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Análisis crítico de la nouvelle “El pozo” de Onetti

Instituto Superior del Profesorado Joaquín V González

Literatura Latinoamericana - 2020

Pablo Carrazana

pjcarrazana@gmail.com

Al tomar en cuenta las reflexiones literarias que el protagonista de la novela propone es posible
observar un mecanismo que posiciona su visión de mundo y su proyecto de escritura dentro del
marco de un acto de metareflexión literaria. En ese sentido nos encontramos frente a una novela
que narra el proyecto de escritura de uno de sus personajes y que es al mismo tiempo una
reflexión sobre el acto mismo de escribir. Las disquisiciones que Eladio presenta podrían
ubicarnos en un primer momento en una suerte de escritura del yo o una especie de literatura
autobiográfica:

“Un hombre debe escribir sobre la historia de su vida al llegar a los cuarenta años, sobre todo si le sucedieron cosas
interesantes”

Sin embargo, a medida que avanzamos en el relato nos encontramos con que la idea de escritura
comienza a tomar un cambio de rumbo y se proyecta hacia un posicionamiento autorreferencial
en donde ya no se nos presenta a Eladio solo como personaje protagonista de hechos que le
ocurrieron, sino como personaje que presenta una zona más introspectiva vinculada a la
subjetividad. En ese sentido una escritura del yo que se reconfigura y presenta un espacio
cargado de imaginerías propias y particulares del personaje. Un relato que avanza y se mueve no
únicamente en el plano de la memoria y el recuerdo sino también en un lugar vinculado a la
ensoñación, a un soñar e imaginar despierto. Este va a ser el movimiento en el que se va a anclar
la nouvelle, una narración fracturada en un continuo ir y venir a través de la recuperación de
momentos de su vida y de un delirio onírico del deseo que van a complejizar y potencializar la
lectura. Es en ese espacio en donde se inscribe el proyecto de escritura reconfigurado: “Me
gustaría escribir la historia de un alma, de ella sola, sin los sucesos en que tuvo que mezclarse”.
Y más adelante: “También podría ser el plan ir contando un suceso y un sueño”.

En estas afirmaciones el protagonista va a presentar su plan de escritura como proyecto que de


alguna manera ubica al lector en una zona de tensión para buscar captar la totalidad de su
atención. Así surge la pregunta planteada dentro de la narración, ¿cómo distinguir lo real de
aquello que no lo es?
Es interesante observar que en esas afirmaciones también se presenta una subversión de la idea
de “memorias” como género anclado firmemente en el espacio de lo verosímil. Mientras Eladio
pretende representar la historia de su vida, se establece un doble juego en donde esos recuerdos
van a presentarse en el mismo nivel que los devaneos que el protagonista tiene respecto a los
hechos cometidos. Esto es lo que dota a la nouvelle de una complejidad estructural que pretende
poner en cuestión una idea sobre la escritura que es planteada como paradoja:

“Hay varias maneras de mentir pero la más repugnante de todas es decir la verdad, toda la verdad ocultando el alma
de los hechos. Porque los hechos son siempre vacíos, son recipientes que tomarán la forma del recipiente que los
llene”

En ese sentido una idea de escritura planteada como un arte del mentir, una reflexión sobre la
escritura que nace en las memorias y la autobiografía pero que a medida que avanza el relato se
desplaza hacia otro ámbito. De esta manera otro género del que se reviste el relato es el
fantástico dado que el protagonista que va a estar narrando sus experiencias, también va a
producir digresiones que conducen hacia esa idea. La visita del fantasma de María es un relato
que se incrusta a manera de evocación y a través de un lenguaje lírico que juega con el lector y
pone en primer lugar el carácter fragmentado y fluído de la nouvelle. Allí donde se mezclan la
memoria e imágenes del deseo y que dinamitan la barrera de lo real. Sin embargo, como
mencioné anteriormente, esta idea de lo fantástico que aflora en ese acto de soñar despierto no es
otra cosa que un disfraz, una suerte de revestimiento que se resuelve en el desenlace en donde el
acto de dormir señala nuevamente la idea de ensoñación subjetiva. No es posible pensar en lo
fantástico porque lo fantástico no irrumpe para generar tensión y no produce una colisión sino
que se introduce como producción subjetiva del personaje que reflexiona hacia su interior y se
deja llevar por esos delirios. En todo caso se podría pensar en un proceso que lo que busca es
desarmar el realismo haciendo uso de dichos recursos.

A su vez esta entrega hacia lo imaginario no es otra cosa que un producto de la realidad absurda
y aburrida en la que se encuentra sumergido el protagonista. Dado el carácter absurdo del
personaje, cómo se nos presenta en el inicio, su imposibilidad de establecer vínculos con otras
personas, su constante deseo de vivir en un pasado irrecuperable o de renunciar a la realidad en
pos de un delirio, es posible enmarcar al relato en una corriente existencial. En consecuencia es
en el acto mismo de la escritura que Eladio se propone una toma de conciencia del presente, al
mismo tiempo que rechaza dicha realidad al dejarse llevar por sus sueños. Este acto que tiene el
personaje de negar su realidad señala una reflexión sobre el acto de vivir en donde “el lector
desciende al fondo de un alma atormentada, a la conciencia culpable de un hombre que indaga en
su pasado en busca del sentido de su existencia (...) continúa la búsqueda de una redención que
nunca es capaz de alcanzar” (Verani, 2009). De ese modo la única vía de escape que encuentra
Eladio es a través del acto mismo de la escritura.

Podemos afirmar que todos los artificios que ponen en jaque la lectura y marcan el ritmo de la
nouvelle son recursos que establecen un acto de escape de lo absurdo. Frente a la vida insípida
que se presenta en un inicio, el protagonista encarna un gesto de huida. Es decir la metareflexión
como disparador hacia otro espacio que permita finalmente salir de aquello que agobia, aunque
al final parezca no lograrlo. Una intención de hacer de la vida una ficción. Así el cruce de
discursos que según Verani, tiene lugar dentro de la nouvelle no es otra cosa que un marcador
que ejemplifica ese movimiento para salir del tedio, para liberar al personaje de prisión inmersa
en la realidad gris que nos muestra. Una suerte de polarización de la realidad en donde esta se
vuelve más opaca y oscura, a medida que se nos presentan todos los sueños lúcidos de Eladio.

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