CAPÍTULO IV

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La crítica situación internacional que atraviesa Venezuela, ha


generado un intenso y apasionado debate en los círculos académicos,
políticos y diplomáticos, es por ello que, después de realizar las
investigaciones pertinentes, es conveniente concluir con las explicaciones
que fundamentan la finalidad de este estudio, el cual, aun cuando se
centra en la disciplina de las relaciones internacionales, también basa sus
fundamentos en el área de las ciencias sociales, las cuales no difieren en
cuanto a exactitud sobre la organización de las sociedades y los Estados.

Entre estas ciencias sociales, existe la disciplina que representa las


relaciones internacionales, las cuales vienen a dar cabida dentro del
estudio social, como respuesta ante las dificultades y conflictos
ocasionados entre naciones, con la intención de construir un nexo
equilibrado y armonioso, formando parte importante dentro de la teoría de
relaciones internacionales.

Desde el marco de las relaciones internacionales, las acciones


originadas desde los países, son efectuadas gracias al estado o la
situación en la que se encuentren las sociedades o civilizaciones. Por
consiguiente, dichas situaciones se verán vinculadas con los medios de
comunicación, pues estos estarán encargados de configurar la imagen del
Estado, tomando como punto de partida las acciones del mismo. Es por
ello que, en las relaciones internacionales, es vital la imagen del Estado
que se presenta frente al mundo, puesto que a través del mismo se
ejecutan estudios para contribuir con las acciones y decisiones que serán

40
tomadas a futuro desde las instituciones gubernamentales.

Tomando como caso particular lo que en realidad es competente


para esta investigación; es importante hacer menciones particulares a las
Relaciones Políticas e Internacionales de este país, así como también a
su aspecto diplomático, los cuales han venido recopilando extensos
antecedentes, específicamente para establecer relaciones políticas e
internacionales de una forma cordial. Estas relaciones, han sido una
montaña rusa para Venezuela, sin embargo, desde el Estado se ha
mantenido el apoyo de diversas naciones de occidente, quienes hoy en
día forman parte de un factor clave para la nación. De igual modo, se ha
hecho notable también que, la diplomacia venezolana, con la entrada del
supuesto nuevo modelo “revolucionario”, comenzó a enfocarse en las
comunidades sociales, sindicales y políticas, sin tomar en cuenta la
institucionalidad de las naciones.

Satisfactoriamente, en este estudio se logran precisar respuestas


claves. Cuando se habla de comunicaciones globales de intereses, la
consecución y el alcance de prácticas éticas se evidencian más que todo
a partir del escepticismo, esto quiere decir que las decisiones tomadas
por el Estado Venezolano, han colaborado con el desarrollo de la política
exterior logrando diversos acuerdos ligados al ámbito institucional y los
múltiples procesos de desarrollo económico y social, no obstante, dicho
desarrollo no ha surgido a la par de lo que se espera por parte de un
Estado apegado a la ética y a la moral.

Las orientaciones internacionales de Venezuela en cuatro grandes


categorías siguen siendo: democracia y derechos humanos, integración,
seguridad y energía, destacando esto más en lo discursivo que en lo
práctico.

La manera en la que se manifiesta el abordaje mediático nacional


de las coyunturas en torno a las relaciones políticas e internacionales de
la República Bolivariana de Venezuela, son gracias al uso de los medios
de comunicación masivos, los cuales difunden información y datos de

41
gran importancia a los diferentes grupos que hacen vida dentro del marco
de las relaciones internacionales. El conflicto incesante causado por
Chávez y ahora Maduro frente a los otros países, han significado, en este
ámbito, un punto de inflexión entre Venezuela y su política internacional,
resultando en una reputación cuestionada alrededor del mundo, costando
la ruptura de relaciones con varios países.

La consecución de conflictos, en el marco del predominio de


intereses particulares por parte del Estado en la República Bolivariana de
Venezuela continúa siendo una situación relevante, más aún con la
llegada de Chávez al poder, el cual introdujo una reestructuración
institucional, cuyo fin principal era ir en contra de las políticas de décadas
anteriores. A partir de esto, se origina un movimiento continental cuyo
objetivo era disentir ideológicamente con los Estados Unidos y todo aquel
que estuviese de acuerdo con el mismo. Con el pasar del tiempo, la
continua confrontación con aquellos países ha venido acentuándose. Con
Nicolás Maduro en el poder, estos conflictos solo se han expandido más y
con ello las decisiones contraproducentes para la nación.

Finalmente, es necesario destacar que, la República Bolivariana


de Venezuela, actualmente, se halla en una situación de aislamiento,
debido, entre otras cosas, al nivel de conflictividad, sumado a un contexto
de ilegitimidad, el cual impide el establecimiento de buenas relaciones
entre esta nación y cada vez más naciones en el mundo.

42
Recomendaciones

 Las relaciones político internacionales de Venezuela deben


encontrar un cese a las disputas, a través de encuentros con
beneficios multilaterales, enfocándose a su vez en el
establecimiento de un marco institucional centrado en la legalidad.
 En relación con el escepticismo moral por parte del Estado en la
República Bolivariana de Venezuela, es necesario aplicar
reestructuraciones a nivel estadal, con la finalidad de promover
políticas donde las prácticas éticas y morales no cedan ante los
intereses nacionales, existiendo de esta manera un equilibrio.
 Es necesario establecer la comunicación como un recurso que
apele a la objetividad y a los valores. Se debe contribuir al alcance
de tecnologías de comunicación masivas que apoyen al país, no
solo en la formación de opiniones, sino también en el
establecimiento de enfoques para un juicio crítico, a fin de
contrarrestar la influencia negativa existente desde y hacia el
ámbito comunicacional global.
 Finalmente, se debe promover una idea de percepción global
objetiva, dónde no se califique ninguna ideología o postura
internacional como buena o mala, a fin de fortalecer el crecimiento
diplomático de la nación.

43
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