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13 Narrando La Nación PDF
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Narrando la nación
Homi K. Bhabha***
Las naciones, como las narraciones, pierden sus orígenes en los mitos del tiempo y
sólo vuelven sus horizontes plenamente reales en el ojo de la mente [mind's eye]. Una
imagen semejante de la nación -o narración- puede parecer imposiblemente romántica y
excesivamente metafórica pero es de esas tradiciones del pensamiento político y del
lenguaje literario que la nación emerge como una poderosa idea histórica en Occidente.
Una idea cuya compulsión cultural se apoya en la unidad imposible de la nación como una
fuerza simbólica. Esto no es para negar los persistentes intentos de los discursos
nacionalistas de producir la idea de la nación como una continua narrativa del progreso
nacional, el narcisismo de la autogeneración, la presencia primitiva del Volk. Tampoco esas
ideas políticas han sido definitivamente superadas por las nuevas realidades del
internacionalismo, el multinacionalismo, o incluso el "capitalismo tardío", una vez que
reconocemos que la retórica de esos términos globales es a menudo suscripta en la
áspera prosa del poder que cada nación puede esgrimir en su propia esfera de
influencia. Lo que quiero enfatizar en la amplia y liminal imagen de la nación con la que
comencé es la particular ambivalencia que persigue la idea de la nación, el lenguaje de
quienes escriben sobre ella y que vive en quienes viven en ella. Es una ambivalencia que
emerge de una creciente conciencia de que, a pesar de la certeza con la que los
historiadores escriben sobre los "orígenes" de la nación como un signo de la "modernidad"
de la sociedad, la temporalidad cultural de la nación inscribe una realidad social mucho
más transitoria. Benedict Anderson, cuyo libro Comunidades imaginadas consolidó el
camino significativamente para este libro, expresa la ambivalente emergencia de la
nación con gran claridad:
El siglo de la Ilustración, del secularismo racionalista, trajo consigo su propia oscuridad moderna [...]
[Pocas] cosas estaban (están) mejor preparadas para este fin que la idea de la nación. Si los Estados
nacionales son ampliamente considerados "nuevos" e "históricos", los Estados nacionales a los que
dan expresión política siempre provienen de un pasado inmemorial y [...] se deslizan hacia un futuro
ilimitado. Lo que estoy proponiendo es que el nacionalismo debe ser entendido no agrupándolo con
*
En: Fernández Bravo, Alvaro (Compilador), La invención de la Nación. Lecturas de la identidad de Herder a
Homi Bhabha. Cap. 10. Manantial, Buenos aires, 2000. pp. 211-219
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"Narrating the Nation", Homi K. Bhabha, comp., en Nation and Narration (Londres: Routledge, 1990) pp. 1-7.
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ideologías políticas conscientemente adoptadas sino con los grandes sistemas culturales que lo
precedieron, de los cuales -así como contra los cuales- el nacionalismo emergió a la existencia.
1
M. Oakeshott, On Human Conduct (Oxford: Oxford University Press, 1975), p.201.
2
H. Arendt, The Human Condition (Chicago: Chicago University Press, 1958), pp. 33-5 and passim.
3
T. Nairn, The Break-up of Britain (Londres: Verso, 1985), p. 348.
*
Aquí el autor apela a las categorías freudianas de heimlich y unheimlich. El término alemán unheimlich está asociado
con la desfamiliarización y lo siniestro [n. del. t.].
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On living in an Old Country, de Patrick Wright (Londres: Verso, 1985) y There Ain't No Black in the Union Jack, de
Paul Gilroy (Londres: Hutchinson, 1987) son significativas contribuciones recientes para una aproximación semejante.
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5
S. Hall, The Hard Road to Renewal (Londres: Verso, 1988), p. 9.
6
E. Said, The World, the Text and The Critic (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1983), p. 171.
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supremacía cultural, ya sea que éstas sean hechas por las "viejas" naciones metropolitanas
postimperialistas o por parte de las "nuevas" naciones independientes de la periferia. Lo
marginal o la "minoría" no es un espacio de automarginación celebratoria o utópica. Es
una intervención mucho más sustancial en aquellas justificaciones de la modernidad -
progreso, homogeneidad, organicismo cultural, la nación profunda, el largo pasado- que
racionalizan las tendencias autoritarias, "normalizadoras" dentro de las culturas en el
nombre del interés nacional o de prerrogativas étnicas. En este sentido entonces, la
perspectiva ambivalente y antagonista de la nación como narración establece las fronteras
culturales de la nación de modo que puedan ser reconocidas como tesoros
"contenedores" de sentidos que necesitan ser cruzados, borrados y traducidos en el
proceso de producción cultural.
7
J. Derrida, Dissemination (Chicago: Chicago University Press, 1981), p. 221.
*
In-between significa literalmente en-entre. Puede ser traducido como "entre medio". Homi Bhabha emplea este
concepto asociándolo con posiciones intersticiales, intermedias y mediadoras entre culturas diferentes. Esta posición sería
característica de los intelectuales poscoloniales, ubicados entre las metrópolis y el Tercer Mundo [n. del t.].
8
F. Fanon, The Wretched of the Earth (Hamondsworth: Penguin, 1967), p. 251.
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9
G. Spivak, In Other Worlds (Londres: Methuen, 1987), p. 251.
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cuya gloria y grotesco yace en su celebración de que el inglés ya no es más una lengua
inglesa. Esto, tal como Brennan lo señala, lleva a una conciencia más articulada de las
condiciones poscoloniales y neocoloniales como posiciones de autoridad desde las cuales
hablar con rostro de Jano hacia el Este y el Oeste. Pero estas posiciones a través de las
fronteras de la historia, la cultura y el lenguaje que hemos estado explorando son
proyectos políticos peligrosos. La lectura que hace Bruce Robbins de Dickens equilibra los
riesgos de partir de las "verdades hogareñas éticas" de la experiencia humanística con las
ventajas de desarrollar un conocimiento de la actuación en un sistema global disperso.
Nuestra atención hacia la "aporía", sugiere él, debe ser contrapunteada con una
intencionalidad que está inscripta en poros -conocimiento práctico y técnico que abjura
del racionalismo de los universales mientras mantiene la practicidad y la estrategia
política de relacionarse profesionalmente con situaciones locales que son ellas mismas
definidas como liminales y fronterizas.
10
E. Said, After de Last Sky (Londres: Faber, 1986), p. 34.