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Para los que aspiran al dinero, perderlo es el fracaso más total, el absoluto.

“No puedo imaginar mi vida ni la de nadie sin música. Es como una luz en la oscuridad que jamás
se extingue”

no se puede seguir a dos amos. Para convertirse en bluesman no alcanzaba con interpretar
óptimamente un instrumento sino que lo más importante era transformarse espiritualmente
haciendo que su cabeza ya no piense como un blanco nacido en Long Island

Cuchara se sintió aliviado, porque esa misma mañana, cuando estaba templando su guitarra, notó
una punzada en el pecho y una aguda descarga en la pierna.

-De eso se trata la música , Randy- había estado diciendo Cuchara antes de que entrara Kiki-. Se
trata de acercarse tanto al dolor que es como un amigo., como algo a quien quieres...

“El blues siempre transporta al lugar dónde vio la luz. Una máxima africana dice que: las raíces del
árbol no dan sombra. El blues es igualmente profundo. Cuando escuchas esa música y la
comprendes verás que es lo único que no lograron arrebatarle al pueblo negro”.

Walter Mosley

"Blues de los sueños rotos"

de personalidad retraída y poco dado a inmiscuirse en las relaciones sociales de la vida académica,
su falta de adaptación se transforma en la razón de peso para ser señalado como un adicto a la
pornografía infantil

Es la imagen pública que North no sabe construir lo que garantiza su condena, una falta mayor en
tiempos en que la apariencia creada en las redes sociales se convierte en una necesidad esencial.
“Desconfío de las relaciones sociales y su evolución actual. Tenemos que ser sociales,
comunicarnos, contestar nuestro teléfono y nuestros correos electrónicos, tener una vida activa en
las redes informáticas. Parece grosero y altamente sospechoso ‘vivir en secreto’, precisamente lo
que Epicuro aconsejó a sus discípulos. Ambas novelas cuestionan los efectos de la tecnología
moderna en ese sentido”, señala Postel.

intenta liberar él mismo a la chica, pero no encuentra las llaves de la jaula. El agotamiento lo
obnubila, se entumece con alcohol y psicofármacos, se distrae con detalles y con los recuerdos de
su padre muerto, se abandona incluso a jugueteos becketianos con el teléfono, que agregan su
dosis de humor negro a la historia. Un influjo indeterminado parece inducir la inmovilidad, como si
al abrir la puerta del sótano la casa entera se hubiese transformado en un espejo en el que el
personaje se ve reflejado en su padre y admite en secreto su herencia.   Pero la situación del hijo
me atrajo mucho, porque es al mismo tiempo muy incómoda, casi absurda y, de una manera
alegórica, la de mayor alcance universal: cómo resolvés tus herencias, hasta qué punto la
responsabilidad de tus padres puede caer sobre tus hombros y cambiarte”.

“Aunque tenga ganas de escribir más, lo dejo en cuanto llego a las diez páginas. Y si las cosas no
salen según lo esperado, me esfuerzo por cumplir mi objetivo” explica. “La regularidad en un
empeño a largo plazo es crucial”
l pretexto, la coartada, la excusa o el subterfugio son todas figuras propias de una conciencia que
busca otra versión disimulada para sus verdaderos deseos o apetencias.  Se podría decir que esa es
una característica de las personas que mantienen su ansiedad sobre un objetivo, pero que por
distintas razones, vacilan en presentarlo con su identidad verdadera. Tejen redes arácnidas, tienen
miedo de sus propias desmesuras. Su táctica es la de hacer constantes excepciones  sobre sí
mismo, pero han aprendido que la palabra es un simple cortinado ocasional.

para ellos hablar no implica costos sino efímeras actuaciones. Se consideran así exentos de
censuras o autocensuras

La historia de los movimientos musicales es, como la de casi todas las artes, la historia de
respuestas generacionales a un paradigma gastado.

Un pájaro enjaulado en primavera sabe poderosamente bien que hay algo para lo cual
serviría, siente poderosamente bien que hay algo que hacer, pero no puede hacerlo. ¿Qué
será? No lo recuerda bien, luego, tiene ideas vagas y dice: “Los demás hacen sus nidos y
tienen sus pequeños y los cuidan”; y luego se golpea el cráneo contra los barrotes de la
jaula. Y la jaula queda ahí y el pájaro esta loco de dolor… “Ese es un holgazán”, dice otro
pájaro que pasa, “ése es una especie de rentista”. Empero el prisionero vive y no muere,
nada aparece por fuera de lo que le pasa por dentro; está bien de salud, está más o menos
alegre bajo los rayos del sol. Pero viene la estación de las migraciones. Ataque de
melancolía “Sin embargo –dicen los niños que lo cuidan en su jaula- tiene todo lo que
necesita “. Pero él sigue mirando, afuera, el cielo hinchado, cargado de tormenta, y siente
dentro de sí, rebelión contra la fatalidad. “Estoy enjaulado. Estoy enjaulado. Y, por lo
tanto, no me falta nada. Imbéciles. ¡Ah, por piedad, la libertad! ¡Ser un pájaro como los
demás pájaros!”
Cartas de Vincent Van Gogh a su hermano Théo

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