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UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA

FACULTAD DE DERECHO

ENSAYO
LA VENTA DE BIENES MUEBLES ENTRE CÓNYUGE NO DIVORCIADOS.
“PRINCIPIO DE LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD PRIVADA Y LA PRESUNCION DE LA BUENA FE”

DANNA JULIETH ACOSTA AYA


LINA MARIA VALDIVIESO IMITOLA
JERSON ANDRES CLAVIJO RUEDA
ELIANA DEL MAR QUEVEDO ENMINICICA
JESSICA PAOLA GÓMEZ GUAUQUE

2020
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LA VENTA DE BIENES MUEBLES ENTRE CÓNYUGE NO DIVORCIADOS.


“PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD PRIVADA Y LA PRESUNCIÓN DE LA BUENA FE”

Uno de los pilares del Estado social de derecho es la garantía de las libertades individuales, que a su vez se
proyecta en el libre desarrollo de la personalidad,1 sin más limitaciones que los derechos de los demás y el
orden jurídico, lo cual se aúna en lo que la doctrina universal y el derecho privado designan “la autonomía de la
voluntad privada”. Es por ello, que la Corte Constitucional en la sentencia C-934 del 11 de diciembre de 2013,
reitera que, la autonomía de la voluntad privada es la facultad reconocida por el ordenamiento positivo a las
personas para disponer de sus intereses con efecto vinculante y, por tanto, para crear derechos y obligaciones,
para el intercambio de bienes y servicios o el desarrollo de actividades de cooperación. 2 De tal manera que, el
presente documento expondrá y explicará con base a la legislación el contrato de compraventa. De igual forma,
como el principio de la autonomía de la voluntad privada podría llegar a ser limitado por el Estado en un
contrato consensuado entre cónyugues no divorciados, ya sea en razón de defender el interés general y de la
seguridad jurídica y si habría cabida a la presunción de la buena fe entre los contratantes.

El contrato de compraventa es un acto consensual ya que existe la capacidad natural de transferir la propiedad
mediante la entrega contenida en el modo convencional de la “tradición”. El esquema de la teoría del título y
modo exige el suceso secuencial de la unión de la voluntad de transferir un derecho con la de poseer una cosa. 3
En efecto, estamos haciendo referencia al principio de la libertad contractual en donde, según la doctrina es el
poder que gozan las partes contratantes para dictarse sus propias reglas y disposiciones contractuales, que se
constituirán de obligatorio cumplimiento para las mismas, como lo estipula el artículo 1602 del Código Civil. .

No obstante, podríamos establecer que el principio de la autonomía privada es un derecho sin límites, absoluto,
que no admite excepciones o limitaciones en contrario. Sin embargo, la Corte Constitucional en la sentencia C-
068 del 10 de febrero de 1999 ha especificado que existe una serie de principios y derechos que constituyen una
verdadera limitación al principio de la autonomía de la voluntad privada. Uno de estos principios o derechos es
el orden público prevalente sobre la voluntad privada, el interés general y la seguridad jurídica los cuales se
encuentran ampliamente relacionados. Es por ello, que según el artículo 1852 del Código Civil junto con el
artículo 1595 del Código de Napoleón establece una sanción de nulidad a los contratos de compraventa
celebrados entre cónyuges no divorciados, como mecanismo para evitar el deterioro de la norma prohibitiva de
las donaciones irrevocables entre cónyuges, y, secuencialmente el interés de terceros para evitar su
defraudación.

Dicha norma se halla estipulada, básicamente, en tres razones; en primer lugar, la necesidad de proteger a la
mujer, cuyo marido ejercía sobre ella la potestad marital, de tal suerte que era una incapaz relativa. Según el Dr.
Vladimiro Naranjo Mesa en el salvamento de voto de la sentencia C-068 del 10 de febrero de 1999 y el
tratadista Fernando Vélez establecen que “el marido, por tener la representación legal de la mujer casada, emitía
el consentimiento por él mismo y también por su esposa, por lo cual no había en realidad un verdadero acuerdo
de voluntades. Al existir dos voluntades en un mimo sujeto que en este caso es el marido”.4 Por tanto, la

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Constitución Política de Colombia de 1991. Preámbulo. Artículo 13. TODAS LAS PERSONAS NECEN LIBRES E INGUALES ANTE LA LEY.
Artículo 16.LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
2
Corte Constitucional. Sentencia C-934 del 2013. Prescripción de acción de nulidad de negocio jurídico que haya sido consentido por
la fuerza. PRINCIPIO DE LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD PRIVADA. M.P NILSON PINILLA PINILLA.
3
U. Católica. LA ESENCIA DE LA TRASLACIÓN DE LA PROPIEDAD EN EL SISTEMA LEGAL COLOMBIANO
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Corte Constitucional. Sentencia C-068 del 10 de febrero de 1999. VENTA DE BIENES ENTRE CONYUGES NO DIVORCIADOS M.P
ALFREDO BELTRÁN SIERRA.
3
finalidad de la norma era verdaderamente evitar contratos en los cuales el consentimiento libre de las partes no
podía presumirse.

En segundo lugar, la prohibición de celebrar contrato de compraventa entre cónyuges era un medio de evitar las
donaciones irrevocables entre ellos; y por último, impedir que por la naturaleza misma de la relación
matrimonial, los cónyuges acudieran a la simulación del contrato de compraventa en fraude de terceros
acreedores. La misma Corte Constitucional afirma que en los casos de simulación o de fraude a terceros, estos
o el otro contratante queden desprovistos de defensa de sus intereses legítimos, como quiera que puedan ejercer
la acción de simulación, o la acción pauliana, o, en general, cualquiera de los derechos auxiliares que la
ley autoriza para los acreedores.

En este orden de ideas, la sanción de nulidad al contrato de compraventa entre cónyuges no divorciados, “es
una norma de orden público, que busca fundamentalmente proteger los derechos de terceros por motivos éticos
y de interés público que podrían verse lesionados por venta simuladas” 5 celebradas entre ellos. Se trata,
entonces, de una “incapacidad especial” impuesta por el legislador, razón está por la cual la celebración del
contrato de compraventa entre quienes tengan entre sí la calidad de cónyuges, se afecta de nulidad absoluta por
“objeto ilícito”, de acuerdo con lo establecido por el artículo 1741 del Código Civil.

El Código de Comercio expedido mediante Decreto Ley 410 de 1971, al regular el contrato de compraventa,
dispuso en su artículo 906 que “no podrán comprar directamente, ni por interpuesta persona, ni aún en pública
subasta”, entre otras personas, “los cónyuges no divorciados, ni el padre ni el hijo de familia, entre sí” (numeral
1º), norma ésta cuyo fundamento es el mismo que en su tiempo justificó lo codificado del artículo 1852 del
Código Civil. Así mismo, el artículo 3º de la Ley 28 de 1932, dispuso que “son nulos absolutamente entre
cónyuges las donaciones irrevocables y los contratos relativos a inmuebles, salvo el de mandato general o
especial”6. Conforme a lo expresado, el Dr. Eleuterio Serna, manifestó que la prohibición de contratar entre
cónyuges no divorciados so pena de nulidad.

Adicionalmente, otros de los cuestionamientos es el principio de la buena fe (Artículo 83 Const.) ni la cláusula


general de libertad (Articulo 16 Const.) prohíben que el legislador diseñe un régimen legal que tienda a
establecer ciertas cautelas con el fin de dar seguridad, transparencia y protección al tráfico jurídico. La Corte
Constitucional sostiene que el principio de la buena fe es una regla general de derecho, cuyo deber jurídico se
deberá “ceñirse” en las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas y que, además, se presume
en las gestiones que aquellos adelanten ante éstas. Por el contrario, en el salvamento de voto realizado por el Dr.
Naranjo afirma que este principio no tiene un carácter absoluto, en consecuencia es cuestionable y el legislador
debe designar un marco que le permita limitarlo con el fin de dar seguridad jurídica y las partes que intervengan
en la relación; existe un punto conexo entre la Corte Constitucional y el Dr. Vladimiro Naranjo y es cuando se
afirma: “que proceder con lealtad y, en general con corrección y rectitud, son el soporte necesario para que
exista seguridad y credibilidad en las relaciones sociales.” Lo traemos a colación porque este principio del
derecho se fundamenta en la confianza mutua de las partes en una relación jurídica, en consecuencia, a medida

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Corte Constitucional. Sentencia C-068 del 10 de febrero de 1999. VENTA DE BIENES ENTRE CONYUGES NO DIVORCIADOS M.P
ALFREDO BELTRÁN SIERRA.
6
Ley 28 de 1932.
Código Civil Colombiano. Artículo 1602. LOS CONTRATOS SON LEY PARA LAS PARTES. Artículo 1852. ES NULO EL CONTRATO DE
VENTA ENTRE CÓNYUGES NO DIVORCIADOS, Y ENTRE EL PADRE Y EL HIJO DE FAMILIA. Artículo 1741. NULIDAD ABSOLUTA Y
RELATIVA.
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que esta se va fortaleciendo de igual forma lo hará el sistema jurídico puesto que la relación no tendrá vicios y
se cumplirán plenamente las obligaciones contraídas sin necesidad de un juez, promoviendo la confianza ética y
el tráfico jurídico.

Conforme a las interpretaciones anteriores salvo las razones del Dr. Naranjo, la Corte Constitucional estimó que
ellas se oponían al principio de la buena fe, toda vez que implicaban que el legislador diera "por preestablecida
la falta de rectitud, lealtad y probidad de quien así contrata, es decir su mala fe”. Por tanto, la Corte
Constitucional declara inexequibilidad parcial al artículo 1852 del Código Civil, así como, también de manera
parcial el artículo 3º de la Ley 28 de 1932 y el artículo 906, numeral 1º del Código de Comercio.

Con base a lo anterior, las consecuencias que puede generar la decisión adoptada por la Corte en dicha
precedente (Sentencia C-068/99) es que de alguna u otra forma se promueva y facilite la comisión de hechos
punibles, por ejemplo, el delito de testaferrato. En efecto, la circunstancia de que ya no exista la prohibición de
celebrar contratos de compraventa entre cónyuges, da vía libre para que, bajo un supuesto amparo jurídico, uno
de los esposos pueda transferir al otro, a título de venta –ficticia-, bienes muebles o inmuebles que han sido
adquiridos ilícitamente. Esto, con un ingrediente adicional que motiva a la comisión del delito, frente a la
posibilidad de llevarlo a cabo mediante el traspaso de bienes a terceros: que quien supuestamente transfiere los
bienes para evadir la acción de la justicia, continúa con el control directo sobre los mismos, amparado no sólo
en la relación de pareja sino también en la existencia de la sociedad conyugal.

En conclusión, el hecho de que la prohibición contenida del artículo 1852 del Código Civil y demás normas
haya sido, y continúe siendo, razonada por la doctrina como una “incapacidad especial”, carácter que le es
reconocido en el texto jurídico de la Sentencia C-068/99. En donde no concebimos en la decisión de la Corte
constitucional ya que, como es indicativo la intención legislativa fue la de conjurar la celebración de contratos
viciados en el consentimiento. Como es sabido, la incapacidad es una figura jurídica que busca,
primordialmente, proteger a las personas que carecen de libertad de autodeterminación para obligarse en el
mundo jurídico. Por ello debería pensarse que el artículo 1852 del Código Civil, el artículo 3º de la Ley 28 de
1932 y el artículo 906, numeral 1º del Código de Comercio fue establecido como una medida de protección
referida a los mismos cónyuges y no a terceros.

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