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EN DEFESA DEL PUEBLO ALEMAN

“Alemania se estuvo preparando para esto [el nazismo] desde hace más de veinte siglos.”
Armaggedon, L. Uris, pag. 187
Inmediatamente después de la guerra estas eran las explicaciones que se daban para
responder a la pregunta de ¿Cómo pudo surgir una ideología de muerte en un país
civilizado? Más aun, famosos bets seller de los 60’s y 70’s como la novela Armaggedon
(citada al inicio) del escritor polaco Leon Uris argumentan que la industrialización de la
muerte, la ideología de superioridad racial y dominación, son el resultado del proceso
histórico del pueblo germano, es decir que el holocausto es resultado de una expresión del
espíritu germano (Uris, 1967 Pag. 150-198). Más exactamente del paganismo y el
militarismo prusiano.
Intento en este escrito refutar esta posición según la cual un pueblo tiene grabado por su
devenir histórico una buena o mala señal. Tampoco es una defensa del nazismo; es un
alegato a que este fenómeno pudo aparecer en cualquier latitud y en cualquier época
(incluso la actual), independiente de las creencias religiosas, mitología, cultura, historia,
filosofía de un pueblo. Son las causas que originan estos movimientos, las razones para que
surjan estas ideas, las que debemos estudiar y alarmarnos cuando las identifiquemos.
El Nazismo aparece en la historia como la conjunción de condiciones y fuerzas que
desembocan en un sentimiento de redimir el orgullo herido del pueblo alemán y de
superioridad de su raza.
Para comenzar hay que mencionar que Alemania fue una de las potencias derrotadas en la
Primera Guerra Mundial, y sometida a un humillante tratado de Versalles donde se le
obligaba a pagar cuantiosas reparaciones a los vencedores y prácticamente se le reducía a
un estado agrícola (Vives 2007). Esto sembró la semilla del orgullo herido, de la madre
patria traicionada por sus líderes y humillada por los vencedores. (Touchard 1992). A esto
hay que sumarle la gran crisis económica del capitalismo de finales de los 20´s y principios
de los 30´s, que agravo aún más las condiciones de vida. La pobreza, el hambre, el
desempleo, llevaron a la desesperación al pueblo. La decepción política aumentaba, la falta
de credibilidad en los gobernantes hizo que los discursos incendiarios y redencionistas de
Hitler fueran atractivos, y así se hizo a gran número de escaños en el parlamento (Ramos-
Oliveira, 1964).
Fue aquí donde se conjugaron las circunstancias y la visión de un hombre con un proyecto
(bueno o malo) para Alemania. Valiéndose de la violencia y la intimidación disolvió el
parlamento, se hizo nombrar canciller, y fue concentrando todo el poder del Estado en sus
manos. Fue así como murió el primer intento alemán de una democracia, la república de
Weimar.
Lo que vino después fue despiadado para los propios alemanes, pues se suprimieron las
libertades, la oposición fue exterminada, el Estado era omnipresente a través de la
vigilancia de su policía política, Hitler era el salvador de Alemania, la Nación no podía ser
entendida fuera de su persona. A cambio de estas privaciones, Hitler recupero la economía
y devolvió la prosperidad y el orgullo al pueblo (Salgado, 1992). El desempleo se redujo, el
hambre, la miseria. Alemania se había levantado nuevamente como una potencia
económica pujante.
Estos fueron los hechos, pero los postulados ideológicos de los nazis (es en estos donde está
la diferencia entre decir que es el resultado histórico del devenir alemán y un hecho que
pudo ocurrir en cualquier otro lugar) se fundamentaban en la desigualdad natural entre los
hombres y en un nacionalismo irracional (Touchard 1992). Esta desigualdad entre los
hombres no era un invento exclusivo de Hitler, sino una expresión del darwinismo social
pregonado por H. Spencer a finales de s. XIX. La supremacía racial es un mal que aquejo a
los Estados Unidos la mayor parte de su historia, tuvieron una guerra civil por ello antes de
que los alemanes expresaran su superioridad ante las demás razas. El antisemitismo,
tampoco era nuevo en Europa. Era tan antiguo como las diásporas judías desde la
destrucción del templo de Salomón por los Romanos. (Ramos-Oliveira 1964). En Europa
oriental eran famosos los progroms o incursiones vandálicas a los guetos (barrios donde
podían vivir los judíos), hasta el punto que un rabino de la ciudad de Praga creo una figura
de leyenda para proteger a los judíos: el Golem. (Diana Uribe, 2007). El nacionalismo
irracional era una forma de imperialismo, pero en esto tampoco innovaron los nazis, pues
todas las grandes potencias pecan por ser expansionistas, hasta la abanderada de la
revolución proletaria tiene una forma de imperialismo, la revolución proletaria
internacional. El exterminio como método de dominación lo pusieron en practica muchas
potencias antes que los alemanes: los españoles con el exterminio de los pueblos
precolombinos, los norteamericanos con el exterminio de los indígenas del oeste de
territorio, los rusos con las purgas estalinistas y la ejecucion de la oficialidad polaca en
Katím durante la invasión de Polonia son ejemplos de ello (Uribe, 2007).
Así demuestro que las bases ideológicas y prácticas de los nazis, no eran desconocidas en
su surgimiento, así como se siguen repitiendo desde esa época (ejemplo de ello es la
limpieza étnica en la guerra Yugoslavia en 1992). Estas bases ideológicas y de acción no
eran creación exclusiva del nazismo ni de su época. Fueron una serie de circunstancias
históricas y de fuerzas las que desencadenaron la catástrofe.
En lo que si innovaron los nazis fue en la crueldad de sus actos, en haber iniciado una
guerra que costo más de sesenta millones de muertos (la más mortífera de la historia), en
exterminar a siete millones de judíos de forma sistemática, en hacerle conocer a la
humanidad de lo peor que era capaz.
Las ideas racistas, los líderes mesiánicos, la represión de la diferencia, la pobreza, el
desempleo, el hambre, están a la orden del día y son el caldo de cultivo para que aparezcan
las peores expresiones del alma humana. Si el fascismo fuera una expresión exclusiva del
ser alemán como se explica entonces que en la misma época existieran paridos nazis en
Colombia y América Latina. (Colombia Nazi). Y más aún, como se explica los
movimientos neo-nazis que actualmente se manifiestan en muchos lugares del mundo.
No es nuestro pasado histórico de un pueblo, ni sus pensadores los que predestinan a una
Nación, la historia y los pensadores son solo una expresión del momento determinado; son
los hombres del presente que usan y manipulan ese pasado histórico para sus fines, no
siempre loables. Es la falta de identidad, de sentir que con empleo o sin él somos una parte
importante del mundo por nuestra originalidad.

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