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ANTECEDENTES
ANTECEDENTES
Entre 1890 y 1990 pueden distinguirse dos formas principales de manejar las aguas
mexicanas, a saber, el agua local y el agua nacional. La diferencia entre una y otra está
dada por la revolución hídrica que se generalizó en buena parte del planeta durante las
últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX. Tal revolución, que hizo posible
el aprovechamiento de grandes volúmenes de agua, se manifestó en México en obras
como el canal de conducción de la compañía Tlahualilo en La Laguna, la desecación del
lago de Chalco, la obra de provisión de agua desde Xochimilco a la ciudad de México y la
construcción de los sistemas hidroeléctricos de Necaxa y La Boquilla. En la primera
forma, destacan los grupos y autoridades locales en el manejo del líquido; en la segunda,
es la nación, a través del gobierno federal, la que intenta imponer un manejo centralizado
y uniforme a lo largo y ancho del país. La descripción de ambas etapas guía la exposición
de los principales componentes de una y de otra en los ámbitos rural y urbano, así como
de los principales cambios ocurridos en las políticas e instituciones gubernamentales.
Concluye mostrando la decadencia del agua nacional y el ascenso de una nueva forma,
que busca la expansión del mercado, la protección del medio ambiente y, en cierto modo,
el retorno al agua local.
En tiempos de escasez, o cuando alguien abusaba y construía por la fuerza una toma
más grande o una nueva toma, surgían altercados que por lo común eran resueltos por
los propios involucrados con apego a los usos y costumbres (a veces había reglamentos
escritos), que incluían a una autoridad reconocida.
En caso de que las disputas continuaran sin solución, se acudía a la autoridad municipal o
al 24 El agua en México juez, y así se continuaba ascendiendo en la estructura
gubernamental si el conflicto seguía sin solución. En la época colonial, los casos más
conflictivos obligaban a las más altas autoridades a intervenir en la reglamentación de
tramos de algunas corrientes, como el Nexapa y el Cantarranas, en el actual estado de
Puebla (Camacho, 1998). En esas situaciones, un enviado de la Audiencia General de
México procedía a hacer un “repartimiento”, que no era otra cosa que la asignación del
líquido disponible entre las diversas tomas.
En esas ocasiones quedaba patente la diversidad de derechos de agua que coexistían,
desde las mercedes reales en forma (recuérdese que la tierra y el agua eran de la
propiedad originaria de la Corona), hasta simples acuerdos verbales que, sin embargo,
tenían la fuerza de la antigüedad y del reconocimiento colectivo. En algunos casos, el
hecho de aparecer en un repartimiento otorgaba o regularizaba derechos adquiridos
previamente (Meyer, 1997). El agua unía a los vecinos, débiles y poderosos, y a los de la
medianía; a los nuevos interesados y a los viejos de toda la vida. En ocasiones, los
repartimientos coloniales se mantuvieron vigentes durante dos o tres siglos. Así ocurrió en
la región de Atlixco (Castañeda González, 2006). Tal era la fuerza y la efectividad de la
administración local del agua. Los estudiosos coinciden en sostener
Planteaniento de prolema
Justificación.
La escasez de agua potable representa uno de los problemas a resolver en la actualidad
dado que se ha convertido en una de las principales causas de enfermedades en el mundo,
actualmente diez mil personas mueren diariamente por deshidratación o enfermedades
causadas por agua no potable. En México, de acuerdo a CONAGUA (2016) para 2030 la
mayor parte del territorio se encontrara en condiciones de estrés hídrico (1000 a 1700
m3/hab/año) escasez (500 a 1000 m3/hab/año) o escases absoluta (<500 m3/hab/año). Se
sabe que la mayor parte del agua dulce del planeta se sitúa en ríos, lagos o el subsuelo; sin
embargo, en el aire también existe una gran cantidad de vapor de agua que puede ser
aprovechada y transformarse en agua apta para el consumo humano por lo cual mediante
este proyecto se provee compensar la falta de este servicio y así lograr cubrir a futuro las
necesidades más vitales del ser humano, entre las que se encuentran la hidratación diaria, la
prevención de enfermedades, la higiene y la preparación de alimentos. Se buscara alcanzar
a la población inconforme con las tarifas y administración de la organización responsable
del suministro de agua en su hogar y cumplir con los requerimientos establecidos por este
sector de manera que les sea convincente la instalación del sistema ofrecido.
CONSUMO
El consumo es la parte del suministro de agua potable que
generalmente utilizan los
usuarios, sin considerar las pérdidas en el sistema. Se expresa
en unidades de
m3/día o l/día, o bien cuando se trata de consumo per cápita
se utiliza I/hab/día.
Consumo domestico.
Se refiere al agua usada en las viviendas. Este consumo depende principalmente del
clima y la clase socioeconómica de los usuarios. El consumo domésticos medio de una
clase socioeconómica puede presentar diferencias, por diversas causas, entre las que
sobresalen: la presión en la red, la intermitencia en el servicio, la suficiencia del
abastecimiento de agua, la existencia de alcantarillado sanitario y el precio del agua.