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En este informe se verá plasmado todas y cada una de las diferentes experiencias que
vivimos a la hora de ir a este maravilloso lugar conocido como USIACURI, este
municipio se encuentra ubicado exactamente en la República de Colombia, en la
Región Caribe o Costa Atlántica en el departamento del Atlántico, subregión central.
Limita al norte con el municipio de Juan de Acosta y Baranoa, por el este con el
municipio de Baranoa y Sabanalarga y por el oeste con Piojó; no se puede quedar sin
resaltar que sus tierras están comprendidas dentro del piso térmico cálido, siendo el
tipo de vegetación predominante en esta región el bosque seco tropical.
El pesebre del atlántico, como es apodado ya que si lo vemos desde cualquier ángulo,
guarda un parecido con el pueblito que millones de cristianos elaboran con los más
diversos materiales para festejar el nacimiento del Niño Jesús. Este lugar cuenta con
una historia impresionante que más adelante vamos a vivenciar lo que fue esta
experiencia desde que llegamos a este municipio, donde tuvimos la oportunidad de ver
sus artesanías, que son hechas a base de palma de iraca y son el sustento de muchas
familias que tejiendo sostienen una tradición ancestral aprendida de los indígenas que
habitaban la región, sus pozos minerales, también hicimos presencia en la iglesia
Santo Domingo de Gúzman y lo que fue la casa museo donde resaltan la vida del poeta
Julio Flórez.
Usiacurí se debe recorrer a pie, porque en sus calles se puede uno encontrar a sus
habitantes andando en burro o simplemente pasar por una casa donde se están
tejiendo las artesanías u observar el paisaje y el verdor del bosque.
HISTORIA
Acorde con el desarrollo histórico y económico del municipio, su principal tradición son
las artesanías elaboradas en palma de iraca, que han sido tradición durante
generaciones, actualmente se han mantenido vigente mediante cooperativas, talleres
impartidos en escuelas, colegios y proyectos de fomento. La producción artesanal
como actividad comercial que se conjuga con el turismo, le ha dado base a los
artesanos para vender sus productos a otros habitantes, quienes posteriormente los
ofrecen a visitantes que llegan al departamento del Atlántico. En este municipio se
elabora el más fino trabajo artesanal de carteras, bolsos, sombreros, individuales, porta
vasos, cofres, entre otros productos, que además de abastecer el mercado regional es
producto de exportación.
MINERALES
Usiacurí alcanzó notoriedad nacional e internacional por sus aguas termales a donde
acudían anualmente cientos de turistas, más que todo enfermos, a tratarse diversas
dolencias en sus afamados pozos de aguas sulfídricas, Desafortunadamente el
desarrollo también trae consigo consecuencias funestas y al decir de los entendidos y
letrados del pueblo, las aguas termales de Usiacurí empezaron a desaparecer cuando
allí se inició la construcción del acueducto municipal.
En el pueblo aún recuerdan los pozos que fueron atractivos turísticos hasta la mitad
del presente siglo. Estos pozos eran El Chorrito, La Raíz, La Zorra, El Higuerón y El
Italiano.
Pozos medicinales. Fotografía tomada por: María José San Juan.
El pesebre del atlántico cuenta con una historia que nos fascino desde el momento que
comenzamos el recorrido en este municipio, donde tuvimos la oportunidad de ver cuán
ricos son culturalmente con sus artesanías; con sus misteriosos pozos de aguas
termales con propiedades medicinales que se encargan de relajar y aliviar las dolencias
de quienes se sumergen en ellas; viendo como resaltan la importante presencia que
tuvo Julio Flórez que fue un importante poeta, no solo para su municipio sino también a
nivel nacional, cabe resaltar que en su casa dejaron plasmadas todas sus vivencias y
por ende es un gran museo que tuvimos la oportunidad de conocer; por último
visitamos la iglesia Santo Domingo de Guzmán y pudimos admirar lo peculiar que se ve
esté lindo municipio como un pesebre, ya que por lo alta que está ubicada la iglesia, las
casas alrededor se ven muy pequeñas, todos estos lugares y su cultura lo ha hecho un
lugar turístico.
Julio Flórez, un poeta colombiano que a sus 43 años, tras haber recorrido el mundo,
conocido la vida desde las más extremas circunstancia, Flórez llega a Usiacuri, lo hace
por razones de salud atraído por los pozos de agua medicinales que le eran
recomendada para su problema gástrico.
El poeta llega a Usiacuri buscando salud primero que todo pero en esa búsqueda de la
salud se fue tropezando con otros factores que le fueron alegrando la vida, que le
fueron llenado la vida de ilusiones de sueños y fue regando con el tiempo unas obras
hermosas, un legado para Colombia y para su familia.
Aquí se enamora de una lugareña de tan solo 15 años, Petrona Moreno quien se
convertiría en la madre de sus 5 hijos, los cuales son: Cielo, Julio, Divina, Hugo y Lira.
El poeta murió el 1923 y su esposa habitó la casa hasta 1934 año en el cual se traslada
con sus hijos a Barranquilla, dejando la vivienda a cargo de su sobrina María Camargo.
65 años después con la infraestructura y su inmobiliario alarmantemente deteriorada, la
casa queda deshabitada y a partir de ese instante comienzan los esfuerzos de la
Fundación Cooperación para el Progreso de Usiacurí (COPROUS), para restaurarla y
rescatarla. El municipio de Usiacurí y la gobernación del Atlántico apoyan la misión y el
esfuerzo da resultados.
La casa museo cumple múltiples funciones como templo educativo, atractivo turístico y
punto de congregación e identidad cultural.